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México ya es el principal socio comercial de los Estados Unidos

La pandemia evidenció los altos riesgos de producir los bienes lejos de su lugar de consumo, pues se rompieron las cadenas de suministro de proveedores lejanos a las plantas productivas

Por Manuel Montoya, Director general en el Clúster Automotriz de Nuevo León (CLAUT)

Se ha denominado nearshoring al acercamiento de la producción a las regiones donde finalmente se van a consumir los productos. Es un fenómeno contrario a la globalización donde un producto podía ser manufacturado en cualquier lugar del planeta para producirlo al mejor costo. La pandemia evidenció los altos riesgos de producir los bienes lejos de su lugar de consumo, pues se rompieron las cadenas de suministro de proveedores lejanos a las plantas productivas, lo que elevó los costos logísticos e imposibilitó los niveles de producción que las industrias requerían.

En 1994, México se vio fuertemente favorecido por el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN), lo que incrementó sus exportaciones a Estados Unidos a un ritmo del 18 por ciento anual entre 1994 y 2000. Sin embargo, cuando China entra a formar parte de la OMC, incrementa sus exportaciones a los Estados Unidos a un ritmo del 16 por ciento.

Mientras tanto, a partir del 2000, México disminuye su ritmo de crecimiento de exportaciones a Estados Unidos al 6 por ciento. Esto hizo que China se volviera el principal socio económico de los Estados Unidos a partir de 2002.

En los últimos años, Estados Unidos ha impuesto tasas arancelarias a miles de productos chinos, con el objetivo de fortalecer la manufactura en su país, pero también en su región, en Norteamérica. En junio de 2018 Estados Unidos impone 25 por ciento de aranceles a productos chinos por un valor de 50 mil millones de dólares. En mayo de 2019 se imponen aranceles de entre el 10 y 25 por ciento a otros productos chinos con un valor de 200 mil millones de dólares. En respuesta, China impone aranceles de entre el 5 y 25 por ciento a productos estadounidenses con un valor de 60 mil millones de dólares. Esto ha provocado que a partir de octubre del 2023 México haya vuelto a ser el principal exportador de los Estados Unidos.

Esta gráfica refleja cómo el fenómeno del nearshoring ha vuelto a acelerar las exportaciones de México a Estados Unidos al sustituir productos chinos por productos hechos en nuestro país. Muchas empresas americanas que se habían llevado sus manufacturas a aquel país asiático han estado regresando su producción a Norteamérica, y en muchos casos a México.

También se ha incrementado la inversión de empresas chinas a México que vienen aquí a manufacturar y poder seguir atendiendo a sus clientes norteamericanos al aprovechar el Tratado de Libre Comercio de Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC). Vamos a seguir viendo este fenómeno durante 2024: más inversiones que llegan a México para atender el mercado Norteamericano al sustituir importaciones de China.

¿Qué tan bueno es este dato para la economía de nuestro país? Evidentemente es bueno que México aumente sus exportaciones, pues detrás de cada exportación, también hay trabajo realizado por algún mexicano. Sin embargo, para que el efecto sea verdaderamente bueno para nuestra economía, es importante incorporar contenido nacional en cada producto que se manufactura en México y que se exporta. Esto es lo que verdaderamente generará riqueza en las regiones de nuestro país.

En el caso de la industria automotriz se empieza a ver el efecto de las nuevas reglas de origen del T-MEC. Para finales de 2022 se incrementó en un 8 por ciento el contenido hecho en México de las exportaciones de autopartes a Estados Unidos. Habrá que continuar con esta tendencia para que los autos hechos en México sean cada vez “más mexicanos”. Y que los empresarios mexicanos se sigan subiendo a las cadenas de valor de las trasnacionales que se están trayendo su producción a nuestro país.

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