![](https://assets.isu.pub/document-structure/230405110626-746fbfa71c06c25a1fa0a6367629408e/v1/829dda5bc1b84e8a3e5cf9f3a4feeadc.jpeg?width=720&quality=85%2C50)
2 minute read
De profesión, flamenco
La profesionalización del flamenco ha sido un proceso largo y lento que culmina en las últimas décadas del pasado siglo, siendo a día de hoy una realidad evidente. Uno de los aspectos más relevante de dicha profesionalización ha ido estrechamente ligado al desarrollo de la industria discográfica. Ya desde los inicios del siglo XX, los cantaores han ido grabando sus repertorios, tanto en sus directos como en estudios de grabación. Gracias a ello ha llegado hasta nuestros días gran parte del flamenco que hoy conocemos. Así, por ejemplo, en 1910, el Niño de La Isla dejó constancia de su cante, grabando en placas de pizarra unas farrucas junto al mítico guitarrista Ramón Montoya. Lo propio hicieron también Juan Talega, Manuel Torres y otros cantaores de la época, pasando más tarde a hacerlo Manolo Caracol, la Niña de los Peines y otros muchos.
Quizás el ejemplo más claro sobre lo expuesto sería el propio Camarón de La Isla, que dejó una obra discográfica de más de 20 discos, desarrollando así una brillante carrera artística y dejando al universo flamenco un legado de valor incalculable.
Advertisement
![](https://assets.isu.pub/document-structure/230405110626-746fbfa71c06c25a1fa0a6367629408e/v1/7d23bc52d45014c3d64e2e9f8caf5d04.jpeg?width=720&quality=85%2C50)
Además, no se trata solamente de una valía documental, sino que, de alguna manera, las grabaciones ponen a prueba las facultades artísticas del intérprete y lo dota de un repertorio propio, atributos ambos fundamentales a la hora de catalogar como profesional a un cantaor o guitarrista, aparte, por supuesto, de los beneficios económicos que en potencia puedan generar.
No cabe duda de que La Isla es una de las cunas del flamenco y que nuestros artistas han trascendido desde la misma prehistoria de este arte, desde los tiempos de María Borrico y su familia, pasando por Alvarito o el Chato, hasta Camarón o la Niña Pastori. En la actualidad, y pese a la crisis de la industria discográfica en la era de internet, nos encontramos paradójicamente en una situación extraordinaria en lo que a los flamencos de La Isla se refiere, y es que, en los últimos tres años, no paran de aparecer ediciones de discos, y además de calidad. Lo hizo en 2013 Joaquín de Sola con su álbum Principio, que precisamente se llevó el premio al mejor disco de Flamenco Revelación. También lo hicieron Adrián Cabeza o Fran Alcázar, y el pasado verano, dentro del festival La Isla Ciudad Flamenca, presentaron sus trabajos el guitarrista Juani de La Isla, el cantaor Jesús Castilla y el saxofonista Antonio Lizana que, con su segundo trabajo, Quimeras del mar, ha logrado un contrato con la multinacional Sony, que lo pone en primera línea del panorama musical español. Y en lo que llevamos de año, ha presentado su primer trabajo el cantaor Trini de La Isla y está a punto de aparecer también el primer disco de Paquito de La Isla, este último producido por la Asociación Cultural Flamenca La Fragua. Y el también premiado como mejor guitarrista de acompañamiento en 2013, Jesús Guerrero, se encuentra ahora mismo inmerso en la elaboración de su primer disco en solitario que verá la luz después del verano.
Parece evidente que nuestra ciudad goza de una excelente salud flamenca y que el esfuerzo que se ha hecho en los últimos años desde distintos sectores involucrados en poner en valor nuestro activo artístico musical ha dado su fruto. Desde La Fragua, queremos expresar nuestra más sincera enhorabuena a todos nuestros flamencos y desearles lo mejor.