Jóvenes Ensayos

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Jóvenes Ensayos. Ensayos sobre diseño, tipografía y lectura Primera edición, mayo de 2014 © César Puertas Céspedes, compilador, 2014 © María Paula Arias Peñaloza © Miguel Bartelsman Mejía © Luisa María Burgos Barrera © Andrés Camilo Cuadrado Espitia © Juan Felipe Espinosa De Los Monteros © Jeffry Damián Medina Crofort © Nicolás Andrés Olaya Prieto © Juan Camilo Peinado Gelvis © Laura Catalina Ramírez Torres © Oscar Bernardo Santamaría Grisales © César Augusto Valero Roa © Julio Hernán Villa Jaramillo

ISBN 000-000-000-X Edición: Estudiantes del taller de énfasis de diseño editorial, Escuela de Diseño Gráfico, Universidad Nacional de Colombia Corrección: Quien corresponda Diseño y diagramación: Laura Ramírez Diseño de carátula: Laura Ramírez Impresión: Laura Ramírez Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitida por ningún medio, electrónico o mecánico, sin previa autorización escrita del editor. Todos los derechos reservados. All rights reserved. Impreso y hecho en Colombia




Índice Prefacio 11 ¿Por qué los diseñadores deberían ser buenos lectores?

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Influencia del diseño gráfico en la lectura de textos

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De la lectura y otros demonios

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Cómo entretener al lector

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Diseñando experiencia

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Por Laura Catalina Ramírez Torres

Por Damian Medina Crofort

Por Juan Felipe Espinosa de los Monteros

Por Maria Paula Arias

Por Miguel Bartelsman Mejía

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El diseño editorial, mediación de información

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Leyendo textos con imágenes

71

Qué, cómo y por qué

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Texto escrito: apariencia visual y lectura

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Por Julio H. Villa Jaramillo

Por Oscar Santamaría Grisales

Por Luisa Burgos

Por César Valero

La lectura en smartphones: campo del diseño

Por Andrés Camilo Cuadrado Espitia

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Prefacio Esta publicación es el resultado del trabajo conjunto de los estudiantes del taller de énfasis en tipografía, diagramación y composición 1 de la Escuela de Diseño Gráfico de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, realizado durante los meses de marzo y abril de 2014. El taller es el espacio que la Escuela dedica al reconocimiento de la importancia de profundizar en el estudio del fenómeno de la lectura según los medios en donde esta ocurre y las implicaciones de su relación con el diseño de la comunicación visual en la sociedad. En la primera etapa del taller, los estudiantes del curso abordaron las posibles relaciones e influencias del diseño gráfico con la comprensión de lectura, mediante la preparación de un texto que da cuenta de sus opiniones, sustentadas hasta donde a cada uno le fue posible, en diversas publicaciones estudiosas del tema. El texto producido durante las primeras dos semanas de clase es el insumo principal para la experiencia de edición de un libro, el mismo libro que el lector tiene en sus manos. En las semanas que siguieron a la redacción del texto, cada estudiante propuso un diseño que tuvo en cuenta los recursos disponibles (tiempo, dinero y fuerza de trabajo) en el cumplimiento de un propósito (la publicación de un libro ejemplar sobre el tema de la 11


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relación diseño gráfico y lectura que sirva de pretexto para aprender a diseñar, diseñando) y para la satisfacción de las necesidades de unos usuarios (los lectores de la Escuela, profesores y estudiantes). Cada diseño ha sido puesto a prueba en la manera como administra los recursos, cumple los propósitos que le confieren su existencia y se dirige a sus usuarios lectores. El diseño final (elegido por el grupo en pleno), es el que mejor considera los tres aspectos y de él se han producido algunas copias. De esta manera, los estudiantes se enfrentan, desde la confección misma del texto, la edición del libro, la corrección de estilo, el diseño de la edición, la diagramación y la impresión, la encuadernación y los acabados, a la emulación total de la experiencia de los procesos editoriales y al descubrimiento de la incidencia real del diseñador gráfico en cada uno de ellos. La forma final de este libro es la consecuencia natural de la consideración de esta triple relación recursos / propósitos / usuarios y es ahí donde estriba su mérito. En un medio frívolo, donde lo «diseñado» es sinónimo de superficialmente intervenido o «maquillado», enfatizamos que la apariencia de un libro como el que el lector tiene en sus manos tiene poco que ver con el genio o el capricho individual y en cambio mucho más con la expresión de la sensibilidad de unas personas consideradas con el usuario y con el trabajo de un equipo. Aunque su apariencia final pueda no aparentarlo, el presente libro ha sido, en todo el sentido de la palabra, diseñado. Bogotá, abril de 2014

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¿Por qué los diseñadores gráficos deberían ser buenos lectores? Laura Catalina Ramírez Torres

Son muchos los clichés acerca de la lectura, se dice que abre la mente del lector ante innumerables mundos y aventuras que pueden darle sentido a sus momentos de ocio o convertirle en una persona mucho más culta. Ésta es una visión que toma en cuenta más que todo a la lectura literaria, pero en realidad la actividad lectora va más allá de los libros y los autores clásicos para convertirse en una parte integral de la realidad y la cotidianidad de una gran mayoría de los habitantes del mundo. Después de que un niño aprende a leer, es prácticamente imposible para él separarse de esta actividad. Hace años, cuando era una


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niña pequeña, recuerdo haber emprendido la tarea de dejar de leer, quería evitar que mi cerebro interpretara los signos que percibía, así fuera por un corto periodo de tiempo. Hoy, recordando lo inútil de mis intentos, noto la importancia que el lenguaje escrito y su lectura o interpretación tienen dentro de nuestro mundo; la escritura, desde su invención, ha moldeado la forma en que los seres humanos se comunican.1 Los textos, además de ser piezas literarias o científicas, se conciben como piezas gráficas que tienen un alma o contenido y un cuerpo o forma. Para ilustrar estos conceptos dos ejemplos de la historia: las inscripciones encontradas en la antigua Pompeya son escritos cortos en las paredes, con contenidos casi vulgares, realizados por transeúntes que bien podrían haber estado de afán; por otra parte, los manuscritos iluminados eran realizados por personas muy especializadas en el arte de decorar textos con metales preciosos y hermosas ilustraciones, ya que trataban temas religiosos y sagrados muy importantes para la sociedad de la época. Teniendo en cuenta lo anterior, el diseñador, íntimo compañero del lenguaje escrito en nuestro entorno, toma las riendas de la forma del texto. Para los escritores ha sido importante que los discursos escritos sean entendidos por sus audiencias, que cumplan con ciertas características estéticas, y desde la invención de la imprenta, que puedan ser reproducidos y difundidos entre las personas. Considerando estos objetivos, es necesario que haya alguien involucrado después del proceso de producción textual y redacción, alguien que intervenga en el proceso de publicación.    Contrario a las reflexiones de Saussure que presentan al lenguaje hablado como el objeto más importante de estudio en la lingüística. (Kinross, 2004, p. 11) 1

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qué los diseñadores gráficos deberían ser buenos lectores ?

Entonces, el diseñador tiene la responsabilidad de cumplir con aquellas metas siendo lo más eficaz posible, por lo cual tiene una influencia muy marcada en la presentación de todo lo que el lector vaya a percibir. Para esto cuenta con muchísimas herramientas de producción (como soportes, formas de impresión, etc) y con herramientas de diseño (tipografìas, retículas base, etc) que son las que logran materializar el texto según las intenciones comunicativas que tenga. Existe el imaginario de que el diseñador puede influir sobre los textos con tan solo conocer el proceso de psicológico de la lectura. Después de comprender dichos mecanismos, el diseñador puede dar soluciones adecuadas a la parte más formal de la tipografía; el funcionamiento del ojo está presente al momento de diseñar los tipos pues estos deben facilitar el reconocimiento de cada letra y por lo tanto de cada palabra, los movimientos sacádicos son fundamentales para definir interlineados e interletrados, el funcionamiento de la retina dicta la necesidad de contraste entre tinta y soporte para que la lectura sea más comprensible, y las diferencias de percepción según la edad influyen en la elección de la fuente, por mencionar algunos casos (Unger, 2007, p. 63-87). De esta forma se identifican una serie de factores en los que el diseñador interviene directamente. Pero, aunque hay una teoría de percepción general para todas las personas, no hay dos lectores ni dos condiciones de lectura iguales. Así como hay muchas constantes que se pueden controlar con decisiones y fórmulas de diseño, hay variables que no, y se refieren a condiciones tanto del lector como del texto; el estado de ánimo, la situación socioeconómica, y el vocabulario (Noël, 2011, pp. 72-75), son elementos que aporta el lector, mientras que el género del texto y la redacción son cuestiones que vienen dadas por el escritor. 17


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Entonces, ¿cómo se puede enfrentar el diseñador a estas variables? Aunque a primera vista están fuera de control, un estudio preciso de las lecturas y los lectores más que de los procesos psicológicos puede ser la respuesta. Para esto es casi obligatorio que el diseñador se entregue por completo a su rol de lector, y que desarrolle un trabajo conjunto con el escritor para atender a sus necesidades y comprender el propósito de la lectura que debe diseñar. Al leer, el diseñador se familiariza con su material de trabajo, y tal como puede contar plenamente con las técnicas y herramientas gráficas a su disposición, también conoce a la perfección el material que debe moldear. Es una relación similar a la del escultor con su obra: si trabaja sobre piedra debe utilizar instrumentos y metodologías distintas a las que debe utilizar si trabaja con arcilla para poder obtener los resultados que busca. Hay una gran diferencia entre diagramar una novela, un volante publicitario o una revista (incluso una revista de chismes difiere bastante de una revista política). Cada uno de estos artefactos posee objetivos comunicativos distintos que no se pueden resolver con fórmulas gráficas comunes2, con los mismos estilos de párrafo de siempre, y las mismas fuentes tipográficas. La experiencia de trabajo y el conocimiento de cada texto le dan al diseñador la capacidad de resolver los problemas que cada situación plantee de la manera más adecuada. Así mismo, un proceso conjunto con el autor le permite al diseñador tener en cuenta las intenciones que el primero haya tenido durante el proceso de escritura así como elementos varios que sean fáciles de pasar por alto. Esta es una característica muy importan   Hay una gran cantidad de fórmulas comunes que son muy útiles para iniciarse en el diseño tipográfico (Carrere, 2009, p. 72-93). 2

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qué los diseñadores gráficos deberían ser buenos lectores ?

te del diseño, la interdisciplinariedad que muchos de los trabajos implican. Los diseñadores deben estar dispuestos a empaparse de la materia con la que estén trabajando, pues ésta es una de las garantías para que los objetivos propuestos se cumplan y los problemas sean resueltos. Por otra parte, los públicos de cada discurso escrito son muy distintos, y el diseñador debe tratar al menos de ponerse en el lugar de cada lector, tanto del niño pequeño como el adulto con alta formación educativa o el adulto mayor. En este ámbito los mecanismos cognitivos que permiten la lectura tienen una influencia notable, pero independientemente de ello (no sólo en la diagramación y creación de tipografías, sino en cualquier quehacer de diseño) es imperativo pensar en la audiencia antes de hacer cualquier cosa. Sin embargo, en la actualidad existe una deficiencia en la enseñanza de este tipo de metodologías para diseñar en la academia. Hay graves inconvenientes en los métodos que se utilizan para formar a los jóvenes diseñadores, se tratan los artefactos gráficos como elementos aislados de su medio que no tienen una aplicación en contextos reales, se enseñan fórmulas fieles a una tradición establecida las cuales sugieren que cualquier desviación no podrá comunicar de forma efectiva, y el usuario queda relegado como última prioridad en los procesos. Esto hace que el desarrollo de la profesión se estanque y además promueve soluciones independientes que pese a sus buenas intenciones no concretan la resolución de un problema. Sin embargo, el hecho de que estas dificultades existan, debe impulsar un cambio en las metodologías de los diseñadores, por eso en este caso me refiero a la necesidad de estrechar los vínculos entre el rol lector del diseñador y la diagramación y el diseño de tipografías. Si el ejercicio de la profesión y su enseñanza cambian de enfoque hacia un mejor conocimiento del material sobre el que se 19


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va a trabajar, a una prioridad en el usuario y a la importancia de la interdisciplinariedad propia del diseño, con seguridad la disciplina podrá evolucionar hacia un estado en que sea de mayor provecho para la sociedad en general. Es así como la distancia entre el diseñador y la lectura pone en evidencia falencias en la forma de diseñar. Si sólo se evidencian los principios biológicos y psicológicos de la mente humana, y si sólo se siguen los preceptos de diseño que vienen desde la academia, todas las lecturas serán iguales sin contar con su intención y con la función que deben cumplir para las personas. Así como la lectura ha sido importante para la comunicación de la humanidad, es importante para que el diseñador pueda ejercer su función y pueda influenciar la manera en que otros se relacionan con ella misma.

Bibliografía CARRERE, Alberto. (2009). Retórica tipográfica, Valencia: Editorial de la Universidad Politécnica de Valencia. FRASCARA, Jorge. (2011). ¿Qué es el diseño de información?, Londres: Ediciones Infinito, Parte II.2 «¿Qué nos dicen las teorías de la lectura a los diseñadores?» Guillermina Noël. KINROSS, Robin. (2004). Signos, escritura, tipografía, Buenos Aires: en revista Tipográfica 62. UNGER, Gerhard. (2007). While you’re Reading, New York: Mark Batty Publisher.

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Influencia del diseño gráfico en la lectura de textos Damian Medina Crofort

¿Cuáles serán los beneficios de invertir en un buen diseñador gráfico, y la composición de textos? En el imaginario social actual, se subestima el diseño gráfico y se piensa que no tiene consecuencias en el diario vivir, no se ha tomado una conciencia de su importancia. El diseño, tiene una definición, pero no es la misma que tenía cuando nació, y aún menos en este siglo XXI donde cada día aparecen nuevas disciplinas derivadas o asociadas a este. Se tiene la noción de que el diseño gráfico tiene sólo la intención de producir carteles, marcas, webs, embalajes, paneles señaléticos, y ser lo mismo que la publicidad y el marketing. Esta es una visión errada


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de lo que el diseño gráfico es hoy en día, pues aunque si se hace producción de objetos, la principal característica es la comunicación, la mejora y optimización de ésta, en los ámbitos visuales de la vida. La gran capacidad que tiene el diseño gráfico para trabajar con muchas disciplinas en la producción de material y la eficiente visualización de cualquier clase de información hace que su campo de acción crezca considerablemente. La otra gran característica del diseño gráfico en este siglo es a quién va dirigido; ya no hablamos necesariamente de ir a grandes masas de personas para poder comunicarnos, ahora hablamos del individuo y de pequeñas agrupaciones de personas que necesitan comunicarse efectivamente, por ejemplo, agrupaciones académicas o fanáticos de un tema en especial. Se hace necesario, que, como diseñadores, aprendamos temas de psicología, sociología y antropología para crear mejores estrategias de comunicación. Elementos compositivos como la tipografía, el espaciado, la mancha de texto, el color, la textura del papel, el brillo (en el caso de las pantallas) tienen efectos en la vista, pues disponen el nivel de cansancio y esfuerzo que ésta debe realizar en el acto de leer (podría llegar a aturdir al lector), así mismo, en el proceso cognitivo, produce un cuota de distracción que puede incluso llevar al abandono de la lectura que se esté realizando. Para entender a grandes rasgos cómo funciona la comprensión de textos, necesitamos saber cuál es el proceso cognitivo y luego ver paso a paso las cualidades que puede dar un diseñador al mejorar las capacidades de los textos. a. Perceptivos y de identificación de las letras. Para que un mensaje escrito pueda ser procesado por el lector, tiene que ser previamente analizado por el sistema visual. A través de las fijaciones y desplazamientos 24


influencia del diseño gráfico en la lectura de textos

oculares que nuestros ojos realizan sobre el texto escrito se van descifrando los signos gráficos que son proyectados sobre nuestro cerebro. En este primer estadio la tarea fundamental es la de identificar las letras que aparecen ante nuestros ojos, tarea no siempre sencilla, especialmente cuando se trata de textos escritos a mano.

b. Reconocimiento visual de las palabras. Identificar las letras es una tarea relativamente fácil puesto que sólo hay 27 letras diferentes en castellano. Reconocer palabras ya es algo más complejo puesto que son decenas de miles las palabras diferentes que nos podemos encontrar cuando leemos un texto. Y de cada palabra tenemos que recuperar su fonología (si la queremos leer en voz alta) y su significado (si queremos hacer una lectura comprensiva). Para explicar el proceso de reconocimiento de palabras se han propuesto diferentes modelos, puesto que se trata del proceso clave de la lectura. Si una persona falla en el reconocimiento de las palabras escritas no podrá leer en absoluto.

c. Procesamiento sintáctico. Las palabras aisladas no proporcionan ninguna información nueva que el lector no sepa ya. La información se produce cuando esas palabras se agrupan en unidades mayores, como la frase o la oración, que es donde se genera el mensaje. Para realizar el agrupamiento, el lector dispone de unas claves sintácticas que le indican cómo pueden relacionarse las palabras del castellano (en otros idiomas las claves varían) y hace uso de ese conocimiento para determinar la estructura de las oraciones particulares que se va encontrando cuando lee.

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d. Procesamiento semántico. Después que ha establecido las relaciones entre los distintos componentes de la oración, el lector pasa al último proceso que consiste en extraer el mensaje de la oración para integrarlo en sus propios conocimientos. Sólo cuando ha integrado la información en su propia memoria se puede decir que ha terminado el proceso de comprensión. (Cuetos, 2011. p. 15-16)

Composición de textos El texto se entiende como un objeto que se constituye en un medio de comunicación impreso o digital, específicamente planificado para el uso en un proceso de enseñanza. En este sentido, consta de una existencia material (papel, pantalla, encuadernación, tinta) que incide en aspectos de uso tales como su duración, manipulación y transporte. Por otra parte, consta de una existencia simbólica, en la medida que se compone de códigos que consignan distintos tipos de información (imágenes, tipografías, señalización, diagramación). Ambos aspectos, material y simbólico, son materia de decisión del Diseño Gráfico. Éste tiene varios aspectos a analizar, incluso antes de empezar a descifrar palabras. El primero de estos es el idioma, pues cada uno tiene una forma propia de comprenderse, cada uno se desarrolló bajo un código de construcción y lectura distinta, que incluso entre dialectos lejanos, en el mismo idioma resulta un tipo de lectura variable, es el caso de las palabras que cambian de significado de región a región o entre países. Otro aspecto relevante es el tema del que trata el texto, aunque esté bien escrito, y tenga un diseño prolijo, depende del gusto o la 26


influencia del diseño gráfico en la lectura de textos

conveniencia para cada persona, pues conforme a su interés, va a realizar un tipo de lectura u otro, por ejemplo, si es un texto académico, y es pedido como base para una clase, y no es de total gusto del lector, éste va a hacer una lectura superficial y rápida, saltando palabras y fijándose en los nombres, fechas y texto resaltado, tratando de sacar ideas principales como para cumplir la labor. Pero si el texto es una novela de ciencia ficción, de la saga que más te gusta y la has seguido por años, haces una lectura lenta, descifrando cada párrafo con paciencia, tratando de aprovechar al máximo el contenido y memorizando al máximo la historia. Algo muy importante es la escogencia de familia tipográfica (tipo de letra). Se considerará la selección y tratamiento de la tipografía en el texto, tanto en los aspectos que facilitan su lectura como en los que permiten identificar, diferenciar, destacar y jerarquizar los distintos tipos de información. Los textos deben ser siempre visibles. Es decir, deben presentar una óptima relación de contraste figura-fondo, ya sea sobre el color del papel o sobre algún otro recurso gráfico (fondo, color, imágenes, etc.). Las tipografías utilizadas deben ser probadamente legibles (sus caracteres deben ser perfectamente identificables y diferenciables entre sí), especialmente la familia tipográfica escogida para el texto principal. La aplicación de la tipografía debe facilitar la lectura, considerando una relación ergonómica entre sus distintas variables (tamaño, interlineado, justificado, ancho de columna, espaciado entre párrafos, sangría, etc.) teniendo en cuenta particularmente, el nivel de lectura del público al que va dirigido. El uso de tipografías de fantasía y manuales debe quedar reservado para títulos, cabezales, nombres de secciones, viñetas, etc., descartándolas por completo en el texto principal y en la información complementaria. El trabajo tipográfico debe cuidar el oficio y la limpieza de la propuesta, evitando las «cascadas» (espa27


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cios entre palabras que forman una continuidad visual de una línea a otra), así como las «viudas» (palabras solas al inicio de una columna o al final de un párrafo) y «huérfanas» (primera línea de párrafo que queda a final de la página o de una columna). La tipografía debe permitir discriminar los diferentes tipos de información, sus relaciones y jerarquías (principal y secundaria, pie de fotos o de gráficos, citas, etc.) a través de la elección de distintas familias tipográficas y sus múltiples aplicaciones: cuerpo, forma, color, grosor, tamaño, inclinación, etc. Los tipos de letra deben justificarse con base en funciones claras y reconocibles, evitando el recargamiento visual. En cuanto al tamaño de la letra, si se utiliza uno muy pequeño, puede que quepan más caracteres por renglón y la lectura sea más fluida, pero ésta requerirá mayor esfuerzo. Por el contrario, si se emplea un tamaño más grande, el esfuerzo se reduce, corriendo el riesgo de que haya más saltos de renglón en cada página, dificultando la comprensión del texto. La clave es balancear estos aspectos y componer de modo que se propicie una lectura ligera y sin esfuerzo. Se considerará la organización y composición de la información en cada una de las páginas, así como la organización del recorrido a lo largo del texto. La diagramación debe estructurar la información con claridad, debe separar visualmente aquellos contenidos de distinta clase (por ejemplo, texto central de textos secundarios, mediante recursos gráficos (líneas, color, etc.). Debe unir visualmente aquellos contenidos que deban ser leídos en conjunto. Cuando el contenido central se relaciona con imágenes presentes en la diagramación, éstas deben ubicarse lo más próximo posible a donde las menciona en el texto, evitando colocarlas en páginas diferentes. Página a página debe sugerir un recorrido visual claramente distinguible para el texto central, por medio de un manejo jerar28


influencia del diseño gráfico en la lectura de textos

quizado de los pesos visuales. Esto implica el manejo del tamaño, color, distancia, contraste, forma, etc., de los diversos elementos que participan en la página, según su importancia y función en relación con el contenido. La diagramación debe velar por un uso proporcional de los espacios en blanco o «aires» en relación con el espacio ocupado, evitando una sobrecarga visual y favoreciendo el seguimiento del recorrido de la página. A lo largo del texto, la diagramación debe presentar una estructura predecible que entregue un sentido de unidad visual. Es decir, las distintas páginas deben mostrar un tratamiento consistente, en donde se note una misma línea gráfica para resolver las diversas situaciones que plantean los contenidos. La señalización debe utilizar recursos que presenten las características de un sistema: permanencia a lo largo del texto, coherencia gráfica y en los referentes escogidos. Se espera que distinga unas secciones de otras (unidades, capítulos, etc.), por medio del uso de uno o varios recursos gráficos tales como: colores, tramas, texturas, viñetas, formas, números, etc. El color, en el texto es un problema grande y limitado pues es preciso combinar bien el fondo, con el color de la letra, y en un sistema digital también influye la iluminación de la pantalla. En el impreso se tiene que pensar en el soporte, del color de papel, generalmente tonos claros, depende la letra, y aunque el más usual es el negro, por su condición contrastante con. Y aunque es posible utilizar cualquier color se debe hacer una experimentación, para que este no afecte la lectura, lo importante es: el buen contraste, velar por el blanco, los buenos espaciados generan una mejor fluidez, y no hacen aburrida la lectura. En pantalla tiene las mismas características, pero, adicionando el nivel de iluminación de ésta, aunque es modificable, altos niveles de brillo cansan más rápido la vista, lo 29


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cual interrumpe la lectura y la comprensión, y puede llevar a dolores de cabeza. Hay casos donde el diseño de texto se deja tan aleatoriamente, que encontramos páginas donde la letra es blanca puesta sobre un fondo negro, error que impide la lectura pues esfuerza mucho la visión, y no es estético. Y casos como estos es por lo cual no debe subestimarse el trabajo y el conocimiento de un buen diseñador, pues llevan a cabo la optimización de estos procesos de comunicación y organización de información. El diseñador gráfico es quien está capacitado en esta labor, y el buen diseñador es una inversión que debe hacerse al momento de publicar textos.

Bibliografía CUETOS, Fernando. (2011) Psicología de la Lectura. Madrid: Wolters Kluwer España, S.A. FRASCARA, Jorge. (2006) El diseño de comunicación. Buenos Aires. Infinito.

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De la lectura y otros demonios Juan Felipe Espinosa de los Monteros

Sólo para evidenciar lo obvio e introducir este ensayo, diré que el acto de la lectura es un proceso humano tan mecánico que usted, al leer este documento, probablemente lo esté haciendo, no por el placer estético de percibir los grafismos que lo componen, sino por comprender la información que representan. Esto supone que usted, como la mayoría de los lectores en el mundo, no se detiene a pensar «¡qué linda es esta eme!» o «¿por qué a veces la a parece una o con un palito y a veces no?», usted simplemente está ávido de información, de la información que previamente sabía que podría encontrar aquí y que a falta de poder dialogar frente a frente conmigo, la decodificará interpretando este mar de jeroglíficos que ya conoce desde su infancia.


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Partamos del hecho de que una persona cualquiera, habituada a la lectura (habituada en el estricto sentido de dominar los mecanismos formales de la misma) es capaz de interpretar un texto como si se tratara de una narración oral que se hace a sí mismo, pero que en el cerebro constituye un proceso diferente (de hecho los niños aprenden a hablar a fuerza de escuchar la forma de comunicación presente en su entorno, pero aprenden a escribir y leer porque alguien deliberadamente les enseña a hacerlo). ¿Quiere decir esto que la comunicación oral y la comunicación escrita son procesos lingüísticos tan disímiles? La respuesta es sí, y así lo explica Duñabeitia3 en su artículo Differential sensitivity of letters, numbers and symbols to character transpositions, en el que afirma que en el cerebro ocurren procesos diferentes al pronunciar o escuchar una palabra que cuando se lee o escribe.

Jon Andoni Duñabeitia, investigador del Basque Center on Cognition, Brain and Language 3

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de la lectura y otros demonios

(Tomado de: http://neurovida.blogspot.com/2013/05/memoria.html)

Estos procesos se construyen de diferente manera y en distintas etapas de la vida y así mismo se asimilan de formas diferentes en cada contexto social. No todas las personas que aprenden a hablar aprenden también a leer y es que por mucho tiempo la lectura fue un determinante de la segregación social y aún hoy, separa socialmente a las personas: aquellos que no saben leer no pueden estudiar, tienen menos oportunidades laborales y en general no pueden comunicarse con los demás por medios escritos. Estos medios escritos, aunque relacionados entre sí, tienen bases diferentes. La homogeneización de estas formas de comunicación social (periódico, radio, revistas, televisión, internet, etc.) no 35


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ha podido «uniformar» la parte intangible de esa comunicación: el lenguaje. Podría decir sin temor a exagerar, que existen tantos lenguajes como culturas en el mundo, cada uno con un sistema sonoro representado por otro sistema visual, que han sido creados a partir de la experiencia colectiva y convencionalizados con el paso de los años, pero ante todo, que han sido entrelazados arbitrariamente. ¿Por qué los mesopotámicos decidieron representar su lengua hablada con grafismos cuneiformes?, ¿por qué los egipcios usaron jeroglíficos?, ¿a quién se le ocurrieron las formas que componen el alfabeto latino con el que está escrito este ensayo? Son preguntas que probablemente nunca sean contestadas con certeza, pues las explicaciones al respecto parten de supuestos antropológicos, y los motivos por los que una civilización antigua tomó la decisión de adjudicar ciertas formas y no otras a los sonidos de su lengua, serán siempre inciertos. El proceso lingüístico se basa entonces en la asignación de formas arbitrarias a los sonidos que componen el habla. Este proceso responde a diferentes dinámicas en el caso de cada lengua alrededor del globo, muchas culturas construyeron (y aún hoy lo siguen haciendo) un método para representar gráficamente los sonidos propios de su idioma. Es por eso que si usted escucha hablar a un nepalí o a un ruso, reconocerá (en teoría) los mismos sonidos que escucha en español solo que en diferente orden; pero si ve un texto, con esas mismas palabras, escritas por supuesto con los caracteres propios de sus sistemas de escritura (devanagari y cirílico, respectivamente), para usted no serían más que formas abstractas sin sentido aparente ni interpretación sonora alguna. La ausencia de sentido convierte esos grafemas en imágenes pictóricas, como las de los muchos tatuajes de letras chinas que seguramente habrá visto y cuyos portadores en su mayoría, no sabrán 36


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lo que significan. Pero no hay que ir hasta China para ver letras que parecen dibujos, le puedo asegurar que habrá visto más graffitis de los que podrá recordar, de esos que en la jerga del Street-Art llaman tags y que para su sorpresa, por si no lo sabía todavía, están escritos con el mismo alfabeto latino que este texto. Podemos decir que existe una suerte de construcción mental capaz de determinar si una forma es un grafema o una imagen (y dependiendo de ello, procesarla en diferentes lugares del cerebro) pero, ¿podemos determinar cuál es el límite que separa una cosa de la otra? Estudiemos el siguiente ejemplo:

En él se encuentran: a) la palabra Cachorro, escrita en español con caracteres latinos; b) la interpretación fonética de esa palabra de acuerdo al Alfabeto Fonético Internacional4; c) la imagen de un cachorro; d) la definición de la palabra y por último; e) la palabra hebrea que corresponde al mismo significado5. Si observa detenidamente y memoriza las formas de la palabra hebrea, cuando las vuelva a ver sabrá que ahí dice cachorro en hebreo, pero no sabrá cómo se pronuncia, cuál es el sonido de cada letra y tampoco estará    Representación del sonido ejecutado al pronunciar la palabra Cachorro. 5    Escrita en abyad hebreo, su alfabeto de origen. 4

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seguro del orden adecuado; usted solo sabrá que ese conjunto de formas significa cachorro en hebreo de la misma forma que al ver la fotografía usted supo que se trataba de un perro de temprana edad porque su experiencia visual así se lo indica. Entonces podemos decir que la interpretación de esta palabra hebrea, en su cerebro, está al mismo nivel de la interpretación de la fotografía, es decir, de una imagen. Pero claro, en algún momento, esas imágenes son capaces de convertirse en letras, simplemente recuerde cuando aprendió a escribir en el colegio, las formas que su profesora se esforzó en hacerle aprender y que usted veía como formas casi pictóricas, ahora le resultan prácticamente invisibles individualmente porque como mencioné al principio, usted no se está fijando en cada letra de este texto, ni en las palabras, su cerebro está viendo contenidos semánticos. Es esta conversión la que permite la aparición del lenguaje escrito y es la que de tener problemas, afecta todo el sistema que nos permite comunicarnos de esta manera; un pequeño problema de interpretación de una letra afectará todos los estadios que componen el proceso de lectura. Inconscientemente, su cerebro al igual que el mío y el de todas las personas, identifica primero la forma de cada letra, luego su función dentro de cada palabra, luego busca el significado asignado a esa palabra, para finalmente unir los diferentes significados en una sola idea coherente. Por lo anterior, si aparece una letra desconocida mientras usted está leyendo, su cerebro va a detenerse porque no encuentra el archivo mental que le da sentido, usted estaría viendo una imagen en medio de un texto. Es por ello que la forma de las letras es de gran importancia en el proceso de lectura, el cerebro automáticamente compara las 38


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formas de las letras que ve, con las formas estandarizadas de esas letras que conoce previamente, pero cuando una letra no es lo suficientemente parecida a una de sus formas conocidas, afectará no solo la velocidad de lectura, sino la concentración del lector y por ende el sentido global del texto. Si varias letras están mal representadas, podría llegar a convertir la palabra que la contiene en léxico aparentemente desconocido. A pesar de la sorprendente capacidad del cerebro de reconocer palabras aun cuando algunas de sus letras no son identificables por separado, muchas veces no es suficiente para sobrepasar los errores de escritura que puedan presentarse en un texto. Con el fin de controlar las dinámicas que permiten identificar cada letra, tendremos que revisar esa separación mental involuntaria entre imagen y letra y transformarla precisamente en una separación voluntaria. La tarea del diseñador gráfico es entonces la de facilitar a su cerebro y el de sus homólogos lectores la asimilación de las formas con las que se construye la lectura. Pero no debería ser solo el diseñador quien se preocupe por la buena escritura de un texto, la mala quirografía6 muchas veces también representa un problema; para muchos farmaceutas, descifrar una receta médica es todo un logro. Así las cosas, todos estamos constantemente diseñando las letras que escribimos, estamos condicionando la forma de leer de alguien más porque ¿para qué escribir, sino para ser leídos? y no se trata exclusivamente del diseño como profesión, es el diseño entendido en su sentido más global y genérico. Ya que todos en mayor o menor medida diseñamos nuestra producción escrita, deberíamos estar obligados moralmente a procurar la comprensión de aquello que escribimos, si eso queremos, o al    Escritura a mano. Rasgos característicos de la escritura de una persona. 6

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menos ser conscientes del efecto que tiene sobre los posibles lectores la forma de representar por escrito un sistema fonético. Para ello es indispensable retroceder un poco en el proceso de aprendizaje del lenguaje y entender las letras, no como formas con una categoría absoluta que las separa de cualquier otro sistema de símbolos, sino como imágenes reguladas por una convención social, que están al servicio de la comunicación y que al mantener su condición de imágenes, nos permiten dotarlas de un carácter simbólico adicional al que les está dado implícitamente por su transcripción sonora y que es capaz de potencializar el contenido de un texto. La lectura es más compleja de lo que parece y es la base de la comunicación materializable, por ello para muchos es la columna vertebral del diseño gráfico y lejos de ser un mal que atormente a los diseñadores, es más bien una de las formas más amables que tenemos de acercarnos a un desconocido, como usted o como yo, que estamos entablando esta conversación sobre la lectura sin proponérnoslo. Aunque yo no pueda saber lo que usted opina al respecto, ciertamente sé que alguna reflexión debió causarle, porque eso es lo que logra la lectura bien escrita, hacerle creer a su cerebro que está hablando conmigo.

Bibliografía CUETOS, Fernando. (2011) Psicología de la Lectura. Madrid: Wolters Kluwer España, S.A., «Introducción» y «El sistema de lectura: decodificación» p.p. 13-57. DUÑABEITIA, Jon Andoni. (2012). Differential sensitivity of letters, numbers and symbols to character transposition en revista 40


de la lectura y otros demonios

Journal of Cognitive Neuroscience, 24:7. Londres. MIT Press Journals,, p.p. 1610–1624. UNGER, Gerhard. (2007). While You’re Reading. New York: Mark Batty Publisher «The process» p.p. 63-68; «Convention» p.p. 81-87, y «Reader’s eyes» p.p. 91-99.

Recursos de Internet Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española http://www.rae.es/ Transcriptor fonético http://www.fonemolabs.com/transcriptor.html Traductor idiomático http://www.traductor24x7.com/

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Cómo entretener al lector Maria Paula Arias

A lo largo de mi vida siempre he tenido ciertas dificultades para leer, ya sea porque: o no me interesa el contenido, o no lo entiendo, o simplemente no me dan ganas de leerlo. Pero el hecho de que no me den ganas de leerlo es el que me intriga más, porque si mal no recuerdo, me predisponía al texto, es decir, prefería leer un texto de letras grandes, redondeadas y con serifas a los textos de letras pequeñas y palo seco. Los textos con estas características tendían a ser sobre historia o novelas los cuales evidentemente eran más fáciles de leer; los otros trataban sobre ciencia o cosas aburridas, para mí, en esa época. Lo raro es que, a pesar de que a mí me interesaba la ciencia, no entendía por qué me costaba leer ese tipo de textos y, en cambio, los otros eran un placer para mis ojos. Es por eso que para entender mi aversión por cierto tipo de textos debemos tener en cuenta que, la lectura es una parte esencial


jóvenes ensayos

de nuestras vidas, pues es la manera en la que nos comunicamos actualmente, es imposible no leer las palabras que se encuentran por todo lado y que ya leemos sin darnos cuenta. Pero esta lectura tiene tres actores: el autor, el lector y el diseñador. El que nos interesa más en este ensayo es el diseñador, pero hay que dejar claro que: el autor debe asegurarse de ser, en cierta medida, lo más claro posible; y el lector debe recurrir a ciertas herramientas, que encuentre necesarias, a lo largo de la lectura del texto. Para entender mejor la lectura debemos explicarla desde sus comienzos, es decir, desde el punto de vista biológico de cómo se mueven nuestros ojos mientras leemos. Nosotros los seres humanos no miramos una imagen en su totalidad sino que nos fijamos en los pequeños detalles que la componen, esto es gracias a la anatomía de los ojos, pues en la retina, en la parte central llamada fóvea, existen unas células fotosensibles (conos) que nos ayudan a detectar el color, mientras en el resto de la retina existen otro tipo de células fotosensibles monocromáticas (bastones) que perciben el movimiento. Los ojos repasan el texto por medio de movimientos sacádicos, que van de adelante hacia atrás mientras leemos la palabra, pues nos permiten ir entendiendo y fijando las palabras a medida que las leemos. Cuando empezamos a leer comenzamos relacionando un sonido fonético con la forma de una letra, estas letras a medida que las vamos leyendo las vamos relacionando para finalmente verlas como palabras, estas palabras relacionarlas con frases y así sucesivamente. Entre más nueva sea la palabra, más nos vamos a detener en texto pues estamos procesando la nueva información, es decir que el proceso de lectura también depende de nuestros conocimientos previos los cuales ralentizan o agilizan la lectura. Sabiendo cómo se mueven y perciben nuestros ojos el texto, el primer trabajo del diseñador es hacer entendibles las letras que 44


cómo entretener al lector

vamos leyendo. Se pueden hacer entendibles por medio del color, la forma, el tamaño y espaciado de la letra. Ahora podemos entender mi preferencia por los textos de puntaje alto entre 9 y 13 y letras anchas. Pues los textos de letra pequeña y condensada son más difíciles de percibir para mis ojos. Haciendo referencia al tipo de letra que no me gusta leer, también recuerdo los manuales de uso que tenían letra pequeña y simplemente me daba pereza o no me gusta leerlos porque muchas veces no entendía. Todo esto con referencia al texto de Guillermina Noël dónde hacía referencia a los lectores que se frustraban al leer manuales (mi caso) porque realmente estaban mal diseñados, y generalmente los lectores se culpaban por no entender lo que leían. En la parte de la frustración del lector creo que hay tres posibilidades también: que el autor no sea lo suficientemente claro con las instrucciones, que el lector no sé informa lo suficiente para poder entender el texto, o que el diseñador no haga atractivo el texto. Esta clase de posibilidades nos llevan a meditar el papel del diseñador frente a la diagramación del texto y a qué recursos se deben utilizar para hacer una lectura amable a la vista. Hay que tener en cuenta las tareas del diseñador como lo básico sobre la escogencia, el tamaño y el tipo de letra; el equilibro y la armonía de las páginas; el ritmo y dirección que el diseñador le da a la lectura a partir de las jerarquías dadas con la tipografía; saber en qué formato de lectura va a ser ubicado el texto, ya sea: periódico, revista, libro, cartel, catálogo, página web, etc. La escogencia de la letra es algo vital para el texto, esto implica que la letra tenga un puntaje legible, pero que no se exceda en proporción. Me remito al artículo «How we read» del blog de Cyrus Highsmith quien nos ilustra muy bien sobre cómo uno debe con-

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jóvenes ensayos

templar el tamaño de la letra según cómo enfocamos las frases al leerlas.

Así mismo hace énfasis en el tamaño de la letra, que debe ser legible, pero que a su vez no abarque mucho espacio.

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cómo entretener al lector

Finalmente habla del espaciado el cual pienso yo que es como el aire entre las letras, es decir, él dice que tiene que ver como cuando uno escucha a una persona hablar, que si es muy lento uno se queda absorto en las pausas, en cambio que cuando una persona muy rápido, por la velocidad, uno no alcanza a percibir toda la información tan rápido entonces uno se distrae para finalmente perderse.

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jóvenes ensayos

En la cuestión de escoger la letra me remito a Retórica Tipográfica de Alberto Carrere que habla de que los tipos de letra más considerados son los de esqueleto común o tipo ideal «basados en principios estructurales consolidados por la tradición, en cuanto a forma, grosor de trazo y proporciones de escala horizontal y vertical; donde el núcleo tiende a la forma redonda» refiriéndose a las tipografías Caslon, Goudy Old Style, Gills Sans y Univers. No es que uno siempre tenga que utilizar esas tipografías, sino que uno tiene que tener en cuenta esas virtudes básicas que éstas poseen. Ya depende de uno que quiere expresar o reflejar por medio de la tipografía. En cuanto al equilibrio y la armonía de un texto esto depende más de que tonalidades quiere darle uno a la caja de texto por medio del interlineado y el puntaje de una tipografía similar a lo que hablaba Cyrus Highsmith sobre el espaciado entre letras. Pero esto ya es más un aspecto visual del texto el cual, pienso yo, que debe mantener una legibilidad, pero que puede jugar con las texturas que pueden dar este tipo de efectos visuales. 48


cómo entretener al lector

El ritmo y dirección que el diseñador le da a la lectura por medio de las jerarquías se refiere a la importancia y la diferencia que uno le da los diferentes aspectos del texto así como título, subtítulo, texto, pie de página, etc. Pues la diferencia de puntaje de estos, le da una jerarquía de lectura. El ejemplo más claro es la portada de una revista. Donde se lee desde lo más grande hasta lo más pequeño.

Siguiendo con el ejemplo de la revista saber en qué formato va a ser ubicado el texto nos puede dejar o ser muy libres, o restringirnos. Por ejemplo, generalmente las revistas utilizan retículas donde predominan las columnas que pueden ir de dos a cuatro. En cambio 49


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en las novelas el texto va en una sola columna y lo más sencillo posible. Pero existen también en los libros sobre ciencia y sobre todo medicina dónde necesariamente son más de dos columnas ya que la cantidad de texto excede las páginas donde se puede imprimir, es decir que las columnas les ahorran el papel, pues estos textos tienden a ser muy específicos y la mayoría cuenta con muchas ilustraciones. Igualmente el diseñador debe tener en cuenta las imágenes, que también a veces apoyan el texto o que son una parte vital, y tratar de hacer un equilibrio con el texto. Siguiendo estas indicaciones técnicas puede que el texto esté muy bien diseñado, pero para poder emplearlas el diseñador tiene que ubicar en un contexto y saber a qué público se dirige, para darle el valor estético y visual requerido. Tampoco es hacer el texto para cada persona pero sí tener en cuenta los requerimientos de la mayoría de los lectores. Igualmente no se le puede dar gusto a todo el mundo, porque hay ciertas cosas que ya están estandarizadas. Y algo si es muy cierto en el mundo de la lectura hay para todos los gustos. En conclusión pienso que la lectura es diseñable en el sentido que es la carta de presentación de un texto, pues si uno no sabe de qué se trata el texto, lo primero que mira es cómo está diseñado y esto puede hacer una gran diferencia en la lectura, porque puede hacerla una experiencia inolvidable o terrible para el lector. Así que trate en lo posible de no aburrir a un lector porque puede afectar en una gran medida sus futuras lecturas.

Bibliografía CARRERE, Alberto. (2009). Retórica tipográfica. Valencia: Editorial de la Universidad Politécnica de Valencia. 50


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FRASCARA, Jorge. (2011). ¿Qué es el diseño de información? Buenos Aires: Ediciones Infinito. UNGER, Gerhard. (2007). While You’re Reading. New York: Mark Batty Publisher.

Recursos de internet How We Read, de Cyrus Highsmith: http://www.fontbureau.com/blog/how-we-read/ Movimientos sacádicos, DE WIKIPEDIA: http://es.wikipedia.org/wiki/Movimientos_sac%C3%A1dicos DICCIONARIO WORDREFERENCE: http://www.wordreference.com/

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Diseñando experiencia Miguel Bartelsman Mejía

Cuando se lee un texto cualquiera, impreso o en pantalla, hay de por medio una serie de procesos, conscientes o inconscientes que construyen una experiencia de lectura. Pero hay que preguntarse cuál es el alcance que tiene el diseño gráfico para producir o modificar esta experiencia. A continuación se presentan los niveles a través de los cuales se construye la experiencia de un texto. Estos niveles son analógicos a la construcción de un edificio, empiezan desde las bases o cimientos y terminan en el techo.


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El contenido y la audiencia Cuando una persona, independiente de su meta, lee un texto, lo que lee no es la apariencia ni las letras, lee el contenido del mismo. Por esto el texto, el contenido de un libro, revista o artículo, es la base para el diseño de la experiencia de lectura, es el nivel más básico y el más importante que se busca y encuentra al leer. El autor del contenido es el protagonista en este primer nivel de la experiencia. Un texto bien redactado, con una buena puntuación, que maneje un lenguaje asequible y amistoso al lector, es un texto que es fácil de leer. Sin embargo, aquí hay otra variable que desempeña un gran papel: el lector del contenido, ya que depende de este lo que se considera un lenguaje amigable o un tema familiar. Un niño no es capaz de leer y entender los mismos textos que un adulto. Un diseñador gráfico probablemente tendrá grandes dificultades leyendo un texto acerca de los nuevos desarrollos en la neurología, un neurólogo probablemente también tendrá dificultades leyendo un texto que habla de la teoría de la estética y comunicación visual. Por el otro lado, textos dirigidos a una audiencia familiarizada con el tema serán leídos con mayor facilidad y rapidez, ya que la terminología, lenguaje y conceptos manejados ya los conoce el lector. A esta facilidad que ofrece el texto escrito para ser comprendido, se le llama lecturabilidad, y es una combinación de los factores mencionados: la calidad del texto y la familiaridad del lector con el mismo. La lecturabilidad del texto será el terreno base de la experiencia de lectura sobre la cual se puede empezar a construir por medio del

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diseñando experiencia

diseño. Es a partir de aquí que al diseño gráfico se le da campo para maniobrar y generar una experiencia más o menos placentera.

El diseño de tipos Tipografía, en su forma más básica, se refiere a la técnica del manejo y selección de tipos (ya sean físicos o digitales) para expresar el lenguaje de una manera gráfica. (Wikipedia, Tipografía) Todos los textos impresos y de pantalla manejan tipografía y sin ella no sería posible representar el lenguaje hablado en masa para permitir la comunicación gráfica. Además de traducir la gráfica al lenguaje, la tipografía es también capaz de producir diferentes efectos a la hora de leer. Diferentes tipos de fuentes generan diferentes sensaciones y ambientes en la lectura; no es lo mismo una fuente old style que una script, La primera da una sensación de seriedad y ambiente formal, la segunda genera lo opuesto, una sensación juguetona en un ambiente informal. Cabe notar que así como una fuente puede construir un ambiente para la lectura, también lo puede destruir. Una fuente mal diseñada o mal utilizada es capaz de dificultar la lectura del texto, forzando al lector a gastar más tiempo en cada palabra para descifrar el código que se le presenta. Para evitar estas situaciones las diferentes tipografías comparten unos códigos en común que han sido elaborados a lo largo de los siglos y que establecen cómo han de construirse las letras y qué formas ha de tener cada una. A pesar de esto, la tipografía y la escritura a mano pasan desapercibidas durante el proceso de lectura, ya que son consumidas inconsciente y automáticamente por el lector, quien rápidamente 55


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procesa el texto, convirtiendo la imagen de las letras en palabras y las palabras en concepto. Aun así, este bajo perfil que tiene la tipografía no significa que no sea relevante, su rol en la lectura de textos es tan importante como el texto mismo; esto la convierte en un factor significativo y en el segundo nivel del diseño de experiencia.

El diseño editorial En el siguiente nivel del diseño de experiencia, es el diseñador editorial quien maqueta el texto, establece las cajas tipográficas, combina tipografías y decide cómo y dónde usarlas, sintetizando el trabajo del tipógrafo con el del autor. Así como el autor trabaja bajo el concepto de la lecturabilidad para evaluar la calidad del texto, el diseñador editorial trabaja bajo la idea de legibilidad. A diferencia de la lecturabilidad, la legibilidad del texto no tiene que ver con su inteligibilidad, sino con la capacidad de entender y leer las letras y palabras que hay en el texto (Tracy, 1986. p. 31). Sin importar qué tan lecturable sea un texto, si este tiene mala legibilidad, será difícil y lento de leer. La longitud de las líneas, el interlineado, el espaciado entre letras y palabras, el tipo de letra, la fuente específica y la combinación de tipografías, el color del texto, del fondo y el contraste que generan, las imágenes y objetos exteriores al texto, el orden de las cajas y muchos otros factores contribuyen a la legibilidad del texto, y todo esto lo determina el diseñador editorial. Más allá de la legibilidad del texto, hay otras razones por las cuales un buen diseño contribuye a la experiencia de lectura. Una 56


diseñando experiencia

de estas es que el buen diseño editorial contribuye a un buen estado de ánimo por parte del lector, además de una mejor concentración, imaginación y capacidad de resolución de problemas. (Larson & Picard, 2007. p. 11).

La experiencia de lectura Como cuando se construye una casa, en el diseño de la lectura hay que empezar con unos cimientos firmes, ya que solo con una base sólida se puede construir una casa sólida. De esta misma forma si la calidad del texto es pobre, ni el mejor diseño tipográfico y editorial lo harán más fácil o interesante de leer. Por esto, un texto bien redactado, junto con un buen diseño, tiene un impacto gigantesco en la experiencia de la lectura. Puede que leer un libro con excelente diseño no sea más rápido que leer un libro normal, pero sí será más agradable.

Bibliografía CARRERE, Alberto. (2009) Retórica Tipográfica. Valencia: Editorial de la Universidad Politécnica de Valencia. FRASCARA, Jorge. (2011) ¿Qué es el diseño de información? Buenos Aires: Infinito. LARSON, Kevin & Picard, Rosalind. (2007) The Aesthetics Of Reading. Massachusetts.

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jóvenes ensayos

PEÑA, Wander. (2011) Importancia del diseño editorial. WPdesigns [en línea]. TRACY, Walter. (1986). Letters of Credit: A View of Type Design, Gordon Fraser [en línea] UNGER, Gerard. (2007). While You’re Reading. New York: Mark Batty Publisher. Tipografía. En Wikipedia (sin fecha). Tomado el 10 de Marzo de 2014, de http://es.wikipedia.org/wiki/Tipografía

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El diseño editorial, mediación de información Julio H. Villa Jaramillo

La comunicación es inherente a los seres humanos: frecuentemente intercambiamos opiniones, ideas, historias, conceptos, etc., haciéndose necesario algún medio, dispositivo o aparato que permita que un mensaje viaje desde quien lo produce a quien se dirige. Algunos dispositivos que trasladan información apelan al recurso de la escritura,(en la que para involucrarse) se hace necesaria la experiencia de la lectura. Cuando usted se acerca a un libro, folleto, mapa o algún otro dispositivo de información, usualmente alguien ha dispuesto el contenido de alguna manera para que la información a la que accede cumpla con unas condiciones propicias para una situación comunicacional.


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Quien dispone/organiza el contenido de una objeto gráfico, se enfrenta a varios restos en pos de producir una situación comunicacional; es importante desglosar los componentes y protagonistas de dicha situación, «El objetivo del diseñador de comunicación visual es, entonces, el diseño de situaciones comunicacionales. De ahí que, además de ocuparse de la interacción de los elementos visuales entre sí (…) los diseñadores se ocupen de la interacción público-mensaje» (Frascara, 2006. p. 31) en el caso de un texto, entran en juego diversos participantes: los autores, los diseñadores y los lectores. Los autores son quienes aportan la materia prima y los lineamientos iniciales de diseño para un texto, ellos son quienes traducen conceptos, ideas o historias en signos perceptibles (letras), es decir, convierten información comunicable en un escrito literario, científico, poético, informativo, etc. Posterior a la traducción de ideas a signos, comúnmente se comparte información a otras personas de manera oral o escrita, en el caso de esta última es preciso se tenga conocimiento previo necesario, y un común acuerdo en cuestión de códigos y símbolos para tal actividad de comunicación. Un diseñador es quien interviene en la función comunicativa de un escrito: debe dirigir el flujo de información hacia quien está destinado, teniendo en cuenta factores detallados necesarios para transmitir el mensaje (información) de manera específica, efectiva y pertinente, logrando afectar el conocimiento, la actitud y la conducta de quien recibe la información «el propósito del diseño de comunicación es afectar el conocimiento, las actitudes y las conductas de la gente; algo que pasa después de que la comunicación ha tomado lugar»( Frascara, 2006. p. 31).

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el diseño editorial , mediación de información

El lector/usuario, es quién recibe el flujo de información, acercándose a la comunicación escrita con el objetivo de leer, retener y entender el conjunto de datos contenido en un texto. Teniendo presente los protagonistas de un evento comunicacional, volvemos al rol del diseñador: que consiste en brindar las condiciones más propicias para la lectura; el diseñador en su papel como mediador apela a las herramientas tipográficas y de diagramación, toma una serie de decisiones en pos de funciones específicas de comunicación [el texto escrito tiene al menos dos maneras de presentarse, en la pantalla y en el papel.]

El paso a paso de la lectura. Si bien habitualmente leemos textos, a menudo leemos palabras aisladas: «buscamos el nombre de una ciudad en una señal vial, una puerta de embarque en un aeropuerto o una sección en las páginas amarillas.» (Noël, 2011. p. 66) Posterior a la descripción de personajes involucrados en el acontecimiento de comunicación, conviene detallar los elementos visuales presentes en un texto escrito, precisando cuales son las herramientas con las que cuenta el diseñador, que a su vez hacen parte del producto final que llegará al lector. El primer acercamiento a la lectura consiste en identificar caracteres, quien aprende a leer debe familiarizarse en principio con la forma de las letras y el sonido al que están asociadas. Este primer momento sólo ocurre en personas que recién aprenden a leer, principalmente niños. «en este primer estadio la tarea fundamental es la de identificar las letras que aparecen ante nuestros ojos, tarea no

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jóvenes ensayos

siempre sencilla, especialmente cuando se trata de textos escritos a mano» (Cuetos Vega, 2011. p. 15) En seguida de reconocer las letras en el proceso cognitivo aprendemos cómo se configuran para formar palabras, al igual que su significado y asociación fonética. «(…) son decenas de miles las palabras diferentes que nos podemos encontrar cuando leemos un texto. Y de cada palabra tenemos que recuperar su fonología (si la queremos leer en voz alta) y su significado (si queremos hacer una lectura comprensiva)». (Cuetos Vega, 2011. p. 15) Posteriormente al reconocimiento de palabras procedemos a resolver la relación de las palabras entre sí, reconociendo el sentido e intención del texto sobre el que sucede la experiencia de la lectura. Un texto escrito se configura a partir de unidades básicas hasta conformar un bloque de información más complejo, dependiendo de la cantidad de información que se organizan en párrafos, páginas, capítulos, (etc.) formando un texto para leer en pantalla o en impreso.

Configurar un texto Contando con los protagonistas y los dispositivos de lectura, quien participa en el diseño de textos debe recurrir a la utilización de recursos gráficos que permitan cumplir una función específica, identificando lo mejor posible la especialidad de cada actor en el proceso del flujo de información de acuerdo con la intención del autor, la naturaleza del mensaje y el público/usuario al que está dirigido. En general, el diseñador cuenta con un amplio repertorio de herramientas (gráficas) que entran en consideración al momento de 64


el diseño editorial , mediación de información

distribuir un texto, teniendo una buena cantidad de elementos que puede conjugar. Escoger la tipografía, bien sea con o sin serifas (suele recomendarse en textos largos utilizar letras serifadas), el tamaño de la letra dependiendo del tipo de publicación o dispositivo «por ejemplo, las publicaciones de consulta breve y puntual, que compendian grandes cantidades de texto, como los diccionarios, suelen tener un tamaño de fuente menor que otras ediciones» (Carrere, 2009. p. 76), el peso de la letra, normalmente un tipo de fuente suele tener distintos grosores que se utilizan para dar un tono más claro u oscuro a un texto dependiendo de qué tanta transparencia se quiera dar a un bloque de texto. Al componer la longitud y espacio entre líneas (renglones) posibilitan dar un tono al texto, así como dependiendo de la relación entre éstas establecen un movimiento de la vista sobre el texto. «el lector debe sentirse cómodo entre el espacio-tiempo que recorre en el curso de la línea y el comienzo de la siguiente.» (Carrere, 2009. p. 76) En el caso de la información impresa, tanto el gramaje, textura, el color, como el olor del papel, entre otras características, condicionan la experiencia del lector, aunque la decisión del material no es exclusiva del juicio de quien diseña, sino también de condiciones externas, por ejemplo: el presupuesto para impresión, la disponibilidad de materiales y herramientas. Para la información de pantalla se tienen en consideración la diversidad de tamaños, resolución, formatos y características de los distintos dispositivos en los que se puede acceder a la lectura, conociendo también que la disposición para leer en estos aparatos es diferente en los usuarios.

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Aunque quien diseña textos cuenta con una serie de instrumentos gráficos para disponer un texto de manera que satisfaga algunas necesidades comunicacionales, puede recurrir a algunos estándares dictados por la historia y el uso común, y aún así pueden salir a la luz limitaciones al querer saciar las necesidades de un usuario de la lectura; carecer de fórmulas exactas además implica un problema en un planteamiento de diseño. Así como hay destornilladores de estrella para un tipo de tornillos y de pala para otros, es necesario formar un criterio para decidir la escogencia de una herramienta apropiada para cada trabajo, pero ¿cómo saber cuál es la herramienta correcta?

Condiciones/problemas exteriores en el diseño de textos Cada individuo es diferente como protagonista en una situación comunicacional, lo cual dificulta precisar una solución gráfica tanto para quien lee como quien escribe en términos de la vía del flujo de comunicación, pues las personas (considerando que al menos lean en el mismo idioma) asimilan un texto de manera diferente, «el conocimiento que el lector tiene almacenado en su memoria influye en la comprensión de textos (…), la comprensión del texto no depende solamente de reconocer palabras y relacionarlas, sino también del conocimiento y experiencia del lector (Anderson, 2004)» (Noël, 2011. p. 76) El estado de ánimo es condicionante para la lectura, pues la visión del mundo cambia y la atención se centra en distintos detalles dependiendo las experiencias recientes, «las emociones afectan la lectura: pueden intensificar o perturbar el proceso de la lectura (…) 66


el diseño editorial , mediación de información

Nell (1988) propone que las emociones negativas pueden detener la lectura» (Noël, 2011. p. 76). También problemas de cognición o físicos, como patologías de la vista suman retos a la lista para quien media información a través del diseño de información Cabe preguntarse qué tan factible es personalizar un texto para un grupo específico de lectores en pos de hacer cercana la lectura a las personas, para lo que también sería substancial encontrar una manera al menos aproximada para entender o medir qué diseño es más cómodo, para determinados lugares. Los hábitos de lectura, los conocimientos previos, las situaciones socio-económicas son diferentes. El diseñador gráfico debe ser consciente de su papel como intermediario en los acontecimientos de la comunicación, estar atento de la multiplicidad de factores que entran en juego al momento de intercambiar ideas (en este caso a través de la información escrita) mejorando la experiencia de quienes se hacen presentes en los procesos de aprendizaje y entendimiento del entorno.

Bibliografía CARRERE, Alberto. (2009) Retórica Tipográfica. Valencia: Editorial de la Universidad Politécnica de Valencia. MOUNSEY, Chris. (2007) Ensayos y tesis. Argentina. Argentina. Fondo de cultura económica. WESTON, Anthony. (2000) Las claves de la argumentación. Editorial Ariel.

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FRASCARA, Jorge. (2006) El diseño de comunicación. Buenos Aires. Infinito. NOËL, Guillermina. (2011). ¿Qué nos dicen las teorías de la lectura a los diseñadores?. En: J. Frascara. ¿Qué es el diseño de información? (pp. 66-77). Infinito. CUETOS, Fernando. (2011). Psicología de la lectura. Madrid: Wolters Kluwer España S.A.

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Leyendo textos con imágenes Oscar Santamaría Grisales

La diferencia entre un documento de sólo texto y uno de texto con imágenes (fotografías, viñetas, infografías, etc.) probablemente no sea más que estética, pero si pasamos del hecho de mirar algo de un solo vistazo y comenzamos a navegar a través del documento hasta que terminamos leyéndolo, las diferencias entre los dos pasarán de ser menos estéticas y más experienciales. Es muy seguro que seamos inconscientes de ello o nos sea totalmente indiferente, lo importante es que estas características estéticas cambian levemente la experiencia de lectura y este ensayo tratará de demostrar algunas de ellas. Para hacer esto, tomé como base el estudio de Evelyn Arizpe y Morag Styles, quienes investigaron sobre la experiencia de lectura


jóvenes ensayos

en niños con libros ilustrados y textos escolares. Su hipótesis es que a menudo el sistema educativo margina este tipo de libros con imágenes y prioriza la lectura de sólo textos, dejando de lado que los niños puedan aprender a leer y analizar imágenes tal como lo harían con textos. Según los autores del libro Children Reading Pictures (2003), los niños del nuevo milenio crecen en una cultura mucho más visual que antes, lo que les permite utilizarla para desarrollar otras habilidades, entre ellas su apreciación artística y su capacidad de lectura. Si bien este estudio se concentra en la experiencia de lectura en niños y específicamente de libros ilustrados, también toca puntos relevantes sobre conceptos básicos y teorías de lectura. Estos servirán de guía para poder demostrar cómo es la experiencia cuando se lee un texto con imágenes en un público general, que es en lo que realmente se concentrará este escrito.

Interacción entre el lector y el texto Para comenzar, es necesario describir el proceso de interacción entre el lector y un texto con imágenes y cómo este proceso repercutirá a lo largo de todo el proceso de lectura. Los seres humanos «llenamos todo el tiempo un vacío central en nuestra experiencia […]», y continúa: «son los vacíos, la asimetría fundamental entre el lector y el texto, lo que da lugar a la comunicación en el proceso de la lectura» (Iser, 1980. p. 165)

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leyendo textos con imágenes

Ya sea que comencemos con lo verbal o con lo visual, cada uno crea una expectativa del otro, lo que a su vez nos aporta nuevas experiencias y nuevos expectativas. (Nikolajeva y Scott, 2000. p. 2)

Cuando observamos por primera vez un texto con imágenes, por lo general nuestra vista se dirige hacia los elementos de mayor impacto visual como son las imágenes y los títulos. En ese mismo momento nuestro cerebro empieza a relacionar estos elementos relevantes y construye una idea general sobre de qué se tratará el documento que nos disponemos a leer, es decir, se crea una expectativa basada en experiencias previas. Una vez avanzamos en el texto, comenzamos a enlazar el contenido que estamos leyendo con la imagen que esté más cerca o viceversa. Durante el proceso, nuestra mente se ve tentada a complementar la lectura del componente texto con el componente imagen o viceversa, según el orden como se dé. Este tipo de seducción visual se produciría por la necesidad de llenar el vacío que se genera en la experiencia de lectura entre el texto y el lector, lo que lo lleva a utilizar los recursos disponibles para tal fin.

Círculo hermenéutico Para entender mejor este proceso de lectura, tomo como base la siguiente cita de Nikolajeva y Scott . Aquí se hace referencia a que los textos con imágenes se prestan para hacer un análisis interpretativo, que busca identificar el verdadero propósito del autor sobre el contenido del texto a través de una observación que va de lo general a lo detallado. 73


jóvenes ensayos

El lector pasa de lo verbal a lo visual y a la inversa, en una continua expansión del entendimiento -La lectura se presta para el análisis hermenéutico. El lector empieza por el conjunto, mira los detalles, después regresa a la imagen completa y el proceso empieza de nuevo. (Nikolajeva y Scott, 2000. p. 2)

Cuando leemos un texto con imágenes se realiza una lectura cuidadosa de éste, ya que es una prioridad hallar el enlace entre la imagen y el texto. Lo primero que hacemos en el primer encuentro con la página es observarla en conjunto, se captura la imagen de la página en su totalidad y una vez que hemos identificado los elementos que la componen, comenzamos a navegar sobre ella. Cuando comenzamos a detallar la página, encontramos las imágenes (si las hay), los títulos y el cuerpo de texto; posteriormente creamos enlaces entre los elementos y nos hacemos una idea general del contenido de la página. Cuando estamos sumergidos en la lectura, además de leer el cuerpo de texto, también tratamos de leer las imágenes. Es una lectura general que en la medida que avanza se vuelve más específica, poniendo énfasis en los detalles y conexiones entre los elementos: textos, imágenes y títulos.

Lectura recurrente Otro aspecto importante del cual seguramente nos hemos percatado todos, es el de la distracción que genera la imagen mientras se lee el texto y por ende la interrupción al observarla. Es como el impulso de tratar de leer todo al mismo tiempo, pero en realidad según Sipe, es una fuerte tensión que se genera entre los dos componentes: 74


leyendo textos con imágenes

Existe entonces, una tensión entre nuestros impulsos de observar las imágenes […] y de no interrumpir el flujo narrativo temporal. El texto verbal nos lleva a leer en forma lineal, mientras que las imágenes nos seducen para que nos detengamos a observar. (Sipe, 1998. p. 101)

Ya que el proceso de lectura cuando el texto posee imágenes, es un proceso en el que el lector trata de buscar relaciones entre los elementos a medida que avanza en el texto, se ve necesario que éste tenga que hacer pausas recurrentes en el proceso para observar el «vínculo» que comienza a crearse entre la imagen y las pistas que va revelando el mismo texto. Muchas veces por decisiones del diagramador, la imagen que complementa cierto texto, queda en una página posterior o previa, llevando al lector un poco a la confusión en su afán por darle un sentido a la imagen puesta allí (llenar el vacío). Esto también hace que las pausas recurrentes se incrementen o que el lector tenga que retroceder la página cuando se da cuenta de la relación texto- imagen o viceversa.

Relación entre palabra e imagen Evidentemente, al leer un texto con imágenes hay una influencia mutua entre estos dos componentes que afecta la forma en que entendemos y concebimos el significado de la información que nos presentan. Se puede decir que si observamos el texto primero que la imagen o viceversa, éste afecta totalmente la forma en que vamos a observar la imagen, ya que ahora se encuentra influenciada por el contenido del texto. Sin embargo, algunos autores aquí citados dicen que si bien hay una influencia mutua, cada parte conserva cierta

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independencia en la cual se pueden encontrar significados independientes y diferentes. Se enfocan en el componente visual del texto como un mensaje organizado y estructurado de manera independiente, conectado al texto verbal. […] Por tanto, los dos cuerpos de significado no están unidos por completo ni son opuestos por completo. (Kress y Leeuwen, 1996. p. 16-17) La tensión entre el texto y las imágenes es el tema principal de los libros ilustrados. El descubrimiento visual, el aislamiento de las cosas y la disrupción del contexto tradicional originan la transformación y exigen una mayor conciencia cognitiva por parte del observador […] las imágenes transforman el significado de las palabras. (Kümmerling-Meibauer, 1999, p. 163-176).

Cuando leemos un documento de textos e imágenes, por lo general la interpretación de cada uno estará muy sujeta a lo que previamente hayamos entendido del otro, por lo tanto la lectura de un primer componente influiría en cómo vemos ahora el otro. Si observáramos primero la imagen, al comenzar el texto ya habría una interpretación que comenzaría a dirigir los significados de los párrafos. Dada esta interacción, se podría suponer que en ambos casos ya no es nuestra imaginación la que trabajaría si leyéramos cada cosa sin la otra, sería una función del cerebro la que conectaría los cabos sueltos, llenando así los vacíos que deja la primera «lectura» o interpretación. Aun así, hay algo de falso en todo esto, en primera instancia sería nuestra imaginación la que trabajaría antes de relacionarla con la otra «lectura». Por lo tanto al final de todo,

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leyendo textos con imágenes

tendríamos dos lecturas diferentes, una independiente (la nuestra) y la que nos sugiere el otro componente. Se podría decir entonces que la relación palabra e imagen tiene algo de independencia pero se fuerzan a conectarse dada cierta intención del autor o diseñador. Lo que se busca al construir el documento, es que los dos componentes comuniquen en lo posible el mismo mensaje al lector para no generar confusión, es decir tanto el texto como la imagen deben estar de cierta manera sincronizados. Aunque como todo, siempre existirá un factor que no se puede controlar desde el diseño, y es que el lector siempre verá las cosas de forma diferente y probablemente saque sus propias conclusiones sobre aquella relación que pretende estar controlada. El otro aspecto clave en la relación palabra e imagen, es que esta última es de mayor recordación puesto que el modo de pensar de nuestro cerebro es en imágenes. Cuando se quiere que el contenido de un texto tenga mayor grado de recordación dada la complejidad de la información, se puede acudir a imágenes concretas para apoyar el contenido y generar así una idea más clara. En este caso se utilizarían imágenes sintéticas o infografías para traducir la parte verbal. Por último cabe destacar una discusión que se da desde la academia y es el problema de que los textos con imágenes «perjudican el desarrollo de las habilidades de lectura» (Protheroe, 1992. p. 158) ya que la imagen limita la imaginación del lector. Probablemente haya algo de razón dado que en algunos casos la imagen puede ser redundante y llegar a hacer estorbo, sin embargo en otras situaciones puede suceder lo contrario; según Arizpe y Styles las palabras y las imágenes cuentan historias opuestas, que pueden animar al lector a sacar sus propias interpretaciones y de este modo generar un esfuerzo cognitivo mayor. (2004, p. 57)

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El público lector Vale la pena mencionar las distintas maneras de leer un documento dependiendo de quién es el lector. No es igual el modo en que lee un niño al modo en que lee un adulto. Según Nikolajeva los niños al ser más ingenuos y estar menos influenciados en las formas de decodificar un texto, tienen la mente más abierta y dispuesta a crear múltiples interpretaciones: Aquellos menos limitados por las convenciones aceptadas para la decodificación de un texto tienen mayor libertad para responder a un trabajo menos convencional, por lo que la mayor ingenuidad de los niños y niñas les es de gran ayuda en este campo y los hace más veraces compañeros en la experiencia de lectura. Por tanto, la habilidad de niños y niñas de percibir y tamizar detalles visuales a menudo deja atrás al adulto. (Nikolajeva y Scott, 2000. p. 261)

Para probar algo de lo que dice este autor sobre la forma específica en la que los niños abordan un libro ilustrado, podemos poner el ejemplo del niño que lee varias veces un mismo libro o pide que le lean el mismo libro una y otra vez. Este comportamiento se debe a que los niños buscan resolver el misterio de las imágenes y cómo se relacionan con el texto, buscando entender cada vez más ambas lecturas y crear así diferentes niveles de interpretación. Para un adulto en cambio, los prejuicios y las ideas preconcebidas sobre temas de cultura, arte, literatura e incluso creencias religiosas, pueden alterar la forma en que se leen las imágenes y por ende cómo se crea la relación con el texto. Por lo general una sola lectura bastará debido a que la mente es menos abierta a varias interpretaciones; aún así, como afirma Arizpe y Styles «Para los adultos, el placer intelectual 78


leyendo textos con imágenes

converge con el estético» (2004, p. 47), lo que quiere decir que si bien son menos sensibles al leer imágenes, sus conocimientos previos se complementan de manera significativa e incluso puede llegar a resonar fibras emocionales. Para vincular los diferentes puntos aquí citados, podemos decir que cuando leemos un documento que contiene información visual y verbal, los procesos cognitivos que se llevan a cabo son mucho mayores que cuando se lee un documento de sólo texto. En este proceso el cerebro trata de llenar un vacío que se crea automáticamente entre el lector y el contenido del texto, este vacío, por lo general se llena con el uso de la imaginación que es una interpretación personal de una lectura en específico. Cuando existe una imagen (fotografía, ícono, infografía, etc.), ésta es la encargada de llenar ese vacío y de este modo complementar la información que el texto nos ofrece. Sin embargo, existen repercusiones al hecho de que esas imágenes estén ahí, como interrumpir la lectura recurrentemente para observar la imagen debido a la tensión que se crea entre los dos elementos además que, tanto la imagen como el texto deben sugerir significados parecidos para no confundir al lector. Considero que la decisión de ubicar una imagen en un texto debe ser muy consciente y debe proporcionar información complementaria al texto en vez de convertirse en un estorbo, esto en vista de las repercusiones que trae la presencia de una imagen. Ésta debe ser bien pensada, escogida y colocada en la página de la manera más acertada para evitar malas interpretaciones e incomodidades a la hora de leer. La relación de todos los componentes del documento deben ser como dicen Nikolajeva y Scott «narrativas mutuamente dependientes». (2000, p. 4).

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Referencias ARIZPE, Evelyn y Morag, Styles. (2004), Lectura de Imágenes, Los Niños Interpretan Textos Visuales, México, Fondo de Cultura Económica. ISER, Wolfgang. (1980), The act of Reading, Londres, Jhons Hopkins University Press. KRESS, Gunther. y Van Leeuwen, Theo. (1996), Reading Images: The grammar of Visual Design, Londres, Routledge. KÜMMERLING-MEIBAUER, Bettina. (1999), Metalinguistic Awareness and the Child’s Developing Concept of Irony, en The Lion and the Unicorn, núm. 23, pp. 168-176. NIKOLAJEVA, Maria. y Scott, Carole. (2000) The Dynamics of Picture-book communication, en Children’s Literature in Education, núm. 31, pp. 225-239. PROTHEROE, Pamela. (1992), Vexed Text: How Children’s Picture Books Promote Illiteracy, Sussex, The Book Guild Ltd, SIPE, Lawrence. R. (1998, p. 101), How Picture Books work: A semiotically Framed Theory of Text-Picture Relationships, en Children’s Literature in Education, núm. 29, pp. 97-108. 80


leyendo textos con imágenes

Bibliografía ARIZPE, Evelyn y Morag, Styles. (2004), Lectura de Imagenes, Los Niños Interpretan Textos Visuales, México, Fondo de Cultura Económica. GIRALDO, Efrén. (2007), Literatura y Arte, Estética de la Imagen y la Palabra, Medellín, Comfama.

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Qué, cómo y por qué Luisa Burgos

Los lectores son casi tan diversos como los tipos de lecturas. De igual forma, la manera en la que una persona se enfrenta a una pieza escrita puede variar con el medio o soporte (impreso, virtual); el estado de ánimo en el que se encuentre; el conocimiento previo que posea sobre el tema; el vocabulario; el grado de dificultad del texto; entre otros. La suma de varios de estos factores podría llegar a entorpecer el proceso de lectura al hacerlo lento y tedioso, y aunque algunos de estos factores son demasiado subjetivos, la mayoría puede tratarse con elementos que hacen parte de la lectura, de su forma. El objetivo de este ensayo es afirmar que el papel del diseñador gráfico en el proceso de lectura está relacionado con la forma de la pieza escrita, mas no con su fondo o contenido. El proceso de lectura es más complejo de lo que parece. Además de lo estrictamente fisiológico, son importantes los procesos


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cognitivos, es decir, la manera en la que el cerebro de cada quien procesa la información a partir de lo percibido. Automáticamente pasamos sobre las palabras sin detenernos en cada una de las letras que las componen, y en la medida en la que reconocemos diferentes vocablos, somos capaces de procesar oraciones para finalmente abstraer el significado de lo que leemos. A pesar de que la forma en la que lo hacemos es personal, se han podido establecer algunas generalidades: hacemos saltos a lo largo de las oraciones llamados movimientos sacádicos, fijaciones en algunas palabras y regresiones. La velocidad con la que desempeñamos esta tarea depende de la habilidad de cada lector. Un elemento que juega un papel de vital importancia en este proceso es la tipografía. Francisco Calles nos dice en su ensayo Metáforas tipográficas y otras figuras: La verdadera importancia de la tipografía no radica exclusivamente en su expresión formal, sino en su función referencial. Todos los signos, incluyendo los tipográficos, poseen la capacidad de referir, aludir y representar otra cosa, independientemente de su materialización. (…) La tipografía, desde este punto de vista, es el resultado de un proceso de producción de sentido, es origen y resultado de una práctica significante llamada diseño gráfico. (Calles, 2004. p. 88).

Lejos de ser una coraza vacía, la tipografía es la materialización de los caracteres en las palabras y oraciones que leemos; gracias a ella podemos ver en nuestra mente lo que estamos leyendo como algo vivo y cargado de significado. Además de la riqueza semántica que podemos encontrar en la tipografía, vale la pena destacar sus orígenes. Varias de las tipografías más utilizadas hoy en día fueron diseñadas siglos atrás. La 84


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anatomía de cada una de las letras es fruto de una construcción geométrica muy precisa que no sólo es fácil de leer, sino que se ha convertido en una convención social, donde cierto tipo de letra funciona para determinado tipo de texto, a determinado tamaño y a determinado peso. Gerard Unger explica cómo aparecieron estas convenciones: (…) Cuando las letras empezaron a tomar forma, ojos y manos trabajaron juntos, las letras y la distancia de lectura evolucionaron al mismo ritmo, y las letras y el medio sobre el cual se reproducían adquirieron apariencias y formatos que se adaptaron a los ojos y a las manos. Los libros son fáciles de manipular (al menos la mayoría) y funcionan a una distancia normal de lectura. Innumerables objetos y sus propiedades surgieron de un proceso similar, adaptándose a nuestra anatomía: un ratón del computador que fuera cómodo de sostener y usar, sillas que fueran cómodas para sentarse, y así sucesivamente (Unger, 2007. p. 91). 7

Esto quiere decir que en los primeros años del desarrollo tipográfico, tanto los que diseñaban la geometría de las letras como los que fabricaban manualmente cada tipo en metal, tenían en cuenta las necesidades ergonómicas primarias de los lectores, y desde entonces ciertas decisiones de uso se han convertido en convenciones, como el rango de tamaño que deben manejar la tipografías; el tipo y familia apropiado para cada caso; la cantidad de palabras máxima que debería tener una línea en un párrafo para facilitar una lectura fluida; el interlineado de acuerdo al tamaño de la letra; entre otros. Dado que lo que se busca con las distintas piezas escritas es transmitir una idea, (ya sea a manera de crónica, de novela, reporta7

Traducción de la autora. 85


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je o artículo), no sería posible hacerlo sin tener en cuenta el público a quien se dirige. Los diseñadores gráficos son el puente entre el lector y el escritor, ya que son ellos quienes se encargan de decidir qué, cómo, dónde y por qué se organiza una pieza escrita de determinada manera. Guillermina Noël afirma que «para diseñar comunicaciones adecuadas es necesario estar informado acerca del conocimiento y el vocabulario del lector, y de sus necesidades y actitudes frente al texto. Esta información se puede obtener a través de entrevistas, conversaciones, consultas y observaciones.» (Frascara, 2011. p. 69). Personalmente, me parece imposible predecir algo tan específico como los conocimientos previos y el vocabulario del lector. Las empresas editoriales cuentan con todo un equipo de profesionales especializados en una sola área, que van desde corrección de estilo hasta retoque fotográfico, y por tanto el área que abarca el diseñador no es la encargada de revisar el contenido del texto. Esto no quiere decir que no deba leerlo. Por el contrario, mientras más familiarizado esté con el tema (poniéndose en el lugar del lector) mejor se desenvolverá éste a la hora de organizar el contenido. Un acercamiento al texto sobre el que está trabajando le puede dar más herramientas creativas y mejor enfocadas hacia las necesidades de otros lectores que si trabajara «a ciegas». Se valdrá también de las herramientas tipográficas convencionales tratadas anteriormente, jugando con elementos en la diagramación, en la composición y otros aspectos que satisfagan las necesidades de los posibles lectores, asumiendo no que va dirigido a una persona en particular, sino que cualquiera que sintiera interés en el tema podría leerlo sin dificultad (en cuanto a la ergonomía del texto). El conocimiento sobre las necesidades ergonómicas inherentes al proceso de lectura siempre estará propenso a evolucionar, mas no a reinventarse. Tal es el caso de las nuevas tecnologías virtuales, por 86


qué , cómo y por qué

ejemplo, que no responden al mismo proceso de desarrollo que tuvieron las publicaciones impresas, y que por tanto están atravesando una etapa de transición para establecer convenciones generales que funcionen para la mayor cantidad posible de lectores. Esta podría ser una manera de acercar a antiguos lectores, aquellos tan acostumbrados a los medios impresos, a las facilidades que ofrecen los desarrollos tecnológicos actuales. Guillermina Noël se refiere también al problema de la enseñanza de las necesidades del lector en las escuelas de diseño: El objetivo de la lectura y las preguntas del lector informan las decisiones de diseño. Desafortunadamente, muchas escuelas de diseño no preparan a los estudiantes para enfrentar muchos aspectos cognitivos y emotivos de la lectura, tampoco tratan problemas relacionados con la redacción. Sin embargo, estos conocimientos son necesarios para poder responder a los requerimientos específicos de la gran variedad de lectores y de situaciones de lectura. (…) Información sobre los aspectos cognitivos y sociocognitivos de la lectura deberían ser parte de la enseñanza en las escuelas de diseño. Esto llevaría a que los estudiantes tomen decisiones más adecuadas, y a una práctica del diseño más efectiva. (Frascara, 2007. p. 75-76).

Estoy de acuerdo con la importancia que tiene este tema como parte de la formación académica de los diseñadores gráficos y comunicadores en general, sobre todo porque creo que la mayoría de nosotros no somos conscientes en un principio de la complejidad del proceso y de los múltiples elementos involucrados –o al menos ése ha sido mi caso. Parte de mi formación se basó en reglas que variaban ligeramente dentro de la gama de lo bueno y lo malo según lo dictaminara el profesor, basado en su bagaje académico. 87


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Me hubiera gustado aprender (e interesarme) tempranamente, de manera más profunda, en las necesidades de quienes finalmente son los receptores de lo que hacemos y por quienes nos preparamos. Para ello, se hace necesario también que los diseñadores se eduquen para realizar lecturas críticas y propositivas a partir de los textos que les asignan para organizar, adquiriendo simultáneamente habilidades de redacción y composición que les serán útiles en su proceso de formación – que nunca termina. ¿Acaso los diseñadores no podemos escribir para publicar? Lo cierto es que pocas veces los diseñadores se encargan de piezas de su propia autoría, y por ello recurren a las convenciones que hemos tratado, jugando con otras variables dentro de su espacio de trabajo que permitan que la tipografía mantenga su esencia. De esta manera, la organización de un texto determinado deja de ser monótona y aburrida. Sin embargo, considero un «pecado» que el diseñador modifique el escrito de otro autor, a menos que éste lo permita, y aunque así fuere, existen profesionales más calificados para hacerlo. De igual manera, para que una publicación alcance su máximo potencial, el autor, el diseñador y el editor deberían trabajar de la mano, pero tomaría demasiado tiempo y no sería rentable, por lo que el autor debería dejar claras las especificaciones que crea convenientes acerca de la presentación de su obra para guiar al diseñador en el proceso de diagramación. Investigadores de la Universidad de Princeton llevaron a cabo un estudio en 2010 acerca del potencial que tienen tipografías menos legibles en el proceso de aprendizaje, y concluyeron que cuando a una persona se le dificulta leer una fuente tipográfica, debe concentrarse más, procesando mejor la información y aumentando la capacidad de aprehensión (Hebblethwaite, 2010). Si un autor de textos escolares quisiera que su publicación tuviera un mayor 88


qué , cómo y por qué

impacto en los lectores, por poner un ejemplo, podría especificarle al diseñador que desea usar una tipografía en particular para dicho propósito, incluso si ésta se sale de las convenciones. Sin embargo, el estudio de la Universidad de Princeton también deja claro que aunque esto puede ayudar a mejorar el desempeño de los lectores, existe también la posibilidad de generar el efecto contrario en algunas personas, quienes ante el aumento de dificultad en la lectura del texto podrían desistir por completo de leer. Quizá el trabajo en equipo sea la mejor solución para lograr que un escrito esté bien estructurado, cumpla las expectativas del autor, sea fácil de leer y resulte estéticamente agradable para el lector. El diseñador gráfico solamente puede valerse de herramientas convencionales que se adapten al tipo de lectura que esté diseñando, de acuerdo con su sus conocimientos y experiencia previa. Pero si realiza un trabajo en conjunto con el autor del texto y un editor, contará una perspectiva más clara y rica en argumentos de diseño, dando forma a una propuesta comunicativa que responda a las necesidades de la mayor cantidad de lectores posible. A partir de allí dependerá del lector sacar provecho del trabajo de estos tres profesionales, para que una cuestión de sólo forma, aparentemente, cobre sentido al ser leída y se conjugue con la cuestión de fondo: la esencia del escrito.

Bibliografía FRASCARA, Jorge. (2001). ¿Qué es el diseño de información? Buenos Aires: Ediciones Infinito.

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UNGER, Gerard. (2007). While you’re Reading, New York: Mark Batty Publisher. VARIOS. (2004). Ensayos sobre diseño, tipografía y lenguaje, México: Asociación Mexicana de Escuelas de Diseño Gráfico. HEBBLETHWAITE, Cordelia (2010) Making things hard to read «can boost learning», BBC News. Revisadodo el 22 de Octubre de 2010 desde Internet: http://www.bbc.co.uk/news/world-11573666

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Texto escrito: apariencia visual y lectura César Valero

Con la invención del pergamino como uno de los primeros soportes prácticos de información, se popularizó la lectura, limitado en un principio, a los integrantes más cultos de las sociedades antiguas. Posteriormente surgió el libro y con este, el proceso de lectura se fue masificando con relativa rapidez, lo cual hizo necesaria la implementación de una organización coherente y efectiva de la información que se plasmaría en él, inicialmente para optimizar los procesos de impresión, generados por la introducción de la imprenta. Pero no fue hasta la revolución industrial, cuando los lectores crecieron rápidamente en número, antes de esto el porcentaje de gente alfabetizada era bastante reducido. La lectura comenzó a ser una actividad frecuente para muchas personas y la cantidad de


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fundiciones tipográficas aumentó considerablemente, al igual que los diferentes estilos tipográficos, muchos de ellos diseñados por los movimientos artísticos de cada época, lo cual impulsó vastamente el desarrollo del diseño de textos (el diseño de información escrita, para ser leída) que a la postre desembocó en el estudio minucioso del proceso de lectura. De las diferentes investigaciones acerca del proceso de lectura, se puede deducir que uno de los principales factores principales, son el lector y aspectos relacionados con este; como su nivel educativo, el lugar en donde lee, su interés por lo que lee, entre otros. Como diseñadores gráficos, nos resulta imposible controlar totalmente las circunstancias mencionadas anteriormente, pero podemos influir durante todo el proceso de lectura mediante diversas herramientas que permiten, desde jerarquizar ideas hasta comunicar emociones. La lectura comienza cuando se percibe, no una combinación de caracteres, sino una textura que inicialmente comunica ciertas cosas, dependiendo del color y demás características visuales; luego se da un acercamiento y se percibe un conjunto de letras y posteriormente, mediante ciertos procesos cognitivos, el cerebro configura finalmente, un significado. Se pueden identificar dos tipos de lectura, el primero tiene que ver más con el sentido semántico, con entender y dar significados a las palabras, independientemente del aspecto estético de la tipografía; el segundo tipo de lectura es precisamente lo estético del texto, que probablemente sea lo que primero se perciba al comenzar a leer, puede incluso considerarse como una «pre-lectura» durante la cual, muchas veces inconscientemente, el lector, según su experiencia y conocimiento, percibe el texto, sino en su totalidad, una gran parte de este (en el caso de estar frente a una página de un libro, por ejemplo), y éste (el texto) evoca en el lector un primer significado, 94


texto escrito : apariencia visual y lectura

el cual depende de la tipografía usada, de los recursos de diagramación usados y demás características estéticas. Valdría la pena referirse a esa primera percepción del texto, o parte de este, como mancha tipográfica o textura. Textura, al igual que texto, viene del latín «textus», participio de «texo» , del verbo «texere» , que significa tejer, trenzar, entrelazar. Para Halliday y Hasan, el concepto de textura es el conjunto del registro y la cohesión, según lo explica Isabel García: El texto, por el hecho de funcionar como una unidad con respecto a su entorno posee una propiedad, a la que denominan textura (la propiedad misma de ser texto). […] Esta textura, puede manifestarse a través de medios cohesivos como relaciones anafóricas, presuposiciones, significados correferenciales, etc. […] Podríamos establecer así un paralelismo textura = coherencia, salvando obviamente las distancias derivadas, por ejemplo, de las distintas escuelas de las que proceden estas concepciones. Esta idea pensamos que puede reforzarse por la propia afirmación de Halliday y Hasan (1976: 26) de que la textura resulta de la combinación de configuraciones semánticas de dos tipos: el registro (qué significa el texto, en sentido amplio, incluyendo todos los componentes de su significado: social, expresivo, comunicativo y representativo. […]) y la cohesión (que parte de las relaciones de significado general a todas las clases de textos, lo que distingue un texto de lo que no lo es). Por tanto, la cohesión es un concepto semántico que contribuye a crear la textura y referido a las relaciones de significado que existen dentro de un texto y lo definen como tal […].8

Izquierdo, Isabel García.(1998). Mecanismos de cohesión textual: los conectores ilativos en español. Castellón, España: Universitat Jaume I 8

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Así que además de la construcción y estructuración del texto, la puntuación y demás conectores lingüísticos importantes, está el valor estético del que también depende la experiencia del proceso de lectura en el cual se efectúan varios procesos cognitivos como la atención, la fijación, entre otros. Diversos experimentos han mostrado que, si bien es cierto que el uso de colores en la tipografía es llamativo y sirve para atraer la atención, tiende a confundir un poco en la lectura (lecturabilidad/ legibilidad) debido a que el color también se lee. Tanto el contenido de un texto como su estética, están íntimamente ligados y se apoyan mutuamente. Dependiendo del contenido, la extensión y la «personalidad» de la tipografía, es conveniente limitar el uso de este tipo de recursos, lo ideal sería encontrar un equilibrio en el cual lo estético y el contenido estén al mismo nivel y no compitan por la atención del lector, ya que ambos se complementan, lo que al final se traduce a una experiencia agradable de lectura. Como imagen, los textos transmiten tranquilidad o agitación, orden o confusión, seriedad o frivolidad, permitiendo tener una lectura antes de leer propiamente dicho texto. Muchos de los recursos que dan expresividad a los textos, las diferentes tipografías y demás herramientas, suelen usarse más libremente en publicaciones que no contienen mucho texto, como revistas o periódicos, al contrario de los libros, por ejemplo, ya que por lo general el uso de tipografías de formas muy expresivas, al igual que colores llamativos, tiende a generar un cansancio visual y ciertamente se pretende que el libro, en este caso, ofrezca una grata y cómoda lectura. El aspecto estético es más complejo de «estandarizar» que el correspondiente al contenido semántico del texto, ya que todas las 96


texto escrito : apariencia visual y lectura

personas tienen diferentes gustos que se han moldeado según sus experiencias personales. En cambio, la funcionalidad, que correspondería al contenido semántico del texto, es un poco más objetiva con relación a lo estético, ya que un texto bien construido siempre será entendible, casi que independientemente de los gustos de quien lo lea e indistintamente de los diferentes tipos de escritura. En contraste, un texto con un aspecto visual llamativo para alguien podría ser muy rechinante para otra persona o demasiado soso para otra. Al igual que muchos otros factores como el color, el fondo, la interlínea, el espaciado, la alineación, la separación de palabras, la integración con imágenes, etcétera, pueden parecer muy atractivos para alguna persona, también pueden generar rechazo en otra. Sin embargo, esto no significa que no se pueda escoger acertadamente el aspecto visual (apariencia estética) de un texto. Hay bastante teoría al respecto y, si bien es cierto que cada lector opta por lo que más le guste, existen por convención tipografías y demás recursos visuales con una carga simbólica que, dependiendo de una cultura específica, representan un sinfín de emociones, valores y características. Herramientas valiosas que ayudan a configurar el aspecto visual de un texto dado. Estas condiciones son relevantes a la hora de construir y diseñar un texto, por ello es importante tener en cuenta el perfil del lector hacia quien va dirigido el texto, desde su construcción semántica hasta el diseño del elemento final, impreso, digital, etc. Asimismo es importante que el autor del contenido esté dispuesto a colaborar junto con el diseñador a construir el «contenedor de información escrita». Podría concluirse que el diseño de la lectura comienza al construir el texto, una tarea en la cual, en el caso de textos de literatura por ejemplo, deben trabajar escritores y diseñadores de 97


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manera coordinada. Se puede diseñar la lectura, entendiendo el diseño como el uso adecuado de recursos, tanto de registro como de cohesión (según la definición de Halliday y Hasan), para hacer que el proceso de lectura sea fluido, guiado, sin saltos bruscos, comunicando mucho mejor las ideas que se deseaban transmitir desde el comienzo.

Bibliografía FERNÁNDEZ, Francisco & Salom, Luz Gil. (2000). Enlaces oracionales y organización retórica del discurso científico en inglés y en español. Valnecia, España: Universitat de València IZQUIERDO, Isabel García. (1998). Mecanismos de cohesión textual: los conectores ilativos en español. Castellón, España: Universitat Jaume I UNGER, Gerard. (2007). While you’re Reading, New York: Mark Batty Publisher. NOËL, Guillermina. ¿Qué nos dicen las teorías de la lectura a los diseñado­res? En: Frascara, Jorge. (2011) ¿Qué es el diseño de información? Buenos Aires: Ediciones Infinito. Lectura. En Wikipedia. 11 de marzo de 2014. http://es.wikipedia.org/wiki/Lectura

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texto escrito : apariencia visual y lectura

The origins in typography. En University of St. Thomas http://courseweb.stthomas.edu/mjodonnell/cojo232/pdf/type1.pdf Typograhpy. En Wikipedia. 11 de marzo de 2014. http://en.wikipedia.org/wiki/Typography

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La lectura en smartphones: campo del diseño Andrés Camilo Cuadrado Espitia

En occidente, hemos aprendido una manera sistemática de leer, siempre empezando las líneas de izquierda a derecha y siguiendo la lectura de arriba hacia abajo. Quizás esto se deba a una función cerebral, con la que buscamos organizar todo lo que vemos para que de alguna manera, todo pueda entenderse mejor. O tal vez, todo se deba a la experiencia lectora; lo más posible –y lógico- es que si a un niño se le enseña a escribir y leer de una manera específica, con el tiempo, su experiencia le dificulte entender otro tipo de escritura. Con el paso de los años, han cambiado y aparecido nuevos medios de lectura, como dispositivos que años atrás eran inexistentes o, que fueron creados para distintos usos. Estudios realizados por Readmill y GoodReads demuestran que en medios digitales, el smartphone se


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ha convertido en el principal recurso de lectura para las personas. Todo esto me lleva a una inquietud que me ayuda a desarrollar este ensayo: ¿cómo logramos leer en un Smartphone? El título sugiere la respuesta, pero vamos a ver el porqué de ella. Crecimos leyendo libros, y es a lo que nos acostumbramos, pues esto es a lo que están habituados nuestros padres, así como están habituados nuestros abuelos y otra tantas generaciones. Pero la manera de exponer textos ha ido variando y sometiéndose a diferentes formas y medios: periódicos, folletos, revistas y demás impresos. Pero, si bien son diferentes medios, no hay un gran cambio en la manera de leer, aunque existan algunas variaciones en la manera de encarar cada uno de ellos. Por ejemplo, cuando tomamos un periódico, lo leemos según nuestro interés personal, pues su organización nos permite ir directamente a la sección que deseamos; otro ejemplo de esto es una revista, la cual exploramos buscando lo que más nos llama la atención, fijando nuestros ojos en imágenes, encabezados, subtítulos. Y así, hay varios ejemplos más. Pero lo común entre todos estos medios, es que se mantiene el sistema de lectura. Hoy, la lectura en pantalla o en digital es algo totalmente normal y se ha posicionado en nuestra vida cotidiana, adquiriendo una importancia en la vida cotidiana de las personas. Esto es algo que ha venido incrementando desde hace un buen tiempo, pues leemos toda la información que nos muestran en la pantalla del televisor, los subtítulos y créditos de las películas en las pantallas de cine e incluso hace algunos años leemos desde la pantalla del computador. Algo relativamente nuevo es la lectura en el teléfono celular y para ser más precisos, la lectura en los teléfonos inteligentes (Smartphones). En este tipo de teléfonos podemos cargar mucha información que además podemos visualizar directamente desde su pantalla, entre las que se encuentran los textos: libros, páginas de internet, 102


la lectura en smartphones : campo del diseño

archivos de lectura. Incluso, la interfaz del celular y sus contenidos contienen información escrita. Aunque los teléfonos inteligentes no han sido creados concretamente como un medio de lectura, hoy la gente lee más desde estos dispositivos que desde otros que por tamaño, son más apropiados para esto, como lo son las tabletas o los computadores portátiles. Esto se debe a la fácil portabilidad y a la gran suma de funciones que el aparato posee de manera compacta. Una gran cantidad de personas usa el smartphone para leer cuando va en el transporte público, asimismo a la hora de salir a comer o tomar un descanso en medio del trabajo y también en las noches, en el tiempo intermedio entre la cena y la hora de dormir. Esta información proviene de los estudios realizados por: Henrik Berggren, cofundador de Readmill (aplicación de lectura para dispositivos con sistemas iOS y Android), en la que se demuestra un crecimiento notorio y sustancial en el uso del Smartphone como medio de lectura y GoodReads, (red social que se enfoca en la lectura) que hizo un informe de cómo los lectores descubren libros y qué momentos del día utilizan para realizar búsquedas y leer. El estudio de GoodReads arrojó los siguientes datos: A) 72% de los usuarios utilizan la red social cuando usan el transporte público. B) 40% durante la hora de la comida y descanso en el trabajo. C) En la casa y antes de ir a dormir, nadie va a negar que (los teléfonos inteligentes) son bastante cómodos y por eso –en ese momento- son más utilizados que los mismos computadores de escritorio. Otro dato interesante que arroja el estudio realizado por Henrik Berggren (Readmill) dice textualmente: «tanto en Alemania como en Estados Unidos, un lector tarda aproximadamente 1 mes en terminar un libro cuando lo lee en un smartphone; mientras que en Estados Unidos el lector tarda aproximadamente 32 días en termi103


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nar un libro cuando lo lee en una tableta y en Alemania 36 días para el mismo libro leído en una tableta» Según Frascara, la lectura depende de la experiencia del lector (2011, p. 66-76), lo que nos impulsa a la pregunta que parte como base de este ensayo: ¿cómo logramos leer en un Smartphone?, pues la experiencia la adquirimos de los libros y demás medios impresos, o en digital a través de una pantalla de un tamaño mucho mayor al de los teléfonos, como la del televisor o el computador. Pues bien, acá empieza a resaltar la importancia del diseño. Hay muchas aplicaciones y páginas web que se ajustan al formato del celular, haciendo que este sea más cómodo visual y funcionalmente para el lector y usuario. A esto se le llama diseño responsivo. A pesar de lo anterior, la lectura sigue siendo un tema a revisar, pues una cosa es ver una fotografía o cualquier imagen que no necesita de un escaneo total para que logremos entenderlas y otra es un texto que debe ser revisado en su totalidad para comprender de manera clara su intención o la información que pretende transmitir. La pantalla de un celular no tiene un espacio demasiado grande, quizás no sea insuficiente pero por lo menos no es habitual y esto nos empieza a generar dudas, ¿es mejor tener líneas cortas para así poder leer un párrafo de corrido con una tipografía en un tamaño legible? O, ¿es mejor tener las líneas de mayor longitud aunque estas rebasen el tamaño de la pantalla? Estas son preguntas que ya fueron realizadas por las compañías, personas o seres encargados de la elaboración de los teléfonos inteligentes y que empezaron a ser resueltas, pues la posibilidad de dirigir el foco de la pantalla de un lugar a otro, recorrer las líneas de texto y poder ampliar la parte que deseamos con tan solo el movimiento de nuestros dedos, responde a ellas.

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la lectura en smartphones : campo del diseño

Gracias al aprendizaje de grafemas, fonemas y todos los procesos de lectoescritura, más la experiencia adquirida a través del tiempo, es que podemos leer y comprender textos. Pero el diseño es algo que nos facilita la lectura y nos ayuda a absorber la información de una mejor manera, y esto es algo notorio cuando estamos frente a un Smartphone, pues la posibilidad de mover, hacer recorridos y ampliar alguna parte de la pantalla, es algo totalmente pensado desde el diseño, como también lo que mencioné anteriormente acerca del diseño responsivo, aquellas aplicaciones que se adaptan a la pequeña pantalla de los teléfonos y a sus cualidades físicas (como la pantalla táctil), variando tamaños y exaltando las funciones más útiles, minimizando la interfaz y así, optimizando su uso. Otra de las opciones que nos dan los smartphones (y que está planeada desde el diseño), es la de girar el celular 90 grados, dejándolo totalmente horizontal para que la pantalla gire de la misma manera y toda la imagen se adapte a ese formato, dándonos una forma más de leer. Además de las características como el tamaño de la pantalla y el texto que se desborda de ella, aparece otra que puede ser considerada como una dificultad resaltante, o por lo menos, que es contemplada por la mayoría de personas y es la iluminación que el Smartphone produce y los problemas que podría traer a los ojos. Pero, en esto también se ha trabajado, pues los celulares ofrecen al usuario la posibilidad de configurar su brillo, sus tonos y contrastes, y todo lo necesario para hacer que la lectura sea más amigable y de la misma manera evitar el cansancio visual. Incluso, cuando leemos en un Smartphone, como desde cualquier otro medio, los movimientos sacádicos actúan de la manera «normal» o mejor dicho, típica, pues los saltos de ojos pueden darse sin ninguna interrupción, ya que gracias a las configuraciones técnicas que acabo de mencionar, el texto entero puede exponerse por completo delante de nuestros 105


jóvenes ensayos

ojos, con un tamaño de fuente adecuado. Además, podemos cambiar color de fondo y de la misma fuente, como también su tamaño, o directamente podemos elegir la tipografía que deseemos. No hay una manera única de leer por medio de un smartphone y esto es por causa del diseño, pues gracias a este, tenemos la posibilidad de adaptar el teléfono a nuestras necesidades, a nuestros gustos, a nuestra visión e incluso al lugar y momento en que lo necesitamos, sin obligarnos a ser nosotros quienes nos adaptemos al teléfono, pues tenemos una variedad de opciones para hacerlo. Por alguna razón es que el smartphone se convirtió en el dispositivo digital más utilizado para leer y es que, además de su portabilidad, nos ofrece una experiencia lectora satisfactoria, emulando la funcionalidad de un libro, pero sumándole una variedad de opciones que se encuentran contenidas dentro del mismo aparato y que nos facilitan la actividad. Gracias a una enseñanza impartida y a la experiencia adquirida con el tiempo es que podemos leer y gracias al diseño es que podemos hacerlo bien y de una manera sencilla. En conclusión, el usuario necesita sentirse cómodo con lo que utiliza, y en el caso planteado aquí, necesita sentirse cómodo cuando lee en un Smartphone, y las compañías, basadas en un pensamiento de diseño, han logrado darle al lector dicha comodidad, convirtiendo a este tipo de dispositivos en un medio eficiente y práctico, totalmente cercano a una experiencia basada en la lectura de pantalla que ya conocemos o incluso, basada en la lectura de textos en medios impresos. La forma de leer en un Smartphone se ajusta a las necesidades propias de cada lector, haciendo que la actividad no sea una tarea complicada para ninguno. El diseño y sus opciones ajustables ofrecidas por el teléfono a cada uno de sus usuarios, demuestran que la lectura en smartphones, es campo de éste.

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la lectura en smartphones : campo del diseño

Bibliografía: NOËL, Guillermina. ¿Qué nos dicen las teorías de la lectura a los diseñado­res? En: Frascara, Jorge. (2011) ¿Qué es el diseño de información? Buenos Aires: Ediciones Infinito.

Webgrafía: LÓPEZ, Juan Carlos. ¿Leer libros desde tu Smartphone? Estas son claves a tener en cuenta. 2014 http://www.xatakamovil.com/ aplicaciones/como-hacer-que-tu-smartphone-sea-tu-mejor-aliado-para-leer-tus-libros-electronicos JUÁREZ, Verónica. La gente lee más desde teléfonos inteligentes que desde tabletas. 2013 http://leerenpantalla.com/la-gente-lee-mas-en-telefonos-inteligentes-que-en-tabletas/ GoodReads. http://www.goodreads.com/ Readmill. https://readmill.com/

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