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Rompiendo Paradigmas – Por Eduardo Yarto, CMP

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Ibérica

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El Desarrollo de PRODUCTO TURÍSTICO:

el verdadero reto DEL SIGLO XXI

Hoy la actividad turística se encuentra envuelta en una serie de opiniones sobre hacia dónde debemos dirigir nuestras baterías para ser un destino cada vez más seleccionado por los turistas nacionales e internacionales.

Las respuestas van en todos los sen

tidos, ya que hay quienes opinan que los recursos deberían destinarse a la promoción y publicidad, otros dicen que a la capacitación, hay quienes dicen que debemos avocarnos al turismo nacional, otros al internacional, otros más promueven la inversión y hay quienes apuestan a los megaproyectos, como los centros integralmente planeados (CIP’s). Aunque todos los puntos anteriormente mencionados son muy importantes, e incluso indispensables en la estrategia de todo destino, me parece que hay uno más que sobresale de todos los anteriores:

el desarrollo de producto turístico.

Personalmente considero que esta es la actividad a la que debemos enfocar nuestros esfuerzos y a continuación voy a explicar el por qué.

Antes que nada, se debe decir que el turismo representa la tercera fuente de captación de divisas para nuestro país, sólo superado por el petróleo y las remesas. También es importante mencionar que desde hace varios meses escuchamos que la producción de petróleo desciende de manera importante y que las remesas también se están reduciendo. En cuanto al turismo, si bien el 2009 es un año difícil, se espera que éste crezca de

manera importante en los próximos

años. Muchos consideramos que el turismo está destinado a convertirse en el principal generador de divisas al país, en un lapso no mayor a 20 años.

Algo importante que debemos tomar en cuenta, es que año tras año, tanto el CPTM como los destinos turísticos, a través de sus Secretarías de Turismo estatales o a través de sus burós de convenciones, hacen grandes inversiones en acciones promocionales, a pesar de ello, los crecimientos en el número de turistas extranjeros no son proporcionales a las inversiones antes mencionadas. De hecho, cada turista que hoy viene a México nos cuesta más que lo que nos costaba hace diez años. Las razones de ello son dos: el surgimiento de nuevos jugadores, y por supuesto nuevos destinos con inversiones recientes y modernas. Esto hace que la competencia sea mucho mayor que hace una década. Sin embargo, la segunda razón me parece más preocupante y es que si vienen menos visitantes a México, además de la competencia, es porque nos hemos vuelto menos atractivos que otros destinos.

Lo que claramente sucede es una pérdida de competitividad de nuestro producto turístico. Por años hemos vendido los mismos recorridos, las mismas visitas guiadas y los mismos atractivos. Bajo las tendencias actuales, muchos de estos productos turísticos son ya obsoletos y no le llaman la atención al turista internacional. Nuestra única solución ante esta necesidad, es el desarrollo de productos turísticos innovadores acordes con las necesidades del turista del siglo xxI y que proyecten un México moderno que sabe reinventar

el turismo representa la tercera fuente de captación de divisas para nuestro país...

y acoplar toda su oferta turística a los nuevos gustos del visitante.

Con base en ello, es importante conocer qué estamos haciendo al respecto y hacia dónde deberemos dirigir nuestros esfuerzos. No podemos perder de vista que en la Secretaría de Turismo Federal existe un área específica para esta actividad. Esta área es la Dirección General de Desarrollo de Productos Turísticos y está adscrita a la Subsecretaría de Operación Turística. Esta dirección se creó en el año 2001, siendo Secretaria de Turismo la Lic. Leticia Navarro y siendo Subsecretario de Operación Eduardo Barroso. Durante esta época, pasaron por el puesto de Director General de Desarrollo de Producto diversos funcionarios de los cuales los mejores resultados sin duda correspondieron a Ana Compean.

El nuevo Subsecretario fue Emilio Goecochea, quien al viejo estilo político pretendió reconstruir todo lo hecho anteriormente y reinventar el turismo para dejar el cargo en poco más de un año. Posteriormente, su lugar fue ocupado por Francisco Madrid, quien nombró a René Rivera como Director General del área, en un período de aproximadamente tres años de mucho protagonismo. pero poca acción. Ellos se caracterizaron por ser déspotas ante sus subalternos, tibios al momento de tomar decisiones y muy, pero muy grises ante el sector. Los resultados obtenidos fueron nuevamente muy escasos a pesar de contar con un equipo de directores y subdirectores con mucho talento y de lo mejor que había en la Secretaría en ese momento. Hoy la Subsecretaría está a cargo de Alejandro Moreno, ex Secretario de Turismo de Baja California. El medio le reconoce a Moreno los resultados durante esa gestión estatal, aunque en la actualidad no se le ve mucho en la “trinchera turística”. En cuanto a la Dirección General de Desarrollo de Producto, al frente de ella encontramos a Ana María Ruiz, quien viene del CPTM y es una profesional muy capaz y con el conocimiento necesario, pero a quien hasta el momento la problemática actual que afecta a toda la Secretaría no la ha dejado actuar como ella quisiera. En resumen, en 8 años de existencia de esta Dirección General, sólo la época liderada por Barroso y Compean arroja resultados positivos.

Queda claro que para que se den los resultados adecuados estos esfuerzos tendrán que ser desarrollados a nivel local, tanto por las Secretarías estatales como por los burós de convenciones y por supuesto por la iniciativa privada.

Sin embargo, el primer paso es en-

tender qué es lo que está buscando el

turista y que actualmente no encuentra en nuestro país. Lo primero que debemos entender es que el turista ya no es pasivo, sino que quiere ser activo. Ya no quiere ser un espectador, sino un protagonista. Ya no quiere ver el paisaje, sino interactuar con el paisaje. En resumen, lo que busca el turista del siglo XXI son productos turísticos que sean experiencias únicas del destino, que sean inolvidables y que generen emociones y sensaciones que marquen su vida.

Las preguntas son:

• ¿Estamos preparados en México para desarrollar este tipo de productos? • ¿Estamos dispuestos a romper nuestros paradigmas de productos turísticos? • ¿Tenemos la capacidad de reconvertir nuestros productos?

El tema es tan complejo que lo seguiremos abordando en próximos artículos.

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