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FERNANDO la multitud de un solo h o

El libro Mis múltiples personalidades. Un testimonio real, de Cameron West –publicado en 2000 y cuyo título original en inglés es First Person Plural (Primera persona del plural, o sea “Nosotros”)–, es el testimonio de un treintañero estadunidense, felizmente casado y con un hijo, a quien de repente le empiezan a suceder cosas extrañísimas. Por ejemplo, un día se sorprende hablando incoherencias delante del espejo, con la particularidad de que la voz que sale de su boca no es la de él sino la de otra persona, para más señas la de un niño de cuatro años. A lo largo de varios meses, como si su cuerpo se tratara de un verdadero hotel humano, emergieron veinticuatro personalidades, todas diferentes entre sí, de la mente de West.

¿Posesión demoníaca? Hace unos 450 años, posiblemente así se hubiera considerado este fenómeno y en lugar de escribir un libro, el autor hubiera sido asado en leña verde ante la mirada enajenada de sus vecinos. Sin embargo, los adelantos de la ciencia han llevado a considerar a este padecimiento como un desajuste de personalidad que se conoce como trastorno de disociación de la personalidad (Dissociative Identity Disorder).

Al poeta Fernando Pessoa, una de las cimas de la literatura universal, le pasó algo parecido a Cameron West. Un día –el 8 de marzo de 1914, para ser exactos– se acercó a una cómoda alta y, luego de tomar una hoja de papel, se puso a escribir, de pie, sin interrupción ni correcciones, mil trescientos versos, es decir, un promedio de un verso por minuto durante veinticuatro horas, “en una especie de éxtasis cuya naturaleza no sabría definir”. Así nacieron tres de sus principales heterónimos: Alberto Caeiro, Ricardo Reis y Alvaro de Campos.

Se dice que una obra es heterónima cuando es escrita no desde la personalidad original del autor sino desde otra personalidad; es decir, cuando se escribe como si se fuera otra persona. En el libro Pessoa por conhecer (Persona por conocer), editado en Lisboa en 1990, Teresa Rita Lopes encontró que Fernando Pessoa escribió desde la personalidad de la infame cantidad de ¡72 heterónimos!, siendo los más célebres los ya mencionados Caeiro, Alvaro de Campos y Ricardo Reis. Pessoa llegó a imaginar que su mente en realidad era una especie de teatro donde los heterónimos representaban un “drama en gente”.

¿Padecía Pessoa el Trastorno de Disociación de la Personalidad? En Vida y obra de Fernando Pessoa: historia de una generación, Joao Gaspar Simoes dice que Pessoa le confesó en una carta de 1931 que, como probable origen de los heterónimos, estaba su condición de “histérico-neurasténico con predominio del elemento histérico en la emoción y del elemento neurasténico en la inteligencia y en la voluntad”, en su “tendencia orgánica y constante hacia la despersonalización y la simulación”. Lamentablemente, para la época en la que vivió

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