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Transformación y cultura empresarial

La transformación no es tal si no impacta en la cultura

MIGUEL ÁNGEL CERVERA, director Modern Workplace y Ciberseguridad de Microsoft en España

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Con más de quince años de experiencia en el sector de las TIC, en ámbitos como la industria aeroespacial o las soluciones de colaboración y de PBX en la nube, ahora es el responsable de Modern Workplace Business Group en Microsoft. Se trata de un área que busca fomentar la penetración de Microsoft 365 y Teams para ayudar a las empresas a moverse a la nube de una manera ubicua y simple, demostrando el incremento de productividad derivado de estos nuevos modelos de trabajo.

¿Qué papel tienen las personas en el proceso? En este camino de transformación digital, que también hay que verlo desde el ámbito de la seguridad, el eje de las personas es clave. No hay transformación digital si las personas no se transforman, y no hay adopción de la tecnología si las personas no cambian sus hábitos y su forma de trabajar para impulsar un cambio de cultura en las organizaciones. La transformación no es tal si no impacta en la cultura. Nosotros somos un claro ejemplo: tenemos cuarenta años de historia, no hemos nacido digitales, sino que nos hemos transformado,

42 // impulsando ese interés por la formación y la capacitación, por cambiar la forma de trabajar, incrementar la colaboración, reducir los silos… Tradicionalmente Microsoft reunía a todos sus equipos una vez al año en Seattle (Estados Unidos). Ahora, tenemos calls quincenales con nuestro CEO, Satya Nadella, a las que se conecta toda la organización a través de Microsoft Teams. Compartimos objetivos, damos insights o percepciones para cada uno de los países, hablamos sobre las dinámicas de los mercados, sobre la competencia. Esto nos permite estar mucho más cerca de la realidad.

Además, según la reciente investigación que hemos desarrollado a nivel paneuropeo, implantar una cultura de trabajo digital e innovadora, en la que se fomente la creatividad, supone una ventaja competitiva determinante (ver Cuadro). Tradicionalmente, las ventajas empresariales estaban referidas al producto o a los procesos, ahora son las personas las que están siendo más determinantes. No hay adopción de la tecnología si las personas no cambian sus hábitos y su forma de trabajar

¿Las empresas están recogiendo resultados? Sí. Ha habido un cambio importante. Hemos pasado de la pura inversión en tecnología a un modelo donde se ponen tres conceptos sobre la mesa: el cambio en las personas, que son clave para este proceso, la seguridad de la tecnología y la forma de explotar los datos para entender mejor cómo trabajamos y colaboramos, cómo ser más eficientes, productivos o creativos. Hay una obsesión por conseguir que los equipos cambien, que evolucionen y se adapten a este nuevo escenario. En el estudio que he mencionado se constata que las empresas que apoyan o fomentan la creatividad, y el concepto de “redarquía” o trabajo colaborativo, tienen un crecimiento de doble dígito. Esto es especialmente importante en un momento en el que la captación de talento es difícil, pero la retención lo es aún más. El fomento de la creatividad en los espacios de trabajo hace que el nivel de rotación sea menor. No es postureo. Las empresas han entendido que el cambio viene de las personas y se sustenta en la tecnología. Ese es el camino: la creatividad, la búsqueda de eficiencias, el trabajo colaborativo…

¿El cambio está en el modelo de trabajo? Hay tres grandes ámbitos de mejora en lo relacionado con el puesto de trabajo. Por un lado, la complejidad del entorno colaborativo. Cada vez es más habitual trabajar con un mayor volumen de proyectos, con personas de otros departamentos o empresas... Este tipo de dinámicas se ha multiplicado y cada vez es más importante que las personas puedan trabajar en movilidad, deslocalizadas, en continuo tránsito. El segundo ámbito es la productividad, relacionada con mantener la concentración y evitar las interrupciones. Las cifras que manejamos hablan de una pérdida de media hora diaria. El tercero está vinculado con la seguridad en el trabajo, teniendo en cuenta el incremento en el volumen de ataques, todos muy centrados en la identidad de las personas o los accesos. La respuesta llega a través de soluciones en forma de plataforma, que den espacio a la ubicuidad de la persona, entornos colaborativos que fomenten la flexibilidad, herramientas que permitan incrementar esa productividad y que, de alguna manera, integren esa capa de seguridad embebida.

Igual que en el pasado ibas a tu oficina, te sentabas en tu sitio y tenías a tu disposición todo lo que necesitabas, hoy se trata abrir el terminal (PC, smartphone, tableta…) y que esta plataforma —en nuestro caso Microsoft Teams— sea tu primera herramienta de trabajo. Eso permite reducir las distintas aplicaciones o lugares donde vas a buscar información e incrementa el foco y la productividad. Según un análisis de Forrester, permite incrementar la eficiencia en cuatro horas por semana. Básicamente, se trata de recuperar esa media hora de desconcentración.

¿Podrías darnos algunos ejemplos de aplicación? En lo que respecta a España, prácticamente en todos los sectores se están planteando la necesidad de un cambio en la manera de trabajar. Nosotros estamos ya trabajando en ámbitos como el sanitario, el financiero, el de las telco o el alimentario. Por ejemplo, Cosentino: una empresa innovadora que está ubicada en Almería, pero que tiene un impacto global. Esta organización ha desarrollado un cambio muy importante durante los últimos meses a través de nuestra plataforma. Entre los retos más importantes que tenía estaba el tecnológico: entornos complejos, con demasiadas soluciones y desconocimiento como para poder dar respuesta a cualquier tipo de ataque. Además, como su escala es global, esto terminó generando silos de información y problemas de colaboración. Además de simplificar la infraestructura tecnológica y modernizar las herramientas, el siguiente paso fue desarrollar a las personas a través de programas de gestión del cambio. Ayudarlas, a través de formación, a construir hábitos que cambien la cultura de trabajo. En este caso se hizo a través de Microsoft Teams. Esto les ha permitido una mayor cercanía, o ha introducido funcionalidades como la de tener una visión única del calendario de la organización. Cuando estás en una escala global es importante saber exactamente qué disponibilidades horarias hay en otros países, para respetarlas y crear una cultura común. Por otra parte, esto ha permitido hacer que afloren los champions o early adopters dentro de los equipos de la organización, aquellos que abrazan el cambio de una manera muchísimo más fácil y que son los que, de alguna manera, ayudan a fomentar la adopción de las herramientas y las nuevas formas de trabajar. La figura del champion es muy relevante a la hora de impulsar el cambio o identificar mejor las líneas de creatividad, nuevos modelos que no estaban planteados en el esquema de adopción o en el proyecto de cambio dentro de la organización. Además, son los mismos que abanderan la cultura de la organización y son los que más aprecian el sentimiento de pertenencia y de desarrollo de las competencias digitales en el ámbito de la colaboración.

¿Es una tendencia global? En el informe que hemos compartido aparecen respuestas de cada uno de los países, y todos están por encima del 80% en cuanto al ritmo de adopción. Esto no es una tendencia, en regiones como Europa, el Reino Unido y Estados Unidos llevamos tiempo ya abrazando el cambio. En concreto, si hablamos de España, según nuestros datos subimos a la nube más de mil empresas a la semana, motivados principalmente por la modernización del puesto de trabajo, por la gestión proactiva de la seguridad y la búsqueda de modelos colaborativos que permitan una mayor eficiencia.

¿Cómo se está recibiendo todo esto en las capas directivas? Los proyectos de transformación en los que estamos viendo un mayor impacto son aquellos que cumplen tres premisas: son abrazados desde la dirección general y liderados desde la capa directiva; se desarrollan estos modelos de champions o formadores internos; y tienen consistencia, están ligados a estrategias de negocio y a la necesaria continuidad para implantar la cultura de cambio y de aprendizaje. Según un estudio que hicimos con EY, el 72% de las empresas a lo largo de 2019 y 2020 van a invertir en soluciones de inteligencia artificial en todos los ámbitos, aunque especialmente en la modernización del puesto de trabajo. Los objetivos que se buscan son la eliminación de los silos, construyendo puentes que permitan ganar diversidad y trabajar en un modelo colaborativo; potenciar el aprendizaje y la formación continua, así como fomentar la creatividad disminuyendo del control. Si seguimos controlando la forma en la que trabaja la gente, seguiremos teniendo gente controlada. Si damos a los empleados herramientas para que fomenten la creatividad y la colaboración, saldrán cosas innovadoras y distintas. La inteligencia artificial permite hacer cosas imposibles para la humana, pero en estos momentos es cuando hay que añadir más inteligencia y más creatividad para ganar diferenciación. Esto es fundamental, y el ejemplo de los líderes de las organizaciones es clave para asentarlo.

Las personas como ventaja competitiva

Microsoft ha llevado a cabo una investigación paneuropea, dirigida por KRC Research y supervisada por la London Business School, que explora las modelos de crecimiento de las organizaciones a partir de conceptos como el compromiso de los empleados, los estilos de liderazgo y la tecnología en la era digital. Algunas de las conclusiones más importantes son las siguientes: » Implantar una cultura innovadora en el trabajo supone una enorme ventaja y encamina hacia el éxito y el crecimiento. » Según el 92% de los directivos europeos y el 96,46% de los españoles, el cambio de cultura es el principal reto en los procesos de transformación. » Las compañías que asumen aplicar una cultura en la que se aceptan y se apoyan las nuevas ideas tienen el doble de posibilidades de obtener un crecimiento de dos cifras. » En estas organizaciones, la mayor parte de la plantilla (un 86% en Europa y un 92,16% en España) no tiene pensado cambiarse de trabajo. » Los trabajadores señalan que pierden hasta un 52% de sus horas más productivas en reuniones e hilos de correos improductivos, interrupciones innecesarias y hacer seguimiento de la información.

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