Ojarasca

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Suplemento Mensual Número 292 agosto 2021 n

CUBA ADENTRO MAGIA Y PODER

SERIE FOTOGRÁFICA DE RAÚL ORTEGA CON UN COMENTARIO DE HERMANN BELLINGHAUSEN

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EL FIN DE TENOCHTITLAN: Arturo Dávila / Víctor Hernández Flores OSTULA: RESISTENCIA NAHUA EN MICHOACÁN: Carlos González / Magdalena Gómez DEFENSA DE PASO DE LA REYNA: Eloy Cruz Gregorio / Leonor Díaz Santos POESÍA DE Margaret Randall, Randall, Juan Hernández Ramírez (nahua), Esteban Ríos Cruz (zapoteco) y Rafael Mercado Epiyeu (wayuu) LA TOMA DE BONAFONT EN PUEBLA: Gloria Muñoz Ramírez

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EL FIN DE LA PACIENCIA

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e acabó la paciencia. El tiempo no está para aspirinas. Siglos de despojo, engaño y genocidios, orillan hoy a los pueblos originarios a estallar en un Ya basta tras otro. Porque no bastan los festejos del calendario cívico oficial, los aniversarios y centenarios tan redituables en términos propagandísticos, el constante revisionismo histórico desde la academia y el poder. Tampoco los discursos benévolos, los ritos impostados, las reformas cojas y mochas a las leyes. No, no basta con los adjetivos multi-pluri en uso, aunque se decreten “nacionales” lenguas que son vistas todavía como “dialectos de albañiles y criadas”. Los organismos internacionales y los gobiernos de América baten las palmas por los indios, solapando tácitamente a empresas y cárteles extractivistas cuya brutalidad no cede, emprendiendo los gobiernos mismos proyectos depredadores a nombre de un progreso que, de cara al calentamiento global y el colapso sistémico en curso, progresan sólo hacia el abismo. La defensa in extremis del agua que les queda a los pueblos nahuas de los volcanes en el centro de México acaba de marcar un hito al ocupar éstos (recuperar) las inmensas instalaciones de una transnacional voraz y mendaz como todas. Donde no minas, serán los pozos, donde no las autopistas, los complejos turísticos, la especulación inmobiliaria y los corredores industriales, o la degradación tecnificada de suelos y cultivos a nombre del mercado. Ante la toma de Bonafont por los pueblos unidos de una vasta cuenca nahua de Puebla ¿a quién defenderá el Estado? ¿A los pueblos en su elocuente y justificado reclamo, o a los extractores de todo a costa de los derechos colectivos y la salud de la Tierra? El tiempo de todos se agota n

LA TOMA DE BONAFONT, UN PASO ADELANTE LOS NAHUAS DE LOS VOLCANES DEFIENDEN SU AGUA

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uatro meses después de que cerraron la empresa Bonafont y montaron un campamento frente a la planta del Grupo Danone, los pueblos nahuas de la región de los volcanes en Puebla enjuiciaron públicamente a empresarios y gobernantes por el saqueo de agua de sus mantos freáticos. Acto seguido tomaron las instalaciones de la embotelladora y anunciaron que en adelante serán el espacio de la Casa de los Pueblos. El aniversario 142 del natalicio del general Emiliano Zapata fue el marco del juicio y de la toma de la empresa a la que acusan de extraer un millón 641 mil litros de agua al día desde que se instaló en el municipio Juan C. Bonilla en 1992. La declararon culpable de ecocidio, saqueo y de daños a la salud debido a que las comunidades se han quedado sin agua y esto ha ocasionado un sinfín de enfermedades. Los pueblos ubicados en las faldas de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl no son nuevos en la defensa de su territorio. Son los mismos que se opusieron a que el gasoducto del Proyecto Integral Morelos (PIM) atravesara sus tierras; son también quienes denunciaron a las empresas que vierten sus deshechos en los ríos Atoyac y Metlapanapa; también los que desde hace 30 años anunciaron el desastre ambiental provocado por el corredor industrial Parque

Ciudad Textil Huejotzingo. Y son, ahora, los que enfrentan a la transnacional de origen francés que los está dejando prácticamente secos. Muchas de las luchas actuales que están dando los pueblos originarios a lo largo de todo el país son por el agua. Minas, termoeléctricas, acueductos, parques industriales, entre otros proyectos empresariales amparados por los gobiernos en turno, les están arrebatando el agua e impidiendo continuar con la vida campesina. No hay muchas opciones para los pobladores. O defienden su agua, o desaparecen. Y ahora están yendo más allá, pues organizados como Pueblos Unidos decidieron dar el siguiente paso: ingresaron a la empresa y ahí, frente a miles de botellas de plástico rellenas con el agua de sus pozos y etiquetadas con el emblema anaranjado de la transnacional, se comprometieron a no permitir que les sigan arrebatando lo que les pertenece. Dentro de la planta los afectados, indígenas en su mayoría, encontraron el pozo del que extraían su agua y lo clausuraron. La gente de San Lucas Atzala, Santa María Coronango, Santa Bárbara Almoloya, San Sebastián Tepalcatepec, San Juan Tlautla, San Gabriel Ometoztla, San Mateo Conalá, San Miguel Xoxtla, San Juan Cuautlancingo, San Martín Texmelucan, San Martín Zoquiapan, San Francisco Ocotlán, Santa María Acuexcomac, San Buenaventura Nealtican, San Francisco Coapa, San Lucas Nextetelco, Santa María Zacatepec, Colonia José Ángeles y San Diego Cuachayotla, no pararon de gritar consignas durante toda la acción de “recuperación”. El juicio público a la empresa y a los gobiernos federal y local recordó al que hace más de 27 años realizó el EZLN a Absalón Castellanos, general acusado de explotador, latifundista y asesino, a quien los zapatistas condenaron a cargar con el perdón de sus víctimas. En esta ocasión los nahuas de Puebla sentenciaron a Bonafont a vivir “con la humillación de que los pueblos recuperaron lo que merecen”, y decretaron “la reapropiación” de los aproximadamente nueve mil metros cuadrados que ocupa la empresa desde hace casi tres décadas. “Las instalaciones y todos los bienes que en ella se encuentran serán ocupados por todos los pueblos”, declararon. En el espacio crearán, como lo está haciendo la comunidad otomí que mantiene tomadas las instalaciones del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI) desde hace diez meses, un espacio comunitario y un centro de formación al que nombraron Casa de los Pueblos n

Gloria Muñoz Ramírez

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Serie sobre rituales religiosos tradicionales en Cuba. Fotos: Raúl Ortega

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La Jor­na­da Di­rec­to­ra Ge­ne­ral: Car­men Li­ra Saa­de Pu­bli­ci­dad: Mar­co Hi­no­jo­sa Arte y Diseño: Francisco García Noriega Oja­ras­ca en La Jor­na­da Di­rec­ción: Her­mann Be­lling­hau­sen Coordinación editorial: Ra­món Ve­ra-He­rre­ra Edi­ción: Gloria Muñoz Ramírez Ca­li­gra­fía: Ca­ro­li­na de la Pe­ña (1972-2018) Diseño: Marga Peña Logística y producción: Ligia García Villajuana Retoque fotográfico: Ricardo Flores Corrección: Héctor Peña Versión en Internet: Daniel Sandoval

Oja­ras­ca en La Jor­na­da es una pu­bli­ca­ción men­sual edi­ta­da por de­mos, De­sa­rro­llo de Me­dios, sa de cv. Av. Cuauh­té­moc 1236, Col. San­ta Cruz Ato­yac, de­le­ga­ción Be­ni­to Juá­rez, cp. 03310, Mé­xi­co df. Te­lé­fo­no: 9183 0300 y 9183 0400. El con­te­ni­do de los tex­tos fir­ma­dos es res­pon­sa­bi­li­dad de los au­to­res, y los que no, de los edi­to­res. Se au­to­ri­za la re­pro­duc­ción par­cial o to­tal de los ma­te­ria­les in­clui­dos en Oja­ras­ca, siem­pre y cuan­do se ci­te la fuen­te y el au­tor. issn: 0188-6592. Cer­ti­fi­ca­do de li­ci­tud de tí­tu­lo: 6372, del 12 de agos­to de 1992. Cer­ ti­fi­ca­do de li­ci­tud de con­te­ni­do: 5052. Re­ser­va de tí­tu­lo de la Di­rec­ción Ge­ne­ral del De­re­cho de Au­tor: 515-93. Re­gis­tro pro­vi­sio­nal de Se­po­mex: 056-93. No se res­pon­de por ma­te­ria­les no so­li­ci­ta­dos. Editado en Demos Desarrollo de Medios S.A. de C.V, Avenida Cuauhtemoc 1236, Colonia Santa Cruz Atoyac, C.P. 03310, Mé­xi­co, df. suplementojarasca@gmail.com


EN LA MEMORIA HISTÓRICA NGIWA

LAS HAZAÑAS DE GONZALO MAZATZIN, MAZATZIN MOCTEZUMA O SIMPLEMENTE MAZATZIN, CONOCIDO COMO XIGU EN LENGUA NGIWA (POPOLOCA DE PUEBLA), VAN MÁS ALLÁ DE SU ENCUENTRO CON HERNÁN CORTÉS Y LOS ESPAÑOLES

EL FIN DE TENOCHTITLAN

GONZALO MAZATZIN

VÍCTOR HERNÁNDEZ FLORES

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Serie sobre rituales religiosos tradicionales en Cuba. Foto: Raúl Ortega

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os detalles de la probanza sobre Mazatzin, en relación con su participación en la conquista, contrastan con la tradición oral ngiwa, en donde el legendario personaje no sólo es recordado por su lazo parental con el tlatoani mexica ni por llevar su célebre nombre. Mazatzin está presente en la memoria histórica ngiwa sobre todo por la defensa de su territorio y cuidado de su pueblo ante el avance de Hernán Cortes y compañía, o como ahora quieren los historiadores, una guerra de los pueblos indios, y los españoles en segundo lugar, sin considerar demasiado el peso subsecuente del nuevo orden colonial y sus consecuencias hasta ahora vividas por los pueblos originarios. Bajo una nueva reinterpretación histórica, alternativa a la versión oficial de la conquista de México, los indios conquistadores son presentados por la historiografía como agentes activos de su propio devenir, así como el de sus pueblos y sus territorios, pactando alianzas con los recién llegados españoles. Cabe preguntarse entonces en qué momento los indios conquistadores dejaron de serlo para dar paso al establecimiento de un nuevo orden que ha tenido consecuencias negativas para nuestros pueblos. Esta narrativa histórica, en palabras de Walter Benjamin, permite perpetuar un conocimiento sobre el pasado que brinda imágenes de dominación que llevan a la reproducción de ese mismo dominio en el presente. En los intentos de

equilibrar la balanza sobre los hechos del pasado y superar una versión maniquea, bajo una nueva reinterpretación histórica, el caso de Gonzalo Mazatzin se presenta bajo los recientes análisis historiográficos como la continuación a la narrativa histórica que suma al imaginario, de sobra conocido, sobre el actuar oportunista de muchos personajes y pueblos originarios que llevaron a la caída de Tenochtitlán. Es importante no olvidar que el documento en cuestión fue ante todo un instrumento legal y de origen colonial, que en su momento sirvió como una estrategia discursiva dentro de un lenguaje específico y hegemónico, propio del sistema colonial, ajeno al lenguaje y a los propios recursos discursivos e iconográficos de nuestros pueblos en el pasado. En este sentido, aunque no se debería hablar de una continuidad legal colonial, sí podemos decir que prevalece en el orden legal establecido en la actualidad un discurso jurídico ajeno y hegemónico al propio lenguaje de nuestros pueblos, como entonces, discurso del que sin embargo se tiene que echar mano bajo una narrativa jurídica para la defensa de nuestros territorios, nuestro reconocimiento como pueblos y el ejercicio de nuestros derechos, como lo hicieran en su momento los descendientes de Mazatzin n

Víctor Hernández Flores, antropólogo social y autor popoloca (ngiwa).

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uando nos adentramos en la concepción histórica a través de la tradición oral y de los relatos míticos y fundacionales de nuestros pueblos originarios, y de cómo estos conciben su propio pasado en relación con su presente, muy a menudo entramos en un terreno en donde se irrumpe en la cronología histórica que se establece desde el quehacer historiográfico, y en donde los relatos de nuestros abuelos entran en una atemporalidad que no puede ser parte de la objetividad pretendida para su estudio histórico. Esta dicotomía entre mito e historia, vigente en los círculos académicos, se hace más que evidente cuando un mismo personaje es parte importante de la tradición oral de un pueblo, a la vez que se vuelve sujeto de estudio para la historia, conformando una especie de antítesis frente a su esencia mítica y carácter oral. Éste es el caso de Gonzalo Mazatzin, un controvertido personaje histórico que a 500 años de la conmemoración de la caída de Tenochtitlán, ha suscitado entre algunos historiadores nuevas discusiones sobre el papel y la incidencia que los pueblos originarios y sus personajes tuvieron en aquella coyuntura histórica, más conocida como la conquista de México, en la historia oficial. Estas nuevas reinterpretaciones históricas a la luz de fuentes escritas poco conocidas, como lo es la probanza de don Joaquín, descendiente de Mazatzin, si bien parecen yuxtaponerse al metarrelato sobre la conquista de México, entre vencedores y vencidos, deja fuera otras interpretaciones que algo tienen que decir sobre ese pasado, sobre todo de aquel que le concierne en la conformación actual de su propia identidad como pueblo. Gonzalo Mazatzin, Mazatzin Moctezuma o simplemente Mazatzin, es también conocido con el nombre de Xigu, nombre mítico con el que se conoce en lengua ngiwa. Sus hazañas y proezas, que van más allá de su encuentro con Hernán Cortés y los españoles, son parte importante de nuestra tradición oral ngiwa y la memoria histórica de muchas comunidades en la región de Tepexi de Rodríguez (Puebla), que fue en su pasado el centro de uno de los importantes señoríos ngiwas, “popolocas” después del sometimiento mexica y su posterior tributación. No obstante, aunque la versión mítica de Mazatzin puede no ser pertinente para un análisis historiográfico, el desconocimiento o la omisión de los importantes antecedentes y de las fuentes secundarias sobre el contexto regional, cultural y sobre todo histórico al que pertenecía Mazatzin, señor natural de Tepexi, resulta algo extraño para un análisis historiográfico serio. Con ello se da lugar a un sesgo histórico, que privilegia el lazo de parentesco de Mazatzin con el tlatoani mexica Moctezuma Ilhuicamina, así como de la alianza que realizó con los españoles para el sometimiento de otros pueblos, como los ñuu davi, pueblo presente en la memoria histórica ngiwa, no precisamente por la enemistad, sino por el acompañamiento y las alianzas hechas desde tiempos remotos, como así también lo atestiguan algunos documentos precolombinos.

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EL FIN DE TENOCHTITLAN

Serie sobre rituales religiosos tradicionales en Cuba. Foto: Raúl Ortega

500 AÑOS DE SOLEDAD VISIÓN DE LOS (NO) VENCIDOS ARTURO DÁVILA SÁNCHEZ

¿Unos centenares de hombres y unas docenas de caballos lograron tamaña victoria? Oh, no: como en la Ilíada, todas las fuerzas del cielo y de la tierra tomaban parte en el conflicto. Alfonso Reyes

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a “conquista” de México —y la de toda América— es un problema teológico. Se le puede dar muchas vueltas y discutir por siglos. El hecho de que los habitantes de un continente cruzaran el Atlántico y encontraran a otros habitantes que no conocían el hierro, la pólvora y el caballo fue casi una broma de un Dios que había dividido el mundo en dos: los have y los have not de tecnología militar. El hierro, la pólvora y el caballo fueron causa de su fatalidad. Puede parecer exagerado este postulado. No lo es. Los dibujos que reunió el padre Sahagún, en el libro XII de su Historia, lo corroboran. La destrucción de la Uey Tenochtitlan se consumó bombardeando la ciudad desde bergantines armados de cañones y arcabuces, para luego aplanar los canales con los desechos de las casas devastadas. Entonces podían correr a placer los caballos y sus caballeros equipados de lanzas y espadas, una infantería dotada de ballestas y voraces mastines, junto con miles de aliados indígenas que conocían la ciudad y al enemigo, hasta deshacer a los ejércitos de la Confederación Azteca, o lo que quedaba de ella, después de la granulosa plaga de viruela —la uey kokolistli—, otro inesperado regalo de los intrusos que diezmó a la población. No hay que espantarse ante la desventaja numérica de cien aztecas dotados de chimales, arcos, flechas y macanas por cada español forjado de hierro. Hoy las aventuras imperiales son parecidas. Los guerrilleros —si aún los hay— tienen que enfrentarse a satélites, drones, aviones que vuelan a diez mil metros de altura y no se alcanzan a ver, y bombas de precisión y uranio rebajado. Haifa Zangana publicó, en 2017, City of Widows: An Iraqi Woman’s Account of War and Resistance, donde denuncia la helada cifra de 500 mil viudas en Bagdad contra los cinco mil soldados estadunidenses fallecidos. La misma relación proporcional: 100 a 1. No hay nada nuevo bajo el sol imperial. La lengua siempre fue compañera del imperio, sentenció Nebrija. Y es verdad. Las armas bélicas también.

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a culpa no fue de los tlaxcaltecas. Se esgrime, y con razón, a la nobleza tlaxcalteca y a los aliados amerígenas de Cortés. Sin duda fueron miles. Marcelino Menéndez y Pelayo escribió: “La conquista la hicieron los propios indios, la independencia los españoles”. Tal vez fue así. ¿Qué imperio no tiene enemigos esperando la menor oportunidad para vengarse y destrozarlo? Sin embargo, hay que recordar que Xikotenkatl Axayakatzin, el hijo del rey, nunca quiso aliarse a los falsos huéspedes —como los llama Martin Lienhard. Por eso lo ahorcaron y su estatua guía y vigila desde un parque de la ciudad contemporánea, donde se le sigue celebrando como héroe y pionero de la resistencia. La realidad fue que la tan citada nobleza tlaxcalteca tuvo que aprender en carne propia, y muy pronto, la severa ley inquisitorial y los autos de fe de los recién llegados. En el folio 242v de la Descripción de Tlaxcala encontramos una escena terrible. Vemos a dos sacerdotes tonsurados y a un impávido soldado con su lanza al costado, quemando en leña a dos personajes, así como despachando a otros cinco, maniatados y colgados de un travesaño. Más atroz es soportar la imagen de una mujer noble, también ahorcada, pendiendo en el aire sin aire. Difícil encontrar un dibujo similar al de esta mujer en cualquier museo europeo. Es casi inimaginable. Por supuesto, todos ellos (y ella) ya habían sido bautizados y portan su crucifijo en el pecho. “Uan nochi youali tlaauetski nojkiya pan inijuantij / Y toda la noche llovió también sobre ellos”.

Cuando se despertaron de la pesadilla del encontronazo, las colectividades humanas que ocupaban desde tiempos inmemoriales el continente ubicado al oeste de Europa tuvieron que admitir la evidencia: los intrusos todavía estaban allí. Martin Lienhard

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a noche que todos quieren. La paráfrasis de Lienhard es exacta. Cuando los pueblos originarios despertaron del encontronazo, el dinosaurio europeo seguía allí. Y llegó para quedarse. Hasta hoy. El tema de La Noche Triste o La Noche de la Gran Victoria ha inundado los periódicos de rencorosa tinta. Despierta en el corazón furias y penas. De repente, los que ven la historia de México con lentes hispanistas, mestizos, criollos, mejicanos, whatever you call them, se enteran de que hubo una noche en que los vencidos sí ganaron una

batalla. Y no toleran la idea de hablar de una victoria ante los conquistadores. Les revuelve el estómago. Las Relaciones de Hernán Cortés a Carlos V sobre la invasión de Anáhuac (1958) de Eulalia Guzmán, los tres volúmenes de Ignacio Romero Vargas Yturbide, Moctezuma el magnífico y la invasión de Anáhuac (1963-64) y Cuitlahuiac, el Victorioso (1968) de Juan Luna Cárdenas, entre otros, relatan esa noche del 30 de junio de 1520 desde hace más de medio siglo. Y la llaman “La Noche de la Gran Victoria”. Por supuesto, su visión “mexicanista” fue —y sigue estando— desacreditada. Vargas Yturbide incluso reprodujo lo que se conoce como la bandera que los Mexika enarbolaron esa noche y que, dice el autor, encontró en la Biblioteca del Vaticano. ¿Mito o realidad? Habría que comprobarlo. Ahí está, para quien la quiera. La historia la hacen los vencedores y la interpretan e imponen como quieren. Acaba siendo “la Historia Oficial”. Los vencidos tienen el derecho a imaginar su historia y a reinventarse. Una de las más deslumbrantes imágenes recogidas por Sahagún, en una suerte de cubismo avant la lettre, ilustra el caos que ocurrió esa madrugada, en la que murieron 600 españoles, entre ellos Juan Velázquez de León, Francisco Saucedo y Francisco de Morla, tres sólidos capitanes cortesianos. Los mexika pensaron que no volverían a aparecer los españoles. Se equivocaron. El dinosaurio siguió allí, se recuperó en Tlaxcala, trajo la viruela y consumó el sitio final de MéxicoTenochtitlan, que dejó entre 50 mil muertos (según Cortés) y 150 mil (según Bernal Díaz del Castillo). “Uan nochi youali topan uetski atl / Y toda la noche llovió sobre nosotros”.

Joven abuelo: escúchame loarte, único héroe a la altura del arte. Ramón López Velarde

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l paseo del Pendón. Instituido alrededor de 1528, se practicó durante tres siglos. Consistía en pasear el estandarte del reino de Castilla y el concedido a la ciudad de México-Tenochtitlan, saliendo desde el Palacio hasta la iglesia de San Hipólito. La alta nobleza novohispana (virrey, Audiencia, arzobispos y obispos, conquistadores primeros y sus familias, la mayor parte de ellos a caballo) celebraba el día en el que se consumó el rendimiento de la ciudad. Esa tradición dejó de tener sentido tras la Independencia de 1821. Sin embargo, todavía hoy hay pueblos que la continúan. PASA A LA PÁGINA 5 


En esa iglesia de San Hipólito, que hoy pocos visitan, se encuentra un mosaico fracturado en una esquina, con la siguiente inscripción: “Tequipeuhcan (lugar donde empezó la esclavitud). Aquí fue hecho prisionero el Emperador Cuauhtemotzin la tarde del 13 de agosto de 1521”. Cada vez que coincide mi estancia en la Ciudad de México con esa fecha, dirijo mis pasos a ese recinto, y le rezo a todos los dioses y diosas que conozco por el joven abuelo y el pueblo caído, y siento el pesar de no ser lo que hubiéramos sido, la pérdida del reino que estaba para nosotros, whatever that means, parafraseando al Tata Rubén Darío. Y me inunda una íntima tristeza antirreaccionaria. Me recito, con anual melancolía, un poema que tradujo Ángel María Garibay: Rodeada con círculos de jade perdura la ciudad irradiando reflejos verdes cual quetzal está México aquí. Junto a ella es el regreso de los príncipes: niebla rosada sobre todos se tiende. ¡Es tu casa, Autor de la vida, aquí imperas tú: en Anáhuac se oye tu canto sobre todos se tiende! De blancos sauces, de blancas espadañas es México la mansión. Tú, como garza azul vienes volando, tú eres el dios. Sobre ella tú abres tus alas, arreglas tu cola: son tus vasallos: en todas partes tú imperas desde México.

De repente pienso, anacrónicamente, que estoy en otro tiempo, en otro lugar. Y espero salir y ver los lagos relucientes como jade, águilas y garzas en desliz, volando en el azul, canales de aguas lentas, como en “la Venecia prehispánica”, chinampas flotantes, canoas transportando flores y verduras a los mercados, y al fondo los volcanes, guardianes nevados. Los templos se yerguen magníficos y nubes de copal se elevan al cielo. Pronto estalla en mí el verso de Ungaretti: M’illumino / d’immenso. Y mi antiguo pecho patrio, mi sonora aztequidad, se esponja. Pero no. Afuera de la iglesia de San Hipólito, me encuentro con avenidas de asfalto transitadas por miles de automóviles, una muchedumbre morena arremolinada, apresurada, en espera de autobuses, taxis y peseros, grietas en las banquetas, miseria peatonal, gritos y bocinas, niebla gris en el aire roto, altos edificios de vidrio y de concreto, un sol amarillo y sucio, como huevo podrido en el horizonte, y algunos perros callejeros husmeando entre la basura. Ésa es la ciudad que me recibe, triste y ojerosa, la heredera de la Uey Tenochtilan. Cuando me voy, mi frágil esqueleto siente una soledad inexplicable, porque la historia es confusa y la pena clara. Mi esperanza plañe entre algodones. Cómo me duele el pelo al columbrar los siglos que me esperan. Y me repito otros versos, de Rainer Maria Rilke, especie de mantramentira que llevo grabado en la frente: Wer spricht von Siegen / Überstehen ist alles (¿Quién habló de victorias? / Sobreponerse es todo). Y empiezo a caminar, a un cuerpo de distancia de mi alma, pensando en la Dura Matria, en la desolación histórica, contando en maíces los años, para seguir sobreviviendo, sobremuriendo.

siempre me ha inclinado hacia ese pasado que me duele. ¿Memoria ancestral? ¿Información genética? ¿ADN? Como W. B. Yeats: I am looking for the face I had / Before the world was made. Estoy buscando el rostro [y el corazón] que tenía / antes de formarse el mundo. In Yolotl in Ixtli. Se habla de “pedir perdón”, de “hacer justicia”. Me parece que Juan Villoro, hijo de españoles, lo definió mejor: “Todos los mestizos debemos pedir perdón a los pueblos originarios”. El perdón es un consuelo, un remanso en la tormenta. Algo cambia de la realidad. No mucho, en esencia. Un grupo de dislocados mexicanos, mexicoamericanos, chicanos, nativos americanos y nativos latinoamericanos hemos decidido, desde hace algunos años, que la mejor forma de recuperar el pedazo de identidad prehispánica que nos ha sido arrebatado es hablando una lengua originaria. Ésa es nuestra forma de “reconquista”. Los españoles tomaron 7 siglos en volver a instaurar su lengua, su religión. Tenemos tiempo. Hemos empezado. Lenguaje es cosmovisión. Y practicamos diariamente un champurrado, una suerte de Nauañol, Nawaspanglish, Englishnawa. Otros estudian Mam o Zapoteko. Cada quien lo que puede.

No hay enojo, no hay problema”. Ya no importa. “Nuestro corazón ya no está enchilado / Ax kokok toyolo”. Se los diremos en las lenguas que hablaban nuestros ancestros en este continente (al que le quede el saco que se lo ponga), y volveremos a ser algo de lo que fuimos. Nada más, nada menos. ¡Y hasta la huesa! Titlatalnisej. Venceremos.

Posdata: Noto con ironía que uso epígrafes de autores españoles e hispanoamericanos para desarrollar estas meditaciones. “¡Se llevaron el oro, nos dejaron el oro!”, exclamó Pablo Neruda al recibir el Premio Nobel en 1971, en referencia a la lengua española. Sin embargo, “moneki timomachtisej, tisanilosej America euanij totlajtoluaj / es necesario estudiar, hablar las lenguas originarias de los pueblos de América”. San ya nopa. Así sea. Nikintlasojkamatilia / Agradezco al maestro Gilberto Díaz Hernández, a las doctorandas Ofelia Cruz Morales y Delfina de la Cruz de la Cruz, y a Victoriano Teposteko por sus enseñanzas y por corregir mis precarias locuciones en Nauatl. Si hay algún error, es mío. Tlaskamati. Gracias n

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Bibliografía Otra vez será así, otra vez, así estarán las cosas, en algún tiempo, en algún lugar. Lo que se hacía hace mucho tiempo y ya no se hace, otra vez se hará, otra vez así será, como fue en lejanos tiempos: ellos, los que ahora viven, otra vez vivirán, serán. Sahagún, Códice Florentino, VI, 25

Timomachtiaj Nauatl sesen tonal, ajachika. Practicamos el nauatl, totlajtol, nuestra lengua, todos los días, constantemente. Hay que purificar de nuevo la palabra. Qué hermoso decir “tlaxkali” en lugar de “tortilla”, término diminutivo y hasta despectivo. Cómo saboreamos la siguiente oración: “Nijkuajkua tsiktli kemaj tlami nitlakua / Mastico chicle cuando acabo de comer”. “Nojliya, kemaj niuiuipika / También, cuando estoy estresado/a”. Un sentimiento arcaico, como un colibrí alado, se despierta dentro del corazón —uitsitsili yoloijtik. Palpamos la antigüedad de estos vocablos. Un día de éstos (soñamos), cuando nos pregunten qué pensamos de la conquista, contestaremos: “Axtikilnamikij. Ax onka kualantli, ax onka tekipacholi / No nos acordamos.

El Lienzo de Tlaxcala: Explicación de láminas. México: Editorial Cosmos. 1979. Poesía Náhuatl: I. Romances de los Señores de la Nueva España. Manuscrito de Juan Bautista de Pomar. Texcoco, 1582. II y III. Cantares mexicanos. Manuscrito de la Biblioteca Nacional de México. Ed. Ángel María Garibay K. 1a. ed. 3 vols. México: UNAM, 1964-1965. Debido a la muerte del doctor Garibay, en octubre de 1967, Miguel León Portilla se ocupó de la edición del tercer volumen, publicado en 1968. El reverso de la conquista. Relaciones aztecas, mayas e incas. Miguel León Portilla, compilador. México: Editorial Joaquín Mortiz, 1964. Visión de los vencidos; relaciones indígenas de la conquista. Intr. Miguel León Portilla. Trad. Ángel María Garibay K. 7a. ed. México: UNAM, 1976.

Arturo Dávila (Ciudad de México, 1958), poeta y escritor, dirige el Departamento de Lenguas Modernas en Laney College, Oakland. Enseña nauatl en la Universidad de Berkeley. Ha publicado los poemarios La ciudad dormida, Catulinarias, Poemas para ser leídos en el metro, La cuerda floja y Tantos troncos truncos. Ensayista de Alfonso Reyes entre nosotros, reunió la antología La Tinusa. Poetas latinoamericanos in the USA. Serie sobre rituales religiosos tradicionales en Cuba. Foto: Raúl Ortega

Confusa la historia y clara la pena. Antonio Machado

años de soledad. Porque la conquista de México duele. No a todos. Algunos quisieran borrarla. “Todo es mestizaje, somos una nación nueva, diferente, ya lo pasado, pasado, los aztecas eran unos sanguinarios”, alegan y desacreditan cualquier acercamiento diferente, “indigenista”. Mi abuela era de Colotlán, Jalisco, “tierra de alacranes”; mi abuelo de Tlaltenango, “la tierra de la Señoras”, “la tierra de las muralles”, Zacatecas, del reino de Nochistlán, “lugar de tunas”. Todos, nombres aztecas. La poca sangre indígena que corre por mis venas

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RESISTENCIA NAHUA EN MICHOACÁN

OSTULA: RESISTENCIA ANCESTRAL U

Serie sobre rituales religiosos tradicionales en Cuba. Foto: Raúl Ortega

CARLOS GONZÁLEZ GARCÍA

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n la región de la Costa-Sierra colindante con el Océano Pacífico, dentro del municipio de Aquila, Michoacán, se localizan las comunidades de El Coire, Pómaro y Santa María Ostula, tres poblados nahuas que en conjunto son propietarios de unas 200 mil hectáreas bajo el régimen comunal y que tienen en posesión la mayor cantidad de playas del estado, mismas que destacan por su gran belleza, su cuidado y no ser detentadas por intereses extranjeros. Todo esto excepcional para la región y el país entero. El liberalismo decimonónico y el porfiriato propiciaron el exterminio sistemático de las comunidades indígenas de la región: Coalcomán, acaso una de las comunidades con mayor extensión territorial en México hasta su sangrienta desintegración, entre 1869 y 1871; Huizontla entre 1891 y 1893; Aquila en las mismas fechas; y finalmente Maquilí, en 1911, fueron pulverizadas en sus bienes comunales una tras otra de frente a la política desamortizadora del Estado mexicano. Ostula, Coire y Pómaro sobrevivieron, no sin daños, a dicho periodo tan oscuro. El proceso antes descrito propició, a finales del siglo XIX y durante el siglo XX, la invasión de dicha región por parte de rancheros, muchos de origen europeo, así como el surgimiento de “pequeñas propiedades” y la formación, en 1967, del ejido de La Placita sobre tierras, otrora comunales, de Maquilí. Lo anterior llevó a que en abril de 1964 el presidente de la República dictara una Resolución sobre Reconocimiento y Titulación de Bienes Comunales a favor de Santa María Ostula, sumamente defectuosa en cuanto a la superficie titulada, misma que fue mutilada con respecto de las tierras que le habrían sido reconocidas mediante diversas diligencias judiciales a finales del siglo XVIII y principios del XIX. La superficie en cuestión quedó sobrepuesta con “pequeñas propiedades”

de dudoso origen, con los terrenos comunales de El Coire y Aquila y, a partir de 1967, con el reciente ejido de La Placita. En este paulatino proceso de despojo, actualmente El Coire tiene invadidas más de 10 mil hectáreas en la parte alta de la serranía y Pómaro más de 40 mil; a su vez, Ostula fue invadida gradualmente en más de mil hectáreas por el lado de las supuestas “pequeñas propiedades” de Maquilí, hoy de La Placita. Estas tierras invadidas a Ostula fueron ocupadas en su momento tanto por sedicentes pequeños propietarios como por lugartenientes del crimen organizado, quienes iniciaron un juicio contra la Comunidad, con número de expediente 78/2004, que hoy se encuentra en la última instancia: el amparo directo. Por su parte la Comunidad en 1997 y en 2003 intentó recobrar las tierras invadidas, pero no fue hasta el 29 de junio de 2009 que recuperó una importante porción de tierras comunales lindantes con el Pacífico y levantó el poblado de Xayakalan, apoyado en la refundación de su guardia comunal, misma que tuvo que enfrentar al crimen organizado.

EN LAS MANOS DE ESTE ALTO Y CONTROVERTIDO TRIBUNAL ESTÁ LA DECISIÓN DE SEMBRAR PAZ EN FORMA DEFINITIVA O SEGUIR SEMBRANDO GUERRA EN ABONO DE LOS INTERESES MÁS NEFASTOS QUE PODAMOS IMAGINAR. LA CORTE TIENE LA PALABRA

n año antes el profesor Diego Ramírez, coordinador de la Comisión para la Defensa de las Tierras Comunales, fue arteramente asesinado; en 2010 el presidente del Comisariado Comunal, Francisco de Asís Manuel, fue desaparecido por un comando armado sin que sepamos nada de él hasta hoy; entre 2011 y 2012 fueron violentamente eliminados por el cártel de Los Templarios Pedro Leyva, Trinidad de la Cruz, Crisóforo Sánchez y Teódulo Santos, importantes dirigentes de la Comunidad; la mayoría de los comandantes comunitarios nombrados entre 2008 y 2009 fueron también masacrados y a la fecha Ostula suma 35 comuneros ultimados y 5 desaparecidos por causa del conflicto social agrario. No está de más señalar que entre 2011 y 2014 la organización comunitaria de Ostula casi desapareció ante el asedio de Los Templarios, quienes aprovecharon para robar sus finas maderas, conservadas durante siglos. Todo esto con la colaboración, ya sea por omisión, ya sea deliberada, tal vez nunca lo sabremos, de la Marina Armada de México, que justo en esos años se instaló en toda la región. Fue en febrero de 2014 que la Comunidad, con el apoyo decisivo de los autodefensas de Coahuayana, Aquila, Chinicuila y Coalcomán, logró expulsar a Los Templarios de su territorio y prácticamente de todo el municipio. Para ese momento la Comunidad se encontraba agotada y sus dirigentes históricos, formados a lo largo de sucesivas generaciones que abrevaron de la lucha agraria, de la teología de la liberación, del movimiento poselectoral de 1988 y del movimiento magisterial, pero, sobre todo, de la historia propia, ya no existían más que contados con los dedos de una mano. Sin embargo, con esa característica rara llamada resistencia, Santa María Ostula ha renacido en una robusta organización comunal, en sus fiestas y ceremonias, en sus trabajos cotidianos, en su guardia comunal y en un renovado y joven liderazgo colectivo.

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i miramos un plano del mundo podremos observar que Santa María Ostula, El Coire y Pómaro, comunidades pródigas en minerales preciosos, en playas de ensueño y en toda clase de recursos naturales, se localizan entre Manzanillo y Lázaro Cárdenas, los dos puertos más importantes de América del Norte; y que también forman parte estratégica del corredor que comunica, a lo largo del centro del país, a dichos puertos con el centro y el este de Estados Unidos, uno de los nichos de mercado más grandes del mundo. Lo anterior provoca, cada vez con más fuerza, la voracidad de empresas multinacionales y cárteles criminales que han sentado o pretenden sentar sus reales en la región. De hecho, la empresa Ternium —segunda acerera a nivel mundial— tiene títulos de concesión minera sobre tierras pertenecientes a Ostula, muchas de ellas en conflicto con los sedicentes pequeños propietarios. Teniendo como fondo lo antedicho, el juicio agrario 78/2004, en el que se dirime el pleito por tierras entre la Comunidad y la “pequeña propiedad”, ha llegado a su última instancia en el tramado legal de la Nación: un amparo directo en manos de un tribunal colegiado de circuito. Ostula exige, no sin razón, que tan relevante y significativo caso sea atraído y resuelto favorablemente por la Corte; ya la Segunda Sala se va a avocar al asunto para determinar si procede la atracción. En las manos de este alto y controvertido tribunal está la decisión de sembrar paz en forma definitiva o seguir sembrando guerra en abono de los intereses más nefastos que podamos imaginar. La Corte tiene la palabra n


RESISTENCIA NAHUA EN MICHOACÁN Serie sobre rituales religiosos tradicionales en Cuba. Foto: Raúl Ortega

JUSTICIA PARA OSTULA MAGDALENA GÓMEZ

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a comunidad de Santa María Ostula lo primero que requiere es que la SCJN decida ejercer oficiosamente la atracción de su caso y después de ello que su sentencia garantice una adecuada delimitación, demarcación y protección jurídica efectiva que reconozca la propiedad comunal que se ha venido ejerciendo ancestralmente y que le corresponde otorgar y garantizar al Estado Mexicano. Porque la ausencia y distorsión de la delimitación que se plasmó en 1964 en una resolución presidencial ha permitido que pobladores pri­vados, la pequeña propiedad privada y ajena a la comunidad de Ostula, abusen invadiendo más de 700 hectáreas, además de que se han sentido con el derecho de disputar la propiedad invadida como propia mediante juicios de amparo, a los que se ha respondido y tramitado sucesivas revisiones, provocando un conflicto social que ha traído como consecuencia la tortura, el asesinato, desaparición, desplazamiento, persecución y amenazas en contra de incontables comuneros en la lucha por la defensa de su territorio comunal, cuestiones graves que permanecen impunes y de las que muestran evidencias en su documento de petición señalando la intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

Por fortuna podemos encontrar tesis de la SCJN con criterios que avalan la decisión de atracción en este caso. 2 Para citar algunos de los más relevantes señalamos: a) Cuando el tema de fondo esté referido a derechos fundamentales recién incorporados al orden jurídico, bien por reforma constitucional o bien por la suscripción de tratados internacionales en materia de Derechos Humanos, ya que en tales casos, dada la complejidad y relevancia en la definición, aplicación y operatividad de los nuevos derechos adscritos, surge la necesidad de que el Alto Tribunal se pronuncie sobre su contenido esencial y alcance para que la ejecutoria respectiva sirva de criterio jurídico trascendente y referencial para su aplicación a casos futuros que previsiblemente surgirán con mayor frecuencia por encontrarse involucrados diversos temas de notable interés. b) Peculiaridades excepcionales y trascendentes del caso particular, que exijan su intervención decisoria. La atracción de oficio requiere que por lo menos uno de sus miembros formule la petición de atraerlo, lo que implica que cualquiera de los Ministros que integran la Suprema Corte está facultado para realizar la mencionada solicitud. c) Se orientan a calificar un asunto que por los problemas jurídicos planteados, dada su relevancia, novedad o complejidad, requieren de un pronunciamiento del Máximo Tribunal del país, de tal suerte que el criterio que llegara a sustentarse en el asunto atraído repercutirá de manera excepcionalmente importante en la solución de casos futuros. Como observamos, el caso de Ostula es una oportunidad para que la SCJN abra camino a la justiciabilidad de los derechos históricos de los pueblos indígenas n 1. Memoria del seminario internacional de administración de justicia y pueblos indígenas, La Paz, 1998, pp. 123-124. 2.http://sjf2.scjn.gob.mx/listado-resultado-tesis /2017207,2006669,2006668,2003990,2003041,2000227,16108 0,165797,165796,168920,169295,169885,173950,174097,178456, 182638,182637,182636,186776,189893,193004,193002,199796,1 99794,199793,200506

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a comunidad indígena de Santa María Ostula, perteneciente al pueblo nahua de la costa de Michoacán, es una comunidad con un origen anterior a la creación de las actuales fronteras nacionales, de acuerdo a la Constitución y al convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo. Nada más adecuado a lo que encontrará la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), cuando analice la solicitud de atracción de forma oficiosa del Amparo 203/2020 que el 21 de junio pasado presentaron las autoridades agrarias de dicha comunidad. Coloco de entrada la naturaleza indígena de la comunidad de Ostula para advertir que aparentemente se trata de atender un caso de derecho agrario, dado que las autoridades con esa personalidad han peleado históricamente por su territorio, recursos, formas de organización social, sus encargaturas actuales y en general su autonomía como pueblos. Ya revisarán sendos documentos donde la comunidad ilustrará su historia, su lucha y su derecho ancestral, consciente de que tiene que abrir la mirada de la Corte. Y es que es clave que, al valorar el interés excepcional y trascendente, se considere que es muy reciente el acercamiento de este máximo órgano a la dimensión del derecho de los pueblos indígenas. Cito un testimonio presentado en una reunión sobre administración de justicia en 1997 a la que acudieron Ministros de la Corte de varios países a compartir sus resoluciones en materia indígena. Participó el entonces Ministro de la Corte Juventino Castro y Castro (+), y en brevísima intervención reconoció que: “los antecedentes jurisprudenciales mexi­ canos —todos de orden federal—, y sus precedentes relativos, no resultan abundantes y dignos de resaltar en forma muy especial. Ello es prueba de que pocos conflictos se han tratado a este respecto, e infortunadamente ello no significa el buen manejo de dichos conflictos, sino por el contrario la poca lucha de las organizaciones indígenas por establecer un mejor trato para esos compatriotas nuestros en posición disminuida”. El ministro Castro y Castro dio cuenta de dos precedentes jurisprudenciales, uno relativo al amparo en re-

visión 178/90, fallado el 5 de septiembre de 1990, donde se reafirmó el reconocimiento de la garantía de audiencia que tienen las comunidades indígenas, cuando se les pretenda privar o afectar sus bienes que guarden un estado comunal y otro amparo directo 4344/72, resuelto el 4 de abril de 1973, que rechazó que a las personas de raza (sic) indígena se les pudiera considerar “incapacitados para los efectos de la ley penal”.1 Ahí quedó el reconocimiento de una ausencia de justiciabilidad. Y un discurso no exento de racismo. Ése es el telón de fondo con el que las dos últimas décadas la SCJN ha estado abordando temáticas sobre derecho indígena, como el derecho al traductor o a la consulta y aún sin plena suficiencia, pero en materia de territorios indígenas muestra la tendencia a acercarse desde la reducida ventana del derecho agrario y desde ahí en ocasiones le ha dado mayor peso a un documento de resolución presidencial que a los títulos virreinales.

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CUBA ADENTRO PODER Y MAGIA EN LA FOTOGRAFÍA DE RAÚL ORTEGA

Serie sobre rituales religiosos tradicionales en Cuba. Foto: Raúl Ortega

HERMANN BELLINGHAUSEN

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aúl Ortega realizó un extenso registro visual de la Cuba profunda, la Cuba mágica y ritual, la Cuba África, a todo cuerpo y alma en honduras que ningún visitante pisa. Y logró una de las mejores series fotográficas hechas por una lente mexicana. Hay una intensidad rabiosa y vital en estas estampas inquietantes de tan íntimas, de tan cerca, de tanta emoción acumulada que se libera. Es un honor para Ojarasca dar a conocer esta galería extraordinaria. Es lugar común, con católico desdén en el origen, denominar “santería” a la compleja red de rituales de la negritud cubana. El escritor Miguel Barnet, en un texto especialmente escrito para acompañar la futura publicación en libro de estas fotos, subraya con nitidez: “Hablar de una religión cubana como construcción cultural homogénea es un error”. El conjunto de sistemas religiosos y creencias es variado y procede de distintas latitudes de África. Barnet destaca cuatro pueblos en el origen: el yoruba del oeste de Nigeria “que trajo a Cuba la Regla de Ocha o Santería y el culto de Ifá”. Los bantúes aportaron “formas religiosas más cercanas al panteísmo que la yoruba, menos elaboradas teogónicamente, pero con gran fuerza ritual y litúrgica, Regla de Palo Monte, Briyumba, Mayombe y Kimbisa, entre otras de reciente creación”. Los carabalíes del norte de Nige-

ria aportaron “la llamada sociedad secreta abakuá de hombres solos, heredera de la sociedad Égungun, u Ogboni”. Y los arará, del reino de Aradja del antiguo Dahomey, que se fusionaron con los cultos yoruba. Resulta inevitable remitirse a creadores documentales como Sebastiao Salgado y Graciela Iturbide, maestros del intimismo cósmico. Raúl es de hecho discípulo directo de Salgado, con quien recorrió Chiapas dos décadas atrás; en él reconoce a un mentor. Es también uno de los varios herederos directos de Iturbide, quien algún día será reconocida como la mamá de los mejores pollitos de la fotografía documental mexicana. Es conocido por sus trabajos en Chiapas, tanto los inicios espectaculares del zapatismo indígena en rebeldía como por la gran serie de fiestas populares del estado donde eligió vivir. En sus inicios, Ojarasca dio a conocer una serie suya de retratos de los comcaa’c (seris) de peculiar belleza. Hoy vuelve a nuestras páginas. No pocas placas suyas son ya canónicas, empezando por los más reproducidos retratos del subcomandante Marcos (quizás los mejores). Pero su trabajo en las esquinas ocultas y misteriosas de la Cuba santa (nunca sin su contracara diabólica) constituyen el cuerpo fotográfico más redondo y original de su obra. Miguel Barnet reconoce que Raúl Ortega “ha realizado tomas conmovedoras e impresionantes de estos sistemas religiosos con una óptica desprejuiciada, donde el ritual es sólo un pretexto para captar el instante donde la magia expresa lo más profundo de la fe de los practicantes. La convivencia

de Raúl en este medio tan misterioso le sirvió para entender cabalmente la idiosincrasia del cubano”. Siendo una isla, la de mayor calado en el mar Caribe, es más que un país; bien mirado, resulta un planeta largo y cálido a la cabeza de la nueva África que florece y duele desde hace tres siglos en las llamadas Antillas, puerta de entrada de la brutal colonización europea de América. De hecho, la población originaria de las islas fue borrada por las violencias y plagas de los conquistadores. Pueblos como el taíno prácticamente desaparecieron. La maldad del hombre blanco extrajo entonces de África el primer corazón de las tinieblas e “introdujo” inmensas cantidades de esclavos arrancados del continente subsahariano paralelo al nuestro. Barnet, escritor indispensable y autoridad indiscutible de los temas de historia y espiritualidad afrocubana, quien supera y continúa las aportaciones de Lydia Cabrera, Alejo Carpentier y Nicolás Guillén, asienta: “Cuba no sería lo que hoy es en la cultura y ante la imagen del mundo sin ese legado fundamental que fue celosamente guardado en la memoria de hombres y mujeres de todos los colores que hoy lo exhiben con orgullo, a pesar de que llegó encadenado, desgajado y roto en el barco negrero, para asentarse en las plantaciones y en la sociedad y alimentar con una prodigiosa savia a la tierra cubana”. Para el escritor, “estos cultos no se asumen sólo como una práctica religiosa; son en realidad un sistema de vida adherido a la cotidianidad”. Invitamos a los lectores a darse el gusto de recorrer un adelanto de la galería cubana de nuestro amigo Raúl Ortega n


Serie sobre rituales religiosos tradicionales en Cuba. Fotos: Raúl Ortega

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Serie sobre rituales religiosos tradicionales en Cuba. Foto: Raúl Ortega

CADA MUERTE UN ACTO DE SUPERVIVENCIA Hermana Dianna Ortiz, 1958-2021

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Margaret Randall

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La hermana Dianna Ortiz murió hoy y ayer y todos los días desde esa muerte monstruosa hace 32 años. Cada muerte, un acto de supervivencia.

incapaz de reconocer a su familia y a las hermanas de su orden, casi fracasa en funcionar en este mundo encandilado que se niega a mirar o escuchar.

Los hombres que le apagaron 100 cigarrillos en la espalda y la violaron si les hubiesen preguntado hubieran dicho que eran buenos cristianos luchando contra el comunismo.

Reviviendo los años de agonía, aun así contó su historia cada vez que hizo falta, años que le trajeron muertes nuevas y una vergüenza fuera de lugar.

Los horrores que aguantó no caben en un poema y solamente en un poema pueden contarse: estar colgada sobre un pozo abierto donde cuerpos vivos y muertos le borraron de la memoria todo lo que había conocido antes.

Nadie se cura de un terror así sin el abrazo de la necesidad. Nadie se cura de eso en cada muerte sucesiva y mucho menos en un poema.

La obligaron a matar y la filmaron mientras lo hacía: un abuso suficiente para quebrar a un ejército de ángeles justificado por la necesidad de un arma para mantenerla en su línea de fuego.

Dianna se muere en este poema y vive también en él: la monja y maestra ursulina cuyas preguntas insistentes ayudaron a poner de rodillas al fascismo guatemalteco

Las palabras obscenas que describen actos obscenos son dolorosas de escuchar pero tenemos que escucharlas, absorberlas, entender lo que se hace en nombre de todos los que ocultan esas verdades.

y a obligar a los Estados Unidos a admitir su papel en una guerra fantasma que se negó de una administración a la siguiente.

Se corrió la voz: el clamor mundial por su liberación y de repente un americano estaba ahí, llevándosela en su auto. Por miedo a que la matara, se las arregló para escaparse.

Dianna sobrevivió a su muerte y vive en este poema cuya razón de ser es dejarla ir en paz.

Más tarde pensó que ese hombre misterioso bien pudo haber estado ahí todo el tiempo, dirigiendo a los otros. Más tarde hubo un aborto. Más tarde, locura

Traducción del inglés: Sandra Toro Margaret Randall (New York, 1936). Poeta, escritora, fotógrafa, militante feminista y activista social, autora de más de 150 libros de poesía, ensayo e historia oral. Comprometida con la poesía y los caminos de la liberación, vivió en América Latina (México, Cuba y Nicaragua) por 23 años.


PIEL QUE HABITO Lubi Prates

Serie sobre rituales religiosos tradicionales en Cuba. Foto: Raúl Ortega

mi piel es mi dormitorio mi piel es todas las habitaciones donde me alimento donde me acuesto y finjo un mínimo confort. mi piel es mi casa con las paredes descubiertas una falta de cuidado : siempre necesita más para ser casa. mi piel no es un estado sin gobierno. mi piel es un país aunque demasiado lejano

para mis brazos

aunque ni siquiera camine sobre su territorio

aunque yo no domine su lenguaje.

mi piel no es cáscara es un mapa: donde África ocupa todos los espacios: cabeza útero pies donde los mares se hacen con mis lágrimas. que no es solo mío.

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mi piel es un mundo

Traducción del portugués: Martina Altalef y Lubi Prates De um corpo negro / un cuerpo negro (Amauta & Yaguar, Buenos Aires, 2018). Prólogo de Bruna Stamat.

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PASO DE LA REYNA

EL RÍO REPRESENTA LAS VENAS DE LA MADRE TIERRA ELOY CRUZ GREGORIO

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o quisiera que esta memoria histórica pudiera ayudar a otros pueblos que también están defendiendo su territorio pues es un ejemplo de lucha y de que las cosas sí se pueden si queremos. Ojalá y este libro sirva también a otros pueblos para enfrentar a las empresas y al gobierno que quieren arrebatarles lo que les pertenece. A nosotros, con el Copudever, no nos da temor participar y decir qué es lo que hace y por qué lo hace. Nuestra lucha es justa, es pacífica y ha sido limpia porque nosotros defendemos la vida. Dentro de nuestro quehacer en el Copudever algo que nos ha caracterizado es llevar una lucha sin partidos políticos. Me han hecho la invitación para que el Copudever se vuelque con el apoyo hacia ellos y me he mantenido en decir que nuestra lucha va sin partidos, aunque hay momentos en que la política y el dinero casi nos quieren ganar. Hasta el momento no hemos vendido nuestra lucha a ningún partido político, no hemos permitido que ninguno banderee nuestro movimiento porque la característica es que lo nuestro es real, no tiene tantas mentiras. La política utiliza a las personas y las maneja con muchas mentiras, y una de las características del Copudever es que estamos defendiendo nuestro territorio, pero diciendo las cosas reales, como son. ¿Por qué defendemos nuestro territorio? Porque defendemos la vida, porque dentro de todos los territorios donde está el Copudever tenemos un proyecto de vida. No le hace que la gente diga que nosotros no queremos el dinero, que vivimos mal. No importa. Nuestro proyecto de vida se ajusta a nuestras necesidades y nos permite sobrevivir. En las comunidades ribereñas nosotros comemos, nos vestimos, nos divertimos sanamente, en la medida de lo posible podemos darles estudio a nuestros hijos. Hay personas profesionistas dentro del Copudever. No necesitamos de un partido político, ni necesitamos de una presa para poder sacarlos adelante. Gracias a Dios estamos en una partecita de la región que es muy productiva. Y es todo por eso, por nuestras costumbres, por nuestra cuestión económica, las cuestiones sociales, del medio ambiente, que nosotros defendemos nuestro territorio y eso queda plasmado en este libro donde se habla de viva voz de cómo hemos vivido y convivido con el Río Verde. Porque la lucha aquí se trata de defender el agua, y al defender el agua estamos diciendo que vamos a defender al río; porque el río representa para nosotros las venas de la madre tierra. Yo creo que los que dicen que las presas generan energía limpia tienen un campo de visión muy reducido. Por eso se atreven a decir que son energías limpias.

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l Río Santiago en el estado de Jalisco. Es un río contaminado, casi como si fuera un drenaje. Llegas a las orillas de ese río y no aguantas la pestilencia de todos los emporios industriales que se cruzan en su tra-

yecto. Y entonces nosotros consideramos que una presa tiene un efecto de contaminación. Ese proyecto que quieren montar en el Río Verde en primer lugar se dice que es para producir la energía eléctrica, pero también nosotros sabemos realmente que la energía la necesitan para explotar los minerales que hay en nuestra región en la Costa y Sierra Sur. Al estar explotando estos minerales ellos van a utilizar líquidos como el cianuro y no sé qué otros para limpiar los minerales, y con eso en automático el río dejaría de tener vida, porque no puede vivir ningún ser vivo en un agua contaminada a ese nivel. Dentro de nuestra lucha hemos aprendido que debemos darle importancia —yo creo que ése es el punto donde gira todo el entorno de este libro— a esta reseña de la memoria histórica del Copudever. La importancia que tiene el agua. Ése es uno de los puntos que se defienden y se resaltan en este libro, que le debemos dar esa importancia que tiene el agua y que por lo mismo reconocemos la importancia que tiene el Río Verde para nosotros. Lo hemos defendido de manera pacífica y hemos tenido logros muy importantes, muy marcados. Hemos logrado reglamentar la tenencia de nuestros territorios, ya que tenemos tierras ejidales y tierras comunales. En el Paso de la Reyna y San Lucas Atoyaquillo tenemos dos reglamentos internos que elaboraron los mismos habitantes de diferentes edades, de diferentes sectores de la población; gente que se dedica al negocio, que se dedica al campo, jóvenes.

Todos ellos estuvieron participando en la elaboración de esos reglamentos y de los estatutos comunales que tiene el municipio de Tataltepec de Valdés y el municipio de Zenzontepec. Ése es uno de los logros muy importantes, ya que en estos reglamentos y en los estatutos pusimos cómo queremos vivir para seguir conservando nuestros bienes que tenemos dentro del ejido. Todos los que hemos estado dentro de esta lucha hemos reconocido un punto: la importancia que tiene el agua para seguir subsistiendo, y por tanto, la importancia que tienen los ríos. ¿Qué es lo que nos queda dentro de la lucha, con todos los embates que estamos sufriendo? Lo que nos queda es utilizar nuestras estrategias de seguridad. Ahorita en Paso de la Reyna, con este problema que se ha venido aconteciendo en el año 2021, no estamos teniendo respuesta satisfactoria, ni siquiera medianamente, de las autoridades que les compete resolver la seguridad de los pueblos. No ha habido esa respuesta, lo único que nos queda a los pueblos que estamos dentro del Copudever es utilizar nuestras propias herramientas. En el caso de Paso de la Reyna, comenzó a reactivar su guardia en la entrada del ejido, de 6:00 de la tarde a 6:00 de la mañana a partir del mes de abril. Ésa es una de las estrategias de las que tenemos que hacer uso ya que somos ignorados por las autoridades. En los medios se paran el cuello para decir que vamos bien, que no hay inseguridad, que no hay ningún problema. Hasta donde Dios dé permiso, nosotros vamos a seguir defendiéndonos y utilizando nuestras propias estrategias, ya que queda claro que las autoridades e incluso algunas leyes son modificadas para la defensa de los empresarios y no para la defensa de nosotros, para la defensa de los que tienen dinero y no para la de los que no tenemos. Aun con todas las pérdidas humanas que estamos teniendo, nuestra lucha no claudicará. Así tambaleante como se siente porque sí hay mucho temor, nuestra lucha no la vamos a dejar, vamos a seguir luchando pacíficamente y hasta donde se nos permita. Y si nos arrebatan la vida pues así tendría que ser porque somos nosotros los que debemos defender nuestro territorio, no hay otro… Nosotros no nos sentimos desanimados. Siempre lo he manifestado; las luchas siempre son así: selectivas. Cuando se dio el movimiento de independencia no fue todo el país, no fueron todas las personas las que se pusieron a luchar; fueron grupos. Grupos que, aunque manejaron diferentes intereses, querían la independencia y se logró. En la revolución mexicana tampoco participó todo el país. Hubo grupos de personas como estamos nosotros ahora, como están las diferentes luchas que hay en Jalisco, Puebla, Chiapas, Veracruz. Somos poquitos los que estamos luchando, pero sabemos que sí lo vamos a lograr n

Eloy Cruz es integrante del Consejo de Pueblos Unidos por la Defensa del Río Verde (Copudever) de Paso de la Reyna.


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Serie sobre rituales religiosos tradicionales en Cuba. Foto: Raúl Ortega

escuelas. Los jóvenes, los niños tienen que conocer este libro de la memoria histórica de lucha. Uno de los logros es la defensa de nuestros derechos. Hemos sido una organización referente en el país con nuestra lucha y lo hemos logrado utilizando las herramientas disponibles a nuestro alcance como es la autodeterminación, la formación y las alianzas. Un agradecimiento a EDUCA porque es una organización que nos ha acompañado durante muchos años. A todas las organizaciones: al MAPDER que nos han acompañado y nos han fortalecido. Para nosotros en el Copudever es muy difícil esta situación: se vienen tiempos electorales, va a haber cambios de autoridades. No sabemos en qué otra etapa va a entrar el Copudever aparte de una etapa dolorosa en que ha estado defendiendo su territorio. Con el cambio de autoridades municipales debemos estar preparados para lo que se venga. Estos asesinatos de nuestros compañeros también tienen que quedar escritos. No puede quedar impune un asesinato y tenemos que seguir levantando la voz. Nosotros vivimos en comunidades rurales, tenemos problemas con la comunicación. Somos mujeres amas de casa, campesinas. Pero sí tenemos el conocimiento de

nuestros derechos y es desde ahí desde donde nosotros nos organizamos. Un agradecimiento por darnos la participación, la voz a nombre del Copudever para presentar el libro de nuestra memoria histórica. Muchas gracias a todos los que nos están escuchando. Muchas gracias por ese apoyo y seguimos en la lucha. Este libro no debe estar en una biblioteca, es un libro que debemos leer todos. Cada vez que abro este libro veo reflejada la lucha de mis compañeros porque ahí están y he visto su caminar junto con las organizaciones. Hemos llorado, hemos celebrado festivales, hemos ido a conferencias de prensa, pero toda la lucha que hemos llevado nos ha fortalecido. Muchas gracias por nuestra participación n

grante del Copudever.

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esde que se dio a conocer la presa Paso de la Reyna, se empezaron a organizar las comunidades. Desde 2007, el Consejo de Pueblos Unidos en Defensa del Río Verde y de la Vida (Copudever) comenzó a organizarse para hacerle frente a este proyecto. Somos seis municipios: Itundujia, Ixtayutla, Jamiltepec, Zenzontepec, Tataltepec y Tututepec. Son pueblos y comunidades de chatinos, mixtecos, afromexicanos y mestizos. En esta región están planeados seis proyectos, los más concretos son Paso de la Reyna y desde el 2019 se descubre otro proyecto hidroeléctrico, el “Río Verde”, una mini-hidroeléctrica que está en etapa de estudio. Copudever está pasando por un proceso doloroso: traemos presentes a los compañeros que ya no vieron lo que tanto deseábamos. Es nuestro sueño que la presa se detenga para que los pueblos podamos vivir en paz. Han asesinado a nuestros compañeros; a Fidel Heras Cruz, a Jaime Jiménez Ruiz, a Gerardo Mendoza Reyes, a Noé Robles Cruz y a Raymundo Robles Riaño. La comunidad de Paso de la Reyna está siendo amenazada. Copudever ha tenido sus propios aliados. No ha estado solo, ha estado el magisterio, la sección 22, la Iglesia Católica desde la Diócesis de Puerto Escondido. Y al leer el libro que da cuenta de esta memoria histórica, los antecedentes de lucha, entendemos que en otros movimientos los pueblos se han levantado para defender, leyendo libros. Copudever tiene un aliado muy fuerte en la Diócesis de Puerto Escondido. Desde nuestro primer obispo nos dio su postura de que la presa no iba a pasar. La sección 22 y la Iglesia Católica, desde la Pastoral Social, organizaciones no gubernamentales como EDUCA, los abogados que nos han acompañado en llevar el proceso de amparo desde la asesoría jurídica, asesorándonos en nuestros derechos para que los vayamos conociendo; y el Mapder (Movimiento Mexicano de Afectados por las Presas y en Defensa de los Ríos) también nos ha acompañado en esta lucha. Fuimos al Tribunal Permanente de los Pueblos a la preaudiencia junto con otros compañeros y compañeras de movimientos de afectados por presas. Estuvimos en Temacapulín, ahí se llevó el caso de la Presa Paso de la Reyna. Todas estas organizaciones han sido aliadas y han ido fortaleciendo al Copudever y éste se siente fortalecido por todo el acompañamiento que nos han dado. Y aludiendo al libro de la memoria histórica, el Copudever es un ejemplo de lucha en nuestro territorio. En estos momentos tan difíciles el Copudever sigue fortalecido. Porque no nos sentimos solos, porque desde la distancia hay compañeros que están con nosotros y que nos siguen motivando, fortaleciéndonos con toda su experiencia de lucha que también llevan. En este libro está la memoria de nuestro compañero Jaime, que fue de los primeros que iniciaron en Paso de la Reyna y que es un ejemplo para nosotros. La lucha en contra de la presa Paso de la Reyna empezó en San Lucas Atoyaquillo, desde que la CFE decidió que ahí tiene interés de poner una presa. Y ahorita en las colindancias de Zenzontepec e Ixtayutla, Enersis quiere poner una mini-hidroeléctrica y venderle la electricidad a la CFE. Toda esta lucha que ha llevado el Copudever está plasmada aquí, contada por nosotros mismos. Hemos llevado muchos años de caminar para defender nuestro territorio. Nos hemos organizado desde 2007 y se han integrado las autoridades municipales (en algunas ocasiones, porque no todas están de acuerdo), y lo voy a señalar así: el gobierno que siempre ha querido imponer un megaproyecto es el que siempre ha permanecido. Durante setenta años. Algo que tampoco se ha consultado al Copudever es si nosotros queremos esos megaproyectos. Hemos aprendido bastante, hemos aprendido a conocer nuestros derechos, a tener las herramientas; este libro de la memoria histórica es una herramienta que quedará para nuestros hijos y que también se tiene que tocar en las

LA IMPORTANCIA DE LA MEMORIA HISTÓRICA

PASO DE LA REYNA

LEONOR DÍAZ SANTOS

Estas reflexiones de Leonor Díaz Santos y Eloy Cruz fueron realizadas el 26 de mayo de 2021 en la presentación del libro Copudever. Recuperando la memoria histórica. La lucha de los pueblos en defensa del Río Verde y de la vida, Educa 2020.

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Leonor Díaz Santos es defensora comunitaria e inte-


SUBIR A LA MONTAÑA Juan Hernández Ramírez

Al amigo Margarito Rodriguez Suarez En memoria

Subir a la montaña tropezando con los guijarros, desde la raíz misma de las hormigas rojas cortadoras de los pétalos verde-azul. ¡Oh, los dioses me taparon los ojos para no leer más los granos de maíz, la carne que sostiene mis rodillas, la sangre que da vida a los volcanes! Siuapilxochitl aquí te quedas a mirar el relámpago azul un momento más, en este fuego donde la herida sigue manando el sueño profundo de la eternidad. El colibrí del misterio ha dejado en este musgoso manantial la hojarasca mojada de recuerdos. Templo oculto de fugaces antorchas. Subir a la montaña, ascender por los muros de luz; mirar el humo salir del techo de las casas y ser el águila girando bajo el sol.

Juan Hernández Ramírez es uno de los poetas nahuas más reconocidos. Entre su libros están Chikome xochitl / Siete flor, Totomej intlajtol / La lengua de los pájaros y Tlaxiktli / Ombligo de tierra.

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Serie sobre rituales religiosos tradicionales en Cuba. Foto: Raúl Ortega

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REGADA DE FRUTAS / GUENDARIREECHE Esteban Ríos Cruz

Dentro del jicapestle asoma su rostro el sol, como una fruta madura llena de aroma y luz. Una muchacha de trenza con listón rojo rasga el aire con su enagua y su voz cantarina. La tarde se ha vuelto un murmullo incesante, una lluvia de voces recorriendo las calles. Empieza la regada de frutas, suenan los cohetes, las manos de los niños vuelan de norte a sur, buscan atrapar un gajo de la alegría derramada. A la música le han salido pies, juega a esconderse entre las casas, sube a los árboles, baila desnuda en los labios, se cuelga de los dedos de los ancianos. La multitud es una flor de mil pétalos que refresca las sienes del horizonte abochornado. Gritos de festejo, carcajadas y sudor en la frente son las señales de una amistad bebida a tragos. Ya la noche se ha vestido de luna y estrellas. La fiesta termina al ritmo de un son pegajoso que hace mover las caderas del silencio.

Ndaani’ xigagueta ribeeló ubidxa, sica ti cuananaxhi nagula dxa’ xho’ naxhi ne biaani’. Ti badudxaapa’ yuuda’ guichaique ne ti lari xiñá ruchuugu’ bi ne xpizuudi’ ne xtiidxa’ nayeche’. Yannahuadxí naca ridxidú’ ni cadi ribeeza, ti nisayé diidxa’ canazá ndaani’ ca neza. Rusuló guendarireeche, rache ca gueereguí, ca na’ ba’du’ ripapaca ya’ ne guete’, ruyubi gándaca ti biní guendanayeche’ xii layú. Biree niaa saa, rusuló riguite guendarucachiló lade ca yoo, rigui’ba’ lo ca yaga gaa, ruyaa nisi ladi lo guirá guidiruaa, randa lo ca bicuini na’ ca rigola. Guendaridunna binni naca ti ye’ napa ti xhiapa bandaga ni rusiga’nda’ xcuasa xaniaa guibá’ cayaca nandá’. Ridxi naquiite, guendaruxidxi ne nisalona riní’ca guendalisaanadxii ni re’cabe laa chaahuigá. Mba’ gueela’ naba’qui’ xhaba ra diaa beeu ne beleguí. Guendaridunna riluxe ra rixidxi ti saa yá ni rusieche’ la’dxi’ ne runi guzeeque’ dxita xa’na’ guendarioodxisi’.

MAYO / BEEU GAAYU’ Los recuerdos son como los sapos, despiertan ante el ruido de la lluvia.

Ca guendariedatenala’dxi’ nácaca sica ca bidxi’ mbo’cu’, ribanica ra runaca ridxi ra cayaba nisayé.

CLARIDAD / GUENDANAYAANI’ Asomado al balcón del día, el sol se desmadeja en luces, se adelgaza en claridad, y como aceite tibio se va untando a los árboles, techos y a la risa de los niños

Nabeeló ruaayoo xti’ ridxí ubidxa rionde biaani’, rilase lo xquendanayaani’, ne sica nisa za dxaa, zené’ lo ca yaga gaa, iqueyoo ne guendaruxidxi ba’du’.

Esteban Ríos Cruz, (1962) quizás el mayor poeta vivo de la vasta lengua zapoteca, en su caso, la

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variante de Asunción Ixcatepec (Oaxaca). Estos poemas pertenecen a su libro más reciente, Ca guichu guendarieedasiló / Las espigas de la memoria (Secretaría de Cultura, México, 2019), un viaje deleitoso al país de la infancia, los espejos del horizonte y, en una especie de segundo libro, a la intimidad más secreta del amor.

Serie sobre rituales religiosos tradicionales en Cuba. Foto: Raúl Ortega

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LEJOS DE YUCATÁN EL TECHO Y LA CASA DEL MIGRANTE

GÉNESIS EK

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asa. ¿Qué es una casa? ¿Qué significa tener un hogar como migrante? En muchos casos, por la migración, las personas se mudan a un nuevo país y se construyen ahí un nuevo hogar. Sin embargo, éste no es el caso de muchas comunidades indígenas, especialmente la nuestra. En nuestro caso, la mayoría alquila un espacio para vivir al mismo tiempo que envía dinero a su comunidad de origen para construir allá sus casas. Siempre sigue viva la idea de que algún día volverán a esa casa, que estará lista y que finalmente podrán reunirse con sus familias, con su gente y con su pueblo; por eso es que mandan un poco de dinero en cada oportunidad, su objetivo es terminar de construir, por fin, una casa. Ésta ha sido la historia de mi familia desde que sus integrantes emigraron a los Estados Unidos hace treinta años. La migración comenzó con mi tío, quien luego convenció a mis otros tíos de migrar también, para que pudieran brindar estabilidad económica a sus familias. Mis tíos dejaron a sus esposas e hijos en Yucatán. La idea que tenían era trabajar lo más posible hasta lograr construir una casa en el terreno que mi abuelo les tenía destinado. El dinero de cada cheque que recibían como pago por su trabajo era enviado en su mayor parte a su comunidad de origen. Pero esto duró sólo unos meses. Todos mis tíos extrañaban a sus familias, así que mandaron por ellas, trajeron a sus esposas e hijos y también trajeron a mi mamá. Sin embargo, esto no impidió que siguieran enviando dinero al pueblo para continuar con la construcción de sus casas; seguían pensando en terminar de edificar sus hogares para que, una vez ganada cierta estabilidad económica, pudieran, simplemente, regresar. Como todavía soñaban con volver al pueblo (y ese sueño era el que podían pagar enviando dinero al país de origen), alquilaron departamentos con un solo dormitorio en la misma calle, en diferentes edificios, pero unos cerca de los otros. Así comenzamos a echar raíces en un vecindario llamado East Hollywood, uno de los muchos vecindarios en donde vivía la clase trabajadora y que era considerado peligroso y poco atractivo porque ahí vivíamos los migrantes. Se trataba de uno de los pocos vecindarios en donde mi familia podía permitirse vivir, además estaba cerca del centro de la ciudad, cerca de Hollywood y de Griffith Park, lugares en donde era más fácil hallar trabajo. En una misma calle, dentro de East Hollywood, fuimos construyendo una comunidad articulada con otras comunidades de migrantes que en ese tiempo eran mayoritariamente centroamericanas. Como es costumbre en el pueblo, mi familia compartió su comida, su idioma y su cultura con nuestros vecinos. Creamos nuestro propio “pueblito”.

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on el paso del tiempo, los migrantes fueron enviando cada vez menos dinero a su pueblo de origen. El costo de vivir en Los Ángeles se fue incrementando; a pesar de que el alquiler estaba controlado, la renta fue subiendo mientras los salarios se mantuvieron iguales. Esto tuvo como consecuencia que, finalmente, dejaran de enviar dinero para

la construcción de sus casas en México. Se instalaron en diminutos departamentos con la esperanza de poder volver a enviar dinero algún día y así terminar la edificación de sus casas. Han pasado los años y los migrantes llegaron a amar este vecindario en Los Ángeles casi tanto como amaban su comunidad de origen. Sin embargo, justo cuando comenzaban a echar raíces profundas aquí, justo cuando comenzaban a renunciar a sus sueños de volver, los alcanzó un proceso de gentrificación. Personas que antes no se interesaban en nuestro vecindario comenzaron a hacerlo; tenían más recursos económicos que nosotros y fueron mudándose mientras que nuestros antiguos vecinos comenzaron a irse a otros lugares. El precio del alquiler comenzó a aumentar poco a poco y la gente ya no podía permitirse vivir en este vecindario. Después, los desarrolladores urbanos comenzaron también a interesarse pues nuestro vecindario tenía una muy buena ubicación: una estación de tren que lleva directamente al centro de Los Ángeles y a lugares turísticos como Hollywood y Universal City. Uno de los propietarios vendió uno de los edificios de nuestra calle a una empresa e inmediatamente esta compañía comenzó a remodelar las viviendas disponibles e intentó expulsar a los residentes del resto del edificio. Este asunto llegó a los tribunales y los antiguos residentes se vieron obligados a aceptar una compensación económica para mudarse fuera de ahí. En un principio pensamos que se trataba de un caso aislado pero nos equivocamos, meses después compraron otro edificio al otro lado de la calle.

Al principio mi familia tuvo suerte, los edificios en los que vivíamos permanecieron a salvo hasta hace ocho años cuando el edificio en el que vivía mi tío fue vendido. Los compradores ofrecieron algo de dinero a los residentes, muchos de ellos aceptaron la oferta y se mudaron a otros lugares. Mi tío se negó a dejar su vivienda. Ya había invertido mucho tiempo, esfuerzo y dinero en su departamento. Sabía que nunca sería de su propiedad pero pensaba que si estaba pagando el alquiler y se aseguraba de arreglar el departamento, todo estaría bien. Él sabía que no estaba solo en esta lucha así que se negó a aceptar la oferta económica para irse. Con el paso del tiempo, la empresa que había comprado el edificio fue creando un ambiente que hacía muy complicado vivir ahí. Comenzaron imponiendo reglas para los espacios comunes, ya no podían colocar ahí bancos de uso común para sentarse ni estaban ya permitidos los carritos que compartían los vecinos hasta hace poco. La empresa fue haciendo la situación cada vez más insostenible hasta que les dijo a los residentes que iban a tener que mudarse pues comenzarían un proceso de “remodelación” de todo el edificio para adecuarlo a un nuevo “código”. Mientras tanto, los dueños se comprometían a proporcionarles una nueva vivienda pero los ubicarían en otro edificio; si después deseaban regresar después a sus departamentos tendrían que pagar más del doble de renta porque el control de alquileres ya no se podría aplicar de ahí en adelante. Mi tío nunca había vivido a más de diez minutos de las viviendas de sus hermanos, no podía imaginar estar lejos de ellos pues cada uno de ellos representaba un ancla para los demás; así que comenzó a buscar departamentos cercanos y, por fortuna, pudo encontrar una opción a la vuelta de la esquina. Terminó por aceptar la oferta de mudarse a un nuevo lugar y, con alivio, pudo al menos permanecer dentro del área. Este alivio duró poco, el edificio al que mi tío se fue a vivir ha sido vendido también y él está volviendo a vivir la misma pesadilla. El más afortunado fue mi otro tío. Él también se negó a mudarse y, por fortuna, la empresa que compró el edificio se dio cuenta que era mucho trabajo expulsar a todos los inquilinos, así que simplemente arreglaron los departamentos que estaban vacíos y dejaron a los residentes permanecer ahí, pero esta situación no es lo común. Mi tío sabe que esta suerte puede durar sólo un tiempo; sabe también que sus hermanos pueden ser presionados para mudarse lejos de él y eso lo pone nervioso. Mi familia migró para huir de la precariedad laboral y los problemas en el acceso a una buena alimentación que había en su pueblo, ahora están en una ciudad que no puede asegurarles siquiera un techo. En estos días, han vuelto a pensar en que debieron haber continuado enviando dinero a sus comunidades de origen para terminar de construir sus casas ahí, sobre todo, sabiendo ahora que su futuro en los Estados Unidos sigue en la incertidumbre igual que lo estaba cuando vivían en su pueblo. Muchas de las casas que comenzaron a edificar en su comunidad permanecen a medio construir, están a la espera de ser terminadas, al igual que la lucha que están llevando aquí n

Génesis Ek, hija de migrantes mayas a Los Ángeles, California, escribe sobre Techo, en Tzam: Las trece semillas zapatistas, publicada por Desinformémonos en agosto: https://tzamtrecesemillas.org/sitio/category/13semillas/techo/


SI HAY SILENCIO ES DEL ESTADO, DESDE LOS PUEBLOS EL GRITO ES INTERMINABLE

RAMÓN VERA-HERRERA

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e cumplen diez años del arranque público del proceso del Capítulo México del Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP), de fines de 2011 a su culminación en 2014, con una memorable sesión en el Centro Universitario Cultural (CUC) en Copilco, en la ciudad de México. Hoy pareciera haber nostalgias borrosas por una especie de tribunal así, de parte de gente ligada a la clase política, hasta con sesiones en el Zócalo. Durante el TPP la clase política no quiso ni asomarse ni se interesó mayormente por todo el nudo de procesos locales, regionales y nacionales desatados, ya no digamos por sus sesiones más públicas como la inaugural en el antiguo auditorio de la facultad de Ciencias en Ciudad Universitaria, o a la épica audiencia introductoria en Ciudad Juárez donde se presentaron todos los procesos abiertos, en un ejercicio de integralidad al juzgar lo que se nombró Libre Comercio, Violencia, Impunidad y Derechos de los Pueblos. Luis Hernández Navarro y Magdiel Sánchez Quiroz ya perfilaron en detalle ese proceso de denuncia, visibilización, reflexión y sistematización de lo que el Estado mexicano ejerce aún de modo estructural, orgánico, abriendo margen de maniobra a las corporaciones mientras cierra las puertas de la ley para la gente empeñada en lograr justicia para sus agravios y sus víctimas. Y el proceso implica siempre, en alguno de sus estadíos, violencia directa, contundente: represión, encarcelamiento, desapariciones, asesinatos. A este actuar sistémico, el Capítulo México del Tribunal, conformado por un grupo promotor y garantes de reconocida autoridad moral, le llamó “desvío de poder” retomando una sentencia de la Corte Interamericana. Y lo propuso como un delito.

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l Tribunal Permanente de los Pueblos es un tribunal totalmente independiente, que responde a las peticiones y demandas de gente organizada que en el mundo les presenta evidencias sistematizadas de agravios estructurales, continuados, a partir de luchas representativas en pos de derechos fundamentales, de los pueblos. Nadie es dueño del tribunal. Y menos si pretende usarlo como resonador de propaganda partidista o gobiernista. Son en cambio todas las personas, colectivos y organizaciones que participaron quienes reivindican su paso por el TPP presentando su caso particular, su reflexión y sistematización colectiva, y hacen del TPP algo crucial en su historia, en su narración, su identidad y su presente siendo parte del TPP. Abrir espacios de diálogo y reflexión libres, desde el nivel más local, o desde el núcleo de luchas con años de vigencia (gremiales, comunitarias, territoriales, ambientales, de identidad y otras muchas) lo torna una plataforma de investigación colectiva por abajo, una fuente de formación de la gente implicada donde se abre la oportunidad de repensar colectivamente el derecho. Cuestionar las leyes como normativa superior a la gente, impugnar la falta de protección que éstas le brindan. Impugnar también

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i el Capítulo México comenzó al abrirse conversaciones con Gianni Tognoni, secretario general del TPP, en 2008 en Roma, la posibilidad de que el TPP interviniera en México no habría sido posible sin el trabajo previo de muchísima gente, por abajo, desde el núcleo mismo de poblados y comunidades, desde regiones afectadas, procesos y conflictos vivos por lo menos desde 1968 en torrentes diversos: luchas obreras magisteriales, petroleras, de telefonistas, electricistas, maquiladoras, trabajadoras sexuales, organizaciones de género, migrantes, cafetaleras, campesinas e indígenas. Luchas contra el acaparamiento y contaminación de tierras, aguas y aire; luchas por curar regiones calificadas de “zonas agudas de devastación ambiental”, tras años de investigación local o regional a cargo de pobladores alarmados por la situación provocada por los TLC y sus criterios de desregulación ambiental y precarización laboral, deshabilitación y guerra a la subsistencia, fragmentación y expulsión de multitudes, hostigamientos permanentes por imponer corredores industriales e invernaderos y monocultivos con su cauda de sojuzgamiento y semiesclavitud. Luchas por las semillas nativas y en defensa de vastos territorios. En el ámbito de los pueblos originarios estas luchas se fermentaron en los riquísimos y fundacionales Diálogos de San Andrés, entre el EZLN y el gobierno, hoy por hoy uno de

los procesos de reflexión y decisión colectiva más originales, horizontales, autogestionarios y vastos al haber abarcado diversas y cruciales capas de la sociedad civil rural y urbana. Apenas así, con esto a cuestas, evidenciado, se hizo posible la petitoria para que el TPP interviniera en México.

la impunidad desatada por el desvío de poder que lacera a la gente y privilegia los intereses económicos de los poderosos en vez de honrar la responsabilidad (la rendición de cuentas) que el derecho debería procurar. No son “daños colaterales de actos individuales” o fortuitos sino de una guerra sistemática contra el pueblo de México en aras de privilegiar a las corporaciones y a entidades criminales de varios tipos. El TPP es una herramienta para reconstituir comunidades y personas que protagonicen sus luchas y resistencias, sistematicen sus agravios, hagan inteligibles las condiciones y conflictos, los ataques que pesan sobre ellas. El papel de espejo de los jurados es crucial. Contribuye a que se entienda el agravio, a la claridad y confianza de las personas agraviadas, al ratificar con su sentencia la cordura y la existencia de quienes acudieron a ellos. Eso refuerza la urgencia de transformar su realidad. El TPP fue un proceso multitudinario, en 25 estados del país, por abajo, respetuoso, promotor de claridad y búsqueda sin sesgos partidistas ni ideológicos en talleres, preaudiencias, foros, audiencias (incluidas una en Nueva York y otra en Seattle) que cubrieron la violencia de género; la migración; el desperdicio de la juventud; la precarización y opresión laboral; la lucha por la subsistencia, el maíz, la autonomía y la defensa territorial; las luchas ambientales; la censura y el hostigamiento y desaparición de comunicadores. Calculamos que la incidencia directa alcanzó a unas 20 mil personas. Un punto crucial fue la sesión sobre Represión a los Movimientos Sociales, una muestra de cómo el Estado ha exacerbado “su propensión a acallar, golpear, encarcelar, e intimidar a quienes protestan hasta el punto de buscar anular a quienes mejor se organizan para cuestionar el rumbo antidemocrático y antinacional” de éste. Y sigue ya durante por lo menos 54 años. No podemos, de ningún modo, calificarlos de crímenes del pasado cuando siguen ocurriendo, y tienen una presencia histórica que le da densidad estructural a la aniquilación de las disidencias y los cuestionamientos, que siguen promoviendo paramilitares, sicarios y “fuerzas del orden”. Este horror sigue vigente. El actual gobierno mantiene el silencio del anterior pese a tener en sus manos todas las sentencias y dictámenes formalizados que entregó a las autoridades el TPP. No basta con alardear un supuesto juicio a expresidentes, cuando las persecuciones, la guerra sucia, la represión y el sojuzgamiento siguen como política del Estado y su gobierno actual. Para el Tribunal los tratados de libre comercio (como ahora el T-MEC y el TUEM) son “tramados jurídico-políticos de dominación”, verdaderos instrumentos de desvío de poder. Para el Tribunal el Estado mexicano vulnera “los derechos colectivos a la tierra, a los recursos naturales, al autogobierno, los derechos de participación y el desarrollo propio de los pueblos originarios”. Ha “incumplido sus obligaciones de persecución del genocidio, los crímenes de guerra y los crímenes de lesa humanidad”. Se le condena también “por establecer y mantener un marco legal e institucional que permite la violación generalizada de los derechos civiles y políticos y de los derechos económicos, sociales y culturales reconocidos en los convenios internacionales...” El Estado dejó de ser garante de la legalidad y su legitimidad está en entredicho, ayer como en este gobierno n

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RETORNOS DE LA COMANDANTA RAMONA EL EZLN Y SU ACCIÓN TRANSATLÁNTICA JUAN TRUJILLO LIMONES

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aj’ab’al, es una palabra que camina, es como este tambor y sus sonidos”, explicó en esa tarde fría de otoño afuera de la ermita de la comunidad Alberto, tojol’ab’al y base de apoyo zapatista. Según los ancestros, la palabra se expresa a través del aire, humo, aliento. El pasado 16 de julio, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) comunicó el envío aerotransportado de 177 miembros del movimiento, entre milicianas y otras comisiones, hacia Europa. El proyecto: la Extemporánea, que supone, por un lado, honrar y revivir el potente legado de la indígena tsotsil comandanta Ramona, y por el otro lanzar una iniciativa de lucha nacional. ¿Qué implicaciones tienen estas audaces propuestas? En un extraordinario esfuerzo político y social, el nuevo despliegue de un viaje con comisiones que se encontrarán y reforzarán el trabajo del Escuadrón 421 (ya en Europa) representa, en la práctica, la oportunidad para fortalecer el puente de solidaridad política con la sociedad europea. Impactará los espacios de esa otra Europa de los colectivos y organizaciones hasta incluso hacer visible la puntual responsabilidad de algunas empresas europeas involucradas en proyectos capitalistas en los megaproyectos de “desarrollo”. Desde el corazón del proyecto de educación autónoma, donde los frutos de la educación han sido notables, el movimiento indígena zapatista habla y despliega símbolos con una nutrida creatividad. Se trata de una cultura política popular que incluso articuló dos “puestas en escena”, no sólo de la re-creación pedagógica de una réplica física de la embarcación la “Montaña” que atravesó el océano Atlántico en junio. Ahora el lanzamiento de la Fuerza Aérea Zapatista con el envío del Comando Palomitas, de las milicianas en su modalidad de equipo de futbol y, además, el desafío de llevar al mando militar del EZLN, el subcomandante insurgente Moisés. En caso de lograrlo, el efecto político de su participación en reuniones públicas generaría un potente mensaje de consciencia que le da sentido a la palabra colectiva de las siete lenguas que conforman la dirección política del movi-

miento. Se trata de la waj’ab’altik nosótrica que como aliento desde 1994 sigue expresando audazmente: ¡Despertad!

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a Extemporánea ha sido preparada desde octubre de 2020 y se conforma de una comisión transgeneracional de encargados de “Escucha y Palabra”. Eso, desde la perspectiva de las lenguas mayenses como la tojol’ab’al, supone comprender la ‘ab’al en sus dos acepciones: la palabra dicha y la escuchada. En el núcleo de este mensaje reside la experiencia de lucha de los siete pueblos que comprenden al movimiento y a sus generaciones desde su fundación (1984), el levantamiento armado (1994), los acuerdos de San Andrés (1996), la Marcha del color de la Tierra (2001), la fundación de los Caracoles (2003), la otra campaña (2006), la Escuelita Zapatista (2014), la postulación de Marichuy a la presidencia (2018) y la Travesía por la Vida (2021). Que el equipo “Ixchel Ramona” de 36 mujeres indígenas y milicianas pueda alcanzar los campos deportivos en países europeos tiene un doble mensaje simbólico: la fraternidad con otras compañeras y el ejemplo del trabajo en equipo desde la disciplina militar. Es decir, no sólo se trata de “deportistas”, sino de quienes han entrenado en montañas y selvas para integrar el trabajo colectivo. Durante el periodo del Clásico maya se representaba a Ixchel como a una deidad o anciana vaciando un cántaro de agua sobre la tierra o con la imagen de una abuela tejiendo en un telar de cintura. Ramona, comandanta tsotsil de los Altos, fue una veterana formada en la teología de la liberación, sembró las semillas de la Ley Revolucionaria de Mujeres (1993) y fue la primera zapatista en salir del territorio rebelde rompiendo el cerco del Ejército en 1996. El mismo año, Ramona participó en la Convención Nacional Indígena y en el primer Congreso Nacional Indígena (CNI). En su última acto en 2005, regaló un tejido multicolor a la sociedad civil.

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as mujeres “ramonas” que jugarán en los campos europeos llevan en sus espaldas el legado de la abuela. Jugarán con ella a dos bandas: la del pasado y la del futuro.

Revivir un legado es un arma simbólica de la política popular, una genialidad maya zapatista. Ramona convertida en cada número siete de las 36 mujeres milicianas imprime un entusiasta mensaje de defensa de la vida encarnada en mujeres rebeldes. En las comunidades, la jnantik ixaw, nuestra madre luna, como a las estrellas, son consideradas las guías para encontrar la sabiduría. Así, la comisión del Congreso Nacional Indígena-Concejo Indígena de Gobierno que intentará llegar a Europa supone también articular nuevos canales comunicativos e interpelar a la sociedad desde sus experiencias de resistencia: maya originaria, popoluca, binizá, purhépecha, raramuri, otomí, naayeri/wixarika y nahua. Lo mismo, el ejemplo de insubordinación del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua de Tlaxcala, Puebla y Morelos. Por si fuera poco, los niños del “Comando Palomitas” develan el potente mensaje que apareció en los últimos comunicados zapatistas en imagen y video: jóvenes montados en el barco y el avión. Una re-invención e intervención de un principio de esperanza en el agua y el aire; una estupenda “puntada” zapatista que proviene del corazón de su propuesta creativa. Esto es impensable sin el avance del proyecto autónomo educativo en la región Tzoj Choj que indudablemente ha logrado, más allá de un programa alternativo, la consolidación de importantes resultados en la pedagogía de la liberación indígena sembrados en el trabajo colectivo. Éste se expresa en teatro, pintura, danza, música, dibujo, computación, historia, matemáticas, así como enseñanza y comunicación bilingües. La iniciativa nacional y el llamado a participar en la Consulta Popular del 1 de agosto para apoyar el derecho a la verdad y a la justicia de las víctimas de la violencia supuso un renovado aliento de esperanza para la tan golpeada sociedad mexicana. La interpelación “extemporánea” pretende, brillantemente, conectarse con la propuesta nacional. Ramona falleció el 6 de enero de 2006, días en los que la tragedia de la guerra se asomaba en los valles y montañas de México. Hoy, las y los zapatistas hacen caminar el legado, memoria y acción de quien en su tejido multicolor imaginó un mundo en paz, donde caben todos los colores de los muchos mundos posibles n


TURBULENCIA EN PANTELHÓ CLAVES PARA ENTENDER LA VIOLENCIA EN LOS ALTOS DE CHIAPAS ARTURO LOMELÍ GONZÁLEZ

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l asunto se complica pues anuda intereses electorales, la administración municipal deviene en el uso

faccioso de los recursos, encubriendo grupos de choque y armados. La suma de pactos y “nudos de complicidades” perpetúa la violencia. Los grupos armados están en la nómina municipal; se formaron con la finalidad de controlar las comunidades y asegurar lealtades, como pasa en otros municipios indígenas. En 2000, con el arribo de Pablo Salazar a la gubernatura, debuta otro grupo solapado por las autoridades municipales del PRD, encabezado por el juez municipal, Austreberto Herrera Abarca. En la disputa electoral, las facciones opositoras bajo las siglas del PRI y sobre todo el PVEM, incrementaron las tensiones y los asesinatos selectivos. De igual forma el grupo organizado alrededor de “Los Herrera” — Austreberto y sus hijos— funcionaron como delincuencia organizada con vigías y pistoleros en comunidades que controlaban la operación electoral y la “paz municipal”. Así se formaron grupos alineados a Los Herrera como los Ciriles y los Capotes. La complicidad con Austreberto finalizó con la llegada a la presidencia de Santos López Hernández en el 2018, y fue detenido en 2019 por asesinatos ocurridos en el 2015. Siguieron ejecuciones, emboscadas, desalojos y presiones para mantener su dominio, al tiempo de movilizar a grupos afines para exigir la liberación del líder de Los Herrera. A su vez, el presidente Santos López, acusado de acoso y abuso sexual, fue destituido, detenido y encarcelado en 2020. En su lugar es designada interinamente Delia Janet Velasco Flores, ligada junto con su esposo, Raquel Trujillo Morales, a “Los Herrera”. Entre agosto de 2020 y mayo de 2021 ocurrieron múltiples incidentes que incitaron a los opositores y encendieron aún más el malestar de los pobladores. Con el triunfo del esposo de la presidenta interina, la situación se complicó más. Entre el 12 y el 15 de marzo del 2021 hubo un enfrentamiento donde murieron tres hermanos de “Los Ortiz”. Las comunidades solicitaron la intervención de autoridades estatales debido a la inacción de la presidenta. A fines de junio, con la mediación del exdirectivo de la Organización Sociedad Civil Las Abejas, Simón Pedro Pérez López, hicieron un oficio ante el peligro que corrían los opositores del ayuntamiento, denunciando abusos y homicidios impunes. Simón Pedro fue ejecutado en Simojovel el 5 de julio. Entonces se mostraron publicamente unas “Autodefensas para la vida de Pantelhó”, frente heterogéneo de ejidos, comunidades y propietarios, que derivaron en “Grupo de autodefensas El Machete”, para “defender al pueblo”. Argumentan que obtuvieron armas y equipos con la “cooperación de personas amenazadas”. Tomaron el control del municipio. A su vez se formó un “frente popular” que es una mezcla de actores: catequistas, Las Abejas y algunos que se dicen exmilicianos zapatistas, que acordaron con autoridades federales la disolución del ayuntamiento, la formación de un Concejo Municipal elegido por este frente popular que operará hasta principios de octubre, cuando se elegirá por “usos y costumbres” un nuevo ayuntamiento y se harán auditorías a los ejercicios anteriores y se investigarán hechos delictivos. Las armas, equipos y organización demostrada por este grupo, resultado de las experiencias narradas, indica que la violencia no cambiara tan fácilmente n

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os acontecimeintos que han derivado en la aparición pública del grupo armado “El Machete” no son un caso aislado en la región ni el municipio. Con el recuento del largo historial de desplazados, asesinatos y violencia se impone una descripción de la compleja situación. Pantelhó, municipio que se encuentra al norte de los Altos de Chiapas, tiene unos 25 mil habitantes, ocho mil en la cabecera, centro político y económico de las comunidades circunvecinas que incluyen algunas comunidades del municipio de Chenalhó. Pantelhó es un municipio único en Los Altos por su pluralidad étnica. Conviven tsotsiles del lugar y de Chenalhó; tseltales originarios de Cancuc, Bachajón y Tenejapa, y ladinos (mestizos). El pueblo existía antes del periodo colonial. Entre los siglos XVII y XX las tierras pasaron a manos de finqueros y rancheros. Los indígenas aportaban el trabajo, condenados a vivir en deplorables condiciones de vida y aislamiento hasta fines del siglo XX. A mediados del siglo inició una recuperación de las tierras por los indígenas. A partir de la segunda década del siglo XX, los ladinos controlaron Pantelhó. Todavía en los años ochenta, aunque los indígenas tenían la tierra y producían, el único mercado para sus productos estaba en manos de los mismo finqueros con quienes habían disputado la tierra. Los ladinos controlaban los puestos políticos y las relaciones con las dependencias gubernamentales, procuraban la justicia y las acciones policiacas. Entonces hubo cambios que transformaron las relaciones entre indígenas y mestizos. El municipio fue escenario de varios conflictos, algunos violentos, por el asesinato de líderes indígenas para evitar que ganaran la presidencia. En 1982 los indígenas ganaron por primera vez, con Dionisio Cruz Juárez. Desde entonces todos los presidentes han sido indígenas, lo que no garantizó beneficios para las comunidades, sólo se repitieron las practicas clientelares del sistema político nacional. Tras el ascenso indígena al poder municipal, decidir dentro de las “costumbres” de las comunidades a los candidatos tuvo mucha importancia, pues éstos adquirieron compromisos con los habitantes. Ello ha derivado en que los presupuestos sean para las comunidades más importantes o donde los “compromisos” se imponen por encima de otras. Se formó una división por preferencias partidistas. Esto propició disputas entre familias y bandas que tienen como identidad apodos. Todos son originarios de los barrios y comunidades, muchos son ejidatarios. Estas bandas compuestas por familiares a su vez simpatizan con grupos más grandes al interior de las comunidades y con partidos políticos. Posesionados de distintos predios a raíz de 1994, hubo disputas. Por ejemplo, los posesionados de la finca San Clemente, “Los Mecos”, lidereados por los hermanos Jiménez Gómez, apoyaron al PRD. Respaldados por otros miembros del grupo, expulsan de la propiedad a “Los Patées” integrado por los hermanos Gómez Méndez, lo cual provoca enfrentamientos directos entre ambas familias y sus respectivos grupos y seguidores.

El problema adquirió proporciones preocupantes en los noventa al registrarse varias muertes. Los Shoshepes del barrio el Reparo, encabezados por Francisco, Pablo, Pedro y Antonio Ruíz Entzin, y sus seguidores, también del PRD, apoyaron a Los Mecos en el conflicto. De 1998 a 2000 escala la violencia con asesinatos por venganza que involucran a “Los Botés”, “Los Guash” y “Los Tzaes”. La influencia del movimiento zapatista en las comunidades fue muy importante. Durante 1994 comenzaron los “actos de rebeldía” posteriores a las elecciones federales y de gobernador, proceso que culminaría con la formación del Municipio Rebelde de Santa Catarina. A principios de 1995 establecen un gobierno paralelo al ayuntamiento constitucional, atendiendo las demandas de las comunidades. Por las amenazas y el ambiente de violencia, la sede del municipio autónomo se trasladó a otra localidad. A iniciativa del ayuntamiento autónomo, se articuló un rechazo a un drenaje de la cabecera al río que dota de agua a muchas localidades. En 2006 se creó un “frente popular” que aglutinaba a no zapatistas y mestizos de la cabecera; se movilizaron para destituir al edil oficial por malos manejos. Éste y su cabildo se refugiaron en San Cristóbal y la obra fue modificada.

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Serie sobre rituales religiosos tradicionales en Cuba. Foto: Raúl Ortega

CRÓNICA DE UNA CONSULTA SIMULADA EL INPI EN TEHUACÁN, PUEBLA GUADALUPE BOLAÑOS CEJA

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omplejo Cultural “El Carmen”, Tehuacán Puebla. 18 de julio de 2021. Ese día se llevó a cabo la consulta para aprobar la propuesta de reforma constitucional sobre derechos de los pueblos indígenas y afromexicanos. A continuación, una crónica desde mi posición de mujer nahua de la Sierra Negra de Puebla. Un día antes a la consulta ya se encontraban acomodando sillas, se veían demasiadas, me pregunté si llegaría tanta gente, pues la región de Tehuacán es muy grande. Yo arribé al Complejo Cultural “El Carmen”, aproximadamente a las 10 am. Se escuchaba un discurso en lengua náhuatl. Al querer ingresar me preguntaron si ya había realizado mi registro para ingresar al recinto. Para hacerlo me dirigí a la parte trasera del ex convento. A mi llegada una mujer me cuestionó de qué comunidad de la región provenía y si era autoridad. ¿Son muy necesarias esas preguntas?, pues al decirle que era ciudadana y que creía tener el mismo derecho que una autoridad de estar ahí, recibí como respuesta: ah, sí, está bien, pase a la mesa de registro de invitados especiales. A la hora del registro, me volvieron a cuestionar sobre el cargo que ocupaba. Ante mi respuesta, noté que no tenían ni idea de en qué “categoría” debería elegirse en el formulario de registro. También me dieron unos boletos que decían desayuno y comida. Al interior del convento se podían apreciar a los distintos participantes desayunando; sinceramente esto me recordó a la usanza clientelar característica del PRI. Al ingresar al lugar donde se hacía la consulta, vi que todos estaban parados con las manos levantadas hacia el cielo. Se estaba realizando un “ritual indígena”. En la parte del presídium, se había puesto una ofrenda con flores y frutos de la región. Con toda esa parafernalia, se buscaba legitimar el discurso gubernamental respecto a los pueblos indígenas. No digo que esté mal ese tipo de rituales, siempre y cuando el discurso sea más consecuente con las acciones.

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ientras se hacía ese ritual, la esposa de Sergio Rivera, líder de la lucha en contra de la hidroeléctrica

que se intentó imponer en la Sierra Negra, sus hijos y compañeros de lucha, siguen exigiendo su aparición con vida. En Santa María Coyomeapan, el pueblo está exigiendo la salida de “Los Celestinos”, quienes han gobernado por 11 años (ambos casos se deben, en gran medida, a la presencia de la Minera Autlán en la región, principal beneficiada del proyecto hidroeléctrico). Véase: https://www.losangelespress.org/sierra-negra-de-puebla-azotada-por-caciques-ycrimen-organizado/?fbclid=IwAR2SOBBe5v5yH4uZb_0oPa9 tEESb9gN9AU851gFfPzdQ3klxbUsi62Kspwk. Mientras se hacía el ritual, en Santa Ana Teloxtoc y Zapotitlán Salinas las mineras se preparan para explotar su territorio. Mientras se sigue con el ritual, Chichiltepec, Ocotlamanic y Capulhuacán (localidades del municipio de Coxcatlán) cierran la carretera para exigir al presidente de su cabecera municipal que cumpla con las obras de infraestructura que prometió en su campaña electoral. Mientras se sigue y sigue con ese ritual, continúa impune la arenga contra las mujeres nahuas de Santa María de la Asunción Coapan, quienes han sido golpeadas, reprimidas y acosadas en el primer cuadro de esta “ciudad de indios”, por vender tortillas y derivados del maíz. Esta misma Junta Auxiliar de Tehuacán está en lucha por el cierre del basurero de la ciudad que se encuentra en su territorio; además, éste no cumple con las medidas de sanidad ya que fue impuesto por gobiernos anteriores. En el marco de la consulta, se leyeron y leyeron las diapositivas que ya se nos habían entregado impresas al hacer nuestro registro. Se intentó explicarlas, pero en la mayoría de las ocasiones su lectura era textual. Al finalizar, se dijo: levanten la mano si están de acuerdo con esta reforma. Sí, la mayoría la levantó, pero hubo quienes no lo hicimos. Al finalizar ese acto, distintos actores de los pueblos indígenas de la región emitieron su sentir respecto a los conflictos sociales, culturales y ambientales que existen en sus localidades. En el cierre de la “asamblea”, se recordó que cada autoridad debía pasar a recoger las formas destinadas para recolectar firmas de los habitantes de cada comunidad y, así, comprobar que los pueblos indígenas estamos enterados y aprobamos dicha reforma. Pero, ¿qué pasa con los pueblos que no pudieron estar presentes?, ¿por qué se dice que se aprobó por unanimidad si aún no se lleva el contenido de lo discutido a cada pueblo?

Al día siguiente, se publicó en las redes sociales del INPI: “En la Asamblea de Tehuacán, Puebla, se aprobó por unanimidad respaldar la Iniciativa de Reforma Indígena. Representantes de los pueblos nahua, mixteco, afromexicano y ngiva manifestaron que es fundamental la participación de las mujeres indígenas en la vida pública nacional”, sin matizar los sentires de quienes alzaron la voz y expresaron sus inconformidades respecto a esta reforma.

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s importante recalcar que no todos levantamos la mano, por lo que no existe consenso. Del mismo modo, queda en evidencia la necesidad de reformular el quehacer gubernamental en este tipo de intervenciones, procurando una mejor logística y mecanismos apropiados para impulsar la participación y abrir un diálogo donde se exponga el sentir de los pueblos. De lo contrario, tal como se ha relatado anteriormente, estos ejercicios quedan como un mero disfraz de inclusión y reconocimiento de los pueblos indígenas. Lo más preocupante es que la actual consulta se hizo en medio de contradicciones que reflejan los horizontes divergentes en torno a los modelos de desarrollo que están en disputa. Mientras por un lado se busca legitimar el respeto a las culturas indígenas, por el otro, se hacen oídos sordos ante las demandas locales que no quieren más extractivismo y destrucción de su territorio; al mismo tiempo que con el uso de la fuerza pública se reprime el oficio de las “mujeresmaíz” coapeñas, no sólo ejerciendo violencia física e institucional sobre ellas. Negando la cultura y tradiciones históricas de estos pueblos. Esta experiencia muestra que urge una evaluación y autocrítica de las prácticas institucionales. El gobierno federal tiene la posibilidad de aceptar los errores y replantear sus acciones, donde se priorice escuchar y comprender la voz de los pueblos para un verdadero ejercicio de justicia, respeto e inclusión. De no hacerlo se mantendrá la simulación y exclusión de quienes sólo piden vivir con dignidad y en paz. No basta con un ritual n

Guadalupe Bolaños Ceja, nahua de la Sierra Negra de Puebla y estudiante del Centro de Estudios Rurales, El Colegio de Michoacán. La autora agradece a Sergio Elías Uribe Sierra sus comentarios y aportaciones.


ASEDIO EN LOS VALLES CENTRALES RESISTENCIA AL LIBRAMIENTO SUR DE OAXACA CRISTINA ALONSO, MARIANA BENÍTEZ, MARÍA FERNANDA HERCE, BLANCA HERNÁNDEZ, ADRIANA USCANGA Y VALERIA VÁZQUEZ

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os Valles Centrales de Oaxaca bajo asedio. El paisaje agrícola que hoy se ve en la región de los Valles Centrales de Oaxaca (VCO) es resultado del trabajo que durante miles de años han llevado a cabo pueblos y comunidades agrícolas. A través de prácticas campesinas que datan de más de 3 mil 500 años, en estos fértiles valles se han cultivado, seleccionado y reproducido variedades locales de maíz, frijol, calabaza, chile y hortalizas que contribuyen de forma fundamental a la alimentación de la zona y a lo largo del país. Este paisaje campesino es en parte un reflejo de la cultura de la región, donde la diversidad de prácticas ha permitido que se generen corredores de vegetación por los que las especies de plantas y animales pueden transitar y establecerse. Asociados estrechamente al trabajo campesino podemos encontrar platillos, textiles y celebraciones, entre otras cosas, que requieren y reproducen variedades locales de cultivos que dan forma a la gastronomía y a la cultura regional. En las últimas décadas y en particular en los últimos 15 años, la diversidad biológica y cultural de los VCO se ha visto amenazada por el acaparamiento de tierras y agua, la urbanización desregulada y la especulación, y la imposición de proyectos industriales, mineros y agroindustriales. Esto se ha traducido en violencia, daños irreversibles al medio ambiente y ruptura del tejido social. Ante ello han surgido movimientos de resistencia que hacen frente a las constantes amenazas al agua, la tierra, las semillas nativas y la biodiversidad.

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internacionales. Por una parte, aunque en la MIA sólo tres de los municipios afectados se consideran como indígenas, más de la mitad de los municipios por los que pasaría el libramiento (18) se autoadscriben como zapotecos, mixtecos, mixes, entre otros, y el resto incluye a comunidades equiparables.1 Por tanto, la falta de consulta pública atenta contra los derechos colectivos de la libre determinación, la autonomía y el derecho al territorio y al desarrollo propio. Asimismo, el libramiento atenta contra el derecho a un ambiente sano. Los proponentes argumentan que no tendrá efectos significativos sobre la diversidad biológica y cultural de los VCO, ya que atraviesa mayormente ambientes descritos como perturbados, como tierras de cultivo y pastizales. Sin embargo, este argumento ignora que este tipo de vegetación y la agricultura campesina pueden alojar y favorecer la conservación de las especies locales de plantas y animales.2 Los cambios que sufriría el paisaje por la construcción del proyecto comprometen dinámicas ecológicas clave, como la polinización, el control de plagas y el mantenimiento de suelo y agua de buena calidad. De hecho, recientemente habitantes de la agencia Reyes Mantecón en San Bartolo Coyotepec han advertido que la obra afectaría directamente el manantial que los abastece, así como otros proyectos comunitarios para la captación de agua de lluvia. Finalmente, la obra impactaría la importante producción agrícola regional puesto que éste contempla la transformación de cerca de 240 hectáreas de uso agrícola. Además de implicar pérdidas económicas y afectar a las formas de vida campesinas, pone en riesgo a las variedades locales de cultivos que ahí se producen, como las razas de maíz bolita, mushito, negrito, que por ley ahora deberían de ser protegidas, y también a las técnicas tradicionales con las que se manejan. Todo ello vulnera fuertemente el derecho a la alimentación adecuada y a la soberanía alimentaria.

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iodiversidad, cultura y resistencia vivas. Los VCO alojan una enorme riqueza biológica y cultural que, aunque está conectada con la profunda historia de la re-

gión, no es algo del pasado que pueda apreciarse y mantenerse en museos, restaurantes y postales, sino que se ha generado y se reproduce constantemente gracias al trabajo y conocimiento campesino e indígena. Reconocer y respetar los procesos sociales, políticos y biológicos que han dado lugar a esta riqueza es indispensable para que los pueblos de los VCO puedan ejercer su derecho a la soberanía alimentaria y para que en conjunto, como humanidad, podamos hacer frente a las crisis climáticas, económicas o sanitarias que estén por venir. 3 Los pueblos y comunidades de los VCO tienen claro que el proyecto del libramiento se inserta en el contexto de despojo y asedio que hemos referido y que, más aún, es estratégico para articular proyectos extractivistas e industriales en la región. Algunas autoridades comunitarias y pobladores de Reyes Mantecón, San Pedro Ixtlahuaca, Zaachila y otros pueblos asociados al Consejo de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Territorio han expresado públicamente que el libramiento tendría impactos fuertes e irreversibles en la biodiversidad, el acceso a la tierra y el agua y que violenta la vida y la cultura que los pueblos indígenas y campesinos reproducen en sus territorios. Al igual que la riqueza de los Valles Centrales, la resistencia y la organización para defenderla están vivas.4 n

1. De acuerdo con la Constitución mexicana, las comunidades equiparables a los pueblos indígenas gozan de los mismos derechos que éstos. Son semejantes en su modo de ser y estar, en particular el modo de apropiarse de los recursos naturales para su subsistencia, por ejemplo las comunidades campesinas y pescadoras. 2. https://bioteca.biodiversidad.gob.mx/janium/Documentos/13029.pdf 3. https://viacampesina.org/wp-content/uploads/2020/04/ UNDROP-Book-of-Illustrations-l-ES-l-Web.pdf 4. http://lancis.ecologia.unam.mx/2021-06-14-libramientosur-oaxaca/

AGOSTO 2021

l proyecto del Libramiento Sur de Oaxaca. Este proyecto consiste en una carretera de 67.5 kilómetros de largo y 60 metros de ancho que conecta las carreteras que van de la ciudad de Oaxaca a Puebla con las que van a Tehuantepec y a Pochutla. El trazo propuesto en 2010 atravesaba algunas de las tierras más fértiles de los VCO, por lo que los pueblos afectados se organizaron y formaron el Consejo de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Territorio, que entonces logró que el proyecto se cancelara. En 2020 el proyecto se reactivó y su Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) fue aceptada sin consulta pública ambiental, a pesar de tener numerosos errores y omisiones. La evaluación y publicación de la MIA, así como el inicio de las gestiones asociadas al derecho de vía, han ocurrido de forma opaca y alevosa en el contexto de emergencia asociada a la pandemia de Covid-19. Para el proyecto del 2020, el trazo original se modificó, pero aún atraviesa tierras agrícolas, de pastizal y diferentes tipos de vegetación indispensables para la reproducción de la diversidad biológica y cultural de los VCO, así como para garantizar el acceso a la tierra y al territorio, a la autodeterminación y a otros derechos de los pueblos campesinos e indígenas. Actualmente continúa la resistencia al proyecto, tanto que hubo áreas donde los conflictos sociales no permitieron hacer los muestreos de evaluación de biodiversidad. Los promotores del libramiento argumentan que beneficiará a la región y traerá desarrollo. Sin embargo, la obra en realidad se relaciona con varias concesiones mineras otorgadas desde 2006 y es parte de un proyecto regional extractivista que necesita transportar eficientemente productos mineros e industriales a puntos estratégicos de salida de mercancías. El proyecto viola diversos derechos individuales y colectivos contemplados en la Constitución Política y acuerdos

Serie sobre rituales religiosos tradicionales en Cuba. Foto: Raúl Ortega

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CORRUPCIÓN Y SALUD MENTAL EN AMÉRICA LATINA U

nuestro cerebro con implantes cerebrales. Se afirma que esta inteligencia artificial de carácter híbrido es un beneficio para la sociedad; sin embargo, no se dice que la fusión nos puede llevar a perder nuestra autonomía, nuestra intimidad, y podemos convertirnos en robots humanos al servicio de las transnacionales.

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tro de los métodos de la doblegación humana —para robotizarnos— en su dimensión psicológica es el empleo bien calculado del miedo en combinación con el fomento de la ignorancia. Esta fórmula intenta sembrar el caos para poder cosechar el incremento del sentimiento de pánico e inseguridad de la población. En mi artículo “Análisis y crítica de la sociedad de la hiperinformación”, publicado en septiembre de 2018, señalo sobre la política tecnológica: “Los políticos de gran corrupción adictos al poder ofrecen ‘soluciones’ prefabricadas a la medida de la élite gobernante y agradecidamente aceptadas por los gobernados, aun cuando contengan medidas abiertas de represión y restricción”. El control mental y social de la población en general, en casi todo el orbe, afecta a billones de seres humanos, trabajadores y consumidores que conforman el universo de esclavos del sistema. Esta sombría metodología se perfecciona en la medida en que sus víctimas creen tener la convicción de pensar y actuar soberanamente, sin enterarse de sus cadenas de sumisión objetiva y subjetiva. Tal como lo hemos afirmado, entre los métodos de semejante acondicionamiento mental destaca el fraccionamiento del pensamiento, mediante la sobrecarga de “información” y el bombardeo de noticias fabricadas durante las

veinticuatro horas del día, aparentemente no relacionadas entre sí, pero portadoras del mismo mensaje subliminal: “no pienses”. En el reciente artículo “El experimento de Daniel Alcides Carrión” (https://tinyurl.com/v37hdve7), publicado por la Revista Médica Carriónica, órgano de expresión científica del Cuerpo Médico del Benemérito Hospital Nacional Dos de Mayo de Lima, Perú, se señala sobre el control social: “La mítica posesión de los indios por las huacas ha sido muy estudiada por los antropólogos peruanos, sin embargo puede resurgir, pero no como mito sino como realidad. Recientes investigaciones alertan de la existencia de un programa de control mental en Latinoamérica, las nuevas huacas son los servicios de inteligencia estadounidenses”. Y también señala en el capítulo “‘El regreso de las huacas’: Control mental en Perú”: “Control mental es para mucha gente un tema de ciencia ficción o de trastorno psiquiátrico más que de ciencia, sin embargo el avance en la neurociencia lleva a una realidad científica que contrasta con tal percepción”. Sin duda, el estudio de la corrupción y su alta incidencia en América Latina y el Caribe merece el aporte de la anti­ psiquiatría y la psicología, para poder no sólo entender sino también buscar maneras de forjar ciudadanos de bien n

Raúl Allain Raúl Allain, escritor, poeta, editor y sociólogo, es presidente del Instituto Peruano de la Juventud y director de Editorial Río Negro.

AGOSTO 2021

no de los mayores problemas que puede tener un país es el de la corrupción. Distrae una enorme cantidad de recursos públicos, empeora notablemente los servicios del país y deteriora la legitimidad democrática —en el caso de que exista. Así, el impacto de la corrupción en América Latina es enorme. Algunos de los factores que han agudizado la imagen de Latinoamérica como una de las regiones más corruptas en el mundo son: reacciones débiles o caóticas, prácticas ilegales y falta de transparencia sobre cómo se ha invertido la ayuda internacional destinada a hacer frente a la pandemia de coronavirus, según denuncia la organización Transparencia Internacional. Su informe, que incluye a países de todo el mundo, concluye que las naciones en que sus ciudadanos perciben como más corruptos han sido de igual forma las que peor respondieron frente a la crisis sanitaria. De acuerdo con el índice de percepción de la corrupción que publica la organización cada año, Venezuela, Nicaragua y Haití fueron los países peor catalogados en 2020. Mientras que Uruguay, Chile y Costa Rica son los países que obtienen mejor puntuación en el índice por su manejo de la pandemia. En el ensayo “Inteligencia artificial híbrida. Una amenaza a Latinoamérica” (https://tinyurl.com/ydttpvcv), David Salinas Flores alerta sobre la corrupción en algunos gobiernos de Latinoamérica para enriquecerse mediante una gran promoción de la inteligencia artificial. Estos regímenes permiten a las grandes potencias económicas realizar experimentación humana en América Latina. Con relación a la experimentación humana en América Latina y el Caribe la inteligencia artificial sería la fusión de

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Serie sobre rituales religiosos tradicionales en Cuba. Foto: Raúl Ortega


Serie sobre rituales religiosos tradicionales en Cuba. Foto: Raúl Ortega

DEMOCRACIA Y ORGANIZACIÓN POPULAR Alberto Gómez Pérez, Democracia electoral y organización popular. Crónica de un conflicto postelectoral en Tila, Chiapas (2004-2005)

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de relatos y correlatos afincados en la discriminación, individualización social, cultural, etcétera. Cuando el Estado mexicano ubica a los pueblos indígenas como formadores del estado de naturaleza, define ese estado como un estado de barbarie o salvajismo, es decir, percibe e identifica a la naturaleza como el estadio donde se presenta lo salvaje en franca contraposición al estado de civilización. En el libro de Alberto podemos identificar con cierta claridad a los actores políticos que participan en el movimiento social en contra del fraude electoral. En su gran mayoría son indígenas, sean de un lado o de otro. Con esto quiero decir que el fenómeno es más complejo de lo que parece a simple vista. En esta crónica no tienen cabida los indígenas idealizados por antropólogos y filósofos. No, en el libro podemos ver que estamos frente al indígena real, contradictorio, desbordado, confundido, etcétera.

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ada aporta a la discusión política y cultural la figura del indígena purificado, así como tampoco nos sirve la figura del indígena deformado desde las consideraciones ideológicas más conservadoras, las mismas que al paso del tiempo crearon una narrativa donde el pueblo indígena se convierte en un acechante enemigo, que en cualquier momento puede atacar a la sociedad que se encuentra dentro del Estado, inmersos en las condiciones del contrato social. Alberto Gómez nos conduce por los acontecimientos, los hechos, las asambleas, las reuniones ejidales, dando cuenta, en el sentido más genuino de la palabra, de la historia local. Alberto nos entrega una crónica que no se deja seducir por la posibilidad de la sobre interpretación, no, el autor nos presenta los acontecimientos para que después venga el análisis detallado. Alberto realiza una importante tarea al sistematizar documentos, nombres, fechas, lugares. Sólo de esta manera será posible repensar el concepto de democracia que impera en nuestro país, una democracia que poco o nada tiene que ver con el genuino concepto de democracia n

Alejandro Aldana Sellschopp

DICIEMBRE 2020

ablar de democracia electoral en el contexto en el que se desarrollaron los hechos que Alberto Gómez relata en este libro, Democracia electoral y organización popular, nos obliga a repensar conceptos tan antiguos y al paso del tiempo confusos, como el de democracia. Si recordamos el concepto de democracia establecido por Rousseau, encontraremos que se habla de un contrato social, que busca conscientemente que los hombres y mujeres libres que lo suscriben amplíen el desarrollo de su libertad. Surgen pues nuevos contenidos conceptuales, tendríamos que añadir: libertad y sociedad civil. La sociedad civil surge como la contraparte del estado de naturaleza. Es menester también recordar que tanto Hobbes, Rousseau y Locke tenían diferentes maneras de concebir el estado de naturaleza. Sin embargo, los tres coincidían al considerar que el paso del estado natural para constituir el Estado moderno es uno de los avances más importantes en la vida de la humanidad. Es necesario que observemos con cuidado frente a qué implicaciones políticas, sociales y económicas nos encontramos para fundar dicho Estado moderno. Boaventura de Sousa Santos afirma que todo contrato social contiene criterios de inclusión, así como elementos de exclusión y que no todos pueden formar parte del nuevo estado de cosas. Para él el contrato social incluye a los individuos y sus asociaciones, de ahí podemos decir que la naturaleza misma queda excluida, ya que es precisamente del marco de la naturaleza de donde los individuos logran separarse para descubrirse diferentes, inmersos en el mundo civil. Cuando las personas dejan de pertenecer al estado de naturaleza, se someten a un nuevo entramado de reglas y leyes que emanan del propio Estado. Sin embargo, cuando algunos grupos no deciden

someterse a esa nueva situación, se les ubica como un peligro o un recurso. En el texto de Alberto Gómez podemos ubicar la mirada del Estado hacia el grupo de personas que se inconformaron ante un fraude electoral. El Estado desde su talante hegemónico observa a dichos grupos como peligrosos para la democracia que se trata de construir, una democracia empobrecida, manipulada y parcial, es decir una democracia sin contenidos democráticos. De Sousa Santos afirma que sólo los ciudadanos forman parte del contrato social y enumera a todos los que por una u otra razón son excluidos de la nueva composición social: mujeres, extranjeros, inmigrantes y minorías étnicas (indígenas) son vistos desde el discurso hegemónico como excluidos peligrosos. Las ch’oles y tseltales que se organizan y emprenden movilizaciones para obligar al Estado a respetar los resultados electorales son esos otros, una otredad a la que se tiene que tolerar, ya que finalmente constituyen votos, aun cuando el sentido de su decisión no sea respetado; es decir, esos indígenas solamente representan un agente del contrato social cuando actúan de acuerdo con los intereses hegemónicos del Estado. Los pueblos indígenas no son, por tanto, reconocidos efectivamente como sujetos de derecho colectivo; para el Estado es inconcebible establecer una relación de coordinación con ellos, y en el mejor de los casos son observados como recurso, de la misma manera como se considera a la naturaleza. Como bien apunta Pedro Faro en el prólogo, para nadie es novedoso que el Estado mexicano se inscribe en la racionalidad de la modernidad occidental, y desde esa matriz epistémica históricamente ha negado el derecho a los pueblos indígenas a existir desde una praxis real de sus propios valores y costumbres; por el contrario el Estado ha buscado la integración y asimilación de dichos pueblos, es decir, “civilizarlos” para que finalmente sean ciudadanos en completud, que puedan gozar de los mismos derechos que los demás individuos. Se plantea la eliminación del ser indígena para que se conviertan en hombres y mujeres modernos. La relación entre los pueblos indígenas y el Estado está siempre en tensión. El Estado busca legitimarse desde diferentes frentes, elaborando una narrativa que se alimenta

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Serie sobre rituales religiosos tradicionales en Cuba. Foto: Raúl Ortega

AL FINAL DE LAS OLAS DEL MAR / SALAJATSHIMÜIN SÜMÜNAKAT PALAA Rafael Mercado Epieyu (wayuu)

Al final de las olas del mar existe un lugar

Chayaa sajalatshimüin sümünkat palaakat eesü wanee mma

donde las almas se pasean en una verdosa llanura

Eere sa’in wayuu waraimajataain so’opüna wanee anoii wuishiisü

danzan al ritmo erótico del tambor del abuelo

Yonnototoosü sutuma shi’irain nükashainra taatchon

AGOSTO 2021

Molokoono-tortuga gozan y se ríen

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molokoono Talatüsüirua sümaa jaajatatain shiainrua sutuma

con las palabras graciosas del abuelo pájaro Utta.

nime’erain tatuushi utta.

Ahí, las almas amantes

Yalayaa tü sa’inkalu wayuu amürajirasükalüirua

pueden danzar desnudas y húmedas

Eeshii süpüla nayonnajüin sünain washe’inwaa jee sümaa chuttaain

en presencia del gran padre Juya genio de los lluvias.

naya Nu’upala chii washi’ müloushikai Juya’.

Ahí, al final de las olas del mar están los floridos colores

Cha’ aya sajalatshimüin sümünakat palaa eesü kasiin tü kanasü

que teje la abuela walekerü-araña, en presencia del sol dorado.

Tü shi’inalakat maachan walekerü nü’ütpa’a chi ka’i chimitakai.

Poesía wayuu en Poetas del desierto. Introducción, selección y comentarios por Vicenta Siosi Pino Siwar Mayu, julio 2021. Los wayuu, pueblo originario de Colombia, habitan una península desértica al norte en la frontera con Venezuela. Son cerca de un millón de personas, la mayoría habla wayuunaiki y español. La antologadora escribe: “Usando palabras persuasivas que llevan al razonamiento, los conciliadores wayuu o pütchipüü evitan las guerras interclaniles. En esta tierra un compromiso hecho de palabra es inviolable, incluso, una ley antigua prohíbe dar malos consejos y si alguien es afectado por una recomendación desacertada, se debe indemnizar al perjudicado. Por respeto a la palabra, los wayuu son de poco hablar”.


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