ESTUDI OS DE LEX I COGRA Fร A R EVISTA M EN SUAL DEL GRU PO LAS DO S VIDAS DE LAS PALABR AS N ยบ 5, JU LIO DE 2015
Entrevista a IGNACIO BOSQUE Suplem ento de 32 pรกginaspor Ju an V. Rom er o
ESTUDI OS DE LEX I COGRA FÍ A SUPLEM ENTO
5 JULIO DE 2015
L AS DOS VI DAS DE L AS PAL ABRAS Gr u po editor de pu bl icacion es de Lin gü ística y de Liter atu r a
Editor y cr eador : Ju an V. Rom er o Dir ector a de publicaciones: Est h er Sám an o Dir ector a par a Hispanoam ér ica: Lei dy R. Ji m én ez Dir ector a del Ser vicio de pr om oción de libr os: Raqu el Casas Dir ector a adjunta de la r evista ELex: Su san a Gál vez Dir ector de la colección de libr os Cuader nos de Lexicogr afía: An t on i Nom dedeu Estudios de Lexicografía Lugar de edición: Bar celona ISSN: 2385-6025 Por tal de la r evista: http://estudiosdelexicogr afia.lasdosvidasdelaspalabr as.com Cor r eo electr ónico de la r evista: elex@lasdosvidasdelaspalabr as.com Por tal cor por ativo: http://lasdosvidasdelaspalabr as.com Cor r eo electr ónico copor ativo: gr upo@lasdosvidasdelaspalabr as.com © Las dos vidas de las palabr as, 2015 Queda pr ohibida, salvo excepción pr evista en la ley, cualquier for m a de r epr oducción, distr ibución, com unicación pública y tr ansfor m ación de esta obr a sin contar con la autor ización de los titular es de pr opiedad intelectual. La infr acción de los der echos m encionados puede ser constitutiva de delito contr a la pr opiedad intelectual (ar ts. 270 y sigs., Código Penal). El Centr o Español de Der echos Repr ogr áficos (w w w.cedr o.or g) vela por el r espeto de los citados der echos.
Entrevista a IGNACIO BOSQUE Recién jubilado com o pr ofesor, I gn aci o Bosqu e nos r ecibe en la Sala de Dir ector es de la Real Academ ia Española. Lo que sigue es la tr anscr ipción de la extensa entr evista que le r ealizam os.
Texto: Juan V. Rom er o Fotogr afía: Jam es Rajotte
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I. GRAM ÁTICA Gramática descriptiva de la lengua española ¿De dón de par t e l a i dea de el abor ar Gr a mática descr iptiva ?
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Pr obablem ente la Gramática descriptiva no se hubier a hecho si no hubiér am os tenido el pr ecedente de la gr am ática italiana, que dir igió Lor enzo Renzi. Esta obr a (Grande grammatica italiana di consultazione) estaba ya publicada, aunque no en su totalidad, cuando Violeta Dem onte y yo com enzam os a planear la nuestr a. Se tr ataba de elabor ar, com o en el caso italiano, una obr a colectiva en la que cada colabor ador se r esponsabilizar a de su capítulo, per o con unas dir ectr ices gener ales que fijar íam os nosotr os. Nos gustó m ucho la idea de coor dinar una gr am ática hecha por especialistas, per o no dir igida solo a especialistas, sino pensada par a un público m ás am plio.
Ignacio Bosque y Violeta Dem onte, Gramática descriptiva de la lengua española. M adr id: Colección Nebr ija y Bello, Espasa, 1999.
¿Qu é podem os en con t r ar en esa obr a? Es una gr am ática de r efer encia. Nuestr a intención er a que la obr a abor dar a casi cualquier cuestión gr am atical, que pr esentar a panor am as detallados de lo que se había hecho hasta el final del siglo XX; con am plia bibliogr afía, descr ipción y análisis de pr oblem as; con ejem plificación suficiente, etc. Nos gustaba m ucho la idea de tr azar una pr esentación objetiva de la estr uctur a del español, así com o de sus var iantes, especialm ente teniendo en cuenta que las gr am áticas existentes hasta el m om ento no er an pr ecisam ente obr as exhaustivas. Tr abajam os con m ucha ilusión en el pr oyecto dur ante seis años (teníam os pensado culm inar lo en tr es, per o se r etr asó, com o casi todos los pr oyectos de cier ta enver gadur a). Cr eo que conseguim os el pr opósito fundam ental: ofr ecer un panor am a de todo lo fundam ental que el pr ofesor o el estudiante (especialm ente el univer sitar io) deben conocer sobr e cada fenóm eno gr am atical. A par tir de ahí es posible avanzar en m uchas dir ecciones, tanto par a la investigación com o par a la docencia. Obser ve que algunas gr am áticas anter ior es a la GDLE no cubr ían ni siquier a la bibliogr afía de la época a la que per tenecían.
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¿A qu é t i po de pú bl i co va di r i gi da? Sobr e todo a per sonas que tienen cier ta r elación pr ofesional con la lengua, com o dijim os en la pr esentación de la obr a. Por ?r elación pr ofesional? no entendem os solo la que tienen con el idiom a los investigador es, sino tam bién la que poseen los docentes de cualquier nivel. Sin duda, hay que adaptar esos contenidos a las necesidades de cada gr upo de estudiantes. No es igual explicar gr am ática en segundo de Bachiller ato que hacer lo en cuar to de facultad. La lengua española es la m ism a, clar o, y la gr am ática tam bién lo es, per o hay que m anejar los conceptos de m odo distinto, ya que el gr ado de com plejidad de las cuestiones tam poco es el m ism o. La abundante infor m ación que la obr a contiene puede, pues, ser adaptada a las necesidades de las m uchas per sonas r elacionadas pr ofesionalm ente con la lengua. No todos son investigador es, desde luego. Los per iodistas o los tr aductor es, por ejem plo, tienen que m anejar con cier ta soltur a las estr uctur as sintácticas o m or fológicas del español, y adquir ir adem ás cier tas infor m aciones sobr e ellas. Es cur ioso, per o m uchos pensaban que una gr am ática tenía que caber en doscientas páginas. Cuando apar ecier on esos volum inosos tr es tom os, en 1999, pocos im aginaban que incluso una obr a tan extensa podr ía quedar se cor ta en la descr ipción de algunos fenóm enos.
¿En qu é con si st i ó el pr oceso de con f ecci ón de l a obr a y qu é f ases se si gu i er on ? Fue difícil, com o sim ple consecuencia de que tuvim os que encar gar un capítulo a cada especialista. Y, clar o, elegir a tantos especialistas no er a fácil, ya que par a unos tem as había m uchos especialistas, per o par a otr os apenas si podr íam os encontr ar uno. Yo cr eo que los dir ector es del pr oyecto conseguim os el tono hom ogéneo que se r equer ía. No quer íam os que la obr a fuer a un centón, un conjunto de m onogr afías sin hilo conductor. M e par ece que conseguim os esa unidad en buena m edida. Por supuesto, cada autor es dueño de su pr opio estilo, com o lo es de su for m a de pensar. Per o er a im pr escindible intentar unificar la ter m inología y el gr ado de detalle en la descr ipción. Quer íam os, en definitiva, una obr a hom ogénea, conjuntada, y ? com o le digo? entiendo que lo conseguim os hasta cier to punto. Evidentem ente, de for m a absoluta no se consigue nunca en este tipo de obr as.
¿Cóm o h a si do r eci bi da l a obr a por l a com u n i dad ci en t íf i ca? M uy bien. Yo dir ía que m ejor incluso de lo que podr íam os haber pensado cuando em pezam os el pr oyecto. La obr a r ecibió el pr em io LOGOS de la Association Eur opéene des Linguistes et de Pr ofesseur s de Langues y ahor a m ism o es, junto con la Nueva Gramática de la ASALE, la obr a de r efer encia m ás consultada y m ás citada. Violeta y yo quedam os m uy satisfechos de esa iniciativa, sobr e todo por lo que había
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en ella de intento de pr esentar a la com unidad hispanohablante una visión de conjunto de su sistem a gr am atical que fuer a suficientem ente por m enor izada.
Nueva Gramática de la Lengua Española ¿Qu é di f er en ci a u n a gr am át i ca descr i pt i va com o est a de u n t ex t o com o l a Nueva Gr a mática de la Lengua Espa ñola ? Hay difer encias notables, y tam bién hay puntos de contacto, por supuesto. La Nueva Gramática (que yo coor diné, com o usted sabe, entr e 1998 y 2009) es una obr a de un solo autor : la Asociación de Academ ias. El pr oceso de elabor ación fue lar go por que hubo que consensuar todo el texto, adem ás de coor dinar a m uchos gr upos de tr abajo en las academ ias de la lengua. El pr oceso de elabor ación nos llevó, pues, casi el doble de tiem po que en la Gramática Descriptiva. Quizá el gr ado de unidad conceptual es m ayor, ya que, cuando cada autor se r esponsabiliza únicam ente de su capítulo, se tr abaja de for m a par alela y sim ultánea con cada uno de ellos. Per o en la Nueva Gramática todos fir m am os todo. La for m a de tr abajar ha de ser com pletam ente distinta. Tam bién es m ayor el gr ado de detalle en la descr ipción dialectal, especialm ente en lo r elativo al español de Am ér ica. En cam bio, la Nueva Gramática no tiene bibliogr afía. Ello hace im posible que el lector am plíe la infor m ación en otr os textos o sepa al m enos qué obr as gr am aticales se consider an hoy fundam entales en el panor am a inter nacional.
Real Academ ia Española y Asociación de Academ ias de la Lengua Española, Nueva gramática de la lengua española. M orfología y sintaxis. M adr id: Espasa, 2009.
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¿Por qu é n o t i en e bi bl i ogr af ía? Nos han cr iticado por esto. La cuestión se debatió en la Asociación de Academ ias y ganó por m ayor ía la postur a de m antener en este aspecto la continuidad con la tr adición gr am atical. Cur iosam ente, la gr am ática de Alar cos, publicada en 1994, tam poco contiene bibliogr afía, per o nadie la cr iticó nunca por ello. En cualquier caso, quizá no tuvim os suficientem ente en cuenta que las gr am áticas clásicas no contienen bibliogr afía por que hace ochenta o noventa años apenas existían m onogr afías gr am aticales. La pr óxim a edición, en la que ya estam os pensando, constituir á una ver sión r evisada de la NGLE (con la m ism a planta, per o m ejor ada en una ser ie de puntos). En esa nueva edición cor r egir em os aquel posible er r or e incluir em os bibliogr afía.
¿A qu é pú bl i co va di r i gi da? La Nueva Gramática se dir ige a un lector m edio culto, inter esado por la lengua. Siem pr e habr á algún pár r afo que le r esulte difícil, eso es inevitable. Aun así, un lector culto con la for m ación gr am atical básica que pr opor ciona el Bachiller ato, y que dam os por supuesta, deber ía ser capaz de entender casi cualquier capítulo de la obr a. Tenga en cuenta que esta gr am ática no pr esenta descr ipciones for m ales de ninguna clase y que ofr ece adem ás textos liter ar ios y per iodísticos de todos los países hispanohablantes, en concr eto la m itad de sus cuar enta m il ejem plos. La otr a m itad de los ejem plos que m aneja han sido inventados, constr uidos ad hoc, com o se ha hecho casi siem pr e en esta disciplina. De hecho, casi la m itad de los ejem plos de la Gramática de Andr és Bello fuer on constr uidos ad hoc por Andr és Bello. Nos gustó este equilibr io entr e ejem plos de cita y ejem plos inventados. Com o se sabe, estos últim os suelen dar m ayor r endim iento didáctico.
¿Qu é en con t r am os en l a Gr a mática Bá sica y en el M a nua l? Nos par ecía im por tante hacer var ias ver siones de la obr a. Aunque la ver sión extensa, que llam am os de referencia, se dir ija a todos, es inevitable que contenga conceptos de cier ta dificultad par a el que no está acostum br ado a tr abajar todos los días en cuestiones gr am aticales. La ver sión que llam am os M anual (coor dinada por los pr ofesor es Julio Bor r ego y Ángela di Tullio), r educe el texto a una cuar ta par te, per o se tr ata de una r educción a escala, ya que los capítulos son exactam ente los m ism os. La ver sión escolar, que llam am os Básica, fue coor dinada por el pr ofesor Salvador Gutiér r ez. Esta ver sión, que cabe en un bolsillo, no puede r espetar ya la estr uctur a de los capítulos, sino únicam ente destacar los conceptos fundam entales y pr esentar los de m aner a sim plificada. Poster ior m ente se publicó el volum en de Fonética y Fonología, que coor dinó el pr ofesor José M anuel Blecua.
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Yo dir ía que par a algunas cosas es inevitable ir a la ver sión extensa, si uno quier e entr ar en los pr oblem as con cier to detalle. Per o todo en gr am ática, com o en otr os cam pos, se puede abor dar de m aner a m ás o m enos por m enor izada. Var ía, sin duda, el nivel de pr ofundidad y el gr ado de detalle deseado en función de los posibles usuar ios, per o lo cier to es que tam bién var ía el inter és que los hablantes m anifiestan por el idiom a. Er a, pues, inevitable, pensar en var ias ver siones de la obr a par a intentar adaptar se a todas esas necesidades.
Real Academ ia Española y Asociación de Academ ias de la Lengua Española, Nueva gramática básica de la lengua española. Bar celona: Espasa, 2011.
Real Academ ia Española y Asociación de Academ ias de la Lengua Española, Nueva gramática de la lengua española. M anual. M adr id: Espasa, 2010.
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¿Qu é u t i l i dad pu ede t en er est a obr a par a, por ej em pl o, u n t r adu ct or ? En m i opinión, un tr aductor puede sacar m ucho par tido de la gr am ática estudiando algunos capítulos, ya que un tr aductor debe tener cier ta for m ación gr am atical. Sin duda alguna, un tr aductor es un pr ofesional de la lengua, aunque su r elación con ella sea distinta de la que tiene un pr ofesor de univer sidad. Lo m ism o se podr ía decir de un per iodista o de otr os pr ofesionales que tr abajan a diar io con las palabr as, aunque no investiguen sobr e ellas.
Es u n a obr a m u y ex t en sa? Algunos dicen que es dem asiado lar ga, per o yo cr eo que las dem ás son dem asiado br eves. El sistem a fonético, fonológico, m or fológico y sintáctico del español no cabe en cuatr o m il páginas. Lo que a m í m e extr aña es que algunos piensen lo contr ar io. Cuando hablábam os en la ASALE de hacer ver siones r educidas, yo decía: ?la ver sión extensa ya es una ver sión r educida?, ya que es un intento de r educir a lo esencial la estr uctur a gr am atical del español. Por supuesto, m e par eció bien que se hicier an ver siones com pendiadas, per o nunca entendí esa idea ? no tan infr ecuente en cier tos m edios? de que la lengua es sim ple y natur al, y que som os los especialistas los que la com plicam os.
¿Podem os deci r qu e, com o el DRAE, est a obr a es u n t ex t o base qu e l u ego va a t en er su cesi vas r eedi ci on es? En cier tos casos, es m uy difícil distinguir entr e una edición nueva de un libr o existente, y r epetidam ente r efor m ado, y un libr o nuevo. Se supone que una edición nueva m antiene la estr uctur a fundam ental de las ediciones anter ior es, y que r etoca en alguna m edida los capítulos. En ese sentido, nuestr a nueva edición de la gr am ática académ ica no es una nueva edición, ya que optam os por cam biar la estr uctur a m ism a de los capítulos. Nos par eció que la estr uctur a tr adicional se nos quedaba cor ta y no podía r eflejar el estado actual de los conocim ientos. En la nueva edición, de la que le hablaba antes, intentar em os m ejor ar algunos aspectos de la descr ipción, especialm ente la localización geogr áfica de cier tos fenóm enos dialectales en el español de Am ér ica. Tam bién sabem os que otr os fenóm enos se pueden descr ibir m ejor, acotándolos m ás o afinando m ás en las var iables gr am aticales que los hacen posibles. Por lo dem ás, el texto va a ser el m ism o en lo fundam ental. Tenem os m ucho inter és en que todas las academ ias de ASALE colabor en en este pr oceso de r evisión, todavía no iniciado. En cualquier caso, no está de m ás r ecor dar que la Nueva Gramática es la gr am ática del español (sea académ ica o no) que m uestr a la m or fología y la sintaxis del español de Am ér ica de m aner a m ás detallada.
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¿Por qu é h a h abi do qu e esper ar t an t as décadas par a di spon er de u n a gr am át i ca ?of i ci al ? del españ ol ? A m í no m e gusta m ucho el tér m ino ?oficial?. En el pr ólogo de la Nueva Gramática decim os que los objetos de conocim iento car ecen de análisis oficiales. Lo que sí es cier to es que las academ ias de ASALE r ecom iendan usos, no solo los descr iben. Esas r ecom endaciones tienen cier to car ácter institucional, en cuanto que pr oceden de una or ganización inter nacional, per o en la descr ipción y el análisis de un fenóm eno, sea lingüístico o no, no puede haber nunca nada ?oficial? (no puede existir, por ejem plo, un ?análisis oficial de las r elaciones de r elativo?). En cuanto al fondo de su pr egunta, hubo var ios intentos de r etom ar la gr am ática académ ica entr e 1931 y 1998, per o no pr ogr esar on por r azones m uy diver sas, sobr e todo de infr aestr uctur a: pr oblem as r elativos a las com unicaciones tr ansoceánicas, al ingente m ater ial bibliogr áfico, al conocim iento par cial de la var iación dialectal, a la dificultad par a for m ar gr upos de tr abajo, etc.
Di gam os qu e con l a pu bl i caci ón de esa obr a se cu m pl e con el com pr om i so de l os est at u t os de l a Academ i a. Así es. La Academ ia tiene que com poner un diccionar io, una gr am ática, y en teor ía tendr ía que haber r edactado tam bién una poética y una histor ia de la lengua, que nunca se iniciar on. Afor tunadam ente, los nuevos estatutos nos han liber ado ya de esas tar eas. Lo fundam ental es que la Academ ia no puede ser ajena al tr abajo que se lleva a cabo en la Univer sidad. De ella pr oceden todos sus lingüistas y sus filólogos, y estos r ealizan su labor en función de los conocim ientos y los m étodos que se consider an m ás adecuados en cada época. La difer encia fundam ental r adica en que los tr abajos de la Academ ia se dir igen a toda la sociedad, lo que im pone cier tos condicionantes.
¿Qu é papel j u egan el Esbozo y l a Gr a mática de Al ar cos en l a con f ecci ón de l a Nueva Gr a mática ? El Esbozo, que es obr a de Sam uel Gili Gaya y Salvador Fer nández Ram ír ez, fue apr obado por la Com isión de Gr am ática de la RAE. Se llam ó Esbozo por que er a el bor r ador de una obr a que tendr ía que haber sido r evisada por las academ ias am er icanas, y ser vir luego de base par a una nueva Gramática. Per o pasar on los años y el pr oyecto encalló. El nuevo pr oyecto que la Academ ia encar gó a Alar cos se par ecía al nuestr o en que tam poco aceptaba el Esbozo com o punto de par tida. Se difer enciaba, en cam bio, fundam entalm ente, en que la gr am ática de Alar cos er a una obr a per sonal, y com o tal fue publicada, en lugar de una obr a colectiva.
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¿Qu é papel desem peñ ar on l os cor pu s i n f or m át i cos y l as n u evas t ecn ol ogías en el pr oceso de con f ecci ón de l a obr a? Un papel fundam ental. La Nueva Gramática hubier a sido im posible sin las nuevas tecnologías. Es im posible extr aer veinte m il citas de textos sin disponer de cor pus infor m atizados, per o tam bién es im posible que 22 academ ias tr abajen en un pr oyecto colectivo sin disponer de cor r eo electr ónico, de bases de datos (m anejábam os m uchos m iles de docum entos), de inter net y de otr os m uchos r ecur sos que hoy nos par ecen cotidianos, per o que hace no tantos años er an inim aginables. Tenga en cuenta que dur ante años y años fue nor m al que los filólogos pasar an m ucho tiem po buscando infor m ación; buscando los datos. Hace tr einta o cuar enta años er a nor m al dedicar el últim o año de la tesis doctor al a inter pr etar los datos (casi siem pr e fichas) que el investigador había tar dado cuatr o o cinco años en r eunir. Lo que car acter iza nuestr o tiem po es el hecho de que (con las excepciones que cor r espondan) los datos son casi instantáneos, así que podem os concentr ar los esfuer zos en su inter pr etación. No es pr ecisam ente un cam bio m enor. Per o en el pr oceso de pr epar ación de la Nueva Gramática no fue todo tecnología. Hubo que for m ar equipos de tr abajo, buscar financiación par a ellos y par a or ganizar las r euniones de la Com isión Inter académ ica, en la que todas las ár eas lingüísticas del español estaban r epr esentadas, así com o abor dar otr os m uchos pr oblem as de or ganización e infr aestr uctur a, com o suele suceder en los pr oyectos colectivos com plejos y pr olongados. El im pulso de los dir ector es de la RAE en aquel lar go per iodo (Fer nando Lázar o y Víctor Gar cía de la Concha) fue decisivo, per o tam bién el entusiasm o con el que las Academ ias Am er icanas apoyar on el pr oyecto desde su inicio. La obr a se ter m inó, por cier to, antes de que estallar a la cr isis económ ica. De haber se r etr asado un poco m ás, tal vez no hubier a podido culm inar se, incluso contando con los m edios tecnológicos actuales.
Ust ed h a di r i gi do dos gr an des obr as de Gr am át i ca? n ada m en os. Sí. He sido codir ector de una y coor dinador de la otr a. Han sido tar eas difer entes, per o he apr endido m ucho con las dos obr as. En am bos casos he tenido una gr an r esponsabilidad, eso es cier to.
¿Cu án t as per son as f or m ar on par t e del equ i po de l a Nueva Gr a mática ? Había m uchas tar eas difer entes, m uchos tipos de tr abajo y m uchas for m as de colabor ación. En total par ticipar on m ás de un centenar de per sonas. En la RAE teníam os un equipo per m anente de diez o doce especialistas, todos desbor dados por el ingente tr abajo que se acum ulaba. Cada academ ia tenía su Com isión de Gr am ática,
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per o las tar eas de coor dinación y super visión se centr alizaban en la Com isión Inter académ ica. Tr abajábam os por cor r eo electr ónico, per o cada siete u ocho m eses teníam os que r eunir nos en alguna par te del m undo por que hay m uchas decisiones que solo se pueden tom ar alr ededor de una m esa. La pr incipal dificultad fue logr ar un texto unificado y hom ogéneo. Si abr e usted la obr a por cualquier par te, notar á enseguida que el estilo expositivo es el m ism o.
Y eso es di f íci l de l ogr ar , ¿n o? M uy difícil. A m í m e pr eocupaba m ucho que se vier an m uchas m anos; m uchos niveles de análisis; que la obr a fuer a heter ogénea por el sim ple hecho de ser colectiva. Quer ía evitar eso a toda costa. Y cr eo que conseguim os esa deseada unidad de for m a y de contenido. Quizá esta sea una de las pr incipales car acter ísticas de esta extensa gr am ática.
¿Cóm o se t om aban l as deci si on es? A tr avés de la Com isión Inter académ ica, a la que m e r efer ía antes. La com isión estaba for m ada por r epr esentantes de todas las ár eas (r ioplatense, antillana, andina, etc.). Cada academ ia enviaba sus infor m es por cor r eo electr ónico, per o er a esa com isión la que tom aba todas las decisiones im por tantes. Tenga en cuenta que veintidós per sonas en una m esa no pueden tr abajar ; no r esulta oper ativo. Quier o r ecor dar, por cier to, m uy especialm ente al r epr esentante de M éxico en la Com isión Inter académ ica, don José M or eno de Alba, fallecido hace no m ucho, ya que su par ticipación en este pr oyecto fue destacadísim a. Le dir é que la exper iencia de esos once intensos años de tr abajo ha sido una de las m ás extr aor dinar ias de m i vida. La coor dinación de esta gr am ática, colectiva y colegiada, ha sido, sin duda alguna, la m ayor r esponsabilidad pr ofesional que he tenido nunca, y estoy r azonablem ente satisfecho del r esultado, así com o m uy agr adecido a los que depositar on su confianza en m í. Hay cosas que se podían haber hecho m ejor, com o es lógico, per o el balance, teniendo en cuenta nuestr as posibilidades, ha sido sum am ente positivo. Cr eo que las academ ias de ASALE tam bién com par ten este juicio.
¿Cóm o ex pl i car ía a u n est u di an t e l as r el aci on es qu e se est abl ecen en t r e l éx i co y si n t ax i s y l a i m por t an ci a de l as m i sm as? En la Univer sidad Com plutense teníam os una asignatur a par a contestar a esta pr egunta. Yo la im par tí dur ante unos años, per o, lam entablem ente, ya no existe en el plan nuevo de Gr ado, aunque sí en el de M áster. Com o ve usted, no solo es im por tante esa r elación, sino que da, al m enos, par a una asignatur a.
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La r elación entr e léxico y sintaxis es una par te fundam ental del idiom a. Yo dir ía que hay dos tipos de gr am áticos: aquellos que se inter esan por el léxico y aquellos que no le pr estan atención. En cier to sentido, los dos tienen r azón, ya que existen aspectos de la gr am ática que no tienen r elación con el léxico (por ejem plo, las or aciones de r elativo). Lo que sucede es que esos aspectos son r elativam ente escasos. Si uno hace sintaxis, tiene que m ir ar antes o después el léxico con cier to detalle, y el dejar lo de lado tiene algo de salida por la puer ta falsa. En cuanto uno analiza la m ayor par te de las estr uctur as sintácticas (desde el r égim en pr eposicional a la m odalidad, el tiem po, el aspecto, la cuantificación o la valencia), encuentr a factor es léxicos por todas par tes. Tr abajar en gr am ática nos exige m ir ar el léxico con cier ta atención. Yo estoy convencido de esto desde hace m uchos años, y ? de hecho? lo he intentado aplicar a m is pr opios tr abajos.
¿Cóm o ex pl i car ía qu é es l a gr am át i ca gen er at i va? M e tem o que la r espuesta no cabe en unas líneas. Por cier to, en algunos países se estudia gr am ática gener ativa sin que los alum nos posean una base pr evia de gr am ática tr adicional, lo que m e par ece un er r or. La gr am ática gener ativa es una teor ía, y en m i opinión debe estudiar se en los últim os cur sos de la facultad, después de que los estudiantes conozcan bien la gr am ática tr adicional y (al m enos en par te) la estr uctur al. Yo estoy plenam ente convencido de que la gr am ática gener ativa está m ás cer ca de la tr adicional que de la estr uctur al, en el sentido de que esta últim a supuso una r uptur a m ayor con cier tos aspectos de la tr adición (basta leer a Hjelm slev o a M ar tinet par a com pr obar lo). De hecho, Chom sky habla siem pr e m uy bien de Jesper sen, el pr incipal r epr esentante de la gr am ática tr adicional inglesa. M uchos de los que hem os tr abajado en la gr am ática gener ativa en español valor am os tam bién m uchísim o la obr a de Andr és Bello o de Salvador Fer nández Ram ír ez.
¿Qu é l u gar ocu pa Ch om sk y en l a h i st or i a de l a Li n gü íst i ca? Es un lugar m uy destacado por var ias r azones. Obser ve que no es polém ico el que exista r elación entr e la lengua y la cultur a. Eso nadie lo pone en duda. Nos han r epetido tanto que lengua está en la sociedad que no se nos ocur r e pensar que tam bién está en la cabeza. No nos enseñar on en la escuela (al m enos no a m í) que cuando hablam os aplicam os cier tas estr uctur as que com binam os de for m a m uy intr incada, y al m ism o tiem po m uy abier ta y ver sátil. Nunca nos dijer on que todos som os cr eativos dentr o de un sistem a léxico y gr am atical que posee m uchas r estr icciones, y m enos aún que la lógica inter na de esas r elaciones r estr ictivas no es de natur aleza social. No hay ninguna contr adicción en sostener que la lengua está en
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la cabeza y está en la sociedad a la vez. En cualquier caso, la segunda de estas r elaciones se ha estudiado m ucho m ás que la pr im er a. Yo dir ía que la contr ibución m ayor de Chom sky es consider ar que el lenguaje es un objeto natur al, y que se puede analizar com o se analizan los objetos natur ales: exper im entando, haciendo hipótesis sobr e ellos y poniéndolas a pr ueba, etc. Par ece que antes había que elegir : el objeto de estudio tenía que ser o bien natur al o bien cultur al. Si per tenecía al segundo tipo, debíam os olvidar nos de la exper im entación y de los m odelos hipotético-deductivos, y centr ar nos únicam ente en aspectos histór icos, heur ísticos, inter pr etativos o estadísticos. Per o el lenguaje es suficientem ente vasto y com plejo com o par a adm itir apr oxim aciones de los dos tipos, entr e otr as posibles.
¿M an t i en e r el aci ón con Ch om sk y? No. Tan solo he hablado alguna vez con él. M i inter és por la gr am ática gener ativa sur gió en la Univer sidad, pr im er o en los cur sos com unes y después en el cur so de Lázar o Car r eter sobr e la gr am ática gener ativa del español, en la Univer sidad Autónom a de M adr id. Luego estuve en EEUU estudiando lingüística dur ante dos cur sos, y en casi todas las asignatur as se explicaba gr am ática gener ativa, de una for m a o de otr a. Quisier a r esaltar que, adem ás de una teor ía, la gr am ática gener ativa es tam bién una for m a de m ir ar. A m í m e ha ayudado a hacer m e pr eguntas que tal vez no m e habr ía hecho de haber m e educado en otr os m ar cos teór icos. El que sea una teor ía (por tanto, un conjunto de hipótesis, axiom as, etc.) hace que pocas veces se pr esente com o una for m a de m ir ar. Yo dir ía que ayuda a apr ender a obser var y a dejar se sor pr ender por lo cotidiano, no solo por lo inusitado. En el m undo de la ciencia es m ás com ún lo pr im er o que lo segundo, por cier to; exactam ente al contr ar io que en el m undo del ar te.
¿Qu é papel h a j u gado l a Gr a mática de Fer n án dez Ram ír ez en el con j u n t o de su t r ayect or i a pr of esi on al ? Gr acias a José Polo entr é en contacto con la obr a de Fer nández Ram ír ez, en par ticular con los m ater iales inéditos. Pr epar é la edición de una par te de ellos, tr abajé con sus ficher os y conocí a fondo su gr am ática, que lam entablem ente ha sido m uy poco utilizada en España. Com o se sabe, se agotó pr onto y no se r eeditó hasta m ediados de los años ochenta. Fer nández Ram ír ez es uno de nuestr os gr andes filólogos. Le dir é que nunca he conocido a un gr am ático del español de m ayor sutileza, con m ayor es dotes par a obser var m atices, par a captar la r elación entr e la for m a y el sentido. En el m undo anglosajón, solo Dw ight Bolinger tenía una capacidad
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par ecida. Puede decir se que otr os han aventajado a Fer nández Ram ír ez en capacidad teór ica y en dotes par a la abstr acción, per o cr eo que no en las cualidades que destaco. M i discur so de ingr eso en la RAE ver só sobr e su obr a y tam bién sobr e su actitud hacia la lengua.
Di r i ge u st ed l a col ecci ón de Gr am át i ca españ ol a, de Vi sor Li br os ¿Qu é podem os en con t r ar en el l a? La editor ial Taur us inició esa colección hace años, per o luego la cer r ó; poco después, la editor ial Visor Libr os m e ofr eció continuar la. La colección posee dos tipos de obr as: m onogr afías y antologías. Las m onogr afías son análisis de un solo pr oblem a: las constr ucciones absolutas o los ver bos de apoyo, entr e otr os m uchos; apar ecer á m uy pr onto una m onogr afía sobr e las nom inalizaciones. En cuanto a las antologías, se difer encian de las que se hacen en otr os países, y en el nuestr o pr opio, en que pido a los coor dinador es que hagan estados de la cuestión m uy detallados de la m ater ia que se analiza. Estos estados de la cuestión pr eceden a una selección de tr abajos, casi siem pr e nuevos, escr itos por especialistas. El estado de la cuestión pr evio es sum am ente labor ioso, y quizá por eso no se solía hacer entr e nosotr os. Per o a par tir de él, y de la bibliogr afía actualizada que en él se pr opor ciona al lector, este puede hacer se per fectam ente una com posición de lugar y seguir avanzando por su cuenta. Las antologías de esta colección pr esentan, por tanto, panor am as sum am ente infor m ativos sobr e las cuestiones tr atadas. En m i opinión, r esultan m uy útiles. Cuando yo estudio un cam po que desconozco, agr adezco m ucho que m e ofr ezcan un panor am a de lo que se ha hecho en él. Lam entablem ente, no siem pr e lo encuentr o.
Colección de Gramática española, Visor Libr os
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¿Cóm o val or a el papel de l as r ev i st as ci en t íf i cas en l a di f u si ón del t r abaj o del i n vest i gador ? Las r evistas científicas son fundam entales en todos los cam pos de la investigación. En m i opinión, es esencial que los r evisor es hagan un tr abajo sum am ente detallado y que pidan ver siones sucesivas de los ar tículos, com o se hace a m enudo en otr os países. Cr eo que todavía es excepcional entr e nosotr os que el r evisor envíe textos lar gos con páginas y páginas de obser vaciones detalladas, destinadas únicam ente a m ejor ar la segunda o la ter cer a ver sión de un ar tículo. Tam bién cr eo que algunas de nuestr as r evistas lingüísticas deber ían ser m ás selectivas, com o tam bién deber ían ser lo los com ités de selección de las com unicaciones en los congr esos.
Redes y Práctico
¿En qu é con si st e el di cci on ar i o Redes y a qu é pú bl i co va di r i gi do? Desde hace m uchos años, casi desde que er a estudiante, m e he sentido atr aído por las com binaciones léxicas r estr ictivas, las llam em os com o las llam em os: solidar idades, colocaciones, o ? tal com o sugier e Guiller m o Rojo con buen cr iter io? coapar iciones. Estas r elaciones son par te del léxico, per o tam bién del estudio de la gr am ática. En inglés existen diccionar ios de estas r elaciones r estr ictivas desde los años ochenta, incluso antes. M e par ecía extr año que a nuestr os lexicógr afos no les inter esar an, así que ? sin ser yo lexicógr afo? decidí em pr ender un diccionar io de estas unidades, que al final fuer on dos. Cur iosam ente, los diccionar ios de coapar iciones del inglés, el fr ancés o el italiano, fuer on abor dados por pr ofesionales que pr ocedían del m undo de la lexicogr afía, com o er a de esper ar, no del m undo de la gr am ática.
Redes: diccionario combinatorio del español contemporáneo Ignacio Bosque, Ediciones SM , 2004
El diccionar io Redes (publicado en 2004) no contiene definiciones, per o a la vez apor ta m últiples infor m aciones sem ánticas que no apar ecen en ningún diccionar io. Redes no es un diccionar io de m odism os ni de ideas afines, sino que pr opor ciona par adigm as com binator ios r estr ictivos unificados bajo etiquetas
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sem ánticas, algo que sigue siendo poco habitual en la lexicogr afía (sea com binator ia o no). En cuanto a Práctico car ece de estas bases sem ánticas, al m enos de for m a explícita, y pr opor ciona las com binaciones en cr udo, con algún ejem plo inter calado. Se par ece, pues, a los diccionar ios de coapar iciones de otr as lenguas, y es sum am ente útil par a estudiantes de L2, tr aductor es, per iodistas, y casi par a cualquier per sona que deba r edactar textos con cier ta pr ecisión. Per o por útil que sea el enfoque de Práctico, siem pr e pensé que no er a suficiente hacer un diccionar io de listas de palabr as. Esas com binaciones no pueden sur gir por ar te de m agia. No basta con decir ?esta palabr a se com bina con estas otr as?, sobr e todo por que esas asociaciones no son binar ias. Se calcula que par a el español existen m edio m illón de ellas, y ? desde luego? es im posible m em or izar las una a una. Si aceptam os que existen pautas sem ánticas que las agr upan, lo natur al es buscar las. En cualquier caso, las clases sem ánticas que se distinguen en Redes se pueden m ejor ar. Son com o son por que no existían estudios pr evios sobr e la m ayor par te de ellas, per o esper o que den paso a análisis lexicológicos o lexicogr áficos m ás detallados en el futur o.
Diccionario combinatorio practico del español contemporaneo Ignacio Bosque , Ediciones SM , 2011
Com o le decía, Redes y Práctico son dos diccionar ios distintos. Redes es m ás una obr a de estudio que de consulta, al contr ar io que Práctico. En Práctico hay m uchas m ás com binaciones que en Redes, per o Redes, en cam bio, es un intento de com pr ender.
¿Cóm o ex pl i car ía en qu é con si st e u n di cci on ar i o com bi n at or i o? Hay var ias m aner as de explicar lo. Lo fundam ental es que hay dos tipos de com binaciones léxicas: unas tienen que ver con el conocim iento del m undo, y otr as con el conocim iento del lenguaje. En el pr ólogo de Redes se explica que planean los aviones, los pájar os, las alas delta y otr as m uchas cosas. Par a for m ar ese par adigm a hay que m ir ar el m undo, no el lenguaje. Per o en español planean las som br as, las dudas, las am enazas, las sospechas y otr as cosas que solo aver iguar em os si m ir am os
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en el inter ior del idiom a, no a nuestr o alr ededor. La difer encia es fundam ental. Este segundo par adigm a es m ucho m ás im por tante que el pr im er o en Redes. En gener al, los usos figur ados de las palabr as son m ás útiles que los usos liter ales si nos inter esa analizar las coapar iciones. De hecho, ser ía im posible, adem ás de absur do, constr uir la lista de per sonas o cosas m ater iales que puede designar el com plem ento del ver bo sacar (la basura, la mano, al perro, un clavo, un libro, etc.), per o es per fectam ente posible constr uir una lista r estr ictiva con tér m inos abstr actos: conclusiones, fotos, consecuencias, etc. Esta lista es m ucho m ás im por tante que la pr im er a por que nos dice algo de la lengua. Lo m ism o podr íam os hacer con el ver bo atravesar. La lista de cosas m ater iales que uno puede atr avesar físicam ente es ilim itada: cualquier objeto físico (una par ed, un cr istal? ) o cualquier lugar (el desier to, una calle? ). Per o car ece de sentido hacer sin m ás listas de cosas m ater iales, de per sonas o de lugar es. Ahor a bien, en español se atr aviesan las dificultades, las cr isis, los baches y otr as situaciones de adver sidad, com o explica Redes con detalle. De nuevo, este otr o par adigm a es estr ictam ente lingüístico, a difer encia del anter ior. Obser ve que un or denador no podr ía establecer la distinción. El or denador nos dir á tal vez que es m uy fr ecuente atr avesar la calle, y que es m ucho m enos fr ecuente atr avesar el desier to. Esto es tan cier to com o ir r elevante. Por m uy sofisticada que sea la detección de ?com binaciones fr ecuentes en los textos? que pueda hacer un or denador, la m áquina no podr á distinguir aquellas que se basan en el conocim iento del idiom a de las que solo r evelan com por tam ientos habituales de los ser es hum anos. Los or denador es pueden m ostr ar nos en br uto cier tas com binaciones fr ecuentes de palabr as. A par tir de ahí, es el lingüista el que tiene que hacer todo el tr abajo. Cuando hicim os Redes tuvim os m uy pr esente esta difer encia.
¿Cóm o h a si do acogi da l a obr a por l a com u n i dad ci en t íf i ca? M uy bien, incluso por escr itor es, lo que puede par ecer sor pr endente. Alguien m e dijo que Redes er a un diccionar io par a pasear se por él, no par a consultar lo. La ver dad es que m e gustó m ucho la idea de que un diccionar io pueda ser com o un jar dín, un espacio que uno puede r ecor r er sin ánim o de estudiar especím enes, solo par a pasear se. En r ealidad, Redes intenta ser un r etr ato del hablante. Un am igo escr itor m e dijo cuando se publicó: ?Todo lo que dices en este diccionar io ya lo sabía yo, per o no sabía que lo sabía?. Y yo le contesté: ?Acabas de definir la lingüística?. Redes intenta m ostr ar lo com ún; es m ás, intenta sor pr ender al hablante con lo com ún; deseam os que se vea r etr atado en sus páginas. De hecho, Redes deja de lado las com binaciones que son pr oducto de la voluntad de estilo de los autor es liter ar ios, por eso decidí usar solo textos de pr ensa, ya que la pr ensa m uestr a el lenguaje estándar de m aner a bastante objetiva. La distinción no siem pr e es fácil, per o existe un pequeño tr uco par a saber si uno está o no ante lengua com ún, ante lengua estándar. Consiste en intentar
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r esponder a esta pr egunta: ?¿En una clase de español par a extr anjer os deber ía pr oponer uno esta com binación??. Si la r espuesta honr ada es NO, entonces hay que dejar la tam bién fuer a de un diccionar io com binator io. He r ecibido algunas cr íticas por dejar de lado la liter atur a en m is tr abajos de lexicogr afía com binator ia. Suelo contestar que m i objetivo com o lingüista no es entender el ar te ver bal, sino la lengua com ún, y ya m e par ece un cam po suficientem ente am plio. Otr os pueden elegir otr os ám bitos. La elección de la pr ensa com o fuente de datos fue, pues, absolutam ente deliber ada en el pr oyecto Redes.
¿Es ú t i l t oda l a pr en sa? Sí, especialm ente si el cor pus incluye textos am er icanos, com o en nuestr o caso. En la lexicogr afía com binator ia no se encuentr an m ucha var iación léxica, a difer encia de lo que sucede en otr os aspectos del vocabular io. Si estudiam os el par adigm a (no dem asiado lar go) de los ver bos que adm iten con natur alidad el adver bio profundamente, ver em os que es pr ácticam ente el m ism o en todos los países hispanohablantes. No hay apenas difer encias en este punto.
¿Cóm o acogi ó el pr oyect o l a edi t or i al SM ? Con gr an inter és. Este diccionar io fue posible gr acias a que la editor ial SM aceptó el pr oyecto y a que su dir ector a de diccionar ios, Concha M aldonado, lo apoyó desde el pr incipio. Les estoy sum am ente agr adecido, ya que en estos tiem pos es m uy poco fr ecuente apostar por pr oyectos novedosos y ar r iesgados, sean lexicogr áficos o no. En r ealidad, su aceptación tiene aún m ás m ér ito si piensa uno en lo difícil que es explicar Redes sin tener lo delante. Yo les hice un pr oyecto detallado, per o entiendo m uy bien que no quedar a del todo clar o lo que yo quer ía decir con ?hacer un diccionar io al r evés?. El M inister io de Educación m e concedió una ayuda a tr avés de los pr oyectos de investigación que convoca, per o la inver sión que hacía falta er a m uy consider able. En la actualidad, tal vez por la cr isis, es im posible que una editor ial acepte pagar a un equipo de filólogos par a confeccionar un pr oyecto lexicogr áfico que sur ge fuer a de la editor ial. Com o m ucho, la editor ial pensar ía en publicar un diccionar io si se le pr esentar a ya ter m inado. Ni que decir tiene que Redes podr ía tener dos, tr es o diez volúm enes, ya que solo abor da una selección de palabr as especialm ente elegidas en función de sus r estr icciones com binator ias. La obr a m ostr ó, sin em bar go, una m aner a de acer car se al léxico. En m i opinión, vale la pena seguir explor ándola, sea o no en el for m ato de un diccionar io.
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¿Qu é l abor desem peñ a l a Com i si ón de Gr am át i ca de l a RAE? Ahor a m ism o nos r eunim os poco, ya que la Nueva Gramática se ter m inó ya. Yo em pecé a tr abajar en la Com isión antes de ser académ ico. Er a académ ico electo (tar dé dos años en leer el discur so) y acepté la pr opuesta de la RAE de em pezar a colabor ar con ellos antes de ingr esar oficialm ente. En esa com isión em pezam os a r edactar los pr im er os bor r ador es, sum am ente pr ovisionales de la NGLE, y tam bién a r eunir los pr im er os m ater iales. Com o le decía antes, la obr a ar r ancó com o pr oyecto panhispánico un poco después, en 1998. Dur ante todos esos años, la Com isión de Gr am ática de la RAE r evisó y cor r igió todos los bor r ador es que pr epar é (yo solo o con m is colabor ador es) antes de enviar los a las Academ ias Am er icanas. Algunos académ icos que ya no están entr e nosotr os (Fer nando Lázar o, Em ilio Lor enzo y Valentín Gar cía Yebr a) estaban entr e los m iem br os m ás activos de esa com isión. Víctor Gar cía de la Concha, que im pulsó con entusiasm o el pr oyecto desde sus inicios, tam bién par ticipó activam ente en ella. En cualquier caso, lo cier to es que los tr abajos de la Com isión de Gr am ática avanzaban m uy lentam ente al pr incipio, casi tanteando. Fuim os viendo con el paso de los años qué clase de obr a quer íam os sacar adelante. Esto se aplica a la Com isión de Gr am ática de la RAE y tam bién a la Com isión Inter académ ica, de la que le hablaba antes.
II. LEXICOGRAFÍA
¿Es l a soci edad el dest i n at ar i o f i n al de u n di cci on ar i o, o es u n a l abor h ech a por y par a l i n gü i st as? Es m uy buena pr egunta. En r ealidad, hay tantos destinatar ios com o inter eses puede uno tener en r elación con las palabr as. M uchos diccionar ios se dir igen exclusivam ente al hablante com ún, per o tam bién hay diccionar ios especializados. Yo soy par tidar io de que los nuevos diccionar ios, com o el que la RAE y la ASALE han de diseñar en un futur o pr óxim o (ya en sopor te digital), se dir ijan a todos los usuar ios, incluyendo los especialistas. Tam bién soy par tidar io de que el sistem a ofr ezca for m as de per sonalizar las búsquedas. M e par ece fundam ental. Sea en for m a de pestañas, m enús de opciones o com o sea, uno deber ía poder llegar al punto que le inter esa, dejando de lado todo lo que no le par ece esencial. En gener al, tendem os a pensar que nuestr os inter eses coinciden con los de los dem ás, per o no es así en absoluto. Yo he podido com pr obar en m uchos congr esos de lingüística que las cuestiones que a m í m ás m e inter esaban no tenían el m enor atr activo par a otr os, y vicever sa. De for m a sim ilar, tam poco debem os esper ar
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deber ía ofr ecer la pr onunciación de las voces, per o tam bién par adigm as m or fológicos, etim ologías, or denación inver sa, fam ilias de palabr as, r égim en, esquem as sintácticos, índices de fr ecuencia, coapar iciones, r elaciones de inclusión (todas las palabr as que contienen una deter m inada voz en su definición), asociaciones conceptuales y palabr as afines de otr o tipo, adem ás de un gr an núm er o de m ar cas tem áticas. No todas estas infor m aciones inter esar án a todos, per o segur o que habr á siem pr e alguien que se inter ese por cada una de ellas.
¿Qu é pát i n a de pr est i gi o t i en e el l ex i cógr af o l i n gü i st a? No sabr ía contestar a esta pr egunta. Sé que hay pr ofesionales que distinguen entr e lexicogr afía y lingüística, per o yo cr eo que la lexicogr afía es una par te de la lingüística, com o tam bién lo son la lexicología o la gr am ática. Com o es lógico, la lexicogr afía que se dir ige a todos (com o la econom ía, la histor ia o la gr am ática, cuando se dir igen a todos) no puede ser dem asiado técnica, per o no por ello deja ser una par te de la lingüística. Com o le decía antes, la posibilidad de per sonalizar las búsquedas en los diccionar ios en línea per m ite que desapar ezca la distinción entr e lexicogr afía gener al y lexicogr afía especializada. A m í m e par ece un avance m uy consider able.
Sim posio El futuro de los diccionarios en la era digital
Sven Tar p abogaba en el Si m posi o El futur o de los dicciona r ios en la er a digita l por di st i n gu i r en t r e l ex i cogr af ía y l i n gü íst i ca. Yo par ticular m ente no com par to esa opinión, salvo en el hecho evidente de que un diccionar io de especialidad debe ser r edactado por especialistas. Sí cr eo, en cam bio, que en un diccionar io de lengua uno puede elegir sus destinatar ios: público gener al o público especializado. El pr im er o puede clasificar se en función de su lengua m ater na, de su edad (com o en los diccionar ios escolar es) o de su for m ación, per o tam bién el segundo puede subdividir se. Com o en tantas otr as disciplinas, la descr ipción del léxico puede hacer se en m uchos niveles de pr ofundidad, tecnicism o o detalle, per o eso no convier te a la lexicogr afía en una disciplina difer ente. Existe un diccionar io com binator io del fr ancés que dir igió Igor M el'cuk hace años. Es un diccionar io dir igido solo a especialistas, y lleva sem anas apr ender a m anejar lo con soltur a. La elección del destinatar io es deliber ada, per o no deja de tr atar se de una obr a lexicogr áfica.
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En ese Si m posi o se m ost r ó u st ed par t i dar i o de i n cl u i r m ás i n f or m aci on es en l as en t r adas de l os di cci on ar i os, adem ás de l as h abi t u al es. En cam bi o, por ej em pl o, el pr of esor Tar p h abl ó de u n a sobr ecar ga de i n f or m aci on es? Yo hablaba de los diccionar ios de lengua. Cr eo que el pr ofesor Sven Tar p está pensando sobr e todo en la sobr ecar ga de infor m aciones técnicas de especialidad en los diccionar ios com unes. Si no m e equivoco, él ha dir igido diccionar ios de econom ía, que se destinan a per sonas con diver sos gr ados de for m ación en esa disciplina. Existen tam bién diccionar ios de astr onom ía, de der echo, de ingenier ía, filosofía o m úsica. En la Academ ia hacem os diccionar ios de lengua. Tenem os, por supuesto, m ar cas tem áticas par a r estr ingir tér m inos pr opios de todos esos cam pos, y som os conscientes de que ofr ecem os m enos infor m ación sobr e ellos de la que pueden contener los diccionar ios especializados. Es inevitable que sea así. Supongo que el pr ofesor Tar p quier e decir que los diccionar ios com unes no pueden abar car lo m ism o que los especializados, y tiene toda la r azón. Un diccionar io de la lengua española no puede equivaler a un conjunto de diccionar ios tem áticos, ni siquier a si el tem a de estos diccionar ios es la lengua m ism a, ya que existen diccionar ios de par tículas gr am aticales, de tér m inos lingüísticos o de per ífr asis ver bales. Vistas así las cosas, cr eo que no hay ver dader am ente contr over sia.
¿Cóm o val or a el Si m posi o? Fue m uy inter esante. Recibim os ideas de m uchos pr ofesionales que tienen r elación con la lexicogr afía desde ám bitos m uy difer entes. Hubo, adem ás, m uchas conver saciones, m uchas char las y un fluido inter cam bio de ideas y de puntos de vista. Per sonalm ente, m e r esultó sum am ente útil, ya que m e hice una buena com posición de lugar sobr e lo que se está haciendo en otr os ám bitos. El sim posio se convocó, adem ás, de m aner a en cier ta for m a inter esada, ya que ? com o le decía antes? tenem os que em pezar m uy pr onto un pr oyecto de gr an enver gadur a: la confección de un diccionar io académ ico pensado par a el sopor te digital. Se pensó, pues, que lo pr im er o que había que hacer es em pezar por conocer con cier to detalle lo que hacen los dem ás en las diver sas ver tientes de la lexicogr afía m oder na. El pleno de la RAE acaba de r evisar y apr obar un pr im er bor r ador que contiene algunas ideas, todavía m uy gener ales, que las academ ias de la ASALE tendr án que estudiar y desar r ollar dentr o de unos m eses. Ojalá no pase m ucho tiem po antes de que podam os tener un nuevo pr oyecto lexicogr áfico en sopor te digital. Deseam os que esté bien definido y ar ticulado, que se confeccione por consenso, y que tengan cabida en él todas las var iedades lingüísticas y todos los puntos de vista que los usuar ios y los especialistas puedan m anifestar en r elación con el léxico.
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III. LENGUA Y SOCIEDAD
Ust ed r edact ó el i n f or m e Sexismo lingüístico y visibilida d de la mujer ? Lo cur ioso de ese infor m e, del que han pasado ya tr es años, es que no decía nada que la Academ ia no hubier a dicho antes en su Gramática. En los m edios per iodísticos se planteaba la cuestión del desdoblam iento de géner o de m aner a poco ser ia. Se hacían br om as con exager aciones y car icatur as, per o no se explicaba la cuestión del desdoblam iento en tér m inos lingüísticos. Es lo que intentam os hacer nosotr os. El escr ito estaba dir igido a todo el m undo. Le dir é que he hablado con m uchas per sonas que no sabían absolutam ente nada de lingüística y que entendier on todo lo que allí se explicaba, hasta la últim a palabr a. El infor m e no tr ataba de la extensión del fem enino a los nom br es de pr ofesiones u oficios, o de otr as cuestiones sem ejantes, sino básicam ente del llam ado desdoblamiento del género (?ciudadanos y ciudadanas?; ?tr abajador es y tr abajador as?, etc.) o dobletismo, com o lo llam a Ignacio M ar tínez Roca. Ese desdoblam iento ser ía la r epr esentación de lo que se ha denom inado lenguaje no sexista. Obser ve que esta denom inación im plica que el lenguaje que usam os todos los hispanohablantes, sin desdoblam ientos, ser ía sexista. Una vez publicado el infor m e, se m e ocur r ió buscar textos de los escr itor es y per iodistas que se opusier on a él. M e r efier o, por supuesto, a textos en los que no se hablar a de la r elación entr e géner o y sexo. Obser vé que en estos textos apenas apar ecían los desdoblam ientos. Estas per sonas usaban am pliam ente en sus novelas y ar tículos el m asculino en la inter pr etación llam ada inclusiva. Es decir, usaban un lenguaje que, aplicando su pr opio cr iter io, ser ía sexista, per o que casualm ente coincide con el de todo el m undo. Se par ece un poco a lo que es nor m al en el ám bito de la política: los políticos suelen ser dobletistas cuando tienen delante un m icr ófono o una cám ar a, y r ar am ente cuando no los tienen. Per o incluso cuando los tienen son selectivos: desdoblan trabajadores y trabajadoras, por ejem plo, per o r ar am ente empresarios y empresarias. Nunca publiqué estas obser vaciones, quizá por que m e par ecían dem asiado evidentes. Per o en la dur a contr over sia de aquellos días se nos escapó a todos un factor que no tiene que ver exactam ente con la cor r ección política. Ahor a veo m ás clar o que la actitud que analizábam os es una insignia, una bander a o un distintivo. Las bander as se enar bolan y se ondean, per o luego se ar r ían y se pliegan, así que uno no va vestido todo el día con sus color es. Los dobletistas son igualm ente selectivos. Así pues, cada uno puede hablar com o quier a, per o nadie deber ía llam ar sexista al lenguaje com ún, al que usam os a diar io var ios m illones de hispanohablantes, incluidos los dobletistas m ism os cuando hablan en entor nos no oficiales, no públicos o no m ediáticos.
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Im agínese a alguien que ondea la bander a ar coír is par a m anifestar que defiende los der echos de los hom osexuales. Suponga usted que luego la pliega y la guar da, y que cuando lo hace se le llam a hom ófobo. O im agine que alguien apoya al Bar ça si lleva la cam iseta blaugr ana, per o pasa a ser un anticulé si se la quita. El falso pr oblem a del desdoblam iento o el dobletism o tiene algo que ver con la m anifestación pública de nuestr os afectos. Vivim os en tiem pos de poca ar gum entación; tiem pos en los que la exposición ar ticulada de las ideas se sustituye dem asiadas veces por los posicionam ientos, así que el despliegue de sím bolos y consignas sustituye a m enudo a la expr esión r azonada de los pensam ientos. Lo pr im er o es, sin duda alguna, m ucho m ás m ediático. Leí hace unos m eses en inter net el com entar io de alguien que pr oponía cam biar en los diccionar ios la acepción en la que el m asculino plur al padres abar ca tam bién a la m adr e, ya que le par ecía indignante esa ocultación de la m ujer, de la que se libr an m uchos idiom as. Ni por un m om ento pensó esa per sona que los sentidos de las palabr as no se cam bian por decr eto, y m ucho m enos pensó que cuando una m ujer dice El domingo comeré con mis padres no está ignor ando a su m adr e. M ás aún, a veces hay que r ecor dar que los hablantes saben lo que significan las palabr as com unes (aun cuando no sepan explicar lo siem pr e), per o dá la im pr esión de que se les quier e pr ivar de esa potestad. De hecho, esa car acter ística de la lengua, el ser pr opiedad íntim a del individuo, es un r asgo que nadie pone hoy en tela de juicio, dentr o o fuer a de la lingüística. Casi pr efier o no volver m ás sobr e este asunto, en el que ha habido m ucho r evuelo y albor oto, per o escasa r eflexión. Quizá sucede que la ar gum entación exige m ir adas pausadas, y a m enudo no cabe en los ciento cuar enta car acter es de Tw itter. Com o sabem os, en este m undo actual todo tiene que ser br eve, inm ediato, instantáneo, y si es posible visual. Si existe un sím bolo par a posicionar se ante cualquier cosa, siem pr e se pr efer ir á a un discur so ar ticulado y m atizado. Desde luego, los m atices y los r azonam ientos se difer encian de las insignias y las bander as en que son poco m ediáticos.
¿Qu é opi n i ón l e m er ece l a pol ém i ca en t r e el col ect i vo gi t an o y l a RAE a pr opósi t o de l a i n cl u si ón en el DRAE del t ér m i n o tr a pa cer o? Yo cr eo que se ha entendido m al nuestr o punto de vista. Y no solo ha sido el colectivo gitano el que ha visto discr im inación en estos casos. Hem os tenido pr otestas de sociedades que pr otegen a los autistas, por ejem plo. Se dice a veces que un político es autista, en el sentido de que es poco com unicativo o que se cier r a en sí m ism o. Este uso está en la calle, es absolutam ente gener al, per o hem os r ecibido escr itos que lo consider aban ofensivo. Tam bién hem os tenido pr otestas de asociaciones contr a el cáncer que consider aban ofensivo decir que este o aquel pr oblem a es el cáncer de
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sociedad. Hace unos m eses fuer on num er osas las peticiones de que se supr im ier a la expr esión trabajar como un negro, que algunos consider aban igualm ente ofensiva. El que la Academ ia pueda pr esentar incontables testim onios escr itos de los usos que nos piden que supr im am os les par ece a nuestr os cr íticos com pletam ente ir r elevante. Com o ve usted, m uchos desean que el diccionar io r efleje lo que las palabr as deber ían significar, no lo que significan. Esas per sonas entienden que si esas palabr as poseen deter m inados significados, de fom a m ás o m enos extendida, es por que las per sonas que las em plean incur r en en hábitos inadecuados, que ningún ?código oficial? deber ía r ecoger. Es una actitud r elativam ente fr ecuente entr e los políticos. Com o sabem os, m uchos com por tam ientos públicos son alegales: si no se legisla sobr e ellos, podem os actuar com o si no existier an. Sabem os per fectam ente que existen, podem os gr abar los, descr ibir los y atestiguar los, per o si las leyes no los r ecogen, nos da igual, por que a efectos oficiales no existir án. M uy cur ioso.
Per o eso es i gn or an ci a sobr e cóm o f u n ci on a u n di cci on ar i o, ¿n o? Yo cr eo ese com por tam iento tiene una base. M uy cer ca de la Academ ia está el Congr eso de los Diputados. Y en él se hacen leyes que r egulan la for m a en que deben com por tar se los ciudadanos. Las leyes no se lim itan, pues, a r eflejar la for m a en que se com por tan. Es cier to que nosotr os r ecom endam os algunos usos y expr esiones que consider am os pr estigiosos, y que tam bién consider am os que otr os están desacr editados o son m alsonantes, per o no podem os asignar estos juicios de valor a los usos com unes de un sinfín de palabr as. En cualquier caso, estam os pensando en incluir una m ar ca en cier tas palabr as o cier tas acepciones par a indicar que pudier an ser ofensivas par a el sentim iento lingüístico de algunos hablantes. Lo que no podem os hacer es supr im ir las del diccionar io.
¿Podr ía ser ú t i l h acer pedagogía de cóm o se h ace u n di cci on ar i o, abr i r l as pu er t as del t al l er del l ex i cógr af o? Ya lo hem os hecho. Hem os explicado nuestr o punto de vista sobr e este asunto m uchas veces. Suponga que quitam os del diccionar io palabr as com o anarquía, judiada o gallego, en los sentidos que algunas consider an ofensivos. Si alguien las encuentr a en un texto podr ía pensar que su autor se las ha inventado, ya que el diccionar io no las r ecoge. Con el m ism o ar gum ento podr ía justificar se la petición de que se supr im an todos los insultos del diccionar io. Otr a cosa, por supuesto, es que la RAE y la ASALE deben afinar algo m ás su sistem a de m ar cas.
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En t on ces, a su j u i ci o, el DRAE deber ía af i n ar m ás su s si st em as de m ar caci ón di af ási ca o di ast r át i ca. Sí, cr eo que sí. Por ejem plo, no deber íam os usar la m ar ca ?poco usado? par a palabr as o acepciones que r ar am ente se encuentr an en los textos después de 1900, es decir par a palabr as casi totalm ente desusadas. Tam bién se deber ían r evisar sistem áticam ente m ar cas com o ?jer gal? o ?coloquial?, entr e otr as. Debem os m ar car m ejor las palabr as par a descr ibir m ás adecuadam ente los entor nos en los que se usan, o par a explicar que han dejado de usar se (total o par cialm ente), per o esto es m uy distinto de quitar las del diccionar io.
¿Cóm o u sa a su j u i ci o el h abl an t e el i di om a? Esta es una pr egunta m uy típica de los per iodistas (r isas). Yo he sido pr ofesor univer sitar io dur ante cuar enta años, y cr eo ser objetivo al per cibir que hace unos años, quizá veinte o tr einta, los estudiantes de entonces r edactaban m ejor y distinguían m ás m atices léxicos que los de ahor a. M i im pr esión es que está desapar eciendo un concepto que dábam os por sentado hace unos años: el de cultur a gener al. M e r efier o a un conjunto de conocim ientos básicos sobr e histor ia, ar te, geogr afía, liter atur a, depor te o filosofía. M e gustar ía pr eguntar les a algunos especialistas en educación si defender ían que actualm ente el ciudadano m edio posee, en sim ilar m edida, esa ?cultur a gener al? que entonces dábam os por supuesta en todos los que habían apr obado el Bachiller ato. Pues bien, en m i opinión, conocer algo m ejor el sistem a léxico y gr am atical con el que nos expr esam os for m a par te de la cultur a gener al, sobr e todo por que en la lengua todo son m atices. Afor tunadam ente, todavía se valor a la capacidad de elabor ar un discur so fluido y sintácticam ente bien constr uido com o r equisito par a acceder a puestos de r esponsabilidad, per o lo cier to es que cada vez es m ás r ar o encontr ar a candidatos que sean capaces de ar ticular lo. En gener al ? y r econozco que he hecho ya esta declar ación en otr as ocasiones? lo que habr ía que cam biar m ás ur gentem ente es la per cepción que tienen m uchas per sonas de la lengua com o un objeto exter no que nada tiene que ver con el individuo; una especie de código im puesto por los académ icos o por otr as autor idades, y tan ajeno a los hablantes com o el código de der echo m er cantil es ajeno al ciudadano m edio. Los pr ofesor es de Enseñanza M edia tienen m ucho que hacer en ese cam bio necesar io, sobr e todo por que la actitud que m enciono no se da en otr os cam pos (ninguna per sona entiende que la Academ ia de M edicina tenga alguna par ticipación en la estr uctur a de su cor azón o de su bazo, por ejem plo). Sé que no es fácil, per o los pr ofesor es de Enseñanza M edia deber ían im buir a los estudiantes la idea de que la lengua les per tenece; que es un sistem a pr opio que deben apr ender a conocer y
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tam bién a usar. M ás aún, que es un sistem a en el que quedan m uchas cosas por descubr ir.
Est a es ot r a de per i odi st a. ¿Qu é f u t u r o t i en e el españ ol en el con t ex t o de com u n i caci ón gl obal en el qu e est am os? Esta pr egunta da par a todo un congr eso. No sé bien qué contestar le. La pr esencia del español en inter net está cr eciendo m ucho, com o todo el m undo sabe, per o se habla m enos de otr os ám bitos en los que la lengua deber ía estar pr esente. Yo cr eo, por ejem plo, que el español deber ía ser una lengua par a la ciencia, no solo par a la liter atur a, el cine, el per iodism o o la divulgación. Se ponder a m ucho, y m e par ece extr aor dinar io, que la obr a de algunos escr itor es españoles o hispanoam er icanos se haya tr aducido a dos o tr es decenas de lenguas, per o no cr eo que existan tantos libr os de ciencia escr itos en español que se hayan tr aducido a esos m ism os idiom as. Ojalá la ciencia escr ita en español atr ajer a a nuestr a lengua el inter és de los que no la hablan, de la m ism a for m a que se sabe de algunos gr andes escr itor es que apr endier on español par a disfr utar m ejor de nuestr a liter atur a. Per o m e doy cuenta de que m uchos de estos cam bios exigen políticas científicas, no solo idiom áticas. Se dice m uchas veces que el inglés es hoy en día la lengua inter nacional, per o no cr eo que este factor haya influido m ucho en el hecho de que el Reino Unido haya tenido en su histor ia dieciocho pr em ios Nobel de m edicina. Otr o aspecto m uy im por tante son las nuevas tecnologías, sobr e las cuales queda todavía m uchísim o por hacer en español, en com par ación con otr as lenguas. Hace poco supe que la tr aducción autom ática inglés-japonés, y vicever sa, no es m ala, en com par ación con la tr aducción autom ática inglés-español o español-inglés. La r azón es que los gobier nos y las em pr esas japonesas han inver tido m ucho m ás diner o que nosotr os en este tipo de pr oyectos. Com o se sabe, es difícil plantear en España pr oyectos tecnológicos a lar go plazo, sobr e todo si son car os y no ofr ecen r endim iento inm ediato.
¿Qu é papel desem peñ an l os m edi os de com u n i caci ón en l a di f u si ón del bu en u so del i di om a? Se cr itica m ucho a los m edios de com unicación, per o yo no cr eo que el nivel m edio de lengua de los per iodistas hispanohablantes sea m alo, a difer encia de lo que a veces se oye por ahí. A la vez, le r econozco que en algunos países hispanoam er icanos el cuidado y el inter és por el idiom a tiene una gr an tr adición, m ayor sin duda que en el nuestr o.
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¿En qu é si t u aci ón se en cu en t r a l a en señ an za de l as di sci pl i n as l i n gü íst i cas? Esta es una pr egunta m uy im por tante. Colabor o desde hace unos años con un gr upo de tr abajo catalán que se llam a Gr OC (Gramática orientada a las competencias), cuyo único objetivo es tr abajar par a que se m ejor e la enseñanza de la gr am ática en Secundar ia y Bachiller ato. La r enovación de los contenidos y de los m étodos es im pr escindible. La enseñanza de la lengua sigue sobr ecar gada de ter m inología y necesitada de r eflexión. Sigue padeciendo los efectos de nuestr a tr adición nom inalista, de m odo que los pr ofesor es tr ansm iten a sus alum nos su pr opia obsesión por tener un nom br e par a cada cosa, en lugar de por llegar a conocer sus pr opiedades o su m ism a natur aleza. Los alum nos han de analizar textos lar gos, a veces de una enor m e com plejidad, cuando tendr ía m ucho m ás sentido analizar a fondo secuencias m ás sim ples. Los estudiantes se ven inm er sos en una especie de vor ágine etiquetador a de categor ías y funciones, que nunca o casi nunca exige r eflexión sobr e lo que se está etiquetando, a m enudo ni siquier a la detección de contr adicciones o de r edundancias. El sim ple hecho de pr eguntar se cuál es la r elación entr e la for m a de una expr esión lingüística y su significado es hoy casi inusitado en algunas aulas. El gr upo de tr abajo del que le hablo no tiene ninguna influencia en ningún m edio oficial. Nos lim itam os a suger ir pr opuestas ante el panor am a que per cibim os a nuestr o alr ededor.
Se abu sa por ej em pl o m u ch o del an ál i si s m or f osi n t áct i co, ¿n o? El análisis se puede hacer de m uchas for m as. Yo dir ía que se abusa del etiquetado autom ático, que r ecuer da al de esas m áquinas de poner pr ecio a las m er cancías que se usan en los super m er cados. Par ece que a veces im por ta m enos analizar (encajar en el sistem a lingüístico; asociar la for m a con el significado) que despachar, que viene a ser quitar se algo de encim a y pasar a otr a cosa. Deber íam os explicar una gr am ática m ucho m ás cer cana a los alum nos, una gr am ática que les ayudar a a penetr ar en el sentido de lo que dicen y de lo que leen, per o m e tem o que no es así com o se hacen las cosas. No sé qué pensar án de esto los pedagogos y las autor idades educativas. A lo m ejor entienden que ni siquier a existe el pr oblem a.
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IV. EL PROFESOR
¿Qu i én es f u er on su s m aest r os y m en t or es? Fui alum no de Lázar o Car r eter en la Univer sidad Autónom a de M adr id. Lázar o er a un m agnífico pr ofesor y un gr an intelectual, m uy culto y m uy inter esado por el tr abajo de los dem ás, incluso en los ám bitos en los que él no investigaba. Fue Lázar o el que pr om ovió m i candidatur a a la RAE antes de que yo alcanzar a la edad que se suponía adecuada par a ingr esar en la institución. Es m uy poco fr ecuente que un pr ofesor te diga: ?Esto que le inter esa a usted yo no lo voy a estudiar, per o alguien tiene que estudiar lo por que es im por tante. Hágalo usted. Voy a apoyar que le den una beca par a que pueda hacer lo?. Hoy en día es m ás fr ecuente la otr a actitud, la de quien consider a que solo tiene inter és lo que le inter esa a él o a ella, o la de quien esper a que el tr abajo de sus discípulos tenga alguna r eper cusión en el pr opio. Lázar o nunca com par tió esa for m a tan estr echa de ver las cosas. En Ber keley seguí las clases de Char les Fillm or e, r ecientem ente fallecido, y de Geor ge Lakoff, dos espléndidos pr ofesor es, y asistí tam bién a cur sos de John Sear le y de otr os gr andes especialistas. Consider o un gr an pr ivilegio el haber podido asistir a las clases de per sonas tan extr aor dinar ias com o estas.
¿Le h a per m i t i do i n vest i gador a?
la
u n i ver si dad
desar r ol l ar
cóm odam en t e
su
l abor
Sí, sin duda alguna. Fui pr ofesor en la UAM dur ante tr es años, y luego lo fui en la UCM dur ante tr einta y siete. He dir igido veinte tesis doctor ales en esta últim a univer sidad, y sigo dir igiendo algunas, adem ás de algún tr abajo de fin de m áster. Actualm ente soy pr ofesor honor ar io de la UCM , y debo decir que siem pr e he tenido el apoyo de m i univer sidad. M ucha gente no sabe que los pr ofesor es de la UCM solem os dar m ás clases que los de otr as univer sidades españolas, ya que, al ser m ás gr ande nuestr a Univer sidad, tam bién hay m ás gr upos de estudiantes y se da clase desde m uy tem pr ano hasta m uy tar de. En r ealidad, de una for m a o de otr a m e he pasado la vida en el aula, pr im er o com o alum no y luego com o pr ofesor. Per o no m e quejo. De hecho, le dir ía que estoy absolutam ente convencido de que el aula es un buen lugar par a pasar la vida. He tenido la opor tunidad de for m ar a m uchos estudiantes que hoy son pr ofesor es e investigador es dentr o y fuer a de España. Y cr eo que esa es la m ayor satisfacción de un pr ofesor : haber logr ado que una ser ie de per sonas em pezar an a pensar por su cuenta; conseguir que algo se m ovier a en su cabeza. Com o se dice a veces, hay dos tipos de enseñanza: una consiste en llenar cabezas, y la otr a en
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am ueblar cabezas. Per o llenar cabezas es adoctr inar, lo que tiene poco sentido. En cam bio, am ueblar cabezas es m ucho m ás difícil, y tam bién m ucho m ás im por tante. Consiste en que los estudiantes em piecen a apr ender a obser var, a ar gum entar, a r azonar, a deducir y a cr iticar objetivam ente el tr abajo de los dem ás. Cuando lo consiguen, y están listos par a volar solos, dejan siem pr e en el pr ofesor la m ás r econfor tante satisfacción que este pueda r ecibir. Yo puedo decir que en alguna m edida he contr ibuido a la for m ación de m uchos pr ofesionales de nuestr o cam po, y que he r ecibido, por tanto, en todos estos casos, esa íntim a r ecom pensa per sonal. Es lo que m ás valor o de estos cuar enta años de dedicación.
¿Cu ál es son su s pr oyect os f u t u r os en el cam po de l a i n vest i gaci ón ? El m ás inm ediato es descansar. He com etido el er r or de aceptar m uchos com pr om isos (confer encias, ar tículos, cur sos, sem inar ios, etc.), todos con fecha fija. Tengo colegas, tam bién jubilados, que m e dicen que han com etido el m ism o er r or, así que debe de ser una r eacción natur al ante el tem or de caer en el abur r im iento. Tengo algunos pr oyectos a lar go plazo que tienen que ver con las r elaciones entr e el léxico y la sintaxis, per o todavía están m uy ver des, así que no podr ía contár selos. Son pr oyectos par a em pr ender sin plazos, sin hor ar ios, sin agobios, incluso sin bur ocr acia y sin super ior es a los que r endir cuentas. Estoy convencido de que siem pr e hay que tener cuatr o o cinco pr oyectos en la cabeza. Incluso si al final solo se lleva adelante uno, o incluso ninguno. Es m ucho m ejor que la otr a actitud: no tener ningún pr oyecto en la cabeza y levantar se diciendo: ?A ver qué podr ía hacer hoy par a pasar el día?.
Ha ej er ci do u st ed com o pr of esor v i si t an t e en var i as u n i ver si dades. ¿Qu é h a apor t ado est a ex per i en ci a a su car r er a? M ucho. Estoy m uy satisfecho de haber podido dar clases en univer sidades extr anjer as. Sobr e todo por que cr eo que es m uy im por tante en nuestr a pr ofesión hablar con per sonas que hacen cosas distintas, y en par ticular tr atar con pr ofesor es que hacen lingüística de otr a for m a. Un er r or de nuestr a pr ofesión es el sim ple hecho de que nos r elacionam os por lo gener al con per sonas que tr abajan en lo m ism o que nosotr os, que plantean las m ism as pr eguntas desde el m ism o punto de vista y que buscan soluciones sim ilar es par a pr oblem as tam bién sim ilar es. Estoy convencido de que es m uy bueno hablar con colegas que tr abajan en ám bitos distintos, dentr o y fuer a de la lingüística; pr ofesionales que desar r ollan teor ías difer entes, que oper an con conceptos y tér m inos difer entes y que se inter esan por pr oblem as difer entes. Em pecé a desar r ollar esta actitud en el colegio m ayor en el que r esidía cuando er a estudiante en M adr id, ya que en los colegios m ayor es uno conoce a com pañer os de casi todas las especialidades. Luego supe que los colleges br itánicos se car acter izan
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im ponen en cier ta for m a ese tr ato inter disciplinar io. Cuando visité uno de ellos, hace no m ucho, m e explicar on que quien vive en un college en Oxfor d o en Cam br idge habla m uy a m enudo con colegas que tr abajan en cam pos del saber que no tienen nada que ver con el pr opio. Es una par te esencial de la vida en esas instituciones, y m e par ece una excelente idea.
¿Ex i st e u n a escu el a I gn aci o Bosqu e? M e tem o que no. Ni siquier a sé si m is antiguos alum nos com par ten todos algo. M e gustar ía pensar que son per sonas que hacen su tr abajo de m aner a independiente, con la m ente abier ta; que saben obser var y tam bién teor izar ; que han desar r ollado cier ta capacidad cr ítica; que son capaces de plantear pr eguntas nuevas sobr e fenóm enos conocidos y que intentan tr ansm itir todo eso a sus pr opios alum nos. Per o quizá son dem asiadas aspir aciones. En r ealidad eso es la investigación y la enseñanza en cualquier r am a del saber. Com o le decía antes, un pr ofesor no es m ás que alguien que da el pr im er em pujón a quien va a r ecor r er un lar go cam ino. Lo im por tante es dar ese im pulso en la dir ección cor r ecta. No es pr eciso que for m e ?una escuela?; si logr a desar r ollar una par te de esas capacidades y aptitudes en sus alum nos, puede sentir se m ás que satisfecho.