UCV Revista de Psicología 2012-2

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ISSN 1990-6757

Rev. Psicol. Vol. 14 Nº 2 - Julio-diciembre 2012 Revista indizada en Latindex y en el Portal de Revistas Peruanas, Científicas y Técnicas.


RECTOR DE LA UNIVERSIDAD CÉSAR VALLEJO Dr. Sigifredo Orbegoso Venegas VICERRECTORA ACADÉMICA Dra. Ana Teresa Fernández Gill VICERRECTORA DE ASUNTOS ESTUDIANTILES Mg. Sophía Verónika Calderón Rojas DECANO DE LA FACULTAD DE HUMANIDADES Mg. Juan Quijano Pacheco

Árbitros del presente número: Eli Prates. UNASP-Centro Universitário Adventista de São Paulo. Brasil. Gino Reyes Baca. Universidad Señor de Sipán. Perú. Nelson Zicavo Martínez. Universidad del Bío Bío. Chile. Ramón León Donayre. Universidad Ricardo Palma. Perú. Mirian Grimaldo Muchotrigo. Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. Perú Alicia Passalaqua. Universidad de Buenos Aires. Argentina. Arturo Orbegoso Galarza. Universidad César Vallejo. Perú. Mónica del Águila Chávez. Universidad Marcelino Champagnat. Perú. César Vásquez Olcese. Instituto de Capacitación y Desarrollo Familiar. Perú. Carmen Shimabukuro Takaya. Asesores y consultores Doshimita SAC. Perú. Gina Chávez Ventura. Universidad César Vallejo. Perú. Mario Reyes Bossio. Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. Perú. Clori Edda Sgarbi. Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción. Paraguay. Militza Álvarez Machuca. Universidad César Vallejo. Perú. Alberto Castellón Sánchez del Pino. Universidad de Granada. España.

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ISSN 1990-6757

Revista de Psicología Rev. Psicol. Año 14, vol. 2. Julio a diciembre 2012 Publicación de la Facultad de Humanidades, Escuela de Psicología. Universidad César Vallejo S.A.C. Trujillo Perú

Director Juan Quijano Pacheco. Universidad César Vallejo. Editora Gina Chávez Ventura. Universidad César Vallejo. Comité Editorial Karina Cárdenas Ruiz. Universidad César Vallejo. Santiago Benites Castillo. Universidad César Vallejo. José Anicama Gómez.Universidad Autónoma del Perú. Mirian Grimaldo Muchotrigo. Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. Mario Reyes Bossio. Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. César Merino Soto. Universidad Científica del Sur. Carlos Minchón Medina. Universidad Nacional de Trujillo. Gino Reyes Baca. Universidad Señor de Sipán. Marco Eduardo Murueta Reyes. Universidad Nacional Autónoma de México. Maria Cristina Rodrigues Azevedo Joly. Universidade São Francisco. Brasil. Cecilia Salgado Lévano. Universidad San Martín de Porres. José Cuenca Alfaro. Universidad César Vallejo. José Vallejos Saldarriaga. Universidad César Vallejo. Comité Asesor Científico Nacional Arturo Orbegoso Galarza. Universidad César Vallejo. César Vásquez Olcese. Instituto de Capacitación y Desarrollo Familiar: IFAMI. Luis Alberto Morocho Vásquez. Universidad San Martín de Porres. César Ruiz Alva. Universidad Privada Antenor Orrego. Luis Vicuña Peri. Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Alejandro Dioses Chocano. Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Johanna Liliana Köhler Herrera. Universidad San Martín de Porres. Antonio Arbulú Neira. Universidad César Vallejo. Ramón León Donayre. Universidad Ricardo Palma Militza Álvarez Machuca. Universidad César Vallejo.

Comité Asesor Científico Internacional Eduardo Viera. Universidad de la República Oriental del Uruguay. Manuel Angel Calviño Valdés-Fauly. Universidad La Habana. Cuba. Mario Jose Molina. Universidad de Buenos Aires. Argentina. Edgar Barrero Cuéllar. Corporación Cátedra Libre Ignacio Marín Baró. Colombia. Yenny Aguilera Zarza. Universidad Nacional de Itapúa. Paraguay. David Alonso Ramirez Acuña. Poder Judicial. Costa Rica. Sylvia Pinna Puissant. Universidad de Lieja, Bélgica. María Teresa Almarza Morales. Universidad del Mar. Chile. Nelson Zicavo Martínez. Universidad del Bío Bío. Chile. Patricia Arés Muzio. Universidad de La Habana. Ministerio de Educación Superior. Cuba. Eli Andrade Rocha Prates. UNASP – Centro Universitário Adventista de São Paulo. Brasil. Comité de Redacción Correctores de estilo Tatiana Chávez Gutiérrez. Universidad César Vallejo. Víctor Santisteban Chávez. Universidad César Vallejo. Producción editorial Diseño y diagramación Renzo Esquivel Cruz Traducción al portugués Jeanette Elizabeth Caiguaray Pérez Traducción al inglés Melissa Casas Azañedo Impresión Editorial Vallejiana

Periodicidad: Publicación semestral. Versión impresa. Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2008-06800 El contenido de cada artículo es de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente refleja los criterios del Comité editorial y asesor científico de la Revista de Psicología. Prohibida la reproducción parcial o total de la Revista de Psicología, sin autorización previa o escrita. La recepción de los artículos es en los idiomas: español, portugués e inglés. Correspondencia, suscripción y canje: Universidad César Vallejo. Facultad de Humanidades - Escuela de Psicología. Av. Larco 1770. Distrito Víctor Larco, Trujillo – Perú. Teléfono: (51) (44) 485000 anexos 7203 -7145



ÍNDICE Rev. Psicol. Trujillo (Perú). Año 14, vol. 2, 2012.

EDITORIAL

141

INVESTIGACIONES ORIGINALES Autoeficacia y salud mental positiva en estudiantes de psicología de Lima. José Anicama, Graciela Caballero, Ingrid Cirilo, Marivel Aguirre, Robert Briceño y Ambrosio Tomás Universidad Nacional Federico Villarreal y Universidad Autónoma del Perú.

144

Resiliencia en mujeres morelianas separadas por violencia conyugal. Elsa Edith Zalapa Lúa, Yolanda Elena García Martínez y Gisella Esmeralda Figueroa López. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. México.

164

Imagen social de Atahualpa, Pizarro, Huáscar y Almagro en universitarios de Huancayo. Perú. Ramón León y Mary Román Universidad Ricardo Palma y Universidad de Los Andes.

178

Resiliencia y convivencia escolar en adolescentes mexicanos. Norma Ivonne González Arratia López Fuentes y José Luis Valdez Medina Universidad Autónoma del Estado de México.

194

Validez y confiabilidad de la Escala de Afecto Positivo y Negativo (SPANAS) en estudiantes universitarios peruanos. Rafael Gargurevich y Lennia Matos Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y Pontificia Universidad Católica del Perú.

208

Evidencia psicométrica de la estructura factorial del Inventario del Sexismo Ambivalente en brasileños y portugueses (en portugués). Nilton Formiga y Carla Serrão Faculdade Maurício de Massau - João Pessoa, Pb – Brasil. Escola Superior de Educação do Instituto Politécnico, Porto – Portugal.

218

ARTÍCULOS DE REVISIÓN Eugenesia, tests mentales y degeneración racial en el Perú. Arturo Orbegoso Universidad César Vallejo y Universidad Privada del Norte, Perú.

230

Transformación y contemporaneidad de la familia: el caso de las familias mexicanas. María Antonieta Covarrubias Terán y José Gómez Herrera Universidad Nacional Autónoma de México, México.

244

Reflexiones psicoanalíticas y éticas acerca del trasplante. Gabriela Almonte García y Mario Orozco Guzmán Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México.

260

Perspectivas para la investigación psicológica del asma. Gina Chávez Ventura Universidad César Vallejo, Perú.

268

NORMAS PARA LOS AUTORES

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FORMATO DE SUSCRIPCIÓN

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INDEX Rev. Psicol. Trujillo (Perú). Año 14, vol. 2, 2012.

EDITORIAL

141

ORIGINAL RESEARCH Self efficacy and positive mental health in psychology students of Lima. José Anicama, Graciela Caballero, Ingrid Cirilo, Marivel Aguirre, Robert Briceño and Ambrosio Tomás Universidad Nacional Federico Villarreal y Universidad Autónoma del Perú.

144

Resilience in separate women from Morelia, by spousal violence. Elsa Edith Zalapa Lúa, Yolanda Elena García Martínez and Gisella Esmeralda Figueroa López. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. México.

164

Social image of Atahualpa, Pizarro, Huascar and Almagro in university students of Huancayo. Perú. Ramón León and Mary Román Universidad Ricardo Palma y Universidad de Los Andes.

178

Resilience and school life in mexican adolescents. Norma Ivonne González Arratia López Fuentes and José Luis Valdez Medina Universidad Autónoma del Estado de México.

194

Validity and reliability of the Positive And Negative Affect Scale (SPANAS) Rafael Gargurevich and Lennia Matos Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y Pontificia Universidad Católica del Perú.

208

Psychometric evidence of the factorial structure of the Ambivalent Sexism Inventory in brazilian and Portuguese (in portuguese). Nilton Formiga and Carla Serrão Faculdade Maurício de Massau - João Pessoa, Pb – Brasil. Escola Superior de Educação do Instituto Politécnico, Porto – Portugal.

218

REVISION ARTICLES Eugenics, mental tests and racial degeneration in Peru. Arturo Orbegoso Universidad César Vallejo y Universidad Privada del Norte, Perú.

230

Transformation and contemporary of family: the mexican families case. María Antonieta Covarrubias Terán and José Gómez Herrera Universidad Nacional Autónoma de México, México.

244

Psychoanalitic reflections and ethics about the transplant. Gabriela Almonte García and Mario Orozco Guzmán Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México.

260

Perspectives for the psychological investigation of asma. Gina Chávez Ventura Universidad César Vallejo, Perú.

268

INSTRUCTIONS FOR AUTHORS

280

SUBSCRIPTION FORM

286


ÍNDICE Rev. Psicol. Trujillo (Perú). Año 14, vol. 2, 2012.

EDITORIAL

141

ORIGINAL DE PESQUISA Auto-eficácia e saúde mental positiva em Lima estudantes de Psicologia. José Anicama, Graciela Caballero, Ingrid Cirilo, Marivel Aguirre, Robert Briceño e Ambrosio Tomás Universidad Nacional Federico Villarreal y Universidad Autónoma del Perú.

144

Resiliência em mulheres casadas de Morelia, separadas por violência. Elsa Edith Zalapa Lúa, Yolanda Elena García Martínez e Gisella Esmeralda Figueroa López. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. México.

164

Social imagem Atahualpa, Pizarro, Almagro, Huascar e Huancayo universidade. Ramón León e Mary Román Universidad Ricardo Palma y Universidad de Los Andes. Perú.

178

Resiliência e a vida escolar em adolescentes mexicanos. Norma Ivonne González Arratia López Fuentes e José Luis Valdez Medina Universidad Autónoma del Estado de México.

194

Validade e confiabilidade de Afeto Positivo e Negativo Scale (SPANAS) estudantes universitários peruanos. Rafael Gargurevich e Lennia Matos Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y Pontificia Universidad Católica del Perú.

208

Evidência psicométrica da estrutura fatorial do inventário do sexismo ambivalente em brasileiros e portugueses (em português). Nilton Formiga e Carla Serrão Faculdade Maurício de Massau - João Pessoa, Pb – Brasil. Escola Superior de Educação do Instituto Politécnico, Porto - Portugal.

218

ARTIGOS DE REVISÃO Eugenia, ensaios degeneração racial mental no Peru. Arturo Orbegoso Universidad César Vallejo e Universidad Privada del Norte, Perú.

230

Transformação e família contemporâneo: o caso da familias mexicanas. María Antonieta Covarrubias Terán e José Gómez Herrera Universidad Nacional Autónoma de México, México.

244

Reflexões psicanalíticas sobre transplante e ética. Gabriela Almonte García e Mario Orozco Guzmán Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México.

260

Perspectivas para a investigação psicológica do asma. Gina Chávez Ventura Universidad César Vallejo, Perú.

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ORIENTAÇÕES PARA OS AUTORES

280

FORMULÁRIO DE INSCRIÇÃO

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EDITORIAL

La relación entre selección del tema de investigación y la problemática ha sido motivo de muchas publicaciones porque implica un conjunto de aspectos, que en muchos casos determinan la tendencia del desarrollo de la ciencia. Sobre ello existen posiciones antagónicas: aquellas que desde una arista eminentemente económica plantean que los fondos disponibles por diversas empresas u organizaciones y sus naturales intereses, “motivan” el o los temas a ser investigados, o aquellas que parten de un enfoque opuesto donde la motivación surge solo de las necesidades de la sociedad. Esta discusión que también implica a los centros de educación superior, como las universidades, debiera minimizarse y arriar a favor de la búsqueda de consensos entre los intereses particulares y los de la población. La universidad, dados sus fines o su razón de ser, debe partir por reconocer que tiene la responsabilidad de responder a las necesidades de la sociedad a la que se debe; por tanto, la motivación o el tema de investigación debería responder a sus demandas, a partir de un punto de encuentro entre los intereses de los diversos agentes de la sociedad y la problemática social. Dentro de este marco, la Universidad César Vallejo tiene por política de investigación que los lineamientos de investigación sean resultado de un consenso entre la sociedad civil organizada y la universidad. La Facultad de Humanidades – Escuela de Psicología– a partir de estos lineamientos de trabajo y dado el incremento de la violencia en el Perú en los últimos años, ha empezado a priorizar esta problemática como tema de investigación entre docentes y graduados, sea desde el aspecto preventivo promocional, de intervención secundaria o terciaria. El objetivo es presentar a la sociedad alternativas de respuesta o de solución a una problemática, que en este momento, el gobierno y algunas voces de la sociedad civil responden de manera parcial y en la que la psicología poco o nada ha planteado todavía. Por ello, consideramos que la investigación científica debería ser un medio cuyos resultados sean insumos de políticas públicas; y por qué no, de decisiones políticas. Desde otra arista complementaria, dentro del modelo de salud de la población– del que hoy en día la Psicología forma parte– se genera la exigencia cada vez mayor de que los resultados de las evaluaciones realizadas sean confiables. Ello requiere que los centros de formación profesional en psicología incidan en la investigación psicométrica, lo que llevaría a contar con pruebas psicológicas adaptadas a la población evaluada y con baremos adecuados; se coadyuvaría en la mejora del servicio brindado, en una retroalimentación universidad – sociedad y, adicionalmente, en la mejora de la formación profesional. Los aspectos antes mencionados son abordados por colegas de diferentes países, dentro de la amplia gama que implica la problemática de la violencia y la psicometría, que nos motiva a seguir incidiendo más en esta orientación de trabajo, necesaria para el desarrollo de la Psicología.

El director.


INVESTIGACIONES ORIGINALES



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*Universidad Nacional Federico Villarreal y Universidad Autónoma del Perú. Correspondencia: janicamag@yahoo.com; jose.anicama@ua.edu.pe ** Universidad Nacional Federico Villarreal ***Universidad Autónoma del Perú

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El estudio de nuevas variables psicológicas que han ido apareciendo en el campo de la psicología de la salud ha hecho más atractiva la investigación de los factores que interactúan para generar la promoción de conductas saludables en adolescentes y en los jóvenes, por ejemplo: el bienestar psicológico, la salud mental positiva o las estrategias de afrontamiento para manejar el estrés y la manera cómo se perciben competentes y eficaces; además, por supuesto, de los procesos naturales de cambio que se dan en el desarrollo humano continuo, tal como lo ha postulado Bijou y Baer (1978). Este estudio es entonces particularmente importante en los adolescentes y jóvenes universitarios cuyo proceso educativo puede estar fuertemente influenciado por estas variables, en especial por la percepción de su autoeficacia: la manera cómo perciben si son eficaces o competentes en el desempeño de sus actividades y, por el desarrollo de su salud mental positiva. Es preciso recordar que según los datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática [INEI] (2008), la población adolescente, de los 12 a 19 años está cercana al 28% de la población total y para todos los niveles de decisiones en salud pública. Este periodo de desarrollo es una etapa precisa que debe ser estudiada con mayor interés por su importante crecimiento en la pirámide poblacional y su impacto en la Población Económicamente Activa (PEA). Ya no es una etapa de tránsito sino, de características y procesos propios que implican renovar las políticas de salud y de educación para este grupo poblacional. La variable cognitiva autoeficacia es, según Bandura (1977), la manera por la cual las personas se perciben como eficientes y competentes para enfrentar una situación determinada. Ella ha generado un gran número de investigaciones en el terreno de la psicología en general. Bandura (1977) distingue entre expectativas de resultados y expectativas de eficacia personal. Las expectativas de resultados son las creencias por las cuales un sujeto considera que determinado comportamiento producirá un determinado resultado y, las expectativas de eficacia personal

son las creencias por las cuales uno es capaz de ejecutar exitosamente el comportamiento requerido para obtener unos determinados resultados. Posteriormente, estos conceptos fueron manejados por Bandura (1986, 1999a) de forma alternativa e intercambiable como bien se expone en los trabajos desarrollados por Villamarin (1990, 1994). Así, ambos tipos de expectativas contribuirían a la ejecución de la conducta y a su efectividad siendo en muchas ocasiones las expectativas de resultados sustituidas por las expectativas de eficacia. Las expectativas de eficacia estarían referidas a la elección de actividades, el esfuerzo, la persistencia en actividades, patrones de pensamiento y respuestas emocionales (Villamarín, 1994). Las expectativas de autoeficacia son cogniciones específicas y cambiantes, las cuales se modifican a partir de nuevas informaciones sobre las capacidades de los individuos. El modelo de cambio psicológico que propone esta teoría se basa en la modificación de la autoeficacia a través de los logros, la experiencia vicaria, la persuasión verbal y la activación emocional. La teoría de la autoeficacia se ha aplicado con éxito a las distintas áreas relacionadas con la salud (Bandura, 1999a) Así, la autoeficacia influye en dos niveles; en un primer nivel, la confianza en manejar estresores activa los sistemas biológicos que median en la salud y la enfermedad, en un segundo nivel se relaciona con variables modificables implicadas en la salud (Bandura, 1992a, 1999b). En este sentido, se ha relacionado la autoeficacia con el manejo del estrés (Lazarus & Folkman, 1987), con el funcionamiento del sistema inmunológico (Wiendelfeld et al., 1990), con el manejo del dolor (Litt, 1988) y con las variaciones en la presión y ritmo sanguíneo (Bandura, 1988b). La autoeficacia, propuesta por Bandura (1986) se ha convertido en una de las variables más influyente en la actualidad por involucrar aspectos vinculados a la fijación y logro de metas, permitiendo identificar así los factores y circunstancias que influyen en la percepción que

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tiene la persona acerca de sus propias capacidades. En tal sentido, Prieto (2005) enfatiza en el área de la autorregulación y motivación académica, abordando así tres aspectos relacionados con el constructo de la autoeficacia: la autoeficacia y la elección de la carrera, la autoeficacia del profesor y la práctica docente, así como la autoeficacia de los alumnos, motivación y rendimiento académico. Carrasco y Del Barrio (2002) señalan que se ha demostrado que un elevado nivel de autoeficacia percibida es un elemento protector que aumenta la motivación y el rendimiento académico, disminuyendo las alteraciones emocionales, al mismo tiempo que mejora las conductas saludables en el cuidado físico, la prevención de conductas de riesgo y la mayor tolerancia al fracaso, así como también en el descenso de conductas antisociales. Zimmerman (1995) define la autoeficacia como referida a la realización de las tareas propias del ambiente educativo, como los juicios personales acerca de las capacidades para organizar y realizar conductas que sirvan para obtener determinados tipos de desempeño educativo. En este sentido, la autoeficacia para el ambiente educativo es un concepto muy específico que se refiere a la evaluación que el estudiante hace con respecto a sus capacidades para realizar las actividades propuestas y demandadas en el proceso del aprendizaje. Bandura (1986) y Pajares (2002) describen cómo las personas poseen un autosistema que les permite ejercer un control sobre el medio ambiente, por encima de sus pensamientos, sus sentimientos y sus acciones. Este autosistema, según Pajares (2002), incluye las habilidades de simbolizar, aprender de otros, planificar estrategias alternativas, regular la propia conducta y la autoreflexión. Bandura (1999b) afirma que la conducta humana es el resultado de la interacción entre este autosistema y las fuentes de influencia externas y medioambientales. Bandura (1988) presenta un análisis de la conducta humana y de la motivación, en el cual las creencias que las personas tienen

sobre ellas mismas son los elementos importantes en el ejercicio de su control y manejo personal, siendo la autorreflexión la capacidad más singularmente humana. Zimmerman (1995) llama la atención con respecto a algunas propiedades que están implícitas en la medición de la autoeficacia. En primer lugar, la autoeficacia se refiere a los juicios que las personas hacen con respecto a sus propias capacidades para realizar determinadas tareas o actividades. En segundo lugar, las creencias que se tienen acerca de la propia eficacia están ligadas a diferentes campos de funcionamiento, por ejemplo, la autoeficacia para las matemáticas son diferentes a las que se refieren al aprendizaje de la filosofía. En tercer lugar, las medidas de la autoeficacia son dependientes del contexto en las cuales se da la tarea, por ejemplo, los estudiantes pueden expresar tener una menor autoeficacia para aprender situaciones de competencia que cuando el aprendizaje es más cooperativo y una cuarta propiedad de las medidas de la autoeficacia es su dependencia con respecto a un criterio referido a uno mismo, por ejemplo, la evaluación de la autoeficacia de un estudiante trata de su confianza de poder hacer algo por sí mismo, y no en comparación con el desempeño de sus compañeros. Salud Mental Positiva En la actualidad la conceptualización de la salud mental ha cambiado sustancialmente orientándose ahora hacia un punto más positivo de la salud como lo refieren Mettifogo et al. (1998) expresado como la capacidad de las personas y grupos para interactuar entre sí y con el medio ambiente, de modo de proveer el bienestar subjetivo, el desarrollo y uso óptimo de las potencialidades psicológicas: cognitivas, afectivas y relacionales, así como el logro de las metas individuales y colectivas, en concordancia con la justicia y el bien común. Los principios en los cuales se basa la Organización Mundial de la Salud [OMS] (1978)

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cuando plantea los lemas de “salud para todos en el año 2000" o “salud para todos en el siglo XXI" (World Health Organization [WHO], 1998), se fundamentan en la prevención y la promoción de la salud de la población, lo cual implicaría desde nuestro punto de vista también desarrollar salud mental positiva. Sin embargo, la revisión de la literatura científica pone claramente de manifiesto la paradoja de que en el ámbito de la salud mental predomina el modelo de enfermedad (García, Espino & Lara, 1998; Hernández, 1997; Sadock & Kaplan, 1997). La psicología se ha dedicado fundamentalmente a investigar, entender o explicar la disfunción, y los profesionales están formados para trabajar con la patología y no con la salud (Buela-Casal, Fernandez-Rios & Carrasco, 1997). Sin embargo, en las sociedades occidentales se calcula que el porcentaje de la población que padece o padecerá trastornos psiquiátricos gira en torno al 10-20% (Bowling, 1991). Por tanto, uno de los retos principales de la psicología del siglo XXI es ampliar su campo de acción y estudiar los mecanismos que promueven la salud con el fin de potenciar los recursos del 80 a 90% de la población sana. En este sentido, existe ya cierto cuerpo de conocimientos sobre conceptos como la plenitud (flow), el optimismo o la satisfacción (Avia & Vazquez, 1998; Magaletta & Oliver, 1999; Miller, 1999; Seligman, 1998). Asimismo, algunos modelos de salud mental general, como el de Warr (1987), contemplan componentes de carácter marcadamente positivos: bienestar psicológico, competencia, aspiración, autonomía y funcionamiento integrado. Sin embargo, el único intento de desarrollar un modelo de salud mental positiva es el de Jahoda (1958), el cual constituye una de las recopilaciones más completas que se ha realizado hasta la actualidad. Jahoda (1958) articula su concepción de la salud mental positiva desde una perspectiva de múltiples criterios y la concreta en seis criterios generales, la mayoría de los cuales desglosa en varias dimensiones o criterios específicos, 16 en total. Sin embargo, la autora describe el modelo a nivel teórico pero no realizó ninguna investigación para comprobar su validez

empírica. A pesar de su antigüedad, el modelo continúa teniendo una amplia repercusión en los teóricos de la salud mental. En este sentido, conceptos como autoestima, resistencia al estrés, habilidades sociales o resolución de problemas son objetivos clave en la mayoría de los programas de intervención más eficaces (Bados, 2001), así como en los programas de prevención y promoción de la salud (Florez, 2000). Mettifogo et al. (1998) realizaron un estudio sobre la situación de la salud mental de los jóvenes urbanos de Chile, para lo cual diseñaron y aplicaron una encuesta a una muestra representativa a nivel nacional midiéndose el índice de salud mental expresados en un subíndice de salud mental positiva, comprendido por los indicadores de bienestar subjetivo y soporte social, así como un subíndice de salud mental negativa, el cual comprendía los indicadores de sucesos vitales importantes y trastornos emocionales. Los resultados obtenidos muestran que la gran mayoría de los jóvenes (82%), presentan un nivel aceptable de salud mental; es decir, poseen una adecuada capacidad para promover el desarrollo de sus potencialidades psicológicas: cognitivas, afectivas y relacionales, así como habilidades para enfrentar situaciones problemáticas. Así mismo, halló que un grupo minoritario de jóvenes (18%), presenta niveles bajos de salud mental, y ello está determinado por déficits en las variables de soporte social y probabilidades de sufrir trastornos emocionales. Antecedentes En cuanto a los antecedentes de la autoeficacia, Bandura (1986) señala que un estudiante que tiene dudas acerca de sus capacidades de aprendizaje posee una baja autoeficacia y probablemente evitará participar en las actividades que le sean asignadas. En cambio, un estudiante con alto nivel de autoeficacia se compromete más con las actividades que se le encomiendan y muestran un mayor involucramiento y persistencia a pesar de las dificultades que se puedan encontrar.

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Sanjuán, Pérez y Bermúdez (2000) dieron a conocer las características psicométricas: fiabilidad, validez y datos normativos, de la adaptación para la población española de la Escala de Autoeficacia General de Baessler y Schwarcer, (1996). El único cambio introducido en el cuestionario original, que consta de 10 ítems con escalas de tipo Likert de cuatro puntos, fue el formato de respuesta a escalas de 10 puntos, para adaptarla a los demás instrumentos utilizados en la investigación. En los distintos estudios realizados, con muestras de distintas nacionalidades (alemanes, costarricenses, etc.), la escala ha mostrado una consistencia interna considerable (entre 0.79 y 0.93). En el estudio, la escala se aplicó a una muestra de 259 universitarios españoles, obteniéndose una consistencia interna alfa de 0.87 y una correlación por mitades de 0.88. Los resultados preliminares muestran que la escala tiene una fiabilidad muy adecuada, así como una capacidad predictiva considerable, por lo que puede ser aplicada con suficiente garantía en estudios sobre rendimiento, salud y procesos emocionales. Olaz (2003) revisa las principales investigaciones realizadas acerca de las relaciones del constructo autoeficacia con otras variables de relevancia en la explicación del comportamiento vocacional. Todas las evidencias demuestran el poder predictivo de la variable autoeficacia con relación al rendimiento académico, la persistencia y la elección de carreras y cursos. Asimismo, se destaca el importante rol de la autoeficacia percibida como mediador cognitivo entre otros determinantes de la competencia tales como: habilidades sociales, intereses, expectativas de resultado y logros de ejecución anterior, así como del rendimiento subsecuente. Estos hallazgos apoyan el importante rol mediacional de la autoeficacia demostrando la generalidad explicativa y predictiva de la teoría. Olivari y Barra en el 2005 investigaron acerca de la relación entre la conducta de fumar reportada por los adolescentes y las variables de autoeficacia y autoestima. Los participantes fueron 247 adolescentes de ambos sexos de la ciudad de Talca, en Chile, con edades entre 16 y 19

años, quienes respondieron el Inventario de Autoestima de Coopersmith, la Escala de Autoeficacia Generalizada y un cuestionario sobre conducta de fumar. Hallaron que solo en las mujeres existían relaciones significativas inversas entre conducta de fumar y las variables de autoeficacia y de autoestima en el hogar. Además encontraron diferencias en esas mismas variables de autoeficacia y autoestima en el hogar a favor de los adolescentes no fumadores respecto a los fumadores y a favor de los hombres respecto a las mujeres. Martinez, Reyes del Paso, Garcia y Gonzalez (2006) afirman que en estudios recientes el pesimismo disposicional está relacionado con un peor estado de salud física, en comparación con el optimismo disposicional. Estos autores concluyen que el pesimismo está positivamente relacionado con el informe de síntomas físicos, mientras que el optimismo está asociado negativamente con las quejas somáticas y esta vinculación puede ser explicada principalmente por la utilización diferencial de la estrategia de afrontamiento denominada autocrítica, como característica del pesimismo. Cartagena (2008) realizó un estudio sobre la relación entre la autoeficacia con el rendimiento escolar y los hábitos de estudio en 210 alumnos de primero, tercero y quinto de secundaria de ambos sexos del distrito de Ate-Vitarte-Huaycan. Encontró que existe una relación significativa entre los puntajes totales de autoeficacia en el rendimiento escolar con los hábitos de estudio en el caso del quinto de secundaria; además, encontró que existe relación significativa e inversa entre los puntajes totales de la escala de autoeficacia en el rendimiento escolar con el puntaje del área de distractibilidad del inventario de hábitos de estudio. La Teoría de la Autoeficacia defiende el papel de los aspectos cognitivos en el proceso de determinación de la conducta humana (Bandura, 1986). Los individuos reflexionan, ejerciendo control sobre sus actos, y evalúan sus posibilidades de éxito ante una situación dada (Guillén, 2007). De esta forma, solo iniciaremos

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una acción si consideramos que seremos capaces de afrontarla satisfactoriamente (Rueda, Pérez y Bermúdez, 2005). En base a esta teoría es que Reigal y Videra (2010) examinaron el papel de la autoeficacia general (Schwarzer, 1992) en la intención de realizar práctica física por parte de individuos no activos. La muestra estuvo compuesta por 872 adolescentes de Málaga capital, hombres (n=232) y mujeres (n=640). Pertenecían a los niveles 3º y 4º de secundaria y 1º de bachillerato, con edades comprendidas entre los 14 y 19 años (M= 15,78; DT=1,04). La intención de practicar y la percepción de la eficacia general se evaluaron mediante encuesta. La primera variable se midió gracias a un solo ítem, preguntando directamente sobre la intención de hacerlo, y la segunda a través de la Escala de Autoeficacia General (AEG) de Schwarzer y Jerusalem (1995), en concreto la versión en castellano desarrollada por Baessler y Schwarzer (1996), la cual obtuvo una consistencia interna alta, con el coeficiente alfa de Cronbach 0.862. Los resultados hallados indican que los individuos que no pensaban practicar tenían un nivel de autoeficacia general bajo, mientras que aquellos que estaban más cerca de hacerlo obtuvieron resultados superiores. Esto refleja el rol mediador que tienen las variables internas en la decisión de actuar de determinada forma a lo largo de la vida. Con respecto a la variable: salud mental positiva, Lluch (2002) realizó una investigación que tuvo como objetivo, definir y evaluar empíricamente el modelo conceptual de salud mental positiva planteado por Jahoda (1958), asimismo inició la construcción de una escala para evaluar la salud mental positiva y analizar sus propiedades psicométricas. La muestra fueron estudiantes de enfermería de la Universidad de Barcelona. El instrumento estuvo constituido por 176 ítems agrupados en seis factores: actitudes hacia sí mismo, crecimiento, desarrollo y autoactualización, integración, autonomía, percepción de la realidad y dominio del entorno. La confiabilidad, evaluada mediante el coeficiente alfa de consistencia interna, fue favorable para la estructura de seis factores generales, presentando valores superiores a 0.70.

Sin embargo, en la estructura de 16 subfactores, seis de estos obtuvieron coeficientes alfa bajos, con valores entre 0.58 y 0.14. Los resultados de la validez por análisis factorial exploratorio indicaron que: a) en ninguno de los factores explorados se cumplió la estructura de subfactores planteada, b) el porcentaje de varianza explicada fue alto en todos los factores, oscilando entre el 0.8 y 55.4%, c) en todos los análisis se configuró un primer factor resultante que explica un elevado porcentaje de varianza, entre 33.6 y 18.1% y, acumula la mayoría de los ítems y d) el porcentaje de ítems, que saturaron por encima de 0.40 en el primer factor oscilaron entre 35.7 y 100%. En síntesis, la estructura de 16 subfactores del modelo de salud mental positiva no se cumplió. Los resultados delimitaron la unidimensional de los seis factores generales. En este sentido, los criterios: integración y autonomía, configurados inicialmente con una sola dimensión, mantuvieron la estructura propuesta por Jahoda (1958). La estructura multidimensional planteada para los cuatro criterios generales restantes no se cumplió. Por otra parte, el cuestionario inicial tuvo importantes variaciones: quedó reducido a 40 ítems estructurados en seis factores y con una distribución desigual entre los factores. El problema de investigación es ¿Cuál es la relación entre la autoeficacia y la salud mental positiva en estudiantes de psicología de una universidad pública? El objetivo general es determinar la relación entre las variables autoeficacia y la salud mental positiva en estudiantes de psicología de una universidad pública y, como objetivos específicos describir la variable autoeficacia y la de salud mental positiva, en estudiantes de psicología de una universidad pública. Así como, analizar las diferencias significativas para cada una de estas variables por edad, sexo y año de estudio. Finalmente, establecer las relaciones significativas entre la autoeficacia y la salud mental positiva, en estudiantes de psicología de una universidad pública. La hipótesis general es: existe una asociación

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150 AUTOEFICACIA Y SALUD MENTAL POSITIVA EN ESTUDIANTES DE PSICOLOGÍA DE LIMA

o correlación significativa entre las variables autoeficacia y la salud mental positiva en estudiantes de psicología de una universidad pública y, como hipótesis específicas si existen diferencias significativas en la variable autoeficacia y en salud mental positiva según edad, sexo y años de estudio. La hipótesis específica principal es establecer correlación significativa entre ambas variables. MÉTODO Se trabajó con un diseño no experimental de tipo correlacional, para estudiar la relación entre: Autoeficacia y Salud Mental Positiva. También se asumió el diseño descriptivo comparativo para analizar la presencia o no de diferencias de cada variable de estudio en función de las variables socio-demográficas: edad, sexo y año de estudios.

Participantes La población estuvo conformada por el total de alumnos de Psicología de una universidad pública, del 2º al 4º año de estudios, matriculados en el año lectivo 2011. El muestreo fue probabilístico y estratificado por años de estudios. La muestra fue calculada empleando una fórmula de probabilidades con un nivel de confianza del 95% y un error de 0.05, estimada en 250 estudiantes, la cual equivale a un 34.7% de la población. Luego, se procedió a la asignación proporcional de la misma por años de estudio, tal como se muestra en la Tabla 1. Se puede observar que las muestras para cada año de estudios y la muestra general, corresponden aproximadamente entre el 27 al 40% de sus respectivas poblaciones.

Tabla 1 Distribución de la población y muestra según años de estudio Años de estudio

N

n

% respecto a N

2º año

200

70

27.78

3º año

292

100

40.45

4º año

228

80

31.77

Total

720

250

34.72

También se asumieron, criterios de inclusión: ser estudiante de psicología y alumno de matrícula regular. Como criterios de exclusión: no ser estudiante de psicología y ser mayor de 35 años.

En la Tabla 2 se presenta la distribución de la muestra según variables socio-demográficas.

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151 ANICAMA J, CABALLERO G, CIRILO I, AGUIRRE M, BRICEÑO R, TOMÁS A.

Tabla 2 Distribución de la muestra según variables socio-demográficas

Variables

f

%

Sexo Varones Mujeres

90 160

36.07 63.93

Edades 17 a 20 años 21 a 24 años 25 a más años

72 162 16

28.93 64.64 6.43

Año de estudio 2 año 3 año 4 año

56 103 91

22.50 41.07 36.43

Ocupación Estudiante Estudiante y trabajador

249 1

99.64 0.36

Total

250

100.0

Instrumentos Se utilizaron dos instrumentos: La Escala General de Autoeficacia de Baessler y Schwarzer: (Schwarzer, 1992, en Alcalde, 1998) que enfoca el sentido general de la autoeficacia, enfatizando en la percepción de su competencia personal amplia y estable ante el manejo de una variedad de situaciones estresantes. Este instrumento fue desarrollado por Jerusalem y Schwarzer en 1981. Inicialmente estuvo compuesto por veinte ítems, para luego ser reducido a diez ítems y posteriormente adaptado a 28 idiomas (Schol, Gutierrez, Sud & Schwarzer, 2002). La escala está conformada por diez ítems, con cuatro opciones de respuesta cada una, en un formato tipo Likert: 1. Incorrecto, 2. Apenas cierto, 3. Más bien cierto y 4. Cierto. El puntaje

mínimo total de la prueba es de 10 puntos y el puntaje máximo total es de 40 puntos. La versión española fue adaptada en estudiantes universitarios de Lima por Alcalde (1998), quien utilizó el análisis factorial y encontró dos factores dominantes: el primero con un 36% de carga factorial, por lo cual se decidió la unidimensionalidad de la escala. Se utilizó también el coeficiente Alpha de Cronbach para establecer la confiabilidad, obteniéndose un índice de 0.7955, lo cual satisface el criterio de aceptación establecida. El segundo instrumento fue la Escala de Salud Mental Positiva desarrollada por Mª Teresa Lluch Canut en Barcelona. Se compone de un cuestionario de 39 preguntas. Fue construido en tres estudios secuenciales. En el aspecto teórico, la autora se basó en los postulados del

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152 AUTOEFICACIA Y SALUD MENTAL POSITIVA EN ESTUDIANTES DE PSICOLOGÍA DE LIMA

modelo de Jahoda. Los ítems están distribuidos de la siguiente forma: Factor 1 “Satisfacción personal”: 8 ítems Factor 2 “Actitud prosocial”: 5 ítems Factor 3 “Autocontrol”: 5 ítems Factor 4 “Autonomía”: 5 ítems Factor 5 “Resolución de problemas y autoactualización”: 9 ítems Factor 6 “Habilidades de relación interpersonal”: 7 ítems.

La Tabla 3 ilustra los dieciséis componentes de los seis factores de la escala de Salud Mental Positiva de Lluch.

Tabla 3 Modelo hipotético de salud mental positiva formado por 16 subfactores agrupados de forma desigual en seis factores generales. (Lluch, (2002) Factores generales

Subfactores F1.1: Accesibilidad del Yo a la conciencia F1.2: Concordancia Yo real-Yo ideal F1.3: Autoestima F1.4: Sentido de identidad

F1: Actitudes hacia sí mismo

F2: Crecimiento y autoactualización

F2.1: Motivación por la vida F2.2: Implicación en la vida

F3: Integración

F3.1:Resistencia al estrés

F4: Autonomía

F4.1: Conducta independiente

F5: Percepción de la realidad

F5.1: Percepción objetiva F5.2: Empatía o sensibilidad social

F6: Dominio del entorno

F6.1: Satisfacción sexual F6.2: Adecuación en el amor, el trabajo y el tiempo libre F6.3: Adecuación en las relaciones interpersonales F6.4: Habilidad para satisfacer las demandas del entorno F6.5: Adaptación y ajuste F6.6: Resolución de problemas

Se realizó una validez de criterio, de contenido y otra de constructo, específicamente por el análisis factorial exploratorio. En cuanto a

su confiabilidad, se utilizó la modalidad testretest cuyos resultados se puede apreciar en la siguiente tabla:

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153 ANICAMA J, CABALLERO G, CIRILO I, AGUIRRE M, BRICEÑO R, TOMÁS A.

Tabla 4 Puntaje de correlación test-retest de la prueba de salud mental positiva

Factores

r

Factor 1: Satisfacción personal Factor 2: Actitud prosocial Factor 3: Autocontrol Factor 4: Autonomía Factor 5: Resolución de problemas y autoactualización Factor 6: Habilidades de relación interpersonal Escala global También se obtuvo el coeficiente Alfa de Cronbach, los valores fueron iguales o superiores a 0.70 a excepción del factor de Actitud Prosocial, el cual tuvo un valor menor. Como procedimiento las pruebas se aplicaron en pequeños grupos de no más de 10 personas y en el mejor de los casos individual con el permiso de las autoridades correspondientes. RESULTADOS En la Tabla 5 se observa para la variable percepción de la autoeficacia que el grupo de

.79 .60 .72 .77 .77 .72 .85

mujeres presenta una media ligeramente superior a la de los varones. Sus coeficientes de variación indican que la dispersión de sus puntuaciones es homogénea. Por otro lado, los coeficientes de Kolmogorov-Smirnov (K-S), para analizar la distribución de puntajes, obtuvieron probabilidades no significativas (p > .05) en ambos grupos, lo cual justifica el empleo de una prueba paramétrica para la comparación entre varones y mujeres. Al respecto, los resultados obtenidos con la “t” de Student indican que la leve diferencia entre ambos grupos no es significativa (p> .05).

Tabla 5 Características y diferencias significativas en Autoeficacia según sexo. Variable Autoeficacia

Grupos Varones Mujeres

Media 29.30 29.68

D.E 4.54 4.03

C.V. 15.49 13.59

K.S. 0.87 ns 1.20 ns

p 0.429 0.113

t -0.715 ns

p 0.475

p > .05 (n.s.)

En la Tabla 6 se observa que el grupo etario de 25 años a más, presenta un promedio mayor, en comparación a los demás grupos de edades. En todos los grupos, los coeficientes de variación indican que la dispersión de sus puntuaciones es homogénea. Por otro lado, los coeficientes de Kolmogorov-Smirnov (K-S)

obtuvieron probabilidades no significativas (p> .05) en los tres grupos, lo cual justifica el empleo de una prueba paramétrica para la comparación entre edades. Al respecto, los resultados obtenidos con la “F” de Análisis de Varianza indican que las diferencias según la edad no son significativas (p> .05).

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154 AUTOEFICACIA Y SALUD MENTAL POSITIVA EN ESTUDIANTES DE PSICOLOGÍA DE LIMA

Tabla 6 Características y diferencias significativas en Autoeficacia según edad

Variable Autoeficacia

Grupos 17 a 20 21 a 24 25 a +

X 29.33 29.53 30.61

D.E 4.59 3.96 5.01

C.V. 15.67 13.42 16.36

K.S. 1.00 ns 1.06 ns 0.72 ns

p 0.273 0.215 0.686

t 0.683 ns

p 0.506

p > .05 (n.s.)

En la Tabla 7 se observa que el grupo de 4º año de estudios presenta una media ligeramente mayor, en comparación a los demás años de estudio. En todos los grupos, los coeficientes de variación indican que la dispersión de sus puntuaciones es homogénea. Por otro lado, los coeficientes de Kolmogorov-Smirnov (K-S) obtuvieron probabilidades no significativas (p >

.05) en dos grupos, con excepción del grupo de 3º año, lo que indica que este presenta puntuaciones que no se aproximan a una distribución normal y justifica el empleo de una prueba no paramétrica para la comparación según años de estudio. Al respecto, los resultados obtenidos con la prueba de Kruskall-Wallis indican que la diferencia según años de estudio no es significativa (p> .05).

Tabla 7 Características y diferencias significativas en Autoeficacia según año de estudio

Variable Autoeficacia

Grupos 2º año

X 29.49

D.E 4.87

C.V. 16.52

K.S. 0.75 ns

p 0.634

3º año

29.19

3.74

12.82

1.43 *

0.034

4º año

29.96

4.29

14.32

1.08 ns

0.196

X² 0.343 ns

p 0.842

p > .05 (n. s.)

En la Tabla 8 se presentan los resultados para la variable salud mental positiva, según sexo. El grupo de mujeres presenta una media ligeramente superior a la de varones en la mayoría de subescalas de salud mental positiva, tales como: satisfacción personal, autonomía, resolución de problemas, habilidades interpersonales y en el puntaje total; mientras que los varones obtuvieron un puntaje mayor en actitud prosocial y autocontrol. Sus coeficientes de variación indican que la dispersión de sus puntuaciones es homogénea en todas las subescalas y en el puntaje total. Por otro lado, los coeficientes de

Kolmogorov-Smirnov (K-S) obtuvieron probabilidades significativas (p< .05) en todas las subescalas y en el puntaje total, por lo menos en uno de los grupos de comparación, lo cual justifica el empleo de una prueba no paramétrica para la comparación entre varones y mujeres. Al respecto, los resultados obtenidos con la “U” de Mann-Whitney, transformados a una distribución “Z”, indican que las diferencias entre ambos grupos no son significativas (p > .05), para cada uno de los componentes de la variable salud mental positiva.

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155 ANICAMA J, CABALLERO G, CIRILO I, AGUIRRE M, BRICEÑO R, TOMÁS A.

Tabla 8 Características y diferencias significativas en la Salud mental positiva según sexo

Variable Satisfacción personal Actitud prosocial Autocontrol Autonomía Resolución de problemas Habilidades interpersonales Puntaje total

Grupos Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres

X 21.12 22.17 12.72 12.71 13.94 13.93 12.78 13.07 27.85 27.96 19.10 19.65 107.59 109.41

D.E 7.00 6.86 1.55 1.83 2.36 2.31 3.41 3.54 4.22 3.90 4.06 4.18 16.82 16.32

C.V. 33.16 30.92 12.15 14.41 16.92 16.56 26.68 27.07 15.16 13.95 21.28 21.28 15.63 14.92

K.S. 0.99 ns 1.47 * 1.59 * 2.21 *** 1.11 ns 1.68 ** 1.13 ns 1.84 ** 1.23 ns 1.39 * 1.40 * 1.46 * 1.34 ns 1.66 **

p 0.280 0.027 0.013 0.000 0.170 0.007 0.159 0.002 0.096 0.041 0.039 0.028 0.055 0.008

Z

p

-1.154 ns

0.248

-0.006 ns

0.996

-0.101 ns

0.919

-0.770 ns

0.442

-0.561 ns

0.575

-1.125 ns

0.261

-1.094 ns

0.274

*p< .05; **p< .01; ***p< .001

En la Tabla 9 se presentan los resultados para la variable salud mental positiva, según edad. Se observa que el grupo de 25 a más años presenta una media superior, en comparación a las demás edades, en casi todas las subescalas de salud mental positiva y en el puntaje total, con excepción de la subescala actitud prosocial, donde el grupo de 21 a 24 años obtuvo el mayor promedio. Los coeficientes de variación indican que la dispersión de sus puntuaciones es homogénea en casi todas las subescalas y en el puntaje total, con excepción de la subescala satisfacción personal, donde el grupo de 21 a 24 años obtuvo una dispersión elevada. Por otro lado,

los coeficientes de Kolmogorov-Smirnov (K-S) obtuvieron probabilidades significativas (p< .05) en todas las subescalas y el puntaje total, por lo menos en uno de los grupos de comparación, lo cual justifica el empleo de una prueba no paramétrica para la comparación según edad. Al respecto, los resultados obtenidos con la prueba de Kruskal-Wallis, indican la existencia de diferencias significativas en las sub-escalas: satisfacción personal (p< .01), autocontrol (p< .05), autonomía (p< .05) y habilidades interpersonales (p< .01), así como en el puntaje total (p< .01).

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156 AUTOEFICACIA Y SALUD MENTAL POSITIVA EN ESTUDIANTES DE PSICOLOGÍA DE LIMA

Tabla 9 Características y diferencias significativas en la Salud mental positiva, según edad

Variable Satisfacción personal

Grupos 17 a 20 21 a 24 25 a +

X 22.41 20.95 27.50

D.E 6.24 7.15 4.19

C.V. 27.83 34.12 15.24

K.S. 0.92 ns 1.50 * 1.06 ns

p 0.372 0.022 0.207

Actitud prosocial

17 a 20 21 a 24 25 a +

12.58 12.79 12.50

1.83 1.69 1.69

14.54 13.25 13.51

1.82 ** 2.04 *** 0.73 ns

Autocontrol

17 a 20 21 a 24 25 a +

13.86 13.83 15.28

2.48 2.25 1.90

17.88 16.30 12.46

17 a 20 21 a 24 25 a +

13.27 12.61 15.11

3.27 3.51 3.50

Resolución de problemas

17 a 20 21 a 24 25 a +

27.41 28.06 28.83

Habilidades interpersonales

17 a 20 21 a 24 25 a +

Puntaje total

17 a 20 21 a 24 25 a +

Autonomía

p

15.068 **

.001

0.003 0.000 0.662

0.514 ns

.773

1.14 ns 1.58 * 0.79 ns

0.146 0.014 0.565

7.913 *

.019

24.68 27.84 23.14

1.31 ns 1.39 * 0.65 ns

0.064 0.041 0.787

8.173 *

.017

4.14 3.95 3.93

15.10 14.09 13.63

1.17 ns 1.39 * 0.89 ns

0.132 0.041 0.411

1.034 ns

.596

19.46 19.15 22.44

4.13 4.16 2.77

21.21 21.72 12.34

1.12 ns 1.80 ** 0.61 ns

0.163 0.003 0.857

11.112 **

.004

109.11 107.30 121.67

15.65 16.75 11.95

14.34 15.61 9.82

0.93 ns 2.02 ** 0.61 ns

0.357 0.001 0.847

13.121 **

.001

*p< .05; **p< .01; ***p< .001

Debido a que se encontraron las diferencias significativas señaladas en la Tabla 9, se procedió a realizar una prueba post-hoc con la finalidad de identificar entre qué grupos de edades se presentaban dichas diferencias, para lo cual se empleó la prueba de Tukey, cuyo resultado se

muestra en la Tabla 10. Se observa que todos los grupos de edad difieren con el grupo de 25 años a más en las subescalas analizadas, así como en el puntaje total, siendo este grupo de 25 años el cual presenta el mayor promedio, en todas las comparaciones.

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157 ANICAMA J, CABALLERO G, CIRILO I, AGUIRRE M, BRICEÑO R, TOMÁS A.

Tabla 10 Prueba post hoc de Tukey para salud mental positiva según edad Variable Satisfacción personal

Grupos 17 a 20 21 a 24 25 a +

Autocontrol

Autonomía

Habilidades interpersonales Puntaje total

17 a 20

21 a 24 1.46 ns

25 a + -5.09 * -6.55 ***

17 a 20 21 a 24 25 a +

0.03 ns

-1.42 * -1.45 *

17 a 20 21 a 24 25 a + 17 a 20 21 a 24 25 a +

0.66 ns

-1.84 ns -2.50 *

0.31 ns

-2.99 * -3.29 *

17 a 20 21 a 24 25 a +

1.81 ns

-12.554 * -14.363 *

*p< .05; ***p< .001

En la Tabla 11 se presentan los resultados para la variable salud mental positiva, según años de estudio. Se observa que el grupo de 4º año presenta una media superior, en comparación a los demás años de estudio, en casi todas las subescalas de salud mental positiva y en el puntaje total, con excepción de la subescala actitud prosocial, donde el grupo de 3º año obtuvo el mayor promedio. Los coeficientes de variación indican que la dispersión de sus puntuaciones es homogénea en todas las subescalas y en el puntaje total. Por otro lado, los coeficientes de Kolmogorov-Smirnov (K-S) obtuvieron

probabilidades significativas (p< .05) en todas las subescalas y el puntaje total, al menos en uno de los grupos de comparación, lo cual justifica el empleo de una prueba no paramétrica para la comparación según años de estudio. Al respecto, los resultados obtenidos con la prueba de KruskalWallis, indican la existencia de diferencias significativas en las subescalas: satisfacción personal (p < .001), autocontrol (p < .001), autonomía (p < .001), resolución de problemas (p < .05) y habilidades interpersonales (p < .001), así como en el puntaje total (p < .001).

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158 AUTOEFICACIA Y SALUD MENTAL POSITIVA EN ESTUDIANTES DE PSICOLOGÍA DE LIMA

Tabla 11 Características y diferencias significativas en la Salud mental positiva según años de estudio Variable Satisfacción personal

Grupos 2º año 3º año 4º año

X 25.03 15.86 26.38

D.E 5.46 4.07 5.22

C.V. 21.81 25.67 19.79

K.S. 1.04 ns 1.57 * 1.54 *

p 0.227 0.014 0.017

Actitud prosocial

2º año 3º año 4º año

12.35 12.89 12.74

1.91 1.39 1.93

15.47 10.79 15.15

1.50 * 2.60 *** 1.74 **

Autocontrol

2º año 3º año 4º año

14.29 13.11 14.64

2.64 1.87 2.30

18.47 14.25 15.73

2º año 3º año 4º año

14.43 10.42 14.87

3.08 2.36 3.03

Resolución de problemas

2º año 3º año 4º año

27.52 27.40 28.74

Habilidades interpersonales

2º año 3º año 4º año

Puntaje total

2º año 3º año 4º año

Autonomía

p

138.438 ***

0.000

0.022 0.000 0.005

2.019 ns

0.364

0.77 ns 1.50 * 1.47 *

0.596 0.022 0.026

26.187 ***

0.000

21.33 22.60 20.37

1.40 * 1.28 ns 1.75 **

0.039 0.076 0.004

103.087 ***

0.000

4.46 3.27 4.36

16.19 11.94 15.16

0.98 ns 1.71 ** 0.89 ns

0.292 0.006 0.404

9.223 *

0.010

20.98 16.56 21.72

3.90 2.57 3.79

18.59 15.50 17.45

1.13 ns 1.71 ** 1.20 ns

0.159 0.006 0.112

94.552 ***

0.000

114.85 96.24 119.04

15.49 9.20 14.14

13.49 9.56 11.88

0.85 ns 1.39 * 0.90 ns

0.461 0.041 0.389

113.562 ***

0.000

*p< .05; **p< .01; ***p< .001

Dado que se encontraron las diferencias significativas señaladas en la Tabla 11, se procedió nuevamente a calcular la prueba posthoc de Tukey, cuyo resultado se muestra en la Tabla 12. Se observa que en la mayoría de las comparaciones se obtiene el mismo patrón de dos diferencias entre grupos; es decir, el 2º año se

diferencia del 3º año (siendo el segundo año el de mayor promedio) y el 3º año se diferencia del 4º año, siendo el cuarto año el de mayor promedio. Solamente en resolución de problemas se encontró una sola diferencia significativa (p< .05) entre 3º año y 4º año, siendo el cuarto año el de mayor promedio.

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Tabla 12 Prueba post-hoc de Tukey para salud mental positiva según año de estudios Variable Satisfacción personal

Grupos 2º año 3º año 4º año

2º año

3º año 9.17 *

4º año -1.35 ns -10.52 *

Autocontrol

2º año 3º año 4º año

1.18 *

-0.34 ns -1.53 *

Autonomía

2º año 3º año 4º año 2º año 3º año 4º año

4.00 *

-0.44 ns -4.45 *

0.13 ns

-1.22 ns -1.34 *

Resolución de problemas Habilidades interpersonales

2º año 3º año 4º año

4.43 *

-0.73 ns -5.15 *

Puntaje total

2º año 3º año 4º año

18.62 *

-4.18 ns -22.80 *

*p< .05

Para evaluar las correlaciones específicas entre autoeficacia y salud mental positiva, se procedió a calcular el coeficiente de correlación no paramétrico de Spearman, cuyos resultados se muestran en la Tabla 13. Como se puede apreciar, se encontraron cinco correlaciones significativas. La autoeficacia se relaciona significativamente con la mayoría de las subescalas de salud mental positiva y con el puntaje total, estas tres relaciones

son débiles y positivas y, dos correlaciones más: autocontrol y resolución de problemas tienen un puntaje de correlación más moderada y positiva; es decir, a mayor autoeficacia, existirá mayor satisfacción personal (p< .05), mayor y mejor autocontrol (p< .001), mayor y mejor capacidad de resolución de problemas (p< .001), mayores habilidades interpersonales (p< .01) y una mayor salud mental positiva en general (p< .01).

Tabla 13 Correlación entre salud mental positiva y autoeficacia Autoeficacia Salud mental positiva Satisfacción personal Actitud prosocial Autocontrol Autonomía Resolución de problemas Habilidades interpersonales Puntaje total

r

p

0.128 * -0.117 ns 0.317 *** 0.098 ns 0.256 *** 0.157 ** 0.206 **

0.034 0.052 0.000 0.103 0.000 0.009 0.001

*p< .05; **p< .01; ***p< .001

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160 AUTOEFICACIA Y SALUD MENTAL POSITIVA EN ESTUDIANTES DE PSICOLOGÍA DE LIMA

Seguidamente, en la Figura 1, se ilustra la

correlación entre ambas variables.

Figura 1. Correlación entre salud mental positiva y autoeficacia. DISCUSIÓN Los resultados confirman nuestras hipótesis y objetivos específicos estableciendo una correlación positiva aunque baja a moderada pero altamente significativa cuando (p<.001) entre las variables autoeficacia y salud mental positiva, lo cual está en línea con lo señalado por Bandura (1992b, 1999b), Lazarus y Folkman (1987) quienes han señalado la importancia de la percepción de la autoeficacia en las variables involucradas en la percepción de la salud, y con mayor presencia en la salud mental. Asimismo, al hallarse correlaciones específicas entre la autoeficacia con la subescala de autocontrol y, entre la autoeficacia con la resolución de

problemas, se ha coincidido con lo señalado por Bandura (1986) y Pajares (2002) quienes han precisado que la autoeficacia ayuda a mejorar el autosistema de control del medio ambiente y a autorregular su propia conducta, como también lo ha señalado Anicama (2010), quien ha precisado que el autocontrol como técnica de la modificación del comportamiento involucra cambios en diferentes componentes cognitivos: uno de los cuales es la autoeficacia. Por su parte, la salud mental positiva con mayores puntajes en las mujeres, aunque no significativos, coincide con los planteamientos teóricos de Lluch (2002) y con los datos empíricos de Mettifogo et al. (1998) quienes además han

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señalado la importancia de la salud mental positiva como una capacidad para proveer bienestar psicológico y facilitar el logro de metas individuales y colectivas. Los puntajes promedio a levemente mayores a los puntos medios de la distribución de puntajes de la escala total y en todas sus subescalas, son ligeramente más bajos que los hallados en universitarios de Chile por Mettifogo et al. (1998). En cuanto a las comparaciones, es importante destacar que en la variable autoeficacia hay diferencias pero no significativas según edad y año de estudios, a favor de los alumnos de cuarto año y los de mayor edad. Ello se considera que está en relación con el nivel de madurez que se ha alcanzado en ese nivel de desarrollo y, por otro lado, con la influencia que la formación profesional en la carrera empieza a ejercer en el adolescente, todo lo cual le permite ir generando un mayor autocontrol y una mejor regulación de sus emociones, así como de su salud mental, como lo han señalado diferentes autores. Argumentos similares pueden darse para explicar las diferencias más significativas para los diversos componentes de la variable salud mental positiva, especialmente en las escalas como: satisfacción personal, autocontrol y autonomía. Es evidente una relación positiva entre los diversos componentes de la salud mental positiva con la manera cómo nos percibimos o nos sentimos seguros para ser eficaces y competentes al enfrentar un problema de la vida cotidiana. Por otro lado, los mayores puntajes aunque leves pero no significativos en mujeres en comparación con los hombres, tanto en autoeficacia como en salud mental positiva, guardan cierta relación con los datos de Alcalde (1998), Carrasco y Del Barrio (2002) y Mettifogo et al. (1998), todo lo cual no hace más que señalar lo postulado teóricamente: que las mujeres en la adolescencia y juventud tienden a tener un mejor y más rápido nivel de madurez y autocontrol que los hombres y en este caso de la percepción de sentirse más competente tempranamente.

Finalmente, es importante destacar como señala Villamarín (1990), que la autoeficacia tiene que ver con el desarrollo de conductas relacionadas con la salud. Evidentemente la práctica de conductas saludables, está en una relación directa y cercana con la percepción de las competencias que tiene cada persona para hacer las cosas bien, para sentirse y/o percibirse bien y, por supuesto con el disponer de una actitud y una práctica de la salud mental positiva. Ese es otro aspecto importante de destacar, para nuevas investigaciones que ampliarán los hallazgos presentados. REFERENCIAS Alcalde, M. (1998). Nivel de Autoeficacia percibida y estilos de afrontamiento en estudiantes de Lima (Tesis de licenciatura no publicada). Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima, Perú. Anicama, J. (2010). Análisis y modificación del comportamiento en la práctica clínica. Lima: Asamblea Nacional de Rectores: ANR. Avia, M. & Vazquez, C. (1998). Optimismo inteligente. Madrid: Alianza Editorial. Bados, A. (2001). Habilidades de enfrentamiento al estrés: Intervención para hablar en público. En J.M. Buceta & A. M. Bueno (Eds.). Psicología de la salud: control del estrés y trastornos asociados (pp. 167-214). Madrid. Dykinson. Baessler, J. & Schwarcer, R. (1996). Evaluación de la autoeficacia: Adaptación española de la escala de Autoeficacia General. Ansiedad y Estrés, 2, 1-8. Bandura, A. (1977). Self-efficacy: toward a unyfyng theory of behavioral change. Psychological Review, 84, 191-215. Bandura, A. (1986). Social foundations of thought and action. A social cognitive theory. New Jersey: Prentice Hall. Bandura, A. (1988a). Autorregulación de la motivación y acción a través de la meta como sistema. Periódico de Personalidad y Psicología Social. 54, 5-12. Nueva York: Prentice Hall.

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Recibido: 27 de agosto del 2012 Aceptado: 27 de octubre del 2012

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RESILIENCIA EN MUJERES MORELIANAS SEPARADAS POR VIOLENCIA CONYUGAL Elsa Edith Zalapa Lúa*, Yolanda Elena García Martínez** y Gisella Esmeralda Figueroa López. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

RESUMEN La violencia contra las mujeres se ha venido manifestando de distintas maneras y en diferentes contextos, de ahí el interés de comprender los aspectos que influyeron en mujeres en situación de violencia a separarse de su agresor y conocer los factores resilientes que las ayudaron a afrontar la separación. Se utilizó un enfoque cualitativo, mediante el método fenomenológico. Las técnicas empleadas fueron: observación participante, entrevista semiestructurada y un taller de desarrollo humano. Participaron siete mujeres Morelianas de 45 años de edad promedio. Los factores resilientes encontrados son: redes de apoyo, hijos, apoyo psicológico, perseverancia, espiritualidad y responsabilidad. Se concluye que estas mujeres son resilientes por enfrentarse a sus miedos, creencias familiares y sociales. Palabras claves: resiliencia, violencia conyugal, mujeres separadas, pareja.

RESILIENCE IN SEPARATE WOMEN FROM MORELIA, BY SPOUSAL VIOLENCE ABSTRACT This investigation tries to comprehend the aspects that influenced in violence situation women behind the separation from her abuser and know the resilient factors which help to cope the separation. It was used a qualitative approach, through the phenomenological method. The technics that we used were the observation, semi structured interview and a human development workshop. There were involved seven women with an average age of 45 years, from Morelia Michoacan. The factors which influenced to finish the relationship: infidelity and physical violence. The resilients factors are: support networks, children, psychological support, perseverance, spirituality and responsibility. It was concluded that these women are resilient to face their fears, family and social beliefs. Keywords: resilience, spousal violence, separate women, couple.

RESILIÊNCIA EM MULHERES CASADAS DE MORELIA, SEPARADAS POR VIOLÊNCIA RESUMO Esta pesquisa busca compreender os aspectos que influenciaram as mulheres em situação de violência se separar do seu agressor e os fatores que ajudaram a separação rosto resistente. Nós usamos uma abordagem qualitativa, utilizando o método fenomenológico. As técnicas utilizadas foram a observação, entrevistas semi-estruturadas e um workshop sobre o desenvolvimento humano. Participou sete mulheres, com uma idade média de 45 anos, originário de Morelia Michoacán. Fatores que influenciaram a terminar o relacionamento: a infidelidade e violência física. Fatores de resiliência: redes de apoio, as crianças, aconselhamento, perseverança, espiritualidade e responsabilidade. Concluímos que essas mulheres são resistentes para enfrentar seus medos crenças familiares e sociais. Palavras-chave: resiliência, violência doméstica, as mulheres separadas, casais *Correspondencia: elsazalapa@yahoo.com.mx **Correspondencia: nina_58_2000@yahoo.com

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De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud [OMS] (Vives-Cases, Álvarez-Dardeta, Carrasco-Portiñoa &Torrubiano-Domínguez, 2007)la violencia se considera un problema de salud pública que afecta a millones de mujeres en el mundo, además sigue aquejando el bienestar, llegando en ocasiones a terminar con la vida de las mujeres que viven violencia. Una de tres mujeres en el mundo ha sido golpeada, forzada a mantener relaciones sexuales. La violencia suele darse por parte de las personas más cercanas y en particular por su pareja(United Nations Development Fundfor Women [UNIFEM], 2007). La violencia contra las mujeres, es un hecho social que existe en el mundo entero. Muchas sociedades prohíben esta violencia. Así, que con demasiada frecuencia, se encubre, se fomenta, se permite o se tolera tácitamente. Numerosas investigaciones han buscado explicar las causas por las cuales se da la violencia contra la mujer, y sobre todo, desde que es considerada como un problema de salud pública. De dichas explicaciones la que tuvo un origen más temprano, manteniéndose todavía vigente, buscó la causa en una condición masoquista de la mujer. Según esta concepción, la violencia ejercería el papel de un mediador en el equilibrio de la relación de pareja y de las necesidades individuales de sus miembros. En este sentido, autores como Snell, Rosenwall, y Robey(citados por Escudero, Polo, López & Aguilar, 2005) sostienen que los periodos de conducta violenta liberan al hombre de su angustia por su inoperancia como tal, al tiempo que permiten a la mujer obtener una satisfacción masoquista; esta última ayuda a la mujer a manejar su culpa derivada de su propia hostilidad expresada en su conducta controladora y castradora En esta concepción los autores dejan de considerar factores importantes para la explicación de esta problemática. Es por ello que la presente investigación se centra y se basa en una explicación a la violencia que permita obtener un panorama en donde confluyan factores sociales, familiares y personales, en la cual no se culpabilice a uno u otro sexo de dicha problemática.

Para ello se retoma la explicación de Heise (citado por Ruiz, Blanco & Vives, 2004) quien propone para el estudio y el conocimiento de la violencia contra la mujer un marco ecológico integrado. Este marco estudia la interacción de factores que actúan en cuatro ámbitos distintos: 1.

Macrosistema: Se refiere al contexto más amplio y tiene que ver con las formas de organización social, los sistemas de creencias y los estilos de vida que prevalecen en una cultura o subcultura en particular. Son patrones generalizados que impregnan los distintos estamentos de una sociedad (por ejemplo, la cultura patriarcal).

2.

Exosistema: Está compuesto por la comunidad más próxima, incluye las instituciones mediadoras entre el nivel de la cultura y el nivel individual: la escuela, la iglesia, los medios de comunicación, los ámbitos laborales, las instituciones recreativas, los organismos judiciales y de seguridad.

3.

Microsistema: Es el contexto más reducido e implica las relaciones cara a cara que constituyen la red vincular más próxima a la persona. Dentro de esta red, juega un papel privilegiado la familia, entendida como estructura básica del microsistema.

4.

El nivel individual: Relativo a la dimensiones conductuales, cognitivas y de interacciones (Bronfenbrenner citado por Correa & Flores, 2007).

El género es un factor que influye en las concepciones y en el ejercicio de la desigualdad que se ejerce tanto en el ámbito social como familiar. Se entenderá por género “la identificación de creencias, valores y atributos culturales, dados en un contexto social, histórico, geográfico y cultural que determinan la feminidad y masculinidad” (González, 2006, p. 20) y determina por lo tanto, cómo debe ser un

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hombre y una mujer dentro de un contexto social específico. Todos estos valores, roles, actitudes de género que forman parte del modelo social se interiorizan a lo largo del proceso de socialización y construcción de identidad; por lo tanto, la sociedad no sólo ha asignado a cada sexo lo que debe hacer sino que además ha creado una serie de creencias, expectativas y atribuciones de cómo es y cómo se comporta cada sexo; es decir, ha originado estereotipos de hombres y mujeres que en muchas ocasiones resulta complejo y excesivo poder cubrir al convertirlas en leyes universales a realizar. Autores como Ruiz, Blanco y Vives (2003); Kipen y Caterberg (2006); Correa y Flores (2007); Ruiz, Ropero, Amar y Amarís, (2003); Escudero, Polo, López y Aguilar (2005) y Montero (2001), han efectuado investigaciones en las que describen los factores que producen violencia. Otros autores resaltan los principales tipos de violencia, el ciclo de la violencia, las consecuencias que acarrean en la vida de las familias en que se presenta esta problemática; (Valdés, Basulto & Choza, 2009; Ruiz, Quemada, & Blanco, 2005); dejando de investigar los aspectos o recursos que ayudan a las personas a salir y terminar una relación donde se presenta la violencia y sobre todo el crecimiento personal que se puede dar cuando superan tal situación. Por ello, en esta investigación se hace énfasis también en los factores resilientes que permitieron a estas mujeres romper con el ciclo de violencia que vivían. El término de resiliencia fue adoptado por las ciencias sociales para identificar la capacidad que tienen algunas personas para desarrollarse psicológica y socialmente a pesar de vivir en contextos de alto riesgo; haciendo referencia tanto a los individuos en particular como a los grupos familiares o colectivos que son capaces de minimizar y sobreponerse de las adversidades y los contextos desfavorecidos socioculturalmente, y de recuperarse tras haber sufrido experiencias notablemente traumáticas (Uriarte, 2005).

Para Cyrulnik (2008), la resiliencia abarca cuestiones que exigen aprender a vivir de nuevo una vida distinta, pero el hecho de superar el trauma y volverse bello pese a todo, no tiene nada que ver con la invulnerabilidad ni con el éxito social. Vanistaendel (citado por Uriarte, 2005) señala que la resiliencia no está en los seres excepcionales sino en las personas normales y en las variables naturales del entorno inmediato. Por eso se entiende que es una cualidad humana universal presente en todo tipo de situaciones difíciles y contextos desfavorecidos como guerras, violencia, desastres, maltratos, explotaciones, abusos, y sirve para hacerlos frente y salir fortalecido e incluso transformado de la experiencia, aunque no todas las personas son capaces de salir bien libradas de una crisis o dificultad. En el caso de las personas que viven violencia conyugal, el divorcio continúa siendo una de las experiencias más dolorosas y no solo para las personas que viven violencia conyugal, pues no solo implica la pérdida de una persona con la que ha existido un apego afectivo sino que además involucra grandes cambios en la manera de vivir e inclusive en la propia persona, siendo cuestiones que exigen aprender a vivir de nuevo una vida distinta. Para ello, la presente investigación aborda aspectos relacionados con la violencia conyugal, aquella que se ejerce hacia la mujer por sus parejas. Se rescatan los elementos que motivaron a estas mujeres a separarse de sus cónyuges y la forma cómo han logrado salir adelante; ya que involucró modificar y responsabilizarse de su estilo y de su propia vida para afrontar miedos, sentimientos y experiencias derivadas de esta relación destructiva, y que en psicología se les nombra también, factores resilientes. La investigación se desarrolla desde la psicología humanista, enfocada en defender y rescatar los aspectos positivos del ser humano, así como la capacidad de sobreponerse; de llevar una vida satisfactoria a pesar de las adversidades. El objetivo de la presente investigación es comprender los aspectos que influyeron en mujeres en situación de violencia para separarse de su agresor y los factores resilientes que les ayudaron a afrontar la separación.

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MÉTODO Es de tipo cualitativo que profundiza en los datos, analiza las experiencias de las participantes, para así obtener una mayor riqueza interpretativa (Hernández, Fernández & Baptista, 2010). El método es fenomenológico, es el mundo subjetivo del hombre conformado por todo el campo de experiencias, percepciones y recuerdos al que un individuo puede tener acceso en un momento dado (Rogers, 1959/1978). Participantes El estudio se efectuó con siete mujeres de la ciudad de Morelia Michoacán, México; con promedio de 45 años de edad. El criterio de inclusión fue: mujeres que vivieron violencia durante un matrimonio de más de ocho años, que estuvieran separadas de sus cónyuges. La mayoría de las participantes son católicas y una cristiana. Dos profesionistas, tres con estudios de bachillerato y otras dos con carrera técnica. La selección de las participantes fue a través del muestreo en cadena o bola de nieve. Contexto Se realizó un taller de desarrollo humano en la ciudad Morelia Michoacán México. Una ciudad de envergadura universitaria desde 1869, una de las universidades más antiguas en Latinoamérica, de población aparentemente intelectual y muy católica y de poca industria. El nivel socioeconómico es medio bajo. Los valores predominantes en adultos mayores son el religioso, intelectual y liberal, aunque actualmente se observa más predominio en lo liberal debido a los estudiantes que acuden de diferentes partes del estado y otros estados del centro y sur del país. Instrumento Las técnicas de recolección de datos fueron la observación artificial, entrevistas a profundidad e historia de vida (Taylor & Bogdan, 1987) y un taller de desarrollo humano. Debido a que el interés de la presente investigación es identificar y conocer a partir de la comunicación verbal y no verbal las emociones,

sentimientos, pensamientos, experiencias, creencias, interacciones y estilos de vida de las participantes; fue muy importante hacer uso de la técnica de observación participante. Como mencionan Hernández et al. (2010) esta permite estar más atento a los detalles, sucesos, eventos e interacciones, pues implica adentrarse en profundidad a la situación y mantener un papel activo, así como una reflexión permanente. Por lo tanto, la observación permitió complementar lo que las participantes manifestaban y compartían de manera verbal durante el taller de intervención y a lo largo de las entrevistas que se les realizaron. Procedimiento La invitación a participar en el taller se realizó a través de un párroco, la estrategia que se utilizó para recabar información fue por la intervención en el taller de desarrollo humano, el cual constó de ocho sesiones, en las que se abordaron los siguientes temas: la relación de noviazgo, matrimonio, el proceso de separación y la vida después de la separación. Todo ello se logró a partir de diversas dinámicas vivenciales dentro el grupo, en donde se promovió reflexionar y revisar algunos conceptos fundamentales como los tipos de violencia, el ciclo de la violencia, entre otros. Finalmente se realizó una entrevista semiestructurada, que permitió indagar más a detalle aspectos sobresalientes en la vida de las participantes. Las entrevistas fueron llevadas a cabo de forma individual logrando con ello una mayor comunicación y entendimiento en aspectos específicos, que no pudieron ser profundizados en el transcurso del taller. El análisis de datos fue ordenado en categorías relacionadas con los objetivos de la investigación y de acuerdo tanto a las experiencias como vivencias que las mismas participantes comunicaron. Con la finalidad de respetar y salvaguardar la integridad de las participantes, se lleva a cabo un proceso de confidencialidad en el que sus nombres no serán dados a conocer. Sus experiencias y todos aquellos aspectos que estas mujeres compartieron y aportaron se dan a conocer bajo pseudónimos que permiten

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identificar al sujeto pero jamás a la persona. Asimismo, cada una de ellas permitió que los datos obtenidos se utilicen para la presente investigación, así como compartir sus vivencias a lo largo del taller y de las entrevistas. RESULTADOS Y DISCUSIÓN Este apartado permite dar a conocer el análisis de las experiencias de las participantes. A lo largo de las entrevistas y del taller de intervención estas mujeres compartieron su experiencia personal vislumbrándose su dolor y sufrimiento; pero también sus alegrías, sus logros y el crecimiento que han tenido a partir de todas estas vivencias. Se presentan los resultados que se consideran relevantes, de los cuales se formaron tres categorías a partir de los objetivos planteados: categoría 1: violencia conyugal, categoría 2: mujeres separadas de la pareja y categoría 3: resiliencia. En la categoría uno, violencia conyugal, se encontró que entre los factores que les obstaculizan salir de la situación de violencia se encuentran: los estereotipos, el matrimonio como único proyecto de vida, aislamiento, cubrir apariencias, ciclo de la violencia, dependencia emocional y dependencia económica. La construcción de género a lo largo de la historia ha generado estereotipos que delimitan las formas de vida tanto de hombres como de mujeres, originando una gran desigualdad entre ambos sexos, en donde la mujer, generalmente ha ocupado un lugar inferior, donde el valor a su persona no es equiparable a la del hombre. Navarro (2004) expone que en México las mujeres están obligadas a encarar el estereotipo de sumisas, dulces y sufridas. A tal grado de renunciar a sus propias aspiraciones, su felicidad y su desarrollo personal; adoptando papeles esclavizantes, olvidándose de sí mismas y dedicándose de forma exagerada a sus parejas e hijos para así mantener unida a la familia y si no lo consigue, ha fracasado como mujer (Pérez, 2006) S: “…Servirle a mi esposo, que yo no valgo lo mismo que él, tengo que depender de él siempre

para todo, solo él me da lo que tengo: paz, amor, estabilidad, respeto… realizar las labores domésticas del hogar para que todo esté bien con mi marido, me puedo enojar por todo lo que no me guste pero no tengo derecho a demostrarlo…” C: “…Las características de una mujer casada, pues es ser ama de casa ejemplar, lavar, planchar, cocinar, todo eso; responsabilidad total de los hijos, trabajar para el sustento, … obligaciones con tu marido, aceptar y delegar las decisiones que se tomen con el esposo…” El hecho de asumir el matrimonio como único proyecto de vida es un aspecto que mantiene a una mujer en una relación de violencia en su matrimonio, encontrándose que para las participantes era su único proyecto de vida; por ello dirigían sus energías en tener y mantener la familia que desearon a pesar de vivir situaciones de violencia, llevándolas en muchas situaciones a negar y pasar por alto esos actos (Canaval, González & Sánchez, 2007). Muestra de esto, es el discurso siguiente: A: “… yo muchas veces dije, ¡ya no!, hasta aquí, pero luego venía él, arrepentido, entre comillas, a pedir perdón, no va a volver a pasar y tal, tal…y todo el rollo ¿no?; el creer eso, el ver la posibilidad de que a la mejor sí va a haber ese cambio, el ver a los hijos, creo que cuando uno se casa y dejas todo: la familia, amigos, dejar el trabajo… Era esa parte, el pensar que ahora lo dejo y que, vale la pena seguir luchando, seguir creyendo por lo único que tengo, porque nada más había eso, yo creo que era eso el salvar lo único que tenía, el rescatar eso único que había…”

En cuanto al aislamiento y las apariencias, ante la negociación motivada porque su relación cambie, la mujer está dispuesta a hacer y modificar lo que sea necesario; dedicándose solo a su familia, dejando de lado la vida social, la convivencia con la familia suele estar limitada y encausada de acuerdo a las decisiones de él. El

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aislamiento o poco contacto social genera soledad y desgaste en las relaciones interpersonales y en las estrategias de afrontamiento. En este sentido la mujer maltratada siente vergüenza de sufrir violencia, al no ser capaz de detenerla, de protegerse, ni a ella ni a sus hijos; se siente culpable por ello y por haber elegido de pareja violenta y por mucho tiempo trata de aparentar que todo está bien (Pérez, 2006).

A: “… Cuando había una fiesta o una reunión familiar pues no íbamos, porque él no quería. Yo me alejé mucho de mi familia, ahora todo era su familia, prácticamente me adoptaron, bueno yo creía eso, me sentía como una hija más, pero ahora veo que con eso él también mantenía el control…” LA: “…fue un matrimonio, que él lo llevó como él quiso, y yo me encargué de cubrir apariencias, de aguantar, de que era mi matrimonio y tenía que aguantar… era muy sumisa, aceptaba, no veía mal, nada, aceptaba, aceptaba…” Respecto al ciclo de la violencia es un proceso reiterativo que ocurre en fases sucesivas (Walker, 1979). Entender el ciclo nos permite comprender la mantención de la relación de violencia en la pareja. La primera fase denominada "estadio de acumulación de tensiones" se caracteriza por agresiones menores las cuales van aumentando y que la mujer minimiza o niega, como una forma de controlar la violencia. Esta actitud pasiva aparente refuerza en el hombre, la idea de su derecho a "disciplinar" a su mujer, pero al mismo tiempo experimenta temor del abandono de la pareja, a causa de estas agresiones. La segunda etapa, más breve que la anterior, se caracteriza por la descarga incontrolada de las tensiones, en las que se producen episodios graves de maltrato. La tercera etapa llamada "luna de miel" se caracteriza por el arrepentimiento y demostración de afecto del hombre, quien se siente culpable y está convencido que no lo volverá a hacer. La mujer

desea creerle y está dispuesta a ayudarlo a cambiar, recibe presiones de parte de las personas cercanas y se siente culpable de sus deseos de abandonarlo, por lo que acepta continuar en la relación (Vizcarra, Cortés, Bustos, Alarcón & Muñoz, 2001). A: “…Pero, pero a través del tiempo fue dándose más, más cercana, más fuerte y más cerca… en un inicio solo eran insultos, después era aventar las cosas al aire, luego ya era aventármelas a mí y golpearme con ellas, después me golpeó y ya casi al final era golpearme y arrastrarme por toda la casa no…” B: “…yo pensé que así iba a ser en la relación de pareja pero no es lo mismo el noviazgo que ya viviendo juntos no, entonces ya se conoce la otra parte de la personalidad…” En los discursos de las participantes solo se puede apreciar la fase uno y dos, y lo que las hace permanecer es la fase tres. Lo que hizo a estas participantes romper el ciclo es el percatarse de la frecuencia e intensidad de la violencia, aparición de nuevas circunstancias violentas (por ejemplo, amenazas de muerte, agresiones durante el embarazo o extensión de la violencia a los hijos), ya que ello las hizo darse cuenta de que el maltratador no va a cambiar. A partir de ello ven que existe un problema, que no puede solucionar por sí sola y que los costos de la relación son claramente superiores a los beneficios obtenidos, darse cuenta de ello es fundamental para que la mujer logre salir de este ciclo (Rusbult citado en Amor, Echeburúa, Corral, Sarasua, & Zubizarreta 2002). Se encontró que la dependencia emocional también está presente, así que Patton (2009) establece la dependencia emocional como el sentimiento que genera la necesidad de tener a o t r o s p a r a s o b r e v i v i r. C u a n d o s e e s emocionalmente dependiente, se espera recibir de los demás y sobre todo de la pareja, su propia felicidad. Sacrificando sus necesidades, sueños, sentimientos y deseos por miedo a ser rechazadas

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o abandonadas, dando control a los otros de su bienestar. S: “… él siempre fue muy celoso, posesivo, ahí me enganche, ahí fui codependiente… pero no le ponía atención y discutíamos mucho…terminábamos y volvíamos y esto, como en dos o tres ocasiones terminamos…” LA: “…bonito, bonito y como con una sensación de necesidad de tener a alguien… también de miedo, de tenerlo, perderlo y así lo maneje siempre, de estar con él y poder perderlo…” De la misma manera, la dependencia económica se visualiza mediante los testimonios, es así que tener el control y manejo del dinero, propiedades y todos los recursos de la familia, e impedir el acceso a un medio laboral remunerado, es como ellos, logran controlar a través de la dominación y el sometimiento de la pareja, estas conductas van acompañadas de constantes minimizaciones, generando que haya baja autoestima en varios ciclos alternos de su vida (López, Apolinaire, Array, Moya & Moyal 2006; Canaval et al., 2009). A: “…El miedo que sentí a enfrentar sola la situación económica ya que yo no tenía ingresos…” B: “…Tomar la decisión de abrirme camino en lo económico ya que me dejó en la miseria económicamente, más no interna…” Hay quienes prefieren continuar con el matrimonio con tal de poder tener una solvencia económica, pues su baja autoestima, el sentimiento de incapacidad, el miedo a dejar a los hijos, el sentirse solas, etc., no las ayuda a ver que ellas pueden generar ingresos. En la siguiente categoría “mujeres separadas de la pareja” se rescatan los factores que motivaron y llevaron a las mujeres a terminar con la relación de pareja y poner alto a la violencia que venían viviendo. Se encontró que las principales causas de la ruptura amorosa en estas mujeres son: la infidelidad, la violencia (psicológica y sexual principalmente) y los

conflictos en la comunicación como factores que precipitan la separación o el rompimiento del ciclo de la violencia. La infidelidad ha sido definida por Eguiluz (2007) como cualquier unión secreta, emocional romántica o sexual, que viola el compromiso previo de exclusividad y fidelidad con la pareja. El que ha sido engañado ha recibido un fuerte golpe al ego. Su autoestima está por los suelos, se siente confundido, lastimado o con muchísimo coraje, por ello suele ser la principal causa de la separación, pues a pesar de que existía en la relación situaciones que lastimaban y afectaban la vida en pareja, esta se convierte en algo insostenible e injustificable que hace reaccionar a la mujer, al causar coraje, el enojo las moviliza. C: “…cuando vino lo de la infidelidad llegó a mí el impulso, dije hasta aquí llegaste, te soporté todo, esto no te lo soporto al contrario lo vas a pagar… fue el coraje, el coraje que tenía, dije, lo voy a utilizar para, para salir del hoyo, que fue como lo hice…” A: “Por la infidelidad. Yo ya estaba cansada de tanta violencia…pero cuando descubro que él me engañaba, porque de hecho me lo vinieron a decir hasta aquí, fue que yo dije, ¡no, ya basta!, como que eso me quitó la venda de los ojos...” El coraje y la desilusión provenientes de la infidelidad originan que la mujer se dé cuenta de que existe un problema, de que no lo puede solucionar por sí sola y de que los costos de la relación son claramente superiores a los beneficios obtenidos (Sánchez, 2001). Otro factor decisivo para que las participantes terminaran con la relación de violencia fue el reconocerse “mujer maltratada” ello implica un proceso doloroso, significa que no se ha sido capaz de evitar la violencia, o cambiar comportamientos en la pareja. Muchas mujeres sienten vergüenza y culpables por eso. Pero además, el valor social de que la mujer debe mantener la familia unida, y si no ha fracasado como mujer, genera que el tema de la violencia sea escondido o evitado para poder continuar

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luchando por cambiar esa situación.

marido.

B: “mi hijo, yo decía está muy chiquito, tenía nueve años…, él también había salido golpeado…protegerlos a ellos y el ver por su futuro y eso, o sea en ese momento, no pensaba, que era mi responsabilidad, eso fue lo que me dio la fuerza.”

B: “…también sufrí agresión sexual porque cuando él empezó a tomar mucho, yo tenía que estar a su disposición para cuando él quisiera tener relaciones sexuales, tuviera yo ganas o no tuviera, quisiera o no quisiera, lo que él quería tenía que hacerlo, me sentí degradada, me sentía muy mal, y yo lloraba…otra agresión que sufrí fue que él se metía con las personas de servicio”.

A: “…yo me acuerdo cuando ya salió todo a flote de que había violencia en mi matrimonio…pasó menos, pasó menos, fue menos frecuente, y ya duró muy poquito pues no… yo creo que lo más importante que a mí me ayudó fue el decirlo, decirlo afuera, hablarlo, hablarlo porque una vez que lo hablé lo reconocí, me di cuenta de que sí era yo la que estaba viviendo eso…” Dentro de la violencia, se encuentra que la violencia psicológica es la que va dirigida a afectar su autoestima, pero además, es muy probable que este tipo de violencia haya sido vivida en etapas anteriores y por ello suele ser vista posteriormente como normal, al respecto Pérez (2006) menciona que los malos tratos van debilitando gradualmente las defensas físicas y psicológicas, generan miedo, sentimientos de indefensión e impotencia. S: “…el papá de mis hijos me humilló, me trató muy mal, me ha agredido mucho, ofendido, insultado tanto, no me golpea físicamente pero me ha dado duro psicológica y emocionalmente, claro yo le permití, ya no tolero eso, ya no tolero…él tenía que castigarme, que ordenarme, decirme cómo me vistiera, cómo caminara, a quien le hablara, si salía, si no salía, cómo me debía pintar, cómo me debía comportar, reír, no entendía yo y sin embargo lo aceptaba…” C: “…Muchísimo muy arraigado, como estás loca, enferma, no piensas, no me sirves para nada, se burlaba de mí, me agredía de todo lo que podía…” Otro tipo de violencia que vivieron las participantes fue la violencia sexual que puede permitirse por pautas culturales en estos tiempos, ya que han aprendido que al casarse, tienen la obligación de estar en el ámbito sexual para su

En este caso, el hecho de que esta sea considerada como una obligación genera que muchas mujeres no la identifiquen, ni que la acepten debido a que lo perciben como parte de su deber de esposas. Estos actos de violencia al presentarse en reiteradas ocasiones, generan en las mujeres un sentimiento de dolor, tristeza, desesperanza y muchas veces un sentimiento de odio y rencor. Esta situación produce vergüenza, culpa y miedo que generan que este tipo de violencia sea escondida, negada o justificada (Fernández, 2010). En este mismo sentido se encuentra que los conflictos en la comunicación causan que la relación no funcione en forma adecuada y tienda a la separación; en muchas ocasiones las personas no expresan a sus parejas lo que sienten o piensan por miedo o vergüenza; sin embargo, callar deteriora las cosas lentamente (Correa & Flores, 2007). En el caso de las participantes los esposos huían del hogar cada vez que había algún problema y aunque esta situación les generaba enojo, dolor y desilusión; al final de la relación les permitió tener la fuerza y esperanza de poder salir adelante como lo hacían cada vez que ellos huían. C: “…después se empezó a ir de la casa, pues me voy y se iba, no me dejaba dinero, me presionaba de alguna forma, entonces yo, chin, así lo estuve tolerando… doce veces se fue esta fue la última, después se iba por etapas un día, dos días, una semana, un mes, seis meses, el año…nunca estaba en la casa, siempre sola, más ocupada o más preocupada, también porque, pues al frente de todo…” La siguiente sub categoría se denominó el

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proceso de separación, encontrándose los siguientes hallazgos:

física, comienza a ejercer violencia económica, ya sea quitando bienes materiales, desatendiendo a los hijos, no aportando para la manutención. En los testimonios se encontró que llegan a renunciar a su trabajo con tal de no aportar nada económicamente.

Pérez (2006) menciona que la decisión de separarse implica el proceso de reconocer la incapacidad para resolver el conflicto de pareja y el aceptar la parte de responsabilidad de lo que está ocurriendo. Cuando la mujer violentada decide y asume separarse, afronta de mejor manera su situación, a diferencia de aquellas que se separan por decisión del cónyuge. La separación: es una experiencia dolorosa a nivel emocional. Pues no solo implica la pérdida de una persona con la que ha existido un apego afectivo, involucra grandes cambios en la manera de vivir e inclusive en la propia persona.

A:“…ya no quieres estar conmigo, pues a ver ahora qué vas a hacer porque no te voy a dar nada no y él decía así, no te voy a dar nada y hazle como quieras, te voy a quitar la casa, te voy a quitar a los hijos, entonces había ese otro miedo, ahora qué voy a hacer porque no hay nada económicamente y yo no sé hacer nada; mucho miedo a estar sola pero sobre todo por esa parte de ahora cómo voy a solventar los gastos…”

A: “…Realmente yo fui la que dijo ya, ya basta, ya no puedo, así que ya… de hecho yo fui la que promovió el divorcio, yo fui la que lo pagué, yo fui la que anduvo ahí moviendo todo...”

Al ser el esposo quien sostenía el hogar económicamente, hace que en estas mujeres exista miedo y angustia debido a que no saben si serían capaces de sacar adelante a sus hijos.

LY: “…fue una cosa horrible, lo más horrible que yo pude pensar que me iba a pasar, y es una cosa que no se la deseo a nadie, es tan decepcionante, es tan triste, es tan horrible, que solo quien lo vive lo siente y lo percibe de esa manera, desagradable encontrarte con cosas que jamás en la vida te imaginas que te va a pasar…”

Lo que permite cerrar este ciclo es la desvinculación y divorcio legal. La desvinculación es un proceso de transición que varía dependiendo de las pareja, las personas que pasan por este proceso pueden sentir impaciencia, sentirse desorganizados y sentir altibajos en los sentimientos; siendo un periodo en el que se toman decisiones importantes con respecto a sí mismo, a la familia y al futuro. Uno de los primeros obstáculos por enfrentar durante la separación es la lucha por desprenderse de las muchas cosas que formaban parte de la experiencia del matrimonio. El divorcio legal fue un aspecto que implicó cerrar un ciclo y el dejar de crearse expectativas sobre una posible reconciliación, esto ayudó a las participantes a soltar la relación y a afrontar su nueva situación.

El primer estado emocional que experimentan las personas separadas es el choque emocional, el cual es una reacción al impacto de pensar que le está sucediendo a la propia persona, por lo que las formas de reacción suelen ser muy variadas, como el tratar de negar su situación mentalmente o bien negar hablar de ello (Smoke, 1995). Los sentimientos experimentados por dicha situación pueden pasar de la culpa al fracaso, tristeza, frustración, angustia, enojo, depresión, etc. S: “Se me viene el mundo encima, me culpo, me siento responsable… y culpable, pero yo misma me contestaba pero no estaba bien, no era lo correcto como él quería…” Durante el proceso de separación se encontró que el hombre al no poder ya ejercer violencia

A: “Tomar mis propias decisiones, ya que durante mi matrimonio mi esposo tomaba las decisiones por mí…el miedo que sentí a enfrentar sola la situación económica ya que yo no tenía ingresos” A: “… le moví a divorciarme… cuando ya entendí que no, dije va ahora sí me divorcio porque ya no quiero que exista ese lazo entre él y yo...” T: “…la parte, legal….el mismo psicólogo…me dijo es que si te desconectas de él ya legalmente

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eso va a reflejarse en tu forma de ver las cosas y así sucedió, si entonces ya no hubo reuniones para ver si nos reconciliábamos…” Cuando ellas toman la decisión de separarse implica responsabilizarse de sí mismas. De acuerdo con Brooky Goldstein (2004) asumir la responsabilidad y el control personal es un cimiento especial para una mentalidad resiliente. Así que, para que una persona se responsabilice de su comportamiento es necesario que reconozca que es autor de su propia vida. La última categoría y la que responde al cuestionamiento principal en esta investigación es la resiliencia y se subdividió en factores externos y factores internos. Dentro de los externos se encuentran las redes de apoyo, los hijos, el apoyo psicológico, el empleo, los grupos de autoayuda y la información. Los factores internos que ayudaron a las participantes son la autoestima, la creatividad y perseverancia, la espiritualidad, autorresponsabilizarse y tener un medio de afrontamiento dirigido al problema. A continuación se mencionan brevemente los factores resilientes que las mujeres víctimas de violencia encontraron para salir delante de dicha situación El contar con redes de apoyo es una forma de enfrentar los hechos traumáticos; el hablar del problema contribuye a validar, reconocer, entender y darle significados a las experiencias (Beristaín & Páez, 2000). LA: “…El apoyo de toda la gente que estuvo a mi alrededor, mis padres, mis hermanos, amigos, gente que yo ni pensaba que me, que me tuviera estima, conté con su apoyo” LY: “…el apapacho y el apoyo y el incondicional de mis papás porque ellos siempre ahí estuvieron y siempre ahí estuvieron y decían no te preocupes y esto y el otro…” Rodríguez y Martin (2005) señalan que las relaciones sociales o personales pueden ser una red funcional y percibida por las personas como una fuente de apoyo y comprensión; ya que el ser ayudado por otros reduce los sentimientos de

aislamiento, permitiendo obtener información sobre estrategias de afrontamiento, así como el desarrollo de una visión más realista y adaptativa de los problemas. Una de las principales motivaciones son los hijos. Los hijos son una red de apoyo familiar que las ayudan a salir adelante, que en este caso por la edad los niños requieren del cuidado y apoyo de ellas; esto exige continuar luchando y esforzándose por salir adelante. A: “Yo creo que mis hijos han sido una fortaleza muy importante para mí… eso fue lo que me impulsó mucho, el que si no soy yo, no es nadie, entonces si no soy yo la que saca adelante esta familia pues no hay nadie más, yo creo que, fueron mis hijos...” Los hijos y el deseo de que ellos estén bien, motiva a las mujeres a luchar aun en aquellos momentos en los que no veían la salida. Diversos autores consideran la espiritualidad, la religiosidad y la trascendencia como factores importantes en las personas resilientes, proporcionando mecanismos para enfrentar situaciones adversas y además ser fuente de fortalecimiento, Schlosser et al. (citado por Cruz, 2009) establece que la espiritualidad proporciona mecanismos de supervivencia para una gran variedad de factores estresantes, ayudando a la gente a ver las situaciones difíciles o desafiantes con una perspectiva más positiva mediante la identificación de un significado personal ante la adversidad. Para Walsh (2004) la trascendencia y la espiritualidad son factores y mecanismos importantes para el desarrollo de la resiliencia, ya que la interacción con un ser omnipotente puede ser fuente de fortalecimiento. LY: “siempre me he refugiado en Dios pues eso fue lo que me ayudó, y solo Dios que es tan grande, sabe en qué momento pone cosas en nuestro camino…” Al separarse de sus parejas, el estado emocional que existía en ellas y su familia, las motivaron a pedir apoyo psicológico o ayuda profesional que implicó utilizar estrategias de afrontamiento dirigidas al problema lo cual generó un cambio

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más positivo. T: “…Busqué apoyo psicológico porque las emociones de saber que ya él no iba a estar conmigo; me quedaba sola con mis hijos y a mí me preocupaba cómo iba a afrontar estar sola con ellos, busqué asesoría psicológica y me ayudaran a ese proceso de divorcio llevarlo de otra manera…” En aquellas participantes que estuvieron en un proceso psicoterapéutico se percibe mayor facilidad a enfocarse en sí mismas y autorresponsabilizarse. Obtener un empleo y solucionar lo económico era una de sus preocupaciones y resolverlo les permitió sentirse capaces de salir adelante, ya que el trabajo según Betancur (1998) es una necesidad psicológica que permite sentirse productivo, útil y creador. C: “…Esa seguridad era lo que yo buscaba, tranquilidad, superarme, triunfar, desarrollarme como profesional, como mamá, o sea como amiga…imagínate estar encerrada dieciocho años en una casa y luego con tanta violencia pues para mí fue un trauma, pero ahorita yo me siento prácticamente liberada…” B: “…Rentamos un cuartito… hice primero una cancha y empecé a dar servicio para jugar squash y pues empecé a sacar unos centavitos, ahorre para comenzar a vender ropa deportiva, raquetas… compré una maquina de encordar y aprendí yo a encordar raquetas para tener otra entrada, fui aprendiendo yo sola cosas del negocio para empezar a dar más servicio y todo…” Otro factor externo fueron los grupos de autoayuda que tienen la bondad de permitir el compartir las experiencias y los sentimientos privados en un clima de aceptación mutua, ya que todos comparten el mismo problema y les permite crear redes de apoyo. Para Katz (1993) la efectividad de estos grupos es que proporciona feedback a sus miembros acerca de la forma en que manejan los problemas comunes, ayudan a redefinir cognitivamente los problemas de sus miembros y ofrecer a sus miembros la solidaridad

de sus iguales cuando se afrontan situaciones y problemas comunes, para Clinard (1963)ayuda a integrar al individuo, a cambiar su concepto de sí mismo, le ayuda a sentir de nuevo la solidaridad del grupo y a combatir el estigma social (citados en Gracia, 1996). Al contar con información se logra nombrar al hecho que se vive, identificar qué ha sido violencia y por lo tanto, permite realizar modificaciones al respecto. T: “…un grupo donde hay personas que tienen la misma problemática a mí eso se me hace muy bien, creo que cuando uno platica con más gente que tiene el mismo problema nos puede ampliar más el panorama y nos puede aclarar muchas cosas, a mí se me hace que es buscar un experto y buscar un grupo de personas que vivan la misma situación…” A: “…fíjate que yo cuando de pronto me di cuenta que lo que estaba viviendo no era lo que, me gustaba, empecé a buscar información en Internet, a investigar, a leer, empecé a darme cuenta de que esa vida no era lo que, lo normal pues… porque llegó un momento en que yo pensaba que era normal, me di cuenta que no era así y que es parte de amor a mí misma, aunque fuera bien poquito lo que me quedaba yo creo que fue lo que me ayudó a buscar ayuda hacia fuera y en el buscar encontré pues esa información…” Dentro de los factores resilientes internos que se encontraron está la autoestima, como todo proceso, no es algo se pueda cambiar de una manera expedita. El crecimiento personal que han tenido no solo las ha fortalecido y les ha permitido ver sus cualidades y fortalezas, sino también sus limitaciones; no son mujeres que se conformen, sino que constantemente buscan renovarse, mejorar y superar las situaciones que se les presentan en su vida cotidiana. A: “Yo creo que el amor propio se había perdido, porque estaba mi autoestima así por el piso, sin embargo yo pienso que quedaba algo ahí…de ese amor propio que me dejó ver que yo no merecía esa situación…amor a mí misma, aunque fuera bien poquito lo que me quedaba yo creo que fue lo que me ayudó a buscar ayuda fuera…”

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Kirkwood (citado por Fernández, 2006) señala que la autoestima es una de las herramientas personales a las que las mujeres podrían recurrir para restablecer su poder y defenderse del impacto emocional del abuso. López, Apolinaire, Array y Moya (2006) mencionan que las mujeres con una adecuada autovaloración, tienden a ser más independientes, confiadas, optimistas, autodeterminadas y están en condiciones más favorables para afrontar conflictos Otro factor encontrado es la creatividad que incluye la habilidad para resolver los problemas mediante un proceso que integra a la persona, los medios para llevarlo a cabo, el contexto y el producto, unificándolos y logrando que trasciendan de forma única y original (Rodríguez & Martin, 2005). La perseverancia no solo se detecta en los medios que ellas emplearon para salir adelante, ya que se pudo observar que fueron mujeres que permanecieron con determinación, con lucha y con la convicción de sacar adelante a su familia. B: “Pues yo creo en mi habilidad de inventiva, porque, mis ganas de demostrar que yo podía mantener a mi hijo” A: “… el amar, el amar es lo que yo quiero hacer, lo que yo me propongo, así como que yo creo en lo que yo hago, a donde yo voy, y ese era mi único proyecto y yo creía mucho en él…” La perseverancia no ha sido utilizada como un factor resiliente en investigaciones anteriores, sin embargo, en la presente investigación se detectó que es un aspecto que estuvo muy presente a lo largo de la vida de estas mujeres, es una característica personal que aparece de forma importante en un primer momento como medio protector ante la violencia y posteriormente como recursos para afrontar la separación. Por último, se encontró que el estilo de afrontamiento de estas mujeres era dirigido a la emoción, lo que les permitió continuar en la relación y hacer caso omiso a la violencia. Sin embargo, ante la infidelidad por parte de la pareja, el aumento de la violencia y el deterioro en la

relación, las mujeres comienzan a hacer uso de un estilo de afrontamiento dirigido al problema, y ello implica aceptar que existe un problema y afrontarlo generando con ello un cambio importante para sus vidas. Una limitación importante en este trabajo fue el hecho de que no todas las mujeres habían terminado de pasar ese puente; es decir, se detectaron más factores resilientes y un mayor crecimiento personal en unas participantes que en otras debido a que no tenían el mismo tiempo de estar separadas, por lo tanto, se encontraban en etapas de duelo diferentes. Por lo que en investigaciones posteriores contar con una población más homogénea, principalmente en relación al tiempo que tiene de separadas, podría permitir identificar y diferenciar recursos resilientes en base a la etapa en la que se encuentra. Conclusión Uno de los principales miedos de las mujeres era saber si serían capaces de sacar adelante a sus hijos, ya que económicamente durante todo su matrimonio ellas no tuvieron un empleo remunerado; sin embargo, estas mujeres lograron afrontar todos esos miedos, creencias y conductas que les impedían salir de su situación de violencia; es por ello que se convierten en mujeres resilientes. Una mujer que es resiliente a la violencia ejercida en su relación de pareja, no lo es sólo porque haya salido del círculo de la violencia como tal, sino porque además ha tenido que superar y trabajar muchos aspectos personales. Sin embargo, es importante tomar en cuenta que a pesar de que son mujeres que han luchado porque la violencia no forme parte de sus vidas, el que sean resilientes no las convierte en mujeres inmunes a la violencia; lo que las hace resilientes es el hecho de que pudieron salir de una situación adversa, pero sobre todo que se convirtieron en mujeres más fortalecidas, que recobraron su autoestima y que se esfuerzan día a día por desarrollarse y ser mejores personas. Finalmente para ellas, Dios, los hijos, las redes de apoyo y el acompañamiento psicológico, fueron los factores principales para salir adelante.

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Recibido: 16 de junio del 2012 Aceptado: 31 de agosto del 2012

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IMAGEN SOCIAL DE ATAHUALPA, PIZARRO, HUÁSCAR Y ALMAGRO EN UNIVERSITARIOS DE HUANCAYO Ramón León* y Mary Román** Universidad Ricardo Palma y Universidad de Los Andes

RESUMEN Se solicitó a 469 estudiantes (161 hombres y 308 mujeres) de una universidad privada de Huancayo, en la sierra del Perú, evaluar a Atahualpa, Francisco Pizarro, Huáscar y Diego de Almagro, los protagonistas de la “primera hora” de la Conquista del Perú, en una serie de 13 pares de adjetivos (por ejemplo, pobre-rico, autoritario-democrático) en una escala de 1(pobre, autoritario)-7 (rico-democrático). Atahualpa y Huáscar fueron valorados como ricos, fuertes, valientes y honestos; Pizarro y Almagro lo fueron como soberbios, modernos pero deshonestos. Se llevó a cabo un análisis factorial, cuyos resultados se discuten en el trabajo. Palabras claves: Atahualpa, Pizarro, Huáscar, Almagro

SOCIAL IMAGE OF ATAHUALPA, PIZARRO, HUASCAR AND ALMAGRO IN UNIVERSITY STUDENTS OF HUANCAYO ABSTRACT 469 students (161 men and 308 women) of a private university in Huancayo, a city in the highlands Peru´s, were asked to rate Atahualpa, Francisco Pizarro, Huáscar, and Diego de Almagro, the protagonists of the “first hour” of the conquest of Peru, in 13 pairs of adjectives (for example, poor-rich, authoritariandemocratic) in a 1-7 scale (1=poor, authoritarian; 7=rich, democratic). Atahualpa and Huascar were rated as rich, strong, valiant and honest, and Pizarro and Almagro were rated as proud, modern but dishonests. An additional factorial analysis gave results which are discussed in the paper. Keywords: Atahualpa, Pizarro, Huáscar, Almagro

SOCIAL IMAGEM ATAHUALPA, PIZARRO, ALMAGRO, HUASCAR E HUANCAYO UNIVERSIDADE RESUMO Pedimos 469 alunos (161 homens e 308 mulheres) de uma universidade privada em Huancayo, no planalto do Peru, Atahualpa avaliar, Francisco Pizarro e Diego de Almagro Huascar, os protagonistas da "primeira hora" da conquista de Peru, em uma série de 13 pares de adjetivos (por exemplo, o pobre-rico, autoritáriodemocrático) em uma escala de 1 (ruim, autoritário) -7 (rico-democrático). Atahualpa e Huascar foram avaliados como rico, forte, corajoso e honesto, Pizarro e Almagro eram tão orgulhosos, moderno, mas desonesto. Eles realizaram uma análise fatorial, cujos resultados são discutidos no trabalho. Palavras-chave: Atahualpa, Pizarro, Huascar, Almagro

* Universidad Ricardo Palma. Correspondencia: rld310850@yahoo.com.mx ** Universidad de Los Andes, Huancayo, Perú

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Un halo de misterio y leyenda rodea a Atahualpa, Francisco Pizarro, Huáscar y Diego de Almagro, cuatro de los primeros personajes históricos con los que los peruanos nos familiarizamos desde la escuela. Poco se sabe, a pesar de lo mucho que se ha escrito y discutido, en torno a ellos (e.g. Del Busto Duthurburu, 2001; Guillén, 1961; Inca Garcilaso de la Vega, 2007; Lavallé, 2005; Macías Núñez, 2004; Mellafe & Villalobos, 1954; Porras Barrenechea, 1978). Ni siquiera hay retratos medianamente confiables, de modo tal que con el paso del tiempo el imaginario social los ha dotado de un cuerpo y de un rostro, basándose en la poca información con la que se cuenta, proveniente sobre todo de fuentes españolas, muchas veces sesgadas o sustentadas en informaciones de segunda mano (véase sobre el particular Covey, 2006). Pero, si bien los rasgos físicos de Atahualpa, Pizarro, Huáscar y Almagro permanecen en el misterio, ellos sí poseen una imagen social, es decir una reputación. Aunque el término reputación se usa sobre todo para personas vivas, Fine (1996) lo ha empleado también para figuras de la historia de los Estados Unidos como George Washington, Abraham Lincoln y John F. Kennedy, que permanecen en la memoria colectiva del pueblo norteamericano y cuyo nombre y recuerdo han sido utilizados con diferentes fines políticos en determinados momentos (Schwartz, 1997; Schwartz & Schumann, 2005). Al igual que lo que sucede con los vivos, la reputación de los personajes históricos también es cambiante. George Washington fue considerado durante años la gran figura de la historia de los Estados Unidos, pero durante las guerras mundiales la imagen y la vida de Abraham Lincoln fueron utilizadas y relievadas por el gobierno norteamericano. John F. Kennedy sigue encarnando aún hoy, a cerca de medio siglo de su asesinato, un ideal ético y de renovación para muchos estadounidenses. En otros casos, los puntos de vista pueden ofrecer imágenes

antagonistas de un mismo personaje: tal el caso de Richard Nixon, otro presidente, condenado por unos debido a actos inmorales (e.g. Roth, 2010; Sánchez Hernández, 2005) y alabado por otros por su actitud de apertura hacia la China (Herbers, 1994). En el ámbito latinoamericano, Sater (2009) ha analizado el cambiante significado en la historia chilena de Arturo Prat, el héroe del combate de Iquique en la Guerra del Pacífico. Al hacerlo destaca precisamente la utilización del recuerdo de las personalidades: un análisis del culto hacia el héroe nos revelará que su ascensión hacia las alturas depende de las necesidades de una sociedad determinada; que tal como no se oirá la caída de un árbol si no hay una persona presente, así un hombre no puede convertirse en héroe a no ser que un grupo de personas estime sus acciones dignas de elogio (p. XVIII). Al acabar su obra Sater señala que lo sucedido con Prat no es algo infrecuente: una transformación similar ha ocurrido con Bolívar, recientemente redescubierto como un luchador por la justicia social. San Martín fue usado por Rosas, los liberales, la derecha católica y los peronistas (p. 195). También en Chile la figura de Diego Portales ha experimentado una revaloración hasta convertirse en el padre del moderno estado chileno (Villalobos, 2005). Y en Paraguay, la figura de Elisa Lynch, la esposa del Mariscal López que desatara la guerra de la Triple Alianza, ha sido muy discutida (Lillis & Fanning, 2009). ¿Cuál es la reputación o imagen social de los personajes de los que trata este estudio? Sin duda, no es la misma para los cuatro. Atahualpa y Huáscar suelen ser vistos con benevolencia en su papel de víctimas y

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derrotados. Pizarro y Almagro, por el contrario, son juzgados severamente y sus actos, aún hoy, a más de 400 años de ocurrida la Conquista, generan opiniones negativas y condenatorias.

legado una sociedad admirada por muchos, entre ellos precisamente por quienes lucharon por la independencia de las naciones latinoamericanas (Rojas, 2009).

Evidencia de esto último la tenemos en la medida municipal que dispuso el retiro en 2003 de la estatua ecuestre de Francisco Pizarro, ubicada en una esquina de la Plaza de Armas de Lima durante años. Su traslado a un parque cercano motivó algunas críticas, pero en general el público respaldó la medida tomada.

No se debe suponer, sin embargo, que Atahualpa y Huáscar sean, en contraposición a Pizarro y Almagro, particularmente venerados y recordados en el Perú. No hay en Lima un solo parque público de importancia dedicado a Atahualpa y tampoco hay alguna avenida importante que lleve su nombre, en tanto que una de las avenidas de mayor circulación en el populoso e histórico distrito de El Rímac, a muy pocas cuadras de la Plaza de Armas de la capital, tiene por nombre el de Pizarro.

Dado que la Conquista y los 300 años posteriores de predominio español, la Colonia, han sido objeto de acusaciones de genocidio, opresión y gran crueldad (véase por ejemplo, entre los enfoques más objetivos, Robinson, 2006), resulta explicable que la imagen social de Pizarro y de Almagro no sea la mejor. La percepción de ellos puede resumirse en tres adjetivos: codiciosos, incultos e inescrupulosos (León, 2010b; Stern, 1992). Se los suele comparar con los más bien anónimos personajes que llevaron a cabo la colonización de lo que hoy son los Estados Unidos de Norteamérica. Mientras que los conquistadores hispanos arribaron a estas tierras movidos por las ansias de riqueza y poder (Manrique, 1993), los que desembarcaron del Mayflower en las costas de América del Norte huían de la opresión y estaban a la búsqueda de horizontes de libertad. En tanto que los primeros, con sus andanzas, correrías y crueldades, generaron un estado de caos, destruyeron una importante civilización y desafiaron al propio rey de España que los había enviado, los segundos forjaron una sociedad de colonos y de agricultores sentando las bases de una convivencia pacífica, pero de la cual excluyeron a los aborígenes. Y, por último, mientras que los primeros dieron lugar a 300 años de opresión y a repúblicas que en los mejores casos solo han logrado niveles moderados de desarrollo social, los segundos han

En el caso de Huáscar hay un hecho histórico que ha dado un significado particular a su nombre. Huáscar era la denominación de la nave insignia de la Armada Peruana en el Guerra del Pacífico, que, al mando de Miguel Grau, protagonizó el 8 de octubre de 1879 el combate de Angamos, conmemorado solemnemente cada año desde entonces. Como se sabe, el Huáscar fue capturado por la marina chilena y se encuentra como botín de guerra acoderado en el puerto de Talcahuano, dando lugar con cierta frecuencia a polémicos puntos de vista entre los peruanos acerca de si debería ser devuelto o si debe permanecer como posesión de Chile (véase, por ejemplo, entre lo más reciente Gonzáles, 2010; Ortiz Sotelo & López Urrutia, 2005). Debido a esto, el nombre de Huáscar despierta en el Perú sentimientos de respeto. El destino del Huáscar hombre y del Huáscar barco ha sido en alguna medida el mismo: permanecer en manos enemigas. En resumen, podemos decir que estas cuatro personalidades aun hoy, a más o menos 400 años del momento en cual fueron protagonistas del surgimiento del Perú de hoy, siguen causando controversias y afectos encontrados. No ocurre lo mismo, por cierto, en otras naciones latinoamericanas. Con motivo del retiro

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de la estatua de Pizarro de la Plaza de Armas de Lima, Vargas Llosa comparó los sentimientos antihispánicos en el Perú con la más bien positiva aceptación del pasado colonial en Colombia: Escribo esta nota en Colombia, un país que, a diferencia del Perú, donde todavía se dan brotes de indigenismo tan obtuso como el que comenta, ha asumido todo su pasado sin complejos de inferioridad, sin el menor resentimiento, y que por lo mismo está muy orgulloso de hablar en español –los bogotanos lo hablan muy bien, sea dicho de paso, y algunos colombianos lo escriben como los diosesy de ser, gracias a su historia, un país moderno y occidental. El conquistador Jiménez de Quesada da su nombre a una de las más elegantes avenidas de la capital y en ella hay un monumento a su memoria no lejos del bonito edificio que es sede de la Academia de la Lengua y del Instituto Caro y cuervo, un centro de estudios que es motivo de orgullo para todos quienes hablamos y escribimos en español (Vargas Llosa, 2009, p. 227). Y para citar otro ejemplo: la estatua de Juan de Salazar, el fundador en 1537 de Asunción, la capital del Paraguay, se encuentra sin generar mayores protestas frente al antiguo Cabildo de esa ciudad, en pleno centro histórico.

del Perú: [El Incanato] idealizado desde Garcilaso de la Vega en adelante […] sigue siendo considerado aun hoy como un periodo de tranquilidad, de bienestar, de riqueza, como nunca después nuestro país ha vuelto a experimentar (León, 2010a, p. 84). Esa suerte de Edén, tal como se percibe en el Perú, que fue el Tawantinsuyo, fue destruido por los conquistadores capitaneados por Pizarro cuando en 1532 en una acción de emboscada capturaron a Atahualpa, el inca gobernante, dando inicio a cerca de 300 años de dominación española. Otro hecho poco explorado en su significado psicológico para los peruanos de hoy es la guerra, en unión con Chile, Bolivia y Ecuador, contra España entre 1865 y 1866, un fallido intento de la antigua metrópoli europea de restablecer algún tipo del dominio perdido en 1821, al independizarse el Perú (Pons Muzzo, 1966). Esta guerra no posee la significación de la Guerra del Pacífico, pero el combate decisivo del enfrentamiento con España, ocurrido el 2 de mayo de 1865, es ritualmente recordado en el Perú.

Habría que preguntarse por las razones de esa actitud entre nosotros. Un hecho de mucha importancia sobre el particular es que la historiografía nacional ha relievado la grandeza del Imperio Incaico, destruido por los españoles. Visto como un ejemplo de organización social e idealizado como realidad política (Burga, 2007), el Tawantinsuyo permanece en el imaginario de los peruanos como una realidad de grandeza que nunca más ha vuelto a producirse en estas tierras.

Por otra parte, puede afirmarse que los nombres de Pizarro y de Almagro forman parte de una galería de personajes hispanos recordados por actos de crueldad o de opresión: podemos mencionar además al sanguinario visitador Areche, que dispuso la ejecución de Túpac Amaru II, y a José Ramón Rodil, el gobernador del Fuerte San Felipe en El Callao. Estas figuras, y sus significados negativos en la historia del Perú opacan la contribución valiosa a la sociedad peruana de españoles como Sebastián Lorente y Corpus Barga.

En un reciente estudio en universitarios residentes en Lima por el primer autor, el Imperio Incaico fue percibido como aquel en el cual se experimentó más felicidad a lo largo de la historia

En el marco de la presente comunicación los autores dan a conocer los resultados de un estudio que exploró la imagen social de Atahualpa, Pizarro, Huáscar y Almagro en una muestra de

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universitarios de la ciudad de Huancayo. Los conquistadores Los historiadores concuerdan en que la Conquista es uno de los hechos más traumáticos en la historia del Perú (Baptista, 2006; Hernández, 1993; Manrique, Glave, Muñoz, Portocarrero & Trelles, 1992). Como lo señala Kapsoli (2008), en aquel momento era difícil imaginar que un imperio de alrededor de 12 millones de habitantes se hubiera derrumbado ante 160 hombres con armas y arcabuces. Hoy, casi 400 años después, esto continúa siendo objeto de debate. Un historiador peruano escribe lo siguiente sobre el particular: Parece históricamente inexplicable que un imperio tan bien organizado como el incaico, sucumbiera tan rápidamente ante un puñado de invasores […] La visión de unos españoles heroicos, sometiendo a millones de indios gracias a su valor y a la ayuda divina, ha sido hoy reexaminada por los historiadores de dicho periodo, y solo si conocemos el significado profundo de la misma, ésta se hace comprensible (Tamayo Herrera, 2010, p. 105). En todo caso, la historiografía moderna presenta a la Conquista como la violenta irrupción de un grupo de aventureros hispanos que sin mayor cultura y con total ausencia de sensibilidad frente a las culturas locales y a la población aborigen, procedió a una activa política de destrucción, y a imponer un lenguaje, una religión, y costumbres absolutamente diferentes (Manrique, 1993; Manrique, Glave, Muñoz, Portocarrero & Trelles, 1992; Roel Pineda, 1998). Los sentimientos negativos de muchos latinoamericanos con respecto a lo acontecido en la Conquista y durante los años del Virreynato, que se extendió a lo largo de aproximadamente tres siglos, se pusieron de manifiesto cuando hace cerca de 20 años se celebró el quinto centenario

del Descubrimiento de América. Si la celebración del cuarto centenario, en 1892, estuvo caracterizada por elogios y engrandecimientos de la gesta de Pizarro y Cortés en Perú y México respectivamente (véanse los discursos pronunciados en esa ocasión en www.ateneodemadrid.com/biblioteca_digital/Co ntinenteAmericano.htm), el tono del quinto centenario fue de severa crítica y de un balance negativo para la incursión española (e.g. Manrique, Glave, Muñoz, Portocarrero & Trelles, 1992). Esos sentimientos negativos son particularmente fuertes en los países andinos, especialmente en Perú y en Bolivia, en los que el porcentaje de población indígena es muy elevado. El proceso de globalización que incluye a Latinoamérica, es percibido por numerosos grupos étnicos, entre ellos los que habitan en Perú y Bolivia, como una amenaza a su identidad, sus tradiciones y costumbres, razón por la cual se está produciendo un proceso de reafirmación que incluye, además de reclamos y reivindicaciones postergadas y silenciados por siglos (Chua, 2003), una acerada crítica a la Conquista y a la presencia hispana en tierras americanas. Esa actitud crítica abarca muchos aspectos: desde la reivindicación de las lenguas aborígenes, como el quechua y el aimara, hasta el reclamo de una reescritura de la historia de los países latinoamericanos desde el punto de vista de los pueblos oprimidos, pasando por el cuestionamiento de los nombres (como el de América), costumbres y divisiones políticas (como el reclamo de una nación aimara más allá de las fronteras nacionales), así como por la atribución de muchos de los defectos de los latinoamericanos a la presencia de España (León, Ahlborn & Villanueva, 2008). El Instituto Elcano llevó a cabo una evaluación de las actitudes hacia España en los países latinoamericanos en el 2003 (Noya, 2003). Un extenso reporte permite conocer los resultados, de los cuales hemos tomado solo uno,

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el referido al orgullo por lo español y la cultura hispana.

actualizado la imagen negativa del español conquistador.

Cinco países, Costa Rica, Paraguay, México, Colombia y Panamá, presentaron porcentajes altos (más de 80%) de orgullo por lo español. Uruguay, un país que recibió un importante contingente de emigrantes europeos, presentó un 76%, en tanto que Chile y Argentina arrojaron 65%. Fueron precisamente Perú y Bolivia los países con los más bajos porcentajes de ese orgullo (55% y 50%, respectivamente).

Lo que Chislett (2003) escribe, sin que sus líneas sean referidas específicamente a estos dos países, parece sin embargo valedero para el Perú y Bolivia:

Cabe preguntarse acerca del significado de estos resultados. Sorprende que en México, un país de acendrado nacionalismo, el porcentaje de orgullo por lo hispano sea tan elevado, casi tanto como lo es en Costa Rica, país que registra el porcentaje más alto, tal vez como consecuencia de la inmigración hispana en el pasado (Chislett, 2003). México, sin embargo, recibió también una importante migración hispana como resultado de la Guerra Civil española. Esa emigración tuvo un rol muy importante en la vida cultural de ese país (véase por ejemplo Abellán, 1998), que probablemente ha influido en la imagen de España entre los mexicanos. Esa emigración española no alcanzó la misma intensidad ni en Perú ni en Bolivia. La presencia española más significativa en esos países es la que ocurrió en la conquista y la que sucede ahora, cuando algunas trasnacionales españolas han ingresado en la vida económica de ambas naciones (Koch, 2010). Tanto uno como otro hecho (la llegada de los conquistadores y la presencia de las transnacionales españolas) han sido valorados de manera predominantemente negativa. En el caso de las transnacionales españolas, ellas, al asumir áreas críticas como el agua, el transporte y las telecomunicaciones, llevando a cabo mejoras que sin embargo han ocasionado la elevación de las tarifas para los usuarios, han

La imagen predominante de España en América Latina se asienta en el estereotipo del pasado colonial. Se habla así de los 'nuevos conquistadores', expresión que los medios de EEUU y del Reino Unido gustan desplegar, de una forma casi machacona, cuando se ocupan del impulso de la inversión española exterior, y cuyo uso generalizado ha creado nuevas dificultades a España para deshacerse de la antigua imagen de la ´leyenda negra´. Es sabido que los estereotipos nacionales y culturales influyen sobre la percepción y la evaluación de las marcas. Resulta imposible valorar de una manera objetiva hasta qué punto las empresas se han comportado como si fueran conquistadores, aunque haya evidencias puntuales que apuntan a que algunos ejecutivos han tenido conductas arrogantes. Las encuestas sí muestran, sin embargo, que España es contemplada con mucha mayor carga de arrogancia en América Latina que en Europa. Algunos analistas atribuyen la mala imagen al predominio de empresas de servicios públicos que anteriormente fueron de propiedad estatal (electricidad, agua y telecomunicaciones), que las hace un objetivo fácil del descontento social en momentos de crisis económica (p. 211). Obviamente, el rechazo hacia España entre peruanos depende de numerosos factores. Sobre el particular no se conoce ningún estudio. Sin embargo, de modo indirecto, León (2010b) evaluó esas diferencias tomando como referencia las regiones históricas del Perú (Costa, Sierra, Selva) al solicitar a una muestra de universitarios

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residentes en Lima que valoraran el grado de identificación que atribuían a los costeños, serranos y selváticos con respecto a Atahualpa, Pizarro, Huáscar y Almagro. Los sujetos atribuyeron a las personas costeñas una mayor identificación con Pizarro (2.36) y con Almagro (2.01), que con Atahualpa y Huáscar (1.70 y 1.75, respectivamente). En cuanto a los habitantes de la Sierra se les atribuyó una identificación relativamente elevada con Atahualpa (3.85) y algo menos con Huáscar (3.34), pero mucho menor con Almagro (1.36) y Pizarro (1.31). Por último, los encuestados fueron del parecer que entre los habitantes de la Selva había una mayor identificación con Atahualpa (1.96) y Huáscar (1.90), y que esa identificación era más bien baja con Almagro (1.48) y Pizarro (1.43). Los resultados presentados expresan, claro está, estereotipos, los que a su vez reflejan la generalizada creencia de grandes diferencias en la mentalidad y comportamiento de los habitantes del Perú según la región geográfica de la cual provengan o en la que vivan. Estos estereotipos se los puede encontrar en la literatura, la ensayística, y la investigación psicológica. Así, por ejemplo, Clemente Palma, el hijo de nuestra gran tradicionista, nos ofrece en su tesis El porvenir de las razas en el Perú una imagen desoladora del indígena peruano (Palma, 1897), una imagen marcada por el escepticismo cuanto por lo que hoy calificaríamos de abierto racismo, algo que también se encuentra en pensadores como Javier Prado y Francisco García Calderón (Zegarra Flórez, 2009; López Alfonso, 2009; Quiróz Avila, 2010; Castilla, 2010). Sería, de otro lado, Manuel Gonzáles Prada uno de los primeros que denunciaría la discriminación hacia los indígenas, y señalaría que el destino del Perú estaba indisolublemente vinculado al destino de ellos. León, por su parte, en dos trabajos efectuados en muestras de universitarios residentes en Lima, encontró que los costeños eran vistos como más

sociables y conversadores, mientras que los habitantes de la Sierra como más callados y menos sociables (León 1998). Asimismo, la tendencia a hablar mal de los demás fue considerada mayor entre los costeños que en los habitantes de la Sierra (León, 2005). En los últimos tiempos, los movimientos indígenas cada vez más frecuentes han reforzado la idea del rechazo de los habitantes de la Sierra hacia España. Se trata de grupos de gran significado en la historia del Perú como son los quechuahablantes y aimarahablantes, los primeros ubicados en toda la sierra peruana, en tanto que los segundos concentrados sobre todo en la zona sureste de la sierra. Problema En el presente trabajo estudió la valoración de los conquistadores por estudiantes universitarios de una ciudad ubicada en la región de la Sierra. La Sierra posee un gran significado tanto geográfico y económico, como histórico. Fue en ella que la cultura Chavín, considerada por muchos “la madre de todas las culturas” (Silverman, 2002), se desarrolló, y fue en ella asimismo que el Imperio Incaico se asentó forjando una civilización que se adaptó a las inclemencias propias de zonas de gran altura y de naturaleza inhóspita. Cuzco ubicado en la Sierra sur del Perú, fue la gran metrópoli del Tawantinsuyo. Sería recién tras la Conquista que el centro del poder político se desplazó de la Sierra a la Costa, al fundarse Lima como la capital del Virreinato. Pero la Sierra no dejó de tener importancia. El saqueo de las riquezas y la explotación minera durante la Colonia la tuvieron como escenario. Fue además la principal proveedora de mano de obra antes de la llegada de los negros al Perú, y asimismo fue escenario de varias revueltas en contra de la opresión española comenzando con la de Manco Inca. La más importante de ellas, sin embargo, fue la

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protagonizada por Túpac Amaru en el siglo XVIII (O' Phelan, 1995). Agreguemos que fue en Ayacucho donde se inició el movimiento terrorista de Sendero Luminoso (Degregori, 1990), que llegó a tener en jaque al estado peruano hasta su derrota en 1992. Los atractivos turísticos por excelencia del Perú se encuentran en la Sierra sur: Cuzco y Machu Picchu (una reciente encuesta reveló que el 83% de los encuestados dio como razón para visitar al Perú el conocer Machu Picchu; Villar Campos 2010). Compiten con ellos como atracciones para los viajeros Arequipa, asimismo en la Sierra Sur, y, en la Sierra Norte, Cajamarca. La principal fuente de energía, el gas, proviene de Camisea. Las minas de oro y de plata, Antamina, Yanacocha (Cajamarca) y Cerro Verde, se encuentran asimismo en la sierra. A pesar de su innegable significación en la historia y en la realidad económica y política del Perú, la Sierra siempre ha sido postergada. López Jiménez (1997) señala que una de las grandes brechas de la sociedad peruana es la geográfica, consistente en el mayor desarrollo de la Costa en detrimento de la Sierra y de la Selva. Así, por ejemplo, los niveles de pobreza en regiones como Huancavelica y Apurímac, ubicados en la Sierra, son en realidad alarmantes. Analizando el caso de la Rinconada, un poblado en Puno, Scott (2010) concluye que el estado peruano no ha querido llegar “modernamente” a la región andina, concluyendo que “desde el proyecto de país dual de la República Aristocrática hasta la desinstitucionalización del país en aras de la consolidación neoliberal, el estado peruano no ha querido llegar a ser el poder regulador de la ciudadanía nacional” (p. 122). La Sierra ha sido además el escenario de algunas de las novelas peruanas más representativas: Redoble por Rancas, de Manuel Scorza (1983); Todas las sangres, Yawar Fiesta, Agua y Los ríos profundos, de José María

Arguedas (1958, 1961, 1995, 2001); El mundo es ancho y ajeno y Los perros hambrientos, de Ciro Alegría (1993, 2000). En estas obras se ofrece una imagen de la sociedad caracterizada por la crasa injusticia, el desencuentro entre las personas, la sospecha y el afán vindicativo. No debemos olvidar el ensayo Tempestad en los andes, de Valcárcel (s.f). En los últimos años, en la Sierra se han ido estructurando, fundamentados en tradiciones y lenguas, identidades regionales propias opuestas a Lima y al centralismo que ella representa, lo cual ha determinado que, como sucede en el sur andino, se consolide “una región de constantes confrontaciones políticas contra los gobiernos de turno, ya sean de origen democrático o de facto” (Vera, 2010; p. 56). En ese contexto de confrontaciones se han alzado voces de protesta y de reivindicaciones, en unos casos referidas a la sempiterna postergación de la zona andina, en otros con respecto a la política centralista que decide sobre territorios y acceso y explotación del agua y de los minerales, y en otros todavía denunciando políticas discriminatorias que se remontan al inicio de la Colonia. La acción proselitista de algunas agrupaciones políticas ha puesto nuevamente en actualidad la imagen negativa del hombre blanco, asociado con la explotación, el avasallamiento y hasta el exterminio de las poblaciones indígenas. Pizarro y Almagro, en su calidad de figuras fundacionales, constituyen el prototipo del hombre blanco en la historia del Perú, así como Atahualpa y Huáscar representan a la población nativa. Estudiar las imágenes sociales de ellos en una población andina es por tanto una tarea de interés. MÉTODO Para el presente estudio, de naturaleza descriptivo-comparativa, se eligió una muestra de universitarios de la ciudad de Huancayo.

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constituyen un grupo social que posee mayor nivel de información más elevado que el promedio de la población peruana, y que durante sus años de estudio reciben asignaturas que suelen ser denominadas “Realidad nacional”, “Historia del Perú”, “Ciencias Sociales”, en las cuales tienen la oportunidad de conocer y reflexionar acerca del pasado y el presente del Perú.

Ubicada a unos 400 kilómetros al este de Lima, en los Andes Centrales, Huancayo es una ciudad de aproximadamente 400 mil habitantes y el más importante centro comercial de la región. En medio del valle del río Mantaro, posee recursos y atractivos naturales que hacen de ella asimismo lugar de visita de muchos turistas nacionales y extranjeros que deciden conocer la Sierra.

Instrumento Participantes 469 universitarios residentes en la ciudad de Huancayo (161 hombres y 308 mujeres, entre 15 y 40 años de edad), a los que se les solicitó su consentimiento para llevar a cabo el presente estudio.

Los integrantes de la muestra respondieron anónima y colectivamente a una lista de 13 pares de adjetivos, tales como rico-pobre, instruidoignorante, primitivo-moderno, en la cual se les pedía que valoraran (en una escala de 1 a 7) a Atahualpa, Pizarro, Huáscar y Almagro.

Además de la relativa facilidad para acceder a esta muestra se tuvo en consideración el hecho de que adolescentes y jóvenes universitarios

La lista de 13 pares de adjetivos arrojó indicadores psicométricos aceptables, como lo demuestra la Tabla 1.

Tabla 1 Promedios y correlaciones ítem total de la relación de pares de adjetivos en Atahualpa, Pizarro, Huáscar y Almagro. Atah M r

Adjetivos

Pizarro M r

Huáscar M r

Almagro M r

01. Ignorante-Instruido

4.01

.47

3.40

.58

3.88

.56

3.95

.57

02.Cobarde-Valiente.

4.79

.49

3.61

.55

4.56

.50

3.89

.60

03.Pobre-Rico

5.16

.30

3.63

.45

4.73

.40

4.09

.53

04.Imprudente-Controlado

3.81

.51

3.37

.59

3.78

.56

3.66

.58

05.Irracional-Racional

4.20

.58

3.77

.66

4.08

.61

3.99

.67

06. Agresivo-Pacífico.

3.90

.56

3.19

.62

3.86

.52

3.69

.60

07.Imprudente-Prudente

4.04

.58

3.63

.62

3.93

.59

3.94

.57

08.Deshonesto-Honesto

4.60

.67

2.94

.59

4.35

.59

3.50

.55

09.Primitivo-Moderno

3.53

.45

3.91

.51

3.86

.42

4.13

.58

10. Autoritario-Democrático.

3.69

.40

3.21

.48

4.00

.41

3.59

.52

11.Débil-Fuerte

5.13

.47

4.20

.46

4.92

.40

4.28

.45

12.Modesto-Soberbio

4.46

.20

4.60

.06

4.38

.26

4.35

.12

13.Feo-Atractivo

3.72

.26

3.85

.43

3.69

.30

3.77

.47

Alfa

.82

.85

.83

.86

Nota: El puntaje de 1 es el más cercano al primer adjetivo, y el de 7 el más cercano al segundo

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Como puede observarse, la consistencia de la relación de ítems fue elevada, según los coeficientes alfa.

estudio. Para el análisis de los resultados se empleó el programa SPSS.

Procedimiento RESULTADOS La aplicación de la relación de ítems fue efectuada, como se ha señalado, de manera anónima y colectiva durante las horas de clase por los asistentes de investigación del presente

La figura 1 permite comparar los promedios de los cuatro personajes en cada uno de los pares de adjetivos.

Figura 1. Promedios de los puntajes de Atahualpa, Pizarro, Huáscar y Almagro en cada uno de los trece pares de adjetivos. Puede reconocerse con claridad la presencia de promedios más elevados (que corresponden al lado positivo de cada par de adjetivos) en Atahualpa, a quien se ve como más instruido, valiente, rico, controlado, racional, pacífico, prudente, honesto y fuerte que los demás. Sin embargo, Atahualpa es considerado como el más primitivo de los cuatro personajes. Pizarro, por su parte, es visto como el más soberbio y al mismo tiempo como el más atractivo, pero, de otro lado, se lo valora como el

más ignorante, cobarde, pobre, irracional, agresivo, imprudente, deshonesto, autoritario y débil. Huáscar es visto como el más democrático, pero asimismo como el más feo, en tanto que Almagro es visto como el más moderno. La siguiente tabla presenta ordenadas, de mayor a menor, las cualidades de los cuatro personajes.

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Tabla 2 Promedios de cada par de adjetivos ordenados para cada uno de los cuatro personajes de este estudio Nro.

Atahualpa

Pizarro

Huáscar

Almagro

01.

Rico 5.16

Soberbio 4.60

Fuerte 4.92

Soberbio 4.35

02.

Fuerte 5.13

Fuerte 4.20

Rico 4.73

Fuerte 4.28

03.

Valiente 4.79

Moderno 3.91

Valiente 4.56

Moderno 4.13

04.

Honesto 4.60

Atractivo 3.85

Soberbio 4.38

Rico 4.09

05.

Soberbio 4.46

Racional 3.77

Honesto 4.35

Racional 3.99

06.

Racional 4.20

Rico 3.63

Racional 4.08

Instruido 3.95

07.

Prudente 4.04

Prudente 3.63

Democrático 4.00

Prudente 3.94

08.

Instruido 4.01

Valiente 3.61

Prudente 3.93

Valiente 3.89

09.

Pacífico 3.90

Instruido 3.40

Instruido 3.88

Atractivo 3.77

10.

Controlado 3.81

Controlado 3.37

Pacífico 3.86

Pacífico 3.69

11.

Atractivo 3.72

Democrático 3.21

Moderno 3.86

Controlado 3.66

12.

Democrático 3.69

Pacífico 3.19

Controlado 3.78

Democrático 3.59

13.

Moderno 3.53

Honesto 2.94

Atractivo 3.69

Honesto 3.50

En el caso de Atahualpa, el adjetivo rico obtuvo el promedio más elevado, seguido por fuerte, valiente y honesto. Algo semejante sucedió con Huáscar, con la diferencia de que fue fuerte el adjetivo con el promedio más elevado. En la comparación de los promedios en cada uno de los adjetivos entre Atahualpa y Huáscar, el primero obtiene puntuaciones más elevadas, excepto en los adjetivos democrático y moderno. En lo que concierne a Pizarro y Almagro hay asimismo gran semejanza. El adjetivo soberbio fue el que obtuvo el promedio más elevado, seguido en ambos casos de fuerte y moderno. Al comparar los promedios obtenidos por ambos conquistadores, se puede reconocer una imagen más positiva del Almagro, visto como más rico, moderno, instruido, fuerte y valiente que Pizarro. Este solo supera a Almagro en los adjetivos

soberbio y atractivo. En el caso de los conquistadores llama la atención el hecho de que uno y otro tienen los promedios más bajos en el adjetivo honesto, que en Atahualpa y Huáscar se encuentran entre los más elevados. La comparación permite registrar algunos hechos interesantes. Por ejemplo, lo que ocurre con el adjetivo moderno, que obtiene promedios muy elevados en los dos conquistadores y muy bajos en los dos incas. Llama la atención asimismo, que el adjetivo atractivo obtenga promedios más elevados en Pizarro y Huáscar. Se procedió seguidamente a realizar un análisis factorial, cuyos resultados se ofrecen en la siguiente tabla:

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Tabla 3 Carga factorial para cada uno de los cuatro personajes: Atahualpa, Pizarro, Huáscar y Almagro I

II

I II

I

II

III

I

II

III

I

II

01. Ignorante-Instruido

.56

.65

.67

.77

02. Cobarde-Valiente.

.74

.76

.67

.57

03. Pob re-Rico

.74

.80

.65

.77

04. Impulsivo-Controlado

.61

.61

.63

.

.57

05. Irracional-Racional

.64

.53

.57

.

.64

06. Agresivo-Pacífico

.79

.79

.74

.66

07. Imprudente-Prudente

.73

.68

.72

.65

08. Des hon esto-Hones to

.59

.72

.51

.80

09. Primitivo-Moderno

.58

.

.67

.53

10. Autoritario-Democrático.

.72

.75

.77

.78

11. Débil-Fuerte

.52

.54

.40

III

.75

.73

12. Modesto-Soberbio

.70

.77

.77

.71

13. Feo-Atractivo

.67

.49

.54

.71

Eigenvalu e

3.39

2.27

1.43

3.36

2.32

1.81

2.90

2.56

1.79

3.13

2.79

1.88

% varianza

26.09

17.51

11.08

25.88

17.86

13.92

22.34

19.69

13.82

24.14

21.51

14.49

Como puede observarse, en los cuatro personajes se encontraron tres factores, (I) Agresividad, (II) Riqueza, y (III) Soberbia, si bien en cada uno el número de ítems que conformaron cada factor fue diferente. Así, Agresividad tuvo en Atahualpa 7 items, en Pizarro 6, y en Huáscar y Almagro 5. El segundo factor, Riqueza, agrupó en el caso de Atahualpa a 4 items, lo mismo que en el caso de Pizarro, mientras que en Huáscar y Almagro agrupó 5. Por último, el factor tercero, Soberbia, agrupó 4 items en Atahualpa, 3 en Pizarro, y también 3 en Huáscar y Almagro. DISCUSIÓN La soberbia es el rasgo que con más intensidad define la imagen de Francisco Pizarro (véase Tabla 2). Pero no es el único: la deshonestidad es otro, y va asociada al autoritarismo, la ignorancia y la pobreza (véase

los promedios de los puestos 13., 11., 9. y 6. en Pizarro en la Tabla 2). Almagro también comparte esa valoración negativa, aunque en su caso no es tan pronunciada: también visto como soberbio y asimismo valorado como deshonesto, en ambos rasgos los promedios que obtiene son menores que los de Pizarro. En general, es mejor visto que su socio de la Conquista: menos soberbio, pero más fuerte, más instruido, más valiente; inclusive más pacífico. Tanto en uno como en otro conquistador los atributos de soberbio, fuerte y moderno son los que obtienen los promedios más elevados. La valoración moderno parece reflejar el reconocimiento de que la presencia de ambos en la historia del Perú significa el vínculo con Occidente y con el progreso asociado a él, algo que es señalado por todos los textos dedicados a la historia del Perú (por ejemplo, Tamayo Herrera

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2010) y al análisis de la realidad social del país (vide Beláunde, 1930; Mariátegui, 1979). En Atahualpa y en Huáscar los tres atributos más valorados son también los mismos: rico, fuerte y valiente. El primero refleja la creencia en la riqueza del imperio incaico (igualmente difundida en todos los textos de historia), y el tercero, valiente, hace referencia a la cualidad de hombría, de heroísmo. El segundo, fuerte, es compartido por los conquistadores, pero los dos incas obtienen un promedio más elevado, lo que refuerza la imagen positiva de ellos en comparación con los españoles. Además, debe señalarse la valoración más bien elevada de la cualidad de honesto en Atahualpa y en Huáscar, que contrasta con lo que ocurre en el caso de Pizarro y Almagro (ver el puesto 4. en Atahualpa, y el 5. en Huáscar en la Tabla 2). Pasemos ahora a comentar los resultados obtenidos en el análisis factorial. Teniendo en cuenta el factor I, Pizarro (M: 3.42) y Almagro (M: 3.77) son percibidos como más agresivos que Atahualpa (M: 3.96) y Huáscar (M: 4.00). Debe tenerse en cuenta que en el reactivo que hemos utilizado a mayor puntaje menor agresividad. En el factor II, riqueza, los líderes incaicos obtienen los promedios más elevados. En Atahualpa y Pizarro, como puede verse, este factor agrupa cuatro ítems y los promedios obtenidos son mayores en el primero (4.77), en tanto que Pizarro obtiene 3.71. En Huáscar y Almagro los ítems de este factor fueron cinco e igualmente Huáscar obtuvo un mayor promedio (4.20 vs. 3.91). Queda aún por analizar el factor III, soberbia. Aquí puede observarse que Huáscar obtuvo el promedio más elevado (M: 4.33), seguido por Almagro y Pizarro (M: 4.13 y 4.12, respectivamente). Atahualpa obtuvo el promedio más bajo (M: 4.09), si bien no muy lejano del

obtenido por los conquistadores. Los cuatro personajes cuya imagen social ha sido explorada en este estudio son personalidades contrastantes. Su presencia en la hora inicial de la historia del Perú como realidad social, y el cruento curso de los acontecimientos que protagonizaron con sus conductas e inconductas, hacen que sean valorados de modo extremo, tanto en lo positivo como en lo negativo. Puede concluirse que la imagen social de Francisco Pizarro es la más negativa, algo que se entiende si se considera que él, junto con Atahualpa, son los actores centrales, los protagonistas, del dramático proceso de la Conquista. Pero, como hemos dicho, la imagen del inca es muy diferente de la del español. Lavallé (2005), un biógrafo reciente de Pizarro, resume la atmósfera y valoración que rodea al conquistador: … Pizarro simboliza para el Perú, y más allá para los Andes en su conjunto, un nacimiento doloroso, el inicio de una historia desgarrada y trágica entre vencedores seguros de su fuerza, de estar en su derecho sin límites, y vencidos reducidos al silencio, a una servidumbre sin piedad con todas las hipotecas que semejante desequilibrio iba a hacer pesar durante siglos sobre el futuro (p. 253). Sin embargo, la imagen de Pizarro tiene un elemento de ambivalencia. En la mayoría de los ítems obtiene un promedio menor que Atahualpa, Huáscar y Almagro, excepto en uno: atractivo (véase Tabla 2). Un hecho tanto más llamativo si se tiene en cuenta la atribución de soberbia, autoritarismo y deshonestidad a la que nos hemos referido líneas arriba. Las características del instrumento en que se basa este estudio no permiten conocer las razones por las cuales los encuestados valoran como atractivo a Pizarro en mayor medida que a los otros tres personajes.

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Solo podemos suponer que ese puntaje elevado en atractividad expresa la alta valoración que en líneas generales experimenta la sociedad peruana por líderes autocráticos (Torres Arancivia, 2007), cuyo prototipo en la historia de nuestro país es, sin duda alguna, Francisco Pizarro. Podemos señalar, como la conclusión más importante del presente trabajo, que la figura de Francisco Pizarro despierta una serie de reacciones afectivas encontradas. Más aún, podemos suponer seguirá despertando ambivalencias, las cuales por cierto no son de ahora, sino que se las puede encontrar desde el comienzo de la reflexión acerca del Perú, su realidad y sus problemas (Fiengo-Varn, 2003). Sería interesante evaluar asimismo otros personajes, tanto de la Colonia como de la República, cuya imagen solo ha sido explorada desde el ángulo histórico pero que no ha sido abordada desde la perspectiva desde la cual se ha llevado a este estudio. Agradecimiento Los autores agradecen la valiosa colaboración de Karina Matos, Gresly Pomalaza y Rocío Salazar, alumnas de la Facultad de Psicología de la Universidad de los Andes, Huancayo, quienes aplicaron la encuesta a la muestra de universitarios de esa ciudad. REFERENCIAS Abellán, J. L. (1998). El exilio filosófico en América. Los transterrados de 1939. México D.F.: Fondo de Cultura Económica, Alegría, C. (1993). Los perros hambrientos. Lima: Mantaro [1939]. Alegría, C. (2000). El mundo es ancho y ajeno. Madrid: Alianza [1941]. Arguedas, J. M. (1958). Yawar Fiesta. Lima: Mejía Baca [1941]. Arguedas, J. M. (2001). Todas las sangres. Lima: Peisa [1964].

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Recibido: 9 de octubre del 2012 Aceptado: 30 de octubre del 2012

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RESILIENCIA Y CONVIVENCIA ESCOLAR EN ADOLESCENTES MEXICANOS Norma Ivonne González Arratia López Fuentes* y José Luis Valdez Medina ** Universidad Autónoma del Estado de México

RESUMEN Con el objetivo de identificar el nivel de resiliencia y analizar los múltiples roles (víctima, victimario y observador) del acoso escolar o bullying entre pares, dentro de la escuela a la cual asisten una muestra de adolescentes (N=122), de ambos sexos, entre 12 y 15 años de edad, respondieron los cuestionarios de resiliencia y violencia escolar en educación básica. Los hallazgos indican que los hombres obtuvieron mayores puntajes en las variables asociadas al victimario y observador. Se comprobó la hipótesis de que los individuos resilientes mostraron menores indicios de acoso escolar, en las variables asociadas al observador y a la víctima, pero no en el caso del victimario. Se concluye que la resiliencia puede mitigar el impacto del acoso escolar en los adolescentes. Palabras claves: resiliencia, acoso escolar, bullying, adolescentes. RESILIENCE AND SCHOOL LIFE IN MEXICAN ADOLESCENTS ABSTRACT With the aim of identifying the level of resiliency and analyzing multiple roles (victim, perpetrator and observer) of bullying and bullying among peers, within the school attended, a sample of adolescents (N = 122) of both sexes, between 12 and 15 years of age, were answered the questionnaires of resilience and school violence in basic education findings indicate that the men obtained higher scores on variables associated with the perpetrator and observer. Verified the hypothesis that the resilient individuals showed minor signs of bullying, variables associated to the observer and the victim, but not for the perpetrator. It is concluded that resilience can mitigate the impact of bullying in adolescents. Keywords: Resilience, bullying, teen. RESILIÊNCIA E A VIDA ESCOLAR EM ADOLESCENTES MEXICANOS RESUMO O objetivo foi identificar o nível de resiliência e analisar múltiplos papéis (agressor vítima, e observador) de bullying ou assédio moral, colegas dentro da escola que frequentam os adolescentes. A amostra (N = 122) é de 12 a 15 anos, masculino e feminino, aplicação de questionários resiliência e violência escolar no ensino fundamental. Os resultados mostram uma maior incidência de variáveis ?associadas ao agressor e observador, no caso dos homens. Resiliência significativamente correlacionada negativamente com as variáveis ?associadas ao observador e da vítima, mas não no caso de o autor do crime. Os resultados sugerem que a resiliência pode mitigar o impacto do bullying em crianças e adolescentes Palavras-chave: resiliência, ao bullying, bullying, teen.

*Universidad Autónoma del Estado de México. Facultad de Ciencias de la Conducta. Responsable del proyecto Clave 3310/2012CHT. Correspondencia: nigalf@yahoo.com.mx ** Universidad Autónoma del Estado de México. Facultad de Ciencias de la Conducta. Correspondencia: ochocedros@live.com.mx

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En la actualidad, la violencia se observa en todos los ámbitos: en la familia, el trabajo, en el barrio o comunidad, así como en la escuela. En este último, ha habido un amplio desarrollo tanto en investigación como intervención y políticas públicas. Según la Organización Mundial de la Salud (2002), la violencia se define como el uso intencional de la fuerza física o el poder, la amenaza o el hecho, contra uno mismo, contra otra persona o contra un grupo, que puede producir o tiene una alta probabilidad de provocar una lesión, muerte, daño psicológico, afectar el desarrollo o generar privaciones. Dentro de la violencia en el contexto escolar, se pueden encontrar distintos constructos como son: acoso escolar, bullying, la intimidación y el maltrato (Díaz, 2012). En especial el bullying es el que más se ha estudiado, más en comparación con otras formas de violencia. Específicamente el bullying, es una palabra inglesa que ha sido aceptada para referirse al acoso entre iguales y puede ser entendida como acoso escolar, hostigamiento, intimidación, maltrato entre pares, maltrato entre niños, violencia entre pares o violencia entre iguales. También se puede definir como conducta de persecución y agresión física, psicológica o moral que realiza de un alumno o grupo de alumnos sobre otro con desequilibrio de poder y de manera reiterada. Incluye conductas disruptivas, indisciplina, absentismo y acoso escolar, entre otras, que pueden aparecer asociadas, observándose relaciones interpersonales asimétricas en las que el agresor abusa de su poder y la víctima no puede detener las agresiones, que se repiten sistemáticamente en ausencia de provocación con la intención de herir y desmoralizar (Fernández & Palomero, 2001; Postigo, González, Mateu, Ferrero & Martorell, 2009). De manera breve, entre las manifestaciones del bullying se pueden mencionar las físicas (pegar, empujar, patear, y agredir con objetos), verbales (se refiere a ofensas verbales tales como insultos y apodos), psicológicas (aquellas

acciones que dañan la autoestima del individuo y fomentan la sensación de temor), sociales (pretende aislar a la víctima del resto del grupo y compañeros), y otras manifestaciones como esconder, robar o dañar las pertenencias de las víctimas. Además, cabe mencionar que las manifestaciones citadas aparecen de forma simultánea. La génesis de la violencia es siempre compleja y este aspecto tiene que ser tomado en cuenta para lograr entenderla. Entre las explicaciones que existen sobre la violencia escolar, es que los niños aprenden que la violencia es una forma eficaz para resolver conflictos interpersonales, especialmente si la han padecido dentro de su hogar, ya sea como víctimas o como testigos. La violencia se transforma paulatinamente en el modo habitual de expresar los distintos estados emocionales tales como el enojo y el miedo. (SSP-SEP, 2012). Además pueden aparecer situaciones negativas que operan como agentes estresógenos y que interfieren en el proceso de adaptación dinámica y flexible a la escuela. Algunos de estos factores son los que se integra en el llamado sistema bullying (García, 2010). Una interrogante frecuente que los investigadores se han hecho es por qué hay niños y adolescentes violentos y cómo abordar la violencia infantil y juvenil. Mientras que otros consideran que los adolescentes, como grupo, constituyen un riesgo para la sociedad, otros por el contrario, sostienen que los niños y los adolescentes son las principales víctimas de la violencia social (Pascualini & Llorens, 2010). Para empezar a dilucidar estas interrogantes, se tiene que considerar que existen diferentes explicaciones respecto a la violencia y el bullying. Investigaciones como la de Ragatke (2010) indican que aunque determinados factores biológicos y otros elementos individuales explican parte de la predisposición a la agresión, más a menudo son factores familiares, comunitarios, culturales y otros agentes externos los que crean ambientes que favorecen el surgimiento de la violencia. El análisis histórico

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de este problema social, revela que se trata de un comportamiento aprendido a través de las relaciones interpersonales dentro de la familia, el entorno social y las instituciones educativas además de los medios masivos de comunicación que difunden patrones de conducta agresivas y violentas.

nervioso al participar en clase, muestra apatía, abatimiento o tristeza, inventa enfermedades para evitar ir a la escuela, tiene problemas para concentrarse en la escuela y en el hogar, padece insomnio o pesadillas recurrentes, irritabilidad, sentimientos con enojo, sus calificaciones bajan sin alguna razón aparente.

Además, entre los factores que se asocian y generan la violencia entre iguales, son: baja tolerancia a la frustración, hiperactividad, dificultad para controlar la agresividad, baja autoestima, empatía, dificultad para controlar la agresividad, falta de afecto y cuidado, falta de límites y reglas claras en el hogar, abandono y/o abuso en el hogar, fracaso escolar, uso de sustancias adictivas, pobreza, problemas de delincuencia, identificación con modelos agresivos y rebeldes.

En el caso del agresor, es quien ejerce la violencia el abuso o el poder sobre la víctima. Suele ser fuerte físicamente, impulsivo, dominante, con conductas antisociales; carece de empatía hacia el sufrimiento de los demás, tiende a hablar despectivamente de un niño o niña, uso de conductas prepotentes o dominantes, comportamientos impulsivos y agresivos, continuamente pelea con sus compañeros, soluciona sus problemas usando la violencia, baja tolerancia a la frustración, deficientes habilidades sociales, escasamente reflexivo. Y por último el espectador, que generalmente es un compañero que presencia las situaciones de intimidación. Puede reaccionar de distintas maneras aprobando la intimidación, reprobándola o negándola. Cree que no puede ayudar a la víctima lo que le genera sentimientos de enojo, impotencia y culpa, presenta pesadillas y preocupación por ser la siguiente víctima, además de que tiene repercusiones negativas en su personalidad.

En esta misma línea podemos señalar que el hostigamiento puede ser diferente según las edades, el sexo, el entorno, la reacción de los demás, la condición socioeconómica, entre otras. Al respecto, la investigación de Sinigagliesi (2010) ha puesto de manifiesto que en el caso de los hombres su forma más frecuente es la agresión física y verbal, mientras que en las mujeres su manifestación es más indirecta tomando frecuentemente la forma de aislamiento de la víctima o exclusión social; tiende a disminuir con la edad y su mayor nivel de incidencia es entre los 11 y los 14 años; sin embargo, hay conductas que aparecen en niños más pequeños, pero son difíciles de medir por falta de métodos específicos (Su escenario más frecuente en los niños de educación básica es en el patio de recreo, mientras que en la secundaria se amplía a otros contextos como: aulas, pasillos, baños, vestidores, trayectos a la escuela, en los cambios de clase). Por otro lado, en el caso de los actores asociados a la violencia se pueden distinguir: víctima, agresor y espectador. Respecto a la víctima es quien sufre las agresiones, suele ser una persona tímida, insegura, que mantiene una excesiva protección de los padres y es menos fuerte físicamente. Algunos indicadores son que viene del recreo con heridas o golpes, se pone

Independientemente del rol (víctima, victimario, observador), el impacto de la violencia afecta de manera permanente a todos los involucrados (Ortega, 2005). Ya que, las víctimas pueden desplazarse a la posición de agresor y viceversa, debido a lo que se conoce a una cadena cismogenética como víctima-agresor (Díaz, 2012). El fenómeno de la violencia entre iguales ha sido objeto de interés científico en las últimas tres décadas y durante este tiempo se ha demostrado su presencia en muchos países. Al remitirnos particularmente en México, los datos indican que el 17% de estudiantes de primaria y el 14% de secundaria señalaron haber sido agredidos físicamente; además el 24.2% en primarias y 13.6% en secundaria reportan que se burlan de ellos constantemente (Varela, Farren & Tijmes,

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2010). Además, la encuesta sobre violencia en la escuela en el 2008 revela que de cada 10 alumnos, 7 han sufrido algún tipo de violencia. De los alumnos que participaron en alguna pelea el 35% lo hicieron en ausencia de los docentes, más del 24% ha sufrido burlas y 1 de cada 5 ha sufrido lesiones físicas y amenazas. El 40% de los niños que acude a las escuelas en México ha sido víctima del bullying, el cual tan solo en el Distrito Federal llevó al suicidio a 190 niños en el 2009. En este mismo año se ha mencionado un total de 190 jóvenes en el Distrito Federal se quitaron la vida a consecuencia de la violencia que sufrían en la escuela y, según datos del Instituto Nacional de Evaluación Educativa, 8.8% de estudiantes ejercen bullying a nivel de primarias y 5.6% en secundarias. Los datos también refieren una prevalencia del nivel de violencia en las escuelas del 40% en niños que acuden en el nivel básico (Escobedo, 2010). Al vislumbrar la relación entre resiliencia y ambiente escolar, es importante señalar que el individuo ya trae sus propias adversidades (ejemplo, la familia) y al mismo tiempo, se generan otras propias de la escuela, y entre ambos hay una relación dinámica. La escuela es un espacio en donde encontramos muchos individuos, familias, todos distintos y diferentes en los que se pueden identificar numerosos factores tanto de riesgo como factores protectores que promueven o impiden la aparición de situaciones violentas en las escuelas. En este sentido, los factores de protección son fundamentales como posibles neutralizadores o mitigadores de alto impacto del bullying y las dinámicas internas de la escuela que disminuyen la reproducción de comportamientos violentos (Araos & Correa, 2004). Aunado a lo anterior, García (2010) refiere que el ajuste positivo del niño a la escuela va a depender de: la percepción que el niño tiene de la escuela y de las figuras de autoridad, la participación del niño en las actividades escolares de su clase y finalmente el desempeño académico en consonancia con una actitud social solidaria y cooperativa favorecerán el ajuste del niño al sistema escolar. Por otro lado, entre los factores de riesgo en

el interior de las escuelas, se refiere a las relaciones interpersonales que incluyen el rechazo de los pares, la mala relación con el maestro y un ajuste escolar negativo. Además la presencia de factores de riesgo distales (hostigamiento repetido) puede ser neutralizada por la presencia de factores de protección proximales (vínculos empáticos proactivos con adultos de referencia) y las dinámicas internas de la escuela que aumentan o reproducen procesos de victimización. En lo relativo a la escuela, esta significa para el niño y el joven estudiante un lugar donde espera adquirir nuevos conocimientos, conocer nuevas formas de pensar y aprender a desarrollar otras habilidades. Sin embargo, en algunas ocasiones no está preparado para enfrentar situaciones de riesgo al interior de la institución, o bien, la presencia de alguna situación de tensión cotidiana que emerge de los centros educativos nos indican la complejidad cada vez mayor que hay en las escuelas, las cuales se transforman en espacios representativos de los modelos sociales que influyen tanto de manera positiva como negativa en el desarrollo y aprendizaje de los alumnos (Muñoz, Saavedra & Villalta, 2007). De tal forma que el hecho de ir a escuelas con un ambiente de riesgo, que no cuente con profesores suficientes o con los recursos didácticos adecuados, puede ser considerada una condición adversa (Waxman, 1992). Pero hay otros factores de riesgo, como por ejemplo la pobreza, abuso de drogas, actividad sexual sin protección y por supuesto lo que se le denomina bullying. De ahí, que se debe considerar que el sistema educativo tiene un rol crucial en la vida de los individuos, ya que, es dentro de la escuela donde los estudiantes pueden desarrollar no solo competencias académicas, sino también sociales y personales que les permitan sobreponerse a situaciones adversas y salir adelante en la vida (Rutter, 1987). El concepto de resiliencia se ha instalado en ambientes educativos en donde es entendida como la elevada probabilidad de éxito en la escuela y en otros aspectos de la vida a pesar de

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adversidades ambientales debidas a condiciones y experiencias tempranas (Wang, Haertel & Walberg, 1994). Por su parte Wang y Kovach (1996), Windfield (1991) argumentan que la resiliencia para la vida es un concepto que no solamente se aplica al individuo y a las situaciones familiares, sino también dentro de las instituciones educativas que sirven también al individuo. Así, de entre las diversas definiciones para esta investigación se entiende que la resiliencia es el resultado de la combinación y/o interacción entre los atributos del individuo (internos) y su ambiente familiar, social, escolar y cultural (externos) que lo posibilitan para superar el riesgo y la adversidad de forma constructiva (GonzálezArratia, 2011). El individuo resiliente tienen un adecuado nivel de autoestima, por lo cual, el intento de otros que querer ridiculizarlo, deteriorar su autoestima, llevarlo a ser el chivo expiatorio de toda situación conflictiva grupal, fracasa. Además, en el momento que se tiene un fracaso del afrontamiento ante esta situación que tienen que ver con el sistema bullying, hace que el individuo pierda su autoestima, se sienta más vulnerable, justifique de algún modo al agresor y disminuya aún más la sensación de autoeficacia con el debilitamiento progresivo del afrontamiento. El hecho de que sea reiterativa la situación, puede dar como resultado la indefensión aprendida, con lo que el estar sometido a múltiples estímulos que incrementan su estrés, lo llevan a presentar síntomas psicopatológicos como depresión. Mientras que un enfrentamiento positivo, lleva a una sensación de mejoramiento de la autoeficacia, esto se traduce en conductas autoafirmativas que desestimulan en sí mismas cualquier intento de acoso. A su vez, se va produciendo en el niño y adolescentes un crecimiento psicológico con capacidad progresiva para resolver situaciones adversas. La protección no reside en las características psicológicas presentes en un momento dado, sino en la manera en que el individuo maneja o negocia los cambios vitales o las experiencias estresantes (García, 2010).

Por lo que la resiliencia es indispensable para el individuo como recurso fundamental de su desarrollo y que trasciende los límites del bullying. Es decir, que la resiliencia puede prevenir y contrarrestar las causas del acoso escolar (Díaz, Martínez & Vásquez, 2011). Werner (1993) refiere que a los niños resilientes les gusta la escuela, ya sea en el nivel preescolar, primaria y secundaria, la convierten en su hogar fuera de su hogar, en un refugio fuera del ámbito del familiar disfuncional. Las escuelas más exitosas tienen a mantener estándares académicos elevados, a dar retroalimentación eficaz a los jóvenes y a ofrecer posiciones de confianza y responsabilidad a sus alumnos. Este apoyo estructural parece ser un factor protector para los alumnos provenientes de hogares o de situaciones sociales conflictivos (Dearden, 2004). En concordancia con lo anterior, la presente investigación pertenece a un proyecto mayor sobre resiliencia en adolescentes mexicanos en situación de riesgo psicosocial, en el que se pretende analizar la importancia de la resiliencia en el contexto escolar cuando este es percibido como adverso. Así, los objetivos de este estudio son: describir y comparar el nivel de resiliencia en adolescentes y la percepción de convivencia escolar entre pares dentro de la escuela a la cual asisten los adolescentes, considerando el análisis de variables sociodemográficas a fin de indagar las posibles diferencias de la resiliencia en función del sexo, ya que hasta el momento son escasos los estudios que incluyen estas variables y los resultados son inconsistentes. Por lo que las hipótesis que se plantean son: los individuos resilientes mostrarán menores indicios de acoso escolar, además de que existen diferencias entre hombres y mujeres en las variables resiliencia y convivencia escolar. Se espera que estos resultados sirvan de base para la implementación de estrategias de intervención posteriores, así como aportar elementos empíricos al estudio de la resiliencia en esta etapa de la vida.

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MÉTODO Este estudio se trata de un diseño de investigación no experimental transversal, cuyo propósito es describir variables y analizar su relación en un momento dado. Participantes La población comprende a todos los alumnos matriculados en el ciclo escolar 2011-2012, en dos escuelas oficiales públicas de la ciudad de Toluca, Estado de México, de 1° a 6° año de primaria y 1° y 3° de secundaria y de ambas eran un total de N= 750 alumnos. En este estudio se trabajó con una muestra no probabilística de tipo intencional, compuesta por un total de 122 adolescentes entre 12 y 15 años de edad (M=13) de ambos sexos igualmente representados. Todas son de la Ciudad de Toluca, Estado de México y en el momento de la investigación se encontraban en dos escuelas públicas cursando el 6° grado de primaria (n=73) y el resto en el primer grado de secundaria (n=49). La clase social a la que se consideran pertenecer es media baja (65%) y baja (35%). Instrumentos 1. La resiliencia fue medida con el Cuestionario de Resiliencia (González Arratia, 2011) el cual es un instrumento de autoinforme previamente desarrollado en México para niños y adolescentes que mide factores específicos de la resiliencia basada en los postulados de Grotberg (1995) organizados en cuatro categorías: yo tengo (apoyo), yo soy y estoy (atañe al desarrollo de fortaleza psíquica) yo puedo (remite a la adquisición de habilidades interpersonales). Consta de 32 reactivos con un formato de respuesta tipo Likert de cinco puntos (el valor 1 indica nunca y el 5 siempre). En un estudio previo (González Arratia, 2011), se llevó a cabo un análisis factorial exploratorio con rotación ortogonal (varimax) en el que se cumplió el criterio de Kaiser (KMO=.90, p=.001) con una varianza de 37.82% y confiabilidad a través de Alpha de Cronbach total= .9192. Las dimensiones del cuestionario son tres: (1) Factores protectores internos y mide habilidades para la solución de problemas (a = .8050 con 14 reactivos). (2)

Factores protectores externos, evalúa la posibilidad de contar con apoyo de la familia y/o personas significativas para el individuo (a = .7370 con 11 reactivos). (3) Empatía, la cual se refiere a comportamiento altruista y prosocial (a = .7800, con 7 reactivos). En la presente investigación se obtuvo una consistencia interna con los 32 ítems alta (a =0.923) 2. Cuestionario de violencia escolar en educación básica (Varela et al., 2010). Es un instrumento que analiza los múltiples roles (victimario, víctima y/o observador) y dimensiones de la violencia escolar. Consta de 53 ítems con 5 categorías de respuesta. El instrumento evalúa las situaciones de violencia entre menores y adultos que se producen en el interior del establecimiento educativo, preguntando a los menores por la frecuencia con que se han observado, sufrido y ejercido conductas violentas durante el año en curso. Los autores reportan validez de constructo a través de un análisis factorial para cada tipo de participante en las conductas violentas (observador, victimario, víctima). Se divide en factores asociados al observador, el cual incluye 25 reactivos en la que obtuvo un 39.59% de varianza total y 4 dimensiones que son: violencia general (Alpha= .83), violencia adultos (Alpha= .75), relación (Alpha= .73) y conductas graves (Alpha=.72). Para las variables asociadas a la víctima consta de 12 preguntas, con una varianza de 44.94% y sus dimensiones son: abusos físicos y psicológicos (Alpha=.79), violencia de profesores (Alpha=.76) y conductas graves (Alpha=.67). Las preguntas relativas al victimario que son consideradas por el autor como preguntas relativas al autorreporte de ofensas, el cual incluye 16 preguntas, con el 44.43% de varianza y los factores son: conductas de agresión (Alpha=.78), conductas alto riesgo (Alpha=.81) y autorreporte de agresión en contra de profesores (Alpha=.73). Procedimiento La evaluación fue realizada por los investigadores de manera grupal previa autorización de las autoridades de cada una de las escuelas; en las respectivas aulas y horarios

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200 RESILIENCIA Y CONVIVENCIA ESCOLAR EN ADOLESCENTES MEXICANOS

académicos en un tiempo aproximado de 30 minutos. La participación fue voluntaria, anónima y confidencial sin que se observaran abstenciones. Análisis de Datos Se realizó un análisis para contrastar la hipótesis de que la muestra obtenida procede de poblaciones normales, utilizando para ello el estadístico Kolmogorov-Smirnov, también se llevó a cabo un análisis de datos descriptivos de ambas escalas mediante la obtención de la media y desviación estándar, para clasificar a los individuos en resilientes y no resilientes se utilizó la prueba U de Mann-Whitney. La prueba t de Student para establecer comparaciones entre alta y baja resiliencia y entre sexos. Por último, se analizaron los coeficientes de correlación de Pearson considerando una p=.05. Los análisis se efectuaron con el paquete SPSS 18. RESULTADOS Primero, con el objetivo de comprobar la distribución normal, se observó que solo una de las tres dimensiones, específicamente empatía procede de una población normalmente distribuida (Zk-s=.105, p=.062), las dimensiones de factores protectores internos, externos y el total de la variable resiliencia no se ajustan a una distribución normal. En el caso de la escala

violencia escolar, solo las variables asociadas al observador y el total de convivencia se ajustan a la curva normal (observador Zk-s=.072, p=.444; Zks-=.153, p=.098 respectivamente). El resto de las dimensiones no procede de poblaciones normales, sin embargo, determinados contrastes se comportan razonablemente bien a pesar del incumplimiento del supuesto (Batista & Coenders, 2000). En segundo lugar, se obtuvieron las medias y desviación estándar de las dimensiones de cada una de las escalas, así como del total, en donde se encontró que para la escala de resiliencia la media más alta fue en el factor protector externo (Media=4.32, DS= .56), seguida del factor protector interno (Media=4.20, DS=.77) y menor en el caso del factor empatía (Media=3.89, DS=.69), en el puntaje total de resiliencia la media se ubica en un nivel de resiliencia moderada. En el caso de la media para cada una de las variables de la escala de convivencia escolar, la puntuación más alta se sitúa en las variables asociadas al observador (Media=2.20, DS=.71), seguida de las variables asociadas a la víctima (Media=1.55, DS=.71) y más baja en las variables asociadas al victimario (Media=1.31, DS=.48). Es importante señalar que la dimensión violencia general, que indaga acerca de haber observado violencia física y/o verbal en la escuela entre los alumnos, mostró la media más alta (Media= 3.68) (ver Tabla 1).

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201 GONZÁLEZ ARRATIA N, VALDEZ J.

Tabla 1 Puntuaciones medias y desviación estándar Resiliencia y Convivencia Escolar Escala Resiliencia

Factores Factor protector interno Factor protector externo Empatía Resiliencia total

5 5 5 160

X N=122 4.20 4.32 3.89 133.46

.69 .56 .77 18.73

mínimo

máximo

1 2 1 66

DS

Variables asociadas al observador

Violencia general Violencia adultos Relación Conductas graves Total variables asociadas al observador

0 0 0 0 0

5 4.80 5 5 4.75

3.68 1.49 2.06 1.55 2.20

1.01 .87 .94 .80 .71

Variables asociadas a la víctima

Abusos físicos y psicológicos Violencia ejercida por parte de profesor es Conductas graves Total variables asociadas a la víctima

0 0

5 5

2.11 1.24

.96 .83

0 0

5 5

1.30 1.55

.83 .71

Conductas de agresión física y psicológica Conductas de alto riesgo Autorr eporte de agr esión en contra de profesores Total variables asociadas al victimario

0

4.88

1.67

.73

0 0

3.50 4.25

1.14 1.12

.49 .52

0

3.63

1.31

.48

Variables asociadas al victimario

Posteriormente se comprobaron las puntuaciones de los niveles de resiliencia a partir del puntaje total. Se establecieron para ello los percentiles 25 (grupo baja resiliencia, el 36% de la muestra, n=44, Media=113.02, DS= 16.40) y 75 (grupo alta resiliencia, 34.5% de la muestra, n=42, Media= 148.71, DS= 18.73), y la comparación entre ellos se hizo con la prueba U de MannWhitney, que indica que si hay diferencia entre el grupo de alta y baja resiliencia (Z=106.53, p=.001). El resto de los participantes no pertenecen a esta clasificación (n= 36). A partir de esta clasificación, se efectuó un análisis de t de Student para observar si había diferencias de

a total

.923

.952

acuerdo al grupo alta y baja resiliencia respecto a las dimensiones de la escala de convivencia escolar. De este análisis, se encontraron diferencias estadísticamente significativas que indican que, en el caso del grupo considerado con baja resiliencia, se presentan en mayor medida cinco de las 10 dimensiones de violencia escolar, que son: violencia adultos, relación, abusos físicos y psicológicos, violencia ejercida por parte de profesores y conductas de agresión física y psicológica; en contraste con el grupo que puntúa con alta resiliencia. En el resto de las dimensiones no hay diferencias significativas (ver Tabla 2).

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202 RESILIENCIA Y CONVIVENCIA ESCOLAR EN ADOLESCENTES MEXICANOS

Tabla 2 Diferencias entre grupos Alta y Baja Resiliencia y Convivencia Escolar Media Dimensión

Baja

Media

t

Violencia general

.054

1.95

3.90

1.02

3.44

1.13

Violencia adultos

.003

3.13

1.78

1.14

1.19

.48

Relación

.001

3.37

2.38

1.07

1.71

.73

Conductas graves

.064

1.87

1.73

1.08

1.38

.61

Abusos físicos y psicológicos Violencia ejercida por parte de profesor es Conductas graves

.000

3.93

2.53

1.09

1.72

.81

.036

2.13

1.50

1.15

1.07

.68

.299

1.04

1.40

1.07

1.21

.59

Conductas de agresión física y psicológica Conductas de alto riesgo Autorr eporte de agresión en contra de profesor es

.023

2.32

1.83

.87

1.46

.58

.597

.531

1.19

.59

1.13

.48

.217

1.24

1.21

.70

1.05

.43

Resilie nc ia

Ds

n=44 Variables asociadas al observador

Variables asociadas a la víctima

Variables asociadas al victimario

Alta

P

Los participantes fueron asignados a tres grupos: observador, víctima y victimario, lo cual se hizo a partir del puntaje bruto obtenido de la escala de convivencia escolar para cada una de las variables asociadas a cada dimensión. Para lo cual se establecieron puntos de corte a partir de la media ±1 desviación estándar. Con esto se obtuvieron la media y desviación estándar en el caso del observador (Media=2.20, DE=.71, punto de corte Media=2.91) de la víctima (Media=1.55, DE= .71, punto de corte Media=2.26) y del victimario (Media= 1.31, DE=.48, punto de corte Media=1.79). A partir de estos criterios, se

Resiliencia

Ds

n=42

obtuvieron las frecuencias según sexo. En la Tabla 3, se puede observar que existe en mayor proporción hombres que se consideran víctimas de acoso y en menor medida las mujeres, así como es importante hacer notar que son los hombres los que más ejercen violencia, mientras que el 33% de las participantes mujeres se ubican en el grupo de victimario. En el caso del observador, tanto hombres como mujeres han observado actos de acoso, pero al mismo tiempo refieren que no han observado estas situaciones en el interior de la institución.

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203 GONZÁLEZ ARRATIA N, VALDEZ J.

Tabla 3 Frecuencias de grupo de pertenencia Convivencia Escolar Hombres

Mujeres

Total

n

%

n

%

N

%

Observador

40

33

30

24.5

70

57.40

No observador

22

18

30

24.5

52

42.60

Víctima

60

49.1

50

41

110

90.16

No víctima

3

2.5

9

7.4

12

9.84

Victimario

60

49.1

40

33

100

82

7

5.7

15

12.2

22

18

122

100

No victimario

Considerando el total de la muestra y con el objetivo de observar si había diferencias estadísticamente significativas de acuerdo al sexo, se realizó un análisis de t de student, y los resultados muestran que sí hay diferencias en la mayoría de las dimensiones de ambas escalas. En el caso de la escala de resiliencia, sólo en el factor empatía la muestra de mujeres tienen mayor puntaje. Para violencia escolar, en las variables

asociadas al observador (dimensión relación), relacionadas a la víctima (abusos físicos y psicológicos, violencia por parte de profesores y conductas graves) y variables asociadas al victimario (conductas de agresión física y psicológica y autoreporte de agresión en contra de profesores) se encontró que los hombres presentan valores más elevados en comparación con las mujeres (ver Tabla 4).

Tabla 4 Diferencias grupales en Resiliencia y Convivencia Escolar entre Hombres y Mujeres Dimensión Resiliencia

Variables asociadas al observador

Variables asociadas a la víctima

Variables asociadas al victimario

p

t

.50

.66

X hombres n=61 4.24 4.31

.49

X mujeres n=61 4.16

.52

4.33

DE

DE

Factor protector interno Factor protector externo Empatía

.84

-.19

.011

-2.59

3.73

.72

4.08

.79

Resiliencia total

.53

-.61

132.46

14.94

134.55

22.24

Violencia general

.371

.89

3.76

.98

3.60

.13

Violencia adultos

.105

1.63

1.61

.94

1.36

.09

Relación

.018

2.39

2.25

1.01

1.86

.10

Conductas graves

.147

1.46

1.65

.81

1.44

.10

Abusos físicos y psicológicos Violencia ejercida por parte de profesores Conductas graves

.007

2.71

2.33

.95

1.87

.11

.033

2.15

1.39

.88

1.08

.09

.019

2.37

1.47

.96

1.13

.08

Conductas de agresión física y psicológica Conductas de alto riesgo Autorreporte de agresión en contra de profesores

.040

2.07

1.80

.72

1.53

.09

.432

.788

1.17

.51

1.11

.05

.046

2.01

1.20

.62

1.02

.04

Rev. Psicol. Trujillo(Perú) 14(2): 194-207, 2012

.87 .61


204 RESILIENCIA Y CONVIVENCIA ESCOLAR EN ADOLESCENTES MEXICANOS

Tabla 5 Intercorrelaciones para las puntuaciones Resiliencia y Convivencia Escolar 1

2

3

-.218*

-.244**

4

Violencia general Violencia adu ltos Relación

-.227**

-.231**

-.268**

-.20**

Co nductas graves Abusos físicos y psico lógico s

-.27**

-.26**

-.26**

-.28**

Violencia ejercida por parte de profeso res

-.21*

-.23*

-.18*

-.23**

Co nductas graves Co nductas de agresión física y psico lóg ica Co nductas de alto riesgo Autoreporte de agresión en contra de profesores Nota. 1. Factor protector interno, 2. Factor protector externo, 3. Empatía, 4. Resiliencia total. *p=.05, **p=.01

Además, se encontró que los coeficientes de correlación difieren entre hombre y mujeres, sugiriendo una importancia desigual, ya que se observó que en el caso de los hombres, sólo el factor protector interno y externo son los que se asocian al observador específicamente violencia adultos (r=-.26, p=.031; r=-.314, p=.01), y en el caso de las mujeres se asocia negativamente el factor protector externo con: relación (r=-.25, p=.049) abusos físicos y psicológicos (r=-.26. p=.034) y conductas de alto riesgo (r=-.29, p=.019). Para el factor protector interno de resiliencia los resultados señalan que las variables

con las que se relaciona negativamente son con abusos físicos y psicológicos (r=-.301, p=.018), violencia ejercida por parte de los profesores (r=-.318, p=.01) y conductas graves (r=-278, p=.030). DISCUSIÓN Sobre la base de los resultados descriptivos, se encontró que los puntajes del total de resiliencia se ubican en un nivel moderado, lo cual se podría interpretar en el sentido de que si bien los

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205 GONZÁLEZ ARRATIA N, VALDEZ J.

participantes no tienen una clara necesidad de aprender autocontrol, pero se beneficiarían enormemente de esto; es decir, sería recomendable avanzar en la promoción de su nivel de resiliencia en estos adolescentes, a fin de enriquecer vínculos sociales y enseñar habilidades para la vida a fin de que puedan fortalecer su autonomía (Vargas & Villavicencio, 2011; Saavedra & Villalta, 2008; González Arratia, 2011). Sobre todo porque en la medida en el niño y adolescente se sientan reconocidos en la aplicación de actuaciones que aumenten su autoestima, serán menos proclives a ser víctimas de bullying (Gallego & Alonso, 2006). Los resultados también señalan que un 34.5% de los adolescentes fueron clasificados como resilientes, ya que presentan alto puntaje en los tres factores que integran el instrumento, lo cual indica que poseen habilidades para la solución de problemas, cuentan con redes de apoyo para la superación de los problemas así como comportamiento altruista y prosocial los cuales son componentes indispensables para la resiliencia. Además las puntuaciones altas en las tres dimensiones, que en caso de una situación de acoso escolar, podrían favorecer a los individuos para desenvolverse en el ámbito social y relacionarse con estilos de enfrentamiento directo, autoestima y locus de control interno, contar con mayor cantidad de opciones frente a un obstáculo, procesar simultáneamente varios estímulos y mantener un funcionamiento integrado frente al estrés (González Arratia, 2011). En proporción similar, se encontraron adolescentes considerados como no resilientes, lo cual sugiere que muestran indicios de mayor vulnerabilidad y que puede iniciar a pensarse que existen acontecimientos en el colegio que en un momento determinado pueden ser adversos, por lo cual sería recomendable estar atentos en la exhibición de comportamientos violentos en estos adolescentes. De tal forma que en el aula, Díaz, Martínez y Vásquez (2011) indican que se debe incluir el trabajo con todos los protagonistas (víctimas, observadores y agresores), obviamente quienes más sufren son las víctimas, pero se

requiere de un trabajo integral y en todos los niveles simultáneamente, ya que se ha visto que las escuelas pueden ser constructoras de la resiliencia, la cual se convierte en factor clave para la prevención y/o corrección de la violencia escolar. En el caso de convivencia escolar, se encontró que la variable asociada al observador, específicamente violencia general resultó ser la más alta y que es un indicador de la presencia del fenómeno. Esta dimensión indaga el haber observado violencia física y/o verbal en el colegio entre los alumnos, lo cual es importante, ya que pueden ser situaciones preocupantes de los conflictos y malas relaciones entre iguales y que si no son verdaderos problemas de violencia, pueden generar en ellos, si no se resuelven de forma adecuada (Varela et al., 2010). Un aspecto que es relevante comentar es sobre las diferencias entre hombres y mujeres lo cual coincide con los reportes de Postigo et al. (2009) que indican mayor incidencia de acoso, rechazo e inadaptación escolar en hombres y en las mujeres refieren más agresiones relacionales. El porqué de estas diferencias se tiene que continuar estudiando, dado que la investigación sobre maltrato entre iguales suele prescindir de la perspectiva de género generalizando observaciones sobre agresiones explícitas típicas del rol masculino a fin de entender también la tendencia del acoso femenino. Además, nos debe llamar la atención, dado que en el estudio de Varela et al. (2010) encontraron diferencias por sexo solo en algunas escalas, específicamente en las variables asociadas a la víctima, ofensa general y ofensa grave, en donde los hombres presentaron valores más elevados y explican que esto puede deberse al tamaño de la muestra. De tal forma, que los resultados de la presente investigación abonan para continuar probando la hipótesis de que el hecho de ser hombres o mujeres es un aspecto fundamental en la resiliencia y el acoso escolar. Por otro lado, también se observó que las variables resiliencia y convivencia escolar se asocian significativamente. Particularmente cuatro de las nueve variables de convivencia se

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206 RESILIENCIA Y CONVIVENCIA ESCOLAR EN ADOLESCENTES MEXICANOS

asocian de manera significativa y que tienen que ver con las variables asociadas al observador y a la víctima. Lo anterior sugiere que, en la medida que el individuo percibe eventos violentos y es partícipe de los mismos muestra menor resiliencia, lo cual resulta indispensable que el niño desarrolle resiliencia como recurso fundamental de crecimiento y protección como posible mitigador del impacto del bullying (García, 2010). Estos hallazgos nos llevan a considerar que resulta recomendable tomar en cuenta los indicadores que señalen la posible aparición de situaciones de violencia en la escuela, con el objetivo de trabajar en la prevención, desde el enfoque de indicadores de riesgo, así como la detección de factores de protección a fin de que no solo se considere la perspectiva de riesgo, sino también apuntar hacia una perspectiva más positiva y la escuela debe proporcionar un ambiente protector en ese sentido. Asimismo, resulta conveniente ser cautelosos en las conclusiones por dos razones. En primer lugar, por el hecho de que se tiene que considerar que la muestra resulta ser pequeña; por lo que se recomienda que para que estos resultados puedan generalizarse más allá de la muestra concreta, se requiere continuar analizando ambas variables, a fin de contar con mayor evidencia empírica; ya que así será posible identificar características resilientes. En segundo término, ya que se trata de un estudio en un momento dado, resultaría interesante dar seguimiento bajo un diseño longitudinal respecto a la relación existente entre estas variables. Finalmente, este estudio nos lleva a la necesidad de pensar soluciones para disminuir el acoso escolar y prevenirlo en pro del bienestar de los adolescentes, lo cual será motivo de estudio para los investigadores. REFERENCIAS Araos, C. & Correa, V. (2004). La escuela hace la diferencia. Aproximación sociológica a la violencia escolar. Recuperado de http://www.pazciudadana.cl/vio_escolar/La escuela hace la diferencia.pdf.

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Recibido: 16 de junio del 2012 Aceptado: 31 de agosto del 2012

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208

VALIDEZ Y CONFIABILIDAD DE ESCALA DE AFECTO POSITIVO Y NEGATIVO (SPANAS) EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS PERUANOS Rafael Gargurevich* y Lennia Matos** Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y Pontificia Universidad Católica del Perú

RESUMEN

Se ha estudiado la validez de constructo y la confiabilidad de la escala SPANAS en dos muestras de estudiantes universitarios de Lima. Mediante diversos análisis factoriales confirmatorios (AFC) se evaluó el ajuste de tres modelos competidores (un solo factor, dos factores correlacionados y dos factores ortogonales). Este procedimiento se replicó en las dos muestras de estudiantes universitarios. Luego de haber realizado los análisis de validez y confiabilidad, se encontró que el modelo de dos factores correlacionados era el que mejor representó a la escala en ambas muestras. Además, las escalas de afecto positivo y negativo demostraron ser confiables. De esta manera se tiene evidencia de la presencia de dos factores que representan al afecto positivo y negativo. Palabras claves: afecto positivo, afecto negativo, SPANAS, análisis factorial confirmatorio, validez de constructo.

VALIDITY AND RELIABILITY OF THE POSITIVE AND NEGATIVE AFFECT SCALE (SPANAS) IN UNIVERSITY PERUVIAN STUDENTS ABSTRACT It was studied the construct validity and the reliability of the SPANAS scale in two samples of university students from Lima. Through many confirmatory factorial analyses (AFC) it was evaluated the adjustment of three competing models (one factor, two correlated factors and two orthogonal factors). This procedure was replicated in the two samples of universitary students. After the validity and reliability analysis were done, it was found that the two correlated factors model was better to represent the scale in both samples. Furthermore, the Positive and Negative Affect Scale proved to be reliable. In this way we have evidence of the presence of two factors which represent the positive and negative affection. Keywords: positive affect, negative affect, SPANAS, confirmatory factorial analyses, construct validity.

* Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. Correspondencia: rafael.gargurevich@gmail.com **Pontificia Universidad Católica del Perú

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209 GARGUREVICH R, MATOS L.

VALIDADE E CONFIABILIDADE DE AFETO POSITIVO E NEGATIVO SCALE (SPANAS) ESTUDANTES UNIVERSITÁRIOS PERUANOS RESUMO Temos estudado a validade de construto ea confiabilidade dos SPANAS escala em duas amostras de estudantes universitários de Lima. Através da análise de vários fatores confirmatória (AFC) avaliou o ajuste de três modelos concorrentes (fator único, de dois fatores e dois fatores ortogonais correlacionados). Este procedimento foi repetido nas duas amostras de estudantes universitários. Depois de completar a análise de validade e confiabilidade, verificou-se que o modelo de dois fatores correlacionados foi melhor representado na escala em ambas as amostras. Além disso, a escala de efeito positivo e negativo mostrou fiável. Assim, não há evidência da presença de dois fatores representam efeito positivo e negativo. Palavras-chave: afeto positivo, afeto negativo, SPANAS, análise fatorial co.

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210 VALIDEZ Y CONFIABILIDAD DE ESCALA DE AFECTO POSITIVO Y NEGATIVO (SPANAS) EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS PERUANOS

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211 GARGUREVICH R, MATOS L.

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212 VALIDEZ Y CONFIABILIDAD DE ESCALA DE AFECTO POSITIVO Y NEGATIVO (SPANAS) EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS PERUANOS

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213 GARGUREVICH R, MATOS L.

Tabla 1 Índices de bondad ajuste de los modelos 1, 2 y 3 para ambas muestras Modelos

Muestra 1

Muestra 2

S-B÷2

RMSEA

CFI

AIC

S-B÷2

RMSEA

CFI

AIC

1. Un solo factor

2719.31

.159

.85

2799.31

2264.50

.177

.71

2344.50

2. Dos factores correlacionados

856.97

.068

.97

938.97

836.31

.079

.96

918.31

876.15

.069

.97

956.15

836.57

.079

.96

1081.77

3. Dos factores no correlacionados

La correlación entre las escalas de afecto positivo y negativo fue positiva tanto para la muestra 1 (r = .36, p < 0.001) como para la muestra 2 (r = .24, p < 0.05). Las cargas factoriales para la muestra 1 para las escalas de afecto positivo y negativo fueron de .46 a .76 y de .42 a .91, respectivamente. Las cargas factoriales para la muestra 1 para las escalas de afecto positivo y negativo fueron de .50 a .84 y de .57 a .81, respectivamente. Las cargas factoriales del modelo 2 (dos factores correlacionados) para ambas muestras se presentan en la Tabla 2. Luego de realizar los análisis de validez de constructo del SPANAS en ambas muestras se realizaron los análisis para comprobar la confiabilidad de las escalas. En la muestra 1 los coeficientes de consistencia interna para las

escalas de afecto positivo y negativo fueron .86 y .90 respectivamente y alcanzaron correlaciones elemento total corregidas de .41 a .66 y de .52 a .78 para la escalas de afecto positivo y negativo. Con respecto a la muestra 2 los coeficientes de consistencia interna para las escalas de afecto positivo y negativo fueron .89 y .90 respectivamente y alcanzaron correlaciones elemento total corregidas de .43 a .77 y de .52 a .71 para la escalas de afecto positivo y negativo. Finalmente, la media de las escalas de afecto positivo y negativo para la muestra 1 fue 3.07 (DE=.73) y 1.74 (DE=.72) respectivamente, y para la muestra 2, las medias de las escalas de afecto positivo y negativo fueron 3.25 (DE=.80) y 1.75 (DE=.73).

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214 VALIDEZ Y CONFIABILIDAD DE ESCALA DE AFECTO POSITIVO Y NEGATIVO (SPANAS) EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS PERUANOS

Tabla 2 Cargas factoriales de las escalas de afecto positivo y negativo en ambas muestras. Items 1. Interesado(a) 2. Irritable 3. Entusiasmado(a) 4. Tenso(a) 5. Disgustado(a) 6. Fuerte, Enérgico(a) 7. Orgulloso(a) 8. Temeroso(a) 9. Avergonzado(a) 10. Inspirado(a) 11. Nervioso(a) 12. Entusiasmado(a) 13. Decidido(a) 14. Atento(a) 15. Miedoso(a) 16. Activo(a) 17. Asustado(a) 18. Culpable 19. Alerta, despierto(a) 20. Hostil

Muestra 1 (N=289) Positivo Negativo .46*** .60*** .76*** .42*** .69*** .73*** .56*** .84*** .80*** .76*** .83*** .75*** .72*** .49*** .92*** .73*** .91*** .75*** .57*** .57***

Muestra 2 (N=175) Positivo Negativo .50*** .70*** .58*** .79*** .78*** .75*** .70*** .81*** .76*** .66*** .78*** .61*** .84*** .68*** .75*** .76*** .79*** .63*** .67*** .57***

***p < .001

DISCUSIÓN En la presente investigación, se ha estudiado la validez de constructo y la c o n f i a b i l i d a d d e l a e s c a l a S PA N A S . Específicamente se ha utilizado el análisis factorial confirmatorio para estudiar cuál es la estructura factorial que representa mejor a la escala. Se han calculado los índices de bondad de ajuste en tres modelos diferentes y este procedimiento se ha replicado en dos muestras de estudiantes universitarios. Luego de haber realizado los análisis de validez y confiabilidad, se encontró que el modelo 2 (dos factores correlacionados) era el que mejor representó a la escala en ambas muestras.

Además, las escalas de afecto positivo y negativo demostraron ser confiables. De esta manera se tiene evidencia de la presencia de dos factores que representan al afecto positivo y negativo (Watson et al., 1988). Sin embargo estos factores no resultaron ser independientes como se planteó al desarrollar la escala (Watson et al., 1988; Watson & Clark, 1994). En las muestras estudiadas las escalas de afecto positivo y negativo estuvieron correlacionadas positivamente (ver los resultados de la presente investigación). La falta de independencia de ambas escalas ha sido reportada anteriormente. Diversos estudios han demostrado la presencia de

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215 GARGUREVICH R, MATOS L.

correlaciones negativas significativas entre las escalas de afecto positivo y negativo (Tellegen, Watson & Clark, 1999; Crawford & Henry, 2004), mientas que otros estudios han encontrado evidencia de correlaciones positivas entre ambas escalas (Young-Jin, et al., 2010; Sato & Yasuda, 2001; DePaoli & Sweeney, 2000). Estos últimos resultados coinciden con los de la presente investigación y son consistentes con resultados de previas investigaciones realizadas en el Perú en los que se encontró una correlación positiva entre el afecto positivo y negativo (Gargurevich, 2010). La evidencia empírica muestra entonces que existen resultados diversos alrededor de estos dos factores teóricamente independientes pero que muchas veces se encuentran relacionados empíricamente. Una posible explicación que se ha planteado para comprender por qué en algunos casos este resultado es independiente y en otros casos no, está relacionada con la influencia que la cultura posee en los participantes en los que se ha estudiado el PANAS. Existe evidencia de independencia entre los factores en poblaciones caucásicas en comparación con, por ejemplo, poblaciones orientales tales como Corea o Japón, (en donde los factores correlacionan positivamente) y quienes experimentan las emociones de manera diferente a los caucásicos (Young-Jin et al., 2010). La evidencia de las diferencias entre las culturas y dependencia o independencia de los factores de afecto positivo y negativo estaría apoyada por estudios adicionales en diversos países donde la población no es caucásica, como en la India (Pandey & Srivastava, 2008) o Perú (Gargurevich, 2010) en donde los factores no son independientes. Sin embargo, en la India se halló una correlación negativa entre los factores (Pandey & Srivastava, 2008), mientras que en el presente estudio la relación fue positiva. Otro aspecto a tomar en cuenta y que podría explicar las correlaciones positivas entre las escalas positiva y negativa en el presente estudio estaría relacionada con la evaluación del afecto como estado o como rasgo. Se ha planteado que las correlaciones entre las escalas del PANAS

son significativas cuando el PANAS se utiliza para evaluar el afecto como estado más no como rasgo (Schmukle, Egloff, & Burns, 2002). En la presente investigación se ha evaluado la escala con referencia a la última semana por lo que podría esperarse esta falta de independencia. Esto coincidiría con los resultados encontrados en la versión Coreana de la escala que evaluó afecto haciendo referencia al último día (Young-Jin, et al., 2010). Sin embargo estos argumentos no son muy claros o evidentes para poder explicar por qué la correlación entre las escalas es positiva. Sin embargo, se conoce que ambos estados afectivos pueden coexistir y que la presencia de uno no elimina la presencia del otro (DePaoli & Sweeney, 2000). Así, la presencia de ambos estados afectivos impone un reto adicional al investigador ya que podrá necesitar controlar la presencia de estados afectivos negativos cuando esté interesado en el afecto positivo y viceversa. Sin embargo ambas escalas son evaluadas a la vez, lo que facilita esta tarea. Finalmente, existe una limitación importante en el presente estudio que es importante de considerar y se relaciona con los participantes. A pesar de tener dos muestras de participantes, en esta investigación se ha pedido la colaboración de estudiantes universitarios. Sin embargo este grupo solo representa a un sector de la población del país por lo que un mayor número de investigaciones deberán llevarse a cabo antes de sostener con claridad si la estructura bifactorial de la prueba es dependiente o independiente o si las correlaciones entre el afecto positivo y negativo es positiva o negativa. Resulta así necesario realizar estudios con poblaciones comunitarias y eventualmente con poblaciones en las que el afecto positivo o negativo pueden aparecer de manera exagerada (ej. pacientes psiquiátricos) para poder corroborar la estructura bifactorial de la prueba. Esta investigación sirve así de antecedentes para futuras investigaciones y reporta por primera vez la estructura factorial del PANAS mediante el uso del análisis factorial

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216 VALIDEZ Y CONFIABILIDAD DE ESCALA DE AFECTO POSITIVO Y NEGATIVO (SPANAS) EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS PERUANOS

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Recibido: 2 de noviembre del 2012 Aceptado: 4 de noviembre del 2012

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EVIDÊNCIA PSICOMÉTRICA DA ESTRUTURA FATORIAL DO INVENTÁRIO DO SEXISMO AMBIVALENTE EM BRASILEIROS E PORTUGUESES Nilton S. Formiga* e Carla Serrão** Faculdade Maurício De Nassau - João Pessoa, Pb - Brasil Escola Superior de Educação do Instituto Politécnico - Porto - Portugal RESUMO O presente estudo tem como objetivo comparar a estrutura bidimensional do Sexismo Ambivalente em amostras do Brasil e de Portugal. 802 sujeitos (408 portugueses e 394 brasileiros) de 16 a 66 anos participaram do estudo e responderam o inventário de sexismo ambivalente e questões sóciodemográficas. Nas duas amostras, a maioria eram mulheres (64 %) e 84% solteiros. Realizada uma análise de modelagem estrutural, confirmou-se, nas duas amostras, a bidimensional do sexismo, observando uma associação positiva entre sexismo hostil e benevolente. O resultado, além de corroborar os demais estudos em outros países, oferece suporte à teoria do sexismo ambivalente, a qual poderá ser observar na dinâmica social, independente, da cultura e contexto amostral. Palavras-chave: sexismo, análise estrutural, cultura. EVIDENCIA PSICOMÉTRICA DE LA ESTRUCTURA FACTORIAL DEL INVENTARIO DEL SEXISMO AMBIVALENTE EN BRASILEÑOS Y PORTUGUESES RESUMEN El estudio tiene como objetivo comparar la estructura bidimensional del Sexismo Ambivalente en muestras del Brasil y de Portugal. 802 sujetos (408 portugueses y 394 brasileños) de 16 y 66 años han participado del estudio y respondieron el inventario de sexismo ambivalente y cuestiones sociodemográficas. En las dos muestras, la mayoría ha sido mujeres (64%) y 84% solteros. Realizado un análisis de modelación estructural, se confirmó, en las dos muestras, la bidimensional del sexismo, observando una asociación positiva entre sexismo hostil y benevolente. El resultado, además de corroborar con los demás estudios de otros países, ofrece soporte a la teoría del sexismo ambivalente, la cual podrá ser observada en la dinámica social, independiente de la cultura y contexto de la muestra. Palabras claves: sexismo, análisis estructural, cultura. PSYCHOMETRIC EVIDENCE OF THE FACTORIAL STRUCTURE OF THE AMBIVALENT SEXISM INVENTORY IN BRAZILIAN AND PORTUGUESE ABSTRACT The present study aims to compare the structure two-dimensional of the Ambivalent Sexism in samples from Brazil and Portugal. 802 subjects (408 Portuguese and 394 Brazilian), ages from 16 to 66 years participated in the study and answered the ambivalent sexism inventory and demographic questions. In both samples, most were women (64%) and 84% were single.. An analysis of structural modeling, it was confirmed in both samples, the two-dimensional sexism, observing a positive association between hostile and benevolent sexism. The result, besides to corroborate other studies in other countries, supports the theory of ambivalent sexism, which can be seen in social dynamics, independent of culture and context sample. Keywords: sexism, structural analysis, culture. *Faculdade Maurício De Nassau - João Pessoa, Pb – Brasil. Correspondencia: nsformiga@yahoo.com **Escola Superior de Educação do Instituto Politécnico - Porto - Portugal

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O tema sobre a discriminação em relação à mulher permite inúmeras especulações nos espaços das Ciências Humanas e Sociais (Aguiar, 1997). As causas e consequências até podem ser hipotetizadas e defendidas, mas, somente poderá ser conhecida a verdadeira extensão desse problema se considerarem-se, diretamente, os agentes influenciadores do fenômeno do preconceito: as atitudes de homens e mulheres da sociedade civil. O problema do preconceito ainda repercute na dinâmica das relações interpessoal, cotidiana e científica. Esse fato se deve ao debate quanto à diminuição na manifestação das formas diretas do preconceito nas relações interpessoais, que tem sido atribuida ao avanço tecnológico, profissional, educacional, político e social vivido pelas mulheres atualmente; bem como, pela possibilidade de controle – mesmo que imperativo à luz do espaço jurídico - sobre qualquer manifestação discriminatória em relação às mulheres. O fato é que esse fenômeno nunca desapareceu, ele adquiriu novas formas de manifestação, quais sejam: sutis, disfarçadas, camufladas, etc. (Pettigrew & Meertens, 1995; Swim, Aikin, Hall & Hunter, 1995; Tougas, Brown, Beaton & Joly, 1995); formas estas que se organizam de tal maneira, que driblam o vetor do real preconceito, salientando a sua não existência. A metáfora usada por Munanga (2002) reforça essa reflexão, pois, para esse autor, o preconceito pode ser comparado a um iceberg, cuja maior parte fica encoberta e apenas pode-se ver sua ponta, enquanto o que está submerso, além de ser enorme, requer instrumentos e mecanismos especializados para que se possa ter em conta o tamanho e o possível risco para a natureza. Essas novas formas do preconceito podem ser, então, em termos de analogia, consideradas como a parte submersa, são aquelas que não se veem ou que se disfarça. Por exemplo, ao comparar essa configuração do preconceito frente às mulheres, atribui-se serem elas grupo “minoritário” com direitos reconhecidos e vividos por elas, salientando, com isso, uma percepção na

dinâmica psicossocial do fenômeno do preconceito em relação às mulheres a não ocorrência deste fenômeno no Brasil, justamente porque os direitos exigidos por elas são cumpridos. Assim, esses atributos, entre outros, estereotipam as mulheres como uma categoria de grupo social satisfeita com o espaço social que vem ocupando. Mesmo assim, atribuem-se a elas serem pessoas sensíveis, maternas, emotivas, etc., as quais têm ganhado muito mais do que as gerações femininas anteriores (Formiga & Camino, 2001; Formiga et al., 2004). Uma das aquisições mais expressivas do século XX foi a transformação que se fez na situação social das mulheres e nas relações sociais entre os dois sexos. Pode-se afirmar, pelo menos no mundo ocidental, que existe uma ampla consciência coletiva e um reconhecimento jurídico e institucional do direito das mulheres à igualdade (Silva, 2002). Em contexto português, e no início da década 70, tanto motivado por fenômenos de emigração massiva, bem como pela guerra colonial, originou-se a extensa diminuição da mão de obra masculina e o “crescimento vertiginoso da taxa de atividade feminina e taxas de feminização dos mais diversos sectores de atividade e profissões” (Silva, 2002, p.17). Durante este período, os movimentos feministas emergiram, em vários países, em virtude de múltiplas situações de discriminação das mulheres, com o intuito de reivindicarem para as mulheres os mesmos direitos dos homens, no que diz respeito ao acesso à educação, ao mundo laboral e à participação em estruturas de poder econômico político. Apesar de o último século ter conhecido vitórias notáveis em vários campos da sociedade (cultural, social, econômico, educacional, etc.), subsistem, de acordo com Silva (2002), áreas de discriminação que decorrem, sobretudo, dos preconceitos sobre as mulheres e do próprio modo (masculino) de agir socialmente, capaz de influenciar na organização das relações sociais homem-mulher. De fato, estas “avaliações negativas e atos discriminatórios dirigidos às mulheres em função da sua condição de gênero” (Lips, 1993) o

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220 EVIDÊNCIA PSICOMÉTRICA DA ESTRUTURA FATORIAL DO INVENTÁRIO DO SEXISMO AMBIVALENTE EM BRASILEIROS E PORTUGUESES

“sistema de opressão baseado nas diferenças de gênero que envolve políticas e práticas culturais e institucionais bem como crenças e ações individuais” (Shorter-Gooden, 2004, p.407), permitem sintetizar o que se denomina de sexismo e avaliar o impacto deste fenômeno no cotidiano e as problemáticas que o mesmo pode encerrar, nomeadamente ao nível pessoal (e.g., violência conjugal), profissional (e.g., criação de obstáculos na promoção na carreira) e interpessoal (e.g., a partir de piadas de cariz sexual). Apesar de o sexismo ser vulgarmente conceitualizado como um reflexo de hostilidade contra as mulheres, Glick e Fishe (1996) consideram que esta noção omite um aspecto significativo que diz respeito a sentimentos subjetivamente positivos em relação às mulheres. Nesta ordem de idéias, a literatura (Glick & Fiske, 1996; Swim, Aikin, Hall, & Hunter, 1995, Formiga, Gouveia & Santos, 2002; Formiga, 2005; Formiga, 2011) tem mostrado que as atitudes tradicionais a respeito das mulheres, baseadas na assumida inferioridade que elas venham ou possam sofrer, enquanto grupo, têm “sido substituídas por novas formas de sexismo, nas quais a antipatia a elas dirigida tem se expressado de forma simbólica ou indireta” (Ferreira, 2004, p.120). Isto é, o sexismo flagrante tem sido substituído, atualmente, por uma forma de sexismo sutil ou camuflado que de igual forma ao sexismo antigo, ainda considerava uma espécie de sentimentos negativos sobre as mulheres, a nova forma desse fenômeno apresenta-se na encoberta, revelando as práticas mais contemporâneas de descriminar as mulheres (Deaux & LaFrance, 1998; Ferreira, 2004). Glick e Fiske (1996), apoiados na perspectiva de uma nova forma de sexismo, apresentam a teoria do sexismo ambivalente, segundo a qual o sexismo pode apresentar duas formas principais de expressão: 1 - a hostil, definida como “a expressão mais flagrante de preconceito em relação às mulheres” (Allport, 1994), evidenciando crenças e práticas típicas de pessoas que consideram as mulheres inferiores aos homens, refletindo

antipatia e intolerância relativamente ao seu papel como figura de poder e decisão. Este sexismo aplica-se como punição “às mulheres não tradicionais, como as mulheres profissionais e feministas, na medida em que estas não desenvolvem os papéis que socialmente lhes estão atribuídos (Castro, Fernández, Fernandéz, & Garrido, 2009; Formiga et al., 2002). 2 – o sexismo benévolo, que segundo Siano (2000) e Formiga et al. (2002), “constitui-se na forma mais apropriada de justificar concessões e tratamentos diferenciados entre homens e mulheres, referindo-se a uma atitude positiva, aparentemente não preconceituosa em relação à mulher, descrevendo-a como pessoa frágil, materna e sensual, que necessita de atenção mas que também destina-se a ser complemento para o homem. Este tipo de sexismo aplica-se como recompensa às mulheres que “cumprem os papéis tradicionais aceitando a supremacia masculina” (Castro et al., 2009, p.113). Desta maneira, o sexismo ambivalente, conforme defendem Glick e Fiske (1996, 1999) é um fenômeno com aspectos paradoxais, girando à volta do poder social, da identidade de gênero e da sexualidade. Neste sentido e com o objetivo de se avaliar a natureza multidimensional deste construto, Glick e Fiske (1998) elaboraram o Ambivalent Sexism Inventory, interligando os dois tipos de sexismo, através de três componentes: o paternalismo, a diferenciação de gênero e a heterossexualidade (Mladinic, Saiz, Diaz, Ortega & Oyarce, 1998; Formiga et al., 2002). É de realçar que cada componente reflete uma série de crenças ambivalentes sobre as mulheres, uma vez que cada um apresenta um matiz hostil e um matiz benévolo, que servem para fundamentar as condições sociais e biológicas que caracterizam as relações entre os sexos, por exemplo: - O paternalismo baseia-se na noção de que a relação da mulher com o homem tem as mesmas características que uma relação paternal, podendo ter um matiz de domínio (sexismo hostil), como um matiz de proteção (sexismo benévolo) (Formiga et al., 2002).

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221 FORMIGA N, SERRÃO C.

- No que diz respeito ao componente de diferenciação de gênero, o que caracteriza o sexismo hostil é a noção de que somente o homem tem potencialidades e competências, descrevendo o sexismo benévolo como idéia de que as capacidades das mulheres são somente complementares às dos homens. - No que concerne à heterossexualidade no tipo de sexismo hostil caracteriza a mulher como objeto sexual pelo qual o homem sente desejo, sendo que o tipo benévolo configura-se na crença de que a mulher “deve ter sempre um companheiro para ser completamente feliz” (Formiga et al., 2002). Sexismo hostil e sexismo benévolo constituem-se ideologias complementares que são comuns a todas as culturas (Glick & Fiske, 1996), servindo para manter as desigualdades entre homens e mulheres. Múltiplos estudos desenvolvidos no âmbito da Teoria do Sexismo Ambivalente, e que utilizaram o instrumento proposto por Glick e Fiske (1996), demonstram que este instrumento tem boas características psicométricas, no que se refere à identificação e comparação de atitudes sexistas hostis e benevolentes, não apenas em amostras norteamericanas, mas também em amostras chilenas (Mladinic, Saiz, Diaz, Ortega & Oyarce, 1998), mexicanas (Expósito, Moya & Glick, 1998), coreanas (Kim, 1998), alemãs (Eckes & SixMaterna, 1999) e brasileiras (Formiga et al., 2002; Formiga, 2005; Formiga, 2011). Apesar de se observarem resultados confiáveis nos estudos supracitados vê-se a necessidade de se reunirem mais evidências adicionais da validade e precisão intra e interculturais, centrando-se na validade de critério e estrutural em relação ao construto do sexismo, bem como, conhecer a estabilidade temporal e geo-política do fenômeno aqui abordado. Na mesma direção de raciocínio, outro ponto importante que deve ser destacado quanto à replicabilidade desse estudo se deve às amostras, que são mais diversificadas quanto às questões culturais dos respondentes. Com base nessas perspectivas, o presente trabalho tem como

objetivo: verificar, a partir da modelagem de equação estrutural, a fatorialização do Inventário de Sexismo Ambivalente em amostras de portugueses (Portugal-PT) e brasileiros (BrasilBR). Espera-se assim, que a estrutura psicométrica do sexismo nas duas amostras se organizem em sua bifatorialidade.

MÉTODO Participantes 802 sujeitos, com idades compreendidas entre 16 e 66 anos (M = 21; DP = 8,23) participaram do estudo. Nesta amostra, 408 sujeitos foram do ensino superior na cidade do Porto - Portugal e 394 sujeitos, também, do nivel superior e da população geral na cidade de João Pessoa – Brasil. Nas duas amostras, a maioria eram mulheres (64 %). No que se refere ao estado civil, a maioria (84%) indicou ser solteira. Essa amostra foi não probabilística e sim intencional, o propósito de garantir a validade interna dos resultados da pesquisa. Instrumento O Inventário de Sexismo Ambivalente (ISA) desenvolvido por Glick e Fiske (1996): trata-se de um instrumento constituído por 22 itens em que o indivíduo tem de assinalar apenas uma opção numa escala de tipo Likert de 1-5 (1discordo totalmente, 2- discordo, 3- nem discordo, nem concordo, 4- concordo, e 5concordo totalmente). Este inventário tem como objetivo avaliar idéias sexistas quer de um ponto de vista benévolo, quer de um ponto de vista hostil. Glick e Fiske (1996) realizaram vários estudos para a elaboração e validação da prova. Desta forma, o ISA era constituído inicialmente por 140 itens. Seguidamente, os autores aplicaram uma versão reduzida da escala composta por 22 a 32 itens a várias amostras. Relativamente à fidelidade do ISA, os autores obtiveram valores de coeficientes de consistência interna aceitáveis nos estudos. É de referir que o sexismo benévolo tende

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a apresentar valores mais baixos, uma vez que esta subescala apresenta um carácter multidimensional. A escala final ficou reduzida a 22 itens distribuídos em dois fatores: O fator 1 (itens: 2, 4, 5, 7, 10, 11, 14, 15, 16, 18 e 21) reflete o sexismo hostil, uma vez que demonstra um preconceito mais evidente face ao género feminino e o fator 2 (itens: 1, 3, 6, 8, 9, 12, 13, 17, 19, 20 e 22) diz respeito ao sexismo benévolo, na medida em que demonstra uma forma sutil de diferenciação das mulheres. Este instrumento tem revelado indicadores psicométricos com amostras de outros países (por exemplo, EUA, Chile, México, Corea, Alemanha, Brasil, etc.) garantindo a sua estrutura bifatorial atribuída às atitudes sexistas hostis e benevolentes. Procedimentos Todos os procedimentos adotados nesta pesquisa seguiram as orientações previstas na Resolução 196/96 do CNS e na Resolução 016/2000 do Conselho Federal de Psicologia (CNS, 1996; ANPEPP, 2000). Administração Tanto no Brasil quanto em Portugal, o instrumento da pesquisa foi administrado de forma semelhante aos respondentes. A versão portuguesa do inventário foi adaptada a partir da versão brasileira de Formiga et al. (2002), a qual vem sendo confirmada longitudinalmente em recentes estudos (Formiga, 2005; Formiga, 2010; Formiga, 2011). Em Portugal aplicou-se o ISA a uma amostra de estudantes do ensino superior numa única instituição de ensino, em contexto de sala de aula. Os sujeitos foram solicitados a participar num estudo que pretendia analisar a percepção das pessoas relativamente às relações mantidas por diferentes grupos sociais. No Brasil, aplicou-se tanto a uma amostra de estudantes do nível superior quanto à população geral (transeuntes) na cidade de João Pessoa-PB. As pessoas que mostraram interesse e que deram o seu consentimento em participar neste estudo foram esclarecidas de que não havia respostas certas ou erradas, e que respondessem de acordo com o que pensavam; foi assegurado o

anonimato das suas respostas, e que as mesmas seriam tratadas em seu conjunto. Desta forma, contando com as instruções necessárias para que o questionário pudesse ser respondido, os pesquisadores, em seus respectivos países, estiveram presentes durante toda a aplicação para o esclarecimento das dúvidas que surgissem. Um tempo médio de 20 minutos foi suficiente para concluir essa atividade. Nos estudos anteriores, utilizou-se o pacote estatístico SPSSWIN, em sua versão 16.0, para tabular os dados e realizar as análises estatísticas descritivas e os cálculos referentes ao Alfa de Cronbach (a ). Apesar da garantia na relação item-fator, na análise exploratória e as correlações internas entre fatores de cada escala encontrada nos estudos Glick e Fiske (1996), Formiga e colegas (2002), Ferreira (2004) e Formiga (2005), tais cálculos se baseiam apenas nos dados obtidos, desconsiderando um modelo teórico fixado, capaz de orientar a extração das dimensões latentes, justamente, porque nas análises exploratórias não é possível apresentar qualquer indicação sobre a bondade de ajuste do modelo. As técnicas de análise de modelagem estrutural têm a vantagem de levar em conta a teoria para definir os itens pertencentes a cada fator, bem como, apresenta indicadores de bondade de ajuste que permitem decidir objetivamente sobre a validade de construto da medida analisada. Com isso, efetuou-se uma Análise Fatorial Confirmatória (AFC), gerando Modelo de Equação Estrutural (SEM) a partir do AMOS GRAFICS (versão 16.0) para comprovar, com maior robustez, a estrutura do inventário de sexismo ambivalente em portugueses e brasileiros. Para realização da análise fatorial confirmatória, pretendeu-se testar a adequação do modelo quanto a sua unidimensionalidade e bidimensionalidade. Considerou-se como entrada a matriz de covariâncias, tendo sido adotado o estimador ML (Maximum Likelihood). Este tipo de análise estatística é mais criterioso e rigoroso do que o anterior – Principais Componentes - (PC)

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utilizado nos estudos anteriormente citados; isto permite testar diretamente uma estrutura teórica, como a proposta pelos autores que adaptaram o mesmo inventário para o Brasil. Esta análise apresenta alguns índices que permitem avaliar a qualidade de ajuste do modelo proposto (Byrne, 1989; Hair, Anderson, Tatham & Black, 2005; Kelloway,1998; Tabachnick & Fidell, 1996; Van de Vijver & Leung, 1997), por exemplo: O ÷² (qui-quadrado) testa a probabilidade do modelo teórico se ajustar aos dados; quanto maior este valor, pior o ajustamento. Este tem sido pouco empregado na literatura, sendo mais comum considerar sua razão em relação ao grau de liberdade (÷²/g.l.). Neste caso, valores até 3 indicam um ajustamento adequado. Raiz Quadrada Média Residual (RMR), que indica o ajustamento do modelo teórico aos dados, na medida em que a diferença entre os dois se aproxima de zero (Joreskög & Sörbom, 1989). O Comparative Fit Index (CFI) compara, de forma geral, o modelo estimado e o modelo nulo, considerando valores mais próximos de um como indicadores de ajustamento satisfatório (Hair, Anderson, Tatham & Black, 2005). O Goodness-of-Fit Index (GFI) e o Adjusted Goodness-of-Fit Index (AGFI) são análogos ao R² em regressão múltipla. Portanto, indicam a proporção de variância–covariância nos dados explicada pelo modelo. Estes variam de 0 a 1, com valores na casa dos 0,80 e 0,90, ou superior, indicando um ajustamento satisfatório. A R o o t - M e a n - S q u a re E r ro r o f Approximation (RMSEA), com seu intervalo de confiança de 90% (IC90%), é

considerado um indicador de “maldade” de ajuste, isto é, valores altos indicam um modelo não ajustado. Assume-se como ideal que o RMSEA se situe entre 0,05 e 0,08, aceitando-se valores de até 0,10 (Garson, 2003; Kelloway, 1998). O Expected Cross-Validation Index (ECVI) e o Consistent Akaike Information Criterion (CAIC) são indicadores geralmente empregados para avaliar a adequação de um modelo determinado em relação a outro. Valores baixos do ECVI e CAIC expressam o modelo com melhor ajuste.

RESULTADOS Buscou-se avaliar, no presente estudo, a estrutura do inventário de sexismo ambivalente em uma amostra brasileira e outra portuguesa. Efetuaram-se no pacote estatístico AMOS 16.0 uma análise fatorial confirmatória e modelagem de equação estrutural para as amostras de sujeitos portugueses e brasileiros, hipotetizando a bifatorialidade do modelo de acordo com o que foi proposto nos estudos citados anteriormente; a saber: Sexismo Benévolo – ISA 01, ISA 03, ISA 06, ISA 08, ISA 09, ISA 12, ISA 13, ISA 17, ISA 19, ISA 20, ISA 22 e o Sexismo Hostil - ISA 02, ISA 04, ISA 05, ISA 07, ISA 10, ISA 11, ISA 14, ISA 15, ISA 16, ISA 18, ISA 21. Optou-se por deixar livres as covariâncias (phi, ö) entre os fatores. Os indicadores de qualidade de ajuste de cada modelo se mostraram próximas às recomendações apresentadas na literatura (Byrne, 1989; Tabachnick & Fidell, 1996; Van de Vijver & Leung, 1997). Os resultados obtidos nestas análises, observadas na tabela 1, revelam que o melhor modelo para o Inventário de Sexismo Ambivalente foi o modelo bifatorial, em todas as amostras; tanto na amostra geral, quanto, apenas, na amostra com portugueses e com brasileiros, os seguintes indicadores da qualidade de ajuste se revelaram

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Tabela 1 Indicadores psicométricos da estrutura fatorial do inventário de sexismo ambivalente em brasileiros e portugueses. AMOSTRA Modelo causal 1* Modelo causal 2** Modelo causal 3***

c ²/gl RMR 1.08 0.04 1.05 0.04 1.03 0.05

GFI 0.98 0.97 0.96

AGFI 0.97 0.95 0.94

CFI 1.00 1.00 0.99

RMSEA (intervalo) 0.01 (0.00-0.02) 0.00 (0.00-0.02) 0.01 (0.00-0.03)

CAIC 1058.64 936.94 818.92

ECVI 0.48 0.90 0.89

Notas: *Modelo amostra total; **Modelo amostra Portuguesa; ***Modelo amostra brasileira. p > 0.05.

Considerando que todas as saturações (Lambdas, ë) estiveram dentro do intervalo esperado |0 - 1| e que foram estatisticamente diferentes de zero (t > 1.96, p < 0.05), denotou-se, para todas as amostras, não haver problemas de estimação proposta para corroborar a existência de dois fatores para se avaliar o sexismo ambivalente: o sexismo hostil - expressão flagrante do preconceito em relação às mulheres e reflete antipatia e intolerância em relação ao seu papel como figura de poder e decisão (por exemplo, As mulheres feministas estão fazendo exigências completamente sem sentido aos homens; A maioria das mulheres não aprecia completamente tudo o que os homens fazem por elas); e o sexismo benévolo - refere-se a uma atitude positiva, aparentemente não preconceituosa em relação à mulher, porém descrevendo-a como pessoa frágil, necessitando de atenção e etc. (por exemplo, As mulheres devem ser queridas e protegidas pelos homens; Muitas mulheres se caracterizam por uma pureza que poucos homens possuem). Neste resultado observaram-se lambdas positivos na associação entre as duas dimensões – Sexismo hostil e benévolo (com a amostra total, observou-se um l = 0.54, bem como, alfas de Cronbach, respectivamente, de 0.81 e 0.87; para a amostra portuguesa, o lambda foi de 0.49, com alfas de Cronbach, de 0.79 e 0.81; com a amostra brasileira, o lambda associativo esteve em 0.46, e os alfas foram 0.76 a 0.80). De forma geral, essa associação entre as dimensões do sexismo, apresentando lambdas (l ) positivos entre elas, isto é, sugere que, a existência de uma das formas desse sexismo, possivelmente, influenciará a outra forma discriminatória frente às mulheres.

Os resultados achados nesse estudo são encontrados em semelhante direção no estudo desenvolvido por Formiga (2011) com brasileiros. A bidimensionalidade destacada no sexismo ambivalente pode ser expressa como um conjunto de estereótipos quanto à avaliação cognitiva, afetiva e atitudinal sobre o papel apropriado que cada indivíduo deve ocupar ou executar na sociedade (Glick & Fiske, 1996); esta, mais uma vez foi corroborada, representada na forma benévola e hostil, as quais, interdependentes. Os resultados aqui apresentados confirmam empiricamente os achados sobre a mensuração do sexismo por outros autores em diferentes países, seja em sua análise exploratória ou confirmatória, com jovens ou adultos (Serrão & Formiga, 2012). Assim, o ISA, considerando o presente estudo, seja com uma amostra de estudantes portugueses ou da população geral de brasileiros, permite evidenciar o preconceito frente às mulheres, mesmo em um contexto geopolítico diferente. Essa condição destaca que as associações item-fator além de continuarem próximas ao que era esperado para o construto avaliado apresentam uma estrutura semelhante às encontradas nos outros estudos, independente da cultura ou condição amostral (Expósito, Moya & Glick, 1998; Kim, 1998; Mladinic, Saiz, Diaz, Ortega & Oyarce, 1998; Eckes & Six-Materna, 1999; Formiga, 2011). Considerando que a estrutura do inventário de sexismo foi comprovado, optou-se em realizar uma Manova, em associação ao teste post-hoc de Sheffé, a fim de avaliar as diferenças nas pontuações médias nas variáveis dependentes (sexismo hostil e benévolo) versus independente

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(País, gênero e idade); observaram-se resultados significativos, para o efeito principal e de interação: - No que se refere ao efeito principal, apenas para o sexismo benévolo houve diferença significativa para o país e a idade; isto é, os brasileiros pontuaram mais alto (M = 3.46, DP = 0.04; IC – 3.38-3.53) nesse tipo de sexismo do que os portugueses (M = 2.85, DP = 0.03; IC – 2.782.92) [F (1.801) = 137.87, p < 0.01]. Encontrouse, para esses resultados multivariados, um valor F de 74.25, com um Lambda (l ) Wilks de 0.94. - Ainda focado no efeito principal, em relação ao sexismo hostil, houve diferença significativa quanto ao gênero. Os homens apresentaram médias mais altas (M = 3.25, DP = 0.04; IC – 3,18-3,33) nesse sexismo do que as médias das mulheres (M = 2.84, DP = 0.03; IC – 2.78-2.91) [F (1.801) = 67.52, p < 0.01]. Estes apresentaram um valor F de 35.70, com um Lambda (l ) Wilks de 0.91. - Por fim, o efeito principal da idade revelou diferença significativa nos dois tipos de sexismos. Os sujeitos mais novos revelaram médias superiores (M = 3.13, DP = 0.03; IC – 3.06-3.20) no sexismo hostil quando comparado a média dos mais velhos (M = 2.97, DP = 0.04; IC – 2.90-3.04) [F (1.801) = 10.32, p < 0.01]. Em semelhante direção, quanto ao sexismo benévolo, os mais novos tiveram médias mais altas (M = 3.24, DP = 0.04; IC – 3.17-3.30) do que a média dos mais velhos (M = 3.07, DP = 0.04; IC – 2.99-3.15) [F (1.801) = 10.14, p < 0.01]. Estes apresentaram um valor F de 7,30, com um Lambda (l ) Wilks de 0.98. - Quanto ao efeito de interação, apenas o sexo versus idade apresentou resultado significativo em relação ao sexismo benévolo; isto é, a mulher mais nova teve média mais alta [F (1.801) = 3.74, p < 0.01]. Encontrou-se, para esses resultados multivariados, um valor F de 2.07, com um Lambda (l ) Wilks de 0.99. DISCUSSÃO A partir desses resultados, é possível

refletir na seguinte direção: o sexismo revelou-se ser mais presente em brasileiros do que em portugueses; essa condição parece se organizar sobre um caráter machista e instrumental representado nas atitudes dos brasileiros homens, pois eles caracterizam-se, a partir de uma modularidade social, como seres cavaleiros e sensíveis, porém, interessados no aspecto servidor e afetuoso da mulher. Outra questão que merece reflexão é quanto à idade, pois, para ambos os sexismos – benévolo e hostil – os sujeitos mais novos apresentaram médias superiores aos dos mais velhos. Ao avaliar os resultados do efeito de interação, as mulheres mais novas pontuaram mais alto no sexismo benévolo, isto é, parece que elas não percebem essa dimensão do sexismo, como algo preconceituoso na sociedade, pois, ser sutilmente discriminatório é menos grave do que ser uma pessoa de preconceito hostil; isto é, atende-se assim, a uma desejabilidade social na forma de discriminar. Como esperado, este estudo revelou que o Modelo de Sexismo proposto por Glick e Fiske (1999), assumido na sua bidimensionalidade no sexismo hostil e sexismo benévolo, é uma constante em diferentes culturas. Entende-se que a existência das atitudes preconceituosas positivas (em sua forma sutil e disfarçada) possam trazer algum benefício, pois, é bem melhor que seja inibida qualquer atitude preconceituosa direta, a qual, possivelmente, gerará violência objetiva ou subjetiva. No entanto, tais formas sutis de preconceito frente às mulheres não devem ser tomadas como uma valorização humana e social (Formiga, 2009). É Necessário administrar essas atitudes sutis com muito cuidado, pois, tem-se acompanhado o surgimento dessas novas formas do preconceito nos mais variados grupos sociais; estas atitudes merecem, também, uma atenção detalhada para não vir a substituir uma forma de preconceito por outra, prejudicando as relações interpessoais intra e intergrupos. Com isso, a atitude sutil do preconceito, neste trabalho vista como sexismo benévolo, pode ser compreendida como uma avaliação real nas

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relações interpessoais. Por outro lado, a atitude negativa – isto é o sexismo hostil - aponta para a separação ou o afastamento, onde o sujeito prefere não participar ou envolver-se com os membros do grupo, assumindo atitudes de distância social. Pode-se compreender a dimensão sutil do sexismo como um preconceito camuflado e discreto; já, a outra forma de sexismo, como tradicional e rígido; as quais devem ser inibidas. Apesar de se observar que os indicadores estatísticos da consistência interna, especificamente, quanto ao alfa de Cronbach, em relação aos dois fatores de sexismo, tenham sido diferentes dos encontrados nos estudos em amostras nos Estados Unidos por Glick e Fiske (1996) e no Brasil por Formiga et al. (2002; Formiga, 2011), ainda se pode dizer que o inventário apresenta garantia psicométrica para o contexto português e brasileiro. Porém, é necessário destacar a condiação da característica amostral em cada país para esse estudo, a qual foi distríbuida entre pessoas de curso universitário e pessoas da população geral (especialmente, no Brasil), permitindo assim, refletir quanto ao limite do estudo, pois, poderia ter sido promissor uma avaliação diferenciando o problema do sexismo entre sujeitos de curso univeristário e da população geral. No entado, no presente estudo trabalhou-se com uma estatística mais avançada e robusta, permitindo avaliar a consistência estrutural do sexismo ambivalente e o poder de mensuração desse fenômeno nos sujeitos pesquisados.

Este estudo permitiu evidenciar que o sexismo hostil e benévolo está presente tanto em amostra da população portuguesa quanto da população brasileira e que estas duas formas de preconceito contribuem para legitimação de mecanismos que influenciam a manutenção da desigualdade entre homens e mulheres. Este dado é mais alarmante se o analisarmos tendo em conta algumas das variáveis sociodemográficas relativas a esta amostra, nomeadamente, a idade (tratando-se em geral de jovens) e o gênero. Quanto à idade deve-se refletir, no processo de socialização, buscar maiores investimentos sóciocognitivos e de políticas públicas, quanto à inibição da construção e manutenção do preconceito frente às mulheres, nos grupos dos mais jovens e, especificamente, nos homens. Apesar dos resultados serem confiáveis, alguns limites merecem ser salientados neste estudo: faz-se necessário reunir evidências adicionais da validade e precisão considerando amostras mais diversificadas quanto às características dos participantes (por exemplo, a diferença econômica, nível de estudo, envolvimento religioso, etc.); um outro estudo sobre o sexismo seria útil se focasse na dinâmica interna da família, tomando como base a avaliação dos processos socializadores da transmissão dos valores na família e o desenvolvimento geracional dela quanto ao papel social e intepessoal que a mulher deve seguir na sociedade a fim de avaliar a origem da formação do sexismo entre pais e filhos.

Conclusão De forma geral, os indicadores de bondade de ajuste apresentaram evidências da validade fatorial e de consistência interna para o ISA com uma amostra portuguesa e brasileira, bem como, na amostra total (somatório das duas amostras); o ISA é válido, independente da condição amostral; sendo assim, justifica-se seu emprego nos dois países com o objetivo de avaliar tanto a existência do sexismo quanto as variáveis antecedentes e consequentes sobre o preconceito frente às mulheres.

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Recibido: 6 de junio del 2012 Aceptado: 14 de agosto del 2012

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ARTÍCULOS DE REVISIÓN



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EUGENESIA, TESTS MENTALES Y DEGENERACIÓN RACIAL EN EL PERÚ Arturo Orbegoso*. Universidad César Vallejo y Universidad Privada del Norte

RESUMEN Se presenta una breve revisión de la eugenesia y su relación con los tests mentales en el Perú, entre 1900 y 1930. Se destaca el control impuesto por la élite y sus derivados en cuanto a normas sanitarias. Se busca explicar la sintonía de algunos abogados, psiquiatras y educadores de entresiglos con esta doctrina racista y seudocientífica. Palabras claves: eugenesia, tests, racismo, orden público.

EUGENICS, MENTAL TESTS AND RACIAL DEGENERATION IN PERU ABSTRACT This paper presents a brief review about eugenics and its relationship with mental tests, in Peru from 1900 to 1930. The control established by the elite regarding health norms is emphatized. This paper tries to explain what some intellectualists thought about this racist and pseudo scientific doctrine. Keywords: eugenics, tests, racism, public order.

EUGENIA, ENSAIOS DEGENERAÇÃO RACIAL MENTAL NO PERU RESUMO Uma breve revisão da eugenia e da sua relação com o teste mental no Peru entre 1900 e 1930. Ele destaca o controle imposto pela elite e seus derivados, em termos de padrões de saúde. Ele procura explicar a melodia de alguns advogados, psiquiatras e educadores de séculos doutrina pseudocientífica racista. Palavras-chave: a eugenia, testes, racismo, públicas.

*Docente de la Universidad César Vallejo y docente del curso Historia de la Psicología en la Universidad Privada del Norte. Correspondencia: aorbegosog@yahoo.es

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Entre fines del siglo XIX y principios del XX en el Perú, una concepción que se sobrepuso o reemplazó a la antropología criminal profesada por la élite fue la eugenesia. En este movimiento, como ocurrió con la criminología lombrosiana, destacaron conocidos intelectuales peruanos, principalmente médicos y abogados. Ellos pretendieron explicar la decadencia racial que, según creían, atravesaba nuestra nación o buena parte de ella, atribuyénsela a la presencia de los indígenas. Entre los galenos peruanos adherentes a la eugenesia sobresalió el conocido psiquiatra Honorio Delgado (1882-1969), uno de los fundadores de la psicología nacional (Alarcón, 2000). La eugenesia fue una seudo-ciencia racista extendida internacionalmente que, para sus creyentes, dictaba un conjunto de procedimientos prácticos orientados a incentivar la pervivencia de los mejor dotados e impedir la multiplicación de los considerados subnormales (Orbegoso, 2009). La modernidad capitalista hizo más notorio el rezago de ciertos sectores (campesinos, pobres) e impulsó normas de sanidad pública dirigidas a ellos que no ocultaron su mentalidad racista (Aguirre, 2005). Este escrito ofrece tanto un bosquejo histórico de la Eugenesia en el Perú cuanto un breve análisis de su coincidencia con los primeros tests de inteligencia usados en este país. Se quiere destacar cómo influyó este ideario eugenésico en conocidos personajes vinculados a la salud y las medidas sanitarias que propusieron para cautelar la pervivencia de los llamados “peruanos superiores”. Se presta especial atención a los argumentos de juristas y académicos que, arropados con lenguaje y espíritu aparentemente científicos, eran en realidad variantes del discurso racista. Orígenes de la Eugenesia La eugenesia fue fundada por el inglés Francis Galton (1822-1911) en dos artículos de

1865, aparecidos en el Macmillan's Magazine (Kevles, 1985). Consistía en el estudio y manipulación de las leyes de la herencia biológica que intervienen en la mejora de la población. Se cuenta que Galton concibió la idea al reparar, como lo había hecho su primo Charles Darwin (1809-1882), en que granjeros, jardineros y criadores de caballos podían obtener mejores ejemplares de plantas y animales por medio de una cuidadosa y deliberada selección de los progenitores. Y entonces se preguntó: “¿No se podría mejorar, de modo parecido, la raza humana? ¿No sería posible eliminar los indeseables y multiplicar los deseables? ¿No podría el hombre hacerse cargo de su misma evolución?” (Galton, citado por Kevles, 1985, p. 11). De alguna forma, creyó Galton, esto ya se había hecho. Al estudiar la trayectoria de varias generaciones de británicos destacados en la política, la ciencia y las artes, concluyó que gentes extraordinarias procrean vástagos igual de excepcionales. Con el ligero conocimiento que se tenía de las leyes de la herencia por entonces, llegó a decir que sería: “…muy factible obtener una estirpe humana superdotada mediante matrimonios juiciosos celebrados durante varias generaciones consecutivas” (Galton, citado por Kevles, 1985, p. 11). Para lograr ello, Galton consideró urgente que: …el Estado agrupase a la gente por su `habilidad` y dispusiera que la de categoría superior tuviese más descendientes que la de la inferior. Esperaba que los indignos de tales gracias fuesen apartados a monasterios y conventos, en los que serían incapaces de multiplicarse (Kevles, 1985, p. 12). Aunque los alegatos de Galton pueden parecer polémicos y censurables actualmente, debe apuntarse que no toda la eugenesia ha sido descartada en nuestros días. Abordada

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positivamente, la eugenesia se dirige a conservar la buena salud física y mental de la población toda y así prevenir la aparición de enfermedades crónicas y hereditarias. En cambio, la eugenesia negativa plantea, entre otras medidas, la eliminación de los incapaces. Esta última eugenesia se encumbró en naciones como Inglaterra, Estados Unidos y Alemania bajo el régimen nazi. Hasta los años treinta las autoridades de estos países se valieron de los “irrefutables” dictados de la eugenesia para imponer cuotas de inmigrantes, encerrar a los desviados de la norma e incluso esterilizar a miles de enfermos mentales y deficientes (Kevles, 1985; Dikotter, 1998). Élite y racismo No debiera sorprender que la eugenesia se haya difundido en nuestro medio. Había un clima intelectual propicio y de recelo hacia nuestros grupos originarios. Voces “ilustradas” del XIX y del XX, como el filósofo Alejandro Deustua (1849-1945) sentenciaron que el indio peruano había llegado ya al final de su ciclo evolutivo y que todas las desgracias del país se debían a esta raza degenerada (Callirgos, 1993). El escritor Clemente Palma (1872-1946), como otros de sus contemporáneos, estaba convencido del agotamiento moral y biológico de la población andina. …la raza india es una rama degenerada y vieja del tronco étnico del que surgieron todas las razas inferiores. Tiene todos los caracteres de la decrepitud y la inercia para la vida civilizada. Sin carácter, dotada de una vida mental casi nula, apática, sin aspiraciones, es inadaptable a la educación, la que podría transformar, ya que no los caracteres esenciales de raza, siquiera los secundarios. El progreso de las naciones, más que la inteligencia, lo hace el carácter, y a este respecto el abismo que separa a la raza india de las razas perfectibles es enorme (Palma, 1897).

Otras personalidades de la política y la cultura peruanas como el presidente Ramón Castilla (1797-1867) y el abogado Javier Prado (1871-1921) propugnaban la venida de europeos para que, a modo de sementales, mejoraran la raza autóctona (Callirgos, 1993). Así lo dijo Prado (citado por Quiroz, 2010): Es preciso modificar esta [la raza], renovar nuestra sangre y nuestra herencia por el cruzamiento con otras razas que proporcionen los elementos y substancias benéficas. […] es preciso aumentar el número de nuestra población y, lo que es más, cambiar su condición, en sentido ventajoso a la causa del progreso. En América gobernar es poblar; y la población debe buscarse en la inmigración espontánea, atraída por la acción de las leyes, del gobierno y de los particulares, de razas superiores, fuertes, vigorosas, que, al cruzarse con la nuestra, traigan ideas prácticas de libertad, de trabajo y de industria. No fomentemos, opongámonos a la inmigración de razas inferiores, que pueden satisfacer intereses particulares, intereses del momento; pero que sacrifican los intereses generales, el porvenir de la patria (pp. 32-33). Por consiguiente, era un lugar común en un sector de intelectuales abogar por la llegada de nórdicos al país. Se esperaba que aportaran su sangre para lograr un mestizaje renovador. Pero ese era un proyecto a mediano plazo. Mientras tanto, ¿qué ocurría con el pueblo y cómo era percibido por los eugenecistas locales? En otras palabras, ¿de qué hechos se valían quienes predicaban el nuevo credo? Eugenesia e higiene social Para cierto autor partidario de la eugenesia (Mac Lean y Estenós, 1952), la preservación de los mejores de nuestra población, evitando así la

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propagación de taras endémicas, fue motivo de preocupación de conocidos médicos y juristas desde aproximadamente 1860. Según Basadre (2005), fueron los cambios en la sociedad peruana (urbanización, industrias, vías de transporte), combinados con el desarrollo de la profesión médica y la modernización del Estado, los que propiciaron reformas legales y sanitarias en dicho período. Estas iniciativas legales y de salubridad portaban un poco disimulado racismo dirigido hacia las mayorías. Durante la segunda mitad del siglo XIX fue creándose un consenso en la élite médica y jurídica en torno a quienes debían ser prohibidos de formar familia y reproducirse (Ver Tabla 1). En este grupo figuraban el impotente, el loco, el incapacitado mental y los portadores de enfermedades contagiosas como sífilis y tuberculosis. En dicho lapso menudearon las leyes y otras ordenanzas encaminadas a normar la sanidad de los matrimonios (Fernández, 1940; Benavente, 1940; Mac Lean y Estenós, 1952; Basadre, 2005). En 1916 el diputado Carlos Borda propone como obligación legal el certificado de salud de los contrayentes. En su proyecto de ley se plantea lo siguiente: …debe impedirse la sociedad conyugal entre seres afectados de males que puedan transmitirse a su descendencia. (…) Ningún matrimonio podrá realizarse, ni inscribirse ni considerarse válido, sino se acompaña el correspondiente dictamen médico que acredite la salud de los cónyuges (Borda, citado por Peñaloza, 1916, p. 99). También en 1916 se publica La Medicina Social del galeno sanmarquino Carlos Enrique Paz Soldán (1885-1972), considerado un difusor de las ideas eugenésicas en el Perú. Debe aclararse que la visión de Paz Soldán conoció matices que lo diferenciaron de sus colegas médicos sanmarquinos, abiertos partidarios de una eugenesia radical (Ruiz, 1993). Dos estudiosos de su obra recogen la siguiente cita:

No es serio proponer, como muchos, hacer desaparecer, por definitivamente perdida, la raza indígena. Una doctrina médico social, por ser tal, tiene que ser necesariamente constructiva y desechar todo lo que [la] emparente con la muerte. Hay que esforzarse más bien por conquistar a la raza aborigen para la salud y el progreso y si bien es cierto que esto es más difícil y por lo mismo de mayor aliento, también es lo más propio y acorde con las tendencias modernas y con el espíritu altruista que debe presidir todas las campañas de bien social (Paz Soldán, en Mendoza & Martínez, 1999, p. 57) En aquel tiempo, la eugenesia tuvo un rol central en encuentros científicos efectuados en Lima, como la I Conferencia Nacional sobre el Niño Peruano de 1922, el III Congreso Científico Panamericano de 1925, la I Conferencia Nacional Antivenéreas de 1926 y el IV Congreso Panamericano del Niño de 1930 (Fernández, 1940). En tales reuniones, destacados médicos y académicos defendieron la aplicación de medidas eugenésicas en el país. En 1931 se inaugura en Lima el primer consultorio municipal pre-nupcial encargado de evaluar a los contrayentes y expedir certificados de salud. La Constitución de 1933 advierte en su texto acerca de enfermedades pre-existentes al matrimonio. En 1934 la Liga de Higiene y Profilaxis Social, un colectivo de notables nacido en 1923, realizó un primer ciclo de actividades de propaganda del credo eugenésico, según recuerda Fernández (1940). Dicho grupo fue el organizador principal del “Día Antivenéreo” el 5 de setiembre de 1937 (Burga, 1940); también convocó a la I Jornada Peruana de Eugenesia de 1939 y a la II Jornada en 1942. En La Eugenesia en América, el sociólogo sanmarquino Roberto Mac Lean y Estenós (19041983) (Mac Lean y Estenós, 1952) enumera las medidas eugenésicas básicas que toda sociedad preocupada por su futuro debe instituir. Primero,

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deben adoptarse modernos métodos de anticoncepción; como segundo recurso se halla el aborto en casos específicos, ya reconocidos por la Constitución de 1933; finalmente está la esterilización forzosa o coactiva, respaldada por la ley y adoptada por entonces en Estados Unidos y Alemania. Mac Lean y Estenós no escatima elogios hacia los tribunales de Hitler que estaban facultados para actuar contra los considerados impedidos por enfermedad física, mental o por su raza (Mac Lean y Estenós, 1952). Y en 1943 ratificó sus prejuicios hacia el indio peruano describiéndolo como tímido, melancólico y supersticioso (Tord, 1978). Mac Lean y Estenós recomienda algunas medidas eugenésicas: Los hombres tarados no pueden contraer nupcias en nuestro país, pero, al margen de nuestras leyes, pueden seguir envenenando la raza. Para evitarlo debe

cortarse de un tajo el nudo gordiano. Así no hay posibilidad de que continúen su obra desquiciadora. La exigencia de la salud prenupcial es el primer paso. El control de la natalidad, un positivo avance. La esterilización, la medida radical (Mac Lean y Estenós, 1952, p. 77). Luego va más lejos aún: Es un peligro evidente que se reproduzca un tipo lombrosiano que engrosa la clientela de las cárceles y de los hospitales […] Un hijo tarado –raquítico, loco o idiota- es el peor flagelo que puede tener un padre. Es acaso peor que la muerte misma. Y constituye, además, un gran peligro social. Debemos, por ende, impedir que vengan a la vida esas legiones de idiotas o de locos, de raquíticos o de degenerados (Mac Lean y Estenós, 1952, p. 78).

Tabla 1 Tesis en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos que abordaron temas eugenésicos (1880-1950) Año 1880 1916 1928

Autor Luis Ramírez Avelino Vizcarra Agustín Peñaloza Rafael Fosalba

1929 1930

Eduardo Balbín Félix Anaya

1931

Tomás Peralta Felipe Guerra José Castillo Napoleón Soriano Pedro Chiri Laos Pedro Martínez Juan Altamirano

1934 1937 1940 1944 1949

Título Influencias diatésicas en el matrimonio Matrimonio entre consanguíneos Prevención eugénica de la criminalidad en el Perú La herencia como principal factor etiológico de la enfermedad mental El matrimonio y la eugenesia El proyecto del certificado médico pre-matrimonial y su discusión El certificado médico pre-matrimonial Obligatoriedad del certificado de salud pre-matrimonial Alcance eugénico del certificado médico pre-nupcial La eugenesia matrimonial en el Perú Eugenesia: hacia una humanidad mejor Legislación eugénica y criminología La eugenesia en el matrimonio

Decadencia, temor y control social El auge de la eugenesia en el Perú revela el temor experimentado por los privilegiados ante la emergencia de las mayorías. La creciente

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migración del campo a las ciudades es sentida como intromisión. Al igual que en el extranjero, males urbanos como la pobreza, el hacinamiento, la delincuencia y las epidemias son asumidos con pesimismo y hasta alarma por los poderosos. De

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hecho, hubo quienes percibieron tales fenómenos como una amenaza de extinción nacional. El médico Manuel Olaechea expresó estos temores en su discurso de apertura en San Marcos en 1901, al que tituló “Despoblación nacional” (Fernández, 1940). La sociedad peruana estaba en peligro si no se enfrentaban los males que portaban y trasmitían las masas. La decadencia del país vivía precisamente en nuestra gente, entre nuestros pobladores pobres y andinos. El ya aludido diputado Borda expuso: …la degeneración de nuestra raza se debe a las transmisiones por herencia de aberraciones morales, físicas, que fomentan la locura, embriaguez, cáncer, tuberculosis y sífilis. […] la realidad ha comprobado que los males específicos transmitidos por herencia o favorecidos por el contagio a veces imprudentemente enlazados, pueblan los manicomios, presidios y hospitales (Borda, citado por Peñaloza, 1916, pp. 98-99). La abogada Susana Solano (1940) agregó, al intervenir en la I Jornada Peruana de Eugenesia, otro factor que iba cerrando el cerco sobre nuestro país: Una población escolar con apreciable depreciación de sus valores vitales, amenazando con generaciones improductivas y recargadas de tareas; en ella se hallan en potencia los candidatos que han de sobre-poblar mañana Nosocomios y Presidios (Solano, 1940, p. 98). A propósito de las cárceles, debe decirse que la delincuencia y la criminalidad fueron flagelos que preocuparon hondamente a los juristas (Peñaloza, 1916). En suma, entre nosotros primaba un tipo racial regresivo o retardatario, muy evidente en cárceles y hospitales, que nos perjudicaba e impedía desarrollarnos. En palabras de Solano (1940), en el país hay:

…un tipo étnico que presenta (…) 16 combinaciones de hibridación racial, dominando el binomio africano-mongol. (…) Estos hechos colocan al Perú en condiciones de inferioridad, que exigen buscar un tipo racial definido cuyos valores heredados y adquiridos sean estables (Solano, 1940, p. 98). Para conjurar en parte los males que afligen a la sociedad peruana, la misma Solano (1940) propuso establecer un registro obligatorio de cada recién nacido, en el que consten sus antecedentes raciales y otros: "En la 'Cartilla Biotipológica' se recogerán datos heredológicos, antecedentes familiares, caracteres somáticos, particularidades dinámico-humorales, detalles sobre el parto y manifestaciones sobre el primer mes de vida” (p. 100). Esta y otras propuestas de normas eugenésicas nacieron del afán controlista de la élite hacia los sectores populares (Ruiz, 1993), tal como señala Aguirre (2004): El sueño de construir una sociedad al estilo europeo fue perseguido a través de políticas crecientemente represivas que incluían no sólo el castigo correccional, sino también estrictos reglamentos laborales para fábricas y talleres, la reclusión de enfermos mentales y la creación de cuerpos policiales con estrictas funciones de control y vigilancia. Simultáneamente otras instancias pretendían reeducar a la población: asociaciones mutualistas de artesanos fueron impulsadas y sus actividades incluían la prédica de laboriosidad y honestidad entre sus miembros; […] continuas campañas contra el alcohol, el juego y otros hábitos populares fueron llevadas a cabo” (Aguirre, 2004, p. 367). Es decir, los diferentes aspectos de la vida cotidiana del pueblo (alimentación, salud,

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vivienda, educación) debían ser delimitados y supervisados para evitar desbordes sociales y una mayor e irreversible degeneración racial. Tests e Inteligencia racial En 1904 el gobierno francés encarga a Alfred Binet (1857-1911) proveer los medios para identificar a escolares rezagados que requerían atención complementaria. Científico influido por el positivismo, Binet creó, con Théodore Simon (1872-1961), la primera prueba de inteligencia de la que se tenga noticia: la escala Binet-Simon. Posteriormente, esta prueba fue modificada por otros investigadores en los EEUU. Su versión más conocida, hecha en la Universidad de Stanford, recibió el nombre de escala Stanford-Binet (Kevles, 1985; Gould, 1988; Tortosa & Civera, 2006). Contra los deseos de Binet, las pruebas de inteligencia se convirtieron en instrumento de discriminación y de justificación del orden social al poco tiempo de haber sido creadas. El país más extremista resultó ser Estados Unidos. A miles de europeos recién llegados se les aplicaban pruebas diseñadas para el americano promedio. Hubo un período en que el rendimiento en estos tests se usó para fijar cuotas de inmigrantes, para determinar reclusiones y hasta para decidir esterilizaciones (Gould, 1988). En el Perú no faltaron quienes, en el mejor de los casos, acogieron acríticamente los tests mentales y otros que, en el peor de los casos, los usaron para justificar sus privilegios. Como sucedió en Estados Unidos e Inglaterra, aquí coincidieron los postulados de la eugenesia con el uso y difusión de los tests mentales. A partir de mediciones de la inteligencia en escolares y adultos, los entendidos creyeron ver confirmado un perfil racial específico. Debe recordarse, además, que todo esto tuvo como telón de fondo nuestra primera industrialización. Por lo tanto, la modernización del aparato económico requería que el sistema educativo perfilara y depurara mejor al elemento humano que luego ingresaría a las fábricas (Chorover, 1982).

El norteamericano Joseph Mac Knight, director de la Escuela Normal de Varones de Lima por breve lapso, quiso establecer las bases de una psicología racial empleando un test de inteligencia en el país (Calsín, 2008). En 1912 realizó una evaluación psicométrica de niños andinos y empleó la versión Yerkes-Bridges del test Binet (Orbegoso, 1994). Debido a que la prueba no había sido adaptada previamente a nuestra población, puede presumirse que los niveles alcanzados por esta muestra fueron espurios. Hermilio Valdizán (1885-1929), primer exponente de la psiquiatría en el Perú de los años veinte tradujo, entre otras, la escala de inteligencia de Binet-Simon y la usó en el diagnóstico de la enfermedad mental en el Hospital Psiquiátrico Larco Herrera de Lima. Ideó también un test de atención y otra prueba para el estudio del testimonio en la Jurisprudencia Médica (Mariátegui, 1981). De hecho, su opinión de perito psiquiátrico fue solicitada en los procesos de varios encausados. De sus observaciones en habitantes del ande, Valdizán concluye que la raza india se degradó y envileció debido al consumo de la coca, del aguardiente y por vivir en permanente promiscuidad (Ruiz, 1993). Según él: "…es una raza que sabe, porque [así lo] ve, que la batalla de la vida es menos dura y menos cruel para las otras razas; y sin embargo, no ha hecho nada por mejorar su lamentable condición" (Valdizán, 1913, p.270). Por su lado, otro médico de la época, Felipe Chueca (1892-?), en su Estudio sobre la capacidad intelectual de los niños en las escuelas de Lima (1920), aplicó la misma escala BinetSimon, traducida por Valdizán, a 388 escolares de la capital (Ver tabla 2). De ellos, sólo 210, un 55%, resolvió con éxito los problemas correspondientes a su edad cronológica. Entre sus conclusiones afirma que, habiendo colocado a todas las “razas” en igualdad de condiciones, son los blancos los que ocupan el primer lugar en sus resultados, siguiéndoles los mestizos, los indios y los negros (Chueca, 1920).

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Tabla 2 Resultados de la prueba de inteligencia aplicada a niños peruanos por Chueca (1920, p. 129-130) N Regular Adelantados 1 año 2 años Retrasados 1 año 2 años

Blancos 107 42 -8 1 -55 1

Mestizos 236 53 -2 0 176 -4

Indios 25 2 -1 1 18 -1

Negros 15 1 -1 1 12 -0

Un egresado de la Normal de Varones y discípulo de Mac Knight, José Antonio Encinas (1886-1958), reivindica para los indios un estatus y una legislación especiales, incluso para sus delitos. Para probar que era gente peculiar, evaluó algunas habilidades intelectuales (memoria, juicio, imaginación y atención) de encarcelados analfabetos quechuas y aymaras. Usó en ellos una prueba de “asociación de ideas visivas y auditivas” (Machaca, 1980). Analizó además la afectividad de estos presos indígenas (Machaca, 1980; Poole, 1990). En todos los casos, debió traducirles las instrucciones (Encinas, 1919).

ellas, el test Stanford-Binet y las pruebas de Inteligencia Nacional de EEUU (formas Alfa y Beta), empleadas masivamente allá durante la I Guerra Mundial. Para su adaptación local, se acudió a escolares de colegios públicos y privados de Lima. Fueron los de escuelas particulares los que alcanzaron mejores resultados. (Alarcón, 1992). Miró Quesada fue además un abogado muy interesado en la legislación laboral y en la situación de la clase obrera. Sus esfuerzos por la modernización de nuestras escuelas y de nuestras empresas debieron convencerle de que los tests contribuían al progreso de la sociedad.

Todo esto lo lleva a concluir que “...la pasionalidad gira alrededor de aquellos estados afectivos que acumulando grandes dosis de odio, de venganza, de crueldad, caracterizan los delitos del indio criminal” (Machaca, 1980, p. 249). Es este apasionamiento el que enturbiaría su entendimiento (Poole, 1990). Encinas expone a un indio ontológicamente diferente al resto de la población y carente de la conciencia moral que le permita ejercer su libre albedrío. El indígena es un curioso objeto de estudio para la ciencia de la época pues, según sus mediciones, sería cualitativamente distinto, léase inferior (Poole, 1990).

En los años 30, otro psiquiatra del hospital Larco Herrera, Baltazar Caravedo (1884-1953), expuso sus inclinaciones eugenésicas: “Toda vez que los hijos de los débiles mentales son tan susceptibles de convertirse en cargas sociales, la esterilización se asoma como medida preventiva” (Caravedo Prado, 1985, p. 172).

En 1925 Luis Miró Quesada (1880-1976), decano de la Facultad de Letras de San Marcos, impulsó la creación de un Seminario de Pedagogía. Este colectivo realizó el estudio y la traducción de varias pruebas psicológicas. Entre

Estos médicos e intelectuales, nacidos en la élite o asimilados a ella, dieron cimiento a sus prejuicios gracias a las pruebas de CI. Como vimos, hasta hubo un indigenista que en su defensa del indio las empleó y potenció así su paternalismo y subestimación de los andinos. Los tests de inteligencia, entonces, fueron un instrumento muy propicio para las ideas eugenésicas en un medio racista que empezaba a industrializarse y que exigía distinguir, en escuelas y fábricas, a los potencial y realmente productivos (Ver Tabla 3).

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Tabla 3 Tests de inteligencia usados en el Perú hasta 1925 Pruebas Binet-Simon

J. Mc Knight

Usuario

Ciudad

Binet-Simon

H. Valdizán: Hospital “Larco Herrera”

Habilidades intelectuales Binet-Simon

J. Encinas: Cárcel de Guadalupe y Panóptico

Stanford-Binet National Intelligence Tests (Alfa y Beta)

L. Miró Quesada: “Seminario de Pedagogía”, UNMSM

Puno

F. Chueca

El eugenecista Delgado El análisis de la vida y obra de un conspicuo médico de la época resulta útil pues muestra cómo confluyeron en la mentalidad de la élite la eugenesia, el autoritarismo y los prejuicios. Honorio Delgado fue sin duda una figura señera para la cultura peruana durante buena parte del siglo XX. A su labor como psiquiatra en el Hospital Larco Herrera al lado de Valdizán, hay que agregar sus aportes en psicología, filosofía, educación y divulgación científica. Su vasta erudición hizo de él un personaje eminente y prestigiado en el país y en el extranjero. Pero ni siquiera su brillantez intelectual y gran cultura pudieron librarlo de comulgar con idearios que ya en su tiempo se consideraban conservadores y hasta reaccionarios. En el libro de su colega Paz Soldán (1916), Delgado escribe a favor de la eugenesia: El progreso de la raza es determinado, en primer lugar, por la fuerza con la cual actúa el factor de la herencia; resulta que los caracteres de una generación [futura] dependen principalmente de los matrimonios contraídos por la generación presente. Cuando los matrimonios entre individuos superiores, en el sentido

Año 1912

Lima

1918

Lima

1919

Lima

1920

Lima

1925

eugénico de la palabra, son más fecundos que aquellos entre individuos inferiores, la nación está en progreso; en el caso contrario está en decadencia. De ahí se deduce que las generaciones actuales son responsables del porvenir de la raza. Difundir este sentimiento de responsabilidad racial, hacerlo sentir profundamente a los ciudadanos en todo aquello que conviene al matrimonio, -tal es el ideal eugénico. Para inculcar esta responsabilidad racial, es necesario que el ideal eugénico haga parte del sistema de educación (Delgado, citado en Paz Soldán, 1916, p. 19). ¿Qué condujo a Delgado a hacerse partidario de la eugenesia? En primer lugar, este médico arequipeño concebía la cultura como patrimonio de minorías. Para él, sólo las élites iluminadas con el saber universal estaban destinadas a guiar y gobernar a las mayorías. Como lo expresa en una de sus obras al hablar de “...deficiente formación espiritual de las nuevas generaciones, igualitarismo, relatividad egocéntrica y resentimiento como pasiones dominantes en la masa, más numerosa y más afecta que nunca a rebajar toda grandeza al plano de su vulgaridad, que erige en medida universal de las cosas” (Delgado & Iberico, 1964, p. 169). En tanto

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miembro de una minoría intelectual con aires oligárquicos o aristocráticos, más de una vez hizo pública su oposición a la extensión de la educación universitaria. Así lo expresó en su artículo Cultura Superior sólo para Mentalidades Superiores de 1919: La universidad, de manera inocente, por armonizar con las tendencias del misticismo democrático, o, mejor dicho, “plebofilia”, de estos tiempos, sanciona tácitamente el prejuicio según el cual las elevadas disciplinas del talento están al alcance de todos, y los espíritus más plebeyos pueden, sin obstáculo, hollar el templo de la ciencia. Se ha dejado creer al pueblo que no hay distinciones, y que todos pueden alcanzarlo todo; cuando la verdad es que no hay cosa más real que la disparidad entre los hombres y que el progreso de las sociedades no depende del nivelamiento por anulación de las superioridades, sino del afán de precisar y acentuar las diferencias ingénitas, para que cada cual esté en el lugar que sus dotes le señalan (Delgado, 1992, p. 39). Volvió sobre el tema de la educación en 1928 y fue más tajante: …grandes ideas y grandes hechos son peligrosos en cerebros pequeños. No todos están llamados a gozar de la cultura superior, algunos no deben hollar los umbrales de la [educación] media y aún […] la instrucción primaria puede ser dañina a determinadas mentalidades subalternas (Delgado, en Seguin, 1982, p. 75). Otro rasgo que caracterizó a Delgado fue su autoritarismo. No sólo creía necesaria la autoridad, la consideraba incuestionable y hasta una expresión de lo absoluto. Es decir, para Delgado toda autoridad viene de Dios (Seguin, 1982). Esta sintonía personal con el poder iba pareja con su admiración por la Alemania nazi,

como lo cuenta otro psiquiatra y pariente suyo: …todos los que lo conocieron son testigos de la inclinación de Delgado por los regímenes dictatoriales, entre los cuales el nazismo –debido a la conjunción en él del autoritarismo, la judeofobia y el germanocentrismo- lo atraía especialmente (Seguin, 1982, p. 74). Sobre la proximidad de Delgado al fascismo, López Soria (1981) lo sindica como asiduo asistente a las recepciones que se brindaban a los representantes del franquismo en Lima durante los años treinta. Y un entrevistado por Ruiz (1993) refiere que en aquel tiempo Delgado no ocultaba su entusiasmo por el régimen nazi entre el personal y los pacientes del Hospital Larco Herrera. ¿Fue Delgado también antisemita? Así lo muestran algunas declaraciones y escritos de los treinta y los cuarenta. La influencia de los semitas, que se compara con la de los fermentos desintegradores de la substancia orgánica, se ha dejado sentir directamente en la vida económica de los países civilizados, gracias a la riqueza, a las ideas religiosas y a las peculiares aptitudes de traficante nato que caracterizan al judío (Delgado, en Seguin, 1982, p. 61). Que Delgado haya comulgado con la eugenesia y otros credos afines no hace más que confirmar la intolerancia de un sector de la intelectualidad de su tiempo. Su origen social, su religiosidad y sus prejuicios lo hicieron adoptar posturas conservadoras y, asimismo, apartarse de movimientos que le parecían inconducentes, como el psicoanálisis o el socialismo. Es sabido que su rigidez ideológica causó que transitara, frente a Freud, de un inicial entusiasmo a un posterior desengaño y hasta animadversión.

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Conclusión Los médicos e intelectuales aludidos, durante las primeras décadas del siglo pasado, actuaron como voceros de la sanidad y entendidos en la eugenesia. Ellos eran la civilización encarnada, esto es, quienes aconsejaban las indispensables acciones a seguir para “salvar nuestra raza”. Los profesionales de la medicina mental, en particular, fueron los guardianes de la normalidad, de la moral y de lo aceptable en una sociedad profundamente jerarquizada. Su opinión, consultada a menudo y considerada como la más autorizada en tales materias, podía contribuir a encerrar o anatematizar a quienes no calzaban con la norma. Los tests tornaron, para bien o para mal, más expeditivos los fallos de nuestra joven psiquiatría. Y entre las primeras víctimas de esta "testocracia" o primacía del dictamen de los tests estuvieron nuestros indios. Los tests de inteligencia se acomodaron y sirvieron bien a las pretensiones de la eugenesia. Ante la coincidencia de condiciones de vida insalubres y ciertas características distintivas de sus poseedores, la eugenesia era un instrumento útil que confirmaba que ciertos grupos raciales eran proclives a la degeneración y estaban en franca decadencia. Algunas epidemias, que cobraron sus mayores víctimas entre los pobres y andinos, fueron explicadas desde esta perspectiva (Cueto, 1997). Todavía más, la eugenesia podía mostrar altas tasas de nacimiento entre los inferiores y elevada mortandad entre los dotados, que convencían hasta a los más brillantes. Fueron un antiguo racismo, ataviado con indicadores de crimen y enfermedad y una retórica biologista, los que empleó la élite para defender la eugenesia como medio de revertir una inminente debacle de la sociedad. Pero, a diferencia de Estados Unidos, nuestros eugenecistas no señalan al migrante extranjero como portador de degeneración racial. El temor de los encumbrados se dirigía al desborde de las mayorías nacionales, nativas, empezando por los andinos. Las medidas eugenésicas pretendían reglamentar la vida del pueblo y tranquilizar a los acomodados. Especulando, también podría

decirse que las medidas eugenésicas fueron el modo en que la minoría sublimaba su soterrado deseo de exterminar a los indios. La eugenesia fue, en el Perú, vino viejo en odres nuevos. Como todo racismo, su rasgo central fue la “biologización” o naturalización de las diferencias. Para los eugenecistas las diferencias entre peruanos, como la inteligencia, tenían un origen genético, hereditario y, en consecuencia, imposible de cambiar. Y, como suele suceder con toda forma de racismo, sus adherentes se valieron de él para enaltecerse y para justificar un orden social que les prodigaba privilegios y se los negaba a otros. Para el racista es siempre su grupo social el llamado a considerarse superior, perfecto, destinado a grandes logros y al dominio en la sociedad. Acerca de la aplicación de medidas eugenésicas en nuestro país, hay un hecho que proporciona cierto alivio. Hasta la fecha no se han reportado cifras de esterilización forzada y masiva aplicada a deficientes mentales y dementes, por lo menos hasta 1940. Junto a los radicales y tanáticos, que felizmente nunca alcanzaron el poder ni lograron amplia convocatoria, también hubo en nuestro país eugenecistas de signo positivo, como Carlos Enrique Paz Soldán quien propugnó, como parte de su idea de la eugenesia, una acción sanitaria permanente, dirigida desde el Estado, y volcada hacia la población general. De hecho, este médico es hoy recordado por sus múltiples iniciativas en favor de una medicina social (Basadre, 2005). REFERENCIAS Aguirre, C. (2004). La Penitenciaría de Lima y la modernización de la justicia. En: A. Panfichi & F. Portocarrero, Mundos Interiores. Lima. Universidad del Pacífico. Pp. 360-375. Aguirre, C. (2005). The criminals of Lima and their worlds: The prison experience, 1850-1935. Durham: Duke University Press. Alarcón, R. (1992). La psicología educativa en el Perú: pasado y presente. Psicología Actual, 12, 3-22.

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Recibido: 23 de abril del 2012 Aceptado: 12 de setiembre del 2012

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243 ORBEGOSO A.

APÉNDICES

Figura 1. Detalle de la primera página del libro de Mac Lean y Estenós (1952).

Figura 2. Detalle de la portada de los National Intelligence Tests (Gould, 1988).

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TRANSFORMACIÓN Y CONTEMPORANEIDAD DE LA FAMILIA: EL CASO DE LAS FAMILIAS MEXICANAS María Antonieta Covarrubias Terán* y José Gómez Herrera** Universidad Nacional Autónoma de México, Campus Iztacala. México RESUMEN El estudio de las familias contemporáneas está inmerso en los cambios de un mundo globalizado que implican transformaciones significativas en la interacción de sus miembros, en la forma de pensar, sentir y actuar, así como en el establecimiento de lazos y relaciones con los demás. El propósito de este trabajo es analizar las principales transformaciones en las familias contemporáneas, tales como: su estructura, tamaño, preparación académica de la pareja y de sus hijo/as, cambios en valores familiares, entre otros. Se ilustran estos cambios en el análisis de familias mexicanas. Palabras claves: familia, contemporánea, familias mexicanas, roles, valores. TRANSFORMATION AND CONTEMPORARY OF FAMILY: THE MEXICAN FAMILIES CASE ABSTRACT The contemporary families study is involved in a globalized world changes which implies significative transformations in members interaction, in their ways of think, feel and act, as well as in the establishment of the relationship with other people. The objective of this work is to analyze the principal transformations of contemporary families, such as: their structure, size, academic preparation of the couple and children, changes in family values. We ilustrate these changes in the analysis of mexican families. Keywords: family, contemporary, mexican families, roles, values. TRANSFORMAÇÃO E FAMÍLIA CONTEMPORÂNEO: O CASO DA FAMILIAS MEXICANAS RESUMO O estudo das famílias contemporâneas estão imersos em um mundo globalizado mudanças envolvendo mudanças significativas na interação de seus membros, em nossa maneira de pensar, sentir e agir, bem como no estabelecimento de laços e relações com os outros. O objetivo deste artigo é analisar as grandes transformações nas famílias contemporâneas, como a sua estrutura, tamanho, preparação acadêmica do casal e seu filho / as, as mudanças nos valores familiares, entre outros. Estas alterações são ilustradas na análise de famílias mexicanas Palavras-chave: família, contemporâneos famílias mexicanas, papéis, valo.

*Correspondencia: antonic9@gmail.com **Correspondencia: j1gomezherrera@gmail.com

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Desde la perspectiva sociocultural, la familia es una institución en donde se manifiestan las condiciones sociales, culturales y económicas de una época, lo cual implica que las funciones de sus integrantes, sus relaciones interpersonales habituales, creencias, valores, significados y afectos están permeadas y enmarcadas histórica y socialmente. Investigaciones recientes han encontrado cambios significativos en las familias contemporáneas (Cerrutti & Binstock, 2009; Hernández, 2009; Uribe, 2007; Nardone, Giannotti & Rocchi, 2003; Pérez, 2005; Palacios, Hidalgo & Moreno 2000). Esos cambios se han manifestado en la esfera personal-afectivacognitiva, transformando así la conceptualización, estructura de la familia, sus modelos actuales y sus interacciones. En palabras de Giddens (1999) “de todos los cambios que ocurren en el mundo, ninguno supera en importancia a los que tienen lugar en nuestra vida privada: en la sexualidad, las relaciones, el matrimonio y la familia. Hay una revolución mundial sobre cómo nos concebimos a nosotros mismos y cómo formamos lazos y relaciones con los demás. Es una revolución que avanza desigualmente en diferentes regiones y culturas, con muchas resistencias” (pág. 65). Añade el autor, vivimos un periodo crucial de transición histórica en donde los cambios afectan a todas y cada una de las partes del mundo y no se reduce a una zona específica aislada. Compartimos con Giddens (1999) que los cambios en las relaciones familiares y sociales también cambian nuestra vida afectiva y las transformaciones en la esfera personal afectiva trascienden fronteras, culturas, condición económica e ideología de cualquier país. Con base en lo anterior, el propósito de este trabajo es describir las principales transformaciones en las familias contemporáneas e ilustrar estas transformaciones analizando algunas familias mexicanas. Podemos decir que, las familias han sufrido grandes transformaciones en los últimos 20 años. Prado y Anaya (2004) señalan que dichos cambios principalmente son en:

1. 2. 3. 4.

La estructura familiar El tamaño de las familias La preparación académica, y Los valores familiares

Adicionalmente, nosotros proponemos incluir dos cambios en las familias que nos parecen cruciales en el proceso de socialización de los individuos: 5. La re-conceptualización de la paternidadmaternidad y 6. La construcción afectiva de las relaciones interfamiliares. TRANSFORMACIONES EN LAS FAMILIAS CONTEMPORÁNEAS 1.

En la estructura familiar

En las ciencias sociales persisten algunas concepciones teóricas que siguen considerando a la pareja matrimonial como la base de la familia. Sin embargo, no toman en cuenta los cambios históricos y culturales que influyen en la formación de la pareja, así como los cambios que han ocurrido en la familia extensa (Troya & Rosemberg, 2001). Para Conrad (1994), la familia nuclear (compuesta por padres-madres e hijos/as que residen bajo el mismo techo) continúa siendo el grupo de parentesco más importante, a pesar de la creciente formación de familias monoparentales y familias recompuestas. Los cambios en la estructura familiar también han sido documentados por otras disciplinas, los antropólogos distinguen entre la familia de orientación (aquella en la que uno nace y se cría) y la familia de procreación (formada cuando uno se casa y tiene hijo/as). Por otra parte Conrad (1994), señala que existen diversas estructuras y organizaciones de familia alternativas a la familia nuclear; el autor argumenta que en algunas culturas, la familia nuclear no tiene un lugar especial en la vida social e incluso en algunas sociedades es rara o inexistente. El autor también afirma que en la mayoría de las sociedades casi todos los hombres

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y mujeres adultos se unen y se convierten en padres-madres, y no forman necesariamente una familia nuclear; a título de ejemplo, Conrad (1994) señala las familias matrilineales (donde la filiación se traza solamente por medio de las mujeres), adicionalmente aporta que los 2 matrimonios tradicionales de los nayar , eran meras formalidades; en esta cultura, las mujeres adolescentes realizaban una ceremonia de matrimonio con un hombre, ceremonia tras la cual tanto el hombre como la mujer regresaban a su hogar, generalmente sin haber mantenido relaciones sexuales; de allí en adelante las mujeres de la cultura nayar tenían muchos compañeros sexuales, y los/as hijos/as se convertían en miembros del grupo reconociendo solamente el parentesco de la madre, sin ser considerados//as parientes del padre biológico. En realidad, muchos niños/as nayar ni siquiera conocían quién era su padre biológico. No obstante, para que los/as hijos/as fueran legitimados, un hombre, no necesariamente el progenitor, ni el marido, tenían que reconocer la paternidad, a través de un ritual. Por tanto, la sociedad nayar se reproduce considerando el matrimonio como requisito, sin necesitar al padre biológico en la convivencia social o en el reconocimiento legal de los hijos, y sin organizarse en una la familia nuclear. Para Conrad, la familia nuclear no es el agente endoculturador exclusivo, ni necesario. “La supuesta universalidad de la familia nuclear también ha sido atribuida a la función económica relacionada con el hecho de que todas las culturas tienen algún tipo de división del trabajo basada en el género” (Conrad, 1994, p. 282). Al igual que Troya y Rosember (2001), consideramos que si vemos a nuestro alrededor con una visión transdisciplinaria, donde retomemos información de la antropología, psicología, sociología, economía, se puede concluir que en la actualidad los/as niños/as son criados y educados por diversos “agentes” y en diversas organizaciones familiares, entre los que podemos citar a: padre y madre casados, padre o

madre separados o divorciados, abuelos con y sin ayuda de los padres, suegra o suegro, madre y abuela, tías o tíos, la madre y una amiga, parejas de gays o lesbianas que tienen o adoptan hijos/as, miembros de pandillas urbanas, padres-madres adoptivos, madrastras y padrastros, entre otros. Sin embargo, desde nuestro punto de vista y aún con todas sus variantes y nuevos estilos, la familia, sigue siendo una institución sustantiva e importante de endoculturalización, socialización, de formación de valores, afectos, principios y de hábitos. Adicionalmente reconocemos que la “familia extensa” sigue participando de manera significativa en el proceso de endoculturalización de los nuevos miembros de una familia; por ejemplo, entre los betsileo de Madagascar, comenta Conrad (1994), los abuelos suelen pasar más tiempo con un/a niño/a y tienen más que decir acerca de su crianza, que sus padres y madres. En el caso particular de México, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI, cit. En Prado & Anaya, 2004), los cambios substanciales en la estructura de la familia mexicana comenzaron en los años 70´s, época en la cual el 87% de las familias estaban estructuradas en forma nuclear. Desde esta década, en México, el número de familias nucleares disminuyó gradualmente, principalmente por divorcios, y actualmente ya no es mayoritaria. En el censo del año 2000, el porcentaje de las familias nucleares disminuyó a un 78% y la población de madres solteras incrementó 600 % en los últimos 10 años (INEGI, 2001). Palacios y Rodrigo en el año 2000, afirmaron que en el mundo existen diversos tipos de familias. Desde nuestra perspectiva, las siguientes son algunas de las variantes: · Familias consensuales, en las que no es necesario firmar o celebrar un contrato matrimonial civil o religioso.

2

Los “nayar”, grupo étnico que viven en la costa de Malacabar, en la India, en grupos domésticos encabezados por las mujeres, y entre quienes los maridos y las esposas no comparten la misma residencia.

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· Familias monoparentales, con un solo progenitor a cargo de los/as hijos/as. · Familias con hijos/as adoptados/as: muchas de las cuales deciden y acuerdan no tener hijos/as biológicos propios, y sí, adoptar uno o varios niños/as, muchas veces de grupos étnicos y culturales diferentes. · Familias con hijos/as concebidos/as por modernas técnicas de reproducción: ya sea por infertilidad o porque se trata de una pareja de lesbianas. · Familias donde la madre es la “cabeza de familia” y proveedora: en este tipo de familia, la madre trabaja y está fuera del hogar, sin poder permanecer de tiempo completo al cuidado de los/as hijos/as, dejándolos/as solos/as o al cuidado de un familiar, de una empleada o en una institución pública o privada. · Familias con padres participativos: donde el padre participa activamente en el cuidado y educación de sus hijos/as, dejando atrás el ser sólo figura de autoridad y proveedores. · Familias menos prolíficas: con menor número de hijos/as. · Familias monodescendientes: que tienen solamente un hijo/a, ya sea por política demográfica, como es el caso de China, o de parejas que han decidido solamente tener un hijo/a. · Familias reconstituidas: formadas después de un divorcio de uno o de ambos contrayentes: frecuentemente uno o ambos contrayentes tienen hijos/as de su anterior familia, y se suman a los/as hijos/as.

· Familias de madres solteras: sea por no consumar un matrimonio o por mujeres que han tomado la decisión de tener un hijo/a, sin querer compartir la crianza con el progenitor biológico. · Familias homosexuales: sean éstas de dos hombres o de dos mujeres con hijo/as naturales o adoptados/as. Coincidimos con Troya y Rosemberg (2001) cuando plantean que, cualquiera que sea el tipo de familia en la que nazcamos, vivamos y seamos educados; nuestra familia se constituye en una de las fuentes básicas que conforma nuestra identidad personal, familiar, comunitaria y étnica. 2. Respecto del tamaño de las familias Independientemente de la forma de organización familiar, la época actual se caracteriza por un marcado interés por los/as niños/as. El infante se ha convertido en el eje central en torno al cual giran las preocupaciones y la organización misma de la vida familiar y de la sociedad en general (Covarrubias & Cuevas, 1998). Sin embargo, como dice Giddens (1999), la posición de los/as niños/as es paradójica, ya que en algunos países se han vuelto escasos, como ocurre en Alemania, Inglaterra y Francia, debido que ahora la decisión de tener un/a hijo/a es muy distinta a la que sucedía en épocas pasadas; en generaciones anteriores se tenían varios/as hijos/as (frecuentemente más de cuatro), y a edades muy tempranas; hoy día, cada vez se tiene menos hijos/as y a edades más tardías. Actualmente en México es común encontrar que la abuela tuvo a su primer hijo/a pocos años después de su pubertad, la madre después de los 18 años, y las hijas después de los 25 años. Anteriormente, en la familia los/as niños/as contribuían a la economía familiar, hoy por lo contrario, en los países occidentales un/a niño/a supone una carga económica para los padresmadres, ya que se ha alargado el tiempo de capacitación para que sean productivos/as. De igual manera, hemos transitado de considerar a la

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maternidad como obligatoria y natural al formar una pareja, a tenerla como una opción, principalmente por la invención, promoción y uso de anticonceptivos, así como a los discursos sociales en pro de la mujer. Hoy día, y de manera más frecuente, tener un/a hijo/a es una decisión que está impulsada por necesidades psicológicas y emocionales de la pareja, y menos frecuentemente, por costumbres u obligaciones religiosas o sociales. Durante décadas en México se promovió la paternidad responsable con el eslogan “la familia pequeña vive mejor”, “pocos hijos/as, para darles mucho”. En 1960 en promedio se tenía 6 hijos, en 1992 se tenía 3 hijos y en 1999 disminuyó a 2.5. Las dos entidades con menor número de hijos/as fueron el Distrito Federal y Nuevo León (INEGI, 2001). Como dicen Prado y Anaya (2004), el cambio de estructura y la reducción de miembros en la familia son factores determinantes de la dinámica interna de las familias contemporáneas. Desde un punto de vista económico, la familia pequeña tiene mayor oportunidad de tener una vida más desahogada que una familia grande. Sin embargo, socialmente se ha promovido que los padres y madres se preocupen más por satisfacer cada una de las necesidades de sus hijos/as, de modo que el papel de los progenitores se ha reducido a ser los proveedores y satisfactores de las necesidades de sus hijos/as. En opinión de Prado y Anaya (2004), esta nueva visión de parentalidad no permite reflexionar sobre las limitaciones que tiene la familia cada vez más pequeña, versus la familia grande. Según estos autores, la familia pequeña tiene, como aspecto positivo, el que los/as padres-madres dispongan de mayor oportunidad en términos temporales para atender los requerimientos de cada uno de sus hijos/as. Paradójicamente, esto no sucede en todos los casos, pues numerosos padres-madres inscriben a sus hijos/as en deportes organizados, talleres y cursos de tipo cultural o académico; donde, por lo general, se convierten en espectadores o los financiadores y no en participantes de las actividades de y con sus hijos/as.

Particularmente, al analizar el rol materno, se puede decir que el cambio de estructura y la reducción de miembros en la familia son factores determinantes de la dinámica interna (cit. en Prado & Anaya, 2004). Sin embargo, esta nueva visión de la familia pequeña no modificó el mito de la maternidad, lo único que hizo fue que, en lugar de atender numerosos hijos/as, las madres atienden más y mejor a pocos, persistiendo el mismo valor (Fernández, s.f.). 3. Respecto de la preparación académica Actualmente, en México han ocurrido grandes avances en la preparación académica de los padres y de las madres de clase media; consecuentemente se han modificado las relaciones sociales, la dinámica de las relaciones intrafamiliares y se ha favorecido la inserción laboral de las mujeres. Regularmente los padresmadres contemporáneos buscan superarse cultural y académicamente; en respuesta a esta demanda han proliferado escuelas técnicas, comerciales y profesionales donde se les ofrece formación o capacitación institucional en poco tiempo y en horarios accesibles a su condición de padres-madres y de trabajadores/as. La mayoría de las mujeres mexicanas valoran la formación académica como una parte fundamental de superación personal y familiar. Particularmente las mujeres de clase media consideran que su superación cultural y académica es básica para ser mejores esposas y madres (Prado & Anaya, 2004). Aun cuando en la literatura se ha reconocido a la preparación académica como motor sustantivo de estos cambios; desde nuestro punto de vista es necesario tomar en consideración la superación de la cultura general, y diferenciarla de la formación que se obtiene en instituciones técnicas o profesionales para obtener una capacitación y certificación. El resultado de los avances educativos y culturales, así como de las necesidades de incrementar la economía familiar, ha implicado que las mujeres se inserten progresivamente al campo laboral, en muchos de los casos sin menoscabo de sus funciones como esposa y madre,

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dando origen al fenómeno de la “doble jornada femenina”, que se presenta cuando además de tener un trabajo remunerado, siguen cumpliendo con sus tareas de mamá y ama de casa (Sanchis, 2011). Situación que ha implicado que los varones compartan tanto el trabajo doméstico como el cuidado y crianza de los/as hijos/as (Mena & Rojas, 2010; Barker & Aguayo, 2012), muchos de ellos por una condición de facto, otros por la convicción de igualdad de géneros. Al respecto Giddens dice “Nunca ha existido una sociedad, al menos entre las registradas en la historia, en la cual las mujeres hayan sido iguales a los hombres ni siquiera aproximadamente. Esta es una revolución verdaderamente global en la vida diaria, cuyas consecuencias se están sintiendo en todo el mundo, en ámbitos que van desde el trabajo hasta la política” (Giddens, 1999, p. 24). Un aspecto negativo de esta revolución en los roles sociales de hombres y mujeres se ha resentido en el rendimiento escolar de los/as hijos. Muchas escuelas reportan un ausentismo parental creciente en la supervisión académica de los/as hijos/as, así como menor contacto y convivencia con ellos/as, lo cual redunda en bajo rendimiento escolar y problemas conductuales. Desde nuestro punto de vista, al cambio positivo de la inserción laboral de las mujeres corresponde una redistribución del apoyo y supervisión de los/as hijos/as con la pareja, así como un mayor grado de autonomía de los/as hijos/as. Según el INEGI (citado en Prado & Anaya, 2004), la cantidad de madres que trabajan se incrementó de 1.4% en 1991, a 30.3% en 1999. Para el año 2012, las mujeres que trabajan representan el 38 % de la población económicamente activa (INEGI, 2012). Las cifras anteriores ilustran que la mujer mexicana participa cada día en mayor porcentaje en el ámbito laboral. Muchas de ellas, con mayor conciencia de su contribución a la familia, tanto en economía como en trabajo doméstico y crianza de los/as hijos/as.

4. Cambios en los valores familiares Davis Buss (2001, cit. en Prado & Anaya, 2004) investigó los cambios en los valores humanos, encontrando que: 1. En la década de 1930 a 1940, lo hombres valoraban altamente la castidad, el trabajo doméstico y el deseo de estar en casa con sus hijos/as; en el siglo XXI, estos valores fueron sustituidos por la educación, la inteligencia, la sociabilidad y una buena apariencia física. 2.

La mujer, en los años 30, valoraba la estabilidad emocional, la madurez, el refinamiento y la buena salud; actualmente, adquiere valores muy similares a los del hombre como la educación, la inteligencia, la ambición, la sociabilidad y una buena apariencia física.

La reducción del número de miembros en la familia, la incorporación de la madre a la vida laboral, la participación más activa del padre en el acompañamiento y la educación de sus hijos/as, así como el surgimiento de la valoración del niño/a han sido algunos de los valores que influyeron en el cambio de funciones, roles e interacciones en la dinámica familiar. Baranchuk (2001) comenta que los padresmadres de este siglo reconocen la importancia del valor de la ética, que aparece vigente en las nuevas generaciones de adultos jóvenes. De manera más particular, LeVine (1974, 1988, cit. en Palacios, Moreno & Hidalgo, 2002b) ha encontrado que los valores universales para los padres-madres respecto a sus hijos/as son: 1. La supervivencia y la salud del niño/a. 2. El desarrollo de las capacidades necesarias para llegar a ser un adulto económicamente independiente y, 3. El logro de una serie de valores culturalmente apreciados (moralidad, prestigio social, intelectualidad, entre otros). Estos valores coexisten con los que en la

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actualidad imperan socialmente como parte de la vida contemporánea, tales como: el hedonismo, la permisividad, el relativismo y el consumismo. Lo anterior conlleva a vivir en el presente, para nosotros mismos, sin tradiciones, donde se olvida el sentido histórico y los valores (Rojas, 1998, cit. en Prado & Anaya, 2004; Lipovetsky, 2002), no importa lo que sientan los otros (Lipovetsky, 2002; Gómez, 1995, cit. en López, 2001). Hoy, a diferencia de hace unas décadas, en occidente se valora menos la obediencia y se da más importancia a la independencia y a la autonomía (Frankel & Roer-Bornstein, 1982, cit. en Palacios et al., 2000b), en aras de promover el desarrollo de la autoestima o el deseo de una vida loable. Como se había mencionado al inicio de este trabajo, adicionalmente nosotros proponemos incluir dos cambios en las familias contemporáneas que nos parecen trascendentales en el proceso de socialización de los individuos: 5. La re-conceptualización de la paternidadmaternidad y 6. La construcción afectiva de las relaciones interfamiliares 5. Re - conceptualización de la paternidadmaternidad: rol parental Los padres y madres contemporáneos están detrás de la cosmovisión que les permita comprender y vivir en un mundo complejo, plural y globalizado. Pretenden entender los fundamentos de cada indicación recibida para la crianza, sin abandonar sus convicciones y el porqué tuvieron hijos/as. A los/as padres-madres novatos les guía un compromiso y un proyecto común, vigente en el hoy, pero frágil en el mañana, que opera amorosamente con sus hijos/as, independientemente de la duración de la pareja (Baranchuk, 2001). Palacios et al. (2000b), señalan que hasta principios de los años 80: los/as padres-madres carecían de ideas sobre sus hijos/as, no tenían expectativas respecto a su calendario evolutivo, no se preguntaban por qué

actuaban de una u otra manera, estaban desprovistos de creencias relacionadas con su crianza y de valores con respecto a su educación (p.181). Lo anterior no representa la imagen directa de los/as padres-madres, sino la imagen que de ello daba la investigación de la época, poco proclive a internarse en los aspectos relacionados con la conducta parental. A lo largo de los 80 y de los 90, la temática de las ideas de los/as padres-madres sobre el desarrollo y educación de sus hijos/as ha ido tomando un espacio creciente, desde distintos enfoques y tradiciones. La búsqueda de orientaciones sobre cómo educar al niño/a se ha convertido en una necesidad para muchos/as padres-madres, lo que a la vez ha inducido a los especialistas a la producción de manuales y guías para la educación de los/as hijos/as; incluso esta orientación se ha extendido para aquéllos que aún no son padres-madres, pero pronto lo serán (Covarrubias & Cuevas, 1998). Los libros han adquirido gran popularidad y numerosos padres-madres contemporáneos han recurrido a ellos en busca de consejos y conocimientos porque no están seguros de cómo afrontar los problemas que plantea la crianza de sus hijos/as, y en algunos casos, se ha abandonado el consejo y experiencia de sus padres-madres de origen. Nardone et al. (2003), afirman que la bibliografía pedagógica ha presentado a los/as padres-madres una serie de conceptos, mitos, afirmaciones seudocientíficas, posiciones ideológicas no verificadas que se han divulgado por los medios de comunicación y legitimadas por aplicaciones erróneas de las teorías y descubrimientos científicos. Esto ha desorientado a los/as padres-madres que, en vez de proporcionar una guía a los/as hijo/as por medio de la complejidad de la vida, han sido empujados a crear, en torno a ellos, una zona segura que les protege de la realidad externa, vivida como no controlable y peligrosa.

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Esta pérdida de seguridad parental también ha obedecido a la desintegración de los modos tradicionales de la vida familiar y de la crianza de los/as niños/as, tras la urbanización y la industrialización masivas de nuestro siglo, con la proliferación de los consejos médicospsicológicos destruyendo, de este modo, la confianza de los/as padres-madres en su capacidad educativa, que en otro tiempo les daban las antiguas costumbres. Esto ha causado el aumento de su ansiedad, angustia y dudas, asociadas con las imágenes de felicidad, difundidas por las celebridades de una sociedad narcisista (Lipovetsky, 2002, 2008; Bettelheim, 1989). Lo anterior ha conducido, como apunta Esteinou (2007): a un debilitamiento relativo de la autoridad parental, en el sentido de una disminución del desempeño que los/as padres-madres estaban acostumbrados a mantener en forma privilegiada. Los/as padres-madres compiten con las distintas agencias de socialización (las cuales definen sus propios criterios y modelos de socialización) (p.85). La mayoría de los/as padres-madres de clase media contemporáneos no han aprendido sobre el cuidado de los/as niños/as en su propia infancia. No ocurría lo mismo cuando las familias eran numerosas y vivían cerca de sus parientes, en donde gran parte del cuidado de los/as niños/as se confiaba a los hermano/as mayores u otro pariente joven que vivía o estaba cerca de la familia; de esta manera, cuando les llegaba la ocasión de ser padres-madres la mayoría de las personas habían aprendido lo suficiente como para llevar a cabo con seguridad la tarea de educar a sus propios hijos/as (Covarrubias & Cuevas, 1998). Escuchábamos frases como “yo calmaba a mis hermanos de tal manera y me daba resultado” o “como hijo/a mayor me correspondía cuidar a mis hermanos”. Cuando necesitaban consejos recurrían a sus propios padres-madres, parientes, sacerdote, médico, con la confianza de que

recibirían la ayuda necesaria. Hoy día, cuantiosos/as padres y madres tienen la impresión de que se les exige mucho más para educar con eficacia a sus hijos/as. Y se sienten obligados a asumir esta responsabilidad sin contar con la seguridad que proporcionaba repetir las costumbres y patrones de crianza tradicionales. La distancia física y emotiva que a menudo separa a las generaciones actuales pueden inducir a los/as padres-madres jóvenes a temer que al pedirles a sus propios padres-madres que les aconsejen sobre la crianza de los/as hijos/as, recibirán críticas junto con los consejos (Palacios et al., 2000b). Además, los/as padres-madres jóvenes consideran que los tiempos han cambiado y que las sugerencias de sus padres son ya anacrónicas y obsoletas. Los avances son rápidos y las nuevas investigaciones en torno a la infancia pueden proporcionarles nuevos conocimientos, en los cuales prefieren confiar. La confianza en la ciencia, como fuente de progreso, ha substituido a la confianza más antigua en la sabiduría inherente a la tradición. Así, en esta cultura de la familia se ha transitado, de una influencia espontánea, a una racional en la formación de sus miembros, influido por cambios sociales, económicos y políticos (Bettelheim, 1989; Covarrubias & Cuevas, 1998). Pero, ¿cómo han impactado los grandes cambios actuales a estas nuevas generaciones de padres-madres en el proceso de socialización de sus hijos/as? ¿Qué procesos de socialización han cambiado en la crianza de los/as hijos/as con respecto a las generaciones anteriores? Retomando el análisis que hace Prado y Anaya (2004) acerca de los/las padres-madres actuales con respecto a las generaciones parentales anteriores, a continuación plantearemos los cambios relevantes en estos procesos de socialización que han repercutido significativamente en el desarrollo actual de los/as niños/as y en las incertidumbres que viven los/as padres-madres de hoy.

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Es importante esclarecer que cada generación está determinada por las características distintivas de situaciones: económica, política, social y tecnológica de un cierto período o época. Por ejemplo, la radio permitió tener un punto de reunión, desarrolló habilidades de escucha y creatividad visual porque obligaban a imaginar cada una de las escenas que se transmitían. En la década de los 50, la llegada de la televisión transformó a una generación oyente, en una generación primordialmente visual (Prado & Anaya, 2004). Desde nuestro punto de vista, en la generación contemporánea (los nacidos desde los 90´s) pasaron de ser una generación visual a una generación virtual; donde la internet (mensajes electrónicos, video llamadas y redes sociales, entre otros), los videojuegos y la telefonía celular tienen una influencia particularmente significativa; con efectos y aportaciones de diversa índole, pero no siempre positivos. Hoy podríamos decir que la Internet ha repercutido significativamente en la globalización de los contactos humanos. Actualmente han roto la barrera del tiempo y el espacio, ya que nos permiten contactarnos con personas a larga distancia y en tiempo real, a bajo costo; también nos permite compartir o enterarnos de los detalles de nuestras vidas cotidianas, de nuestros familiares y conocidos. Sin embargo, estos medios de comunicación tienen algunas características ambivalentes, ya que si no conocemos a la otra persona, ésta puede asumir cualquier identidad e incluso algunos autores opinan (Solano & Hernández, 2006; Lipovetsky & Serroy, 2009) que están contribuyendo a un aislamiento personal, tanto físico como social, donde no es necesaria la relación cara a cara con los otros, ni compartir un espacio físico, real y común. Los videojuegos han contribuido a este aislamiento, jugando solos o con “amigos virtuales”, en un ambiente solitario, sin la relación con los otros. El sistema de comunicación de telefonía celular, y particularmente la creación de las redes “sociales” (Facebook, Twiter,

Messenger, Hi5, Myspace, Fotolog, entre otros), propician que los usuarios estén en comunicación con personas virtuales no presentes, minimizando la interacción interpersonal con las personas presentes en el contexto inmediato, dando como resultado una seudosocialización y un aislamiento social. En la historia reciente, se han modificado las relaciones entre padres-madres e hijos/as, Prado y Anaya (2004) mencionan tres generaciones: la Silenciosa, la de Padres-Madres “Obedientes”, y la de los/as hijos/as “Tiranos”. v La Generación

silenciosa. Esta generación nació entre 1935 y 1950, las personas de esta generación aprendieron a ahorrar con base en su trabajo, a ser empleados obedientes y aceptar una disciplina estricta. Esta generación veía el trabajo y el esfuerzo como la única manera para superar su estatus y ascender en la jerarquía social y laboral. Las relaciones laborales eran muy formales y casi nunca cuestionaban las decisiones del jefe. Sus relaciones interpersonales también estaban basadas en la disciplina y la formalidad; éstas igualmente se reflejaban en la familia donde los/as hijos/as obedecían y respetaban no sólo a sus padres-madres, sino también a abuelos y tíos, por lo cual recibieron de estos autores la categoría de silenciosos.

v Generación

d e P a d re s - M a d re s “obedientes”: Esta generación nació entre 1951 y 1984, crecieron en una época de rebeldía y de desafío hacia la autoridad, entre el rock and rol y la televisión. Etapa de las grandes transiciones sociales, como la liberación femenina, el inicio de la tecnología y de los medios masivos de comunicación. Hubo grandes cambios en los valores, lo pragmático y lo útil se volvió muy apreciado; por lo contrario, la obediencia y la lealtad dejaron de ser valores deseados.

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v Generación

de hijos/as “tiranos/as”: A partir de 1985 inició el periodo de los denominados “hijos/as tiranos/as”, niños/as que están creciendo en hogares donde ambos padres trabajan, o en familias monoparentales, sin una estructura de familia nuclear o en otras estructuras familiares como madres solteras, divorciados, separados, o compartiendo la vida con abuelos u otros familiares cercanos.

En esta nueva generación, los/as niños/as esperan ser guiados; pero no supervisados y menos ser obligados a obedecer sin razón alguna. El trabajo lo perciben como un mal necesario y la vida como algo que debe disfrutarse a cada momento. Para ellos/as el futuro está en el presente y el pasado no interfiere o no influye decisivamente en el hoy. Por ejemplo, los escolares estudian con un mínimo esfuerzo y tiempo y sólo para recordar lo necesario en una circunstancia específica, los exámenes. Desarrollan una actitud de mínimo esfuerzo frente a lo irrelevante y a todo aquello que no les produce placer y no es divertido. Es una generación que pasa de una tendencia pragmática a una hedonista que busca placer y comodidad.

sienten en la necesidad de compensar su ausencia, y los/as hijos/as creen que sus padres-madres están obligados a satisfacer todas sus necesidades básicas y creadas. Según Nardone et al. (2003), esto trae consigo una tendencia de niños/as demandantes y rencorosos. Para muchos hijos/as, su arma sutil es manipular y hacer sentir culpable a los/as padresmadres, presentándose como víctimas y los padres-madres como villanos. En esta generación, la relación parental se centra en la sobreprotección. Los/as padresmadres tratan de evitar a toda costa que sus hijos/as experimenten fracasos, buscan que tengan éxito en cualquier circunstancia y momento, pero en esencia esta idea es falsa y artificial (Prado & Anaya, 2004). En México, existe un temor generalizado de dejarlos solos en ambientes extraños o no controlados. Este temor surge por la despersonalización de las relaciones sociales, la alta movilidad de la población y la inseguridad social actual.

Los/as padres-madres se han implicado más en la vida de sus hijos/as, pero muchos de ellos los/as han sobresaturado de atenciones y actividades; la madre para compensar su culpabilidad por no cumplir con su papel de mamá de tiempo completo, evita que sus hijos/as se enfrenten por sí mismos a situaciones cotidianas y confronten sus errores y fracasos (Nardone et al., 2003; Prado & Anaya, 2004; Savater, 1997).

Los/as padres-madres de la generación de niños/as tiranos/as tienden a evitar ser vistos como autoridad y se autodefinen como amigos y compañeros o como hermano/a mayor. Sin embargo, un/a padre-madre no puede nunca ser amigo/a, ni hermano de su hijo/a, son dos roles diferentes. Se puede estar en una relación de complicidad, pero no se puede comportar como iguales porque de hecho no lo son. Si esto ocurre, se diluye el rol del/a padre-madre y se pierde la confiabilidad de la autoridad parental y se vulnera la solidez familiar. Situación que puede ser considerada como una banalidad; sin embargo, es la fuente de muchos problemas clínicos y sociales del adolescente moderno; que se manifiesta como un problema en la juventud, pero se gesta desde la infancia (Nardone et al., 2003; Savater, 1997).

Por este sentimiento de culpa de los/las padres-madres con hijos/as tiranos, les compran diferentes bienes o servicios como una manera de compensar el tiempo que no pasan con ellos/as; en esta relación familiar los/as padres-madres se

Los/as padres-madres de hijos/as tiranos/as, también tienden a eludir el imponer reglas y normas, pues creen que dejar libres y sin límites a sus hijos/as, estos crecerán maduros y plenos; también creen que demorarse en responder a lo

¿Qué sucede en la interacción padre-madrehijos/as en el periodo de los/as hijos/as tiranos/as?

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que los/as hijos/as demandan producirá baja autoestima y frustración; por lo tanto, tratan por todos los medios de satisfacer de manera inmediata y expedita sus necesidades. La generación de los/as padres-madres que vivieron la autoridad absoluta en prácticas sociales regidas por reglas, mandatos y límites, tenían ciertas carencias materiales y demora en la satisfacción de sus necesidades, las cuales a veces nunca las podían satisfacer. La generación de los/as padres-madres con hijos/as tiranos/as realiza hoy hasta lo imposible para que sus hijos/as no experimenten las carencias que ellos vivieron de pequeños (Nardone, et al, 2003; Prado y Anaya, 2004). Pero gracias a estas circunstancias, agregaríamos, que los/as padres-madres de esta generación se hicieron resistentes a la frustración y pudieron plantearse nuevas metas e intenciones para alcanzar sus objetivos con mayor ímpetu. Hoy, pensamos que las generaciones actuales, además de tener una tendencia a la intolerancia y a la frustración, son endebles y, en ocasiones, confunden sus metas y objetivos. 6. La construcción afectiva de las relaciones interfamiliares Las transformaciones señaladas en los puntos anteriores también han implicado cambios afectivos que están totalmente interrelacionados con cada uno de estos procesos. A continuación resaltaremos un elemento crucial para los/as padres-madres contemporáneos, la construcción de la afectividad en ellos mismos y en la relación con sus hijos/as. Consideramos que en la familia contemporánea el valor de los afectos nacido en la modernidad como señalaba Ariés (2001), es un valor vigente y que se está acrecentado. Esto puede reflejarse en la afirmación del autor respecto a la familia, que ubica como un espacio de afecto entre esposos, padres-madres e hijos/as, lo que antes no ocurría. Este afecto se manifiesta por medio de la importancia que se da a la educación, al hogar y a las consideraciones que se

tiene hacia los/as hijos/as. Hoy día, los/as padresmadres se interesan cada vez más por la educación de sus hijos/as y dan seguimiento a ésta. La familia se organiza en torno al bienestar y educación de los/as hijo/as y adquieren una gran importancia. Los nuevos padres-madres tienden a rechazar el discurso del sacrificio, a desbordarse de amor por sus hijos/as y los ven como su propia realización. Los educan para la felicidad y la autonomía, porque éstos serán los aspectos con los cuales podrán alcanzar la calidad de vida en el siglo XXI (Baranchuk, 2001). Nada hay más escandaloso para la ética de este siglo que no querer a los/as hijos/as, no cuidarlos, no educarlos; con la parentalidad y ejerciendo patrones de crianza responsable se detiene la carrera individualista narcisista según Lipovetsky (2002). En esta época se resalta a los/as padresmadres la idea de educar a los/as hijos/as con alta autoestima; el concepto es una palabra común, cotidiana y comprensible en el lenguaje de los/as padres-madres. Cualquier padre-madre de familia tiene la tarea de brindar todo el apoyo a sus hijos/as para que crezcan en un ambiente que facilite su desarrollo físico, cognitivo y emocional. Hoy día, una de sus mayores preocupaciones radica en propiciar el desenvolvimiento de una autoestima positiva, con el fin de que afronte los problemas sin complejos y miedos (Prado & Anaya, 2004, p. 52). Prado y Anaya (2004) consideran que la generación de los/as hijos/as actuales aparenta tener una autoestima alta. Se consideran aptos y capaces para enfrentar cualquier obstáculo con la seguridad de que los podrán resolver. Pero muchas veces esta idea tiene un origen artificial porque el logro de la autoestima ha dependido de la intromisión directa de los/as padres-madres y no del propio trabajo, esfuerzo y aprendizaje de los/as hijo/as ante las situaciones a resolver, es decir, no se fundamenta en el conocimiento de sí

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mismos, sino en el apoyo paterno-materno. Durante nuestra práctica profesional, asesorando familias, hemos encontrado que algunos/as padres-madres creen que si sus hijos/as tienen autoestima alta no deben enfrentarse con circunstancias que puedan llevarlos al fracaso, ya que consideran que esto provoca situaciones frustrantes que les causaría una baja autoestima. Sin darse cuenta, los/as padres-madres propician una imagen de inseguridad e impotencia hacia las capacidades de logro de sus hijos/as. En realidad este miedo no tiene ningún fundamento válido, pues las investigaciones demuestran que un niño/a que es enfrentado tempranamente a retos y los vence por sí mismo/a, desarrolla mayor seguridad y alta autoestima (Corkille, 2006). Consideramos que la contribución de Rose (2005) de la llamada “Psicología Popular” contribuye continuamente a fortalecer esta estrategia para promover la autoestima, donde pareciera que el único y principal objetivo es rodear al niño/a de un gran amor de manera generalizada, sin enfrentarlo a los desafíos de la vida cotidiana y evitándole cualquier carencia, sin considerar las circunstancias y prácticas individuales, o bien sin señalar las implicaciones del amor incondicional sin límites.

ha habido lo que algunos autores denominan –base segura-, surgirán trastornos de la personalidad y del comportamiento que llevarán a alteraciones mentales en las personas adultas (Sroufe, 1986). En algunas sociedades, si el /la padre-madre da una bofetada al hijo/a, los/as hijos/as llaman a la trabajadora social o si los/as padres-madres no ayudan constantemente a los/as hijos/as en los estudios, son considerados irresponsables y culpables de los fracasos escolares de sus hijos/as. Como argumenta Castoriadis (2005), estos sentimientos son significaciones imaginarias cuyo origen es social y llegan a constituirse en mitos, orientando la vida de los padres y las madres. Las situaciones anteriores conducen a los/as padres-madres a desarrollar comportamientos educativos con ansiedad que se basan frecuentemente en cubrir al/a hijo/a de atenciones afectivas. Así, para evitar el riesgo se crea el opuesto, por miedo a privarle de algo se le sobreprotege, como ya se ha señalado. Hoy se tiende a una situación inversa, el problema no es la privación afectiva, sino la sobreprotección.

Nardone et al. (2003), señalan que la actitud de los/as padres-madres que intentan resolver los problemas de sus hijos/as tratando de incrementar su autoestima y proporcionarles amor incondicional, asegurándoles día a día que es fantástico en todos los campos, transmitiéndoles verbalmente una reafirmación positiva de su autoestima, es contraproducente. Si la autoestima no se establece mediante una base sólida de conquistas y de éxitos por sí misma, se establece vacía de significado y puede generar desconfianza; hay que recordar que la autoestima se conquista por medio de experiencias personales; no puede ser donada por los demás.

La familia latina, que es diferente de la anglosajona y a la del norte de Europa, agregan Nardone et al. (2003), “destaca por su nuclearidad, una cerrazón protectora en torno a sus miembros, un temor a causarles daño, de hacerles sentir iguales a los demás” (p. 33). Para ilustrar esta situación, citan los ejemplos siguientes: colas de coches en los colegios o transportes escolares privados, con el argumento de que si llueve se mojarían, llegarían tarde a comer o estarían expuestos a situaciones riesgosas. Adicionalmente a estas prácticas, pensamos que en México se incorporan los sentimientos generados por la inseguridad social que refuerza la idea de que es necesaria la sobreprotección de los/as hijos/as.

Igualmente, agregan los autores, resulta nocivo atribuir a las madres la culpa de los problemas de los/as hijos/as, pues se presupone que si han tenido privaciones afectivas, que si la madre no ha sido lo suficientemente buena, si no

Coincidimos con Nardone et al. (2003), de que otra práctica a menudo ejercitada por los/as padres-madres actuales es ayudar a sus hijos/as a hacer la tarea escolar para asegurar que reciban una buena calificación y evitar quedar como

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incumplidos y que sufran alguna sanción. Los/as padres-madres tienden a solucionar cualquier problema de su hijo/a, por ejemplo, si pierde el celular o se lo roban, se lo restituyen enseguida con la intención de mantener una comunicación constante. Estas prácticas parentales propician jóvenes adultos inseguros e incapaces de asumir responsabilidades con plena autonomía. Algunos autores señalan que los/as niños/as y adolescentes de esta época, tienden a no ponerse en el lugar de otra persona (Prado & Anaya, 2004; Nardone et al., 2003) y, en consecuencia, sus relaciones con los otros les llevan a experimentar emociones autocentradas y son caracterizados como insensibles, egoístas, demandantes, individualistas, violentos, faltos de compasión –aun hacia su propia familia. El peligro, como ellos señalan, es que este egocentrismo puede ser extendido en etapas posteriores; creen que los otros viven solamente preocupados por ellos, piensan que son los únicos actores de su vida y los demás son la audiencia que los aplaude. Este comportamiento encierra un sentimiento de superioridad que los hace creer que son el centro del universo, y si el egocentrismo no es superado se convierte en soberbia. Es importante destacar, como sostiene Giddens (1999), que entender el punto de vista de la otra persona es esencial para una mejor relación. De manera opuesta, las relaciones padresmadres-hijos/as se tornan endebles, en la medida en que medie una actitud egocéntrica y los adultos se inclinan a tomar sobre sí casi todas las responsabilidades dejando a sus hijos/as a un lado. Estas tendencias promueven la formación en los/as hijos/as características tales como: intolerantes, individualistas, demandantes, aislados, hedonistas, dependientes y poco compasivos (Prado & Anaya, 2004). De esta manera, las nuevas generaciones de padres-madres-hijos/as tienden a co-construir relaciones afectivas que limitan el desarrollo de los/as hijos/as. Sin embargo, es preciso señalar que las características infantiles están circunscritas a las

prácticas de los agentes, de las trayectorias de vida de los/as padres-madres y los/as hijos/as, de la postura y significados que adoptan en un momento dado y que redundan en una relación de co-construcción afectiva particular, posiblemente contrario a todas estas tendencias, mediado por una cultura contemporánea que construirá una subjetividad particular en los distintos procesos de endoculturalización. DISCUSIÓN Como señalan Cerruti y Binstock (2009), en las últimas décadas en América Latina se han suscitado una serie de transformaciones sociales, demográficas y económicas, entre otras, que han afectado las dinámicas de la vida familiar. Estos cambios han alterado, gustos, preferencias, estructuras, estilos que han orientado las vivencias y significaciones de las familias. Actualmente es posible re-conceptualizar a la familia contemporánea como: la unión de personas que comparten un proyecto vital de existencia en común que se pretende duradero, en el que se generan fuertes sentimientos de pertenencia, donde existe un compromiso personal entre sus miembros y se establecen intensas relaciones de intimidad, reciprocidad y dependencia (Palacios & Rodrigo, 2000). Adicionalmente, se tiene que reconocer que la estructura familiar nuclear no es la mayoritaria en la sociedad mexicana-contemporánea, y que existe una diversidad de tipos de familia que son igualmente frecuentes e importantes, tales como: las familias monoparentales, reconstituidas e, incluso, las familias de homosexuales y de lesbianas. Coincidimos con Esteinou (2007) en que todos los tipos de familia son plausibles y coexisten en las sociedades contemporáneas, y que ninguna de ellas es más “sana” o “mejor” que otra. También estamos de acuerdo con lo que señalan Palacios y Rodrigo (2000) respecto a los criterios definitorios de la familia, los cuales están primordialmente relacionados con metas, motivaciones y sentimientos, ya que tienen mayor

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importancia que los aspectos legales (consanguinidad o tipo de contrato matrimonial), el número de miembros o la asignación de roles. En conclusión, actualmente la familia nuclear no es la única forma de organización de la familia, ni son únicamente los progenitores quienes transmiten la cultura a sus descendientes. También podemos concluir que la estructura, número de miembros, jerarquías y estilos de convivencia de lo que habitualmente denominamos familia ha cambiado y se ha diversificado. Como diría Baranchuck (2001), los modelos de familia son una expresión de la sensibilidad y pensar de cada época. Un cambio significativo en las familias es lo referente a su tamaño. Antes de los años 60's eran numerosas, particularmente por el criterio de “tener los/as hijos/as que Dios mandara” y porque no había métodos anticonceptivos. A partir de la invención de los métodos anticonceptivos y de los inicios de la educación sexual donde se separa la sexualidad del placer de la sexualidad reproductiva, a través del uso de métodos anticonceptivos, se reduce el número de hijos/as significativamente. En las familias contemporáneas, además de que se ha reducido el número de hijo/as, las parejas planean a sus hijos en número, en la edad para tenerlos y en el espaciamiento entre ellos. Un dato significativo es que en la primera mitad del siglo XX las mujeres tenían a su primer hijo/a entre los 12 y 16 años; a partir de la década de los 60's lo tenían entre los 20 y 25 años. Actualmente, y sobre todo cuando las mujeres tienen un nivel educativo elevado y se han incorporado a las labores productivas, tienden a postergan el nacimiento de su primer hijo/a hasta después de los 30 años. Con base en la información analizada, podemos decir que existen varias estrategias para construir una familia: 1) Noviazgo-matrimonio y nacimiento de múltiples hijo/as. 2) Noviazgos múltiples, establecimiento de una pareja y ejercicio de la sexualidad mediada por métodos anticonceptivos. 3) Parejas Afectivo-Sexuales

Informales, que postergan su formalización y el nacimiento de su primer hijo/a. 4) Unión de Divorciados, con/sin hijos, ejerciendo la crianza conjunta e incluso teniendo hijos comunes. 5) Parejas que Adoptan Hijos, a causa de infertilidad o por su condición de homosexualidad. 6) Monoparentalidad Masculina o Femenina, debido a que no se ha podido formalizar una pareja o por decisión de tener, cuidar y educar un hijo de manera independiente. Respecto de la preparación académica de los padres-madres podemos concluir que la idea generalizada ha sido aprender conocimientos y habilidades para ejercer un trabajo manual, técnico o profesional. Sin embargo, en las familias contemporáneas la superación cultural y académica abarca también la adquisición de conocimientos y habilidades para ser mejores padres-madres, a través de la lectura de manuales y libros e, incluso, de la participación en “escuelas para padres-madres”. Tradicionalmente los padres tenían la obligación legal y moral de atender y cuidar el bienestar, salud y educación de sus hijo/as, donde éstos resultaban ser meramente beneficiarios; en las familias contemporáneas se habla frecuentemente de derechos y obligaciones de todos los miembros de la familia. De manera creciente en las familias contemporáneas existe el discurso de que ambos padres se coresponsabilizan de los/as hijo/as; igualmente se habla de la disolución de los roles tradicionalmente asignados. Los cambios socioculturales han influido para que en las familias contemporáneas los/as padres-madres ya no recurran a sus progenitores como fuentes de conocimiento y experiencia prioritaria para educar a sus hijos/as. Incluso muchos de ellos están revisando críticamente y reconceptualizando sus patrones de crianza (Covarrubias, 2008). El desarrollo afectivo está implicado en cualquier actividad o práctica social y, por tanto, cada uno de los cambios antes citados genera a su vez construcciones afectivas. En nuestra opinión, es importante aprender y adoptar una actitud

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flexible y de alternativa a las circunstancias y emociones que el cambio trae consigo; como señala López (2001), lo único constante es el cambio. En la familia existen cambios favorables y desfavorables; sin embargo, es importante comprenderlos atendiendo su contexto, así como las prácticas sociales en las que se participa, la ubicación y posición social de sus miembros para entender sus relaciones intersubjetivas. REFERENCIAS Ariés, Ph. (2001). El niño y la vida familiar en el antiguo régimen. México: Taurus. Baranchuk, N. (2001). La crianza en la postmodernidad. Conferencia dictada en las primeras Jornadas Pediátricas del Hospital Vilela. Rosario Argentina. 99(4). Barker, G. & Aguayo, F. (2012). Masculinidades y políticas de equidad de género. Reflexiones a partir de la encuesta IMAGES y una revisión de políticas en Brasil, Chile y México. Editado por Promundo, Internacional Center o Women y Cultura y Salud. Bettelheim, B. (1989). No hay padres perfectos. México: Grijalbo. Castoriadis, C. (2005). Lo imaginario: la creación en el dominio histórico social. En: Los dominios del hombre: Las encrucijadas del laberinto. (3ª ed.). Barcelona: Gedisa. pp. 64-77. Cerrutti, M. & Binstock, G. (2009). Familias latinoamericanas en transformación: desafíos y demandas para la acción pública. Revista CEPAL, Serie Políticas Sociales, Chile, 147, 1-60. Conrad, Ph. K. (1994). Parentesco y filiación. Antropología. Una exploración de la diversidad humana. Mc Graw Hill. Sexta edición, cap. 12, pp. 277-312.

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REFLEXIONES PSICOANALÍTICAS Y ÉTICAS ACERCA DEL TRASPLANTE Gabriela Almonte García* y Mario Orozco Guzmán** Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo

RESUMEN Este trabajo busca ofrecer una perspectiva crítica y reflexiva acerca de cuestiones que se ponen en juego en una situación de trasplante principalmente de carácter subjetivo y ético, pues a pesar de que los trasplantes se han convertido en un procedimiento médico cada vez más común y exitoso, los sujetos que se ven inmersos en esta situación tienen problemas para hacer simbólicamente un espacio en su cuerpo para esos órganos o tejidos que provienen de otro. Además se brinda un panorama de los nuevos desafíos que plantea la gran demanda de órganos y la escasez de donadores. Palabras claves: trasplante, subjetividad, cuerpo.

PSYCHOANALITIC REFLECTIONS AND ETHICS ABOUT THE TRANSPLANT ABSTRACT This work is looking to offer a critical and reflective perspective of risk aspects in a transplant circumstance, essentially in a subjective and ethical matter. Despite the fact that transplants have become progressively and successfully into a medical proceeds, subjects who are immersed in this situation have issues to make a symbolic space in their body to those organs or tissues coming from another person. Moreover this work gives a panoramic view of new challenges that are presented by the high demand of organs and deficiency of donors. Keywords: transplant, subjectivity, body.

REFLEXÕES PSICANALÍTICAS SOBRE TRANSPLANTE E ÉTICA RESUMO Este trabalho procura oferecer uma visão critica e reflexiva sobre as questões que ficam em jogo numa situação de transplantação principalmente de caráter subjetivo e ético, pois embora as transplantações voltaram-se num procedimento médico cada vez mais comum e bem sucedido. As pessoas que estão nesta situação têm problemas pra fazer simbolicamente um espaço no seu corpo pra esses órgãos ou tecido que provém de outro. Além oferecer_se um panorama dos novos desafios que apresentam grande demanda de órgãos e a escassez de doadores. Palavras-chave: transplante, subjetividade, corpo.

*Alumna de la maestría en Psicología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Correspondencia: gabrieladil@hotmail.com **Dr. en Psicología por la Universidad de Valencia, España. Profesor-Investigador de la facultad de Psicología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. México. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores SNI. Miembro de Espacio Analítico Mexicano. Correspondencia: orguzmo@yahoo.com

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El trasplante de órganos es el tratamiento más recomendado para las personas que presentan daño crónico en ciertas partes del cuerpo como: corazón, hígado, páncreas, intestino y riñón. Sin embargo, a pesar del éxito médico obtenido, el rechazo del órgano por razones no necesariamente fisiológicas no cesa de ocurrir y todo esto nos lleva a reflexionar sobre la importancia de la subjetividad implicada en este tipo de procesos, la cual a pesar de ser relegada o negada no deja de aparecer, de retornar; pues los que están presentes en este tipo de intervenciones son sujetos que no pueden ser reducidos a estatuto de cosa o de pacientes sin ningún tipo de involucramiento en su proceso de recuperación y apropiación de un órgano que les es ajeno. Es importante señalar que en este trabajo, cuando nos referimos a subjetividad aludimos a esa estructura propia de cada sujeto en su singularidad, “un sistema abierto, en permanente cambio y dispuesto a ser modificado respecto a las diferentes relaciones que establece en sus diferentes campos” (Gallo, 2005, p.1). El trasplante es una situación que demanda cada vez más atención, pero sobre todo, reflexión, cuestionamiento y crítica pues claramente el avance médico supera la investigación sobre el componente subjetivo involucrado. Por lo que a continuación se expondrán los casos de algunos trasplantes que pueden producir este ejercicio crítico que se ha venido mencionando. Trasplantes novedosos En la actualidad cada vez hay más hospitales con licencia para poder realizar trasplantes, pero ya no sólo de órganos sino también de tejidos y extremidades que antes parecía impensable que se pudieran realizar, por ejemplo, los trasplantes de cara. Como es el caso de un hombre llamado Richard Lee de 37 años de edad, quien tras haber sufrido una lesión por arma de fuego y a pesar de haberse realizado varias cirugías reconstructivas, usó por 15 años una máscara para no mostrar su rostro. En este ejemplo, vemos que se ponen en juego cuestiones fundamentales, pues, la cara es

un referente básico porque sostiene la identidad propia del sujeto; es una imagen desde la cual se ha instituido una forma de relacionarse con los demás y consigo mismo, tanto que en el folklor popular no son pocas las frases en torno a esta parte del cuerpo como: “Caras vemos, corazones no sabemos”; “al mal tiempo, buena cara”; “enfrentarse cara a cara”; “ver la cara”, etc. Enunciados que nos permiten constatar cómo a esta parte del cuerpo se le adjudica cierto simbolismo y éste aparece como una metáfora o metonimia del lenguaje donde se desenvuelve el sujeto. La subjetividad misma, como lo plantea Lacan, es subsidiaria del campo del lenguaje: “No hay definición científica de la subjetividad, sino a partir de la posibilidad de manejar el significante con fines puramente significantes y no significativos, es decir, que no expresan ninguna relación directa que sea del orden del apetito” (Lacan, 2003, p. 270). Un tipo de trasplante novedoso es el de la mano, el cual fue realizado por primera vez con éxito en 1998 a Clint Hallam, pero pese al buen resultado de la cirugía se empezó a evidenciar el rechazo del injerto, pues, este hombre no tomaba la medicación correspondiente porque decía no soportar la mano "mentalmente ya me he desconectado de ella; pero a medida que aumentaba el rechazo, caí en la cuenta de que no era mía, y si esto es todo lo que puedo esperar el resto de mi vida, prefiero no tenerla”. Comentaba a personas que lo entrevistaban que la mano constantemente se le hinchaba, que tenía que usar un guante, pues, la diferencia de color en la piel entre la mano y el resto de su cuerpo captaba la atención de todo el que lo miraba y que para él era muy traumático ver esa mano a la que consideraba extraña y ajena a sí mismo. Por lo que pidió la amputación de la mano, tres años después, no sin enfrentarse a muchas resistencias de los médicos que lo habían operado; incluso algunos se negaron a hacerlo, pues, veían en él la evidencia de su conocimiento, de su capacidad técnica, del avance tecnológico, de su poder, etc. Finalmente todo se resolvió pues uno de los médicos accedió a remover el injerto.

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En este caso, el sujeto nunca se apropió de esa mano. Siempre esa mano le fue ajena. Nunca conectó esa mano al resto de su ser corporal. Lo cual nos recuerda lo que Freud planteaba acerca de lo que ocurría en la histeria. La parte del cuerpo afectada por lo “inconciliable” e intolerable que resultaba cierta representación emanada del vivenciar sexual, quedaba enajenada, no era integrada al yo que conjunta las distintas concepciones de la experiencia, incluida la del cuerpo. A esa inconciliabilidad asociativa se refería Freud con el término de “lesión dinámica” . Es decir, tenemos que en el trasplante se dificulta la apropiación de lo ajeno, de lo que proviene del otro, y en la histeria se enajena lo propio, se aliena una parte del cuerpo propio.

“quedo con un pene de apenas un centímetro, con el que no podía orinar ni tener relaciones sexuales” por lo que le colocaron el pene de un joven de 22 años con muerte cerebral, pero a pesar de que médicamente el trasplante fue un éxito, después de dos semanas se le tuvo que retirar el injerto, debido a “un grave trastorno psicológico sufrido en el receptor y en su esposa” . Esto podría ser una evidencia de lo que plantea Godefroy sobre el implante, pues nos dice: “El implante se ve, es un síntoma en relieve que por consiguiente hace Significante” (p. 206) que habrá que desenmarañar a través de la nominación y que al parecer no será una tarea sólo para este hombre sino también para su esposa, pues se comenta que el trastorno ocurrió en ambos.

Los trasplantes de extremidades son ya algo tan posible que incluso existe la Fundación Pedro Cavadas, la cual “consciente de la magnitud de la minusvalía que una amputación bilateral de manos y de piernas ocasiona” está dispuesta a realizar trasplantes de manos y piernas a pacientes que cumplan con ciertos requisitos, como: haber perdido ambas manos o piernas, imposibilidad de usar prótesis, vivir en España, estar cubierto por el Sistema Nacional de Salud, no presentar enfermedades crónicas y estar dispuesto a cumplir con el tratamiento quirúrgico, inmunosupresor y de rehabilitación que puede durar hasta dos años. Este tipo de procedimientos ofrecen una gran esperanza a quiénes han tenido que vivir sin estas partes del cuerpo que muchos de nosotros consideramos de gran importancia, ofrecen, por ejemplo, una oportunidad de poder realizar actividades a las que se tuvo que renunciar. Sin embargo, este panorama alentador no existe en muchos otros países donde hay mucha gente sin cobertura médica, donde los recursos económicos no permiten que se cuente con el equipo especializado para poder realizarlos y donde después de efectuada la cirugía, no se les da un seguimiento por medio del cual se pueda apalabrar y subjetivizar todo lo que conlleva el trasplante.

Es importante destacar el hecho de que se hable de “receptor” para referirse a ese sujeto que recibe el órgano. Se lo reduce a una condición médica, a un estatuto según el órgano y la experiencia del trasplante, a un cuerpo sin sujeto, sujeto a nada, “desposeído de su nombre propio, siendo desde ahora nombrado […] por su enfermedad […] 'el enfisema de la cama X' o el 'Riñón de la cama Y' (Godefroy, 2011, p. 4). Por tanto deja de ser un sujeto en cuanto tal.

Otro tipo de trasplante y bastante polémico fue el de pene, realizado por un grupo de médicos chinos, a un hombre que tras sufrir un accidente

Este ejemplo también puede brindarnos la posibilidad de re-pensar muchos elementos de la teoría psicoanalítica como la castración, la envidia del pene, el falo, la diferencia de los sexos, los cuales articulan la urdimbre inconsciente de la representación del cuerpo. Cuando se habla de un trasplante se pensaría que para poder realizarlo es indispensable que ya no esté la parte del cuerpo que se desea, o que ya se ha removido el órgano que no cumple adecuadamente con su función dentro del organismo, pero existen casos donde esto no pasa así, por ejemplo, el de Tison Smith, que debido a la insuficiencia cardíaca que padecía y la alta presión de la sangre en sus pulmones era imposible quitarle su corazón y trasplantarle otro, “por lo que el doctor Copeland decidió realizar en el paciente una cirugía que consiste en enlazar su débil corazón a uno nuevo para lograr que los dos corazones puedan trabajar juntos” (CNN,

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23/02/2011), de esta manera el corazón nuevo bombeará la mayor cantidad de la sangre requerida, ayudándole al corazón que no podía realizar este trabajo de manera óptima. Particularmente no es ninguna metáfora amorosa este enlace de corazones. Es algo del campo que se denomina lo real y que Nasio delimita como: “lo que siempre se encuentra afuera, lo que no cambia, lo que permanece siempre igual” (p. 45). Aunque el médico haga toda su operación de enlace orgánico, el corazón permanece en su sitio, fuera del análisis, fuera de la palabra y la imaginación. El corazón, en su real condición orgánica, sigue igual, inmutable. El otro corazón, el nuevo, proviene de otro lugar, y la cuestión está en cómo unir, cómo lograr que trabajen juntos un corazón que no se mueve de su sitio y otro que se ha movido de otro sitio, de otro lugar, o que se ha creado con la astucia simbólica del ser humano. Pero ¿qué pasa cuándo efectivamente se pierde el órgano propio para dar paso al órgano ajeno? Consideramos que es posible que estas personas se encuentren atravesadas ya sea por una función de duelo respecto de su antiguo órgano o por una serie de cuestionamientos acerca de lo que había significado o representado su cuerpo, una forma de intentar simbolizarlo, como lo muestra Nancy en su libro El intruso: Mi corazón latiendo sin cesar, había sido tan ausente hasta entonces como la planta de mis pies durante la marcha […] Un corazón que sólo late a medias es sólo a medias mi corazón […] si mi propio corazón me abandonaba, ¿Hasta dónde era “el mío”, y “mi propio” órgano? (p. 16). Es un derroche de simbolización romántica un discurso como éste que habla de un corazón ausente, de un corazón que abandona donde aparece el “el goce del Otro considerado como cuerpo” . Cualquier amante se puede cuestionar acerca de si un corazón que abandona, se puede considerar como propio. Lo cual hace pensar en hasta dónde se tambalea la diferenciación entre lo

propio y lo ajeno en virtud de la experiencia del trasplante. El donante. Entre fantasma, huésped e interrogante Un factor importante a considerar en los trasplantes es la identidad del donante, de la cual no se puede saber nada, pues así lo establece la ley para evitar cualquier tipo de chantaje económico o emocional entre ambas partes, sólo que muchas veces este hueco en el saber genera fantasías, fantasmas, como se puede observar en los escritos de Dobrovsky quien plantea el denominado síndrome del huésped, que refiere a la forma de expresión subjetiva de la alteridad del donante en el receptor y del cual podemos tener evidencia en el discurso de algunos sujetos que fueron entrevistados para su investigación, por ejemplo: A veces pienso ¿Cómo será que era ese chico? Era joven, ¿qué le pasó? […]. Le gustaría saber el nombre. Le escribe a la familia pese a saber que no lo van a leer. Le ayuda escribir, eso la hace sentir bien. (p.6). Es difícil que el sujeto no se interrogue acerca de la identidad del donante. Esté vivo o muerto. Lo cual nos hace remitirnos a la pulsión de saber, planteada por Freud , hecha de la sublimación del afán de apoderamiento y de la pulsión de ver. La pulsión de saber se dirige a los orígenes de la vida, a los que están en el origen de la vida. Y el donante está en el origen de una posibilidad de vida. Como en el caso de la adopción, el derecho a saber se encuentra en una situación verdaderamente crítica. La película “Los chicos están bien” dirigida por Cholodenko plasma esta demanda de subjetivación que está implícita en la experiencia de la donación. Los hijos producto de una inseminación artificial se plantean en el momento de la adolescencia, la historia y la causa de su origen. Se proponen dar con el autor de ese origen, con el rostro del donante de semen que fecundó a su madre. Toda esta cuestión del donante muchas veces se ve fortalecida por el discurso médico; por ejemplo, en el caso de un trasplante de cara, un

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doctor llegó a decir "El rostro se verá como una mezcla del donante y del receptor, pues las diferencias entre las pieles de ambos pueden percibirse en el pecho y el cuero cabelludo, aunque no en la cara” . De esta forma, pareciera que en los trasplantes, sobre todo de partes externas, los rasgos del donante no podrían pasar desapercibidos, abriendo la posibilidad de una alienación o identificación con él. Todo esto deberá ser abordado e investigado ampliamente para poder saber a qué nos enfrentamos en la actualidad y también para poder ofrecer una escucha que esté al tanto de las encrucijadas subjetivas que plantea un trasplante. Tráfico de órganos Después de todos estos antecedentes, es necesario plantear otra variable de gran valor en esta esfera, que es la escasez de donantes de órganos que muchas veces conlleva al tráfico de órganos y otras cuestiones que plantean cuestiones éticas. Es a lo que se refiere Moulin cuando indica que en el curso de los años 80´s se ha incrementado la demanda de órganos en función del ordenamiento de sus indicaciones extendidas a afecciones incurables que conmueven siempre a más personas: “Los progresos técnicos hacen del trasplante un incansable devorador de órganos. Lo único que es reputado como totalmente intrasplantable es el cerebro. De ahí una <<penuria de órganos, por asimilación a unos bienes raros en el seno de una sociedad de consumo, término que puede parecer casi obsceno, como la alegría de una familia ante el anuncio de un <<donador>>, que significa un duelo para otra familia” (p. 50). Para un demandante de órgano, la muerte de otro se puede constituir en motivo de júbilo, una esperanza de vida. Para otra familia, la pérdida de un ser querido puede interrogar el trámite de duelo si se piensa en que algo de aquel que se ha ido permanece en el cuerpo de otra persona. En el caso de China, la gran demanda de órganos “ha obligado a que la mayoría de los usados en trasplantes provengan de prisioneros ejecutados, sólo en casos en que se cuenta con

autorización previa” (CNN, 23/03/2012). Sin embargo, la supervivencia de las personas que reciben este tipo de trasplantes es bastante reducida en comparación con otros países, pues dichos órganos presentan gran cantidad de infecciones por hongos y bacterias. Otro suceso cada vez más frecuente es el tráfico de órganos que según el Protocolo de la ONU para la prevención de este delito este ocurre "cuando una tercera parte contrata, transporta, transfiere o guarda un órgano usando fuerza, fraude o coerción para aprovecharse de la vulnerabilidad de una persona y extirparle un órgano y negociar con éste". A pesar de la ilegalidad implicada, esta situación es hoy en día una realidad. Ejemplo de ello nos lo presenta Hamelin y Mesmin en su documental Riñón a la venta donde acompaña a un joven en la búsqueda de un riñón para su madre, localizando personas que están dispuestas a vender sus órganos y descubriendo que viajando a ciertos países y llevando una razonable suma de dinero es posible conseguir órganos. Este fenómeno conocido como turismo de trasplantes se concentra en países pobres como India, Filipinas, Pakistán, Egipto y China. Tabarrok en su artículo El mercado de la Carne hace un análisis de las políticas que han realizado o que realizarán algunos países para poder dar abasto a la solicitud de órganos. Nos comenta, por ejemplo, que Irán es el único país donde es legal la remuneración económica por la donación de un órgano. Comenzó en 1988 y eliminó la escasez de riñones en 1999. Opera a través de la Asociación de Pacientes de Diálisis y Trasplante (Datpa por sus siglas en inglés) fundación sin fines de lucro administrada por voluntarios a la que acuden los pacientes que no han recibido un órgano de donante fallecido y que no tiene donador vivo compatible; entonces la Datpa busca dentro de un grupo de candidatos, si es medicamente apto, el gobierno le pagará 1,200 dólares y le proporcionará cobertura limitada de seguro de salud por un año. También, por medio de la Datpa, las personas que reciben el trasplante abonan a sus donadores una suma de entre 2,300 y 4,500 dólares y cuando no pueden pagar tal cifra,

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algunas organizaciones de beneficencia lo hacen. Muchos países han aplaudido el procedimiento implementado en Irán tanto que están evaluando sistemas de incentivos y castigos no monetarios para fomentar la donación de órganos como es el caso de Singapur, donde quien declare su negativa a ser un posible donador tendrá poca prioridad en la lista de espera en caso de necesitar un trasplante, modalidad que operaría bajo el lema no ofreces, no recibes. También Israel pretende otorgar como ganancia un sitio preferencial en la lista de espera; pero a través de un sistema de puntajes, por ejemplo, se otorgará un punto si un pariente en primer grado ha firmado su tarjeta de donador y 3.5 puntos si un pariente en primer grado ha donado previamente un órgano. En estos intentos de fomentar la donación sería interesante reflexionar hasta qué punto el estado estaría autorizado a castigar a quién no desee donar sus órganos y qué consecuencias traería. “Progreso científico y evolución de las costumbres conspiran para pedir más flexibilidad. Sin embargo, los juristas dudan, sobre todo en vista de las derivas en el Tercer Mundo donde el tráfico de órganos en el caso de los pobres y los refugiados conduce a una esclavitud de los tiempos modernos” (Moulin, 2006, p. 52). En toda esta contextualización podemos notar como el cuerpo se ha convertido en moneda de cambio. Muestra de ello es que en internet es bastante usual encontrar personas que anuncian su disposición a vender sus órganos, como lo muestra la siguiente frase: “Por problemas económicos estoy dispuesto a donar parte de mi vida para salvarte a ti y a mí, soy un joven de 27 años "O" positivo” . Este anuncio no es ilegal en sí, es sólo hasta que se concreta la transacción y el dinero cambia de manos cuando se puede penalizar a los participantes de este trato hasta con 16 años de cárcel. La mayoría de las veces la principal razón por la que las personas toman la decisión de vender una parte de su cuerpo es la necesidad de obtener dinero para poder salir de una difícil situación económica; sin embargo, en otros contextos es el medio para poder obtener beneficios diversos

como la libertad, en el caso de las hermanas Scott quienes “después de 16 años en una prisión de Mississippi, Estados Unidos, fueron liberadas bajo la condición de que una done un riñón a la otra” (CNN, 08/01/2011), o una forma de vida como la que exige la sociedad de consumo, un estatus, como el joven chino que vendió su riñón para comprarse un iPhone y una iPad o el veracruzano que ofertaba sus órganos, pues mencionaba que: “Es la única forma en que voy a ver todo ese dinero junto en toda mi vida, no quiero seguir viviendo con 30 mil pesos al año" (Michel, 2010). Esto nos muestra como ciertos sujetos se sirven de su cuerpo para realizar una especie de prostitución sofisticada, donde algún órgano corporal, se convierte en el negocio de su vida o la posibilidad de éxito y libertad que tanto habían anhelado. CONCLUSIONES Como se ha podido observar, el uso cada vez más frecuente y necesario del trasplante de órganos ha derivado en hazañas médicas inimaginables; sin embargo, la investigación de la subjetividad implicada en ello no ha progresado de igual manera. De ahí que hagamos hincapié en reflexionar sobre algunas de las cuestiones que, principalmente desde el psicoanálisis, es imposible dejar de lado, como: el sujeto, el cuerpo, la mortalidad, la relación con el otro, etc. No se trata, entonces, sólo de una hazaña médica, sino que concierne a sujetos que tienen que acudir a otro cuerpo, vivo o muerto, para apostar por la sobrevivencia. Concierne a sujetos que pueden estar dispuestos a todo, en el límite legal y ético con tal de conseguir el ansiado órgano. También puede notarse como el cuerpo aparece cada vez más como una máquina de piezas intercambiables donde aparentemente no existe la falta y, por lo tanto, pulula un “fantasma de inmortalidad”. Cuerpo que pareciera no estar atravesado por lo simbólico, por ese lenguaje que le otorga un lugar y un misticismo en base a la historia de cada sujeto sino un cuerpo transparente que “habría entregado todos sus secretos” (Moulin, 2006, p. 53) a la medicina.

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Consideramos que difundir el testimonio de los sujetos que se ven inmersos en una experiencia de trasplante es una cuestión ética que deberían promover las instituciones de salud que brindan este tipo de tratamientos y un tema que, si se investigara a fondo y en base a cada sujeto en particular, podría darnos una gran cantidad de argumentos para seguir repensando o incluso debatir y refutar conceptos teóricos que suelen darse por hechos. Este trabajo ha presentado un esbozo general del contexto actual respecto a los trasplantes de órganos buscando problematizar y analizar desde una perspectiva crítica y ética algunas de sus características; sin embargo, aun quedan otras tantas que sería importante conocer y estudiar, como las diferencias que existen en la forma de apropiación de un órgano dependiendo del tipo de donador (vivo o cadavérico) o del cómo se consiguió el órgano (en lista de espera o recurriendo al mercado ilegal). También sería interesante observar como las ideas, mitos, leyendas y cosmovisiones culturales de ciertos países afectan las percepciones que los sujetos tienen sobre la donación y el trasplante de órganos.

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Recibido: 15 de julio del 2012 Aceptado: 7 de setiembre del 2012

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PERSPECTIVAS PARA LA INVESTIGACIÓN PSICOLÓGICA DEL ASMA Gina Chávez Ventura* Universidad César Vallejo

RESUMEN La presente revisión tiene como objetivo presentar el estado del arte de la enfermedad del asma desde una perspectiva psicológica, en relación a variables clínicas, de la psicología positiva y de interacción familiar, para orientar las futuras investigaciones. Palabras claves: psicosomática, asma, investigación.

PERSPECTIVES FOR THE PSYCHOLOGICAL INVESTIGATION OF ASTHMA ABSTRACT This paper has as an objective to present the state of the art of asthma illness from a psychological perspective, in relation with clinical variables, from positive psychology and family interaction, to inform future investigations. Keywords: psychosomatic, asthma, investigation.

PERSPECTIVAS PARA A INVESTIGAÇÃO PSICOLÓGICA DO ASMA RESUMO A presente avaliação tem como objetivo apresentar o estado do arte da doença do asma de uma perspectiva psicológica, em relação das variáveis clínicas, da psicologia positiva e da interação familiar, para orientar futuras pesquisas. Palavras-chave: asma, psicossomática, pesquisa

*Correspondencia: gina.chavezv@hotmail.com

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El asma es una enfermedad respiratoria primaria con diversos cambios inmunológicos y fisiopatológicos vegetativos, aunque tradicionalmente ha sido considerada como una enfermedad psicosomática (Levenson, 2006). Produce una importante carga social y económica, ausentismo escolar y laboral, limitación en las actividades físicas y una mayor utilización de los servicios de salud (World Health Organization, citado por García-Sancho, Fernández-Plata, Martínez-Briseño, Franco-Marina & PérezPadilla, 2012). Según la Organización Mundial de la Salud [OMS] (2011), más de 235 millones de personas en el mundo padecen de asma. Para el año 2025 habrá unos 100 millones de personas más con asma que hoy y, en la actualidad, en todo el planeta, una de cada 250 muertes son causadas por el asma (Global Iniciative for Asthma [GINA], 2010). El asma está presente en todos los países, independientemente de su grado de desarrollo; sin embargo, más del 80% de las muertes por asma ocurren en países de ingresos bajos y medio-bajos (OMS, 2012) Según el reporte de Lezana y Arancibia (2006), el Perú -como los países industrializadostiene una prevalencia alta de asma (22%) en comparación a los demás países latinoamericanos.

(1987), citado por Aragao de Moraes (2008), enfatiza los factores saludables, a partir de la educación y autoeducación y se fundamenta en los recursos de resistencia y sentido de coherencia o sensibilidad del individuo para interpretar los desafíos positivamente. El modelo psicoanalítico se basa en la hipótesis de un conflicto en relación a una dependencia inconsciente de la madre y miedo a la separación; sin embargo, como señalan Greenberg et al. citados por Levenson (2006), estos planteamientos carecen de evidencia empírica. Dentro de este modelo es posible ubicar las teorías señaladas por Machleidt et al. (2004): De conversión de Freud, de Desomatización y resomatización de Schur, de represión en dos fases, la hipótesis de esfericidad de Alexander y de estructura psicosomática (alexitimia) de Marty y colaboradores. De otro lado, Machleidt et al. (2004) consideran tres teorías más: La teoría del aprendizaje explica los trastornos psicosomáticos como comportamientos mal aprendidos, mediante mecanismos de condicionamiento clásico y operante. La teoría de estrés de Selye, por la cual el asma - como trastorno psicosomático - viene a ser un síndrome de adaptación general, que incluye las siguientes fases: reacción de alarma, adaptación y resistencia y agotamiento. Este modelo, según Crespo y Labrador (2003, citado por Moreno, 2007) adolece de problemas, como no caracterizar el agente generador de estrés, apoyándose en definiciones circulares que solo consideran respuestas orgánicas, especialmente fisiológicas, olvidándose de otros componentes de la respuesta.

Las manifestaciones clínicas del asma son generalmente reversibles y se caracterizan, según GINA (2006) por períodos recurrentes de sibilancias, dificultad respiratoria, opresión torácica y tos, especialmente nocturna y en la madrugada. Al manifestarse físicamente, los especialistas utilizan exclusivamente el tratamiento médico para enfrentar las crisis, a pesar que la literatura reconoce la participación de los factores psicológicos en la génesis, incidencia y sintomatología de la enfermedad, así como su impacto en la familia.

Finalmente, para la teoría familiar sistémica, el asma cumple una función protectora de la homeostasis familiar, al concebir a la familia como un sistema abierto en transformación.

Existen diversos modelos teóricos explicativos de la enfermedad asmática. El modelo salutogénico planteado por Antonovosky

Respecto a las investigaciones empíricas relacionadas al asma, se encuentran aquellas centradas en quien padece la enfermedad como

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aquellas que involucran al sistema del que forma parte el paciente identificado: la familia.

pánico miedo que los varones. (Gulías-Troitiño, Vázquez, Rodríguez & Juncal, 2002)

El objetivo de la presente revisión es presentar el estado actual de la investigación psicológica respecto al asma, que posibilite servir de pauta a futuras investigaciones sobre esta línea.

Asma y ansiedad

INVESTIGACIONES CENTRADAS EN EL PACIENTE Asma y edad Durante la infancia el desarrollo de crisis asmática es más frecuente en los niños (Bazán, 2009; Barrantes, 2010; Hinojos et al., 2010; Organización Mundial de la Salud, 2011). El asma afecta al 30% de los niños y 10% de los adultos del mundo (World Health Organization, mayo 2011, citado por García-Sancho et al., 2012). El curso del asma suele disminuir con la edad, sin embargo, es en la etapa de la adolescencia donde presenta mayores incidencias de morbi-mortalidad por incumplimiento del tratamiento (Benéitez, Molina & Camps, 2005). Vidal, Ubilla & Duffau (2008) refieren que es preocupante que la mitad de los adolescentes de la Unidad de Enfermedades Respiratorias del Hospital del Río en Chile presentan un mal control de su enfermedad. Asma y sexo Las crisis asmáticas son más frecuentes en los niños varones (Arnedo et al., 2007; Barrantes, 2010; Hinojos et al., 2010) y en cambio en los adultos es más frecuente en mujeres (Melero, 2012), probablemente por tener una mejor respuesta clínica de los síntomas de agudización (Hinojos et al., 2010). En comparación con los hombres, las mujeres de un Instituto de Costa Rica presentan una mayor prevalencia de asma y su calidad de vida se ve más afectada debido al asma. Además, sus niveles de sedentarismo son más altos. (Barrantes, 2010) Las mujeres con asma entre 14 y 72 de Coruña (España) reportan mayores valores de

El estudio de revisión de Benéitez et al. (2005) señala que un aspecto importante en el modo de afrontamiento de la enfermedad asmática es la valoración del pánico-miedo del paciente respecto al asma, ya que repercute en la adherencia al tratamiento y en la percepción de la intensidad de la propia sintomatología. Niveles altos o muy bajos de pánico – miedo están vinculados al incumplimiento de tratamiento, lo que afecta la recuperación de las crisis. Definitivamente la ansiedad se presenta con mayor intensidad en quienes padecen asma que en individuos sanos. Ello se observa en personas entre 18 y 40 años con asma de Cali, Colombia (Copete, Jurado & Gómez, 2000), en adolescentes y adultos jóvenes (15-25 años) con asma de Tesalia, Grecia (Kotrotsiou et al., 2011), en adultos con asma de México con un promedio de edad de 34 años (Espinosa et al., 2006) en adolescentes y adultos entre 17 y 87 años de Chicama (Perú) en quienes incluso es más elevada la ansiedad rasgo que estado (Rodríguez & Yacarini, 2002). La ansiedad altera la capacidad de detectar cambios en el grado de obstrucción respiratoria y el asma puede incrementar la ansiedad. Cogniciones disfuncionales (visión negativa del personal clínico y estigma psicológico) se relacionan con la sintomatología de pánico miedo en períodos de crisis y con la actitud negativa a la enfermedad y tratamiento en adolescentes y adultos con asma de Portugal (Soares de Matos & Cardoso, 2008). Sin embargo, la adecuada percepción de la disnea se fundamenta en aspectos como la experiencia previa y el aprendizaje (Martínez-Moragóna, Perpiñáb & Bellochc, 2006a). Cabe señalar que la mayoría de quienes son hiperperceptores de disnea –y que son pacientes más graves- se mantienen así con el paso de los años, lo cual está relacionado con su elevada ansiedad que no han logrado controlar. (Martínez-Moragóna et al., 2006b).

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Si bien es cierto lo descrito hasta aquí permite afirmar que la ansiedad es una agravante de la enfermedad y se vincula a ella, como lo señalan Espinosa et al., 2006; estudios denotan que los trastornos de ansiedad no están asociados a la gravedad del asma. (Benéitez, Molina & Camps, 2005; Meneses-Jácome et al., 2009); sin embargo, las personas con asma tienden a presentar creencias catastróficas (Levenson, 2006). Asma y depresión La depresión es frecuente en niños con asma. Los factores asociados son: actividad habitual restringida, medicación continua y la imprevisibilidad de las crisis asmáticas. (Benéitez et al., 2005). También la depresión se manifiesta mayormente en quienes tienen asma que en quienes no la adolecen. Ello se evidencia en el estudio en adolescentes y adultos jóvenes de Tesalia, Grecia (Kotrotsiou et al., 2011) y en adultos mexicanos (García-Sancho et al., 2012) Espinosa et al. (2006) encontraron en adultos mexicanos que la depresión está vinculada a la severidad del asma y empeora su pronóstico. Así también lo reportaron Hassanzadeh, Akçakaya, Camcioglu, Çokugras y Aydogan (2003) en niños. De otro lado, Katz et al., (2010) hallaron en adultos de California (EEUU) que la baja percepción de control del asma predice la aparición de depresión en adultos con asma. La depresión, en cualquier etapa de desarrollo de quien padece el asma, actúa como un agravante de la enfermedad, que complica su tratamiento y pronóstico. Asma y problemas de conducta De acuerdo a Benéitez et al. (2005) los niños que presentan el inicio de la enfermedad a más temprana edad, tienen mayor porcentaje de alteraciones del comportamiento que aquellos niños con inicio más tarde de la enfermedad. La familia en el intento de controlar la aparición de síntomas sobreprotege al paciente lo que disminuye la adquisición de su autonomía como la habilidad para establecer relaciones sociales, incrementando la dependencia hacia la familia. Así también el estrés parental y el

aislamiento social de los padres pueden exacerbar los síntomas y el resentimiento es preferible no expresarlo, apareciendo conductas desadaptativas y autoagresivas. Se va configurando una personalidad en el paciente con asma dominado por el miedo a la separación e inseguridad. Finalmente, señalan un conjunto de alteraciones que se encuentran vinculadas al asma: la ansiedad, la depresión y los trastornos del comportamiento (Benéitez et al., 2005). Asma, afrontamiento y estrés Klinert et al. (2001) en un estudio prospectivo de cohortes sobre 150 niños con riesgo a desarrollar el asma, por tener a su madre con esa enfermedad, reportaron que el estrés no es importante en la génesis del asma durante la primera infancia cuando la paternidad es adecuada; sin embargo, cuando el riesgo parental es elevado o problemático, los acontecimientos críticos (psicosociales) interactúan con la predisposición biológica y dan origen temprano a la enfermedad. Sakellariou y Papadopoulos (2008) refieren que el estrés puede afectar el asma mediante el aumento del riesgo de infecciones respiratorias y por tanto la eliminación o reducción de los factores de estrés puede contribuir al manejo del asma. En lo que respecta al afrontamiento, Godoy y Moreno (2002) encontraron que en quienes padecen asma con edades comprendidas entre 24 y 55 años de Entre Ríos (Argentina), en un nivel intermitente a leve de la enfermedad, utilizan con más frecuencia la estrategia de afrontamiento de análisis lógico y redefinición cognitiva, a diferencia de quienes padecen asma moderada a severa, que emplean la descarga emocional y a la vez presentan mayor neuroticismo, ansiedad, impulsividad y depresión. Asma y autoeficacia La autoeficacia es definida como la percepción que tiene uno mismo respecto a considerarse capaz de realizar alguna acción (Bandura, 1997). Un porcentaje importante de adolescentes

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con asma no logra controlar su enfermedad, aun bajo la dirección del especialista. Inclusive, estudios realizados en adultos demuestran que entre 50% y 55% de quienes padecen asma y que son tratados por especialistas, no estarían alcanzando el control de la enfermedad. (Vidal, Ubilla & Duffau, 2008). Morgado, Pires y Rosado (2000) encontraron una relación negativa entre el sentimiento de autoeficacia y la frecuencia de las crisis asmáticas en dos grupos etarios de niños. Martínez-Rivera, Vennera, Cañete, Bardagí y Picado (2011) refieren que los asmáticos con disnea funcional (patrón respiratorio anómalo que el paciente refiere como falta de aire que se alivia con los suspiros, frecuentemente asociada a inquietud y malestar general) tienen de manera significativa más ansiedad, más alexitimia y peor control del asma. La autoeficacia reporta una influencia importante en la calidad de vida en adolescentes chilenos que padecen también otras enfermedades como diabetes, fibrosis quística e insuficiencia renal (Avendaño & Barra, 2008). La autoeficacia en el asma, según Scherer y Bruce (2001, citados por López, 2005), predice la hospitalización y adherencia al tratamiento. Asma y calidad de vida Lima, Guerra y Serra (2010) en un estudio en niños con asma entre 8 y 12 años de Porto (Portugal) encontraron que las dimensiones del temperamento (reactividad negativa o reacción negativa ante situaciones estresantes y la persistencia de tarea) así como la eficacia de afrontamiento y la autoestima se constituyen predictores de la calidad de vida percibida y del ajuste psicológico de niños con asma. Bazán (2009), Vidal, Duffau y Ubilla (2007), por su parte, reportan como resultado de su estudio un alto porcentaje de niños con asma y sus cuidadores con alteraciones de la calidad de vida. La severidad y duración del asma no afecta significativamente al niño pero sí a su cuidador (Vidal, Duffau & Ubilla, 2007); sin embargo, Riosotalora y Suescún (2009) encontraron en

niños entre 7 y 17 años atendidos en un Instituto de Bogotá que, a mayor nivel de conocimientos de los cuidadores con respecto de la enfermedad del asma, mejor es el nivel de calidad de vida. En concordancia con Benéitez et al. (2005), el asma puede tener un impacto considerable en la familia y llegar a constituirse en el centro de su preocupación, cambiando la vida y conducta de sus integrantes. A mayor edad en niños mexicanos, de acuerdo a Bazán (2009), hay una mejoría en la calidad de vida y una disminución del impacto familiar. Sin embargo, este hallazgo es diferente del reporte de García-Sancho et al. (2012) quienes refieren que en adultos mayores a 40 años, el asma impacta significativamente la calidad de vida, el estado de salud general y el sueño. La calidad de vida se ve afectada por la presencia de la enfermedad. Su impacto se hace evidente en la familia cuando quien padece el asma es el niño; sin embargo, no se han encontrado reportes del impacto de la calidad de vida en la pareja, especialmente cuando la enfermedad aparece en la fase adulta. Asma y uso del inhalador Los antiasmáticos se pueden administrar por vías diferentes, como: inhalatoria, oral y parenteral (subcutánea, intramuscular o intravenosa), de las cuales la vía aérea puede alcanzar concentraciones elevadas del fármaco de manera más eficaz y rápida y minimiza o evita los efectos adversos sistémicos (World Health Organization, 2004). Por ello, quienes padecen asma llevan consigo su inhalador, que pueden usarlo en cualquier momento, ante cualquier desencadenante de la crisis. El no llevarlo consigo podría incrementar la ansiedad y precipitar una crisis; sin embargo, hacen falta estudios científicos que permitan ofrecer una perspectiva sistematizada al respecto. Hasta el momento se han referido una serie de factores asociados al problema del asma, desde una perspectiva psicológica. Cabe agregar; sin embargo, lo señalado por Jaúregui y Tejedor

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(2004) quienes refieren que existen factores psicosociales que pueden precipitar la mortalidad: baja adherencia al tratamiento, negación o escasa percepción de sintomatología, morbilidad psiquiátrica (ansiedad, depresión, pánico), consumo de sustancias, nivel socioeconómico bajo y factores de estrés psicosocial. Pese a que las investigaciones hasta aquí mostradas vislumbran indirectamente la participación de la familia en el proceso de la enfermedad, seguidamente se presentará una descripción más amplia de su participación. INVESTIGACIONES CENTRADAS EN LA FAMILIA Las formulaciones teóricas del asma han sido enriquecidas por los aportes del enfoque familiar sistémico, especialmente de Salvador Minuchin (Argentina) y de Luigi Onnis (Italia). El primero describió las características del funcionamiento de familias psicosomáticas y el segundo profundizó su estudio y trabajó especialmente con familias de niños asmáticos. Así, quedaron tipificados cuatro modelos de pautas transaccionales disfuncionales: el aglutinamiento, la sobreprotección, la rigidez y la evitación de conflictos. De acuerdo con Onnis y Ceberio (s.f.), estas familias se caracterizan por ser aglutinadas, es decir sus integrantes invaden entre sí sus espacios físicos y emocionales. Muestran sobreprotección mediante conducta solícita y de interés mutuo, en especial cuando se manifiesta la sintomatología del asma. Son rígidas al mostrar resistencia al cambio y se presentan como muy unidos y armoniosos. Así también evidencian un bajo grado de tolerancia hacia las tensiones conflictivas, que impide explicitar los desacuerdos y la posibilidad de definir claramente las relaciones, lo que ocurre en un consenso unánime de pseudoarmonía. A ello, agregan los autores, que en la historia de estas familias se han reportado eventos traumáticos de duelos precoces o no elaborados, abandonos y separaciones prematuras; en consecuencia, la preocupación

sobre la "pérdida" es inminente y se asocia a vivencias emocionales de intensa angustia. Para Onnis y Ceberio, la configuración de estas formas de interacción familiar se refuerzan circularmente y giran en torno al síntoma, el que llega a desempeñar una función protectora de la homeostasis familiar. Estos procesos afectan la individuación y diferenciación de los miembros de la familia y con el mito de la unión familiar que hay que sostener a cualquier precio, se oculta el fantasma de la ruptura, con la amenaza de que la aparición de un conflicto disgregue a la familia en lugar de generar un salto evolutivo. Los aportes teóricos de Onnis, que se desprenden de sus investigaciones desarrolladas en Roma, han sido corroborados en otros contextos. Así, Sarria, Mattielo y Fischer (2008) encontraron que las familias con niños asmáticos de Rio Grande do Sul, Brasil, presentan tendencia a los extremos de alta cohesión y rigidez en la dimensión de adaptabilidad familiar. De otro lado, en México, Vásquez-Nava, Santos-Díaz y Martínez- Burnes (2003) reportaron que personas de Tamaulipas-México, entre 30 y 50 años (100 con diagnóstico de asma, 100 diabéticos y 100 sanos) presentaron marcada disfunción familiar en las funciones de adaptación, participación, crecimiento y afectividad y que en más de la mitad de los casos, la pareja del enfermo no cumple funciones de comunicación, adjudicación de roles, satisfacción sexual, afecto y toma de decisiones. El estudio de Rodriguez-Orozco, Kanán, León, Barbosa y Tejeda (2008) en familias de niños con asma entre 6 y 12 años de Michoacán-México, confirman las pautas transaccionales ya estudiadas por Onnis. En el contexto peruano, en Trujillo, Chávez y Garrido (1999) hallaron que las familias de niños asmáticos presentan mayor disfuncionalidad familiar que las familias de niños no asmáticos en las dimensiones de aglutinamiento, sobreprotección, rigidez y evitación de conflictos. Reportaron que conforme aumentaba el tiempo de diagnóstico del asma disminuía la disfuncionalidad familiar y además se apreció un incremento en la disfuncionalidad

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familiar en la etapa de la pubertad. De otro lado, en el año 2009, Honorio y Rodríguez revelaron que el funcionamiento ante situaciones de crisis de las familias de niños asmáticos entre 2 y 12 años es mayor que las familias de niños que presentan infecciones respiratorias agudas, ello quiere decir que las familias asmáticas manejan la forma de afrontar las situaciones estresantes, con mayor búsqueda de apoyo social y capacidad de reestructuración que las familias de niños con infecciones respiratorias. Esta diferencia con otros hallazgos, puede radicar en el fenómeno de triangulación; es decir, de desvío del conflicto hacia la enfermedad del niño asmático y que las situaciones críticas hacen que articulen y propicien la búsqueda de soportes que cotidianamente no consideran.

va perfilando un conjunto de características, que no han sido identificadas con mayor precisión en los estudios, considerando el ciclo evolutivo vivenciado, como por ejemplo en la adolescencia o cuando la enfermedad tiene su inicio en la adultez. Hace falta, desde la perspectiva familiar, realizar estudios longitudinales que permitan detectar cambios en el ciclo evolutivo, sea de la familia de origen o de la familia constituida en el matrimonio o convivencia. REFERENCIAS Aragao de Moraes, W. (2008). Salutogénesis y antroposofía. Síntesis y traducción de un fragmento del capítulo 3 del libro "Medicina antroposófica: un paradigma para el siglo XXI. Recuperado de http://www.salutogenesis.com.ar/antroposofia. html

Estos hallazgos dejan entrever caracterizaciones realizadas fundamentalmente a familias de niños asmáticos, sin embargo las familias con hijos adolescentes se encuentran ante una nueva etapa del ciclo evolutivo familiar que deben enfrentar. El enmarañamiento, la sobreprotección, la evitación de conflictos y la rigidez familiar pueden generar fricción con la búsqueda de una mayor individuación del adolescente y de pertenencia a su grupo de pares, propio de esta etapa evolutiva. Por otro lado, como ya se refirió, los adolescentes con asma son los que peor afrontan la enfermedad y presentan una mayor morbi-mortalidad.

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CONSIDERACIONES FINALES

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Variables que han sido vinculadas al problema del asma en las investigaciones son con mayor frecuencia la ansiedad, depresión y problemas de comportamiento. También está asociada la autoeficacia y calidad de vida; sin embargo hace falta el estudio desde la perspectiva de otras variables de la Psicología Positiva como el humor, los afectos, el bienestar psicológico, la empatía, el afrontamiento, el perdón y la gratitud. La enfermedad asmática tiene un considerable impacto en la calidad de vida de quien padece la enfermedad como de la familia y

Arnedo, A., Bellido, J., Rosario, M., Artero, A., Campos, J-B., Museros, L., Puig-Barberà, J., Tosca, R. & Tornador-Gaya, E. (2007). Incidencia de asma y factores de riesgo en una cohorte de escolares desde los 6-7 años hasta los 14-15 años en Castellón, según el Estudio Internacional de Asma y Alergias en la Infancia (ISAAC). Medicina clínica, 129(5), 165-170

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Recibido: 3 de octubre del 2012 Aceptado: 30 de octubre del 2012

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NORMAS PARA LOS AUTORES



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1. DEFINICIÓN DE LA REVISTA La Revista de Psicología ISSN 1990-6757 es una publicación semestral de la Facultad de Humanidades, Escuela de Psicología de la Universidad César Vallejo. Su propósito es ofrecer visibilidad a los nuevos conocimientos en las diversas especialidades de la Psicología, que permita la consolidación de la comunidad académica. Está dirigida a psicólogos, estudiantes, investigadores y profesionales de las ciencias sociales y de la salud. 2. PRESENTACIÓN El trabajo para ser presentado debe ser novedoso e inédito; es decir, no habrá sido presentado (ni total ni parcialmente) para publicación ni para evaluación en otra revista o medio de difusión. Puede tratarse de: investigaciones originales (empíricas) y artículos de revisión. En su contenido y estructura deberá adecuarse a las normas de la American Psychological Association (APA), en su sexta edición del inglés y tercera en español. Visitar: http://www.apastyle.org/ Los artículos deben de presentarse en procesador de textos Word, en fuente tipo Times New Roman y a 12 puntos de tamaño, a doble espacio y con 3x3 cm de márgenes, con alineación izquierda. El trabajo puede ser remitido a la dirección electrónica revistadepsicologia@ucv.edu.pe o ser enviado en un Cd a la Secretaría de la Facultad de Humanidades – Escuela Profesional de Psicología de la Universidad César Vallejo (Av. Larco 1770. Distrito de Víctor Larco. Trujillo, Perú). Se recibirán trabajos en español, inglés y portugués. 3. SISTEMA DE ARBITRAJE La recepción del trabajo será comunicada por la editora quien se encargará de realizar la primera revisión, para examinar la pertinencia como el cumplimiento de las pautas de presentación y comprobar que no haya errores gruesos que originen rechazo inmediato de los revisores. Se considerará la originalidad, consistencia temática, aporte al desarrollo o conocimiento del tema y al avance del área de la Psicología a la que pertenece. La calidad de los artículos en general, será evaluada de manera anónima por dos árbitros. En caso de desacuerdo entre los evaluadores se asignará un tercer árbitro para la revisión y dictamen. De ser necesario, se recurrirá a evaluadores externos. El Comité Editorial se reserva el derecho de realizar la corrección de estilo y los ajustes que considere necesarios para mejorar la presentación del trabajo sin que el contenido se vea afectado. El proceso de arbitraje se realizará bajo la modalidad del doble ciego, es decir, los autores desconocen la identidad de los árbitros y los árbitros desconocen la identidad de los autores. El resultado del proceso de evaluación podrá ser: a) Que se publique sin cambios. b) Que se publique con los cambios sugeridos. c) Que se realicen cambios sustanciales y luego sea sometido a nueva evaluación. d) Que no se publique. El dictamen de los artículos será informado, vía correo electrónico, a los autores quienes recibirán el artículo con las observaciones indicadas y el formato de evaluación con el dictamen. Los trabajos aceptados, luego de recibir la revisión del corrector idiomático y ser editados, se remiten a sus autores para que expresen su conformidad para la publicación. 4. RESPONSABILIDAD DE LA REVISTA La dirección no se hace responsable de las ideas y opiniones expresadas por los autores en los artículos de la revista. Aceptado el trabajo para su publicación, se asume que todos los autores del mismo han dado su conformidad y corresponde a la Revista de Psicología los derechos de impresión, de reproducción y


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distribución por cualquier forma e inclusión en índices nacionales e internacionales. Para ello, todos los autores deben transferir, necesariamente dichos derechos a la Revista con el Modelo de Carta de Presentación de Trabajos y Cesión de Derechos de Publicación que luego de cumplimentado y firmado por todos sus autores deberá ser enviado por fax, correo postal o correo electrónico. La Revista de Psicología se compromete a mencionar al autor o autores y darle el crédito de la autoría del trabajo siempre que sea publicado. Una vez publicado, el autor recibirá su artículo en dos ejemplares de la revista impresos. Los árbitros mantendrán la confidencialidad de los documentos en revisión y del proceso de arbitraje. No están autorizados a hacer uso de los documentos sin consentimiento del autor. 5. CONSIDERACIONES ÉTICAS DE LOS TRABAJOS Si el autor incluye en su trabajo figuras pertenecientes a otros, deberá adjuntar los comprobantes de los permisos para su presentación. La información de otros autores deberá ser citada y la información de la fuente debe estar incluida en las referencias. El trabajo debe de haber contado con la aprobación de la institución para su realización, el consentimiento informado y deberá velar por la protección a los participantes, quienes podrán disponer de la información relativa a los hallazgos del estudio. (http://www.apa.org/journals). 6. ESTRUCTURA DE LOS TRABAJOS PARA SER PUBLICADOS: INVESTIGACIONES ORIGINALES Se trata de estudios empíricos que presentan análisis secundarios que comprueban hipótesis e incluyen análisis de datos no realizados en estudios previos. La estructura de las investigaciones originales debe contener las siguientes partes: Título, autoría, resumen, palabras clave, introducción, método, resultados, discusión, referencias, notas acerca del autor. No deben exceder las 25 páginas. Título. Debe ser claro y no exceder las doce palabras. Autoría. Indicar el nombre del autor o autores, correo electrónico y afiliación institucional de todos los autores. Resumen. Contiene el planteamiento del problema, objetivos del estudio, método, principales resultados y conclusiones, redactado en un máximo de 120 palabras. Su expresión debe ser clara e inteligible. Palabras clave. Se recomienda que no sean menos de tres ni más de cinco. Se extraen del artículo. El resumen y las palabras clave deberán presentarse además en el idioma inglés y portugués. Introducción. Permite describir el problema en estudio y abarca el primer contacto teórico con la investigación. De manera secuencial y breve, se presentan el planteamiento del problema, una revisión histórica - teórica (si procede) y el estado actual del tema, la formulación del problema, los objetivos y/o hipótesis. La redacción debe denotar adecuada organización, de tal modo que se aprecie la continuidad lógica de los trabajos anteriores y/o previos con el actual. Método. Incluye las subsecciones: participantes, instrumento y procedimiento. Se empieza refiriéndose al diseño y luego en la primera sección de participantes, se describen las características de la muestra, técnica de muestreo, tamaño y precisión de la muestra. La segunda sección describe la ficha técnica así como las propiedades psicométricas del instrumento o instrumentos empleados, detallando el ámbito de aplicación, así como el contexto en el que se validaron y estandarizaron. En la última sección procedimiento se describen: las manipulaciones experimentales (de ser el caso), el proceso de recogida de


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datos, el consentimiento informado y los estadísticos que se usaron. Resultados. Se describen narrativamente los hallazgos del estudio como el análisis de datos y como complemento a lo descrito, se presentan las tablas y/o figuras. Cada tabla deberá ser numerada consecutivamente con números arábigos en la parte superior de la misma y las figuras tienen numeración independiente de las tablas y su título se coloca en la parte inferior de las mismas. Discusión. Evalúa e interpreta las implicancias de los resultados, especialmente considerando la hipótesis. Se debe relacionar y comparar los hechos observados con la hipótesis u objetivos, marco teórico y antecedentes referidos en la introducción, aclarando excepciones, contradicciones o modificaciones. La interpretación debe considerar las amenazas a la validez interna, la imprecisión de mediciones, cantidad de pruebas, tamaño de efecto observados y otras limitaciones del estudio. Señalar la validez externa de la investigación y concluir señalando la importancia de los hallazgos. Este rubro finaliza con la presentación de las conclusiones. Referencias. La uniformidad de las referencias bibliográficas tendrá como patrón las normas de la APA. Apéndice (Anexos). Se incluye sólo si éste ayuda a los lectores a comprender, evaluar o replicar el estudio. Puede ser, una prueba no publicada y su validación, una descripción detallada de una pieza completa de equipo o un programa psicológico propuesto. Notas acerca del autor (es) Incluye: (a) La afiliación institucional; (b) Fuente de apoyo económico de la investigación (3) Referencias profesionales; (4) Direcciones postales y electrónicas. ARTÍCULOS DE REVISIÓN Son artículos teóricos para promover avances en la teoría. Su esquema incluye: título, resumen y abstract, introducción, cuerpo de la revisión y referencias. Tendrá una extensión máxima de doce páginas y se aceptará tablas y/o figuras, según sea el caso. CITAS EN EL TEXTO Y REFERENCIAS CITAS El estilo APA requiere que el (la) autor(a) del trabajo documente su estudio a través del texto, identificando autor(a) y año de los recursos investigados. A continuación se presentan algunos ejemplos: Cita textual La información transcrita de menos de 40 palabras se coloca entre comillas y entre paréntesis el autor, año y el número de página de donde se extrae la información. Citas con 40 palabras o más, se escribirán en un párrafo separado, con sangría de cinco al margen izquierdo, sin comillas y transcritas a un espacio entre líneas. Cita indirecta (hace referencia a una idea no textualmente). a) Obras de un autor(a): Méndez (2005) investigó la relación entre…. Los factores protectores de la salud mental en la adolescencia…. (Méndez, 2005) En el año 2005, Méndez identificó…. b) Obras con múltiples autores (as): · Cuando un trabajo tiene dos autores(as), siempre se citan los dos apellidos. · Cuando un trabajo tiene tres a cinco autores(as), se citan todos los autores(as) la primera vez que se menciona en el texto. En las citas subsiguientes del mismo trabajo, se escribe solamente el apellido del (la) primer(a) autor(a) seguido de la frase "et al." y el año de publicación. · Cuando una obra se compone de seis o más autores(as), se cita solamente el apellido del (la) primer(a) autor(a) seguido por la frase "et al." y el año de publicación.


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c) En el caso que se citen dos o más obras por diferentes autores(as) en una misma referencia, se escriben los apellidos y respectivos años de publicación separados por un punto y coma dentro de un mismo paréntesis y ordenados alfabéticamente. d) Cuando se citen trabajos del mismo autor (es) y de la misma fecha, se añadirán al año las letras a, b, c. REFERENCIAS La lista debe tener un orden alfabético por apellido del autor(a), en minúsculas, incluyendo las iniciales de sus nombres. Todos los trabajos que han sido citados deben figurar en referencias. A partir de la segunda línea de cada entrada, se debe sangrar en la lista a cinco espacios. Libro completo · Un autor: Apellido, Inicial del autor o editor. (Año de la publicación). Título del libro en letra itálica (edición). Lugar de publicación: Editorial · Más de un autor: Apellido, Inicial del autor., Apellido, Inicial del autor., Apellido, Inicial del autor & Apellido, Inicial del autor. (Año de la publicación). Título del libro en letra itálica (edición). Lugar de publicación: Editorial Capítulo de libro Apellido, Inicial del autor o editor. (Año de publicación). Título del capítulo o sección. En Editor (con su nombre en el orden normal) (Abreviatura de Editor), Título del libro en letra itálica (páginas). Lugar de publicación: Editorial Artículo de Revista · Artículo con un autor: Apellido, Inicial de nombre. (Año de publicación). Título del artículo. Título de la revista, volumen (número de la edición), número de las páginas. · Artículo con dos autores: Apellido, Inicial de nombre. & Apellido, Inicial de nombre. (Año de publicación). Título del artículo. Título de la revista, volumen (número de la edición), número de las páginas. · Artículo de Revista digital: Apellido, Inicial de nombre. (Año de publicación). Título del artículo. Título de la revista, volumen (#), pp.doi: # · Artículo en línea: Apellido, Inicial de nombre. (Año de publicación). Título del artículo. Título de la revista, volumen (#), pp. Recuperado de URL · Artículo en prensa: Apellido, Inicial de nombre. (en prensa). Título del artículo. Título de la revista. Tesis Apellido, Inicial de nombre. (Año de publicación). Título de la tesis en letra itálica. (Tesis doctoral o tesis de maestría inédita). Nombre de la institución, lugar.


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(MODELO DE) CARTA DE PRESENTACIÓN DE ARTÍCULO Y CESIÓN DE DERECHOS DE PUBLICACIÓN Lugar y fecha Sr. Director de la Revista de Psicología ISSN 1990-6757 Universidad César Vallejo, Trujillo – Perú. El(los) autor(es), abajo firmante(s), presenta(n) el artículo titulado (a): _________________________________________________________________________ para que sea evaluado por los árbitros y dictaminen su posible publicación en la Revista de Psicología ISSN 1990-6757 de la Universidad César Vallejo. Declaro (amos) que el artículo es original e inédito y, por tanto, no ha sido sometido a revisión de ninguna otra revista (nacional o internacional) ni de ningún medio impreso y/o electrónico para su publicación. Garantizo (amos) que el artículo ha sido elaborado por mí (nosotros) mismo(s) y que en ningún caso es propiedad de otra persona física o jurídica ni es copia, total ni parcial, de ningún material existente y, si así fuera, asumo (asumimos) cualquier responsabilidad que del hecho de la copia de este material pudiera derivarse, quedando la Revista de Psicología eximida de cualquier responsabilidad. Acepto (aceptamos) transferir los derechos de publicación de modo exclusivo a la Revista de Psicología de la Universidad César Vallejo, la misma que se responsabilizará de la impresión, reproducción, distribución e inclusión en repositorios y bases de datos nacionales e internacionales. La Revista de Psicología publicará el artículo en el idioma en que el autor lo remitió y el título y resúmenes en inglés y portugués. La Revista se compromete a mencionar al autor o autores y darle el crédito de la autoría del trabajo siempre que sea publicado. También se compromete a reflejar los contenidos que el autor desea expresar. Para ello, el editor de la revista remitirá al autor su artículo editado y mejorado por el corrector idiomático a fin de que indique la conformidad para su publicación. El autor podrá incorporar algún cambio a su obra antes de su publicación o luego de ella. En este último caso, el autor asumirá los gastos que impliquen una nueva publicación de la revista, y su difusión. El autor también podría optar por retirar la obra de la publicación, asumiendo los gastos que ello represente. Un mes después de publicada la Revista, los autores recibirán dos ejemplares por cada uno en versión impresa más la Resolución de facultad en donde se reconoce su contribución. El contrato podrá darse por anulado bajo dos circunstancias: - si no se publica la revista en el plazo fijado o en un lapso de seis meses después, o – cuando el autor no remitiera la obra al editor dentro de las fechas acordadas. Los datos personales se consignan, según lo solicitado, exclusivamente para fines de identificación del autor o autores, en el siguiente formato:


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Nombre: Nacionalidad: Dirección de residencia: Cód. postal: Ciudad y país: Documento de identidad: DNI, tarjeta de residente, pasaporte y número: Teléfono(s):

(Presentar una tabla por cada autor) El autor(los autores) indica(n) si desea (n) la identificación de autoría, utilización de algún pseudónimo o anonimato. Finalmente, el autor que se mantendrá en contacto con la editora es ____________________________________________________________________________

Atentamente, Nombre (s) y apellidos de todos los autores y firma (s)


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ISSN 1990 – 6757

Revista de Psicología Rev. Psicol. Año 14, vol. 2. Julio a diciembre 2012 Publicación de la Facultad de Humanidades, Escuela de Psicología. Universidad César Vallejo S.A.C. Trujillo Perú

Av. Larco 1770. Distrito Víctor Larco. Trujillo – Perú Telf. 485000 anexos 7203 -7145 Periodicidad: Semestral Suscripción: Anual S/. 40.00 (No incluye gastos de envío). Por número S/. 25.00 SOLICITUD DE SUSCRIPCIÓN A LA REVISTA DE PSICOLOGÍA Estoy adjuntando S/.___________ Cheque: ___________ Giro: ___________ Período de suscripción: año ___________ Nombre y apellidos: ____________________________________________ Dirección: ___________________ Ciudad: ___________________ Código postal:_____________ País:______________________________ Teléfono: ___________ Celular: ___________ Fax: ___________ ( ) Deseo que me envíe información sobre los números anteriores de la Revista. Remitir a: Universidad César Vallejo Fondo Editorial Av. Larco 1770. Distrito Víctor Larco. Trujillo – Perú Teléfono (51)(44) 485000 Anexos 7203 -7145 Fax: (51)(44) 485019 Correo electrónico: revistadepsicologia@ucv.edu.pe


Impreso en los Talleres Gráficos de Editorial Vallejiana Av. Larco 1770. Distrito Víctor Larco. Trujillo – Perú Telf. 485000 anexos 7203 -7145 Esta edición consta de 1000 ejemplares © Todos los derechos reservados Trujillo, diciembre del 2012



CONTENIDO

INVESTIGACIONES ORIGINALES Autoeficacia y salud mental positiva en estudiantes de psicología de Lima. José Anicama, Graciela Caballero, Ingrid Cirilo, Marivel Aguirre, Robert Briceño y Ambrosio Tomás Universidad Nacional Federico Villarreal y Universidad Autónoma del Perú. Resiliencia en mujeres morelianas separadas por violencia conyugal. Elsa Edith Zalapa Lúa, Yolanda Elena García Martínez y Gisella Esmeralda Figueroa López. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. México. Imagen social de Atahualpa, Pizarro, Huáscar y Almagro en universitarios de Huancayo. Perú. Ramón León y Mary Román Universidad Ricardo Palma y Universidad de Los Andes. Resiliencia y convivencia escolar en adolescentes mexicanos. Norma Ivonne González Arratia López Fuentes y José Luis Valdez Medina Universidad Autónoma del Estado de México. Validez y confiabilidad de la Escala de Afecto Positivo y Negativo (SPANAS) en estudiantes universitarios peruanos. Rafael Gargurevich y Lennia Matos Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y Pontificia Universidad Católica del Perú. Evidência psicométrica da estrutura fatorial do inventário do sexismo ambivalente em brasileiros e portugueses (em português). Nilton Formiga y Carla Serrão Faculdade Maurício de Massau - João Pessoa, Pb – Brasil. Escola Superior de Educação do Instituto Politécnico, Porto – Portugal.

ARTÍCULOS DE REVISIÓN Eugenesia, tests mentales y degeneración racial en el Perú. Arturo Orbegoso Universidad César Vallejo y Universidad Privada del Norte, Perú. Transformación y contemporaneidad de la familia: el caso de las familias mexicanas. María Antonieta Covarrubias Terán y José Gómez Herrera Universidad Nacional Autónoma de México, México. Reflexiones psicoanalíticas y éticas acerca del trasplante. Gabriela Almonte García y Mario Orozco Guzmán Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México. Perspectivas para la investigación psicológica del asma. Gina Chávez Ventura Universidad César Vallejo, Perú.


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