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México, el hub estratégico de América para el comercio electrónico B2C

El país goza de una posición geográfica envidiable para convertirse en el centro de distribución de estas ventas internacionales, particularmente mediante el régimen de Recinto Fiscalizado Estratégico

Por Carlos Arévalo, Director de consultoría internacional y litigio en DICEX

Es evidente que el comercio electrónico seguirá creciendo en todos los países del mundo y, gracias a los avances en tecnología y logística, cada vez será más fácil que un vendedor pueda comercializar sus productos directamente en otros países sin necesidad de distribuidores o intermediarios. No obstante, el consumidor en línea es cada vez más exigente, su decisión de compra muchas veces depende de que el envío pueda ser entregado de manera rápida y sin complicaciones.

Aunque la mayoría de los países, incluyendo México, ofrecen alguna forma de importación simplificada para este tipo de ventas internacionales, la distancia y costo de envío siguen siendo una barrera para el crecimiento del comercio electrónico directo al consumidor o “B2C”.

México goza de una posición geográfica envidiable que lo hace una opción natural para convertirse en el centro de distribución de estas ventas internacionales para todo el continente americano, particularmente mediante el uso del régimen de Recinto Fiscalizado Estratégico, aunque falta una regulación segura y confiable que permita la utilización de este régimen tanto para entregas regionales como las que estén destinadas a consumidores en México.

En México ya existe desde hace décadas un modelo de importación simplificada que es utilizado por empresas de mensajería internacional para la prestación de sus servicios, mismo que en los últimos años también ha sido aprovechado en el comercio electrónico para la importación y entrega de ventas hechas en el extranjero directamente a los compradores en México.

No obstante, debemos considerar que el régimen simplificado para empresas de mensajería no fue creado con el comercio electrónico en mente. El hecho de que la mayoría de las empresas de mensajería prestan servicios aéreos de mensajería internacional, incrementa los costos de entrega que muchas veces no son compatibles con ventas que tienen un valor promedio por debajo de los 100 dólares. Por otro lado, las autoridades aduaneras enfrentan un reto importante para controlar las importaciones bajo el “umbral de minimis” ya que existen abusos en la declaración de valor en aduana que los usuarios hacen a las empresas de mensajería, lo que evidentemente causa un perjuicio al fisco federal y una situación de desigualdad tributaria para quienes venden mercancía en el mercado nacional.

Para que lo anterior pueda suceder en México, requerimos voluntad de las autoridades para crear un marco legal nuevo que permita aplicar los beneficios aduaneros y administrativos del Recinto Fiscalizado Estratégico al modelo de negocio del comercio electrónico “B2B”.

Se debe diseñar un programa nuevo con el comercio electrónico en mente que permita la internación y almacenaje de mercancía extranjera en México bajo el régimen de recinto Fiscalizado estratégico, para posteriormente ofrecer al mercado mexicano o a la distribución regional en América.

Por ahora y de acuerdo con la legislación aduanera vigente, el régimen de Recinto Fiscalizado Estratégico solamente permite la importación definitiva de mercancía a México por parte de un importador registrado en el Padrón de Importadores, intermediario comercial que debe tener presencia legal en México y que posteriormente puede vender mercancía por medio del comercio electrónico. Este modelo funciona, pero necesariamente requiere un intermediario comercial, el pago de impuestos por todo el inventario y el cumplimiento de Normas Oficiales Mexicanas que implican un problema de flujo importante para vendedores extranjeros que no tienen asegurada la venta de esta mercancía una vez que es desaduanada para el mercado mexicano, además de que no pueden tener una relación comercial directa con sus compradores.

El nuevo régimen de importación simplificada para comercio electrónico desde un recinto fiscalizado estratégico debe otorgar flexibilidad a los vendedores extranjeros para mantener inventario en México libre de impuestos y regulaciones no arancelarias, teniendo la opción de vender directamente al consumidor mexicano o mover parte del mismo inventario a otros países de América cuando así lo requieran las diferentes demandas regionales de productos.

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