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Durango, Dgo. Enero de 2015

PERIODISMO ALTERNATIVO

El proceso de lucha popular se profundiza

¡Fuera Peña! ¿Y después qué?

EL arete

Manuel Aguilar Mora

En la noche del 8 de noviembre y en la madrugada de hoy sucedieron dos acontecimientos consecutivos que muestran cada una a su peculiar manera las dimensiones que está tomando la crisis desatada con motivo de la masacre de Iguala. Una manifestación de las decenas que se realizan en el país y en el mundo entero, finalizó en el Zócalo y un grupo de jóvenes anarquistas al grito de “¿Cuál pacifismo? ¿Cuál no violencia? ¡Acción directa y resistencia!”, se desprendió del grueso del contingente y prendió fuego a la puerta principal del Palacio Nacional, sede oficial del presidente de la República, Enrique Peña Nieto, quien dos horas después a la una de la mañana y a pesar que algunos diputados y senadores le exigían que suspendiera el viaje, despegaba del aeropuerto de la ciudad de México con destino a China.

De esta manera se está acelerando la crisis que en el lapso de unos cuantos días escaló a niveles que están transformando al país. Hoy México es muy diferente al país que existía antes de ese fatídico 26 de septiembre cuando fueron asesinadas seis personas (entre ellos tres estudiantes normalistas) y 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero desaparecidos. El incendio de la puerta del Palacio Nacional ocurrió precisamente 43 días después de esos macabros acontecimientos, marcando a su modo el tránsito que tiene lugar hacia tiempos más complejos en los que sólo : grandes sectores populares están madurando y entrando a uno de los momentos más decisivos de su historia porque a ojos vista de los mexicanos y mexicanas y del mundo entero el régimen político priista y de sus aliados el PAN y el PRD se encamina hacia una terrible crisis.

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Jorge Herrera Caldera; 351 en narcofosas y 383 desaparecidos en “orden” y “paz” Juan Monrreal López

Mientras Enrique Peña Nieto, continúa sin dar respuesta creíble acerca de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, el gobernador de Durango y actual presidentes de la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO) Jorge Herrera Caldera, hizo un llamado desde su cuenta de Twitter el pasado 17 de noviembre, para sumarse “a la convocatoria de paz y unidad del presidente @EPN” porque “los lamentables acontecimientos de #Ayotzinapa no pueden ni deben ser pretextos para incitar al desorden, al caos y la violencia”, en

tanto la ola de manifestaciones, denuncias, y repudio contra el gobierno peñista crece en todo el mundo. Acostumbrado al silencio de los medios y las protestas ciudadanas que privan en Durango, Jorge Herrera, carga en su gobierno un número abultado de desapariciones,- 383 de acuerdo al Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas de la Procuraduría General de la República-, así como también de 351 cuerpos sepultados en hoyos clandestinos, en “orden” y “paz” y “con respeto al Estado de Derecho y a las instituciones”.

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Alfredo Antonio Solano Arellano

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Argelia agrega contexto al ataque contra Charlie Hebdo Robert Fisk

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La Universidad Juárez, ¿una Universidad Confesional? Alfredo Antonio Solano Arellano

Al parecer la Universidad Juárez del Estado de Durango, cada día retrocede más y de una Institución de Educación Superior Humanista, la están convirtiendo en un centro confesional al menos así lo demuestra la creación de la organización de la llamada Pastoral Universitaria lo cual además de atentar contra la Constitución general de la República que garantiza el carácter laico de la Educación, es discriminatoria y constituye una falta de respeto a los universitarios que no profesan el credo católico. Esta acción representa un retroceso al sistema educativo, pues al parecer a los promotores de esta organización se les olvida que el laicismo que hoy define al proceso educativo mexicano se dio en medio de una lucha intensa en donde se pugnó por el respeto a la libertad de creencia, entonces esta esencia no debe ser eliminada de un plumazo por el criterio de un grupo que pretende hacer manifiesto sus creencias comprometiendo a todos los universitarios, una minoría no puede entregar a la UJED a una religión en particular. La adjudicación de este tipo de asociaciones a una institución de Educación superior como la Universidad, representa una violación a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que en su artículo tercero establece que la educación que imparta la nación será Laica, esto es no debe estar sometida a credo alguno por lo que necesario pedir a las

autoridades de la UJED una explicación del por qué se permite la realización de manifestaciones inclinadas al credo católico a nombre de los Universitarios. Lo anterior viene a colación, por la reciente aparición en el exterior del edificio central de la UJED de una manta en la que se señala que “Los Universitarios rinden homenaje a la Virgen de Guadalupe”, además de llamar al templo de San Juan de los Lagos como parroquia universitaria, lo cual es irónico en una universidad que carece de muchos espacios adecuados como laboratorios y aulas que presten un servicio óptimo para las necesidades de cada carrera o posgrado pero eso sí, ya se tiene Templo, ahora lo irónico seria que se destinaran recursos del erario de la casa de estudios para su manutención, lo cual no sería extraño después de observar todas las violaciones a la ley cometidas en Durango, esto ya sería normal. Ante tal situación, los universitarios debemos unirnos y luchar por el respeto de las diversas ideologías y pedir o más bien exigir a las autoridades que no permitan que se comprometa a la Máxima Casa de Estudios con un credo o doctrina en particular, debe mantenerse libre, neutra, abierta a todas las formas de pesar y manifestarse pues solo de esta manera se garantiza el cumplimiento de los fines de una universidad, la Educación, la difusión de la cultura y la investigación.


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A manera de editorial

Adiós a un periodista combativo Scherer, 1926-2015 Blanche Petrich / Periódico La Jornada Jueves 8 de enero de 2015, p. 2

Julio Scherer García se empeñaba en interrumpir el monólogo del dictador. El general Augusto Pinochet, en la cima de su poder tiránico, persistía en su justificación del golpe de Estado, ejecutado a sangre y fuego seis meses antes. En las calles y las prisiones chilenas los asesinatos y la tortura estaban en su apogeo. –Estoy aquí para entrevistarlo, general. Nada. La entrevista no había empezado y llegaba a su fin después de largos minutos eléctricos, tensos, en el soberbio despacho que miraba desde sus ventanales de un décimo piso a Santiago a sus pies y los Andes al fondo. Escribe Scherer, en Pinochet, vivir matando: Se puso de pie, yo también. Erguido y escultórico, horizontal el brazo derecho y extendida la mano, señaló hacia la puerta como quien señala al abismo. Pinochet lo echaba, así, de sus oficinas. El periodista, entonces de 47 años (nació en la ciudad de México el 7 de abril de 1926), ya era quien era: piedra de toque de la fractura que vivió el periodismo mexicano con el poder en los años 70; figura emblemática de la prensa insumisa ante el autoritarismo. Apenas una cuartilla describe esa entrevista que no fue: el encontronazo del general genocida y el reportero, una pieza cargada de lecciones para el oficio. Reportero desde siempre, ocho años director del Excélsior, el mejor diario del país en ese periodo 1968-1976; fundador y director de la revista Proceso, interlocutor implacable de cada uno de los presidentes que habitaron Los Pinos, de Gustavo Díaz Ordaz a Enrique Peña Nieto, Julio Scherer –fallecido ayer en esta ciudad, a los 88 años– es el referente para los informadores de varias generaciones. Concitador de admiraciones, también despertó fobias. En la cima del periodismo mexicano desde 1968 –cuando fue nombrado director de Excélsior, pocos meses antes de la masacre de Tlatelolco–, pudo mantener el difícil equilibrio entre la cercanía al poder y una intransigente independencia. Sobre los entretelones del 68, intentó junto con Carlos Monsiváis desentrañar la trama oculta en Parte de guerra, una de sus obras periodísticas señaladas como más importantes. La otra es Los presidentes, su libro más vendido, reditado y estudiado en las aulas de las escuelas de comunicación. ¿Tímido? Sorprende, por tanto, saber que a Scherer lo aquejó un mal paralizante para cualquiera que aspire al oficio periodístico: la timidez. Así lo describe él en su libro La terca memoria, lo más cercano a una autobiografía entre los 22 títulos que escribió: Era joven, reportero primerizo,

frustrado porque en el Excélsior de los años cincuenta le habían asignado cubrir al Partido Comunista, la fuente rojilla, que nunca daba notas de primera plana. Y le preocupaba un rasgo de su personalidad: Yo avanzaba en el trabajo, no así en la autoestima. Baja como era, muy baja, la atribuía a la timidez, un embarazoso encogimiento del alma. Le mortificaba tanto ese rasgo que acudió al doctor Alfonso Quiroz Cuarón, el gran siquiatra. “Me dijo que a la timidez no se le puede vencer, pero sí esconder –continúa en sus confesiones– (...) La timidez lleva a formas de soledad y la soledad concita a la reflexión”. De sus años de alumno siempre rezagado en el Colegio Alemán, recuerda a las tantes (literalmente tías, así se llamaba a las maestras) y las ceremonias que hacían pensar en los nazis. De sus años en la preparatoria con los jesuitas del Instituto Patria (contemporáneo de Pablo Latapí, de Manuel Buendía y el general Luis Garfias) le inquietó la falta de respuestas de los ilustrados sacerdotes sobre el concepto de pecado. No son de júbilo los recuerdos de sus años mozos. Quizá por ese tema de la timidez la natación fue el ejercicio que Scherer escogió para practicar diariamente casi toda su vida; porque en las vueltas a la piscina, dialogando únicamente con el ritmo del agua y las brazadas, uno está solo. Y reflexionando. FUERA DEL AGUA ERA OTRO De sofocante cordialidad, lo describió desde la amistad-hermandad más estrecha Vicente Leñero, recién partido. Para nuestro sistema político encallecido,

para nuestra sociedad de ojos de ciego, él sigue siendo el periodista incómodo de México. En la esquina opuesta, desde la rivalidad y los rencores que cristalizaron con los años, otro grande del periodismo, Manuel Becerra Acosta, lo describió así en su libro Dos poderes: “El rechazo a la componenda en dinero se da en Julio Scherer como militancia obsesiva. Es él un cruzado medieval, un San Luis Rey en permanente Guerra Santa contra el Infiel”. Desde la admiración y la confianza de su contemporánea Elena Poniatowska, una breve definición que lo abarca: El detonador de los cambios invaluables en el periodismo mexicano (La Jornada, 1/12/05). Y desde el amor filial, su hija María Scherer lo pinta en cinco palabras: Nunca será flor. Será árbol. EL MAYO, LA OTRA NO ENTREVISTA En la cotidianidad hiperactiva de Julio Scherer, además de conducir la factura semanal de la revista política más importante del país y lo que ello implica, siempre hubo tiempo para salir de la oficina y patear el polvo de los caminos en busca de un reportaje, una entrevista. Y como suele pasar en la vida de los reporteros, también hubo otras no entrevistas, como aquella de Pinochet. En sus años de formación, el director de Excélsior lo envió a Nueva York a cubrir la visita del papa Paulo VI a Naciones Unidas, inicios de los años 60. Le hervía ya la vena de cronista. Cuenta de la víspera de su viaje: Disfruté del alborozo y un íntimo sentimiento de gratitud. Viviría el día que los periodistas del mundo querían vivir. Para la crónica que escribiría, se exigió,

sólo cabría la brillantez. Fue a la ONU. Y de pilón, mandó también una entrevista con Robert Kennedy, el hermano del presidente, a quien vio pasar por los pasillos. Fue a Irán, cuando cayó el sha Reza Pahlevi y ascendieron los ayatolas al poder. Fue a Praga, cuando en la primavera de 68 los ciudadanos se enfrentaron a los tanques rusos. Fue a El Salvador a entrevistar al jefe guerrillero Cayetano Carpio. Otra entrevista que no fue, que se frustró. De regreso, por tierra hacia México, fue capturado por paramilitares de Guatemala. Apenas la libró. Scherer juraba que si el diablo le ofrece una entrevista, yo voy a los infiernos. En 2010 no fue precisamente el diablo, sino Ismael El Mayo Zambada, el compadre y segundo a bordo del entonces poderosísimo cártel de Joaquín El Chapo Guzmán, quien se la ofreció. Y el director de Proceso, ya octogenario, se embarcó en la aventura de cruzar las líneas de la clandestinidad, guiado sólo por un acompañante casi mudo a quien nunca identifica. Pero no hubo tal entrevista. El Mayo lo recibió en su escondite con un apretón de manos: –Mucho gusto, tenía mucho interés en conocerlo. Y charla sin compromiso. La entrevista quedaría en puntos suspensivos, como reconoció la propia revista en la presentación, que desplegó una fotografía del periodista y el narcotraficante, abrazados, lo que despertó polémica en muchos medios. Zambada habló de su esposa y sus otras cinco mujeres, de sus 15 nietos y un bisnieto. Pero no de su hijo Vicentillo, preso y procesado en Estados Unidos. Lo lloro, dijo. El reportero intenta varias vías para iniciar el interrogatorio. El jefe narco promete: –Otro día. Tiene mi palabra. Ese día, obvio, nunca fue. Los amigos, los enemigos Lo de Scherer y Leñero era una hermandad. Por eso fue a Leñero a quien Tomás Eloy Martínez pidió una semblanza del director de Proceso para el libro Los maestros, que se publicó con motivo del premio otorgado por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano-Cemex al colombiano José Salgar, el brasileño Clovis Rossi y el uruguayo Hermenegildo Sábat, tres grandes del oficio. Ahí reconstruye lo que pudo ser la última conversación de Julio Scherer García con su padre, ya moribundo, en 1968: –Vas a ser director de Excélsior. –¿Te da gusto? –No. Vas a sufrir mucho. También habla de la infancia de Julio,


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niño rico, hijo de un padre banquero y de una madre de familia porfiriana. Y de la riqueza perdida, incluida la casa de su niñez, la casona que hoy es el Bazar del Sábado en San Ángel. Ya adulto, casado y periodista, en la biblioteca de su casa familiar –cuenta en La terca memoria– tenía dos esculturas: una de Lázaro Cárdenas y otra de Francisco Zarco. Sus intereses: el poder, el periodismo rebelde. Y muchas fotografías de sus amores: Susana, su esposa que murió demasiado pronto y sus nueve hijos: Pablo, Regina, Ana, Gabriela, Julio, Adriana, Susana, Pedro y la menor, la periodista María. Entre todos ellos, la foto de Salvador Allende, el presidente asesinado de Chile. Fuimos amigos cercanos. Me hizo partícipe de su vida personal. Amigos tuvo a montones. Desertores de su amistad, otros tantos. De los cercanos, los entrañables, habla prolijamente. De sus compañeros Vicente Leñero, su primazo Enrique Maza, Rafael Rodríguez Castañeda, Samuel del Villar, Fernando Benítez. Del uruguayo Carlos Quijano, director de la revista Marcha, quien luego de la prisión y la tortura de la dictadura recaló en la ciudad de México. No se arredre, dijo Scherer a Quijano cuando el golpe de Luis Echeverría a Excélsior. De Alejandro Gómez Arias, el novio de juventud de Frida Kahlo, a quien Scherer visitaba durante su enfermedad terminal hasta que decidió no hacerlo más, afectado por la forma en que el amigo había perdido la lucidez. De ahí nació un pacto entre él, Leñero y Maza: los tres se retirarían antes de que los venciera la vejez. En 1996 renunciaron a la reporteada y a sus cargos directivos en el semanario. Pero nunca hicieron efectivo su retiro. No dejaron de ir a la revista, ni dejaron de escribir, dirigir y reportear. Tampoco perdieron la lucidez. Otro amigo fue el poeta Javier Sicilia, fundador del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. En junio de 2013, Sicilia regresaba de la caravana de víctimas que encabezó. Estaba bajo la tormentosa polémica generada por el abrazo que dio al entonces presidente Felipe Calderón en el encuentro del alcázar de Chapultepec. Lo citó en su despacho, en la calle de Fresas, y permitió a esta reportera estar presente en una conversación intensa, donde le dio una fuerte sacudida. No conozco a nadie que vaya tan en cueros a meterse a la boca del lobo como usted lo hizo, lo reprendió cariñosamente. Y más amigos. Gabriel García Márquez le decía mi duodécimo hermano. Y a Scherer se le henchía la piel. De Abel Quezada: Él no cabía entre los cartonistas de su tiempo. De David Alfaro Siqueiros, El coronelazo: trágico y heroico, escribió su mayor retrato mural en la entrevista reunida en 1965 en el libro La piel y la entraña. De José Revueltas recuerda su respuesta cuando en Lecumberri le preguntó por el encierro: La llave es tu libertad; la llave son tus cojones. Y muchos más amigos: Carmen Lira, Carmen Aristegui, los Carlos Monsiváis y Montemayor, Octavio Paz y Carlos Fuentes, Hero Rodríguez Toro, Rosario Castellanos. En el poder tuvo muchos enemigos. Pero uno fue el que más daño le hizo. Y el que obsesionaba a Scherer. Así lo confiesa, cuando el director de la revista

Rafael Rodríguez Castañeda le pidió un texto para el 30 aniversario de Proceso, en 2006. Tuve presente que para mí no habría más tema que Echeverría. Fue el protagonista del atentado contra el periódico. Mató, traicionó, fue hombre vil. El ex presidente le sobrevive. De los demás mandatarios, quizá Carlos Salinas de Gortari mereció una obsesión similar: Siempre he querido saber algo más de Salinas, de quien tantos males se han derivado para el país. La sombra de Aburto, para siempre en Almoloya, y la muerte de Colosio, para siempre en la historia, cercan al ex presidente. Donde vaya, van ellos. También lo acompañará para siempre la traba de encubridor de uno de los grandes ladrones de la nación: su hermano Raúl. Leñero dejaría patente la inquina de Salinas cuando describe una conversación, siendo ya presidente electo. Trascendamos a Julio, Vicente, sugirió. Es decir, repitamos el golpe. De Vicente Fox, dice en Tiempo de saber: Nunca lo entendí... A una campesina la felicitó porque no leía periódicos. La mujer era analfabeta. En ese instante de ceguera atroz, Fox se dio gusto haciendo a un lado el valor supremo de la letra impresa. A Felipe Calderón le dedica dos libros, El dolor de los inocentes (2011) y Calderón de cuerpo entero (2012), una serie de conversaciones donde aborda el origen ilegítimo de su Presidencia, su alcoholismo y su intemperancia, su deshumanización, la galopante corrupción en las filas del PAN y de su grupo. El primer libro deja abierta una pregunta: Habrá que aguardar un futuro ya cercano para ver qué responsabilidades se fincan ante la pérdida de tantos inocentes. MIRAR, OLER, OÍR DENTRO DE LA CÁRCEL Scherer supo de las enormes posibilidades informativas que se ocultan en las sombras de las prisiones. Ahí están los hombres y las mujeres, y sus demonios. Aburtos, Salinas, Zorrillas, la Reina del Sur, El Mochaorejas, El Chapo y la novia de éste, políticos, criminales, políticos-criminales pero también presuntos culpables, presos políticos, inocentes encarcelados. Y los celadores, los funcionarios, los siquiatras, los que torturan y los torturados, los que tratan de sanear ese mundo y no pueden. Entrevistas duras, puntuales, metálicas. Cinco libros recogen esas miradas de Scherer hacia el interior del mundo penitenciario. El último, el más terrible, Niños en el crimen. En sus rostros es patente el síndrome del encierro, la depresión. No sabría de qué manera transmitir el sentimiento que me despertaron. Sentí su depresión, pero no como un dolor. Es la suya una forma de quietud, una no vida, como si sus ojos ya hubieran mirado todo lo que habría que mirar. Su hastío me pareció una forma de muerte. A los 86 años, Scherer pasa largas horas conversando con esos niños y adolescentes –algunos más pequeños que sus propios nietos– que purgan sentencias en la Comunidad de Tratamiento Especializado para Adolescentes en el Distrito Federal. ¿Cómo entrevistar a estos chicos? Preguntando. Como reportero. Como Julio Scherer.

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El artículo insolente Alfredo Antonio Solano Arellano / LA PALABRA

Diminutas insolencias De niño creía que la pobreza era voluntad de DIOS, en la juventud pensaba que era cuestión de mala suerte ahora sostengo que es consecuencias de políticas económicas impuestas por personajes ambiciosos y rapaces que nada más se preocupan por su bienestar. Dentro de mi escucho un clamor de dolor, es MÉXICO que llora sin consuelo por sus hijos, los normalistas de Ayotzinapa cuyo único delito fue querer salir de la pobreza, de la marginación, de la ignorancia, la Nación llora atormentada sin querer consuelo, grita por Justicia y reflexiona Mis campos fueron creados para que corriera por ellos vida No sangre, se compadece por las nuevas generaciones a las cuales sólo les tocará ver desolación, maldad y ambición, en eso quedó convertida la patria, en un monstruo que devora ilusiones, que somete a sus hijos a los más bajos instintos de podredumbre y miseria humana. Revisando los periódicos de la hemeroteca central, se encontró el de 13 de febrero de 1974, donde aparece una nota en la cual se informa el incendio del entonces cinema DORADO 70 a manos de ENRIQUE HERRERA CALDERA hermano del actual Gober, quien de esta manera protestaba porque en la citada sala se proyectaba la película JESUSCRISTO SUPER ESTRELLA, al parecer un film incómodo para la sociedad conservadora de la época, casualmente el abogado del inquieto pirómano fue Rubén Ontiveros Rentería, -actual director del ICED y encubridor del estercolero llamado TRANSFORMADORA DURANGO-, quien ha recibido sendas recompensas del sistema y ha encajado con fe la uña en el erario gracias a la defensa del aprendiz de NERÓN. De que cosas se entera uno en los chismosos archivos. Heber García hizo un programa para hablar de los TROLLES, pero ¿Por qué no ha hecho uno para analizar lo ocurrido con los estudiantes normalistas? Universitario, defendamos el edificio central de la Universidad Juárez del Estado de Durango, ante los perniciosos deseos de quitárselo a la universidad, no permitamos que a la máxima casa de estudios le pase lo que al gobierno o a la presidencia municipal que los desalojaron de sus inmuebles para traerlos como errantes en casas rentadas, el central es de los Universitarios, no de manos ambiciosas que se creen con el derecho de manipularlo todo. Los mexicanos no debemos preocuparnos por ir al infierno, YA estamos en él.

Antes de que termine el año hay que pedirle a nuestro talentoso gober, otra inauguración del hospital 450, del baluartito o ya de perdis de los puentes gemelos. Con motivo de las declaraciones del líder de la Juventudes Priistas, Luis Adrián Ramírez Ortiz quien aclama el regreso de Díaz Ordaz para que ponga orden a los estudiantes revoltosos, solo queda hacer una recomendación, MADRES TOMEN ÁCIDO FÓLICO NO VAYAN A TENER UN ENGENDRO ASÍ. Heber García, Nuevo presidente de la Cámara de la Industria de la radio y Televisión, bueno, los cambios no siempre son para mejorar. Hace 10 años se celebraron las últimas elecciones democráticas en la FADER Y CIPOL, las demás han sido pura imposiciones disfrazadas bajo la burla de los llamados Candidatos de Unidad. El rector Oscar Erasmo Navar García dijo que las oficinas de la UJED, no saldrían del edificio central, se escuchaba tan convencido que si él fuera independiente hasta se le podría creer. El cielo de Durango en estos momentos llora, siente el dolor, gime de tristeza, se solidariza con los padres y amigos de los normalistas desaparecidos. Si ver la realidad y comentarla me hace amargado y escribir con el estómago dicen los "positivos", este espacio lo abrí para expresarme y decir lo que los medios "tradicionales" de Durango nunca me dejarán decir, si les molesta mi manera de ser eliminen esta cuenta de su lista de seguidores, no soy positivo y la verdad no lo quiero ser en su concepto, seguiré diciendo lo que pienso si para ustedes ensalzar al sistema es su verdad y estar en lo correcto, bueno para mi expresar lo que pienso es lo correcto y no pienso cambiar así que sorry. Ya me canse de vivir sin democracia, Ya me canse de fuentes de empleo esclavizantes y mal pagadas, ya me canse de una educación deficiente que solo enseña a memorizar por memorizar y no a razonar, ya me canse de una religión que solo su juzga y condena y no habla de libertad, amor y solidaridad, ya me canse de ver gobierno ricos y pueblos en la completa miseria, ya me canse de ver hijos solos porque sus padres se tienen que pasar trabajando gran parte de su tiempo para medio completar el mes, ya me case de vivir en un Estado que no garantiza el mínimo de bienestar social, ya me canse de ver a jóvenes hundidos en las drogas para escapar de su cruda realidad y por último ya me canse de escribir,


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El estado macabro El derrotero forense que ha tomado el Estado mexicano en su compleja trama de complicidades no oculta que también tiene las manos manchadas de una sangre que no es la suya. ¿Qué esperaban estos entusiastas del neoliberalismo desatado que sujeta todo, para empezar la Constitución, a las “leyes” del mercado? Donde quiera que se implanta sin freno, el neoliberalismo ha demostrado ser ecocida, climaticida y genocida. Se apuntala con un abusivo y despiadado arsenal de recursos —financieros, jurídicos y sobre todo violentos—, y lo comparte con quien le llegue al precio. Hubieran avisado. Nos fuimos a dormir con unos modernizadores sonrientes que nos trasladarían al Primer Mundo de América del Norte, y amanecimos en un país devastado por la guerra, con miles de muertos en combate irregular y más miles de “daños colaterales” de toda clase, preferentemente baja (y para ellos, si indígena, tanto mejor). Y cárceles repletas de criminales, de inocentes y de luchadores sociales. Todo, inequívoca obra del gobierno en lustros recientes por comisión u omisión. Eso, y minar la soberanía nacional abdicando al cuidado y aprovechamiento sensato de los recursos naturales y humanos en beneficio de la gente de aquí. En nuestras parcelas, nuestras colonias, nuestras escuelas, nuestros municipios, nuestros colectivos, nuestros centros de trabajo. Para conquistar ese tipo de cosas habíamos tenido una Revolución, que dejó una posguerra larga, semi tranquila, socialista casi, antes de institucionalizarse y nadar de muertito sexenios y felices dos de octubre, capitalista hasta las cachas, aunque su abanico de políticas sociales y clientelares (reforma agraria, derecho de huelga, salud pública, educación gratuita y laica) le daba chapa de nacionalista.

Cuando cambiaron los vientos del capitalismo imperial, de pronto sin fronteras ni más reglas que las suyas, depredador y cínico, la Constitución que teníamos comenzó a estorbarles en la mesa directiva. Les costó deshacerse de ella, por resistencias no paramos, pero al parecer lo acaban de lograr. Cuentan con sus partidos y los Poderes de la Unión, las bendiciones de Washington y Wall Street. ¿Qué decir de una Suprema Corte que cada que puede injuria a la Nación? ¿De un Congreso de saltimbanquis con la vida llena de prerrogativas? Pero como ahora la moda es culpar a los presidentes municipales, la clase política rompe por lo más delgado la cadena de responsabilidades. El pantano de Iguala, esa inaudita agresión a la Normal Rural de Ayotzinapa, es parte del guión que los gobernantes saben y asumen. No se trató de un ataque aislado. En todo México la policía asesina rutinaria y represivamente; a veces nada más porque sí. Y este crimen ocurrió en territorios particularmente ultrajados por criminales, policías, paramilitares y soldados, donde los pueblos no se han rendido. Donde existen normales rurales extraordinarias como la de Tixtla, o experiencias trascendentes como las hoy acorraladas Policías Comunitarias de Guerrero, que abrieron un camino a la verdadera autonomía. Algo debía decirnos el que en buena parte de nuestra América los pueblos organizados consiguen dar un giro al camino neoliberal de sus gobiernos, como ocurre en Bolivia, donde resulta que la autoestima nacional, el nivel de sus derechos y la economía van bien, y tras nuevas elecciones no se interrumpe el proceso. Mientras acá, con el catecismo neoliberal obedecido a pie juntillas (aplausitos desde Nueva York), ni economía, soberanía, seguridad, justicia, ni nada. Sólo sangre en la carretera.

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Jorge Herrera Caldera; 351 en narcofosas y 383 desaparecidos en “orden” y “paz” Por ello, no es extraño que el gobernador duranguense, hiciera un llamado en Twitter a que “los lamentables acontecimientos de #Ayotzinapa no pueden ni deben ser pretextos para incitar al desorden, al caos y la violencia”, buscando reproducir el modelo silente de Durango. Como se sabe, hace 3 años y 7 meses se descubrieron 11 narcofosas en la ciudad de Durango, en donde la identificación de la mayoría de los cuerpos encontrados permanece sin conseguirse,

en tanto el tema de los desparecidos prácticamente no se toca de manera pública. Así, “con respeto al Estado de Derecho”, Jorge Herrera Caldera, pidió en 5 tuits, respeto a las instituciones, paz, legalidad, no al vandalismo; en tanto Durango sigue ocupando el primer lugar nacional de sepultados en narcosfosas, sin mencionar el menoscabo que a diario práctica en contra de los municipios desde la gubernatura.

2015 Hugo Aboites, rector de la UACM

Hace dos años, en 11 días de diciembre de 2012, se aprobó la modificación constitucional a la educación, y, hoy, al comienzo de 2015, son más claras las implicaciones de aquella apresurada y peculiar visión. Cuando Peña Nieto toma posesión, en 2012, ya era evidente que más de una década de enfoque errado respecto del narcotráfico había producido miles de muertos y desaparecidos, y ninguna solución. El argumento de que se matan entre ellos ya tenía tiempo que había dejado de ser cierto, y ellos, convertidos en policía y hasta en funcionarios públicos y políticos hacía tiempo, habían comenzado a matarnos a todos los demás. Era ya evidente la necesidad de ir al fondo del problema de una sociedad en proceso de descomposición, y evidente también que la educación era uno de los pocos ámbitos que ofrecía la posibilidad de generar desde prácticamente cada comunidad, barrio y escuela, una socialización distinta, capaz de reconstruir a fondo el país. Esto, que desde otra visión parecería algo indispensable y estratégico para cualquier plan de refundación del país, y que incluso el Ejecutivo llegó a plantear retóricamente en lugares como Ciudad Juárez, Chihuahua, no se retomó como un plan global de gobierno y se dejó de lado la oportunidad de un relanzamiento educativo. Se optó por una reforma que buscara crear buenos empleados, neoliberal, tecnocrática e indiferente a lo social y enfocada a una transformación del país preponderantemente competitiva. México y sus habitantes también desde la educación fueron vistos como una maquinaria económica, no como la historia de una interacción sumamente compleja de clases sociales, culturas, imaginarios, expectativas, demandas e intereses legítimos (y siempre pospuestos) de grandes mayorías. La reforma empresarial en la educación no sólo fue una oportunidad desperdiciada, también produjo de inmediato lo que hoy podemos considerar un primer aviso, una rebelión magisterial de proporciones y densidad inusitadas en 2013. Y en 2014 el crimen que cometen las fuerzas del Estado contra los estudiantes de Ayotzinapa genera una reacción aún más explosiva, y ya no sólo del gremio de maestros; una dramática muestra de hasta dónde esa visión indiferente que tienen los gobernantes hacia los mexicanos ya no sólo produce desempleo, falta de escuelas, pobreza, ganancias enormes para unos cuantos y corrupción generalizada, sino también da lugar al más gratuito e inhumano terror, ahora contra estudiantes y sus familias. Con esto la visión tecnocrática, centrada en la

competitividad a cualquier costo, muestra el precio tan alto en sufrimiento que puede llegar a cobrar. Y la paradoja que el gobierno habrá de enfrentar en 2015 es no sólo la de una reforma que no va y una oportunidad desaprovechada, sino también la que se deriva de la incapacidad de sus conductores empresariales para diseñar una reforma que restablezca en nuevos términos y expresiones un acuerdo histórico con el magisterio, capaz de integrarlo, junto con sus casi 30 millones de estudiantes, como parte del esfuerzo nacional por recuperar el país. Esta fuerza social impresionante (e indispensable para cualquier proyecto nacional) amanece al 2015 con muy pocas razones para asumir a este Estado como interlocutor y como conductor legítimo; más bien para verlo como adversario. Esto, que para no pocos gobernantes y cúpulas empresariales en la educación no tiene importancia o sólo la tiene como problema disciplinario, dejará aún más solo al gobierno en este año que viene. Al negar al magisterio derechos que todos los demás mexicanos tienen, y al establecer con ellos una relación esencialmente hostil y punitiva en momentos en que además el gremio magisterial está cada vez más como blanco en la primera fila de la violencia del narco, el Estado ha abierto una brecha enorme con este sector y esto le significará un altísimo costo. La manera como ante todo esto reacciona el Estado, además, no da mucho espacio a la esperanza. Las declaraciones del más alto nivel al final de 2014, como antes las referentes a la educación en 2012, retoman la misma lejana y errada percepción del país que ahora se ha vuelto dolorosamente obvia en el caso Ayotzinapa. Una visión que concibe las protestas y manifestaciones como mera estática, un ruido molesto tal vez, pero que no significa alterar la ruta ya definida, y estos acontecimiento no se miran como lo que son: avisos perentorios. Y, peor aún, cuando finalmente se cae en la cuenta de que hay algo así como una crisis social y una protesta que no ceja, se adopta como solución la parte más mecánica y autoritaria de esa visión ajena y hasta aristócrata que se concentra en poner orden, es decir, aprontar más policías, generar más leyes. No se piensa el estado de derecho como la construcción de personas y comunidades sólidas, fruto de procesos educativos robustos desde abajo. El convertir la educación en mucho más que la tarea de aprender a leer y hacer cuentas –como insisten evaluadores y gobernantes– ya no es hoy una simple opción entre otras, es la única capaz de contribuir a la esperanza.


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¡Fuera Peña! ¿Y después qué? “ASESINADOS, QUEMADOS Y SUS CENIZAS ARROJADAS AL RÍO” El 7 de noviembre Jesús Murillo Karam, el procurador general de la República anunció a una expectante nación que esperaba un primer informe oficial de lo sucedido, “en lo que va de nuestras investigaciones, las más importantes en décadas, pero que no son las definitivas (¡!sic¡!)” se ha encontrado que los 43 estudiantes fueron asesinados a sangre fría, quemados sus cuerpos en una pira humana y sus cenizas arrojadas en bolsas de plástico al río San Juan en un paraje apartado localizado en la semijungla entre Iguala y Cocula. Los autores de tamaña atrocidad habrían sido sicarios de la banda de Guerreros Unidos, con la cual estaban vinculados el ex alcalde José Luis Abarca y su esposa. Negando rotundamente que se tratara de un crimen de Estado Murillo Karam presentó como “pruebas” los testimonios de tres jóvenes sicarios, típicos representantes de los cientos de miles de jóvenes desempleados del campo y las ciudades que son los reclutas naturales de las bandas de los narcos. La banalidad de su argumentación se hizo evidente: ¿cómo tres jóvenes como ellos y algunos otros parecidos a ellos pudieron realizar tamaña salvajada durante horas y horas sin que nadie los molestara controlando a 43 estudiantes activistas fuertes y dinámicos cuya valentía y músculo eran notorios? Durante la conferencia el procurador Murillo, en forma característica de la soberbia de los altos funcionarios del gobierno peñista, contestó displicente y hasta groseramente las numerosas preguntas que le dirigieron los también numerosos periodistas nacionales y extranjeros presentes. Pero Murillo mismo cometió varios lapsus que mostraron ante los millones de espectadores que estaban pegados a las pantallas televisivas las incongruencias de la intervención del gobierno mexicano. En una ocasión dijo que “Iguala no era el Estado”, siendo así evidente que para los altos funcionarios existen espacios enteros del país en los cuales la vigilancia y la seguridad federales no existen. Y el otro desliz fulminante fue su comentario, casi al final de la conferencia, cuando declaró “yo ya me cansé”. Inmediatamente la frase ha inundado las redes y es materia de comentarios en todo lugar:”si ya te cansaste, vete”, “Peña ¿también tu te cansaste? pues vete”, “los mexicanos estamos cansados hasta la madre del gobierno de ustedes”, y así por el estilo muchas otras variaciones. Los padres y familiares de los normalistas desaparecidos inmediatamente respondieron a las declaraciones de Murillo Karam en una conferencia realizada también ante la prensa nacional e internacional en la normal de Ayotzinapa, en el corazón de Guerrero. No podían aceptar la versión del gobierno que niega rotundamente que se trate de un crimen de estado. Dijeron que “el gobierno los seguía torturando” insistiendo en su versión de la muerte de sus hijos y que ellos no concedían ningún valor a las indagaciones gubernamentales mientras los forenses

argentinos no den sus resultados y se llame a agencias extranjeras a asistir como coparticipes en todas las investigaciones. Lo mismo ya lo habían dicho dos días antes desde el templete frente al Palacio Nacional ante las decenas de miles de asistentes que llenaban el Zócalo. EN SÍNTESIS NO CONFIAN PARA NADA EN ELGOBIERNO DE PEÑA NIETO. El rostro macabro de un régimen bárbaro que opera con la más absoluta impunidad está saliendo a relucir ante la toda la nación y el mundo entero a pesar de los esfuerzos diplomáticos del gobierno por impedirlo. El secretario de Hacienda, Videgaray Caso, posiblemente el más poderoso del gabinete de Peña Nieto, aceptó días antes en una reunión con empresarios que lo que está sucediendo en Guerrero y en el país en su conjunto ha afectado negativamente la imagen de México al nivel internacional. Por ejemplo. El turismo, actividad económica central del puerto de Acapulco, la ciudad más poblada de Guerrero, se ha desplomado hasta niveles nunca antes vistos. El 4 de noviembre el ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca y su esposa María de los Ángeles Pineda, se habrían entregado a la policía “cansados de estar huyendo” según informaron los medios habría dicho Abarca. Las autoridades concedieron a este hecho una gran importancia recalcada por el propio Peña Nieto. Pero extrañamente se añadió que Abarca habiéndose rehusado a declarar, fue confinado a una prisión de “alta seguridad” mientras que su mujer sería “arraigada” durante 40 días. Todo indica que las autoridades buscan colocar al ex alcalde como el chivo expiatorio principal del crimen. OTRA GRAN MOVILIZACIÓN ¡Fuera Peña! Fue una de las consignas más gritadas durante la gran manifestación del 5 de noviembre que inundó, por tercera

ocasión en menos de un mes, el centro histórico de la ciudad de México. Las autoridades calcularon en 30 mil los manifestantes y los organizadores en 100 mil. Ciertamente la cifra real se acercaría más a la segunda estimación que a la primera pues un río de juventud desfiló durante más de tres horas en un recorrido de casi 10 kilómetros que se inició a las 16.00 hrs. en el Auditorio Nacional de Chapultepec en una marcha cuyo destacamento final llegó al Zócalo poco antes de las 20.00 hrs. Y por supuesto al mismo tiempo se realizaron manifestaciones en demanda de la presentación de los 43 normalistas desaparecidos en otras ciudades de la república. Juventud, mucha juventud, fue la tónica que caracterizó a la abrumadora mayoría de los participantes, igual que en las ocasiones anteriores. Grandes destacamentos de estudiantes de las universidades e instituciones de educación media y superior públicas y privadas de la ciudad de México, en paro durante 72 horas, acompañadas de los padres de los desaparecidos, de grupos de estudiantes de Ayotzinapa y de otros centros educativos del estado de México. “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!” fue el grito más oído acompañado cada vez más frecuentemente con el de “¡Fuera Peña!” LA IMPUNIDAD COMO REGLA La crisis se va desarrollando imparable sometiendo tanto a las autoridades como al pueblo encolerizado a la potencia implacable de sus contradicciones cada vez más agudas y explosivas. Los padres de los desaparecidos fueron nuevamente los oradores principales del acto central desarrollado en la atestada plaza del Zócalo. Son ellos los primeros que expresaron la idea que se ha desparramado como pólvora: “si Peña no puede hallar a nuestros hijos, que se vaya”. Eso mismo se lo habían dicho en su cara al

propio presidente en la reunión de más de cinco horas que días antes tuvieron en Los Pinos con él. Miles, cientos de miles se han hecho eco de esta consigna. Tanto es así que también López Obrador (AMLO) no tardó en incluirla en sus diarios discursos en las plazas de las ciudades que visita en su interminable campaña que ha emprendido para ser por tercera ocasión candidato presidencial del nuevo partido Morena en el 2018. Es evidente que la versión oficial expuesta por Murillo Karam deja multitud de cabos sueltos y refuta el cargo principal que desde las calles se le lanza al gobierno de que se trata de un crimen de lesa humanidad cometido por el Estado. Sin embargo, los propios dichos del procurador involuntariamente apuntan a situaciones que evidencian situaciones que comprometen por completo al gobierno. Por ejemplo, el desliz que cometió cuando una periodista le preguntó por el papel del ejército. Su respuesta fue absolutamente increíble: “el ejército sólo se mueve con órdenes. ¿Qué hubiera pasado si hubiera salido? ¿A quién hubiera apoyad? Obviamente a la autoridad. ¡Qué bueno que no salió!” Esta respuesta es falsa pues los militares sí intervinieron con motivo de las consecuencias de la primera balacera; los testigos indican que se presentaron en el hospital en donde habían sido llevados los heridos, registraron a los estudiantes, los regañaron, los amenazaron con entregarlos a los municipales, retirándose después sin explicar nada no sin antes decirles el oficial al mando: “El Ejército ya tomó la zona, ya están seguros(¡sic!)”. Alguien les dio “esas órdenes precisas” y también no les dió órdenes de intervenir ante el secuestro de los 43 literalmente efectuado en sus narices. Todo este asunto del papel del ejército en la masacre de Iguala está absolutamente sin dilucidar y constituye uno de los más evidentes lagunas del informe oficial de Murillo. Si se sabe que Guerrero es uno de los estados de la república en donde la presencia militar es más notoria y decisiva desde hace décadas, es evidente que hay un objetivo subyacente de ocultar el verdadero papel de complicidad ya sea por omisión o comisión de los militares en los sucesos igualtecos de la noche del 26-27 de septiembre. No es posible considerar como creíble un informe basado en las declaraciones de tres jóvenes sicarios de los Guerreros Unidos, evidentemente comandados por los auténticos autores intelectuales y materiales que permanecen protegidos en la sombra, que no toca ni por acaso las verdaderas razones y objetivos de la atrocidad cometida contra los 43 normalistas, razones y objetivos que sólo pueden ser concebibles en los despachos de las autoridades gubernamentales policiacas y militares. “Fue el Estado” es la otra frase que se grita, se pinta en los muros y se publica en las redes sociales y en los miles de volantes y folletos que circulan ya por todo


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el país. La consciencia de que sólo el aparato monstruoso de represión y enajenación que es el Estado, con sus múltiples agencias políticas y militares, puede producir o proteger y ser cómplice de tamañas atrocidades está grabándose y cauterizando las mentes de millones de mexicanos. Ya en algunos comentarios se vincula lo sucedido en la masacre de Iguala y la situación de varias regiones del país en donde bandas como la de Guerreros Unidos, “un cuasi estado sin estado”, operan sembrando el terror, matando civiles inocentes, precisamente para garantizar la dominación y el sometimiento de la sociedad, con las atrocidades del Estado Islámico cometidas en Siria, Irak y otras regiones del Medio Oriente. Los observadores de las organizaciones de defensa de los derechos humanos nacionales e internacionales por igual lo señalan una y otra vez: el Estado mexicano comete atrocidades que permanecen impunes, por lo cual no hay ninguna garantía para impedir que lo ocurrido en Iguala no se repita como tampoco se repita lo sucedido en Tlatlaya, en El Charco, en Aguas Blancas, en Acteal en una lista de horrores que va hasta Tlatelolco en 1968, sólo para nombrar los momentos más conocidos de este rosario de impunidad. Por ejemplo, una delegación del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (el Frayba) de Chiapas que viaja estos días por España, Italia entre otros países europeos, reiteró la preocupante y peligrosa complicidad de los militares con el crimen organizado, lo cual está conduciendo a “un vacío de autoridad en la república”. El director de la sección mexicana de la Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco, después de un viaje a Iguala y a otros lugares de Guerrero vinculó explícitamente los acontecimientos en ese estado con lo sucedido en Tlatelolco en 1968. Declaró: “La explicación de lo ocurrido en Iguala la encontramos en la regla de impunidad que prima en México desde hace muchos años, desde 1968, regla que consiste en que cuando agentes del Estado cometen atrocidades, los hechos no son objeto de investigaciones rigurosas, ejemplares e imparciales. La regla en México es la impunidad, no la excepción.” (La Jornada, 06.11.14). ¿HACIA DÓNDE? Casi un siglo de la hegemonía dominante priista y a partir del surgimiento del PRD en 1989, la renovación de las políticas conciliadoras típicas del frentepopulismo produjeron la sequía en los viveros auténticamente revolucionarios. Durante años los espacios de la izquierda verdaderamente socialista e independiente fueron páramos minoritarios. Igualmente el férreo control corporativo ha

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impedido el mínimo accionar independiente y democrático de las organizaciones populares, en especial de los sindicatos, ya de por sí muy mermados por la crisis económica. La derrota fulminante en 2009, sin una verdadera batalla de su parte por su dirección burocrática, del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), el sindicato insignia del movimiento de resistencia contra la política antiobrera y privatizadora de los gobiernos tanto priistas como panistas, dejo muy malherido al movimiento de los trabajadores en los últimos años. Desde la Revolución mexicana no se ha producido una sola huelga general. Los paros realizados han sido de los sectores movilizados de maestros y estudiantes. La clase obrera ha estado prácticamente ausente en su mayoría de las luchas de los últimos treinta años. Una gran tarea de organización y conscientización se perfila para el próximo futuro. Es una tarea ciclópea pero absolutamente ineludible. Mas el ritmo con el cual se está desarrollando la crisis es un factor que también tendrá consecuencias políticas e ideológicas en el seno de las grandes masas, como siempre ha sucedido. En 1994 el estallido súbito de la insurrección neozapatista del EZLN mostró como los impactos de luchas verdaderamente independientes pueden reanimar y promover radicalizaciones y movilizaciones masivas. La aceleración de la crisis iniciada hace un mes y medio ya ha producido cierto innegable desconcierto entre los grupos gobernantes. El caso del PRD es el más evidente, prácticamente se ha desfondado. Sus dirigentes son abucheados y su situación ha provocado que la dirección de los Chuchos “ se considere víctima de linchamientos” (sic). El PAN se ha mantenido marginado, prácticamente nulificado por su derrota política y electoral de 2012. El PRI, el más fuerte y cínico no parece calibrar bien el momento actual y su dirección da la impresión de haber adquirido el síndrome de los grupos gobernantes que al borde del precipicio creen que todo sigue como siempre. ¿Cómo si no explicar la decisión de Peña Nieto de mantener vigente una gira a China y a Australia, que ha iniciado hoy mismo, a pesar de que deja un país inmerso en una situación de tensión y malestar crecientes? Lo más que aceptó hacer es cortarla de diez días a una semana. De hecho el autismo político de Peña Nieto es la expresión de un profundo alejamiento de los conflictos que aquejan a la sociedad por parte de toda la casta privilegiada del personal dirigente del gobierno que él encabeza. Se ha ido a China y desde el 26 de septiembre no se ha apersonado en Iguala, ni en un solo lugar de Guerrero. Durante el primer periodo de su gobierno, con la aprobación de las

reformas estructurales de la tercera generación en materias energética, educativa y laboral, Peña Nieto estaba en su elemento: quedar bien, en excelente términos, con los capitalistas nacionales y extranjeros. Todo parecía ir viento en popa. El gran frentazo de Iguala lo ha dañado tan duro que Forbes lo ha bajado este año en más de veinte puestos en su lista de los 72 personajes más importantes del mundo. En cambio su compatriota, el multimillonario Carlos Slim, el segundo hombre más rico del mundo, se mantiene entre los quince primeros personajes de tal lista. En los acontecimientos actuales se ha repetido una característica de la movilización popular desde hace más de medio siglo: los estudiantes, las poblaciones masivas de las instituciones de educación media y superior se han convertido en la vanguardia de las movilizaciones. Los maestros, en especial los de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), han respondido tocados sensiblemente por la embestida mortal contra sus colegas juveniles de las normales rurales pertenecientes a la Federación de Estudiantes Campesinos y Socialistas de México (CECSM), entre las cuales la de Ayotzinapa es sin duda la de mayor rango revolucionario como lo demuestra su historial. Lucio Cabañas y una pléyade de luchadores guerrilleros y de todo tipo han salido de sus aulas El papel de estas escuelas es clave en lo que puede definirse como una dirección de este caótico y multitudinario despertar masivo. Lo mismo se puede decir de los familiares de los desaparecidos que hasta hoy se han comportado a la altura de las circunstancias. La frustración que cunde en el seno de algunos sectores de maestros y trabajadores, así como en algunos estudiantiles ya está produciendo sus estallidos desesperados, como bien lo indica la quema de la puerta principal del Palacio Nacional cuyas consecuencias políticas con respecto a la movilización de las grandes masas son nulas e incluso negativas. En cambio la derecha se mueve a gusto cuando ocurre ese caos de violencia sin sentido, incluso la llega usar como abierta instrumento de abierta provocación. El gobierno de Peña Nieto ha usado ya en varias ocasiones las provocaciones como justificaciones para ejercer grandes represiones. El régimen estatal político vigente desde hace un siglo, con sus actuales estructuras electoral, judicial y administrativa, basado en un partido hegemónico PRI que es acompañado por los dos partidos aliados gobernantes PAN y PRD, está en crisis y es irreformable. La corrupción, la represión, los privilegios, los vínculos determinantes con el gran capital nacional e imperialista hacen de los diputados, senadores, jueces, altos funcionarios y oficiales militares una casta absolutamente

COLECTIVO EDITORIAL LA PALABRA Mauricio Yen Fernández Rafael Ramírez Del Palacio Abraham Moreno Luna Juan Manuel Almonte Alfredo Antonio Solano Arellano Jacob Enríquez Esparza Ismael Francisco Ruiz Montoya Guillermo Rodríguez Herrera Francisco Rugo Montoya Burciaga El Voyeur

Colaboradores: Hazzel Yen Hernández Rocío Guzmán Benavente Enrique Arrieta Silva Manuel Murillo Ortiz Guadalupe Gamero Cabrera Tania Sandoval García Gloria Escalante Yuri Escalante Betancourt Jaime Salvador Moysén Patricia Martínez Luis Sandoval Pedro García Rojas Norma Huizar Hernández Norma Pulido Jorge Zúñiga Villasana María Guadalupe Rodríguez López Dorian Gutiérrez Félix Editor: Juan Manuel Almonte

Diseño Editorial: Miguel Ángel de Jesús Esparza Aldaba

impermeable a un verdadero cambio democrático. Son el freno estructural que impide el avance del pueblo mexicano hacia el nivel superior de su historia: una sociedad más próspera, democrática, igualitaria e internacionalista. Representan el mejor argumento existente para la justificación de una ruptura política radical, hacia la instauración de un gobierno auténticamente democrático, independiente y revolucionario que no puede ser sino socialista (no sociademócrata). El objetivo de un movimiento de regeneración de verdadera raigambre popular debe ser la remoción y liquidación revolucionaria de esa casta opresiva y explotadora gobernante. La renuncia de Peña Nieto sin que la casta sea removida le permitirá a ésta sobrevivir sustituyéndola por otro personaje de la cúpula gobernante como Beltrones, Videgaray, Osorio Chong u otro que le convenga a ella. Esa es la verdadera radicalidad de un proceso de transformación social y político de México. El caso de Guerrero es ilustrativo en estos precisos momentos. El gobernador sustituto Rogelio Ortega es tan cínico que se jacta de su amistad y compadrazgo con el defenestrado Ángel Aguirre Rivero. El gobierno de Guerrero sin Aguirre no ha cambiado sustancialmente con el nuevo gobernador. El camino que se abre ante este gran movimiento de masas que despierta en todo el país desde hace un mes y medio, ya no sólo en el centro y en el sur, regiones en donde ha existido tradicionalmente con mayor vigor la resistencia democrática e incluso revolucionaria, sino en el amplio norte más conservador, es el de la organización de efectivas y contundentes acciones de masas. Ya se anuncia la organización de un paro nacional para el 20 de noviembre, fecha conmemorativa del inicio de la Revolución mexicana. Fue en diciembre de 1914, hace cien años, cuando los victoriosos campesinos y trabajadores comandados por Villa y Zapata entraron a la ciudad de México y cuando ambos caudillos fueron fotografiados sentados en la silla presidencial del Palacio Nacional, una de las fotografías más famosas que plasmó para siempre ese momento, el más alto al que llegó la Revolución mexicana . La autoorganización desde abajo, en comités de lugar de trabajo, de estudio, de comercio, de barrio, de colonia y su coordinación municipal y delegacional, regional y finalmente nacional de movilizaciones masivas es la fórmula para lograr el surgimiento de un poder realmente popular independiente y democrático cuyo objetivo central es construir un nuevo gobierno, un gobierno alternativo que sólo puede ser el de los trabajadores de la ciudad y el campo: un gobierno obrero, campesino, índígena y popular.

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La escultura ecuestre mejor lograda en toda la República

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FUNDACIÓN CULTURAL «MAESTRO FRANCISCO MONTOYA DE LA CRUZ», A.C. (1966)

Francisco Rugo Montoya Burciaga

De una conversación poco frecuente relativa a la Escuela de Pintura y Artesanías de la U.J.E.D. y los trabajos que se realizaron ahí, no podíamos dejar de lado la escultura ecuestre del Gral. Francisco Villa. Podemos decir que en el país existen bastantes esculturas ecuestres de nuestros héroes, aunque hay ciudades importantes que no tienen este tipo de esculturas como podrían ser Tamaulipas, Veracruz, Oaxaca, Colima entre otros; aunque en esta época, no encaja hacer una escultura de un personaje moderno y colocarlo sobre un caballo. El personaje que más se ha reproducido es el del general José María Morelos y Pavón, Gral. Ignacio Zaragoza. y el Gral. Francisco Villa Ahora la mejor escultura que existe en el país es la del general Villa (2) que se encuentran en el estado de Durango, gracias a la dirección del maestro Francisco Montoya que rebasa a la existencia de la de Chihuahua del escultor Ignacio Asunsulo y Parral Chih la existente en el Distrito Federal, instalada en la Ave. División del Norte del escultor Julio Breceda y la de Zacatecas. La escultura del Gral. Villa marco una etapa en su realización porque todavía se trabajaba con cincel, que le daba a la escultura unos detalles que ahora no los saben hacer. Actualmente se trabaja a través de moldes como la figura de Dolores del Rio; naturalmente que la referencia

inapreciable es la conocida escultura del “Caballito” fundición magnifica realizada por el arquitecto y escultor Manuel Tolsa que nos muestra la riqueza de su arte, contamos con otro magnífico trabajo de la ecuestre de Dn. Venustiano Carranza en la ciudad de Saltillo Coah realizado en los talleres de Monterrey N.L. otra extraordinaria realización es la del Gral. Jesús González Ortega en Zacatecas y la del Gral. Sostenes Rocha Haciendo un análisis comparativo con otras esculturas en otros países por medio de fotografías, vemos unos conjuntos escultóricos excepcionales como la del Gral. Simón Bolívar, la del Cid en la ciudad de Burgos, España la de Pedro I en Leningrado la de Felipe IV en España etc. etc. Ahora bien porque decimos que la escultura de Villa es la mejor escultura lograda en el país, conceptos muy importantes es la calidad artística, y sus características técnicas (fundición) y la representación en su conjunto que el maestro supo interpretar me refiero a la fuerte personalidad del general, la fascinación y su arraigo popular. Otro aspecto característico es el sostenimiento del caballo sobre sus dos patas traseras para un peso de seis toneladas (6 ton.) y discretamente también sobre la cola. La obra consigue su difícil equilibrio gracias a un cálculo en los puntos de apoyo y la distribución de su peso. Pero hay algo más importante a nuestro juicio, Villa a sido

Peña y la represión Pedro Miguel

No hay razón para minimizar las tendencias autoritarias y represivas de Enrique Peña Nieto ni su propensión a recurrir a la violencia, no como recurso último del poder sino para ahorrarse (Durkheim lo llamaría premoderno) la fatiga de gobernar mediante las leyes y la política. Las demostró con creces en Atenco, las ratificó el 1º de diciembre de 2012 y las ha exhibido en los últimos dos años con encarcelamientos injustificados de dirigentes y activistas y la preservación del margen de impunidad en el que tienen lugar, desde la administración pasada, los excesos y atropellos de las fuerzas del orden y las corporaciones policiales y militares. Las atrocidades de septiembre en Iguala llevaron al Ejecutivo federal a suavizar la represión. Tras la violencia homicida desatada por policías regulares contra estudiantes en esa ciudad guerrerense, los gobiernos estatales y el federal perdieron margen para recurrir a acciones que pudieran hacerlos ver similares, ante la mirada de México y el mundo, a la presidencia municipal de José Luis Abarca. De súbito, el peñato trató de exhibirse pacífico, tolerante y dialogante –el ejemplo más claro es el de las exhibiciones de Miguel Ángel Osorio Chong ante el movimiento estudiantil politécnico– y las

autoridades se cohibieron para reprimir frontalmente acciones como la destrucción de edificios públicos en Guerrero y las tomas y bloqueos de carreteras; en ausencia de represión masiva han recurrido a la provocación atomizada. Pero el sábado pasado Peña amenazó con echar mano de la facultad legítima del Estado para el uso de la fuerza pública –que es lo que Weber llama el monopolio de la violencia física legítima–, para restablecer el orden y la paz. Siempre que se amenaza con emprender una acción determinada se formula, en forma implícita, una súplica al destinatario: que acceda a comportarse como el amenazador lo desea y no lo obligue a recursos que le resultan indeseables. En el caso de referencia, las palabras balbuceantes denotan ese ruego: aspiro y espero que no sea el caso de lo que el gobierno tenga que resolver... que no lleguemos a este extremo. Para aplicar el monopolio de la violencia legítima es indispensable que exista tal monopolio, que quien lo use posea legitimidad y que resulte verosímil su aplicación uso con el objetivo específico de restablecer la legalidad, la convivencia y el orden, y el peñato no cumple con ninguno de esos requisitos. En contra del primero

intensamente mexicano ha sido un personaje de ideales: es a la vez parejo, violento, soñador, conflictivo, irónico, y tierno; es por eso que su figura ha permitido a nuestro pueblo idealizarlo en el recuerdo, en la imaginación, los anhelos del pueblo mexicano viven con Francisco Villa es una leyenda. El maestro Montoya logro unir y representar estos conceptos en la figura del Centauro del Norte lo que le da la fuerza a un modelo hasta entonces inédito en el terreno de la escultura dada su enorme dificultad técnica. El monumento fue inaugurado oficialmente en septiembre de 1978 por el presidente Luis Echeverría Álvarez. En su emplazamiento actual la escultura está dispuesta mirando hacia el

norte, es decir hacia su origen y la División del Norte; inicialmente estuvo situada en la glorieta donde convergen la carretera que viene de México y la de Torreón Coah. Durante el gobierno del Lic. Sergio Guerrero Mier en el año de 1999 fue trasladada al hemiciclo del Boulevard de la Juventud es decir a la salida de la carretera a México, la escultura se eleva sobre una base que consta de un centro deonde se desarrolla un espiral que va ascendiendo hasta rematar con la base del monumento. A su alrededor está compuesto por un jardín bardeado de cantera, quedando al frente un cercado del mismo material, donde aparecen en una placa de bronce los nombres de los generales del Centauro del Norte.

gravitan la gestación televisiva del candidato presidencial, su implantación en el cargo tras unas elecciones dudosas en las que proliferó el uso de dineros sospechosos para la compra masiva de votos y, para colmo, la riqueza inmobiliaria (inexplicable, hasta ahora) que le fue evidenciada a principios de este mes. Por otra parte, es innegable que antes de que el grupo gobernante sentara las bases legales para la destrucción de los monopolios estatales de la energía eléctrica y el petróleo, en los hechos cedió el monopolio de la violencia a diversos grupos delictivos que operan en diversas regiones del territorio nacional y que fungen en ellas como las autoridades reales. En tercer lugar el orden y la paz han sido afectados principal y originariamente desde el gobierno y las diversas expresiones de violencia social han sido, invariablemente, intentos desesperados de la base social por restaurar ambos términos. Ello es válido tanto para los casos de las autodefensas michoacanas como en las manifestaciones guerrerenses que han destruido algunos símbolos arquitectónicos del desgobierno, el caos, la indefensión ciudadana, la complicidad, el encubrimiento y la simulación. ¿Qué orden y qué paz podrían restablecerse mediante la represión? ¿La paz de las ejecuciones extrajudiciales en Tlatlaya, de los asesinatos y desapariciones de estudiantes en Iguala, de los homicidios de

periodistas en Veracruz, de proliferación de feminicidios en el Edomex, de secuestros en Morelos? ¿La de las omisiones y el encubrimiento prolongado de José Luis Abarca por parte de la PGR? ¿El orden que hizo posibles concesiones como la de la Guardería ABC, impunidades como la de Grupo México, licitaciones amañadas como el tren chino México-Querétaro? En estas condiciones y con los antecedentes mencionados, el recurso de la represión resulta peligroso para el régimen mismo y, especialmente, para su jefe nominal. Es posible que éste lo sepa y que su amenaza del sábado pasado haya sido una concesión a regañadientes a presiones internas (priístas y empresariales) o superiores (empresas trasnacionales) interesadas en deshacerse de él en el peor escenario posible –al cabo, ya cumplió con su misión de imponer las reformas estructurales– y, de paso, del lastre político que ya representa, cuando no ha cumplido ni siquiera un tercio de su periodo. Un arrebato represivo empeoraría y complicaría gravemente el panorama. La salida deseable, pacífica, institucional y constitucional a la crisis que vive México consiste en que Peña renuncie al cargo antes de que termine este mes, de modo que sea posible organizar elecciones presidenciales anticipadas el año entrante. navegaciones.blogspot.com Twitter: @Navegaciones


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Masonería Filosófica PRIMERA DE TRES PARTES

Sobre la Reforma Energética y la historia En memoria del IPH Rodolfo Leonel Bracho Vara 33° en el E IPH Benito Juárez

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Compilador: Ing. Abraham Moreno Luna 33° P A Nota del Compilador : Ahora que Tratan de convencernos con la ayuda de los medios de comunicación que solo informan lo que el gobierno les permite y solo dicen lo que quieren que el público sepa, (así nos dicen que las reformas Energéticas son en beneficio de México y de los mexicanos y que los “diputados, los cenadores y el sr. Presidentes son la maravilla del mundo y los mejores legisladores y estadistas) bien nos caería darle una revisada a los hechos de 1938 y las actuaciones de quienes si vieron por el bien del pueblo y de México, y que sus actos fueron de verdaderos Patriotas nacionalistas, y de un pueblo que no era apático como el actual que respondió a las peticiones del Sr. Presidente Gral. Lázaro Cárdenas del Río (Tata Lázaro) como le decían, pueblo que si algunos pueden pensar que “eran de pocas letras, porque no tenían Televisión ni celulares inteligentes” tuvieron un sentido nacionalista que los hizo reaccionar con los hechos que las compañías petroleras hacían en contra de México (estados unidos mexicanos) como es el verdadero nombre de nuestro país y no como querían los gringos y algunos de los Malinchistas de nuestro país que nunca faltan, que solo fuera “México”, porque la ignorancia de los gringos les hacía pensar que “estados unidos es su país y no es el nombre de un país y solo dice que los estados se encuentran unidos” bueno eso será motivo de otras letras, en otros tiempos; los capitales extranjeros actuaran siempre de la misma manera cuando pueden sobornar a los gobernantes que son sobornables, que los tenemos, que hasta entregan los bienes del país como son la energía eléctrica, el petróleo y la soberanía nacional, bien pasemos a mostrar lo que les tenemos preparado, que son las palabras de presidente de la república en el Palacio nacional dirigiéndose a la nación: Palacio Nacional, a 18 de marzo de 1938 A la Nación: La actitud asumida por las compañías petroleras negándose a obedecer el mandato de la Justicia Nacional que por conducto de la Suprema Corte las condenó en todas sus partes a pagar a sus obreros el monto de la demanda económica que las propias empresas llevaron a los tribunales judiciales por inconformidad con las resoluciones de los Tribunales del Trabajo, impone al Ejecutivo de la Unión el deber de buscar en los recursos de nuestra legislación un medio eficaz que evite definitivamente, para el presente y para el futuro, el que los fallos de la justicia se nulifiquen o pretendan nulificarse por la sola voluntad de las partes o de alguna de ellas mediante una simple declaratoria de insolvencia como se pretende hacerlo en el presente caso, no haciendo más que incidir con ello en la tesis misma de la cuestión que ha sido fallada. Hay que considerar que un acto semejante destruiría las normas sociales que regulan el equilibrio de todos los habitantes de una nación, así como el de sus actividades propias, y establecería las bases de procedimientos posteriores a que apelarían las industrias de cualquier índole establecidas en México y que se vieran en conflictos con sus trabajadores o con la sociedad en que actúan; si pudieran maniobrar impunemente para no cumplir con sus obligaciones ni reparar los daños que ocasionaran con sus procedimientos y con su obstinación. Por otra parte, las compañías petroleras, no obstante la actitud de

serenidad del Gobierno y las consideraciones que les ha venido guardando, se han obstinado en hacer, fuera y dentro del país, una campaña sorda y hábil que el Ejecutivo Federal hizo conocer hace dos meses a uno de los gerentes de las propias compañías, y que ese no negó, y que han dado el resultado que las mismas compañías buscaron: lesionar seriamente los intereses económicos de la nación, pretendiendo por este medio hacer nulas las determinaciones legales dictadas por las autoridades mexicanas. Ya en estas condiciones no será suficiente, en el presente caso, conseguir los procedimientos de ejecución de sentencia que señalan nuestras leyes para someter a la obediencia a las compañías petroleras, pues la substracción de fondos verificada por ellas con antelación al fallo del Alto Tribunal que las juzgó, impide que el procedimiento sea viable y eficaz; y por otra parte, el embargo sobre la producción o el de las propias instalaciones y aun el de los fondos petroleros implicarían minuciosas diligencias que alargarían una situación que por decoro debe resolverse desde luego, e implicarían también, la necesidad de solucionar los obstáculos que pondrían las mismas empresas, seguramente, para la marcha normal de la producción para la colocación inmediata de ésta y para poder coexistir la parte afectada con la que indudablemente quedaría libre y en las propias manos de las empresas. Y en esta situación de suyo delicada, el Poder Público se vería asediado por los intereses sociales de la nación que sería la más afectada, pues una producción

insuficiente de combustible para las diversas actividades del país, entre las cuales se encuentran algunas tan importantes como las de transporte, o una producción nula o simplemente encarecida por las dificultades, tendría que ocasionar, en breve tiempo, una situación de crisis incompatible no sólo con nuestro progreso, sino con la paz misma de la nación; paralizaría la vida bancaria; la vida comercial en muchísimos de sus principales aspectos; las obras públicas que son de interés general se harían poco menos que imposibles y la existencia del propio Gobierno se pondría en grave peligro, pues perdido el poder económico por parte del Estado, se perdería asimismo el poder político produciéndose el caos. Es evidente que el problema que las compañías petroleras plantean al Poder Ejecutivo de la nación con su negativa a cumplir la sentencia que les impuso el más Alto Tribunal Judicial, no es un simple caso de ejecución de sentencia, sino una situación definitiva que debe resolverse con urgencia. Es el interés social de la clase laborante en todas las industrias del país la que lo exige. Es el interés público de los mexicanos y aun de los extranjeros que viven en la República y que necesitan de la paz y de la dinámica de los combustibles para el trabajo. Es la misma soberanía de la nación, que quedaría expuesta a simples

maniobras del capital extranjero, que olvidando que previamente se ha constituido en empresas mexicanas, bajo leyes mexicanas, pretende eludir los mandatos y las obligaciones que les imponen autoridades del propio país. Se trata de un caso evidente y claro que obliga al Gobierno a aplicar la Ley de Expropiación en vigor, no sólo para someter a las empresas petroleras a la obediencia y a la sumisión, sino porque habiendo quedado roto los contratos de trabajo entre las compañías y sus trabajadores, por haberlo así resuelto las autoridades del trabajo, de no ocupar el Gobierno las instituciones de las compañías, vendría la paralización inmediata de la industria petrolera, ocasionando esto males incalculables al resto de la industria y a la economía general del país. En tal virtud se ha expedido el decreto que corresponde y se han mandado ejecutar sus conclusiones, dando cuenta en este manifiesto al pueblo de mi país, de las razones que se han tenido para proceder así y demandar de la nación entera el apoyo moral y material necesarios para afrontar las consecuencias de una determinación que no hubiéramos deseado ni buscado por nuestro propio criterio. Hasta aquí, continuamos con la segunda de tres partes.


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Faltó incluir este ángulo histórico en las notas de prensa internacionales

Argelia agrega contexto al ataque contra Charlie Hebdo Robert Fisk

Mucho antes de que la identidad de los sospechosos de la matanza fuera revelada por la policía francesa –incluso antes de escuchar los nombres de Chérif y Said Kouachi–, murmuré la palabra Argelia para mis adentros. Tan pronto como oí los nombres y vi los rostros, volví a decir Argelia. Y luego la policía francesa dijo que los dos hombres eran de origen argelino. Argelia sigue siendo la herida más dolorosa en el cuerpo político de la república –salvo tal vez por su continuo autoexamen de la ocupación nazi– y aporta un temible contexto a cada acto de violencia árabe contra Francia. La guerra de independencia argelina, que duró seis años y costó la muerte a un millón y medio de musulmanes árabes y a muchos miles de hombres y mujeres franceses, sigue siendo una agonía interminable y no resuelta para ambos pueblos. Hace apenas poco más de medio siglo, estuvo a punto de desatar una guerra civil en Francia. Tal vez todos los reportes de periódico y televisión deberían llevar un ángulo histórico, un pequeño recordatorio de que nada –nada en absoluto– ocurre sin un pasado. Las masacres, los baños de sangre, la furia, el dolor, las cacerías policiacas (que se extienden o se estrechan al gusto de los editores) se llevan los titulares. Siempre el quién y el cómo, pero rara vez el por qué. Tomemos por caso el crimen de lesa humanidad en París esta semana –las palabras atrocidad y barbarie disminuyen de algún modo el salvajismo del acto– y su secuela inmediata. Conocemos a las víctimas: periodistas, cartonistas, policías, y la forma en que fueron asesinados. Hombres enmascarados, rifles automáticos Kalashnikov, una indiferencia despiadada, casi profesional. Y la respuesta a por qué fue solícitamente proporcionada por los propios asesinos. Querían vengar al profeta por los irreverentes y (para los musulmanes) sumamente ofensivos cartones de Charlie Hebdo. EL PLEITO FUNDAMENTAL Y, por supuesto, todos debemos repetir la rúbrica: nada, nada en absoluto, puede justificar esos crueles actos de asesinato en masa. Y no, los perpetradores no pueden recurrir a la historia para justificar sus crímenes. Pero existe un contexto importante que de algún modo fue dejado fuera de la nota esta semana, el ángulo histórico que muchos franceses, al igual que muchos argelinos, prefieren pasar por alto: la sangrienta lucha de un pueblo entero por la libertad contra un brutal régimen imperial en 1954-62, una guerra prolongada que sigue siendo el pleito fundamental entre árabes y franceses hasta nuestros días.

La crisis permanente y desesperada en las relaciones franco-argelinas, a semejanza de la negativa de una pareja divorciada a aceptar un relato de su pena acordado por ambas partes, envenena la cohabitación de estos dos pueblos en Francia. Al margen de la forma en que Chérif y Said Kouachi buscaran excusar su acto, nacieron en un tiempo en que Argelia había sufrido una mutilación invisible tras 132 años de ocupación. Tal vez 5 millones de los 6.5 millones de musulmanes de Francia son argelinos. La mayoría son pobres; muchos se consideran ciudadanos de segunda clase en la tierra de la igualdad. Como todas las tragedias, la de Argelia elude la explicación de un solo párrafo de los despachos de las agencias de noticias, incluso las notas más cortas escritas por ambos bandos luego que los franceses abandonaron Argelia, en 1962. Porque, a diferencia de otras importantes dependencias o colonias francesas, Argelia se consideraba parte integrante de la Francia metropolitana, que enviaba representantes al parlamento en París e incluso proporcionó a Charles de Gaulle y los aliados una capital francesa desde la cual invadir el norte de África y Sicilia, ocupados por los nazis. Más de 100 años antes, Francia había invadido Argelia, subyugando a su población musulmana nativa, construyendo ciudades y chateaux en la campiña e incluso –en un renacimiento católico de principios del siglo XIX, destinado supuestamente a recristianizar el norte de África– convirtiendo mezquitas en iglesias. La respuesta argelina a lo que hoy parece un monstruoso anacronismo histórico varió en el curso de las décadas entre la lasitud, la colaboración y la insurrección. Una manifestación por la independencia en la población nacionalista y de mayoría musulmana de Sétif, el Día de la Victoria –cuando los aliados habían liberado las naciones europeas cautivas–, desembocó en la muerte de 103 civiles europeos. La venganza del gobierno francés fue despiadada: hasta 700 civiles musulmanes –tal vez muchos más– fueron muertos por enfurecidos colonos franceses y en un bombardeo de las aldeas circundantes por la aviación y un crucero naval de Francia. El mundo prestó poca atención. Pero cuando una insurrección en gran escala surgió en 1954 –al principio, claro, emboscadas con poca pérdida de vidas francesas y luego ataques al ejército galo–, la sombría guerra de liberación argelina fue casi predeterminada. Vencido en esa clásica batalla de posguerra y anticolonial en Dien Bien Phu, el ejército francés, luego de su debacle en 1940, parecía vulnerable a los más románticos nacionalistas argelinos, que

notaron la nueva humillación de Francia en Suez en 1956. Lo que el historiador Alistair Horne describió con justeza en su magnífica historia de la lucha argelina como una salvaje guerra de paz, costó la vida a cientos de miles. Bombas, minas, masacres por fuerzas gubernamentales y guerrilleros del Frente de Liberación Nacional (FLN) en el bled –la campiña al sur del Mediterráneo– condujeron a la brutal supresión de sectores musulmanes en Argel, y al asesinato, tortura y ejecución de líderes guerrilleros por paracaidistas franceses, soldados, operativos de la Legión Extranjera –entre ellos ex nazis alemanes– y policías paramilitares. Incluso franceses blancos simpatizantes de los argelinos fueron desaparecidos. Albert Camus se pronunció contra la tortura y empleados civiles franceses quedaron asqueados por la brutalidad empleada para mantener a Argelia como territorio galo. De Gaulle parecía apoyar a la población blanca y así lo dijo en Argel: – Je vous ai compris, les aseguró–, y luego procedió a negociar con representantes del FLN en Francia. Los argelinos habían aportado la mayoría de los pobladores musulmanes franceses y en octubre de 1961 hasta 30 mil de ellos llevaron a cabo una marcha prohibida por la independencia en París –de hecho, a escaso kilómetro y medio del escenario de la reciente matanza–, la cual fue atacada por unidades de la policía francesa que asesinaron, como ahora se ha reconocido, hasta a 600 manifestantes. Argelinos fueron muertos a golpes en cuarteles de la policía o arrojados al Sena. El jefe de la policía que supervisó las operaciones de seguridad y que al parecer dirigió la masacre de 1961 no fue otro que Maurice Papon, quien, casi 40 años después, fue condenado por crímenes de lesa humanidad cometidos durante el régimen de Petain en Vichy durante la ocupación nazi. El conflicto argelino terminó en un baño de sangre. Colonos franceses pied noir se negaron a aceptar la retirada, apoyaron los ataques de la Organización del Ejército Secreto (OAS, por sus siglas en francés) a musulmanes argelinos y alentaron a unidades militares francesas a amotinarse. Hubo un momento en que De Gaulle temió que paracaidistas franceses intentaran tomar París. Cuando el fin llegó, pese a las promesas del FLN de proteger a ciudadanos franceses que eligieran permanecer en Argelia, hubo asesinatos en masa en Orán. Hasta un millón y medio de hombres, mujeres y niños franceses –enfrentados con la opción de maleta o ataúd– se marcharon a Francia, junto con miles de leales combatientes harki argelinos que

lucharon con el ejército, pero que en su mayoría fueron después abandonados a su terrible destino por De Gaulle. Algunos fueron obligados a tragarse sus medallas francesas y arrojados a fosas comunes. Pero los antiguos colonos franceses, que aún consideraban a Argelia parte del territorio galo –junto con una exhausta dictadura del FLN que se adueñó de la nación independiente– instituyeron una fría paz en la que la rabia residual de los argelinos, en Francia al igual que en su patria, se asentó en un resentimiento de muchos años. En Argelia, la nueva élite nacionalista se embarcó en una inviable industrialización de estilo soviético de su país. Ex ciudadanos franceses demandaron cuantiosas reparaciones; de hecho, durante décadas los franceses retuvieron todos los mapas del desagüe de las ciudades argelinas, de modo que los nuevos dueños del país tenían que escarbar kilómetros cuadrados de calles cada vez que reventaba una tubería. Y cuando comenzó la guerra civil argelina de la década de 1980 –luego de que el ejército argelino canceló una segunda ronda de elecciones en la que era segura la victoria de los islamitas–, el corrupto pouvoir del FLN y los rebeldes musulmanes se enredaron en un conflicto tan espantoso como la guerra con Francia de las décadas de 1950 y 1960. Las torturas, desapariciones y matanzas en aldeas se reanudaron. Francia apoyó discretamente a una dictadura cuyos líderes militares acumularon millones de dólares en bancos suizos. UNA NUEVA CAUSA Musulmanes argelinos que volvían de la guerra contra los soviéticos en Afganistán se unieron a los islamitas en las montañas y dieron muerte a algunos de los pocos ciudadanos franceses que quedaban en el país. Y muchos partieron después a combatir en guerras islamitas, en Irak y más tarde en Siria. Entran en escena los hermanos Kouachi, en especial Chérif, quien estuvo en prisión por reclutar franceses para combatir a los estadunidenses en Irak. Y Estados Unidos, con apoyo francés, ahora respalda al régimen del FLN en su continua batalla contra los islamitas en los desiertos y los bosques de las montañas de Argelia, armando a un ejército que torturó y asesinó a miles de hombres en la década de 1990. Como dijo un diplomático estadunidense poco antes de la invasión de 2003 a Irak, Estados Unidos tiene mucho que aprender de las autoridades argelinas. Se puede ver por qué algunos argelinos fueron a pelear por la resistencia iraquí. Y encontraron una nueva causa... © The Independent Traducción: Jorge Anaya


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En el Centenario de José revueltas Desmemoria y cinismo oficial Una de las mayores aberraciones que suelen cometerse en las conmemoraciones y homenajes de la clase gobernante a diversos personajes protagonistas del pasado lejano o reciente es la incongruencia ideológica, el contrasentido, la desmemoria o de plano el cinismo de quienes en su momento persiguieron, encarcelaron o asesinaron a personajes que ahora reverencian y hacen homenajes póstumos. José Revueltas Sánchez es un caso emblemático de este doble lenguaje que el propio Revueltas definió como una de las características del decadente sistema político cuya hegemonía del PRI, institucionalizo el cáncer de la corrupción que carcome a este País, según describe y profundiza en sus” Ensayos sobre México” y “México. Una democracia bárbara” Del año 1990 en que se suscitó un debate por la iniciativa de algunos diputados locales que proponían fijar con letras doradas en el muro de “honor” el nombre del Ilustre duranguense José Revueltas Sánchez, la oposición no se hizo esperar y se generó un debate que recogieron algunos medios, sobre todo el Periódico La Jornada, siendo las primeras en oponerse sus hijas Andrea y Olivia revuelta, las que fueron apoyadas por numerosos escritores e intelectuales. Ante la contundencia de los argumentos históricos, ideológicos, morales y de congruencia política, los “acomedidos iniciativos” del PT y del PRI retiraron su iniciativa. Lamentablemente a 24 años de aquella batalla ganada por la razón histórica, la fortaleza de su Praxis política que aún en la persecución y en los prolongados periodos de encarcelamiento, desde las mazmorras de la dictadura PRIISTA, en pleno gorilatoDiazordacista que lo recluyo nuevamente en Lecumberri por su integración al movimiento estudiantil y popular de 1968 donde produjo otra buena parte de su obra. Al parecer en todos estos años se ha reblandecido la memoria de algunos de los estudiosos de su obra a la vez que se ha fortalecido el cinismo de los personeros del mismo régimen que lo persiguió por sus ideas y lo encarceló durante muchos años de su vida igual que el Fascismo italiano hizo con el gran teórico marxista Antonio Gramsci en prisión hasta su muerte. Una argucia utilizada por los gobiernos de la ultraderecha PRIANISTA, sus detractores, torturadores y carceleros en vida es por un lado medrar políticamente con el prestigio y reconocimiento que a nivel mundial alcanzo el luchador Revolucionario que no hacia concesiones ni a sus propios correligionarios militantes, y por otro tratan ingenuamente de presentar a José Revueltas mutilado, desmembrado, descuartizado por aludir a una explicación posmoderna de la realidad. De este modo solo destacan las obras que suponen son solo literarias como son sus cuentos, novelas y guiones cinematográficos como si en estos se hubiera quitado la pelleja ideológica que recubría su ser indivisible.

Publicado en el periódico La Jornada el 1 de diciembre de 1990

Publicado en el periódico La Jornada el 28 de noviembre de 1990


LA Durango, Dgo. Enero de 2015

Publicado en el peri贸dico La Jornada el 29 de noviembre de 1990

Publicado en el peri贸dico La Jornada el 10 de diciembre de 1990

Publicado en el peri贸dico La Jornada el 12 de diciembre de 1990

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Pálido Homenaje a José Revueltas Evodio Escalante Vargas Eres libre, Te mueves en tu celda Caminas Hasta nosotros llegas, vuela tu pensamiento lo escribes, te sentimos más cerca estando tras las rejas sentimos tu aliento cuando desde adentro tu coraje expresas, a tus carceleros insultas, a tus ideas das rienda suelta. No eres preso, genio gigante durangueño, eres libre más libre que nosotros, la corrupción te echó el guante te jodieron te chingaron te encarcelaron pero no te aprisionaron, eres ventana nuestra nuestra protesta, prosa poema verso detenido, pero no vencido, no eres preso nosotros somos los presos, libres como tu nosotros no somos porque preso es el pensamiento nuestro paralítico tenemos el cerebro, pensamos pero no actuamos no nos movemos por la demagogia estamos atrofiados el miedo nos paraliza, la politiquería es nuestra silla de ruedas la cobardía la dimensión de nuestra prisión, nuestras rejas son las fronteras de nuestra nación, somos engranajes del bandidaje piezas de una confabulación, incapaces de hablar decir la verdad,

somos un continuo callar, pusilánimes dejamos quieta la metralleta mientras los gorilas cercan estudiantes los acorralan los cazan los secuestran los pescan, los desaparecen los castran, quiebran ciudadanos inventan conjuras engaños pretextos falsedades y estupideces, macanean niños golpean mujeres las pisotean, hacen brotar charcos de sangre con su ignominia ensucian las calles, empuñando pistolas envilecen el paisaje urbano, en nombre de las instituciones como bestias amaestradas avientan garrotazos, mercenarios, contra patriotas criminales, contra mexicanos cerdos, contra ciudadanos. No eres preso, Revueltas eres libre porque libre, es tu pensamiento, te ríes de la represión a tu valor le da lo mismo igual te expresas afuera, que adentro, igual tus ideas defiendes sostienes lo mismo, tu pensamiento, por eso eres libre nunca podrás ser preso, el preso es tu juez mediocre mercenario lacayo comprado libre como tu tu juez no es, tu si eres libre no eres reo eres HÉROE, tus delitos, no son delitos

Poema y cartel realizados por Evodio Escalante en 1971 como expresión surgida luego de una visita que el poeta Hazamotocora (así se hacía llamar el escritor sastre) realizara al preso político José Revueltas en la cárcel de Lecumberri.

la razón está contigo, preso por lo mismo estuvo Jesucristo Juárez Lenin, Como tú por la causa de los pueblos Hidalgo fue excomulgado Morelos perseguido Zapata asesinado igual que tu paisano Doroteo Arango. No eres preso, Revueltas delincuente no eres, los delincuentes son los que te tienen en prisión, delincuente es tu juez peón de un ajedrez oligarca, servil de un jerarca obligado a torcer la ley violarla por cobrar un salario de hambre prostituirla por una quincena miserable. Revueltas contigo, la Patria está pariendo con dolor de Tlatelolco de Lecumberri nuevas etapas de libertad, igual que parió con Hidalgo en Acatita de Baján, como también tuvo un parto en Chapultepec el México de ayer de Niños Héroes, como está pariendo ahora

en Vietnam la humanidad, nuevos soles nuevas estrellas nuevos luceros de dignidad. Revueltas, Pepe, Durangueño Universal, déjame elogiarte permíteme gloficarte sinceramente contigo, por miedo por pusilánime por cobarde luchar por el pueblo como tú, no puedo, a imitarle no me atrevo me falta valor el tamaño, mi cobardía es la dimensión de mi prisión mis rejas son las fronteras de mi nación, mis Islas Marías empiezan en las playas de mi Patria y terminan dentro de mi propia casa, tiemblo cuando un guarura me amenaza me asusto cuando me asalta un simple mordelón, como patriota, soy un fraude lo reconozco, soy borrego uno más de la manada de esta nación sacrificada.


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