Mar2014
Sobre Las cosas, de Arnaldo Antunes Héctor Bardanca
Martillando con un decir “infantil” y esforzándose en una desprejuiciada y muy motivadora mirada desde el lado inocente del raciocinio, si es que lo hay, el bello objeto de Las cosas logra ser forjado a partir de lo obvio para fijar una singularidad inquietante, que no pocas veces conlleva el plus de un sorprendente valor filosófico, otorgando trascendencia a lo más nimio de lo cotidiano, lo más trillado y evidente del mundo, con los brillos de afortunada madurez paternal y filial al unísono (donde para redefenir Las cosas hay ilustraciones con dibujos página a página por parte de Rosa, la entonces pequeña hija de Antunes de tres años), en un intenso intercambio poético sin serie ni registro preciso establecidos a priori, excepto al parecer por la premisa del uso de una expresión “primaría”. Sin ser un texto de literatura infantil y aun habiendo sido aprobado por el Programa Nacional do Livro Didáctico del MEC de Brasil, esta obra rescata con frescura e inesperada perspectiva una actitud de niñez concentrada en lo lúdico, con la curiosidad y la picardía más espontánea, sin contracturas adultas y con despojada certidumbre, para acceder a jugar con la poesía en su múltiple realidad. Las cosas Arnaldo Antunes Editorial Yaugurú Montevideo
Un huésped en casa (memorias de una traducción) Teresa Amy
A Jan Skácel (1922-1989) se le ha llamado el príncipe de la poesía checa y también el poeta del silencio. Milan Kundera dijo que parecía como tallado de piedra. De origen campesino, de familia comunista y comunista él mismo, fue condenado a trabajos forzados por los nazis. Luego de la liberación se convertiría en una de las voces principales de la Primavera de Praga. Acallado por la invasión soviética en 1968, sus versos circularon clandestinamente en forma de samizdat. Ante su tumba, el 15 de noviembre de 1989, Jiří Opelík dijo que Skácel, “sin reproches y sin gestos, cargó con lo que le había tocado en suerte: la cruz de su país”. En sus “memorias de una traducción”, Teresa Amy alterna explicaciones sobre cómo resolvió la versión de tal o cual poema -entre idiomas tan distintos como el castellano y el checo con sus siete declinaciones-, referencias
bibliográficas sobre la teoría de la traducción y apuntes sobre lo vivido en el proceso. Estos textos sirven para subrayar un concepto fundamental en el trabajo de Amy: traducir, y sobre todo traducir a un poeta, es un trabajo de sutil aproximación, en el que debe establecerse una sintonía anímica entre el traductor y el traducido. En este caso, Amy es una poeta que le ofrece al lector
su visión del poeta traducido. Otro poeta -o la misma en diferente momento emotivodaría un Jan Skácel diferente al que muestran estas páginas. Un huésped en casa (memorias de una traducción) Teresa Amy La más larga de las noches antología de poesía de Jan Skácel Editorial Yauguru Montevideo
La luz lame las hojas. La luz lame la parte externa de las cosas. Cuando la luz lame las cosas aparecen. Las hojas se parecen. Los ojos guiñan cuando los flashes flechan. Los zooms cierran en close. Las personas hacen pose. La luz lame lame. La memoria la memora. Las personas se lamen en lo oscuro. La sombra las desmiembra. La luna alumbra con luz ajena. El fuego tiembla. Las cosas tiemblan antes de entrar en foco. Las hojas tiemblan cuando hay ventolera. El film tiembla en la tela. Las personas tiemblan de frío. Se sumen en tiniebla. Las hojas caen, las fotos traicionan, las paredes tienen oídos. Las ventanas, vidrios. Cuando amanece para de llover, como debe ser. El día viene con el sol.
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