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IX Pitusa Coello Denis

IX. Pitusa Coello Denis

Si existe una persona especialmente enamorada de Baiona, ésta no es otra que Pitusa Coello Denis. Nacida en la villa en 1934, ha vivido muchos más tiempo en Buenos Aires que en su tierra natal. Emigrada con diecinueve años, ya lleva más de sesenta residiendo en la capital argentina, y aún mantiene una fuerte nostalgia de su amada Baiona. Desde allá, con ese espíritu vital que le acompaña, intenta estar al tanto de todo lo que sucede en su pueblo, y en ello doy fe que lo consigue. Si entras cualquier día en facebook, la encontrarás participando activamente de las noticias, de las fotografías, haciendo comentarios diversos, enviando y recibiendo saludos de sus muchas amistades… en definitiva, viviendo paso a paso los aconteceres de su querida tierra. Hasta parece que cada año que pasa, sus amores, sus nostalgias, sus sensibilidades más profundas, sus familiares y amigos… sus enormes morriñas… lejos de desvanecerse en la distancia y en el tiempo, aumentan y se intensifican todavía más. Ahora en este siglo, con la milagrosa ayuda de la tecnología, consigue amortiguar sus sentimientos y acercarse al día a día de la villa desde el otro lado del océano.

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Sin dejar por ello, tan pronto puede, de cruzar el charco y llegar eufórica a Baiona de visita. Mientras está aquí, no quiere salir ni un solo día del pueblo, y se pasa los minutos, las horas, las mañanas, las tardes… visitando a sus amistades y recordando con ellas tiempos inolvidables de su vida. Pasea por muchos espacios que han desaparecido, por otros que cambiaron radicalmente, y también por nuevos lugares nacidos con la modernidad y el progreso. Pero sigue encontrándose con las mismas viejas murallas de Monte Boi, con los atardeceres desde el Rompeolas, con el mar azul que se pierde en el horizonte, y las Estelas y las Cíes al fondo como siempre…. la Virgen de la Roca por un lado, Monte Ferro por el otro, la Colegiata, Santa Liberata, el Convento…

Pitusa Coello Denis, junto a su madre y sus tres hermanas pequeñas, emigró a Argentina en 1954, y tardaría nada menos que treinta y cuatro años en regresar de visita a su pueblo. En Buenos Aires ya estaba su hermano José Luis desde hacía dos años, y su padre, desde hacía uno. Tan pronto pudieron, siguiendo los planes establecidos, reclamaron al resto de la familia.

1954. Emigración de Pitusa Coello Denis a Buenos Aires en el buque “Entre Ríos”. En el viaje fue nombrada “Miss Entre Ríos”, corona y banda de honor que luce a la izquierda de la fotografía. Fue el último viaje del trasatlántico, antes de ser desguazado.(Archivo Familia Coello Denis).

Las familias gallegas, ya desde finales del siglo XIX, se embarcaban para Argentina, para Uruguay, para Venezuela… buscando un mejor porvenir para sus hijos. Se calcula que más de dos millones de gallegos emigraron a América desde entonces… y Buenos Aires es aún hoy considerada la quinta provincia de Galicia. “A mis diecinueve años no me preguntaron si quería irme da miña terra”, comenta Pitusa.

Hija de Amador Coello Ruíz, “zapateiro”, natural de Vigo, y de la baionesa Amelia Denis Mijón, hermana de “Pita a do Cantador”, es la segunda de cinco hermanos: José Luis (Baiona, 1933), Pitusa (1934), Rosa María (1944), María de los Ángeles “Peque” (1946) y María Amparo (1953). El padre de Pitusa fallecía a los ochenta y ocho años, y su madre, más conocida por “Antonia”, acaba de morirse, septiembre de 2016, a la edad de cien años y once meses. Su hermana María de los Ángeles “Peque”, falleció en Canadá en 2006, a los sesenta años.

Buenos Aires, 2016. Amelia Denis Mijón, conocida por “Antonia”, días antes de fallecer.(Archivo Familia Coello Denis).

<<José Luis y papá querían volverse después de estar allí más de dos años -cuenta Pitusa. Decían que no nos íbamos a adaptar a aquella vida en Argentina, sobre todo yo. Escribieron cartas y más cartas, y mi madre siempre respondía con la misma letanía. Que no, que esto estaba muy mal, y que aquí no había porvenir, que teníamos que emigrar… Y eso que nosotros nunca pasamos privaciones, que eso siempre lo resolvió muy bien mi padre. Mi madre, mis tres hermanas y yo, llegamos a Argentina el 24 de enero de 1954 a bordo del “Entre Ríos”. >>

<<A pesar de lo triste que resulto separarnos de nuestra tierra, nos fuimos acostumbrando a aquella nueva vida. Sin nuestra amada abuela Eulalia, sin nuestros tíos y primos, sin nuestros amigos… sin Baiona. >>

Amador Coello Ruiz, “zapateiro”. (Archivo Familia Coello Denis).

Como en la mayoría de las familias gallegas, los Goce y los Denis han tenido emigrantes entre ellos. Se sabe que Emilio Goce Fernández fue el primero que emigró en 1905, y que ha formado allá una gran familia que se comunica de vez en cuando con la de aquí. Su nieta Claudia visitó Baiona en 1996 para conocer a los familiares y la tierra donde había nacido su abuelo. El primer emigrante de la familia Coello Denis fue José Luis, el hijo mayor, con tan sólo dieciocho años. Después iría reclamando desde Buenos Aires a su padre, y más tarde a su madre y a sus cuatro hermanas.

Vigo, Estación Marítima, 7 de mayo de 1951. Despedida de José Luis Coello Denis y su primo, Manolo González Mijón,“Barros”, que emigraban a Argentina. De izquierda a derecha: Elisa, MarcelinoDenis, Pita Denis Mijón, José Luis Coello Denis, Arturo “Mekerle”, Pitusa Coello Denis, el matrimonio “Antonia” Denis Mijón y Amador Coello “zapateiro”, Antonio “o checo”, Rosa Goce López y Manolo González Mijón, “Barros”.(Archivo Familia Goce Denis).

<<En Buenos Aires formamos entre todos una hermosa familia -explica Pitusa. Nuestros hijos estudiaron sus carreras universitarias, y lo más importante, me siento muy orgullosa de ellos y de mi marido porque son buenas personas. Eso sí, a pesar de encontrarme feliz con los míos, vivo acompañada toda la vida de una enorme nostalgia… de tener mis raíces tan lonxe. >>

Vigo, Muelle de Trasatlánticos, 7 de mayo de 1951. Josefa Denis Mijón, en la despedida en el puerto de su primo Manolo González Mijón “Barros” -a su izquierda-y de su sobrinoJosé Luis Coello Denis -a su derecha-, el primero que emigró a Argentina. (Archivo FamiliaGoceDenis).

A partir de la llegada definitiva de la familia Coello Denis a Buenos Aires, la vida de todos ellos sufrió un profundo cambio. Asumido en general con resignación y un necesario buen ánimo, se abrieron desde entonces nuevas expectativas para los chicos que jamás hubieran soñado alcanzar en su tierra natal. No necesitaron demasiado tiempo para integrarse en la sociedad bonaerense, con sus costumbres, sus giros idiomáticos que tanta gracia le hicieron al llegar, la presencia de muchos paisanos de Galicia… y la buena acogida que siempre recibían los gallegos en Argentina. Atrás se había quedado Baiona, con abuelos, hermanos, tíos, primos, amigos… con las callejas, el castillo, las viejas iglesias y capillas… el pueblo marineros de los mil paisajes… la Virgen de la Roca, Santa Marta, las Estelas y las Cíes… aquella bahía que olía a salitre y a argazo… Hasta les quedarían en el recuerdo los días de lluvia, el rumor incansable de las olas, el orballo, el lamento de la sirena de Faro Silleiro avisando del peligro… y las gaitas y los bailes regionales en los días de fiesta, los gigantes y cabezudos, la banda del pueblo en el pasacalles… << ¡Hemos dejado tantas cosas en Baiona! -recuerda Pitusa. Las famosas rondallas del abuelo de principio de siglo: “Los Turcos”, “Os Bufóns da Infanta”, “Los marineros de Ultramar”… Recorrían las calles cantando aquellas canciones que componía el músico Vernet… >>

Baiona, 1913. Una de las comparsas que participaron en O Entroido de ese año. Es muy posible que Ernesto Denis “o Cantador” formase parte de esta agrupación.

Carnaval, 1924. Letra de Nogueira de la obra para comparsa “La Guardia del Sultán”, con música de Vernet, que interpretaban “Los Turcos”. Ernesto “o Cantador” era el solistade esta rondalla. (Archivo Caino).

<<Nuestra familia participaba en toda cuanta actividad había en el pueblo. Mi padre fue siempre una persona muy movida. Además de zapatero, era el encargado del “Cine Avenida” de Baiona, y el mismo preparaba los afiches publicitarios con las películas que se emitían. Bien relacionado con el vecindario, era una persona querida. Aún me acuerdo de cómo enseñaba el trabajo de zapatero a Emilín, que después tuvo su propia zapatería, y alcanzó gran popularidad por la churrería que había montado en un kiosko en la Calle Ramón y Cajal. >>

<<Mi padre Amador Coello, mi hermano José Luis y yo, formamos parte de esta rondalla, que al parecer era conocida como “El Coro de los Reyes” -comenta Pitusa Coello Denis al ver la fotografía-. Había alcanzado una enorme popularidad, no sólo en Baiona, sino también en toda la comarca. La dirigía el señor Oriental, el padre de las Verísimas. >>

Baiona, 1952. Rondalla “El Coro de los Reyes”, dirigida por el señorOriental, situado en el medio del grupo con abrigo y corbata. Entre otros: Moncho, Mano, Pilar “a ghata”, Amador Coello “zapateiro” -con corbata, a la izquierda del Sr. Oriental, Queta, Venturita, Emilín, Viñas, José Luis Coello Denis -sentado delante con una mandolina-, Casimiro Pereira, Mario Vasconcellos, Antón, Pitusa Coello Denis -cerca del director, a su derecha-, José Rodríguez, Lola “a zapatillera”, Manolo González Mijón “Barros”, José Barra “o Judas”… Entre su repertorio, se encontraban varias obras para comparsas de Urbano Vernet. (Archivo Esperanza F. Vernet).

La comparsa “El Coro de los Reyes” se disolvió al cabo de pocos años. La emigración de los Coello, de Manolo “Barros”, el absorbente trabajo de los marineros, las chicas que contrajeron matrimonio… dieron lugar a su desaparición. Una verdadera pena, porque lo hacían muy bien. Se les echó de menos en la villa.

Rondalla de Baiona, fin de los años cuarenta. Se pueden ver, entre otros: al director, el Sr. Oriental -con sombrero, en el centro-, a Antonio Coello “zapateiro” -con chaqueta y corbata, a la derecha del director-, a sus hijos Pitusa -delante de su padre-y José Luis Coello Denis -en primerafila y el más joven, con su mandolina.

<<Entre las muchas actividades de mi padre se encontraba también el fútbol. Fue un entusiasta colaborador del “Bayona Sporting Club”, equipo que había en los años treinta, desaparecido a causa de la guerra civil. Jugaba en el campo de A Palma, y estaba formado por jugadores de la zona, la mayoría de ellos chicos muy populares en el pueblo. >>

Baiona, A Palma, 1933. Bayona Sporting Club. De pie: un aficionado, Lolo Puga, Carlos Marques, Paco “Moscón”, Eulogio Estelas, “Virasuela”, Pipo Varela, Román, Antonio “o portughés” y Amador Coello “zapateiro”. Agachados: Martín Varela, “Rachote”, “Amberes”y “Virolas”.

La familia Coello Denis había asistido a situaciones complicadas en Baiona, de mucha hambre y variadas necesidades en el vecindario… además de auténticas atrocidades físicas. Ya se sufrían antes de la guerra, siguieron durante la guerra civil, y lo que aún fue peor, en la posguerra se padecieron unos años que las gentes de la época no han podido olvidar. Y sin embargo, Pitusa, nacida en 1935, un año antes del comienzo de la contienda, y que además transcurre su niñez en los peores tiempos que se recuerdan de Baiona en el siglo pasado, mantiene su memoria con una nitidez llena de escenas felices.

Baiona, Ex Colegiata de Santa María, 1942. Primera comunión de Pitusa Coello Denis y su hermano José Luis. (Archivo Familia Coello Denis).

Baiona, años cuarenta. “Colegio Virgen de la Roca”, de las Hermanas Franciscanas, administradoras del antiguo “Hospital de Caridad Sancti Spiritus” desde el s. XVII. Las populares hermanas Julinda, María Luisa, Asunción, del Divino Corazón y Laura, impartieron clase a varias generaciones de baioneses, niños y niñas.

La segunda por abajo sentada en la escalera, con vestido blanco, es “Peque” Coello Denis; a su lado, su hermana Rosa María; en la fila de atrás, y justo entre las dos, su primaMaría Luisa Goce Denis.

Pitusa guarda momentos inolvidables de su etapa de niña con las monjas. En la escuela empezarían a emerger los genes del canto heredados del abuelo Ernesto. Pronto pasó a formar parte del elenco de artistas que interpretaban las obras musicales y de teatro que montaban las monjas con mucho esmero, y enorme éxito. Entre ellas destacaba la Hermana del Divino Corazón, una experta en música y canto coral, y tremendamente exigente con las niñas. “Cuando alguien desafinaba en el coro, las miradas de la hermana del Divino Corazón te taladraban”, cuenta Paruca Goce.

1949. Obra de teatro con las monjas del “Colegio Virgen de la Roca”. Esperanza Fernández Vernet, Pitusa “a de Visita” y Florita Cadilla.

Pitusa saca su álbum, y aparecen las más variadas escenas de Baiona, esas que le han quedado grabadas a fuego en su memoria, y que a pesar del paso del tiempo, siguen cada vez más vivas en sus recuerdos.

Baiona, años cuarenta. Paseando por la Calle de Elduayen. Amador Coello Ruiz, “Antonia” Denis Mijón, y dos amigas de Madrid. La niña pequeña es Rosa Mary, y la otra, su hermana Pitusa Coello Denis.(Archivo Familia Coello Denis).

Baiona, Calle Ramón y Cajal, 1944. Pitusa Coello, de vestido oscuro, con los padres y hermanos de su amiga Emilia Cedeira. La carretera estaba en plena reparación.

Baiona, 1950. En la taberna de la tía Antonia. Pitusa Coello Denis, Rosa GoceLópez y Lino DenisMijón. (Archivo Familia Coello Denis).

Baiona, A Ribeira, 1950. La abuela Eulalia con su hijo Lino Denis Mijón, poco antes de trasladarse a Buenos Aires.(Archivo Familia Coello Denis).

Baiona, “Hospital del Sancti Spiritus”, 1948. Obra de teatro “Santa Juana de Arco”, dirigida por las monjas del “Colegio Virgen de la Roca”. Arriba: Florita Cadilla, Queta, Chicha Vilar, Emilia Cedeira y Pitusa Coello Denis. En medio: Lola Vilar. Abajo: Dora y María del Carmen “de Mauricio”. (Archivo Familia Coello Denis).

Vigo, 1952. Fotografía que Pitusa Coello Denis dedicó a su hermano “Lis”, ya emigradopor entonces a Buenos Aires. (Foto Pacheco. Archivo Familia Coello Denis).

Superada una feliz niñez a pesar de los malos tiempos, Pitusa se prepara ahora para afrontar una hermosa juventud en su tierra. Cada vez más lejana la guerra civil, Baiona comienza a levantarse de su deteriorada situación anterior, y de manos de una relevante flota pesquera arranca hacia épocas mejores en su economía.

Baiona, principios de los años cincuenta. Reunión de la rondalla. La única mujer es Pitusa Coello Denis; a su derecha, Amador Coello, su padre; en medio su tío Ernesto Denis Mijón. Es entonces, a mediados de los años cuarenta, cuando Pitusa inicia sus momentos de madurez, y pasa a intervenir con asiduidad en casi todas las manifestaciones culturales de la sociedad baionesa: Fiestas de Carnaval, obras de teatro de mayor empaque que las de antes, actuaciones líricas, bailes regionales… Igual que de niña, es elegida siempre para formar parte de la mayoría de los grupos interpretativos. Su versatilidad como actriz, como cantante, como bailarina… facilita su elección, sin olvidar también su limpia y llamativa belleza.

Acompañada de sus muchas amigas, aparece en las abundantes fotografías de aquellos años: de paseo por la villa, acudiendo a concursos de disfraces, en las romerías de la comarca, en las fiestas del Carmen y de La Anunciada… Fueron tiempos muy felices para ella que no ha podido borrar de su memoria, a pesar del tiempo transcurrido, y de una lejanía insalvable.

Baiona, 1949. Mary Carmen “a do sastre”, y Pitusa Coello Denis, de “margaritas” en un carnaval celebrado en el “Cine Avenida”. Sus madres le confeccionaban los vestidos.

Baiona, años cincuenta. Pitusa Coello Denis, disfrazada de hada en carnavales.

Pitusa ha dejado en Baiona grandes amistades de su niñez, de la escuela, de su juventud… que aún hoy conserva en su mayoría a través de las redes digitales. En las ocasiones que ha venido de visita a la villa, se encontraron de nuevo, han conversado con mucha calma en veladas interminables, recordaron con nostalgia aquellos tiempos compartidos… y también echaron en falta a alguna compañera que se había ausentado, y otras ya fallecidas.

Baiona, atrio de la Colegiata, 1949. Arriba: Florita Pedreira, Mary Carmen “a de Mauricio”, Irene “a do Fasquías” y Florita Pereira. Abajo: Pitusa Coello Denis y Florita Esperón. (Archivo Familia Coello Denis).

Baiona, Rúa do Conde, 1950. Irene “a do Fasquías”, en la puerta de su casa, y Pitusa CoelloDenis, camino de la Fuente de Zeta con el balde dispuesto.

Era una escena habitual por las calles de la villa. Mujeres, más o menos jóvenes, y siempre ellas, nunca hombres, portando en sus cabezas los baldes con el agua recogida en la Fuente de Zeta, en A Laxe, en el Convento… Hasta 1952, Baiona no pudo contar con agua corriente en las casas.

Baiona, 1950. Irene “a do Fasquías” y Pitusa Coello Denis, en el clásico paseo del domingo por la Calle de Elduayen. Detrás, se puede ver la nave de la antigua fábrica de salazón, convertida más tarde en una industria conservera, luego en un garaje, en salón de baile… y en laactualidad, años dos mil,en un edificio de varios pisos.

Los recuerdos fotográficos de Pitusa nos permiten observar con claridad las costumbres de la época, y en algunas de las imágenes nos encontramos con lugares muy cambiados.

A principios de los años cincuenta comenzaba la fiebre del fútbol en Baiona. El mítico Erizana de los “Lanina” , “Cabecitas” , Montaña, “Mekerle”… llenaba el campo de A Palma en los partidos, y arrastraba a medio pueblo en sus desplazamientos.

Gondomar, Campo da As Gayandas, 1951. Pitusa Coello Denis, a los diecisiete años, con su amiga Lolita “a de Sirín”, en un partido de fútbol de la máxima rivalidad entre el Gondomar y el Erizana.

Baiona, A Ribeira, 1951. Chiruca, hija de un torero amigo, y Pitusa Coello Denis.

Baiona, 1950. En el “Cine Avenida” durante el carnaval. Las dos últimas de la derecha, son Emilia Cedeira y Pitusa Coello Denis.(Archivo Familia Coello Denis).

Baiona, 1950. Pitusa Coello Denis, vestida de sevillana, en el Carnaval celebrado en el “Cine Avenida”. El traje se lo prestaron unas andaluzas amigas de una prima.

En 1951, se repone el famoso apropósito lírico-dramático “La Virgen de la Roca”, estrenado en 1910, con letra de José María Barreiro y música de Ángel Rodulfo. La obra se había compuesto en su día para recaudar fondos para la construcción del monumento a la virgen. Se estrenó en la villa, y se representó en Madrid, Santiago, Vilagarcía, Caldas de Reis, Vigo… hasta llegó a Montevideo en 1917. En la reposición de mitad de siglo, y dentro del grupo coral de la obra, no podía faltar Pitusa Coello Denis.

Baiona, “Cine Avenida”, 1951. Representación de la obra “Virgen de la Roca”, con la intervención del “Coro de Bayona”. Arriba: Marita Vázquez, Florita González, Carmela Cedeira -en el papel de Vigen de la Roca, con el barco en sus manos-, Emilia Cedeira, Marucho y Lola. Sentada en medio, Chicha Vilar. Abajo: Dora, Mercedes, Toñita Salgado, Narda Leyenda, Pitusa Coello Denis, Mary Carmen y Pepita. (Archivo Esperanza Fernández Vernet).

Tampoco podía faltar Pitusa en el grupo de baile regional, que adornó con su presencia la solemne inauguración del Vía Crucis de la Virgen de la Roca en el año 1953. Asistieron las autoridades civiles y religiosas, las personalidades del pueblo, y casi la totalidad de sus vecinos. Un acto muy emotivo, que los baioneses vivieron con gran devoción. El Via Crucis había sido financiado en su mayoría por familias de Baiona, que costeaban individualmente cada cruz del recorrido religioso.

Baiona, 1953.Inauguración del Vía Crucis en la Virgen de la Roca. Atrás, en la comitiva de autoridades, el alcalde de Baiona, José Pereira Troncoso, y el señor obispo, Fray José López Ortiz. Delante, el “Grupo de Baile Regional de la Sección Femenina”, y entre sus componentes: Toñita Salgado, con un libro en las manos, Chicha Vilar, Mary Carmen Fernández Vernet, Pitusa Coello Denis… Unos meses después de este acto, Pitusa Coello Denis, emigraba con su familia a Buenos Aires, y comenzaba para ella una nueva vida.

Buenos Aires, 2014. Pitusa Coello Denis.

<<Me casé en Buenos Aires -cuenta Pitusa- con Abelardo Juan Penen, “Yoni”, después de seis años de noviazgo. Tuvimos tres hijos: Abelardo Juan, “Lalo”, María Isabel, “Mariel”, y María Rosa, “Marisa”. El chico es psicoanalista, tiene 55 años (nacido en 1961), y ellas son médica y doctora en trabajo social. El tiene dos hijos y uno “del corazón”; la médica, de 54 años (1962), tiene tres; y la pequeña, dos. En total tengo ocho nietos. >>

Buenos Aires, 30 de abril de 1960. Boda de Pitusa Coello Denis con Abelardo Juan Penen, “Yoni”. (Archivo “Lalo” PenenCoello).

No se puede dudar de que la firme decisión de la madre, “Antonia” Denis Mijón, de emigrar a Argentina con toda la familia, fue una decisión acertada. Empezando por el marido, y siguiendo con los hijos, todos ellos salieron adelante enseguida. El chico y las chicas encontraron sus parejas, tuvieron descendencia, se acomodaron en trabajos solventes, y sus nietos llegaron en su mayoría a cursar estudios universitarios, y a sacar con prestancia sus carreras. Es evidente que de permanecer en Baiona en la situación que se vivía por entonces, sería difícil que esos logros se consiguieran… lo cual no quiere decir que a padres e hijos, al menos en Pitusa, la nostalgia por su tierra no les hubiese quedado prendida para siempre.

Buenos Aires, años sesenta. Juan Penen “Lalo”, el hijo mayor de Pitusa y “Yoni” .

Buenos Aires, 2013. “Yoni” y Pitusa, con siete de sus nietos. Falta el mayor, Gastón Jerez, “el nieto del corazón” -hijo adoptado-, por entonces con 26 años. Arriba: María Inés, de 24, Santiago, de 20, y Rosario, de 19. Abajo: Belén, de 17, Julián, de 12, Lautaro, de 17, y Sofía, de 10. (Archivo Familia Penen Coello).

<<Cuando mi hermano José Luis llegó a Buenos Aires explica Pitusa-, con apenas dieciocho años, empezó a llevar la ad-

ministración de un negocio de electrodomésticos. Ya venía preparado de Baiona, en donde había trabajado en la Cofradía de Pescadores a las órdenes de Laureano Calero, “Lano”. Más adelante, ya asentado en la capital, se independizó. José Luis se casó con Gilda, hija de alemanes, con la que tuvo cinco hijos: Alejandro -arquitecto de profesión-, Mariana -fallecida a los dieciocho años-, Graciela, Marcelo y Fernando. Por desgracia, Gilda acaba de morirse, en septiembre de 2016. >>

Baiona, 1950. En el murallón de la Calle de Elduayen posan las fuerzas vivas de la pesca en la villa. Sentados en el suelo: Laureano Calero, escribiente de la Cofradía de Pescadores de Baiona, y José Luis Coello Denis, su ayudante.

<<Al cabo de un año en Buenos Aires, José Luis reclamó a mi padre, que como buen artesano del calzado que era, enseguida entró a trabajar en la famosa fábrica de calzado “Grimoldi”, que aún existe hoy en día. Luego llegamos mi madre y las cuatro hermanas. Mis primeros tiempos en Argentina fueron bastante “morriñentos”… Yo empecé a trabajar en una cooperativa, “El Hogar Obrero”, dedicada al consumo, a la edificación y al crédito. Aquí conocí a mi marido, “Yoni” , y después de casados, seguí en mi empleo hasta que tuve el primer hijo… Cuando los tres hijos crecieron y ya no me necesitaron, hice un curso para profesora de decoración de tartas con el sistema “Ballina”. Años después, hice otro para profesora de

modelado de porcelana fría. Hasta hace poco tiempo, aún estaba dando clases. Mis hermanas eran muy pequeñas al llegar a Buenos Aires. Rosa María tenía nueve años, “Peque”, seis, y María Amparo, tan sólo nueve meses. Así que las dos mayores fueron al colegio, y el bebé a criarse al lado de su madre. Rosa María, cuando acabó sus estudios, también trabajó en “El Hogar Obrero”, hasta que se casó con un español, “madrileño” le llamaban por su origen, empleado de banca. Se trasladaron a trabajar a Uruguay, donde vivieron muchos años y tuvieron seis hijos. Regresaron a Buenos Aires, y aún tuvieron aquí otro hijo. María de los Ángeles, “Peque”, que como un rito familiar también empezó trabajando en la cooperativa, se casó con un hijo de yugoslavo, y tuvieron dos hijos. Luego se fueron a Canadá, en donde nacieron dos más. Mi hermana falleció en 2005, a la edad de sesenta años. Sus hijos se quedaron allá. Y la hermana pequeña, María Amparo, casi argentina de nacimiento, creció y estudió aquí. Se casó muy joven, tiene tres hijos, y junto a su marido, se dedica a negocios inmobiliarios. >>

Buenos Aires, 2015. “Antonia” Denis Mijón cumple cien años rodeada de la familia. De izquierda a derecha: Gilda y su marido José Luis Coello, Horacio y su esposa Amparo Coello, y Pitusa Coello y su marido “Yoni” Penen. “Estaba contenta con sus cien años”, comenta Pitusa. (Archivo Familia Penen Coello).

La vida de la familia Coello Denis en su emigración, podría servir de modelo de cualquier otra emigrada a Buenos Aires. Los mayores se asientan en el nuevo país con resignación, y siempre con nostalgia; los medianos se acostumbran pronto al cambio, y se acuerdan poco de su tierra; y los pequeños no saben de Galicia más de lo que le cuentan sus padres de vez en cuando. Los cabezas de familia sueñan casi todos en volver, y en pocos casos lo consiguen. Al final, pasado el tiempo, lo único que logran es venir de visita a su pueblo algún verano que otro, estar con sus familiares y amigos unos días, recorrer sus calles y caminos, respirar el aire de la tierra, escuchar sus murmullos… disfrutar con brevedad en el lugar que los vio nacer. Amador Coello y “Antonia” Denis, los padres de Pitusa, volvieron a Baiona por primera vez en 1974. Habían pasado veinte años desde su partida… y como es natural, encontraron muchas novedades. Entre ellas, el “Parador Nacional Conde de Gondomar”, que fue una de sus primeras visitas.

Baiona, “Parador Nacional Conde de Gondomar”, 1974. Las dos hermanas, “Antonia” y

“Pita”Denis Mijón, “as do Cantador”. (Archivo Familia Goce Denis).

Arriba: “Pita” ,

“Antonia”y Amador Coello,“zapateiro”. Abajo: las dos hermanas, con Enrique Goce López, “o valixas”. (Archivo Familia Goce Denis). Pitusa Coello Denis tardó catorce años más que sus padres en volver a Baiona. Habían pasado treinta y cuatro desde que embarcara en el “Entre Ríos” rumbo a Buenos Aires. Llegaba en 1988, junto a su marido argentino Abelardo Juan Penen, “Yoni”, a visitar

su tierra por primera vez. Luego vendrían dos o tres veces más, la última en la primavera de 2016.

Baiona, 1988. Delante de la casa familiar en el barrio de San Xoán. Moncha Goce Denis, “Yoni”Penen, Pitusa Coello Denis y Carlos González. (Archivo F.Goce Denis).

Cuentan sus familiares de Baiona, que al llegarle a Pitusa el momento de regresar a Buenos Aires, después de los múltiples agasajos de despedida de sus muchos parientes y amigos, parecía como que dejaba aquí algo de su vida… parecía que la bahía, el castillo, el rompeolas, el casco viejo, A Ribeira, la Colegiata y Santa Liberata, la Virgen de la Roca, las fiestas del Carmen y de La Anunciada… le hubiesen arrebatado parte de su cuerpo, y sobre todo de su alma, en aquellas recientes visitas… Los olores, el sonido del gallego a su alrededor, el color en el cielo de los fuegos artificiales en la noche baionesa, la espuma de las olas batiendo la rocas en A Concheira, en la Praia dos Frades, en la vuelta al castillo… el pulpo, las sardinas, os xureliños, los calamares… Mil sensaciones que superan el control de Pitusa, que no es capaz de contener las lágrimas por sus mejillas en una despedida más… Pero es bien cierto que su vida la tiene allá…

Muchos recuerdos por su cabeza le bullen cada día a Pitusa Coello Denis, pero entre todos, el de su padre, el de su boda... ahora el de su madre… siempre están ahí de una manera especial.

Buenos Aires, 30 de abril de 1960. El padrino, Amador Coello Ruiz, y la novia, Pitusa Coello Denis, saliendo hacia la iglesia. (Archivo FamiliaPenen Coello).

Buenos Aires, 2016. Amelia Denis Mijón, “Antonia”, con su biznieta Gaelle, pocos meses antes de fallecer. (Archivo Familia Penen Coello).

Buenos Aires, 2016. El argentino Abelardo Juan Penen, “Yoni”, un baionés de adopción, y Pitusa Coello Denis, una baionesa eternamente enamorada de su tierra.

La pareja vive feliz en Buenos Aires, y sus amistades se admiran de que Pitusa aún conserve la forma de expresarse y el acento de su tierra. “Yoni” les aclara con una sonrisa: “Es que se preocupa por no perderlo”. A menudo le entran las “morriñas” a Pitusa. Se consuela cada día con las redes sociales, con facebook, donde encuentra abundantes noticias de su tierra, cientos de fotografías antiguas de su amiga Esperanza, comentarios de sus queridos familiares, notas puntuales de lo que ocurre… … y también enormemente feliz en suelo argentino con sus ocho nietos y diecinueve sobrinos.

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