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¿Cuándo regresará la normalidad a la cadena de suministro?
El optimismo que marcó el inicio del año ha desaparecido. La última ola de restricciones COVID en Asia y la guerra en Ucrania han impedido que regrese la normalidad al comercio internacional y las empresas deben prepararse para el peor de los escenarios.
El mundo antes de la pandemia parece hoy en día un sueño lejano. Las vacunas contra el COVID-19 prometieron que 2022 sería el momento para regresar a la tan deseada normalidad, pero los acontecimientos de la primera mitad del año rompieron las burbujas de los analistas.
La última ola de restricciones en Asia y la guerra en Ucrania tuvieron un impacto en la cadena de suministros global, por lo que se espera que los altos costos de transportes se mantengan por lo menos hasta el siguiente año.
De acuerdo con un reporte publicado por Reuters, los ejecutivos de logística han comenzado a presionar a los fletadores para cambiar a contratos de largo plazo con la intención de administrar los costos de envíos. Si antes los pronósticos indicaban que los fletes caerían en el primer semestre de 2022, ahora tendremos que esperar por lo menos hasta principios de 2023.
Según cifras de Forbes, el costo de los fletes se ha quintuplicado en relación con los niveles previos a la pandemia. Entre las principales causas se encuentran las congestiones portuarias, los bloqueos y cierres comerciales y el espacio limitado de almacenamiento. Sin embargo, el gran reto hoy en día será combatir el incremento del precio de los energéticos.
La nueva normalidad
Las empresas deben empezar a vacunarse contra la incertidumbre. El aumento de costos de envío y los tiempos de espera llegaron para quedarse. Analistas coinciden además en que los contratos de carga cada vez operarán por períodos más cortos mientras que el mercado exigirá a los transportistas mejorar la eficiencia para liberar la red de transporte.
Aunque la mayoría de los factores están fuera de las manos de las compañías, existen medidas que puedan ayudar a mitigar los daños. La consultora McKinsey advierte que será importante administrar el inventario para mantener en marcha los niveles de producción internos y la entrega de mercancía a los clientes.
Otra cosa importante será mejorar los pronósticos de ventas que se han visto afectados por el panorama macroeconómico. Aquí la clave será tener flexibilidad para poder adaptarse ante factores no previstos, especialmente aquellos que pueden afectar los costos de transporte.
A pesar de que los costos de transporte han ido creciendo constantemente desde la pandemia, en los últimos meses se ha visto un nuevo pico. Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, el precio de enviar granos y alimentos aumentó en más de un 60 por ciento entre febrero y mayo de este año. De manera similar, el costo del combustible marino incrementó un 64 por ciento entre enero y mayo.
En tierra la situación es similar. Tan sólo en Estados Unidos, según el Council of Supply Chain Management Professionals State of Logistics Report, el costo de transporte de carga aumentó un 22 por ciento en el último año y, en general, el sector de logística ha crecido un 8 por ciento.