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Extinción de incendios
Cuando las condiciones favorecen el desarrollo del fuego aparecen las llamas, desprendiendo rayos infrarrojos y el consiguiente aumento calorí- fico. A los detectores anteriores puede añadirse el tipo específico de rayos infrarrojos. Los sistemas de extinción ya deberán ser más completos y organizados.
Finalmente, cuando ya se produce gran cantidad de calor, llamas, humo y gases, generalmente tóxicos, como consecuencia de la descomposición de productos, pueden usarse detectores de tipo velocimétrico, especial- mente sensibles al calor.
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El tiempo para actuar en esta etapa se cuenta en minutos o segundos, y los medios de extinción son complejos.
Detecciones automáticas, personales con pulsadores de alarma o la combinación de ambas son requisitos indispensables para que los fuegos, una vez iniciados, pierdan su virulencia y efectos desastrosos, en ese proceso irreversible, de no mediar la intervención.
Las grandes ventajas de la detección automática están en su permanen- cia, de día y de noche, durante las horas de trabajo o en horas de cierre laboral. Las instalaciones de detección actuando sobre una central de señalización y alarma permiten: — Alarmas locales, con búsqueda de personal, y alarmas internas, ya sean ópticas o acústicas. También temporizadores de alarma. — Alarmas externas (bomberos, protección civil, hospitales). — Transmisiones automáticas de mensajes. — Cierres de puertas cortafuego y apertura de exutorios de humo. — Actuación de las instalaciones automáticas de extinción.
EXTINCIÓN DE INCENDIOS
Cuando se detecta el incendio, además de la alarma precisa hay que
Figura 54. El agente extintor según clases de fuego.