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Higiene de campo
Si bien es cierto que la normativa legal española se basa en los valores que refleja el Reglamento de actividades molestas, nocivas, insalubres y peligrosas (R.D. de 30-XI-1961) y O.G.S.H.T. (Orden de 9-111-1971), signifi- camos que, desde el punto de vista técnico-científico, son los TLV los que deben servir de referencia a la empresa y sus trabajadores para unas correctas evaluaciones de la peligrosidad de las condiciones ambientales. Sin olvidar que las últimas reglamentaciones (plomo, asbesto) recogen
valores técnicamente homologables, como es de esperar que sucederá con la mayoría de agentes físicos y químicos más comúnmente utilizados y más problemáticos.
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Los datos toxicológicos sobre las diferentes sustancias proporcionan información sobre cuestiones como las siguientes: Sinónimos, descrip- ción de propiedades físicas y características químicas; procesos o trabajos en los que suelen presentarse; concentraciones máximas permisibles (TLV); toxicidad (absorción, patología, signos y síntomas, test de diagnós- tico, tratamiento); riesgos de incendio y explosión; derrames y almacena- miento; primeros auxilios y medidas preventivas.
HIGIENE DE CAMPO
Entendemos por actuación higiénica de campo la que se realiza en el propio ambiente y puesto de trabajo que se pretende analizar, la cual debe permitirnos evaluar sus condiciones respecto a los riesgos de enfermedad profesional.
La actuación en campo consta de diferentes fases. La primera de ellas es la identificación del o de los agentes contaminantes. Hay que determinar el agente o sustancias que, en contacto con las personas, puede superar la capacidad límite del organismo.
Figura 58. Valores límite de umbral de la ACCIH.
Figura 59. Metodología higiénica de campo.
La identificación es a veces muy simple. Podemos ver, oír o tocar el contaminante. Pero en muchas ocasiones es difícil, como en el caso de las sustancias químicas que forman parte de mezclas o productos de los que solamente se tiene conocimiento de su nombre comercial.
En esta fase de identificación la participación de técnicos y mandos de la empresa es fundamental. Ellos son los que pueden informar sobre los productos, fabricantes o distribuidores, sobre los consumos por jornada en cada puesto de trabajo, de la posible adición de otras materias y transformaciones del producto original, sobre las condiciones en que el agente llega al trabajador, de intercambios y movimientos en el local, de los diferentes trabajos que pueden afectar al microclima, del personal expuesto, edad, sexo y de los procesos en relación con el contaminante.
Una vez realizada la encuesta, en la que no debe faltar el conocimiento de los tiempos de exposición al contaminante por cada uno de los trabaja- dores, estaremos en condiciones de cuantificar el agente, ya sea por métodos de lectura directa o a través de los análisis que seguirán a la toma de muestras.
La medición nos permitirá conocer la cantidad del contaminante, dato importante a efectos de peligrosidad, puesto que su simple presencia no implica en sí misma situación de peligro.
Para efectuar las medidas existe un instrumental muy variado y también específico para el agente de que se trate. La utilización de estos medios debe ser dirigida o controlada de forma directa por personal técnico o cualificado si bien, en ocasiones, puede conseguirse un nivel de instruc- ción suficiente para que existan garantías de correcta utilización y fiabili- dad en la medición.