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Psicoterapia gestáltica
from Guía - EMOVERE
La psicología de la Gestalt, o la teoría de la buena forma, tiene su origen en los psicólogos alemanes de principios del S. XX, la cual fue retomada por el médico neuropsiquiatra y psicoanalista Friedrich Salomon Perls (más conocido como Fritz Perls) para crear la Terapia Gestáltica. La idea principal que propone la psicología de la Gestalt es la de «totalidad», propone que los individuos percibimos nuestro entorno como una totalidad, es decir, que no reconstruimos el mundo a partir de sensaciones aisladas.
Los primeros psicólogos gestaltistas consideraban al fenómeno de la percepción como la experiencia directa tal y como se le presenta al individuo, en cambio Perls une a la percepción con las sensaciones, los sentimientos y las emociones, eliminando definitivamente la división entre lo interno y lo externo, es decir, entre lo psíquico y lo físico. «Hay en el individuo una tendencia a organizar cualquier campo visual en totalidades o figuras globales y a no percibir los elementos unos aislados de otros.» (Martín González, 2013 – p. 10).
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Dentro del campo visual los fenómenos ocurren y transcurren en función de la organización de ese campo, lo que sucede al tomar en consideración las sensaciones y los sentimientos es que, aquello que somos capaces de percibir se encuentra influenciado por la motivación y las necesidades inmediatas. Al introducir el concepto de motivación, Perls da al cuerpo y a la psique una nueva visión integrada, dejando de lado la concepción de ambos como entes separados sin relación alguna.
La psicoterapia gestáltica analiza en conjunto a los contenidos de conciencia, y a las expresiones físicas y corporales, el ser es tratado y visto como una unidad total, no disociado. Es tal esta asociación que «lo físico y lo psíquico se consideran dentro de esta teoría como algo tan íntimamente interrelacionado, que lo uno sin lo otro deja mutilado a la totalidad.» (Martín González, 2013 – p. 17). El ignorar la relación de las partes llevaría a una comprensión errónea, imposibilitando la comprensión del ser; la percepción es realizada desde el «todo vertebrado». El ser, o el organismo, está en constante relación con su ambiente, es por eso que se condicionan y transforman mutuamente; todo comportamiento del ser es una expresión de cómo es que funciona y reacciona desde su entorno.
La psicoterapia Infantil Gestáltica, concibe al niño desde un punto de vista «holístico», tomando como elementos fundamentales lo sensorial, lo afectivo, lo intelectual, lo social y lo espiritual. Es una terapia que no enfrenta directamente al síntoma con técnicas dirigidas, no sólo quiere curar una anomalía en particular como lo podría ser un tic (por ejemplo), sino que «trata de favorecer el desarrollo integral del niño.» (Monrós, 2000 – p. 37), pensando en el niño como un individuo en crecimiento, capaz de guiar su comportamiento, en constante aprendizaje y evolución.
La Terapia Gestalt Infantil o Psicoterapia Gestáltica busca fomentar el «darse cuenta», de que el niño forme su auto concepto dentro de la realidad, esto incluye darse cuenta de su mundo interno, del mundo externo y del mundo de fantasía (o de la imaginación). El tiempo presente es fundamental para esta terapia, enfatizamos su poder porque es ahí donde el infante puede actuar y vivir experiencias de aprendizaje.
Atiende a la fenomenología del «figura-fondo», busca que se centre en la figura, que entre en contacto con algo o alguien y consigo mismo. Trabaja con polaridades, con pares opuestos, para realizar analogías con la realidad; en nuestro caso podremos plantear emociones opuestas (alegría vs. tristeza, por ejemplo).
Con la proyección a través de actividades se logra que el paciente ponga fuera de sí algo que es suyo, que proyecte aquello que se le dificulte expresar, y con la introyección puede tomar mensajes provenientes de los juegos e incorporarlos para sí, aprenderlos e implementarlos en su vida cotidiana.