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Oportunidad única para fortalecer el comercio del TLCAN

La eficiencia, la seguridad y la conectividad en la logística y aduanas son fundamentales para agilizar el comercio internacional y promover el crecimiento económico en nuestra región.

Por Andrés Franco Zaldívar, Director General en COMCE Noreste

Este 2024 marca el trigésimo aniversario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), ahora conocido como el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Durante estas tres décadas hemos sido testigos de un crecimiento significativo en el comercio y la inversión entre los tres países.

Aunado a que México cuenta con 12 tratados de libre comercio con 46 diferentes países, Canadá 15 y Estados Unidos 14, el T-MEC ha brindado estabilidad a las relaciones comerciales en la región, lo que ha permitido a las empresas planificar a largo plazo.

A medida que celebramos este hito, no solo es crucial aprovechar las fortalezas del TMEC, sino que también debemos aprender de las áreas de oportunidad y seguir colaborando como región para aprovechar las oportunidades que el acuerdo ofrece y, más importante aún, abordar los desafíos que se avecinan.

La eficiencia, la seguridad y la conectividad en la logística y aduanas son fundamentales para agilizar el comercio internacional y promover el crecimiento económico en nuestra región. Es crucial invertir en infraestructura logística que pueda conectar puertos marítimos, aéreos y terrestres con proveedores, clientes y consumidores finales.

A pesar de que la actividad comercial ha crecido en los últimos 30 años, para continuar creciendo es imperativo que los corredores que conectan las fronteras de México con Estados Unidos y con Canadá sean seguros, amplios y dignos para los operadores que los transitan.

Sin duda también una oportunidad para que las autoridades de cada país hagan sinergia, compartan mejores prácticas, tecnología e inteligencia para garantizar un entorno comercial seguro para la región T-MEC. El cambio climático es uno de los desafíos más urgentes de nuestro tiempo y su impacto en el comercio exterior es innegable.

Por un lado, cada vez son más los fenómenos climáticos extremos que afectan la cadena de suministro. Sequías, incendios, inundaciones y heladas han dañado cosechas, han reubicado procesos productivos, han modificado la logística marítima y terrestre, y han alterado la forma de hacer negocio.

Por otro lado, los consumidores cada vez más demandan productos y servicios sostenibles. De la misma manera, la necesidad de contar con una estrategia de sostenibilidad se ha convertido en un requisito para que varias instituciones financieras puedan otorgar financiamiento.

No podemos quitar el dedo del renglón con la reciente crisis humanitaria de migración de miles de personas que recorren cerca de 4 mil kilómetros desde países varios en Centroamérica hasta México, Estados Unidos y Canadá, no solamente en búsqueda de reunirse con sus familiares o encontrar trabajo, sino que varios son amenazados por la violencia y dejan todo para sobrevivir y tener una vida digna.

Es necesario colaborar como región y abordar de manera integral las oportunidades de poder acoger y de brindar asilo y trabajo a los migrantes. Aquí se presenta otra oportunidad para que de nuevo la academia, gobiernos, cámaras, organismos e inversión privada juntos puedan actuar, fomentar y adoptar programas de integración para los migrantes y contribuir así al desarrollo económico y social de nuestra región.

Se avecinan las elecciones presidenciales tanto de México como de Estados Unidos. Independientemente de quiénes sean electos como presidentes, las posibles implicaciones en las relaciones económicas y políticas afectarán al comercio exterior de toda la región de Norteamérica. La interdependencia y creación de riqueza que se ha generado cada vez más entre las tres naciones debería ser la visión y prioridad en las agendas presidenciales.

Finalmente, y como dicen, el fútbol nos une y el Mundial de 2026 representa una oportunidad única para nuestra región para impulsar la economía y promover el turismo. La derrama económica generada por este evento no solo beneficiará al sector turístico, sino que también abrirá nuevas oportunidades de negocio en áreas como la hospitalidad, el comercio minorista y la construcción de infraestructura.

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