La Térmica – Málaga 15.10.2016 – 29.01.2017
introduction
introducción
At the age of sixteen, upon seeing the work of Irving Penn, Sandro Miller knew he wanted to become a photographer. Mostly self-taught, Sandro relied on books published by many of the great artists canonized in photographic history. Through their pictures, he learned the art of composition, lighting and portraiture. More than 30 years later, with clients ranging from Forbes, GQ and Esquire, to American Express, Coca-Cola and BMW, Sandro has secured his place as one of the top advertising photographers worldwide. His success in the commercial world allows him to continue his personal projects, which has included working in Cuba, photographing American blues musicians, various dance troupes, and extended endeavors with John Malkovich, his longtime friend and collaborator. Sandro first met Malkovich in the late 1990s, while working on a job for Steppenwolf Theater. More than 16 years later, Sandro and John are still collabo-
A la edad de dieciséis años, tras conocer el trabajo de Irving Penn, Sandro Miller supo que quería ser fotógrafo. Sandro tuvo una formación mayormente autodidacta gracias a su interés por los libros publicados sobre muchos de los grandes artistas canónicos de la historia de la fotografía. A través de sus imágenes, Sandro aprendió el arte de la composición, de la iluminación y del retrato. Más de 30 años después, con una cartera de clientes que van desde Forbes, GQ y Esquire hasta American Express, Coca-Cola y BMW, Sandro se ha asegurado su lugar como uno de los mejores fotógrafos publicitarios del mundo. El éxito en el mundo de la publicidad le ha permitido continuar con sus proyectos personales, que han incluido trabajos en Cuba fotografiando músicos de blues americanos, varias compañías de baile y extensos proyectos con John Malkovich, su amigo y colaborador desde hace tiempo. Sandro conoció a Malkovich a finales de los noventa cuando trabajaba en un proyecto para el teatro Steppenwolf. Tal y como se puede ver en su último
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proyecto: Malkovich, Malkovich, Malkovich: Homenaje a los maestros de la fotografía, Sandro y John siguen colaborando después de más de dieciséis años. En 2013, Sandro decidió hacer un proyecto que homenajeara a los hombres y mujeres de las fotografías que han influido en su carrera. Tras seleccionar 35 fotografías para recrearlas, Sandró contacto con Malkovich quien aceptó participar al instante. Cuando habla de Malkovich, Sandro afirma que «John es la persona más brillante y prolífica que conozco. Su genialidad es única. Solo con sugerir un estado de ánimo o una idea, en nada de tiempo, él se transforma literalmente en el personaje ante mis ojos. Confía tanto en mi trabajo y nuestro proceso… es una bendición tenerlo como amigo y colaborador». Malkovich, Malkovich, Malkovich: Homenaje a los maestros de la fotografía rinde homenaje a las fotografías que han impactado a Sandro. Engloban piezas como la fotografía tomada por Irving Penn de Truman Capote en una esquina; las instantáneas que hizo Bert Stern a Marilyn Monroe; la imagen de la madre emigrante, de Dorothea Lange; el autorretrato de Robert Mapplethorpe con un rifle, la icónica imagen de John Lennon y Yoko Ono de Annie Leibovitz; la clásica foto de Diane Arbus de un chico con una granada de mano; el apicultor de Richard Avedon, entre muchas otras. John Makovich está considerado como uno de los mejores actores americanos del siglo XXI. En Malkovich, Malkovich, Malkovich: Homenaje a los maestros de la fotografía, demuestra su carácter camaleónico mutando en Albert Einstein, Che Guevara, John Lennon y Andy Warhol. Gracias a su gran habilidad y al buen ojo fotográfico de Sandro, Malkovich, Malkovich, Malkovich: Homenaje a los maestros de la fotografía rinde respeto a la historia de la fotografía a través del talento del fotógrafo y su musa.
rating, which can be seen in their latest project, Malkovich, Malkovich, Malkovich: Homage to Photographic Masters. In 2013, Sandro decided to do a project honoring the men and women whose photographs helped shape his career. After selecting thirty-five images to emulate, Sandro contacted Malkovich, who instantly agreed to participate. When speaking about Malkovich, Sandro states: «John is the most brilliant, prolific person I know. His genius is unparalleled. I can suggest a mood or an idea and within moments, he literally morphs into the character right in front of my eyes. He is so trusting of my work and our process… I’m truly blessed to have him as my friend and collaborator.» Malkovich, Malkovich, Malkovich: Homage to Photographic Masters honors photographs that have impacted Sandro. Pieces include Irving Penn’s photograph of Truman Capote in a corner; Bert Stern’s photographs of Marilyn Monroe; Dorothea Lange’s image of a migrant mother; Robert Mapplethorpe’s self-portrait with a gun; Annie Leibovitz’s iconic image of John Lennon and Yoko Ono; Diane Arbus’s classic photo of a boy with a hand grenade; Richard Avedon’s beekeeper, among many others. John Malkovich is considered to be one the greatest American actors of the 21st century. In Malkovich, Malkovich, Malkovich: Homage to Photographic Masters, he demonstrates his chameleon-like proclivity, morphing into Albert Einstein, Che Guevara, John Lennon and Andy Warhol. Through his immense skill and Sandro’s amazing photographic eye, Malkovich, Malkovich, Malkovich: Homage to Photographic Masters pays respect to photographic history through the genius of a photographer and his muse.
malkovich , malkovich , malkovich
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The commercial photographs Sandro Miller has created since the 1980s are perfect technically, highly detailed, and, at the same time, quite typical for mainstream American productions of the late twentieth and early twenty-first centuries. Miller, is considered to be one of the world’s best commercial photographers, and is known as the author of advertising campaigns for customers such as American Express, BMW, Dove, Gatorade, Coca-Cola, Adidas, Microsoft, Nike, and the US Army. In comparison to his commercial production, which is highly influenced by market pressures, the individual projects of the photographer, who was born and raised in Elgin, IL, seem much more original. Miller incorporates his artistic series in books on various topics, such as the subculture of American bikers (American Bikers, 1998), Cuba (Imagine Cuba, 1999-2007), Verona (Verona: Figuri e Rittrati, 2012), basketball (I Can’t Accept Not Trying, 1994), and corrida (El Matador Joselito: A Pictorial Novel, 2009). His John
Las fotografías comerciales que Sandro Miller ha creado desde la década de 1980 son técnicamente perfectas, al mínimo detalle y, al mismo tiempo, muy cercanas a las clásicas producciones americanas de finales del sigo XX y principios del siglo XXI. Miller está considerado como uno de los mejores fotógrafos publicitarios del mundo, y es conocido por ser el autor de campañas publicitarias para clientes como American Express, BMW, Dove, Gatorade, Coca-Cola, Adidas, Microsoft, Nike y el Ejército de los Estados Unidos. Los proyectos personales del fotógrafo, quien nació y creció en Elgin (Illinois), son mucho más originales que su producción comercial, muy influenciada por las presiones del mercado. Miller incluye sus series artísticas en libros sobre diversos temas como la subcultura de los motoristas americanos (American Bikers, 1998), Cuba (Imagine Cuba, 1999-2007), Verona (Verona: figuri e Rittrati, 2012), el baloncesto (I Can ‘t Accept Not Trying, 1994), y sobre las corridas (El Matador Joselito: A Pictorial Novel, 2009). Su trabajo John Malkovich Sessions conecta al
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mundo comercial con el del arte. La serie de más de 130 fotografías se realizó años después de que los dos artistas se conocieran, y se centra en la puesta en escena y recreación de poses para crear retratos originales en prensa: The New Yorker, GQ, Esquire, Time, Forbes, Wired, Communication Arts y New York Magazine. Miller no se detuvo tras John Malkovich Sessions. En lugar de intentar ser original y crear un nuevo contexto para Malkovich, Miller lo convirtió en el rostro de la historia de la fotografía con los iconos que le sirvieron de inspiración. Un punto de inflexión para Miller fue la película de Spike Jonze en 1999, Cómo ser John Malkovich. Una explosiva combinación de comedia romántica, ciencia ficción, y drama psicológico donde John Malkovich se interpretaba a sí mismo. La gente que camina literal y de forma figurada por la mente de Malkovich ve a través de sus ojos y por un breve instante se convierte en el famoso actor. Para Miller, la escena crucial es cuando Malkovich, preocupado por su estado mental, descubre la trama y usa una puerta para subir a su propia conciencia. El bucle al borde de la locura hace que el personaje principal vea a mujeres y hombres con su cara repitiendo su nombre: Malkovich, Malkovich, Malkovich... La gente que Malkovich conoce en un concurrido restaurante no tiene nada en común con la historia de la fotografía, sin embargo, es el de Miller ver a las leyendas en la cara de Malkovich y esta es la clave del éxito de este peculiar proyecto artístico postmoderno.
Malkovich Sessions fit into a category that connects commerce and art. The series of over 130 photographs was taken over a number of years after the two artists first met, and focuses on staging and recreating the poses to create original portraits for the press—The New Yorker, GQ, Esquire, Time, Forbes, Wired, Communication Arts, and New York Magazine. Miller did not stop at the John Malkovich Sessions. Instead of trying to be original and creating a new context for Malkovich, he made him the face of the history of photography, of the icons that were inspirations for Miller. An important point of reference for Miller was Spike Jonze’s 1999 film Being John Malkovich. The explosive combination of a romantic comedy, science fiction, and psychological drama featured John Malkovich playing himself. People who literally and figuratively walk into Malkovich’s mind see through his eyes and for a brief moment become the famous actor. The crucial scene for Miller is when Malkovich, worried about his state of mind, discovers the plot and uses a portal to climb into his own consciousness. The loop on the border of insanity makes the main character see women and men with his face repeating his name: Malkovich, Malkovich, Malkovich... The people who Malkovich met in a busy restaurant have nothing in common with the history of photography, yet it is Miller’s desire to see the legends with Malkovich’s face that is the key to the success of this quirky post-postmodern artistic project.
homenajear a…
homage to...
Malkovich, Malkovich, Malkovich: Homenaje a los maestros de la fotografía, en contraposición al título y la información en prensa sobre la exposición, no es tan solo un homenaje a los maestros de la fotografía que admira Sandro Miller. ¿Qué tipo de homenaje es si se apropia, cambia y usa las obras de arte de otros? Por una parte, el trabajo de Miller puede parecer un ejemplo de apropiación de arte, muy común desde los 70 en los Estados Unidos, desde principios de la era postmoderna. Por otro lado, se usó en la película
Malkovich, Malkovich, Malkovich: Homage to photographic masters, contrary to its title and the press information about the exhibition, is not just an homage to the photographic masters admired by Sandro Miller. What kind of homage is it if it appropriates, shifts, and makes use of other people’s works of art? Firstly, Miller’s work can be seen as an example of appropriation art, which has been popular in the United States since the
1970s, so from the beginning of postmodern era. On the other hand it makes use of Spike Jonze’s film, which raised the issue of appropriation as well. Then, it is also a tribute to the artistic talent of John Malkovich. A tribute combined with appropriation and the use of the actor’s stage image. Finally, in the dialectic of paying homage and appropriation, the artistic subject of Sandro Miller is being created. His work is definitely not a late postmodern pastiche nor parody or a joke. What is it then?
de Spike Jonze, que también planteó la cuestión de la apropiación y es además un homenaje al talento artístico de John Malkovich. Un homenaje que combina la apropiación y el uso de la imagen de su faceta como actor. En definitiva, Sandro Miller creó el discurso artístico a partir de la dialéctica de rendir homenaje y de la apropiación. No cabe duda de que su trabajo no es una imitación tardía del postmodernismo, ni una parodia, ni una broma. ¿Qué es entonces?
after irving penn
tras irving penn
The first photograph of the series is Irving Penn’s portrait of Truman Capote. Miller saw Malkovich as Capote and decided to take on the master’s work—to study his technique, get into his point of view, and understand framing and his relation with the model. It soon turned out that it was not just about Irving Penn. For his project, Sandro Miller chose important examples of twentieth century portrait photography. Most of the originals were the photographs of American authors taken after World War II. The only exceptions are those taken before that time (e.g. by Edward S. Curtis) and those taken by Europeans (e.g. Pierre et Gilles). Miller is self-taught and he does not complicate the choice of iconic portraits. The average educated person will recognize the changed portrait of Andy Warhol’s ‘Marilyn Monroe’. However, recognition of Robert Mapplethorpe’s or Herb Ritts’ portraits may be difficult for viewers who do not know much about the history of photography. On the other hand, the joy of recognizing the references of ‘Piss Christ’ by Andres Serrano, Eikoh Hosoe’s photograph, or of Bill Brandt’s portrait series will be the privilege of a minority. In this context, Sandro Miller’s project is like a trap for the viewers or rather a multi-level game played with various recipients. The knowledge of composition details, subtle changes, and the reinterpretation of each photograph is only in the mind of the author.
La primera fotografía de la serie es el retrato de Truman Capote realizado por Irving Penn. Miller vio a Malkovich como Capote y decidió asumir el trabajo de los maestros. Estudiar su técnica, ver desde su punto de vista, y entender el encuadre y la relación con el modelo. Muy pronto se dio cuenta de que no era solo Irving Penn y eligió para su proyecto ejemplos importantes de retratos del siglo XX. La mayoría de los originales eran fotografías de americanos tomadas tras la Segunda Guerra Mundial. Las únicas excepciones son de antes de esa época –por ejemplo las de Edward S. Curtis– y las de autores europeos como Pierre et Gilles. Miller es autodidacta y no busca complicaciones a la hora de elegir los retratos icónicos. Una persona con una base cultural media reconocerá el retrato cambiado de Marilyn Monroe por Andy Warhol. Sin embargo, reconocer los retratos de Robert Mapplethorpe o Herb Ritts puede ser difícil para un espectador que no tenga conocimientos sobre la historia de la fotografía. No obstante, solo una privilegiada minoría reconocerá las referencias de «Piss Christ» de Andres Serrano, la fotografía de Eikoh Hosoe, o la serie de retratos de Bill Brandt. En este contexto, el proyecto de Sandro Miller es como una trampa para los espectadores o más bien un juego de diferentes niveles con varios destinatarios. El conocimiento de los detalles de la composición, cambios sutiles, y la reinterpretación de cada fotografía sólo está en la mente del autor.
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La secuencia de retratos que fueron elegidos para este proyecto se puede dividir en varios grupos. En primer lugar, hay obras de fotógrafos destacados, realizados en un estilo bastante reconocible que, además, cuentan con personajes icónicos (Marilyn Monroe por Andy Warhol o Truman Capote por Irving Penn). La siguiente categoría es la obra de fotógrafos famosos, realizada a su estilo, pero que muestra personajes menos conocidos o incluso anónimos (el apicultor de Richard Avedon o el travesti y los gemelos de Diane Arbus). El tercer grupo se compone de fotografías icónicas individuales de personas famosas tomadas por fotógrafos menos conocidos (El Che Guevara por Alberto Korda, la última sesión de fotos de Marilyn Monroe de Bert Stern, Albert Einstein por Arthur Sasse o Carl Fischer fotografiado por Muhammad Ali). Por último, hay fotografías que sólo serán reconocidas por los especialistas que muestran a personas menos conocidas y que están realizadas por los artistas solo conocidos en su campo de trabajo –como por ejemplo Bill Brandt o Eikoh Hosoe– o autores que no son reconocidos por la fotografía como Andrés Serrano. Esto significa que el autor de Malkovich, Malkovich, Malkovich no estaba interesado en la búsqueda de iconos «objetivos» o «universales», sino en tejer una relación íntima con sus maestros. Cada retratista debe seguir a Sandro Miller y encontrar su propio canon. Este método tan personal en la elección de las fotografías, solo puede entenderse como un proyecto artístico que tiene como resultado una exposición individual de los maestros de la cámara donde conviven diferentes contextos y épocas, y que de otra manera nunca se habría creado. La serie de retratos de Sandro Miller se puede dividir de muchas maneras: en fotografías en blanco y negro o en color; en imágenes verticales, horizontales o cuadradas; o en retratos de hombres y mujeres, actores y actrices, u otras personas. Una clasificación detallada también es importante para interpretarlas. En el papel de Marilyn Monroe, Malkovich tiene que enfrentarse al mito de la actriz de Hollywood. Como travesti de Diane Arbus se plantea la cuestión de la heteronorma y los estereotipos
The sequence of portraits that were chosen for this project can be divided into several groups. First, there are works of prominent photographers, made in quite a recognizable style that, additionally, feature legendary people (Andy Warhol’s ‘Marilyn Monroe’ or Irving Penn’s ‘Truman Capote’). The next category is the work of famous photographers, taken in their style, but showing people who are less well-known or even anonymous (the photograph of the beekeeper by Richard Avedon or the portraits of a transvestite and twins by Diane Arbus). The third group consists of single iconic photographs of famous people taken by lesser known photographers (‘Che Guevara’ by Alberto Korda, the last photo shoot of Marilyn Monroe by Bert Stern, Arthur Sasse’s ‘Albert Einstein’, or Carl Fischer’s ‘Muhammad Ali’). Finally, there are photographs that will only be recognized by specialists that show lesser-known people and that are taken by artists known only in their field of work (e.g. Bill Brandt, Eikoh Hosoe) or authors who are not recognized for photography (Andres Serrano). This means that the author of Malkovich, Malkovich, Malkovich was not interested in searching for «objective» or «universal» icons, but in forming an intimate relation with his masters. Every portraitist should follow Sandro Miller and find their own canon. This truly personal method of choosing photographs can only be understood in an artistic project that results in an individual exhibition of camera masters, that combines contexts and eras, and that otherwise never would have been created. Sandro Miller’s series of portraits can be divided in many ways: into black-and-white and colour photographs; into vertical, horizontal, and square pictures; or into portraits of men and women, actors and actresses, or other people. A detailed classification is also important for interpretation. Malkovich in the role of Marilyn Monroe has to face the myth of the Hollywood actress. As Diane Arbus’s transvestite he raises the issue of heteronormativity and gender
stereotypes. Malkovich as Che Guevara becomes a pastiche of the icon of the Cuban revolution. When impersonating the anonymous twins from Diane Arbus’s photograph, he faces the issues of old age, changing identity, and the difference between the two subjects. The quality of Miller’s project, that may seem eclectic at first glance, is about creating a series of variations on not just portrait photography, but on issues and questions raised by the most important photographs. It is a new quality in projects that establish a dialogue with the history of art and photography. The other thing is that through each variation and technical mastery, Miller reaches the heart of the photographic portrait. Whether it is about the young twins or the elderly writer, a portrait is always a construction, manipulation, stylisation, appropriation, and image creation made by the photographer. Probably the best work in this series is the portrait of a young transvestite by Diane Arbus, recreated by Malkovich, and captured by Miller. This photograph is a trans medium that only provides an elusive and artificial feeling of identity. At the same time it is a medium that gives us, contrary to popular belief, the ability to become someone else. after cindy sherman
Sandro Miller is not the first photographer to convert, play with, and pay homage to the masters of photography. Among the greatest are Sherrie Levine, Yosumasa Morimura, Gillian Wearing, Ulrich Timmlann/Wolfgang Vollmer, Matthias Wähner, Matt Lipps, Zbigniew Libera, Pavel Smejkal, and Jojakim Cortis/Adrian Sonderegger. Unlike his predecessors, Miller introduces an actor into his project to impersonate the models from the iconic photographs. In this way the narration of the history of photography and twentieth century mass culture becomes specifically cinematic. In reference to Spike Jonze’s film, we may say that Sandro uses John
de género. En la piel del Che Guevara se convierte en una parodia del icono de la revolución cubana. Cuando se hace pasar por los gemelos anónimos de Diane Arbus, se enfrenta a los problemas de la vejez, del cambio de identidad, y la diferencia entre los dos personajes. La calidad del proyecto de Miller, que puede parecer a primera vista ecléctico, trata de crear una serie de variantes, no solo en los retratos, sino en cuestiones y preguntas planteadas por los fotógrafos más importantes. Se trata de un nuevo atributo en los proyectos creando un diálogo entre la historia del arte y la fotografía. Además, a través de cada variante y dominio técnico, Miller llega al epicentro del retrato fotográfico. Se trate de los jóvenes gemelos o del viejo escritor, un retrato es siempre una construcción, una manipulación, estilización, apropiación y creación de una imagen realizada por el fotógrafo. Probablemente la mejor obra de esta serie sea el retrato de un joven travesti de Diane Arbus, recreada por Malkovich, y capturada por Miller. Esta fotografía es un transmedium que produce un sentimiento impreciso y artificial de la identidad. Y al mismo tiempo es un médium que nos da, en contra de la creencia popular, la capacidad de convertirnos en otra persona.
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Sandro Miller no es el primer fotógrafo que transforma, juega, y rinde homenaje a los maestros de la fotografía. Entre los más grandes se encuentran Sherrie Levine, Yosumasa Morimura, Gillian Wearing, Ulrich Timmlann/ Wolfgang Vollmer, Matthias Wahner, Matt Lipps, Zbigniew Libera, Pavel Smejkal, y Jojakim Cortis/Adrian Sonderegger. A diferencia de sus predecesores, Miller introduce un actor en su proyecto para hacerse pasar por los modelos de las fotografías icónicas. De esta manera, la narración de la historia de la fotografía y la cultura de masas del siglo XX se torna especialmente cinematográfica. En relación con la película de Spike Jonze,
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debemos decir que Sandro utiliza a John Malkovich y trata a la fotografía como la puerta en la planta 7½ desde donde accede a las mentes de sus colegas fotógrafos. La perspectiva de Malkovich es un poco diferente, ya que permite a Miller emprender su viaje. Podemos imaginar lo que sintió y pensó el actor cuando vio la exposición antes de la inauguración. Una combinación de narcisismo y paranoia, mucho más explosiva que una película de ciencia ficción; una experiencia real de ser John Malkovich, Malkovich, Malkovich… Cruzar la puerta en la película es similar a una primera escena, una noción en psicoanálisis. Un negro, estrecho y húmedo túnel que conduce a la luz y que, como dice Malkovich en la película, «ningún hombre debería ver jamás». La metáfora del cine y el placer de ver películas, como lo describe Laura Mulvey, fue trasladado por Miller al campo de la fotografía. La recreación de las fotografías de los libros y el proceso de verlas como una exposición tiene algunos elementos de transgresión fotográfica. Todo el mundo sabe que las obras clásicas deben tener algunos sentimientos ambivalentes. Avedon, Malkovich, Ritts, Malkovich, Mapplethorpe, Malkovich, Arbus, Malkovich, Penn, Malkovich... En cierto modo, Sandro Miller es un degenerado, una versión opuesta de la famosa y muy exhibida serie Untitled Film Stills de Cindy Sherman. De la misma manera que Sherman deconstruye las imágenes de las mujeres que fueron repetidas por Hollywood y las convierte en personajes anónimos de películas imaginarias, Miller utiliza a un famoso actor de Hollywood para actuar como personajes de las fotografías icónicas. En la primavera de 2014 se realizó una exposición en la Nueva York Pace Gallery que complementa a la cada vez más compleja relación del cine y la fotografía. Su autor, el famoso actor James Franco, se hace pasar por Cindy Sherman y recrea cada fotograma de la serie. En este contexto, la teoría de la precesión de los simulacros obra de Jean Baudrillard en la década de los 80, parece un juego de niños. El próximo escalón en esta espiral interminable de repeticiones debe ser Miller fotografiando a Malkovich et inter-
Malkovich and treats photography as the portal from the 7½ floor to enter the minds of his fellow photographers. Malkovich’s perspective is slightly different, as he allows Miller to take him on his journey. We can imagine what the actor felt and thought when he saw the exhibition before the opening day. A combination of narcissism and paranoia, much more explosive than film fiction—a real experience of being John Malkovich, Malkovich, Malkovich... Crossing the film portal is similar to a primal scene—a notion in psychoanalysis. A black, narrow, and wet tunnel leads to light and what, as Malkovich says in the film, ‘no man should ever see’. The metaphor of the cinema and the pleasure of watching films, as Laura Mulvey described it, was transferred by Miller to the field of photography. The recreation of photographs from books and the process of looking at them at an exhibition has some elements of photographic transgression. Everyone who knows the classic works must have some ambivalent feelings. Avedon, Malkovich, Ritts, Malkovich, Mapplethorpe, Malkovich, Arbus, Malkovich, Penn, Malkovich... In a way, Sandro Miller’s is a perverted, reversed version of the famous and often exhibited series Untitled Film Stills by Cindy Sherman. In the same way that Sherman deconstructed the images of women that were replicated by Hollywood and turned them into anonymous characters of imaginary films, Miller used a famous Hollywood actor to play the roles of characters of iconic photographs. An interesting complement to the increasingly complicated relation between film and photography was a series exhibited in spring 2014 in New York Pace Gallery. Its author, the famous actor James Franco, impersonated Cindy Sherman and recreated every still from her series. In this context, the theory of the precession of simulacra presented by Jean Baudrillard in the 1980s seems like child’s play. The next move in this never-ending spiral of repetitions should be made by Miller photographing Malkovich,
who plays Franco impersonating Sherman, who plays the role of an imaginary woman.
pretando a Franco haciéndose pasar por Sherman, que desempeña el papel de una mujer imaginaria.
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The role of John Malkovich impersonating other people in Sandro Miller’s photographs was one of the strangest in his acting career. I must say that in most photographs Malkovich looks convincing and in some of them he is just brilliant. No wonder critics are more interested in the exhibition that accompanies the festivals where his films are shown. In this particular project, photography—a medium full of complexes in comparison to painting and film—is the winner. Miller’s series is like a good film, or maybe rather like the puppet theatre that regains its former glory in Spike Jonze’s film. Miller appropriates his character and with his help animates the chosen photographs. He is like Craig Schwartz, played by John Cusack, a puppet master who eventually controls the arms and legs of another puppet master—Malkovich. The result of this beautiful show is surprising. We look at John Malkovich through the lens of Sandro Miller, but we see Ernest Hemingway, who had his photo taken by Yosuf Karsh, or Truman Capote and Pablo Picasso photographed by Irving Penn. Malkovich does not really impersonate them, but for a brief moment he brings them back to life. Perhaps the most peculiar are the feminine roles that Malkovich plays. The image of a drag queen by Diane Arbus in his interpretation is hypnotising. A mask covering another mask seems even more incredible. The fact that Miller cloned the middle-aged Malkovich and put him in the place of the young twins from Diane’s Arbus photograph seems worrying. It reminds me of Clone Story by Jean Baudrillard, in which the French philosopher wrote: ‘The imaginary power and wealth of the double—the one in which the strangeness and at the same time the intimacy of the subject to itself are played out (heimlich/ unheimlich)—rests on its immateriality, on the
El papel de John Malkovich al hacerse pasar por otras personas en las fotografías de Sandro Miller fue uno de los más extraños en su carrera como actor. Cabe decir que en la mayoría de las fotografías Malkovich parece convincente y que en otras es sencillamente brillante. No es de extrañar que los críticos estén más interesados en la exposición que acompaña a los festivales donde se presentan sus películas. En este proyecto en particular, la fotografía, un medio lleno de complejos si lo comparamos con la pintura o el cine, es la ganadora. La serie de Miller es como una buena película, o tal vez como un teatro de marionetas que recupera su antigua gloria en la película de Spike Jonze. Miller se apropia del personaje y con su ayuda da vida a las fotografías escogidas. Él es como Craig Schwartz, interpretado por John Cusack, un titiritero que termina por controlar los brazos y las piernas de otro titiritero; Malkovich. El resultado de este hermoso espectáculo es sorprendente. Observamos a John Malkovich través de la lente de Sandro Miller, pero vemos a Ernest Hemingway, en la foto de Yosuf Karsh, o a Truman Capote y Pablo Picasso fotografiados por Irving Penn. Malkovich en realidad no se hace pasar por ellos, más bien, por un breve instante, los devuelve a la vida. Tal vez lo más peculiar sean los personajes femeninos que Malkovich interpreta. Nos hipnotiza en la interpretación de una drag queen obra de Diane Arbus. Una máscara que cubre a otra máscara lo hace aún más increíble. El hecho de que Miller clonara al Malkovich de mediana edad y lo pusiera en el lugar de los jóvenes gemelos de la fotografía de Arbus Diane parece preocupante. Me recuerda a Clone Story, de Jean Baudrillard, en el que el filósofo francés escribió: «Existe una intimidad del sujeto hacia él mismo que descansa en la inmaterialidad de su doble, en el hecho de que es y sigue siendo un fantasma. Cada uno puede soñar, y ha debido soñar toda su vida
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con una duplicación o multiplicación perfecta de su ser, pero a fuerza de sueño, y se destruye al querer forzar el sueño en lo real».1 En el caso de Malkovich, el sueño se ha hecho realidad con fotografías de Miller.
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El trabajo de Sandro Miller plantea algunas cuestiones que son importantes para el cine y el teatro, pero la mayor influencia recae sobre la fotografía como intermediaria, cuya tarea es capturar y preservar nuestras imágenes para las generaciones futuras. La deconstrucción de las máscaras del modelo y del fotógrafo no tiene sentido, según Miller. No hay nada especial debajo. Tal vez solo la siguiente mejor o peor versión de Malkovich. En una de sus entrevistas, Miller admite que comenzó este proyecto cuando se le diagnosticó un cáncer. En la lucha contra la enfermedad, volvió a las raíces de su fascinación por la fotografía, reflexionó sobre las influencias de los grandes maestros y la posibilidad de alcanzar el nivel de sus obras maestras. La visión de la muerte empujó a Miller hacia una serie fuera de tiempo producida con la ayuda de Malkovich. Su trabajo es similar al del Dr. Lester, interpretado por John Bean, al encontrar una máquina del tiempo en Malkovich que le conduce directamente a la inmortalidad. El trabajo de Miller logra todos los resultados esperados. La serie que consta de referencias y repeticiones, creada con la ayuda de Malkovich, puede sobrevivir no sólo a su autor, sino tal vez a todos nosotros.
fact that it is and remains a phantasm. Everyone can dream, and must have dreamed his whole life, of a perfect duplication or multiplication of his being, but such copies only have the power of dreams, and are destroyed when one attempts to force the dream into the real.’1 In the case of Malkovich, the dream has become reality with Miller’s photographs. master of puppets
Sandro Miller’s work raises some issues that are important for the cinema and theatre, but it has the biggest influence on photography as a medium, the task of which is to capture and preserve our images for future generations. The deconstruction of the model’s and photographer’s masks is pointless, according to Miller. There is nothing special underneath. Maybe just the next best or next worse version of Malkovich. In one of his interviews, Miller admits that he started this project when he was diagnosed with cancer. Fighting the illness, he started going back to the roots of his fascination with photography, thinking about the influences of the great masters and the possibility of achieving the level of their masterpieces. The vision of death pushed Miller towards an out-of-time series produced with the help of Malkovich. His work is similar to Dr Lester’s, played by John Bean, who found a time machine in Malkovich that leads straight to immortality. Miller’s work achieved all the expected results. The series that consists of references and repetitions, created with Malkovich’s help, may outlive not just its author, but maybe even all of us.
1 Jean
1 BAUDRILLARD,
Jean. De la seducción. Madrid: Ediciones Cátedra, 1981. Trad. de Elena Benarroch.
Baudrillard, «Simulacra and Simulations,» trans. Sheila Faria Glaser (Michigan: The University of Michigan, 1994), 95.
Adam Mazur PhD—a critic, curator, art historian, and professor at the University of Arts in Poznań. The author of numerous books (Kocham fotografię (2009), Historie fotografii w Polsce 1839– 2009 (2010), Decydujący moment. Nowe zjawiska w fotografii polskiej po roku 2000 (2012), and Głębia ostrości (2014)) and editor of exhibition catalogues. The editor-in-chief of the modern art magazine szum.
Adam Mazur PhD es crítico, comisario historiador de Arte y profesor en la Universidad de Bellas Artes de Poznań. Es autor de numerosos libros (Kocham fotografię (2009), Historie fotografii w Polsce 1839–2009 (2010), Decydujący moment. Nowe zjawiska w fotografii polskiej po roku 2000 (2012), y Głębia ostrości (2014)) así como editor de catálogos de exposiciones. Además es redactor jefe de la revista de Arte Moderno SZUM.
Essay originally printed in the catalogue of Sandro Miller exhibition «MALKOVICH, MALKOVICH, MALKOVICH. HOMAGE TO PHOTOGRAPHIC MASTERS» at the CAMERIMAGE – TUMULT Gallery in Torun, Poland, 15.11.2015-15.01.2016. The exhibition was an accompanying event of the 23 International Film Festival of the Art of Cinematography CAMERIMAGE 2015, Bydgoszcz, Poland.
Ensayo original publicado en el catálogo de la exposición de Sandro Miller «MALKOVICH, MALKOVICH, MALKOVICH. HOMAGE TO PHOTOGRAPHIC MASTERS» en la galería CAMERIMAGE - TUMULT en Torún, Polonia (15.11.2015-15.01.2016). La exposición tuvo lugar durante la 23 edición del International Film Festival of the Art of Cinematography CAMERIMAGE 2015, Bydgoszcz, Polonia.
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Albert Watson Alfred Hitchcock with goose (1973), 2014
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Alberto Korda  Che Guevara (1960), 2014
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Andres Serrano Piss Christ (1987), 2014
Andy Warhol  Green Marilyn (1962), 2014
Andy Warhol Self Portrait (Fright Wig) (1986), 2014
Annie Leibovitz  John Lennon and Yoko Ono (1980), 2014
Annie Leibovitz Meryl Streep, NYC (1981), 2014
30
Arnold Newman  Igor Stravinsky, New York, NY (1960), 2014
32
Art Shay Simone de Beauvoir (1950), 2014
34
Arthur Sasse  Albert Einstein Sticking Out His Tongue (1951), 2014
Bert Stern Marilyn Monroe. Crucifix II (1962), 2014
Bert Stern  Marilyn in Pink Roses (from The Last Session, 1962), 2014
Bill Brandt Eyes (1960-1964), 2014
40
Carl Fischer  Muhammad Ali, New York (1967), 2014
42
David Bailey  Mick Jagger, Fur Hood (1964), 2014
44
Diane Arbus  A Young Man in Curlers at Home on West 20th Street, N.Y.C. (1966), 2014
Diane Arbus  Child with Toy Hand Grenade (1962), 2014
Diane Arbus  Identical Twins, Roselle, New Jersey (1967), 2014
48
Dorothea Lange  Migrant Mother, Nipomo, California (1936), 2014
50
Edward Sheriff Curtis  Three Horses (1905), 2014
52
Eikoh Hosoe  Man and Woman #20 (1960), 2014
54
Gordon Parks  American Gothic, Washington, D.C. (1942), 2014
Herb Ritts  Jack Nicholson, London (1988), 2014
58
Horst P. Horst  Mainbocher Corset (1939), 2014
60
Irving Penn  Capote, New York (1948), 2014
62
Irving Penn  Pablo Picasso, Cannes, France (1957), 2014
64
Jim Marshall  Johnny Cash (Flipping the Bird), San Quentin Prison (1969), 2014
66
Philippe Halsman Salvador Dalí (1954), 2014
68
Pierre et Gilles  Jean Paul Gaultier (1990), 2014
70
Richard Avedon  Ronald Fisher, Beekeeper, Davis, California, May 9 (1981), 2014
72
Robert Mapplethorpe  Self Portrait (1983), 2014
Victor Skrebneski  Orson Wells (1970), 2014
Victor Skrebneski  Bette Davis, Actor, 08 November (1971), Los Angeles Studio, 2014
76
William Klein   Smoke and Veil, Paris (Vogue) (1958), 2014
78
Yousuf Karsh  Ernest Hemingway (1957), 2014
Diputación de Málaga presidente
Elías Bendodo diputado de cultura y educación
Víctor Manuel González García director de la térmica
Salomón Castiel
La Térmica Diputación de Málaga Av. de los Guindos, 48. 29004 Málaga t. 952 069 100 | f. 952 239 780 www.latermicamalaga.com
catálogo
exposición
derechos exclusivos de esta edición
producción
La Térmica / Diputación de Málaga © Sandro Miller. Courtesy Catherine Edelman Gallery, Chicago
La Térmica
comisariado artista
y dirección de montaje
Sandro Miller
Anne Morin
textos
diseño gráfico
Adam Mazur diChroma photography
Miguel Gómez coordinación de la exposición
traducción
Violeta Sánchez diseño y maquetación
Miguel Gómez DSGN.es imprime
Imagraf impresores
Yolanda Guadamuro vinilos
Mora Digital vídeo
??? agradecimiento
??? montaje
Artemontaje seguro
Aon Seguros
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El catรกlogo SANDRO MILLER malkovich, malkovich, malkovich homage to phographic masters
se terminรณ de imprimir en Mรกlaga, en los talleres Imagraf Impresores, el 3 de octubre de 2016