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IV Emilio Goce López

IV. Emilio Goce López…

Un suceso tan desgraciado como inesperado truncó una buena parte de la vida de Emilio Goce López -el tercer hijo de Enrique Goce y Concepción López, cuando apenas comenzaba a dar los primeros balbuceos de su madurez como marinero. Nacido en Baiona en 1916, ya había empezado de niño en casi el único trabajo que se ofrecía en la villa para los chicos. Sucedió que en una mañana de 1935, con diecinueve años, un hombre desconocido le pidió ayuda para descargar una pesada caja de la jardinera del tranvía Vigo-Baiona, estacionado en su parada final delante del puerto baionés. Horas más tarde, la Guardia Civil descubría un cargamento de bombas escondido en la citada caja. Las indagaciones de la Benemérita con los vecinos de la zona dieron por conclusión, cierta desde luego, de que Emilio Goce López había participado en la descarga. Fue enseguida tomado como cómplice, y encarcelado de inmediato. En la cárcel, los guardias le ofrecieron alistarse con urgencia en la Legión para salir del encierro, o quedarse en prisión con todas las consecuencias. Emilio, de primeras, se negó por su evidente inocencia. “ ´Valixiñas´, vai pra Legión, que eiquí vanche matar. Non pasas desta noite”, le aconsejaron sus compañeros de cárcel. Así fue como Emilio Goce López, uno de “os valixas”, ingresó en la Legión y participó activamente en la Guerra Civil española en favor de Francisco Franco. Alcanzó la graduación de sargento, que pudo haber superado en otras circunstancias. Emilio, a pesar de la lejanía, mantenía su noviazgo con Concha Moldes Fernández, natural de Baredo, relación que ya venía de bastante antes de alistarse “voluntariamente” en la milicia. Noviazgo refrendado en sus visitas a Baiona durante los permisos en ese tiempo de militar. - Mi padre recordaba al tío Emilio en una de sus visitas, con el uniforme de legionario, alguna medalla en el pecho, y un pistolón enorme a la cintura - comenta Enrique Goce Miniño que le contaba su padre.

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Algún amigo de Baiona le decía indignado por lo acontecido: ”Valixas”, ¿por qué non os mataches a todos aqueles fillos de puta con o pistolón que levabas?” . Se ve que algunos de los guardias civiles de entonces aún andaban por la villa.

1935. Emilio Goce López,a los diecinueve años,con su uniforme de legionario.

Cuando ya había ascendido a sargento, y tenía todo el papeleo preparado para reenganchar en la Legión, su novia Concha, en la que sería la última visita de Emilio como militar, ya cansada de esperar, le quemó toda su documentación de legionario. Con la pre-

sión de Concha y de la familia, y aún encima “sin papeles”, “O valixas” se vio obligado a quedarse definitivamente en Baiona. “Mi madre fue la ruina de mi padre -comenta su hijo “Tano” . Él quería seguir en la Legión”. Se casaron al poco tiempo, y Emilio hubo de retomar su profesión de marinero. En 1952 embarcaba en el “Manuel”, más tarde en el “Nenita” , que al fin abandonaría en 1961 para trabajar en la “Legión”, una gamela de su propiedad; al año siguiente pasa a la “Olga”, otra gamela, y luego a la “Rolín”, una lancha más grande.

Baiona, 1952.Emilio Goce López, en lafotode su primera “Libreta de Marinero” .

El matrimonio se instala en el barrio de O Burgo, y tiene cuatro hijos: Emilio, Luciano, también marineros como el padre, Concha y Vicenta. Una grave obstrucción en el esófago lo lleva a hacerse un reconocimiento a Madrid, viaje en el que lo acompaña don Enrique Pequeño Alonso, párroco de Baiona. El diagnóstico no fue otro que operar, y de la delicada intervención, Emilio ya no saldría. Fallecía en Povisa en 1963, a la edad de cuarenta y siete años. Por su parte, doña Concha Moldes Fernández moría en 1983, a los sesenta y tres años, tras una larga enfermedad.

Baiona, La Anunciada, años setenta. De pie, Rosa Mary -una amiga de Pasajes, Manoliy “Tano”. Sentada, doña ConchaMoldes Fernández, la madre de “Tano”.

“Faro de Vigo”, 1983. Noticia del fallecimiento de Concha Moldes Fernández, viuda de Emilio GoceLópez.(Archivo Familia Goce Palmón).

Luciano Goce Moldes, “Tano”, el segundo hijo de Emilio y Concha, nació en Baiona en 1942. Marinero como su padre, con poca escuela en su formación, en parte por su propia culpa, empieza las labores en el mar a la temprana edad de diez años. Anduvo en las gamelas “Legión”, la primera que tuvo su padre, en la “Olga” y en la “Rolín”, hasta que a los catorce años, en 1956, embarca en el “Getafe”, un pesquero del armador Almuiña, ocupando ya plaza de hombre. Luego pasaría al “Erizana”, al “María de la Esperanza”, al “Manuel”, al “Río Miñor”, al “Pinzón”… y en 1961 regresa de nuevo a la gamela “Olga”. Luego se inscribe en la nueva gamela de su padre, la “Rolín”, en el “Agirol”…

Baiona, 1956. Luciano Goce Moldes, “Tano”, con catorce años, en la fotode su primera“Libreta de Marinero”.Al final de su vida en la mar, llegaría a ocupar tres.

Es una delicia escuchar a Luciano, “Tano” en confianza, cómo relata la vida de sus padres, de los hermanos, de sus familiares, la suya propia… y cómo cuenta cientos de vivencias que ha pasado en una trayectoria de marinero tan llena de experiencias como larga en el tiempo. Su sorna gallega, su ironía, su sonrisa, cuando no la carcajada… permanecen presentes en la reunión en todo momento. Es un claro exponente de “las bromas de los Goce”, que menciona su prima Paruca como característica de la saga. << ¡Eh!, de titiriteros, nada. Somos descendientes de artistas de teatro -me advierte “Tano” con gesto muy serio. >> <<Temos unha pelambrera parecida -le dice “Tano” a Benito, el marido de Paruca, tan calvo como él. >> <<El otro día me lo recordaba mi primo Enrique. Mucho nos reímos. Resulta que una mañana íbamos los dos por el muelle de Baiona con un caldero de lubinas recién pescadas, y nos encontramos por allí con el señor Mendoza, el presidente del Real Madrid. En esto que se acerca y nos pregunta: “¿Qué lleváis ahí?”. “Lubinas”. “¿Las vendéis?”. “Sí, claro. Nos vendémolas a mil pesetas o kilo, pero por ser pra usted a mil quinientas”. As levou. >> <<En unha ocasión, meu pai fixo unha pesca non moi boiña... Déronlle en Vigo cuarenta duros por ela. Foi a un comercio, comprou unha manta, e alá foron os cuarenta duros… pero se cadra non volveu a ter frío. >> <<Mi abuelo, por parte materna, era de Baredo, y en la época de la guerra andaba por el monte escapado de la Guardia Civil. Cada vez que venía a escondidas a ver a la abuela, al cabo de nueve meses, nacía un nuevo hijo. Me parece que llegaron a tener nueve o diez. >> <<Non sei por qué, eu bebo sólo cerveza sin alcohol, vou casarme de novo o sábado que ven… -decía “Tano” riéndose. Iba a celebrar con su esposa Manoli las “Bodas de Oro” . >> En su amena y fluida conversación, “Tano” va mezclando con gracia el castellano y el gallego, reservando la lengua materna para explicaciones más sentidas, ya fueran de tristezas o de risas. Ahora, en 2016, en la serenidad de “Villa Itziar”, su casa de Baredo delante del mar, nos cuenta con un humor infinito toda una vida… “Vamos a tener para varias sesiones”, nos dice con una amplia sonrisa en el primero de nuestros encuentros.

1961. El “Pinzón” fue el último pesquero de Baiona en el que anduvo embarcado “Tano ” Goce Moldes, antes de trasladarse al País Vasco. En la fotografía, varios de sus compañeros: Señor Ramón, Negrín, Mauricio, “Tanano” Goce, Machinango… En 1965, “Tano” Goce Moldes decide irse a Pasajes (San Sebastián). Por entonces, la pesca en Baiona estaba dominada por cuatro armadores, y según él, “aquí no había nada que hacer”. Allí anduvo embarcado en numerosos barcos, y fue durante esa estancia en aquel pueblo guipuzcoano, cuando alternando con el trabajo, consiguió sacar el “Título de Patrón de Pesca de Altura” , “algo que nunca en mi vida había soñado en poder lograr”. El “Santichu”, el “Larra”, el “Río Galdiz”, el “Arzabal”, y el “Isla de Gaztelu”, fueron sus primeros pesqueros en Pasajes. Andaban a la merluza. Enseguida coge fama de buen pescador, y era más conocido en el pueblo por “el rey de las merluzas” que por su propio nombre. Luego, debido a la grave enfermedad de su madre, regresó temporalmente a Baiona, y pasó una época alternando cortos embarques en su tierra, con otros más largos en Guipúzcoa. En una de estas ocasiones, intentando enrolarse en un pesquero de Vigo, se entrevistó con el armador. Le ofreció unas condiciones tan mezquinas, de auténtica esclavitud, que “Tano” se revolvió y le dijo: “¿Y usted, con lo que paga, tiene gente para la mar? “. El armador se puso furioso, y no acabaron a piñas por muy poco.

<<En Pasajes trataban con mucha más consideración a los marineros -explica “Tano”. Un ejemplo: las “cocochas” de las merluzas, que eran y son muy valoradas, se las cedían a los marineros. Nosotros casi ganábamos más al venderlas que el sueldo que nos pagaban. >> También le propusieron en Vigo embarcarse para el Gran Sol, “a fosa dos mortos”, como le llamaban en O Berbés. Tres meses de campaña, en unos barcos viejos de madera, en medio de continuos temporales… Se jugaban la vida cada día. Entre estas alternativas rechazadas, en 1966 embarca en Baiona de patrón en el “Aragón”, más tarde en el “Bernardina” y a continuación en el “Julio Bueno”. Se traslada de nuevo a Pasajes para embarcar en el “Mar de Irlanda” y en el “Manuel Echevarría”. Vuelve al “Aragón” de Baiona, al “Rosarito”… y en 1968 regresa al pueblo guipuzcoano para ingresar sucesivamente en el “Virgen de Lourdes”, “Punta Sabinal”, “Punta Alcazar”, “Myrdona A”, “Jositán”, “Virgen de la Torre”, “Cristo de Candás”, “Francisco y Begoña”, “Ondartxo”, “Artegorri”, “Monturiol”, “Atalo”, “Lerchundi Tomás”, “Capredi II, “Corrubedo”, “Mar 26”… y asentarse en Pasajes hasta 1975. <<De aquellos años -cuenta “Tano”, tengo un especial recuerdo para Manuel Prego, natural de Corrubedo, Patrón de Pesca de Altura, con el que anduve embarcado en sus pesqueros “Jositán”, “Caprevi I”, “Caprevi II” y “Corrubedo”. Se había quedado con alguna deficiencia física a raíz de una desgraciada caída desde una pared en la que trabajaba. Ahorró con un gran esfuerzo el dinero necesario para pagar sus estudios, y al fin consiguió sacar el título de patrón. Con gran mérito personal y a pesar de su minusvalía, logró rehacer su vida, y seguir saliendo de patrón de pesca en los barcos de la familia, Él fue mi verdadero maestro, el que me enseñó todo. Y lo más importante: ha sido la persona a la que debo mi título de “Patrón de Pesca de Altura” por el permanente ánimo que me dio para estudiar y conseguirlo, algo impensable para mí durante mis anteriores treinta años de vida. Más adelante logré algún título más, como el de “Radiotelefonista”, el de “Patrón de Yates”… >>

Título de “Patrón de Pesca de Altura” de Luciano Goce Moldes, conseguido en 1972 a los treinta años de edad.(Archivo Familia Goce Palmón).

<<No debo olvidarme también del profesor Jesús Lasheras Mercadal, director de la Escuela de Pesca, que me ayudó y animó desde la misma escuela a persistir en mi esfuerzo para obtener el título. >>

1990. Título de Luciano Goce Moldesde “Patrón de Yate” .

Y fue en Pasajes donde “Tano” conoció a su futura esposa, Manoli Palmón Toimil, natural de Mugardos (A Coruña), e hija de marinero, que como él, había ido a buscar mejor suerte en la localidad guipuzcoana. <<Me casé muy joven, con tan sólo diecisiete años -explica Manoli. Nos vinimos a casar a Baiona. Tenemos cuatro hijos: Iván, Anabel, Emilio“Milo”, e Itziar. Todos ellos nacidos en Guipúzcoa. >>

San Sebastián, principios de los años sesenta. “Tano” y Manoli, de novios, en una fotografíade barraca de feria.(Archivo Familia Goce Palmón).

Manoli nació el 22 de octubre de 1949, y aunque gallega de nacimiento, se trasladó a San Sebastián con su familia al año y medio de nacer. Se le puede considerar por lo tanto como casi guipuzcoana. Su padre era marinero, y desde el puerto de Mugardos, ante la precariedad del trabajo, se fue a buscar fortuna a tierras vascas. Anduvo de motorista durante muchos años en varios pesqueros de Pasajes.

Por entonces, los barcos de esta localidad andaban “al arrastre” a la merluza, por el Gran Sol, la costa de Francia, la costa gallega, hasta bajaban a veces hasta las Islas Cíes y hasta la costa de Portugal.

Baiona, Ex Colegiata de Santa María, 17 de septiembre de 1966. Boda de Manoli Palmón Toimil y Luciano Goce Moldes. A su izquierda, Antonio Vilar Montero “de Mauricio”, y su esposa Rosa Pereira Santos. Delante, Antonio Carrillo Goce, “o neco”, un primito que llevaba las arras.(Archivo Familia Goce Palmón).

Baiona, Ex Colegiata de Santa María, 1966. Boda de Manoli Palmón Toimil y Luciano Goce Moldes. De izquierda a derecha: Antonia y María del Carmen Palmón Toimil, hermanas de la novia, José, esposo de María del Carmen, los novios, Concha Moldes, y los padres de la novia, Carmen Toimil y Manuel Palmón. Delante, Toñito “o neco”, con las arras. (Archivo Familia Goce Palmón).

1975. Manoli y “Tano”, viniendo de Canarias a Vigo a bordo del “Naután”.

Baiona, A Ribeira, 1977. “Tano” y Manoli, con sus hijos. A la izquierda, Emilio “Milo”, subido de pie en la barandilla; en el centro, el rubio Iván, intentando subirse como su hermano mayor; y a la derecha, Itziar,sentada como sus padres.

Al volver a Baiona en 1975, “Tano” embarca, esta vez ya de patrón de pesca, en el “Lestón” de los Maciel. Iban hasta las Islas Salvajes a pescar mero “al palangre” . <<Y pescábamos bien. Más que islas, son unos arrecifes, situados entre el Archipiélago de Madeira y las Islas Canarias. Pero me llegué a aburrir. El barco era muy poca cosa, y a veces nos cogía el viento de tal manera que parecía desde el puente que nos iba a llevar por los aires. Lo dejé. >>

Las Islas Salvajes, entre el archipiélago de Madeira y las Islas Canarias.

<<Del “Lestón” pasé a pescar en las Islas Canarias “al arrastre

”, y al final acabé en Mozambique pescando langostino y gamba. >

“Faro de Vigo”, 1978. Entrevista a Luciano Goce. (Continúa página siguiente…)

<<Mi padre nos llevaba a pescar en la gamela siendo muy niños -cuenta Tano-. Yo con ocho años, y mi hermano Emilio con dos más. Una mañana de aquellas, ya rompiendo el día, mi padre nos mandó a dormir en el fondo de la barca, mientras él remaba cara a Baiona. Traíamos una buena pesca, y se ve que de la caixonada donde se almacenaba el pescado, saltó un congrio bastante grande. El caso fue que al llegar a puerto, yo desperté abrazado a aquel congrio, que incluso pudo haberme mordido. >>

Preguntado por el periodista en su casa de Baredo, “Tano” habla del apodo familiar de “os valixas”, de su origen, y de la conversión de un clan de actores de teatro en una saga de buenos pescadores… aunque también aclara que en todas las obras de teatro de aficionados representadas en Baiona, siempre aparece algún Goce entre el elenco de artistas. <<Tuve muy poca escuela, porque el maestro de Baiona me trataba demasiado mal. Hasta que un día, ya aburrido, no volví más.

Por eso, que aún ahora, me parece imposible que hubiera conseguido sacar el título de “Patrón de Pesca de Altura”. En esto me ayudó mucho un profesor, don Jesús Lasheras Mercadal, director de la Escuela de Pesca de Pasajes, que había sido capitán de submarino, y fue expulsado de la Armada por negarse a matar durante la guerra a españoles como él. >>

<<En 1980, andábamos en el “Amasua Cuatro” por Mozambique a la pesca del langostino y de la gamba. Hubo un día que viramos de repente, y en la maniobra cogimos un banco. Llenamos el barco de langostino negro. Pescamos más de dos mil cajas. Por entonces ya empezó a molestarme la pierna. Me producía tanto dolor que no era capaz de dormir más de dos horas seguidas. Una mañana, el jefe de máquinas, viéndome tan mal, me echó prácticamente del barco para que me cuidara. Yo andaba subyugado por la pesca, no pensaba en otra cosa. Me había costado tanto trabajo llegar a aquella posición de patrón, que no me preocupaba en absoluto de mi pierna. Le expuse el problema a la armadora, me sacaron billete de avión en Maputo -antes conocida por Lourenço Marques-, y regresé a Baiona. Al poco tiempo de llegar, me atendió en Povisa el doctor Castromil. Comenzó a tratarme, y como es natural, me prohibió tajantemente seguir embarcado. Pero yo le insistí tanto, tanto… que al final me dio la autorización. “Si tomas estas pastillas y no fumas nada, te voy a dar permiso para volver… y a ver cómo va la cosa.” Yo andaba en aquella armadora -Compesa se llamaba, con base en Huelva- saltando de barco en barco, pero tras un tiempo con ellos, me había ganado la total consideración de los jefes, y ya me tenían destinado un barco nuevo para mí, recién salido del astillero. Al cabo de un mes ya no aguanté más y tuve que regresar a Vigo. No tuvieron más remedio que amputarme la pierna por falta de circulación. Me operaron seis veces. Fue en 1981, y tenía treinta y nueve años. Entre la armadora y mis compañeros, me enviaron más adelante un millón de pesetas de ayuda. Pero hubo uno, precisamente de Baiona, que al ser preguntado si daba algo para ayudar a “Tano”, respondió que ya lo arreglaba aquí personalmente conmigo. Del “amigo” nunca más se supo. >> Pasado algo más de un año desde la pérdida de la pierna, en noviembre de 1983, Luciano Goce Moldes, “Tano”, envía una carta abierta al “Faro de Vigo”, en la que da cuenta del gesto solidario que con él habían tenido la armadora andaluza y sus compañeros de mar.

Antonio “de Mauricio”, corresponsal de “Faro de Vigo” en Baiona, publicaparte de la carta abierta que Luciano Goce Moldes, escribió a sus compañeros y a la empresa “Compesa”de Huelva, tras la perdida deuna piernapor enfermedad.

Cuenta “Tano” que los armadores de Huelva le tenían un gran afecto. “Cuando te pongas la prótesis, te vienes de nuevo a pescar aquí. ” , le decían al poco tiempo de ser operado. Pero “Tano” ya nunca quiso volver.

En junio de 1984, “Faro de Vigo” edita un especial dedicado a América del Norte, destino que había sido de muchos gallegos emigrantes a lo largo de todo el siglo. Se escribe sobre las ciudades y pueblos más destacados de Galicia, sus actividades, los emplazamientos turísticos de mayor relevancia… En el turno de Baiona, el corresponsal Antonio “de Mauricio”, publica varias entrevistas, y entre ellas, un comentario sobre dos “lobos de mar”, uno viejo, Pepe “o Caringa”, y uno joven, Luciano Goce Moldes.

1984. Especial de “Faro de Vigo” dedicado a América del Norte.

Antonio “de Mauricio”, corresponsal del “Faro de Vigo” en Baiona, publica este reportaje en el “Especial América´84”, en el que menciona a Pepe “o Caringa” y a LucianoGoceMoldes como auténticos “lobos de mar”.

<<Una noche de invierno, con un fuerte temporal, oímos desde la cama un ruido extraño, ahí enfrente, en las rocas, que se repetía una y otra vez… Me di cuenta que tenía que ser de un velero, ya que era ese sonido característico de los “stays” de las velas golpeando en el palo cuando hace mucho viento. Nos levantamos para ver que ocurría, y ya mi hijo vio por la ventana acercarse a un hombre. “Papá, viene un hombre”, me dijo. Venía andando sobre las peñas, y el velero se veía en el mar completamente destrozado. El temporal lo había estrellado contra las rocas. Se trataba de un navegante solitario. >>

1985. Carta de agradecimiento del Consulado Británico en Vigo a la familia Goce Palmónpor sucomportamiento con el náufrago inglés.

<<Estuvo en nuestra casa cerca de un mes. Se había quedado sin documentación, sin dinero, sin ropa… Lo acompañamos a Vigo al Consulado Británico, que ya se hizo cargo de solventar la situación. Se trataba del súbdito inglés Johan Louis Luhnenschloss, propietario del yate “Amik”, de Rochester, Inglaterra. >> ”Tano” contabiliza en su vida cinco salvamentos en los que había participado. Y no contaba uno en el que lo salvaron a él y a sus dos acompañantes.

Baiona, años ochenta. “Tano”, remandopor la bahía, junto a su tío Enrique Goce.

<<Una mañana temprano, a las seis -cuenta Tano-, nos fuimos a pescar lubina en la ghamela “Iris”, de mi primo Enrique Goce Miniño. Nos acompañaba también su hijo Enrique, un chaval de diecisiete años. Nos desplazamos hasta A Boeira, y al cabo de unas horas, el mar se picó tanto que decidimos regresar a Baiona. Pero un fuerte golpe de mar nos echó a las rocas, chocamos contra los bajos de A Boeira, y la ghamela quedó varada. No tuvimos más remedio que echarnos al mar y alcanzar el islote a nado. Las embarcaciones que faenaban por allí dieron aviso a la Ayudantía de Marina de Vigo, que enseguida envió una “zodiac” de la Cruz Roja a rescatarnos. Cuando llegó la “zodiac”, con dos chicas muy jovencitas a bordo, tuvimos los náufragos que cuidar más de ellas, que ellas de nosotros. No tenían ni idea, y se estaban poniendo en verdadero peligro, tanto que hasta iban a perder el motor. Yo, que ya estaba sin una pierna, me dejé caer rodando hasta el mar, y luego desde allí subí a la “zodiac”. Al final llegamos sanos y salvos a Vigo. >>

1990. Información de Vicente Montejano sobre el accidente de los Goce en el islote de Boeiro, cerca de las Illas Cíes.(Archivo Familia Goce Palmón).

<<En otra ocasión -cuenta “Tano” -, en 1975, eran las doce de la noche, y se encontraba el “Lestón” arrimado al muelle de Baiona, preparándose para ir a Vigo a descargar el pescado. Y en esto, que se cae un hombre al agua entre el barco y el muelle. Resultó ser el señor Angelito, un compañero de bastante edad. Me tiré inmediatamente al mar, vestido como estaba, con un “chicote” en la mano, y con el temor, por un lado, de que no supiese nadar, y por otro, de que se hubiera golpeado al caer contra el casco o el muelle. Lo cogí en muy mal estado, estaba medio desvanecido, y lo llevé arrastrando hasta las escaleras, ayudándome del “chicote” para separar el barco del muelle. Un minuto más y se ahoga. >> Con su clásico humor, “Tano” salta en la conversación de un tema a otro sin apenas pausa, y tan pronto habla de un salvamento, como de una buena marea, como de cualquiera de los cientos de anécdotas que ha pasado en su vida… ya fueran de risa o de pena… <<Una mañana de aquellas, en la “Escuela de Pesca de Pasajes” , el profesor de Meteorología al entrar en una de sus clases, se dirigió a un alumno -un amigo de Corrubedo- y le preguntó: “Sí, sí, usted. ¿Cómo se llama usted?”. “¿En vasco o en castellano?, le contesta el rapaz. “¡No, no, en castellano! “, responde contundente el profesor. “José Román Ageitos”… El profesor toma nota en sus libretas… pero al cabo de un rato le pregunta intrigado: “¿Y en vasco?”. “Josechurro Romainandía Ageistosguirre”… La clase explotó de la risa… A José “o pequeno”, apodado así por bajito, le sobraban ocurrencias, a cada cual más simpática. >> << ¡Y dices que cheghamos con medio barco a terra!... ¡pero cheghamos! -le contesta “Tano” a su esposa. Ocurrió en el “Corrubedo”, un barco de Pasajes de 1.300 caballos, en el que andaba de patrón. Me había traído conmigo de Baiona a Toño “o checo” y a su hijo, “o neco”. Peghou tan forte o temporal, que reventou las ventanillas del puente, y se le incrustaron a “O checo” todos los cristales en la cara. El pobre cheghou feito un Cristo, con todo el rostro ensangrentado… >> <<Cuando me dieron el título de “Patrón de Pesca de Altura”, me encontraba embarcado en alta mar, y me gritó el patrón desde el puente: “¡Luciano! Hay un mensaje para ti. Estás aprobado”. Cuando desembarcamos al cabo de unos días, entramos en el bar “José Mari”, y le acabamos con todo el champán. >

Faro de Cabo Silleiro, 1975. Manoli y “Tano” .

Faro de Cabo Silleiro, 1975. Entre otros: Antonio “de Mauricio”, Rosa Santos Pereira, “Tano” Goce, Lito Vilar Montero -sargento de la guarnición de Cabo Silleiro, Manoli Palmón…(Archivo Familia Goce Palmón).

<<En esta pequeña excursión al Faro de Cabo Silleiro -cuenta Manoli Palmón- nos atendió el sargento del destacamento, Lito Vilar Montero, hermano del baionés Antonio “de Mauricio”, muy amigo nuestro. Recuerdo que al pasar por delante de los cañones del destacamento, cogió a mi hijo Emilio, que tendría seis añitos, y lo metió por la boca de un cañón como para dispararlo. Le dio un buen susto al rapaz. >>

Faro de Cabo Silleiro, 1975. Entre otros: Rosa Mary, “Tano”, Manoli Palmón, Rosa Pereira Santos, Antonio “de Mauricio”, Lito Vilar Montero, Mary Carmen, Manolo, los hermanos Pili, Mariví, Guti y José… <<En una ocasión me encontraba tan cansado -cuenta “Tano”, que mientras nos trasladábamos a Vigo a vender el pescado, me quedé completamente dormido dentro da caixa dos xurelos. Os peixes hicieron de colchón todo el viaje. Me despertaron cuando estaban ya en O Berbés descargando el pescado. Por poco voy yo en el medio de os xurelos. >> Los muchos patrones que tuvo “Tano” en Pasajes, le insistían uno tras otro en que debía sacar el título de patrón, que él valía para eso. “No sé que me veían -recuerda, que me ponían la cabeza como un bombo, y yo no me consideraba con preparación suficiente para estudiar” . “Tano” se quejaba siempre del maestro que había tenido en la escuela de Baiona que lo trataba mal, lo humillaba… “A ver, el burro de la tercera fila…”, le decía. Hasta que una mañana decidió no volver, desapareció de la escuela. Nadie se enteró en su casa, pero un día el maestro encontró a su padre por la calle y le dijo: “Oiga Goce, ¿por qué no viene su hijo a la escuela?”. “¿Cómo que no va a la escuela? Va todos los días”. Por eso a “Tano” nunca se le pasó por la cabeza que podría sacar un título alguna vez. Luego se demostró que el “burro” no lo era tanto, y que la razón la llevaban los patrones. “Dos sesenta e sete que sacamos o título, eu fun o número dous”.

Sabarís, años setenta. “Bodegón Miniño”, de Manolito Pousa González, que sirve un vino a Luciano Goce. Detrás, Rosa Mary -una amiga de San Sebastián- y Manoli Palmón, de espaldas. (Archivo Familia Goce Palmón).

Sabarís, años setenta. En la bodega de Manuel Pousa González. De izquierda a derecha: Manoli Palmón, Rosa Pereira Santos, Rosa Mary y Marita “a do forno” -esposa de Óscar Carreño.(Archivo Familia Goce Palmón).

Baiona, años setenta. Manoli Palmón, “Tano” Goce y Rosa Mary, la amiga de San Sebastián, en una rampa del muelle. (Archivo Familia Goce Palmón).

Vigo, Montero Ríos, años setenta. “Tano” Goce, Antonio “de Mauricio”, Rosa Mary y Manoli Palmón, de paseo por la ciudad. (Archivo Familia Goce Palmón).

Años setenta. Fotografía del “Libro de Familia”. Manoli Palmón Toimil y Luciano Goce Moldes, con sus hijos: Iván, Anabel, Emilio “Milo” e Itziar. Ninguno de los hijos de Manoli y “Tano” fue marinero, rompiendo así las tradicionales costumbres familiares. El mayor, Iván, lleva veinticuatro años trabajando en el Club de Yates de Monte Real, pero no como marinero ni cuidador de barcos. El otro hermano, “Milo”, sacó el título de “Patrón de Litoral”, pero nunca ejerció. Anda de camionero en una empresa de transporte. Las mujeres tampoco han tenido marineros en sus relaciones de pareja. Las nuevas generaciones de los Goce, lo mismo que la mayoría de los baioneses, han apartado por completo el oficio de pescador de sus proyectos laborales. Seis nietos le han dado sus hijos a Manoli y a “Tano”: Nerea y Vera, de Iván; Alejandro, de Anabel; Rubén y Lorena, de “Milo”; y Yago, de Itziar. Sus familias viven por la comarca, menos Anabel que emigró a Alemania. Y manteniendo los genes de artistas de la familia, Nerea estudia guitarra en la “Escuela de Música Municipal de Baiona”, y Lorena, recibe clases particulares de percusión y de piano que le imparte un primo. Ésta nieta también parece que canta muy bien, de hecho ya la reclaman para el coro del colegio. Rubén trabaja en “Telemariñas”, el periódico digital de noticias de O Val Miñor y O Baixomiño, con sede en Mougás, donde vive con sus padres. Yago, que reside en Nigrán en la casa paterna, estudia bachillerato, es el informático de la familia, y el que le resuelve a la abuela los problemas con su ordenador.

Iglesia de OBao, Coruxo, 1995. Boda de Itziar Goce Palmón y José Ramón Otero. De izquierda a derecha: Benito Pérez, Toñi “o neco”, Rosa Goce López, Enrique Goce Miniño, los novios, Carlos González, Moncha Goce Denis, Olga Pereira y Amparo Goce López. Abajo: ParucaGoce Denis.

Iglesia de OBao, Coruxo, 1995. Moncha Goce Denis, Rosa GoceLópez,la noviaItziar Goce Palmón, Amparo Goce López, Paruca Goce Denis y Olga Pereira -esposa de Enrique GoceMiniño.(Archivo Familia Goce Palmón).

Bahía de Baiona, 1993. Saliendo a recibir a la réplica de la carabela “La Pinta”, que llegaba procedente de un astillero de A Guarda. Delante, Manoli Palmón y Enrique GoceLópez. Detrás,Luciano Goce y Benito Pérez.

Arcade, 1991. Al regreso del entierro del político Pio Cabanillas Gallas, fallecido de un infarto, la comitiva de Baiona se detiene a tomar un refrigerio. Entre otros: Antonio “de Mauricio”, Rosa Pereira Santos, Luciano Goce, Manuel Copena “Nolete”, Manoli Palmón, Rosa Mary -la amiga de San Sebastián- el alcalde de Gondomar, “Chicho”Rodríguez Quintas, el alcalde de Santa María de Oia…

Baiona, Callede Elduayen, años setenta. José CarlosComesaña-marido de María del Carmen-, “Tano” Goce, Manoli Palmón y María del Carmen Carrillo Goce, “a checa”, con su hijodelante.(Archivo Familia Goce Palmón).

<<Era tanto el esfuerzo que hacíamos de marineros -recuerda “Tano”, tantas horas seguidas de trabajo intenso… que mira lo que me pasó en una ocasión embarcado en una antigua “vaca”. Entramos a comer, y el cocinero nos tenía preparada una tarterita de barro con salmonetes pequeñitos, con patatitas, muy rico… ”¡A ver, esto pra os vaghabundos!”, nos recibía siempre metiéndose con nosotros. Éramos tres poceros… Ese día me quedé dormido, así sentado como estaba, con un salmonete entre los labios… Llegábamos reventados, extenuados… Y así todas las jornadas de trabajo. Iba a otro barco, y me pasaba lo mismo. Llegó un momento que me dije: “Toda la vida vas a vivir así…” Y fue cuando empecé a estudiar para patrón… que también había que trabajar mucho, pero de una manera distinta. Cuando saqué el “Título de Patrón de Pesca de Altura”, ya conseguí trabajo en la misma escuela. Me cedió su puesto aquel amigo, Josechurro Romainandía Ageistosguirre, que lo dejaba porque a él le ofrecieron un barco más grande. Le dijo por telefonía a los armadores delante de mí: “No busquéis “Pesca”, que lo tenéis a bordo”, refiriéndose a mi persona. Yo estaba de “Patrón de Costa”, y con tal motivo me quedé de “Pesca”, puesto en el que se

ganaba bastante más dinero, el 10 % de la pesca, mientras que el de “Costa” se limitaba a un buen sueldo. Hice varias mareas con aquel barco, hasta que un día llegamos a puerto con una buena pesca, y yo iba bastante contento. Llevábamos unas cien cajas de merluza, besugo, jurel a montones… Cuando entregué la nota de pesca en el muelle, noté una conversación entre los armadores que no me gustó, y en aquel mismo momento ya me aparté de ellos. Me fui todo disgustado, y por el camino me di cuenta de que me había olvidado la bolsa, con pescado, ropa sucia, mis enseres personales… Al volver para recuperarla, estaba atracando el “Caprevi”, y como eran conocidos, me paré a saludarlos. José Prego, el dueño y patrón, me preguntó: “Y tú, ¿qué?”. “Yo tengo que buscar vida, que me han despachado”. “¿Despachado? Con esa marea que fiseches, ¿despacháronte?”. Después me enteré que había uno de Corrubedo que andaba metiendo cizaña por detrás, porque quería para él aquel puesto de “Pesca”. Pero ese barco era un barco difícil, a mí no me gustaba, y de hecho, al cabo de un mes o dos vinieron a buscarme a casa, y yo les dije que no. Preferí seguir de “Patrón de Costa” en el “Caprevi”.

Luego, una tarde de aquellas, me anunció el “Pesca”, “o demiño” le apodaban, que se iba de vacaciones veinte días. A mi me llamaba siempre “capitán” o “Lucien”, Luciano en francés. Yo venía observando que iba hasta el Canal de Cabretón, a hora y media de Pasajes, y elegía para “largar” una zona bastante rocosa, que de no seguir bien el rumbo, rompía los aparejos. Pero él la conocía al dedillo, y yo conseguí dar con el sitio y con la maniobra adecuada. En un lance de cuarenta minutos “al arrastre”, se cogían cuarenta o cincuenta cajas de merluza fresquita. Durante un par de meses batí todos los records económicos del barco. >> Después de verse obligado a abandonar el mar, “Tano” siguió pescando por la zona de Baiona, pero ya en plan de aficionado. “Pesca deportiva”, define el viejo lobo de mar. Es evidente que su vocación de pescador aún se mantenía viva, y su olfato para dar co peixe lo conservaba intacto. Siempre tenía voluntarios para acompañarlo en sus salidas “deportivas”, o bien lo invitaba a ir en otras embarcaciones.

<<Una mañana, mi primo Enrique y yo, salimos a pescar en su planeadora por la zona de O Lobo. Esta embarcación resultaba estupenda para pescar en lugares rocosos. Mi primo era un excelente pescador de caña, y lo dejé en unas rocas por la parte de tierra de O Lobo. Mientras esperaba en la lancha, me pareció oír voces de socorro. Me acerqué un poco a donde estaba Enrique, y a gritos le pregunté si él también las había escuchado. Me confirmó que sí, y entonces con la planeadora me fui metiendo con mucho cuidado entre las rocas, yo las conocía bien, y sabía cómo batía el mar en ese lugar, hasta que encontré al hombre desesperado encima de unas peñas. Lo fui tranquilizando mientras me acercaba, le grité que siguiera hablando para orientarme, y le dije que ya iba en su ayuda.

Partede la toponimia de Cabo Silleiro, de Xosé Lois Vilar.

El hombre, marinero del Club Náutico de Panxón, había llevado a un socio a las Illas Cíes, y al regreso se había quedado sin gasolina en su lancha. El mar fue arrastrando la embarcación hasta las mismas rocas de O Lobo. Llevaba allí toda la noche, y ya estaba en las últimas, completamente asustado, y casi sin fuerzas. Entre tanto, apareció en auxilio la lancha de la Guardia Civil, que tenía demasiado calado como para poder acercarse al náufrago. Así que yo lo recogí, lo metí a bordo, y lo trasladé enseguida al barco de la Guardia Civil, donde ya le atendieron. Luego, entre Enrique y yo, rescatamos la lancha de aquel hombre, y la llevamos remolcada hasta Baiona. >>

Baiona, años dos mil. Su última lancha, “Tere”, fondeada cerca del muelle.

En 2007 hizo “Tano” una de las últimas salidas en su lancha “Tere”, acompañado de unos amigos que se lo habían pedido. Pescaron por la zona de las Estelas, por Cabo Silleiro, por las Cíes… por lugares tan familiares para él como su propia casa.

2007. “Tano” Goce Moldes, pescando por Cabo Silleiro en la lancha “Tere”.

En septiembre de 2016, el matrimonio Luciano Goce Moldes y Manoli Palmón Toimil, celebra sus “Bodas de Oro” en la Ex Colegiata de Santa María de Baiona. Rodeados de sus hijos, nietos, familiares y amigos, revivieron el acto religioso en la misma iglesia de 1966.

Baiona, Ex Colegiata de Santa María, 2016. “Bodas de Oro” de Manoli Palmón Toimil y Luciano Goce Moldes. Los novios, con sus padrinos de boda: Rosa PereiraSantos, viuda de Antonio “de Mauricio”, y José Vilar Pereira. (Archivo Familia Goce Palmón).

Después del acto religioso, los invitados se trasladaron al ”Restaurante Rocamar” en Baredo, donde disfrutaron de una entrañable reunión, alrededor de un suculento y copioso almuerzo. “Luciano, ¿cuándo ponen la comida?”, le dice un invitado en tono jocoso, después de hincharse de marisco, de pescado, de carne… <<Vino toda la familia -comenta Manoli- y amigos de Baiona, de Vigo, de A Coruña... Estuvo la hija de Corina Porro y su marido, con sus dos hijitas que yo eduqué como si fueran mías. Dicen ellas que soy su “segunda abuela”, y yo digo que son “mis nietitas”. Sólo faltó mi hija Ángela y su hijo Alejandro, que residen en Alemania. >>

Baiona, Ex Colegiata de Santa María, 2016.Foto de Familia de las “Bodas de Oro” de Manoli Palmón Toimil y Luciano Goce Moldes. De izquierda a derecha: Itziar Goce Palmón, su hijo Yago, Emilio Goce Palmón, Manoli, Carla -una de las “nietitas” de Manoli-, Rubén -hijo de Emilio-, Luciano, Iván Goce Palmón, su hija Vera, Lorena -hija de Emilio-, Nerea -hija de Iván-yMary -la mujer de Iván.

Ahora, a finales del 2016, en la tranquilidad de “Villa Itziar”, con el mar y el batir de las olas delante, descansa el matrimonio con los recuerdos del “viejo lobo de mar”, y la irrupción frecuente de alguno de sus seis nietos. Atrás quedaron los padres, los hermanos, los años de niñez y juventud en Baiona, Pasajes y Guipúzcoa, los mares del mundo en los que pescó, las múltiples anécdotas, sus compañeros… En esos momentos de reflexión, confiesa Manoli que regresaron a Baiona por la morriña insufrible de “Tano”. Luego, una vez en su tierra, estaba mucho más tiempo en la mar que en casa, “y era yo la que soportaba mal sus ausencias”. <<Nos encontrábamos muy bien en Pasajes -recuerda Manoli. Teníamos buenas amistades, y Luciano estaba considerado como un gran patrón. Yo, cuando llegamos a Baiona, eché mucho de menos a Pasajes y a San Sebastián. Su nivel económico, la cultura y la forma de vivir de sus gentes… Y eso que eran los momentos

más difíciles de ETA… aunque nosotros en ese aspecto no tuvimos problemas… >> “Tano” interrumpe a su esposa en ese momento, y recuerda enseguida algo que les pasó. <<La Guardia Civil nos paró en dos ocasiones yendo de Pasajes a San Sebastián. En ambas iba sin carnet de identidad, y tuve que explicarles que era marinero, que se acercaba con su esposa a la capital a disfrutar de su pequeño descanso con los amigos… Para que comprobaran la veracidad de mis palabras, les enseñé las palmas de las manos, tan encallecidas que podía clavar una punta con ellas… “¡Adelante!”, me dijeron… Mis manos fueron el mejor carnet de identidad. >> Manoli, en la reflexión sobre sus nostalgias de San Sebastián, me explica que ella era gallega tan sólo de nacimiento, y que a pesar de que iba todos los veranos a Mugardos, vivía en Guipuzcoa desde que tenía menos de dos años. Se consideraba guipuzcoana. <<Pero eso sí, lo que nunca sabremos es si la vida nos hubiera ido mejor allá, no sólo a nosotros, sino también a nuestros hijos. >>

Baiona, 2007. Luciano Goce Moldes,en una de sus últimas salidas de pesca deportiva, con A Goeira de fondo.(Archivo Familia Goce Palmón).

<<Si no hubiera perdido la pierna, me hubiera hecho millonario como patrón. Yo disfrutaba pescando… y pescaba bien. Batía todos los records de pesca de los barcos donde andaba. Era mi vida. A mí, los meses en el mar se me pasaban volando. Pero mi mujer, aquellas ausencias tan largas no las llevaba demasiado bien. >>

<<Te voy a contar la última anécdota -me dice “Tano” a modo de despedida, con una amplia sonrisa en la boca. Mi suegro, Manuel Palmón Filgueiras, antes de casarse, pasó una temporada en Nueva York aconsejado por su hermano, que tenía allí un restaurante y un hotel. No se entendió bien con él, y al cabo de un tiempo se separó de aquella ocupación que le proporcionaba. Fue entonces cuando durante unos meses trabajó de chófer para Al Capone sin saberlo. Repartía whisky por toda la ciudad, y se enteró de su situación porque le cogió una redada de la policía. Dejó la banda de inmediato y regresó a Mugardos. Al Capone acabó con su aventura americana. >> “Ya apareció mi última “Libreta de Marinero”. Contiene media vida mía”, me dice Luciano al marcharme.

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