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Latitudex edición 4 | junio 2022 | La manufactura ¡está con madre!

Ante el contexto de inseguridad lo más disruptivo es actuar con inteligencia

Por José M. Reyes

México se encuentra entre los tres países más peligrosos del mundo para el transporte de mercancías vía terrestre, a la par de la India y Brasil. El crimen organizado, aunado a una regulación de transporte compleja y autoridades rebasadas en su capacidad de acción, son factores cada vez más comunes de interrupción de las cadenas de suministro nacionales e internacionales.

Ante este contexto de inseguridad, implementar medidas de prevención, controles de operación y políticas de seguridad en la gestión de la cadena de suministro, se ha vuelto la medida más popular para minimizar la probabilidad de ser víctimas de grupos del crimen, cada vez más sofisticados en la forma de operar y hábiles en la manera de evitar ser capturados. El principio del establecimiento de estas medidas de prevención radica en el entendimiento del contexto interno y externo en el que operamos y el análisis de riesgos de la cadena de suministro que integremos, en coordinación con los socios comerciales (proveedores y clientes) con los que trabajamos.

Existen programas de seguridad en cadena de suministro basados en modelos internacionales como el de Estados Unidos, denominado Customs Trade Partnership Against Terrorism (C-TPAT) surgido a partir del atentado del 9/11, que busca la colaboración de las empresas (Importadoras – Exportadoras), así como de todos los participantes de la cadena de suministro, con el gobierno de Estados Unidos para prevenir el contrabando y movimiento de mercancías ilícitas en la frontera. En México se ha adoptado en la legislación nacional, desde 2012, el modelo internacional del programa Operador Económico Autorizado (OEA). Es interesante que las empresas se preocupen por implementar no solo medidas de prevención de riesgos, sino también, planes de continuidad de negocios. No es lo mismo esperar que nunca tengamos contingencias, a estar preparados para prevenirlas y afrontarlas minimizando el impacto de éstas en nuestras operaciones.

Es inevitable considerar que la situación de pandemia por la que atravesamos es también un parteaguas en la forma de hacer negocios y operarlos, los ciberataques se dispararon y las vulnerabilidades se incrementaron, existe escases de microcomponentes y saturación de puertos, entre otros factores adversos. No obstante, se debe encontrar la oportunidad en el reto y un buen punto de partida es mapear los procesos actuales desde la perspectiva de riesgo para lograr identificar tendencias, generar ideas y pensar fuera de la caja, para esto se requiere de la participación de todas las áreas de la empresa, para contar con la visión estratégica de la alta dirección, pero tomar en cuenta la retroalimentación de la parte táctica y operativa de la organización.

Actualmente es necesario evolucionar del concepto de Cadenas de Suministro resilientes a Cadenas de Suministro “Inteligentes”, lo que implica cambio de paradigmas y nuevos modelos de operación que permita adaptarse lo más rápidamente posible a las condiciones del contexto, en lo que la única constante, es el cambio.

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