edición n°
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Julio 2014
Obra: Paula Arteaga 8vo Semestre
Los justos, A puerta cerrada, La
nausea, Los caminos de la libertad, El muro, son algunas de esas viejas obras de la literatura de mediados del siglo pasado. Literatura de la existencia y de la vida que aparecen evocadas en nuestra revista a manera de secciones que enmarcan el pensar de los alumnos que viven la Facultad de Arquitectura de la Central. Las fotografías y dibujos también están sugeridos por ese período histórico que estudiamos. Estas imágenes se remiten a las obras de
siempre reinterpretadas a la manera de cada alumno Es así como entregamos el segundo número de El Extranjero, esperando que sea de su agrado y recordándoles que alumnos, profesores y todo aquel que se sienta parte de la Facultad y desee contribuir con su pensamiento sobre cualquier tema que involucre a la arquitectura puede aquí hacerlo; ya que de algún modo todos podríamos ser extranjeros.
*por si hay duda sobre la relación de la materia “Arte y Arquitectura” con el presente documento, es necesario aclarar que el aspecto estético, expresivo y político contenido en todo arte, también está trabajado aquí.
Klever Vásquez - Docente TIDA 2
El Extranjero • revista fau 1
Los Justos
M
e gustaría saber qué es lo que piensa una piedra al momento que la colocan en el entrepiso. ¿Será que está alegre con esa función o será que preferiría estar en otro lugar? ¿Y será que un bloque quiere estar acompañando o preferiría salir corriendo al no soportar a sus compañeros? ¿El vidrio de los ventanales estará conforme al brindar la entrada de luz a los diferentes espacios o sin pensarlo querrá renunciar? ¿El acero siempre habrá querido ser un elemento estructural o será que fue obligado? Como me gustaría saber qué función desearía cada material, quizá ahí descubriría qué es lo que les hace sentir felices y para poder desempeñar sus funciones de una forma excelente. De la misma manera como cada material desempaña una función así es el buen Arquitecto, él debe de estar feliz al cumplir con las diferentes actividades que le competen, debe de amar lo que hace, si no es así la arquitectura será una carga para toda su vida. Artículo: Erika Haro, Fotografía: Adriana Moreno G. 8vo semestre
Como seres humanos nos encontramos ubicados en una realidad, una realidad que no precisamente escogimos, sino la que nos tocó, y sí, es una realidad que aprendemos a amar, a pertenecer, inclusive a extrañar, pero llega un punto en el que nos preguntamos si esto, aquello que vemos todos los días es todo lo que existe, o si podría existir algo más.
Como individuos somos diversos: gustos, experiencias, personalidades, puntos de vista, inconformidades, etc. -sería la mentira más grande decir que somos iguales- y sin duda alguna todos buscamos algo, algo que da sentido a nuestras vidas, y algunos lo encuentran con mayor rapidez que otros, pero sin duda alguna creo que estas convicciones de haber encontrado lo que buscamos, se dan en base de lo que cada uno ha vivido y tenido la oportunidad de ver. Como arquitectos, tenemos probablemente las personalidades más diversas, unos muy seguros de lo que hacen, otros no tan convencidos, unos tan seguros que luego se vuelven inseguros, y
los inseguros que siempre seguirán inseguros.
Llega un momento en el que estos componentes se fusionan y forman una vida, única, individual, personal. Si todo esta resuelto, podríamos pensar en no ir en busca de nada más, pero la cohesión llega cuando nos hacemos esa precisa pregunta ¿Está todo resuelto?
problemas que solucionar. Entonces ¿Por qué querríamos quitarle al ser humano esa ilusión completando metas? Fácil, porque el conocimiento y el éxito solo nos dejan queriendo más. Entonces la verdadera pregunta aquí sería: ¿Tienes miedo a darte cuenta de que ignoras todo o gran parte de lo que existe? O prefieres repetirte a ti mismo que estás más allá y ya lo has visto todo.
Por: Adriana Moreno G. 8vo Semestre
¿Has ido a todos los lugares que quieres ir? ¿Has hecho todo lo que querías hacer? ¿Has logrado todo que soñabas alcanzar? Y en ese momento nos cae la inseguridad, -dicen que la inseguridad es al mismo tiempo una certeza- porque nunca dejaremos de luchar por algo, mientras exista algo que queramos alcanzar, seguiremos teniendo miedos, caminos por recorrer, personas que conocer,
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Puerta
Artículo y Fotografía Por: Fernando Nicolalde 8vo Smeestre
Para empezar creo que debemos aclarar qué es un espacio residual. Tomando textualmente de la fuente ARQBLOG: “Es el vacío urbano carente de identidad y pertenencia, provocando su deterioro y marginación.”
Cuando un día llegué a la FAU me
encontré con rumores de que un concurso para un edificio nuevo en nuestra facultad lo ganaron ingenieros de afuera. Primero: ¿Por qué es un rumor?, y segundo ¿Por qué nunca nos enteramos en la facu? La facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central del Ecuador tiene el deber de continuar con la enseñanza de la cultura con dignidad. ¿Cómo es posible que teniendo maestros, arquitectos de prestigio que forman profesionales, contraten a personas ajenas a la facultad para el diseño y la construcción del nuevo
edifico de la FAU? Es un insulto para quienes habitamos y formamos parte de la misma, nosotros, estudiantes y profesores, somos quienes deberíamos ponernos al frente de este proyecto desde su planificación, incluyendo el estar pendientes del proceso de ejecución. Lo más coherente para los estudiantes seria que examinen y analicen las decisiones ocultas tomadas por las autoridades, y de esta manera formen parte quienes hacemos la vida de la facultad, con argumentos de la vocación y el pulso sensitivo del arquitecto que se preparó y ha sabido preservar intacto sus principios, su amable identidad y sus raíces valero-
sas. Por esto, por encima de todo, la presente impresión es el impulso de inconformidad y sin ser una palabra solitaria y aislada, es una voz serena que se hace escuchar, reforzada por el sentimiento de orden y justicia. Palabra que no se quede silenciada y se propague en el tiempo como antorcha inapagable. Artículo: Paula Arteaga Obra: Fernando Nicolalde 8vo Semestre
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Puerta
“AULAS GALLINERO” Actualmente la Universidad
Central tiene varios cambios drásticos que se aproximan con la categorización de Senescyt , y un tema puntual son las aulas prefabricadas de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo o “Gallineros”, las cuales tienen ya varias décadas de existencia y en su momento fueron de gran ayuda en el tiempo en el que la Universidad Central atravesaba un proceso de expansión demográfica, todas las facultades
iban creciendo y muchas tuvieron que tomar medidas emergentes. Por cuestiones de falta de espacio físico las aulas se han mantenido en la Facultad, siendo una solución inmediata en aquel tiempo pero dado que las autoridades han planteado la posibilidad de ampliar las aulas prefabricadas año tras año, genera malestar en los estudiantes por las condiciones en que se enseñan las diferentes materias. Actualmente ya se tiene planteado
un edificio que acoja varias aulas y talleres de educación práctica, que estará en los próximos meses, con la llegada de la categorización se espera que esto sea ya una realidad que ha sido esperada por tanto tiempo y parece que al fin se hará realidad. Artículo: Johanna Muñóz Obra: Adriana Moreno 8vo Semestre
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Caminos
Hace aproximadamente unos 13 años
llegué a este extraño lugar; con personas, lugares, costumbres, tradiciones y creencias diferentes a lo que estaba acostumbrada. Siendo tan pequeña sentía como si viajara a otro espacio lleno de nuevas experiencias. La imaginación de un niño explora, crea e identifica todo; como un gran mar en el que se sumerge, y se encuentra que es más grande de lo esperado. Dicen que la imaginación de un niño es lo más puro que existe, pues de niña llegar a este lugar fue bastante divertido, y vivir nuevas experiencias fue lo mejor, lo que más recuerdo eran los tiburones que vivían debajo de la gran montaña, en la que sólo se llegaba recorriendo una trayectoria a través de escaleras, y aquel que estando en la
cima se atreviera a deslizarse, descubriría su triste final al convertirse en uno de ellos. Claramente viene a mi memoria esas máquinas extrañas en la que a cambio de un juego te regalaban monedas, o aquellas tiendas que de tanto dulce que había dentro y fuera de ellas, ya parecía la casa de la bruja de Hansel y Gretel. Recuerdo que jugar fuera hasta tarde era rutina, terminar el deber lo más pronto para salir a jugar se convirtió en algo necesario, las grandes explosiones en el cielo que detonaban millones de estrellas era admirable; calles tan pequeñas que te llevaban a diferentes lugares pero tan parecidos entre sí, que formaban un laberinto, listo para recorrerlo cada día esperando acertar y llegar al mismo lugar que el día anterior. Prácticamente el día ya no duraba hasta que la luz desaparezca sino hasta que las travesuras se terminen, y dejar
planeadas las del día siguiente. El estar adentro era estar como enjaulados esperando la hora para volver a seguir viviendo y aprendiendo cosas nuevas. Las aventuras nos esperaban y la desesperación de salir se volvía más fuerte. Poco a poco con el pasar del tiempo los ruidos que yo hacía se silenciaban o se volvían más maduros; habían nuevos que se escuchaban similares, pero que provenían de alguien más, de pronto los compañeros de juegos desaparecían, la ingenuidad se desvanecía, la realidad se presentaba, los amigos se convertían en desconocidos, y las calles que parecían ser mi segundo hogar pronto se volvían tan sólo recuerdos de haber transitado por ahí. Las personas que una vez conocí y con las que compartí vivencias ya no estaban más.
Por: Ximena Quishpe 7mo semestre Obra: José Ponce 8vo semestre
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Naúsea
Articulo: Víctor Lozano Obra: Vanessa Banda 8vo semestre
E
n todos estos años que he estado estudiando en la facultad ha habido muchos cambios: La semestralización, han contratado profesores nuevos, me cambiaron de taller, aumentaron la malla curricular, cambiaron las puertas de ingreso a la facultad, se amplió la biblioteca, se creó una sala para docentes. En fin varios cambios, pero ha existido algo que permanece inerte sin cambio, parece que el paso del tiempo se detiene en ese lugar. Claro me refiero al área de secretaría, todo ha cambiado menos eso. Desde que tuve la oportunidad de establecerme en esta carrera he tenido una serie de dolores de cabeza, se preguntaran ¿por qué? La respuesta a estas alturas creo que es muy obvia “las secretarias”. Muchas veces he tenido que acercarme a ellas para resolver alguna duda en mi matricula o en mis materias. La respuesta más común es: ¡eso le resuelven en el centro de cómputo aquí no sabemos nada! Yo me pregunto: ¿Qué saben? No me molesta que no sepan, deben cumplir un papel importante para seguir aquí. Lo que me molesta y hace que me dé dolor de cabeza es, la actitud con la que
desempeñan su trabajo. Mientras uno se acerca de manera amable esperando el mismo trato y una respuesta satisfactoria por parte de la otra persona, se lleva un chasco cuando la respuesta esperada es ¡no sé! Y más aún enojadas, la pregunta es ¿Por qué están siempre enojadas? Se supone que la atención a los
estudiantes empieza desde las 8 am pero no es así, las secretarias llegan como si nada, se toman un café, se ponen al día en el chisme. Y la atención empieza alrededor de las 10 de la mañana, bueno yo y todos mis compañeros nos hemos acostumbrado. ¿Habrá eficiencia algún día?
Articulo: José Ponce 8vo semestre
V
ivimos en un planeta que tiene cada vez menos cosas que ofrecer en una época en la que cada vez más personas, muchas todavía por nacer, van a querer cada vez más cosas. La capacidad de la tierra para proporcionar suficientes alimentos, agua y combustible está disminuyendo. Al mismo tiempo, la población va en un proceso inverso de crecimiento. Los arquitectos y futuros arquitectos tenemos la ardua tarea de encontrar un equilibrio a este crecimiento loco de la sociedad. La arquitectura es la base de la humanidad, sin ella no se pudiera vivir, ya que gracias a ella nos facilitamos para realizar nuestras
actividades diarias, necesidades biológicas, trabajo y recuperación de fuerzas de trabajo. Realmente creo que esta base de la vivencia diaria (arquitectura), se encuentra en un futuro incierto, ya que no sabemos que es lo que va a suceder con el pasar del tiempo. Vemos muchas modalidades de realizar arquitectura, lo cierto es que va en un mismo proceso con la sociedad, todos hacen lo que ellos quieren, cada quien interpreta y construye a su manera. Algunos de forma acertada y otros de forma errónea. La arquitectura se ha vuelto muy
comercial y ya no se diseña y construye de acuerdo a las necesidades de la gente, sino que se trata de vender y ganar dinero, el lucro está sobre todas las cosas. El vivo, el que lucra, el que roba es el mejor, el que hace las cosas con ética y calidad, es el “gil”… Es nuestra decisión qué tipo de arquitectura y para quién la realizamos.
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Por: Rubén Carlozama 8vo Semestre
Muchas incógnitas superfluas surgen con respecto a nuestro porvenir, cada respuesta dada genera más incertidumbre que verdad y siempre sale a flote la cuestión ¿Qué va a pasar el próximo semestre? Hace un tiempo atrás la crisis comenzaba a surgir y comenzaba a apoderarse de la situación. Muchos fueron los desertores que prefirieron ocultar sus responsabilidades en forma de renuncias y por ende generaron mucha más incertidumbre dentro de nosotros, y así la responsabilidad de enfrentar la situación se fue esquivando. Si hacemos un enfoque del pasado, nos damos cuenta de que las cosas se siguen resolviendo de la misma manera, solo que se disfraza con nuevos canales y
tecnologías, y con esto los errores se siguen cometiendo eternamente, sólo que en distintos contextos. Nuestra facultad no fue la excepción y el declive por el cual pasamos fue inminente, los autores de esto una vez más (como siempre ha pasado), se negaron asumir la responsabilidad de liderar un proyecto casi perdido, y no poniéndonos en sus zapatos no es nada reprochable. Bajo el telón de la incertidumbre surgió una respuesta a nombre de equipo de trabajo -que hay que admitir- tomaron las riendas de un proyecto que nadie en su sano juicio lo hubiera hecho, muchos se opusieron y lo siguen haciendo. Pero me pregunto ¿si no somos parte de la solución acaso no somos parte del
problema? El tiempo le dará la razón a quien la tuviera. Pero por el momento no queda más que poner energías positivas y confiar en que las cosas puedan resolverse para bien, y no está de más una pequeña recomendación que suena tan simple pero creo que funciona a gran escala: debemos renacer de lo aprendido, mirar hacia atrás para ver qué se hizo mal y también ver qué cosas positivas salieron de ese “proceso”. Nunca está mal hacer un cambio, siempre y cuando este sea para bien, pero para poder hacerlo es necesario tener la valentía de hacerlo y los que lo hacen sin importar el resultado, podrán llamarse triunfadores, porque al fin y al cabo salieron de lo común y eso es lo que cuenta.
Artículo y Fotografía: Victor Lozano 8vo Semestre
Al ingresar a la universidad algo muy
nuevo para mí fue el horario, pasaba de estudiar un horario de 7 am a 1pm a un horario de 10 am a 8 pm. Al principio parecía interesante, las horas de clase bastante separadas con tiempo entre clase y clase. Hice nuevos amigos y las horas huecas se volvían más entretenidas con varias partidas de póker. No parecía molestarme pasar todo el día en la Universidad. Pero conforme pasaron los años los horarios se convirtieron en mis carceleros. Las horas huecas dejaron de ser entretenidas, me hacían perder el tiempo. Los horarios tan desordenados y tan separados me obligaban a permanecer en la Universidad el día entero. Tal vez los horarios desorganizados sólo eran el reflejo de autoridades que no podían distribuir bien su propio tiempo. En fin me acostumbre al desorden igual que mis compañeros. Ahora me daba lo mismo,
no podía luchar contra el sistema. Un tiempo después conseguí un pequeño trabajo de dibujante con dos arquitectos. Salía a clases por la mañana, después al trabajo y volvía a clases. Iba y venía a diario, claro regresaba por las clases. Por mi mente rondaba una duda ¿por qué los horarios son tan estúpidos? y mis compañeros pensaban lo mismo. Podría tener mis clases seguidas y después dedicarme a trabajar. Pero no. El sistema impuesto no era flexible. Al final esa fue la causa de varios declives en mis materias así como en mi vida. Hoy parece existir cierta organización en los horarios, claro, cada semestre cambia esta modalidad. Cada año experimentan con el estudiante imponiéndonos horarios absurdos, un amigo me decía “por qué no hacen una simple programación en Excel para establecer horarios. No es tan difícil”.
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contenido 1
El Engranaje Por: Klever Vásquez Fotografía: Vanessa Banda
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Los Justos - Si los Materiales Hablaran Por: Erika Haro - De Viaje Por: Adriana Moreno G.
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A Puerta Cerrada
y
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- En Casa de Herrero Por: Paula Arteaga - “Aulas Gallinero” Por: Johanna Muñóz Los Caminos de la Libertad
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- Imagen de mi Barrio Recuerdos más fuertes que el tiempo Por: Ximena Quishpe La Náusea
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- Las Secretarias Por: Víctor Lozano - Futuro de la Arquitectura Por: José Ponce 7
El Muro - Renacer de lo Aprendido Por: Rubén Carlozama - A Deshora Por: Víctor Lozano
Diagramación y Diseño: Adriana Moreno G. Edición: Klever Vásquez Dibujo: Johanna Muñóz
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