ÍNDICE
Consejo del Centro Eugenio Garza Sada A.C. David Garza Lagüera Federico Garza Santos Alicia Navarro Garza Alejandra Rangel Hinojosa Alberto Villarreal Alejandro Camelo Ernesto Canales Rogelio Sada Director General Francisco S uárez Warden Director Editorial César Salinas Márquez Jefa de Información Mariana Sánchez Tamez Jefa de Diseño Karla Treviño AÑO III NUM 10 LA CASONA Octubre – D iciembre 2014 La Casona es una publicación trimestral el Centro Eugenio Garza Sada A.C. Editada por Calle Cerro del Obispado 603 Colonia Obispado Monterrey Nuevo León, México 64060 T +52 (81) 5980 1000 www.cegs.mx info@cegs.mx Derechos al uso exclusivo Reserva de No. 04-‐2013-‐032012111400-‐102. ISNN: 2007-‐6827. Ambos otorgados por el Instituto Nacional d el Derecho de Autor Responsable de la última actualización de este número: César Salinas Márquez Calle Cerro del Obispado 603, Colonia Obispado Monterrey, Nuevo León, México Las opiniones expresadas por los autores no reflejan necesariamente la postura de la Institución editora ni del editor de la publicación
• ¿Qué es el CIEN?..…………………… 2 • Fundidora Monterrey, 23 aspectos de su historia…..…………………….. 4 • Breve
esbozo
del
desarrollo
industrial de Monterrey….......... 10 • Regios:
codos
pero
no
tacaños………….…………………….… 14 • Lorenzo Zambrano Treviño. In memoriam…………………………….. 19 • La sultana del norte, un modelo de trabajo..……………………………… 21 • El escudo del ITESM………………... 26
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¿QUÉ ES EL CIEN?
César A. Salinas Márquez Centro Eugenio Garza Sada csalinas@cegs.mx El Centro de Información Empresarial de Nuevo León (CIEN) se creó en enero de 2014 como parte de los acervos del Centro Eugenio Garza Sada, asociación civil ubicada en la ciudad mexicana de Monterrey, Nuevo León. Los objetivos del CIEN son: •
Recopilar y preservar la información más relevante sobre la historia empresarial y de los empresarios del noreste de México, subrayando su impacto y repercusión en el desarrollo económico y social de la zona.
•
Producir información valiosa y relevante sobre la historia empresarial.
•
Difundir valores a través de ejemplos concretos de la historia empresarial utilizando las nuevas tecnologías.
•
Promover la investigación abriendo la consulta del acervo en forma digital, gratuita y accesible.
•
Ser un espacio único e innovador en el que empresarios, académicos y la ciudadanía en general debatan y generen propuestas sobre temáticas actuales.
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El CIEN se compone por dos fondos, una colección de objetos y una biblioteca especializada: 1. Fondo Documental. 2. Fondo Audiovisual. 3. Colección de Objetos. 4. Biblioteca. Los materiales recopilados en el CIEN podrán ser consultados en el Centro Eugenio Garza Sada, incluyendo documentos originales, libros, revistas, periódicos, folletos, fotografías, mapas, planos, grabaciones de audio, videos y objetos. La información producida será publicada a través de la Revista 100, la revista del CEGS “La Casona”, libros electrónicos, artículos del blog y redes sociales. El CIEN es miembro de la Asociación Mexicana de Archivos y Bibliotecas Privados (AMABPAC), está registrado ante el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Actualmente, en el CIEN laboran Mariana Sánchez y César Salinas.
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FUNDIDORA MONTERREY, 23 ASPECTOS DE SU HISTORIA
Alberto Casillas Archivo Histórico de Fundidora alberthlewis@gmail.com 1. La Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey fue la primera industria siderúrgica integrada de acero en América Latina, fundada el 5 de mayo de 1900. 2. Vicente Ferrara concibió la idea de instalar una siderurgia integrada en vista de las amplias demandas de importación de productos como vigas, estructuras para puentes, varilla y diversos materiales para la construcción. 3. Los socios de la empresa fueron Vicente Ferrara (empresario italiano), León Signoret (comerciante francés), Antonio Basagoiti (español magnate tabacalero) y Eugenio Kelly (banquero estadounidense). 4. A inicios del siglo XX, la empresa tenía los siguientes talleres y departamentos: Horno Alto, Aceración, Laminación, Fundición, Maquinaria, Tornillos y Remaches, Estructura, Fuerza Motriz, Laboratorio, Modelos y Carpintería, Pintura y Albañiles.
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5. La producción de la Fundidora era diversa, incluyendo: acero estructural, acero comercial, rieles, piezas para maquinaria, columnas de fierro vaciado, ruedas de ferrocarril, ejes para máquinas, volantes y poleas, molinos de caña, ejes para carreta, clavos y tornillos para ferrocarril, tornillos para maquinaria y para coches de caballo, construcciones de acero para puentes, edificaciones y postes para transmisión eléctrica. 6. Adolfo Prieto fue invitado a colaborar en la empresa para solucionar la crisis que la compañía tuvo en 1907, al no poder vender su producción. Prieto reformó la estructura interna de la fábrica y paulatinamente elevó la producción. En 1917 asumió la
presidencia
del
Consejo
Administrativo,
conservándola hasta su fallecimiento en 1945. 7. Fundidora dependía del gobierno federal para la colocación de sus productos en el mercado nacional. Hacia 1910 logró adquirir los contratos con los Ferrocarriles Nacionales de México para la venta de rieles, pero los disturbios de la Revolución Mexicana paralizaron su producción en 1914. 8. En 1916 la supervivencia de Fundidora se debió a las ventas realizadas en el mercado texano, y dos años después exportó parte de su producción de acero a Cuba y el mercado oriental de países como Sumatra y Japón. 9. En los años 20, la Compañía Fundidora dirigió su
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producción hacia el mercado interno, elevando la productividad con su Horno Alto, diversificando sus ventas y adquiriendo importantes yacimientos mineros, como los del Cerro de Mercado en Durango. 10. Entre 1927 y 1928, la Compañía inició su diversificación productiva al proveer los materiales para la reconstrucción nacional: obras de infraestructura social como caminos carreteros, de irrigación y escuelas. 11. En 1929 se instaló la Fábrica de Ruedas, para independizar a los consumidores nacionales de los productos importados, cubriendo las necesidades de los Ferrocarriles, tranvías y otros. 12. La crisis económica de 1929 afectó a la empresa, haciendo que sus ventas disminuyeran un 50%. Los precios de los metales cayeron, disminuyeron las exportaciones y las obras públicas se detuvieron.
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13. La Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey construyó, en julio de 1943, su segundo Horno Alto con una capacidad de 650 toneladas diarias de arrabio, el segundo construido en América Latina. 14. En 1945, tras fallecer Don Adolfo Prieto, su sobrino Carlos Prieto Fernández de la Llana
fue
nombrado
Presidente
del
Consejo
de
Administración de la empresa. Su primera acción fue emprender un programa de revitalización, con la finalidad de renovar totalmente los equipos obsoletos de la planta y aumentar su capacidad productiva.
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15. La década de los cincuenta fue crucial para la Compañía Fundidora, pues la institución bancaria Export-‐ Import Bank of Washington (Eximbank), le otorgó un préstamo de cuatro millones y medio de dólares para la adquisición de un moderno molino de combinación, comprado a la empresa Lewis Foundry & Machinery. El Molino de Combinación Lewis entró en operaciones en 1956, sustituyendo a los antiguos molinos comerciales. 16. Entre los años 1950 a 1958 se trazaron los planes generales de expansión y modernización que obedecían a sustituir gran parte de la maquinaria empleada por otra más moderna para aumentar la producción de acero e ingresar al mercado de los aceros planos. 17. A pesar de sus planes de expansión y modernización de su planta, al iniciar la década de 1970, Fundidora se vio afectada por distintos hechos: política de congelación de precios entre 1957 y 1970, disminución paulatina de los márgenes de las utilidades, necesidad de continuos aumentos de capital y endeudamiento, y necesidad de importación de coque por el bloqueo de las minas del cerro de Mercado en Durango. 18. Entre 1974 y 1977 la empresa realizó una última fase del Plan de Expansión y Modernización,
teniendo
como
instalaciones principales: modificaciones
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realizadas al Horno Alto N° 3 (1975); la Planta Peletizadora (1977); la instalación de la nueva acería B.O.F. (1977) y ampliaciones en la planta de Aceros Planos. 19. A partir de 1972, la empresa comienza a llamarse Fundidora Monterrey, S.A. 20. A mediados de los años setenta, los problemas internos de la empresa se intensificaron con paros laborales y huelgas sindicales, debido a la crisis del peso frente al dólar y por los factores antes señalados. La devaluación del peso provocó que las deudas de Fundidora Monterrey se elevaran tanto que la empresa no pudo resolver la crisis. 21. Ante esta problemática, en 1977, don Carlos Prieto hizo entrega de la empresa al gobierno federal. Para sanear la administración económica, el gobernó fusionó Fundidora Monterrey con Altos Hornos de México (AHMSA), y Siderurgia Lázaro Cárdenas, Las Truchas, en un solo organismo llamado SIDERMEX. 22. La administración paraestatal no obtuvo los resultados esperados y, desafortunadamente, Fundidora Monterrey, S.A., con una tradición de 86 años, cerró sus puertas el 9 de mayo de 1986, causando gran expectación entre la sociedad mexicana y en especial, la regiomontana. 23. En 1987 se constituye un Fideicomiso para regenerar los terrenos de la extinta Fundidora a través de una serie de planes maestros para crear un parque ecológico. Este se inauguró el 24 de febrero de 2001 como Parque Fundidora, Museo de Sitio de Arqueología Industrial.
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BREVE ESBOZO DEL DESARROLLO INDUSTRIAL DE MONTERREY [Fragmento de “Brief sketch of the industrial development of Monterrey”, Conferencia del abogado regiomontano Virgilio Garza Jr. en el Instituto de Estudios de Latinoamérica, Universidad de Texas en Austin, junio de 1949] ¿Cuáles son las causas que han determinado que Monterrey sea una ciudad industrial? Parece que lógicamente no debería serlo, pues no tiene cerca fuentes abundantes de materias primas, de combustible, y además está alejada de los grandes centros consumidores. Sin pretender dar una explicación completa, apuntaré aquí algunas causas que en mi opinión tuvieron y siguen teniendo en ella una influencia importante. En primer lugar el carácter de los habitantes. Los pobladores originales tuvieron que ser fuertes y agresivos para llegar hasta estas regiones desiertas de la Nueva España; luego la lucha constante que tenían que mantener en contra del medio hostil, sin rica agricultura o ganadería y sin abundancia de minerales, aunque con un gran amor al lugar y una tenacidad en la intención de triunfar que les impedía abandonar el poblado en busca de campos fértiles. La lucha dura era considerada como natural para la vida. Se templó el carácter y se formó una tradición que se conserva hasta nuestros días, tradición de trabajo tenaz que valoriza el éxito en proporción a las dificultades que hay que vencer.
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La pobreza del suelo influye también, no solo para moldear la manera de ser de los habitantes, sino porque negándose a proporcionar un medio de trabajo y de vida, obliga a canalizar las habilidades al terreno de la transformación de lo que otras regiones producen más o menos fácilmente, dándole un mayor valor de uso, lo que implica un trabajo más especializado y constante, perseverancia, organización técnica y ánimo para tomar riesgos y asumir responsabilidades, cualidades desarrolladas en los nativos. La iniciación de la vida industrial de Monterrey coincide con la primera época más o menos larga de paz y tranquilidad que tiene el país en su vida independiente; de 1880 a 1910. Gran importancia tuvieron también en modelar los destinos de la ciudad dos gobernantes: el Lic. Lázaro Garza Ayala y el General Bernardo Reyes, que ocupan el período de paz del que he hablado: el General Reyes fue gobernador de Nuevo León de 1885 a 1887 y de 1889 a 1909, y el Lic. Garza Ayala los dos años de 1887 a 1889. Fue este último quien organizó la exposición de 1888 y quien expidió ese mismo año la primera Ley que concedía exenciones de impuestos a las empresas industriales. El General Reyes, con veinte años ininterrumpidos de Gobierno, mantuvo siempre en vigor y aun aumentó las franquicias otorgadas a esas actividades, estimuló a los hombres de empresa regiomontanos, invitó a los de otras partes del País y al capital extranjero, favoreció la construcción de los ferrocarriles, planificó la ciudad y la dotó de los servicios de energía eléctrica, agua y drenaje, siendo éstos últimos servicios verdaderos modelos en su género construidos por una empresa y con capital canadiense, que los manejó hasta hace poco en que fueron adquiridos por el Gobierno del Estado. Atento al desarrollo de la industria se preocupó también porque se respetaran los derechos de los obreros; por su influencia se estableció voluntariamente en muchas industrias desde principio de siglo la jornada de ocho horas, y en 1906 dictó una Ley de indemnizaciones por accidente de trabajo, cuya exposición de motivos admitía ya
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la teoría del riesgo profesional. Dato interesante es que esa Ley la indemnización por muerte accidental se fijaba en una suma igual a la que estableció más de veinte años después la actual Ley Federal de Trabajo. Cuenta también como factor importante la construcción de ferrocarriles que convierten la ciudad en centro ferroviario de donde parten vías en seis direcciones haciendo fácil la traída de materias primas y el envío de productos manufacturados. Por último, debo mencionar un fenómeno de gran valor en los destinos de Monterrey que han influido muchísimo en el desarrollo y prosperidad de la ciudad y en la conservación y afirmación de las cualidades características de sus habitantes. Al terminar, a fines del siglo XIX el período de revolución casi continúa iniciando desde la independencia, había ansia de paz y trabajo tranquilo en todo el País. Monterrey, por las diversas causas que hemos apuntado, se adelantó quizá a otras regiones en crear el ambiente propicio para permitir el desarrollo de energías latentes en busca de un cauce apropiado. Pronto se supo en toda la República que ahí se podía trabajar, que se estaban iniciando grandes empresas con el estímulo de un gobierno que favorecía toda actividad útil, que había trabajo, oportunidad y garantías. Entonces, de todo el resto del País, pero especialmente de los Estados del Norte cuyos pobladores tienen características semejantes a las de los nuevoleoneses, empezaron a emigrar gentes hacia Monterrey; obreros, artesanos, gentes dueñas de un pequeño capital, pero todos ambiciosos, resueltos, atrevidos, confiados en su capacidad para el éxito. El inmigrante es siempre, o en la mayoría de las veces el hombre fuerte, el inconforme, el que tiene fe en sí mismo, el que no tiene miedo al porvenir, el que está resuelto a trabajar y a luchar. Y Monterrey recibió la influencia bienhechora de una sana inmigración de gentes capaces, que se asimilaron rápidamente al medio, porque encontraron en él a gentes como ellos, honestos, empeñosos, tenaces, gentes que se
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hicieron regiomontanos, y ser regiomontano fue dejando de ser un accidente geográfico y se convirtió en una manera de ser. Y la ciudad no frustró sus esperanzas. En ella encontraron lo que buscaban, fue amable con ellos y ellos fueron agradecidos. Monterrey debe mucho de su prosperidad actual a todos aquellos que nacidos en otros lugares lo escogieron para teatro de sus actividades, para desarrollar en él el esfuerzo de su brazo o de su inteligencia, para fundar en él su hogar, y para entregarle al morir una fábrica, un taller, un centro de actividad creadora y unos hijos empeñados en continuar una tradición de esfuerzo que poco a poco va edificando una ciudad y haciendo prosperar un País. 12
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REGIOS: CODOS PERO NO TACAÑOS
José Emilio Amores Monterrey era dueño de Monterrey Monterrey es una ciudad del siglo veinte, cuya fama provino de su industria. La gente de la cuenca de México (donde viven casi todos los mexicanos) veía con agrado los productos de acá, están bien hechos –decían-‐, son de fiar. Cosa igual sucedía con los hombres que eran parcos en el habla, con franqueza ruda y de palabra dada. Cuando uno vive solo y en una nueva patria, hay tiempo de sobra para recorrer calles, ver edificios, asomarse a diferentes zonas residenciales y atender invitaciones a tomar un café (café, no copas) de parte de personas apenas conocidas. Todo un mundo por delante. Hallé en mi trabajo una actividad agradable, ser profesor. Sentí y palpé la vitalidad de la ciudad. Mi mayor asombro estaba en ver que la mayoría de los negocios de Monterrey pertenecían a gente local. Este panorama contrastaba fuertemente con el de la ciudad de México donde crecí. En la capital del país, a mediados del siglo veinte, los grandes negocios estaban en manos de extranjeros; el ingenio mexicano alcanzaba apenas a la venta de tacos y quesadillas. (Las quesadillas no eran de queso sino de rajas de chile o papas con chorizo que se freían en aceite rehusado de mal olor).
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En la ciudad de México los ingleses dominaban la industria eléctrica, la de tranvías y la mitad de la explotación petrolera en sociedad con la Shell de Holanda. Los franceses atesoraban la industria textil, las grandes tiendas departamentales y la cervecería Moctezuma de Orizaba. Los alemanes eran dueños de las fábricas de productos químicos así como de la comercialización de máquinas y herramientas. Los españoles absorbían el comercio de ultramarinos, las tiendas de abarrotes, panaderías, la cervecería Modelo y una casa editora, la benemérita Porrúa. Los canadienses eran dueños, principalmente en provincia, de buena parte de empresas tranviarias, varias de energía eléctrica y otras más de agua y drenaje. Los estadounidenses manejaban casi toda la minería, la otra mitad de la industria petrolera y una porción minoritaria de la telefonía que, la otra parte y porción mayor, era de gente de Suecia. Así, en la capital del país teníamos, sin interconexión, dos compañías telefónicas: la sueca Ericsson y la estadounidense Mexicana. Eran la imagen de dos personas, frente a frente, sin poder hablarse. En Monterrey en cambio los negocios se hallaban en propiedad de personas de acá. Aparecían, como testimonio de creatividad económica, las de mayor renombre: Fundidora de Fierro y Acero, Cervecería Cuauhtémoc, Fábricas Monterrey, Cartón Titán, Fábrica de Papel, Grafo Regia, Hojalata y Lámina, Vidriera Monterrey, Fabricación de Máquinas, Troqueles y Esmaltes, Keramos, Celulosa y Derivados y Cementos Mexicanos. Es cierto que en Monterrey se asentaban también negocios de extranjeros (canadienses, ingleses, estadounidenses y algunos de alemanes) pero estaban en minoría con los de los nativos tanto por el número de empresas como en el monto de capital. Rotundamente, Monterrey era dueño de Monterrey. Soy consciente que la inversión extranjera era necesaria para un país como México; mi extrañeza venía que
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en Monterrey hubiera mexicanos con iniciativa para crear grandes negocios y en la ciudad de México nada de nada. El insólito nacimiento Monterrey Lo extraño de la ciudad industrial es haber aparecido en una comarca de exigua población y en un país agrícola y minero. En esta región el conquistador se desacreditó; no encontró minas abundosas, -‐apenas unas pocas de plata de magra producción, allá por Cerralvo y Vallecillo. Desilusionado, cambió su oficio de incansable soldado por el de bandolero traficante de indios. En afán de asir una pizca del botín cazaba indios, piezas, para venderlos en Zacatecas. Dicen los cronistas que a los indios los llevaban con los pies atados para que no pudieran correr; hacían trescientos o cuatrocientos kilómetros. Y, también dicen, que los indios eran unos ingratos (se morían en el camino). Luego, el conquistador se largó. Y pasado el tiempo arribaron los colonos. Los que harían todo. Esos pioneros eran gente con familia en busca de un lugar donde asentarse, vivir en paz, trabajar y engrandecer sus hogares; primero es la casa, decían. Conviene poner el énfasis en cuanto a que el soldado-‐cazador de indios nunca trajo consigo familia, le estorbaba en su afán de hallar tesoros para regresar cubierto de gloria. Y en eso se distingue el imperialista del colono; el primero tantea súbita fortuna, en tanto el segundo procura la formación de grupos, equipos de trabajo, asentamiento en comunidades (los hilos de la sociedad). Los dos, conquistador y colono van en procura de lo mismo: alcanzar ingreso suficiente y más, siempre más. Pero difieren en la manera de lograrlo. El conquistador a golpe de espada; el colono trabajando la tierra.
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Inquisiciones sobre la cultura de trabajo de los colonos Los colonos trabajaban en grupo para ejecutar tareas que en solitario no lograrían: desyerbar terrenos o construir canales y bordos para domar el agua que corría libre y abundantemente. Agua de lluvia sin ríos. Del trabajo en grupo surgieron líderes y otras cosas. Ocurrió, por ejemplo, la cohesión del grupo y la puntualidad de todos: si alguno llegara tarde los demás estarían en vano. También vino la necesidad de organizarse; imagino que alguien del grupo pusiera en orden a los demás; le diría a otro –primero, pon en claro cuál es el problema; luego piensa los pasos a seguir para resolverlo y, ¡ya, hazlo! Para la gente de acá es más sabroso ver cómo se resuelven prácticamente los problemas que inquirir sobre el origen y la evolución de la materia. Sería por la distancia con otras poblaciones, o por la soledad que abunda en estos llanos de mezquites y huizaches, pero desde el principio el trabajo se deificó: todo era trajinar y guardar cachos de utilidad. La gente de estas tierras sabía que ni el más ocioso capitalista vendría a enterrar inversiones a una comarca despoblada como ésta. No quedaba de otra: pues a formar los capitales a punta de ahorro. El ahorro se convirtió en zócalo de desarrollo. Lo impertinente está en que ahorrar es difícil, exige llevar una vida austera, dejar de lado lo superfluo, gastar lo mínimo, (sólo lo indispensable para la casa). De ahí nació la fama de codos. Pero codos racionales. Por ejemplo, aún a fines de la primera mitad del siglo veinte, casi no había restaurantes ¿Para qué?, las familias solían comer en sus casas; hacerlo fuera sería un gasto ocioso. Codos sensatos. En resumen, la peculiaridad de los regios se podría resumir en ciertas cualidades, (no exclusivas de ellos): practicidad, puntualidad, trabajo en equipo, cohesión de grupo,
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lealtad a la empresa, ahorro, gasto prudente y generoso en donativos para ayudar en buenas causas. Así surgieron orfanatorios, hospicios, centros especializados de salud, educación, colegios, el Tecnológico de Monterrey, las universidades privadas, la alta cultura y el socorro ante desastres naturales. Puedo decir con ufanía que el altruismo regio supera por mucho al de Guadalajara, Puebla y hasta de la mismísima plural Ciudad de México. Regios: codos pero no tacaños. 17
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LORENZO ZAMBRANO TREVIÑO. IN MEMORIAM
Fidel Camacho Pérez UANL | Capilla Alfonsina Camacho77f@gmail.com
La noticia del fallecimiento de Lorenzo Zambrano le dio la vuelta al mundo. Fue el pasado 12 de mayo cuando medios de comunicación internacionales hablaron sobre el suceso, resaltando el papel que tuvo como empresario social y ambientalmente responsable, su influencia social y hasta la afición que tenía por los autos. Pero ¿qué significaba Lorenzo Zambrano para México y en particular para el norte del país? Zambrano era visto como un empresario hábil, emblemático, pionero y comprometido con su comunidad, que convirtió a su empresa Cementos Mexicanos (Cemex) en una de las compañías mejor posicionadas en el mundo. El último empresario de su generación Lorenzo Zambrano perteneció a una familia de comerciantes e industriales de gran tradición en el noreste de México. Formaba parte de una tercera generación de empresarios regiomontanos que, al igual que sus predecesores, representaron los valores y las costumbres que distinguieron a los nuevoleoneses: trabajo, ahorro, dedicación, responsabilidad, puntualidad, franqueza, sencillez, orientación a resultados y apego a la empresa.
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Dentro de un modelo de empresa familiar, estos empresarios se abocaron a generar beneficios para su comunidad incrementando el nivel de vida de los trabajadores y sus familias con programas de negocios inclusivos como ConstruApoyo, Patrimonio Hoy y Centros Productivos de Autoempleo. De 1998 a la fecha, más de 2.3 millones de personas se han visto beneficiadas con dichos programas. Al igual que algunos de los empresarios de su generación, Zambrano no sólo se preocupó por aumentar sus beneficios económicos, sino que participó activamente en foros sobre problemas sociales que aquejaban a las comunidades en donde sus empresas tenían presencia. En este sentido, Cemex se caracterizó por ser una empresa socialmente responsable, impactando en más de 6.2 millones de familias mexicanas que han participado de sus iniciativas. La cementera también promueve la creación de comunidades sustentables y actualmente mantiene viveros que producen miles de árboles; también apoya el deporte con la Academia Tigres Cemex. La compañía tiene 12 centros de desarrollo comunitario ubicados en distintas regiones del país, donde se imparten más de 200 cursos y talleres de educación y capacitación para el autoempleo. Por dicha labor, el Centro Mexicano para la Filantropía (CEMEFI) ha otorgado a Cemex el reconocimiento como empresa socialmente responsable durante 11 años consecutivos, esto se debe a su compromiso con la comunidad, el medio ambiente y por su mejora constante en ética empresarial. Tomando en cuenta lo anterior, algunos analistas han considerado que el fin de la generación empresarial a la que perteneció Zambrano representa un cambio de época. ¿Será que la globalización y las nuevas exigencias del mercado internacional agotaron el tradicional esquema empresarial de compromiso con la comunidad que existió durante gran parte del siglo XX?
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Al parecer, las nuevas generaciones de empresarios mexicanos han redefinido el esquema de sus compañías y ahora buscan la competitividad en los mercados internacionales, como lo ha demandado la globalización. La pregunta principal sería si con la nueva generación empresarial se está perdiendo la tradicional participación del empresariado en los temas que afectan a la comunidad. Ese compromiso social tangible y benéfico que los caracterizaba. Lamentablemente parece que sí. Los aciertos de Lorenzo Zambrano Lorenzo Zambrano fue nombrado director general de Cemex en plena crisis económica, en 1985, sin embargo, salió adelante tras una serie de estrategias empresariales, como el establecimiento de redes comerciales internacionales. Zambrano logró identificar que por medio de la adquisición de las principales empresas cementeras obtendría presencia regional e internacional, sin necesidad de establecer plantas que compitieran con estas, maximizando su presencia en el exterior. El regiomontano compró las dos empresas cementeras más importantes de España: La Valenciana y Sansón. Cinco años antes había adquirido las empresas mexicanas Cementos Anáhuac y Cementos Tolteca. Para finales de los años 90 tenía presencia en Sudamérica, el Caribe, Asia, África y Europa. En la década siguiente Cemex adquirió las empresas Southdown Inc. (EUA), Rinker (Australia) y RMC Group (Inglaterra), acciones que posicionaron a Cemex como la tercera empresa cementera más importante del mundo. Otro de los aciertos de Zambrano fue cuando Cemex comenzó a cotizar en la Bolsa de Valores de Nueva York, evitando así las fluctuaciones del peso frente al dólar. El conjunto de estrategias de Zambrano recibió el título del “Cemex Way” (iniciativa para
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identificar, incorporar y ejecutar en forma estandarizada las mejores prácticas a través de toda la organización). Pero sin duda, la innovación tecnológica fue lo que permitió a Cemex elaborar productos con mayor calidad, pues lo llevó a estandarizar sus procesos. La empresa creó el Centro Global para la Tecnología e Innovación, ubicado en Suiza, que alberga un laboratorio de investigación de vanguardia para la elaboración de cemento, concreto y derivados. Cabe destacar que Lorenzo Zambrano participó también como consejero en diversos grupos industriales y financieros, algunos de ellos fueron Vitro, Alfa, Grupo Televisa, Banamex, Femsa y Citigroup. Sin duda, el regiomontano dejó un legado muy difícil de igualar. Cemex en el mundo Con más de cien años de experiencia, y con presencia en más de 50 países, Cemex se ha consolidado como empresa líder dentro de la industria de la construcción a nivel global. Actualmente cuenta con más 60 mil empleados distribuidos en los continentes donde tiene presencia. Cemex es el mayor productor de concreto premezclado del mundo, el tercero en la producción de agregados y el cuarto como fabricante de cemento. También es líder mundial en la elaboración pavimentos de concreto, pues para finales de 2013 este producto llegó a 7.4 millones de metros cuadrados, distribuidos en calles, carreteras, proyectos de transportación masiva y pistas aeroportuarias. Aspectos biográficos Lorenzo H. Zambrano nació en Monterrey, Nuevo León, el 27 de marzo de 1944. Realizó sus estudios universitarios en el Tecnológico de Monterrey, Campus
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Monterrey en 1966 y obtuvo la Maestría en Administración de Empresas en la Universidad de Stanford en 1968. Referencias. Cemex, Sala de prensa, 2014. [Consultado el 8 de julio de 2014. Disponible en www.cemexmexico.com/SalaPrensa/Historias/Historia20140423.aspx]. Cemex, Informe de desarrollo sustentable 2010, p.67. [Consultado el 8 de julio de 2014. Disponible en www.cemexmexico.com/DesarrolloSustentables/ids2010/pdf/CX_IDS_2010.pdf]. Cemex, Cumpliendo. Informe anual 2013, p.15. [Consultado el 8 de julio de 2014. Disponible en www.cemex.com/ES/Inversionistas/files/2013/CemexInformeAnual2013.pdf Ibid, p. 17].
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LA SULTANA DEL NORTE, UN MODELO DE TRABAJO
Mercedes de Vega Armijo Archivo General de la Nación mdevega@agn.gob.mx [Conferencia de Mercedes de Vega Armijo, directora del Archivo General de la Nación, titulada “Archivos públicos y privados, compromiso social compartido”, impartida en el Congreso Mexicano de Archivos y Bibliotecas Privados celebrado el 31 de octubre de 2014 en el Centro Eugenio Garza Sada, Monterrey, México]. Parecería un contrasentido venir a Monterrey a hablar de organización, de productividad, de iniciativa, calidad y confianza, pues es como ir a Celaya y decirles cómo hacer cajeta. Evidentemente el país entero está orgulloso del talento, de la laboriosidad de los regiomontanos, de su testimonio emprendedor, de su ejemplo transformador y de su pujanza industrial, económica como comercial y ello no obstante, a pesar de esa cierta facilidad de lágrimas que les atribuye su brillante paisano don Alfonso Reyes. Esta arraigada creencia en el progreso, esta devoción al templo laico de la fábrica y esta disciplina enérgica en las aulas han hecho de la Sultana del norte un modelo de trabajo, de oportunidades y prosperidad, felizmente imitado cada vez más por otras ciudades de la República, forjadoras de su desarrollo sin falsos dilemas entre federalismo y centralismo. Esa ancestral laboriosidad sustentada en una tradicional pasión por la calidad, la competitividad y la honestidad ha generado múltiples beneficios a propios y extraños, así como incontables reconocimientos, calificaciones y premios a nivel nacional e internacional, procedimientos técnicos y sistemas administrativos de punta aplicados
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a liderazgo, a la prevención, al manejo de información, al desarrollo de personal, al impacto en la sociedad, así como clientes y usuarios satisfechos son resultado aquí de una añeja filosofía del trabajo y una afinada estrategia de servicio, poderosa herramienta competitiva cuyos probados beneficios no siempre encuentren su conveniente aplicación en ambos sectores. Por cierto alguien definió estrategia como la invención deliberada de ser diferente y darle a ello continuidad hasta posicionarlo y promoverlo como algo conocido y natural, pero lo mismo sucede con países y ciudades con marcas y productos, lo mismo también puede hacerse con el rico bagaje archivístico de México, como se dice ahora “las industrias culturales”, si conjuntamente logramos desarrollar estrategias adecuadas anteponiendo una convicción de servicio con calidad. 24
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EL ESCUDO DEL ITESM Dora Angélica Páez Cárdenas Centro Eugenio Garza Sada social@cegs.mx Para Eugenio Garza Sada la imagen gráfica era muy importante, pues en su juventud su primer empleo formal fue en el área de propaganda en la Cervecería Cuauhtémoc de la ciudad de Monterrey, México. Sin embargo, al crear el Tecnológico de Monterrey en 1943, poco tiempo hubo para dedicarle a la identidad gráfica de la misma, por estar enfocados a definir la estructura académica e institucional. Por lo tanto, al principio se optó por utilizar las siglas del ITESM, entrelazadas formando una M que hacía referencia a Monterrey. Habiendo considerado algunas opciones, don Eugenio decidió que el emblema del ITESM debía ser un escudo que representara los valores y la vocación de la institución. A diferencia de lo que había trabajado en la Cervecería, el escudo del ITESM no era cuestión de “marketing”, sino de esencia, de lo que quería que la institución fuese en lo porvenir, que denotara con claridad su propósito y naturaleza. Fue así como en 1944 decidió realizar un concurso para elegir el logo de la institución, anticipando las ideas principales que debían representarse, recibiéndose diversas propuestas. El ganador del concurso fue un alumno de la Escuela de Técnicos del ITESM, llamado David Antonio Aldape.
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El diseño ganador fue un escudo heráldico que representaba el conocimiento, las ciencias, la tecnología y el trabajo. En el escudo se incluyó el nombre de la institución: Tecnológico de Monterrey. Como el ITESM se abocó a la enseñanza de la ciencia y la tecnología, se representaron las que serían las carreras elementales de la escuela, como Química y Electricidad. Por lo anterior, en el escudo del ITESM se representa a la ciencia con un matraz Erlenmeyer, a la química con una probeta, a la electricidad con unos rayos, el conocimiento con un libro abierto en el que se podía leer la letra “T” de Tecnológico, y el trabajo y la industria con un engrane. Además, tomando en cuenta que en los años anteriores se había establecido por mandato nacional la educación socialista en todo el país, el diseñador grabó la idea rectora promovida por el ITESM: una institución que era en sí una expresión de libertad, pues no tenía una ideología obligatoria, sino que permitía la libertad de 26
cátedra y de enseñanza. Por ello se agregó al escudo una mano y una antorcha para representar la libertad, símbolo de que el hombre debía buscar la verdad y el camino correcto. También se incluyeron ramas de laurel que representaron los valores que debía tener la institución: nobleza, valor e inteligencia. Don Eugenio estuvo complacido del diseño, considerando que representaba en una sola imagen, y sin necesidad de mucha explicación, lo que el ITESM aspiraba ser desde su inicio: una institución vanguardia con claro sentido humanista. Una nueva era Con un evento titulado “Enciende el cambio”, simultáneo entre los 31 campus de la institución, teniendo como sede oficial el Campus Monterrey, además de una
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transmisión en vivo por internet, el Tecnológico de Monterrey presentó en agosto de 2014 su nueva identidad visual. El escudo del Tecnológico de Monterrey quedará intacto, pues representa “tradición y prestigio académico”, según dijeron los directivos de la institución, pero ahora sólo se utilizará en documentos oficiales; el nuevo logotipo será para el “uso diario”, explicó el Presidente del Consejo de la institución, José Antonio Fernández. “Nos dimos cuenta que la mayoría de las grandes universidades cuidan mucho su escudo, de manera que lo utilizan para papelería y ceremonias oficiales, y utilizan un logotipo más para su función, un logotipo de uso diario. Con eso nos avocamos a mandar un mensaje muy claro de que estamos renovando el Tecnológico”, explicó. 27 Se creó un nuevo logotipo con el fin de obtener su reconocimiento y valoración el entorno global actual y está conformado por los principales elementos que distinguen al Tecnológico de Monterrey: el nombre por sí mismo del instituto, y la antorcha, símbolo más visible y distintivo del escudo, que representa el liderazgo, la luz del conocimiento y el espíritu emprendedor con sentido humano.
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