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VICENTE VALERO. LA CURIOSIDAD, LA MEJOR BRÚJULA / Curiosity is the best compass

¿Qué habría pensado si hubiera tenido la oportunidad de ver esta Ibiza vacía de turistas? ¿Le recordaría vagamente a la isla que conoció a principios de los años setenta?

pero aún hay quien sigue disfrutándolo de verdad y eso es lo que importa”, le explicaba Racionero al escritor Vicente Valero en una entrevista publicada en Diario de Ibiza en mayo de 2009. Ibiza ha experimentado una gran transformación en los once años que han pasado desde aquella entrevista, pero quizás haya cambiado todavía más en los últimos meses. Al menos, de forma inesperada y brusca. Luis Racionero murió el 8 de marzo de 2020, una semana antes de que se decretara el Estado de alarma en España. ¿Qué habría pensado si hubiera tenido la oportunidad de ver esta Ibiza vacía de turistas? ¿Le recordaría vagamente a la isla que conoció a principios de los años setenta? Si pudiera venir a Ibiza para hacer un reportaje, Kapuscinski quizás se fijaría en el silencio de las islas sin turismo. El silencio que agujerea la economía mientras limpia el medio ambiente, que perturba y esperanza, que retrotrae a épocas de subsistencia y, al mismo tiempo, lima las capas artificiales que nos envolvían. El silencio que nos deja sin empleo y, a cambio, nos permite –desde nuestros balcones– escuchar a los pájaros que cantan en el bosque o ver a los delfines brincando en un mar sin barcos ni bañistas. El mismo silencio arcaico que atrajo a Benjamin, Bröner o Haussman hace más de medio siglo y que ahora rompen el motor del tractor y el llaüt, las industrias primarias y ancestrales que resisten ante las prohibiciones del confinamiento. Es el silencio que durante décadas acalló el ruido de un progreso que se construyó, paradójicamente, sobre un mito nacido del vientre de ese silencio, que ahora regresa para permitirnos el lujo de imaginar. Al otro lado de nuestros límites mentales tal vez nos espere un futuro más sostenible. Para descubrirlo tendremos que imitar a Kapuscinski y atrevernos a cruzar la frontera.

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truly continue to enjoy it and that is what matters”, Racionero explained to writer Vicente Valero in an interview published in Diario de Ibiza in May 2009. Ibiza has deeply transformed in the eleven years since that interview, but it may have changed still more in the last several months. At least, more abruptly and unexpectedly. Luis Racionero passed away on 8 March 2020, one week before the State of Alarm was announced in Spain. What would he have thought, had he had the chance to see this Ibiza void of tourists? Would it vaguely remind him of the island he first saw in the early ‘70s? If he could come to Ibiza for a report, perhaps Kapuscinski would take notice of the silence of the islands without tourism. The silence that is perforating the economy while cleaning the environment, the silence that disturbs and gives hope, that takes you back to eras of subsistence and at the same time files down the artificial layers that were enveloping us. The silence that is leaving us without jobs and in exchange, enabling us—from our balconies—to hear the birds singing in the forest or to see the dolphins jumping in a sea free of boats and swimmers. The same archaic silence that attracted Benjamin, Bröner and Haussman fifty years ago and that today is broken by the tractor engine and the llaüt boat, the primary and ancestral industries that resist in the face of the prohibitions of confinement. It is the silence that for decades was stifled by the noise of a progress paradoxically built on a myth born from the very womb of that silence, which now returns to afford us the luxury of imagining it. On the other side of our mental limits, perhaps a more sustainable future awaits. To discover it, we’ll have to imitate Kapuscinski and dare to cross the border.

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LA CURIOSIDAD, LA MEJOR BRÚJULA

CURIOSITY IS THE BEST COMPASS

“Desviarse puede ser la esencia del viaje. Un lugar te lleva a otro inesperadamente, de la misma manera que un libro que estás leyendo te lleva también a otro que puede llegar a ser más importante”

“The detour can be the essence of the journey. One place unexpectedly leads you to another, the way one book that you’re reading also leads you to another that could come to be more important”

Texto: Pablo Sierra / Foto: Lorena Portero

El viaje es un tema recurrente en la narrativa de Vicente Valero (Ibiza, 1963). Muchos de los personajes de sus libros –reales o creados a partir de sus experiencias vitales– llegan o se marchan de la isla como si fueran actores teatrales entrando y saliendo de escena. Ibiza, además de un telón de fondo y una protagonista silenciosa, es un punto de encuentro para un escritor que ha recorrido Europa disfrazado de detective para seguir las huellas de Rilke, Kafka, Nietzsche, Brecht o Benjamin.

The journey is a recurrent theme in the narrative of Vicente Valero (Ibiza, 1963). Many of the characters of his books, both real and created from his life experiences, come to the island or leave it as though they were actors entering and leaving the stage. In addition to serving as the backdrop and a silent protagonist, Ibiza is a point of encounter for a writer who has travelled Europe disguised as a detective hot on the tracks of Rilke, Kafka, Nietzsche, Brecht and Benjamin.

En Duelo de alfiles te levantas una mañana y compras un billete para subirte a un avión que despegará de la isla pocas horas después. Como le ocurría al personaje del cuento de Kafka, ¿para viajar no hace falta nada más que el deseo de salir de aquí?

Siempre ha sido una razón suficiente, aunque no la única, claro. Kafka lo vio bien en ese cuentecillo que es casi un chiste. El deseo o la necesidad de romper con la rutina, de abandonar por un tiempo la vida habitual, de huir de todo lo acostumbrado. El viaje ha sido siempre útil para esto, independientemente del destino escogido. Cuando viajas, y esto lo dijo la escritora Elizabeth Hardwick, lo primero que descubres es que no existes. Después llegan los otros descubrimientos. Un viaje puede llegar a ser una suerte de transformación personal, los grandes viajes antiguos lo eran. En nuestros tiempos, los viajes simplemente nos permiten “desconectar” un poco.

Cuando sales de aquí, ¿piensas en los microviajes que van a surgir del tronco del viaje principal? En Duelo de alfiles, tanto en Escandinavia, Alemania, Italia o Suiza encuentras personas, detalles, recuerdos, que son motivos para cambiar de planes y, más de una vez, dilatar el viaje. ¿La curiosidad es una brújula que marca el rumbo?

Desviarse, es decir, salirse de la vía marcada, puede ser finalmente la esencia del viaje. Un lugar te lleva a otro inesperadamente, de la misma manera que un libro que estás leyendo te lleva también a otro que puede llegar a ser más importante. Aquello que no te esperabas encontrar puede condicionar tu búsqueda. Debo decir que yo nunca he viajado para descansar. Y en realidad soy bastante metódico, sé lo que quiero ver, conocer o estudiar antes de subir al avión. Pero siempre hay que estar abierto a las sorpresas que te puede deparar el viaje. Sí, la curiosidad es la mejor brújula. Kafka wrote a very short story that could be summed up like this: A master sends his servant out to saddle his horse because he must leave as soon as possible. As he’s about to leave his castle, the servant asks him where he’s going and the master answers, “I’m getting out of this place”. In Duelo de alfiles [Duel of Bishops], you cite him when you explain that you wake up one morning and you buy a ticket to board a plane that will be taking off from the island just a few hours later. Like the case of the character in Kafka’s story, to travel, do you need anything more than the desire to get out of this place?

That has always been reason enough, although it isn’t the only reason, of course. Kafka was very clear about this in that story, which is almost a joke. The desire or the need to break away from routine, to abandon everyday life for a while, to escape everything you’re used to. Travelling has always been useful for that, regardless of your chosen destination. When you travel, and this is something writer Elizabeth Hardwick once said, the first thing you discover is that you don’t exist. Then come other discoveries. A journey can become a sort of personal transformation. The great voyages of ancient times were just that. In our times, travelling simply allows us to “disconnect” a bit.

When you do get out of this place, do you think about the micro-journeys that are going to branch out from the trunk of the main journey? In Duelo de alfiles, in Scandinavia, Germany, Italy and Switzerland, you come across people, details, memories that provide reasons to change plans and more than one once, to lengthen the trip. Is curiosity a compass that marks the course?

Taking a detour, in other words, getting off the marked path, can ultimately be the essence of the journey. One place unexpectedly leads you to another, the way one book that you’re reading also leads you to another that could come to be more important. That very thing you weren’t expecting to find can determine your quest. I must say that I have never travelled to relax. And in fact, I’m quite methodical. I know what I want to see, learn about or study before I get on the plane. But you’ve always got to be open to the surprises that await you on the journey. Yes, curiosity is the best compass.

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¿Escribes mientras viajas o esperas a llegar a casa para escribir?

Durante el viaje tomo algunas notas. Algunas veces estas notas y mis recuerdos sirven para construir un texto viajero. Pero mi modelo para escribir estos textos no son los libros de viaje al uso, puesto que no se trata de dar a conocer un lugar, sino de expresarme en ellos, de reafirmar alguna experiencia propia, de establecer mis nuevos vínculos con lo que he conocido y con lo que otros antes que yo –escritores sobre todo– experimentaron alguna vez en aquel mismo lugar.

¿Has salido de viaje alguna vez sin libros en la maleta? ¿Los eliges en función del destino o no existe una norma?

Creo que es la única cosa que no he olvidado nunca poner en la maleta. Algunos los elijo en función del destino y otros no.

En Enfermos antiguos me ha gustado mucho la escena en la que vuelven a Ibiza de visita los universitarios que han ido a estudiar a Barcelona o Madrid, cuentan las maravillas de las ciudades en las que viven y la gente les responde que “la isla es un paraíso”. ¿Al tratarse de una sociedad insular, ese apego al terruño es especialmente intenso aquí? ¿Influye el hecho de que en apenas una generación los ibicencos pasaran de emigrar masivamente a recibir miles de turistas cada verano?

Este episodio del libro muestra en realidad hasta qué punto las personas están vinculadas a su propia tierra, de un modo narcisista, tal vez con mayor intensidad por tratarse de una isla pequeña, sobre todo si han viajado poco. Pero yo recuerdo que incluso los que viajaban algo, al volver siempre decían: “Pero como Ibiza no hay nada”. Daba igual que regresaran de Nueva York, del Japón o de Palma. En fin, este episodio está escrito con amabilidad y comprensión, porque la vida en esta isla nunca fue fácil hasta la llegada de los turistas. Y estos, precisamente, no se cansaban de decir que Ibiza era un paraíso… Así que al final nos lo creímos todos. Do you write while travelling or do you wait to get home to write?

I take some notes while I travel. Sometimes those notes and my memories serve to build a travel text. But the typical travel books are not my model when writing these texts, for the point isn’t to introduce a given place, but rather to express myself in that place, to reaffirm an experience of my own, to establish my new ties with what I have seen and with what others before me—mostly writers—have experienced at some point in the same place.

Have you ever set out on a journey without books in your bag? Do you select them in keeping with your destination or do you not have a rule for that?

I think it’s the only thing I’ve never forgotten to pack in my suitcase. Some I choose in keeping with my destination and others I don’t.

In Enfermos antiguos I really liked the scene where the university students who have been away studying in Barcelona or Madrid come back to Ibiza to visit and describe the wonders of the cities they live in, and the people answer them saying, “the island is a paradise”. Because it is an island society, is that attachment to the homeland especially intense here? Does it influence the fact that over the course of barely one generation, Ibizans would go from massively emigrating to receiving thousands of tourists every summer?

This episode of the book, in fact, shows the extent to which the people are attached to their homeland, narcissistically, perhaps more intensely because it’s a small island, and particularly if they haven’t travelled much. But I remember even those who did travel a bit, when they’d get back, they’d always say, “but there’s nothing like Ibiza”. It didn’t matter whether they were coming back from New York, Japan or Palma. In a word, this episode was written with kindness and understanding, as life on this island was never easy until the tourists arrived. And those tourists precisely never tired of saying that Ibiza was paradise… So, in the end, we all believed it.

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