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Arte y pensamiento

Galería/ Guadalupe Calzada Gutiérrez Sueños y claroscuros de Remedios Varo

“CUANDO CHUANG Tzu despierta de un sueño, no sabe si soñó ser mariposa o si es una mariposa que ahora sueña con ser hombre.” Con este microrrelato de Herbert Allen Giless es posible repensar la obra pictórica de María de los Remedios Alicia Rodriga Varo y Uranga (Anglés, 1908-México, 1963) una mujer que creó arte a partir de su pintura, su escritura y sus dibujos pero, sobre todo, de sus sueños. A diferencia de Nerval, Bachelard, Calderón de la Barca y muchos otros que escribieron acerca de los sueños, Remedios Varo reflejaba su realidad valiéndose de su mundo onírico.

No puede omitirse que Varo padeció dos guerras y murió en el exilio; sin duda, acontecimientos muy importantes que marcan el espíritu de cualquier persona. Tal vez por eso pintaba personajes, lugares, ambientes y espacios en un caleidoscopio de sueños y claroscuros. Algunos críticos afirman que estaba influida por el Greco, el Bosco y Goya; otros opinan que su arte es surrealista. Actualmente, han surgido otras opiniones o clasificaciones de su pintura.

Varo formó parte del grupo de las “Sin sombrero” y del grupo de artistas surrealistas conocido como Logicofobista, quienes buscaban representar, a través del arte, los estados internos del alma; sin embargo, su obra tiene pluralidad de significados, es laberíntica. Ella tenía un gran interés por la alquimia y sabía que el conocimiento de esta materia llevaba a conocer la música, pues la alquimia también fue calificada como arte musical. Aprendió prácticas wiccanas, esoterismo, hinduismo, ocultismo, magia, astrología y cábala. Elaboraba pócimas mágicas y filtros contra el mal de ojo, para el insomnio y para protegerse contra sueños inoportunos. Es muy conocida una “receta afrodisiaca”, que ella inventó, para provocar sueños eróticos. También recomendaba combinar los ingredientes de cocina con notas musicales. Estas recetas, al igual que muchos de sus cuadros, fueron inspiradas por la cocina alquímica, que compartía con Leonora Carrington y la fotógrafa húngara Kati Horna, autonombradas “Las tres brujas del arte”. Inventaban fórmulas y hechizos mágicos dirigidos a inspirar el amor por la naturaleza.

Remedios Varo desarrolló la capacidad de transformar la realidad; pintaba ríos y bosques, manantiales y vientos para simbolizar vida, muerte y renacimiento. Creó lenguajes visuales y símbolos geométricos para equilibrar los opuestos: lo femenino y lo masculino. Cuando representa nubes, aire o niebla, nos invita a pensar en el constante cambio, en los fenómenos y apariencias de la vida cotidiana; cuando muestra espejos, además de indicar cómo deben colocarse para adivinar, comparte que los reflejos del mundo “real” o visible no son sino imaginación. Las cuevas o bosque, son su lenguaje para recordarnos el inconsciente. De este modo, el agua, la tierra y los astros dirigen nuestras decisiones, pero la luna tiene una especial relevancia, pues al igual que Carrington y Horna, creía que la mujer es la heredera del poder cósmico y religioso.

Una de las cosas que más disfrutaba era escribir cartas a personas que no conocía. Pintó muebles e instrumentos musicales, diseñó disfraces para obras teatrales y, junto con Carrington, colaboró con Marc Chagall en el vestuario para el ballet Aleko, obra inspirada en Los gitanos, de Alexander Pushkin, que se presentó en Bellas Artes en 1942. Se dice que Chagall quedó influenciado por Varo por la forma en que ella pintaba la cerámica. Fue en el exilio mexicano donde desarrolló su obra más importante y personal. Varo pintaba invocaciones y grimorios, el personaje que ella sueña y el que la sueña. Muestra su realidad y, al mismo tiempo, vive en su sueño. En cada uno de sus cuadros cuenta un sueño propio o de alguien más. Tenía una especial inclinación por los gatos y le gustaba coleccionar amuletos, piedras y objetos raros porque pensaba que tenían valor simbólico; fue una mujer que vivió intensamente, creó alfabetos visuales para inventar lo que se ha olvidado… o tal vez pintó para tener el sueño de despertar ●

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