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Los desaparecidos

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Hogar

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Esta tierra roja, dúctil en ausencias decretadas, tierra estéril, de lamentos eres sembrada con lágrimas fecundas que prohíjan esa siega de raíz yerma y amarga, así fuiste ofrendada al consumir en holocausto, el acíbar de tu savia.

Agrio cáliz, que en sacro ayuno has compartido con los idos, los llevados, los aupados. Apostasía, que en lápidas infaustas asumes en silencio el cómplice discurso del más burdo tirano, y en lúgubre destino sepultas tu legado.

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Tierra roja, tierra mía, tierra mártir, son de adobe y de ónix tus congojas, ventura y armonía, son frágiles quimeras y en prados y en aleros, el cruel áspid campea.

Elba Gómez Orozco Pegueros, Tepatitlán de Morelos

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