L'escalier Issue #2

ano i r o t ua c E e in ler C x y e r a úsic ge D r M o e J " ld ret N a " o i l · c L e a Esp ilia ític l m o E P · ca os i i t D á n Matem ersación co v n o C Una

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Contenidos 54

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-9Editorial -10Caleidoscopio: 2012: El fin del mundo, antes de este, hubo otros.

Mi lista de No-Propósitos -20Time out: Ellos trataron de quitar mi conexión de internet y yo dije no, no, no DIY La columna del Boroto: Una conversación con Dios -32Close Up: Matemática Política -40Arte: Mejor sí hablar de cierto cine Final de un ciclo y la “nueva ola” de la música ecuatoriana -54Galería: Emilia Lloret -88Uncover: Ojos en Israel y Palestina La ilusión de la elección -98Street Style -104Recomendados: Kit de supervivencia para el fin del mundo

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S D eb a C RÉ ila ire sti Ro á D c C to n C sa or am lía r G Na ITO ra S il V en rvá lE Se a C azq e e s z ba or ue Ed cud ral r s z a t D iá l M ito ero av n Es o Se id N cu re ra b D as R i e B ar de no Jo rec tián dacarza váe ro to N hn c i l lo z rd a ny D rv ón a e v G D A á ez id av ia rt G n i D e la u M aV i n t ig á Ed Fo ier señ es to r ue zq is o Se g ez u o l n e C Be a z M Z raf V. Ta bas í m D mi tián Jo co po or hin a a C a i ya V B sé o ve en n M r r e o R n K o o na Villav na Bor der de o at C b a ic lc o o h e l e á t D eri armrto div nc zar o C N avi ne ig Or ies io ol ic d R n t o Re C ab ol La ol ian iz G d l S o P a oc us m az ora ás L rri án i A c i v Thlber ial tavo oneuni Cr dor eón a c M Q u eB to sP a s es ci el ig Va ed ui ú l ó a b Ap z ia zh n M pi lica y s pl que e- z an R s A w ag uiz N -C si J w e u s e e w. le ten nny Blo w Y enc r Av L’ sca te E Pe gge ork a l es .R s ca ierm jecu ánt rs em l t e Fo ie ig r I ag.c iva z to E i C n o om de e ss u C es po +5 en y re ro 2ue un c A s rt 01 #2 ad 93 a - v. po pr L 7 S E a 2 c ol 1-2 3 od ’es :E 81 ua an 9 c uc al m 4 do o i i to er li 24 r de M a L 9 lo Sa ag r e ge az t In ine t’l C

Editorial Muy a pesar de todos quienes pusieron sus esperanzas en que el mundo llegue a su fin el 21 de diciembre, sobrevivimos al 2012 sin haber sido protagonistas de un ataque zombie ni una invasión extraterrestre. Nos dejaron con las ganas de presenciar el gran Juicio Final.

Quizás varios hayan empezado ya a buscar una nueva fecha para el Apocalipsis y así poder justificar el surgimiento de nuevas iglesias, los desmanes del “último día” o tal vez para poder, una vez del otro lado, restregar la primicia en la cara de los que se nos adelantaron, diciéndoles algo así como “Es que tenías que estar allí”.

En fin, ha llegado el momento de asumir un nuevo año, usando al pasado como gafas de sol que ayuden a nuestros ojos a resignificar el presente; es hora de repasar los errores, los aciertos, enfrentar las omisiones y no quedarse otra vez con las ganas de decir. Rompamos el silencio del año que empieza con risa que lo inunde hasta el final y con un gran brindis que celebre todas las posibilidades por venir. ¡Feliz 2013!

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2012: El fin del mundo, antes de este, hubo otros.

No hay nada mejor que una escéptica escribiendo sobre el fin del mundo, después de otra profecía fallida. Y sí, algunos se asustaron, pero no lo suficiente como para comprar suministros, bautizarse o consolarse en un hedonismo desenfrenado. El 21 de diciembre llegó con la promesa de un final cósmico que incluía un revés en los campos magnéticos del planeta, llamaradas solares, planetas misteriosos colisionando con la Tierra, estrellas estallando en una peligrosa supernova y otras disparatadas hipótesis pseudocientíficas que estoy segura les resultan familiares; The History Chanel y algunos hits taquilleros se han encargado de eso con gran maestría, impregnando en el imaginario colectivo memorables escenas de espeluznantes catástrofes que desalientan a cualquiera (y para colmo nos íbamos a quedar sin nuestros presentes de navidad). En fin, ese mítico viernes llegó y nos enteramos después de las 00:00 que el cosmos no nos castigó con sus innumerables calamidades, al contrario, se reía en nuestra cara por el siniestro simulacro, uno de los muchos que hemos vivido y que, sin duda, seguiremos teniendo.

La escena apocalíptica ha cambiado mucho, ya casi nadie habla de los jinetes bíblicos y sus conocidas plagas; nuestra compresión del universo se ha extendido como nunca (genética, astro-física, armas nucleares, etc.) lo que ha originado un nuevo escenario menos mitológico, prueba de esto son las profecías pseudocientíficas que han aparecido desde inicios del siglo XX. Aparentemente, el fin siempre se ha acercado por alguna parte, implacable, furioso e imparable, pero ¿desde hace cuanto se acerca? Desde que la humanidad es humanidad ha esperado un

inminente desenlace, de seguro nadie recuerda el nerviosismo que trajo el cometa Halley en 1910 y mucho menos la profecía Asiria del 2800 a. C., en la que las claras señales del fin consistían en niños desobedientes y la proliferación de escritores. Nuestro final siempre ha estado cerca, pero nunca lo suficiente, así que antes de que se embarquen en una fe sin medida a la próxima fecha apocalíptica en 2060, repasemos parte (una muy pequeñita, porque sino tendríamos que escribir un libro) de la tradición humana de apocalipsis fallidos.

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Top 10

de los apocalipsis fallidos más amenos

Después de la ya mencionada predicción Asiria de 2800 a. C., cuyo Imperio duró hasta 18 siglos después, nos topamos con la preocupación milenarista de Los cruzados, quienes predijeron la segunda venida de Cristo, por lo tanto el tan esperado juicio final, en 1284. Claro que nada extraordinario pasó, a excepción, por supuesto, de las frustradas cruzadas para recuperar Tierra Santa.

Otra divertida premonición llegó con el alemán Johannes Stöeffler, quien vaticinó una grandiosa inundación para el 20 de febrero de 1524, la que enriqueció a los fabricantes de embarcaciones después de su difusión, e incluso motivó la construcción de un arca al mejor estilo de Noé.

Finalmente, lo único que se destruyó fue la reputación de Stöeffler como profeta cuando, en lugar de diluvios, Europa fue azotada por una sequía (a quién no le gustan las ironías).

Luego, en 1881, Charles Piazzi Smyth pronosticó la fecha del fin después de un estudio teológico de la pirámide de Giza (porque es casi imposible no encontrar coincidencias cuando se trabaja con argumentos numéricos arbitrarios), volviéndose el hazme reír del New York Times, además del 12 // L'escalier

sujeto de decepción de un sin número de adeptos un año después.

En 1910 el Halley se acercó a la Tierra y se le atribuyó toda clase de acontecimientos, desde augurios con respecto a la primera Guerra Mundial, hasta un desbordamiento del Sena en París; pero el más recordado es, sin duda, el caos que se generó cuando el astrónomo francés Camille Flammarion afirmó que la cola de cometa contenía un gas venenoso que “podría impregnar la atmósfera y, posiblemente, acabaría con toda la vida en el planeta”. Ese año la venta de máscaras y las llamadas “píldoras del cometa” se volvieron algo trendy, enriqueciendo a los proveedores con el dinero de ingenuos ciudadanos.

El 30 de octubre de 1938, Orson Welles y el Teatro Mercurio, adaptaron el clásico de H.G. Wells, La guerra de los mundos, a un guión de radio bajo el sello de la CBS. La adaptación, que aparentaba ser la transmisión de un noticiario en vivo, desató un inesperado caos cuando se narraron ataques marcianos con rayos de calor y gases venenosos. A pesar de las reiteradas ocasiones en las que se aclaró que se trataba de

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x5 una dramatización, el desorden fue inevitable.

Posteriormente, la policía obligó a Welles a disculparse ante los indignados ciudadanos.

En 1974 el best-seller “El Efecto Júpiter”, escrito por John Gribbin y Stephen Plagemann, auguró que la hecatombe de 1982 se debería a la fuerza gravitacional que ejercerían Saturno y Júpiter sobre la Tierra, después de alinearse con el sol.

La misma traería catástrofes geológicas, además de llamaradas solares cuya radiación afectaría seriamente la vida en el planeta (y por alguna razón especialmente a la ciudad de Los Ángeles).

Después de que se alinearon los planetas y la ciudad de Los Ángeles se mantuvo intacta, Gribbin y Plagemann escribieron otro bestseller llamado “El Efecto Júpiter reconsiderado”.

Ah claro, no olvidemos la infame histeria de 2000 con el Y2K y otros sustos no tan famosos como la construcción en 2008 del acelerador de partículas que amenazaba con crear un agujero negro que se tragaría el planeta (teoría que ocasionó una risotada general por parte de los astrofísicos que idearon el proyecto).

Y, para cerrar con broche de oro, la más alocada, comentada, publicitada y redituable de las profecías: 2012, la fecha supuestamente 14 // L'escalier

“escogida” por los Mayas como el principio del fin de los tiempos. Claro que lo que la hace tan singular no es que el abrupto final del calendario Maya (21 de diciembre) coincida con el alineamiento galáctico que supuestamente traería toda suerte de catástrofes cósmicas.

No, su singularidad recae en que, de hecho, los mayas NUNCA predijeron el apocalipsis, al contrario, esta idea surgió como una suposición que afirmaba que los mayas dejaron de hacer calendarios porque sabían cuando terminaría todo. Es sumamente lógico pensar que el fin de un calendario implica el fin de la civilización humana y no tiene nada que ver el periodo de decadencia que sufrió la cultura maya en sí misma en 879 d. C. (porque no es difícil esculpir calendarios que consideren un futuro tan remoto cuando no tienes que comer) ¿verdad? En fin, como bien lo dice C. G. P. Grey en su divertido corto 2012 & el fin del mundo: “cualquier persona a este punto se preguntaría cómo los mayas fueron capaces de predecir anomalías astrofísicas con cientos de años de anticipación a miles de kilómetros de distancia y no vieron a la españoles venir del otro lado de Atlántico, y eso es porque los mayas nunca predijeron el apocalipsis, las únicas personas que creen que los mayas sabían del fin del mundo, simplemente, no son mayas”.

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Mi lista de No-Propósitos Este fin de año, como todos los fines de años, llené mi boca de uvas –una por mes- con una gran sonrisa cómplice frente al espejo. Me puse calzones de colores diversos para que la colorología (cromaticología dirá algún avezado) guíe mi camino y corrí como idiota por la calle arrastrando la misma maleta que he arrastrado durante la última década, creyendo con asombrosa y noble ingenuidad que ese acto tan injustificable garantiza un año de viajes y descubrimientos. Es más. Este año brindé exactamente a la medianoche, besé a mi novia justo debajo de una hoja de muérdago, hice costosísimas llamadas internacionales para interrumpir en el sueño a infortunados parientes y cambié la disposición de los muebles para que el año nuevo no me pesque en el mismo sitio. Limpié la casa y prendí velas. Abracé y fui abrazado. Prendí fuegos artificiales y dí las gracias por lo aprendido en el año. Fui fiel a esos símbolos que significan tanto y al mismo tiempo explican tan poco, pero que no pueden ni deben perderse, so pena de sacrificar ese alguito de inocencia que nos va quedando. Pero algo no hice. Ni volveré a hacer jamás: Una lista de propósitos.

De hecho, a estas alturas de la vida, una lista de propósitos de año nuevo se me antoja tan inútil como desesperante, y no tengo ninguna intención de volver a llegar a Noviembre con la angustia de que casi ninguno de los puntos de la lista (que asombrosamente ha sido casi la misma durante los últimos 5 años) se han cumplido. Me niego a seguir contribuyendo con esta zozobra. Con esta sensación de inutilidad, traición y cojudez que la mayoría de la gente combate renovando sus votos y reimprimiendo

la dichosa lista con apenas un par de adéndums.

Los motivos de esta indignación son variados.

Van desde la metafísica de esperar lo mejor de la incertidumbre, sin adelantarme a los hechos pero valorando que ocurra aquello que deba ocurrir, hasta la innegable ociosidad que me produce, ya en la práctica, cumplir con los cometidos propuestos en el entusiasmo del año viejo. Mi propósito este año es el despropósito.

Mi lista, la no lista.

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Este año no me propongo viajar a Europa.

No me pasaré las tres primeras semanas del flamante 2013 averiguando hipotéticos paquetes turísticos, ni calculando inexistentes aumentos salariales, ni repitiendo rutas imaginarias que, de cumplirse, garantizarían mi presencia no en el Verano de Ibiza ni en la costa del Mar Adriático sin más preocupaciones que la temperatura de mi cerveza, sino en esos interminables recorridos por la Piazza de Fiori o por la Sagrada Familia, rodeado de insoportables turistas con gorro pescador y cámara réflex siempre ajustada en automático bajo la atenta vigilancia de guías que no permiten, ni por error, desviarse de la ruta establecida. No lo haré, además, porque el tiempo que he perdido haciéndolo en años anteriores bien lo hubiese podido invertir reparando las múltiples y diminutas fallas estructurales de mi hogar, objetivo de vital importancia en la práctica, pero que debido a su inexistente valor simbólico nunca ha figurado en una lista de propósitos. Si he de viajar que sea casi de improviso. Porque los pies lo decidieron.

Este año no torturaré a mi cuerpo sometiéndolo a dietas absurdas o a rutinas de ejercicio 18 // L'escalier

insoportables o a cualquiera de esas novelerías New Age que en la mayoría de los casos nos llegan totalmente desprovistas de su sentido original y que tan entusiastamente son practicadas por legiones de aficionados totalmente convencidos de que las “sesiones” no solamente fortalecen sus músculos sino que, además, garantizan un plus sensorial o de meditación que los vuelve inevitables contertulios del aburrimiento o de la arrogancia. El único régimen alimenticio al que me rija será determinado por mi apetito y mi sentido común. Y los únicos ejercicios que practicaré serán la caminata, la bicicleta y el fútbol callejero. Es decir, las cosas que hacía cuando era un niño que, por suerte, no había escuchado todavía del spinning, el rigging, el pilates o el conteo de calorías. Inventos de la modernidad presentes en mis anteriores listas pero que en realidad me son tan cercanos y comunes como la astrofísica o la quiromancia.

Este año no me propongo ganar dinero a toda costa. Ni comprarme un auto, ni renovar la casa, ni incendiar el armario y equiparlo nuevamente según dicte el último grito de la moda que en poco tiempo será apenas un susurro. No. Este

año no me estresaré por aprender el idioma que esté en boga, ni el instrumento de infancia frustrada, ni el paso de baile que garantice mi total inserción social. No centraré mi vida en ningún libro en particular. No me dedicaré única y exclusivamente a mirar las películas que me faltan, ni a escuchar la música que me falta, ni a degustar la comida que me falta.

Pasar tiempo con los míos será un placer y no una meta. Quemaré todas mis listas anteriores.

Todos los años repletos de hábitos saludables no cumplidos, de luces nunca observadas, de calles no frecuentadas, de museos no admirados, de rutinas imaginarias consumidas en horarios incumplidos. Basta ya, y para siempre, de esa horrible ansiedad por planificar la existencia al minuto. De creer que en realidad soy dueño de algo que no me pertenece del todo.

Este año será distinto. Se trata de ser aquello que se quiso esconder. De ser eso que la lista maquillaba. De ser honesto con uno mismo. De abrazar el salto al vacío que implica vivir. He ahí un propósito que vale la pena.

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off-line Ellos trataron de quitar mi conexión de internet y yo dije no, no, no ¿Cómo definir la gravedad de la posmoderna dependencia a la interacción on-line?, de entre la larga lista de síntomas como: nuestra incapacidad de investigar sin google, que parece tener la respuesta para cualquier tipo de preguntas, (incluso las que van algo así: “¿cómo se llama la canción que dice uuuu uuu uu ?”), el detestable efecto Smartphone que impide una interacción exitosa en la vida real, en otras palabras, si tiene un Smartphone olvídate del contacto visual; lo importante que resulta la decisión de borrar a alguiende tu Facebook; u otros muchos indicios que podría enumerar en algunas páginas más, como de seguro ya lo hace el Manual de Diagnóstico y Estadísticas de los Desórdenes Mentales (DSM), que ya considera la “adicción a Internet” como otro tipo de desorden de dependencia.

He decidido, en lugar de eso, considerarlo todo en este simple cuestionamiento: ¿Qué haces en esos inevitables días en los que falla el wifi de tu casa, universidad o ese que te robas de tu vecino? Si puedes seguir con tu vida como si nada hubiese pasado leerás este artículo como una amena ficción, pero si tu vida se desconfigura con la misma intensidad que cuando ves a tu ex con otro/a, cuando no encuentras medias y/o interiores en tu cajón o dejas olvidado tu ipod en una banca del parque, prepárate para sentirte aludido.

Las estadísticas no mienten: los usuarios de 20 // L'escalier

Facebook permanecen conectados alrededor de 7 horas (o 405 minutos para ser exactos) al día y esto sólo en Facebook, los datos semanales o mensuales son menos alentadores; en resumidas cuentas, algunos estudios indican que los adolescentes promedio permanecen conectados a internet casi la misma cantidad de tiempo que permanecen despiertos, incluso para muchos jóvenes japoneses la interacción real está sobrevalorada y se dedican a ligar exclusivamente en redes sociales.

Es difícil definir o incluso entender un cambio social mientras este sucede, los antropólogos lo

saben mejor que nadie, pero también resultaría sumamente ingenuo negar que internet ha transformado radicalmente la forma en que interactuamos entre nosotros e incluso la forma en que lo hacemos con el mundo, una prueba de esto son los intrincados algoritmos con los que Google y Facebook filtran la información a la que accedemos, creando una experiencia ultra-personalizada, pero a la vez mínimamente diversa e inclusiva, pues nunca nos enteramos de lo otro o del otro. Y en este ir y venir de adelantos tecnológicos y retrasos comunicacionales estamos aquellos que para bien o para mal nos hemos adaptado a las herramientas tecnológicas (se los dice una redactora que teclea en una laptop porque le resulta menos complicado que hacerlo a mano).

La pregunta es cómo moderar nuestra dependencia y cómo reivindicar la invaluable interacción con lo exterior, eso lo digo porque ese chiste de que hay quienes no ven la luz del día, no es tan chiste después de todo. De hecho estudios realizados por el ya mencionado DMS indican que algunos de los síntomas que trae el uso excesivo de internet incluyen asilamiento, altibajos emocionales, falta de concentración y privación del sueño (los mismos que se han reportado para describir adicciones a narcóticos). De la misma manera, estudios realizados por la Universidad de Salford, en el Reino Unido, demuestran que los usuarios de las redes sociales, Facebook y Twitter, experimentan un incremento significativo en sus niveles de ansiedad.

Es por esto que nace la singular idea de la ‘cyberdieta’ o dicho en otras palabras, cómo regular sanamente tu actividad web. He aquí algunos consejos que pueden ayudar a mantenerte más tiempo off-line: · Lleva un registro de tu actividad on-line. Suena algo tedioso y puede que lo sea, pero mantener un registro de qué páginas visitas y por cuánto tiempo, te ayudará a tener una noción más precisa del tiempo real que permaneces conectado a la red.

· Reduce gradualmente el tiempo que inviertes en línea. Internet puede resultar una herramienta realmente útil, pero seamos realistas, a veces procrastinar resulta sumamente inevitable, así que, a no ser que tengas un objetivo especifico, como realizar una investigación, lo recomendable es invertir dos horas del día en la red. · Programa las notificaciones que recibes de redes sociales. Puede sonar inútil pero de hecho regular que tipo de información recibes de Facebook o Twitter es esencial para disminuir tu actividad en línea. Por ejemplo, evitar notificaciones de aplicaciones o juegos te quitará razones para estar conectado más de lo suficiente. · Imponte un toque de queda. Estudios han demostrado que la privación del sueño es normal en usuarios de redes sociales, si eres de esos que llegan a la madrugada sin darse cuenta, ten en mente que solo podemos alcanzar un estado sueño profundo antes de las doce. · Prioriza otras actividades o pasatiempos. Ese “mucho que hacer, muy poco tiempo”, puede resultar más parecido a ‘mucho que hacer, mucho tiempo perdido en internet’. Se ha demostrado que quienes llevan una excesiva actividad en línea suelen abandonar pasatiempos y actividades creativas, así que tómate un día libre para hacer fotos, ir a un museo o leer ese libro que te espera desde hace días sobre tu mesita de noche.

Hágalo usted mismo: Zapatos pintados a mano Se nos ocurrió llevar nuestras ansias creativas más abajo y por más abajo nos referimos a tus pies. Si los zapatos convencionales no te terminan de convencer, es hora de usar tus propias ideas. Para este DIY nos reunimos con Belén Cordero Cobos, la mente detrás de beCo, para que nos revele más del proceso detrás de ésta divertida tarea.

Vas a necesitar: Un par de zapatos blancos / Pintura acrílica / Pinceles / Lápiz / Marcadores para tela.

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Primero, elige el modelo de zapato que deseas usar como lienzo. Selecciona los colores para tu diseño, recuerda que un lienzo en blanco significa innumerables posibilidades, se creativo.

No te aventures con la pintura, primero usa el lápiz para dibujar tu diseño, así podrás corregir algunos errores o si es necesario cambiar de opinión.

Ahora puedes colorear tus zapatos. Es recomendable esperar mientras se secan las primeras capas de pintura antes de aplicar más, así lograras mejores combinaciones de color.

Cuando hayas terminado es importante exponer la pintura al calor para fijar adecuadamente el color a la tela, un día soleado o una secadora bastarán. Y ¡voilá! tus propios zapatos pintados a mano.

Una conversación con Dios La columna del Boroto

Soy un volcán, soy un volcán a punto de estallar. Presión geodinámica en el norte y en el sur, la tierra tiembla y las nubes se arremolinan. Cientos de años de furia tectónica lista para liberarse, el magma se acerca, lo siento venir…

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Me despierto ¡qué magma ni que diablos! No soy ningún volcán ni alguna nube se arremolina; son las 4:17 y simplemente soy la víctima de un seco de chivo. No hay ningún temblor allá afuera, es mi cuerpo el que se sacude y tiembla en esta incómoda cama, esta cama que no es la mía sino una fea del peor hotel de todo Quito. Ya no doy más, corro al baño, un baño tan pequeño que si el agua fuese potable, podría beberla directamente del lavamanos sin tener que levantarme del blanco trono.

Son las 4:40 de la mañana. Tengo un pinche vuelo a las 6 y media, así que, en medio de este predicamento intestinal, hago lo que cualquiera en mi posición haría. Tomo mi teléfono y empiezo a buscar ese número que sé que me va a salvar: ¿DANIEL? nop ¿DAVID? nop ¿DENISSE? nop ¿DIEGO? nop ¿DIOS? ¡exacto!

En ese momento, solo vos me podías ayudar.

(A continuación, una transcripción textual de nuestra conversación) Voz femenina: Ud. se ha comunicado con el Servicio Personalizado de Atención al Cristiano.

Presione 1 para inglés, 2 para español, 3 para alemán… (presiono desesperado el numero 2) “I’m walking on sunshine, woo hoo” Voz Femenina: Cielo, muy buenos días, María Magdalena le saluda ¿en qué le podemos atender?

Yo: Buen día, tengo un problemita, uno medio urgente… ¿me puede comunicar con Dios?

Voz Femenina: Será un gusto, un momento por favor...

“I’m walking on sunshine, woo hoo” (9 veces) Voz Masculina: Hola, que yo te bendiga.

Yo: ¿Dios?

DIOS: Sí, ese es uno de mis nombres. Por cierto ¿con quién tengo el placer?

Yo: Habla con José Boroto. Sabe, le llamo desde Quito, en Ecuador. Estoy con un problema…

DIOS: Oh sí… Ecuador, yo hice ese sitio… Me quedó bien lindo ¿no crees?

Yo: Oh si señor, es un lindo lugar. Harto paisaje, harta guambra alajosa. Disculpe que le cambie el tema mi Señor, como le iba diciendo, estoy en Quito, en un baño, y tengo un pequeño…

DIOS: Espérame un ratito, tengo una llamada en la otra línea.

“I’m walking on sunshine, woo hoo” (13 veces) DIOS: Lo siento hijo mío, era una señora que se ganó el Pozo Millonario hace unos días, una viejita. Siempre me llama, es una bella, la semana pasada me tejió una bufanda.

Yo: Vaya que cosa tan alaja. Perdón la insistencia padre celestial, no quiero incomodarle, pero necesito que me ayude con un problemita.

DIOS: Ahh, tu tienes un problema. Te comunico con el Departamento de Servicio Técnico. Antes les llamábamos Querubines. Vieras, les queda hermoso el uniforme que les mandamos a hacer.

Tiene unos bolsillitos hermosos para poner las estampitas.

Yo: Gracias Dios, pero en esto creo que sería mejor una intervención directa… algo más bien como un milagro. Tengo un vuelo en pocas horas, tengo que estar en Miami a las 3 de la tarde y este rato creo que solo lo puedo lograr con una manito de su parte, con un milagro como le llaman.

DIOS: Un milagro... (Sonido de teclas), Miami...

(Sonido de teclas), 3 de la tarde... (más tecleo de fondo) Me encanta este nuevo programa, me lo hizo el anticris…. Quiero decir, Bill Gates, un amigo que tengo en la Tierra. Este es mejor que el anterior que tenia, este no se cuelga… tanto. Pero ya le vamos a cambiar a Mac. Recién llegó un chico de apellido Jobs que nos dio modernizando las tabletas del Moisés con unas de pantalla táctil, que funcionan con el Wifi.

Yo: Perdón Padre, no entiendo ¿qué hace?

DIOS: Ingresando tus datos, hijo. Me pediste un milagro y te estoy poniendo en cola porque esto es un trámite bastante copado, mucha gente reza estos días.

Yo: Perdón padre, pero ¿no le basta con mover las manos o algo por el estilo?

DIOS: Si, podría… pero la semana pasada me compré una impresora bien aniñe, un mouse L'escalier // 25

sin alambres y un teclado ergonómico, y si solo muevo las manos no tengo chance de usarlos.

Además, me gusta el programita, me hace sentir como todo un hacker.

Yo: Entiendo Padre. (Me estrujo del dolor de barriga) Pero, disculpe ¿habría alguna forma de agilitar las cosas? En verdad necesito algo más rápido, algo más inmediato.

DIOS: ¿Algo más rápido? Un momento, sé que hay algo. ¿Te molesta si pongo algo de música de fondo para inspirarme?

Yo: No padre, para nada.

DIOS: A veces hago las cosas con música y me salen unas maravillas ¿Has visto Nueva Zelanda?

Eso salió con cassette de mezclas que me cruzó un pana deidad hindú. Harto Pink Floyd.

(Dios hace doble click en el iTunes) What if God was one of us… just a slob like one of us…

DIOS: No me gusta esto del Shuffle, ya estoy cansado de esa canción, voy a poner algo más movido.

Hágale papito, dele sin parar, dele como a perro que mi esposo va a llegar. Dele, dele, dele papi dele…

Yo: ¡¿Eso es Micaela?!

DIOS: Oops, me confundí de mezcla. Eso del reggetón fue un error. Pero fresco, el 21 de diciembre arreglaremos eso. ¡Ele! Espérate un ratito, se me colgó la compu.

Tenía abierto también el Photoshop, con esto de que el telescopio Hubble anda inspirado, me ha tocado diseñar una infinidad de nuevas galaxias en pedazos del universo donde no había puesto texturas aún… Tengo que reiniciar. Mientras tanto ¿cómo van las cosas por allá?

Yo: Todo normal, guerra, hambre, muerte, yo muriendo con churretera en el peor hueco de Quito…

DIOS: Tranquilo hijo, no seas tan negativo, tú no vas a morir ahí. Estaba chequeando tus archivos, te va a doler la cola durante una semana, pero no vas a morir así. A vos te matará un travestí disfrazado de ardilla, durante un baile de disfraces organizado por tus papás y "El Prohibido".

Yo: ¡¿EN SERIO?!

DIOS: No, estaba jodiendo, jaja…

Ya se arregló, espérame un ratito. Con esto de 26 // L'escalier

que el Barcelona quedó campeón y que ya mismo hay elecciones, estoy con un flujo de pecadores arrepentidos rezando cual niños de 1920 en la semana de la primera comunión. Encima navidad, en donde se cruzan los mails a “Papá Noel” y el “niño Dios” y la carpeta de spam se llena, es terrible. Por suerte tenemos 22 duendes haciendo las pasantías, entonces les ponemos a estar borrando, digo, clasificando los mensajes.

Todo el mundo reza en estas épocas. Eso se me come el ram.

A ver, ya se está cargando. Tú necesitas estar en Miami, sano y sin tu “problemita” a las 3 de la tarde, ¿verdad?

Yo: ¡Si, exacto! Gracias Dios…

DIOS: No te emociones. El otro día se me colgó en 88% Yo: Chuta… ¿y cuanto va?

DIOS: Tranquilo, ya mismo 2% Mientras esperas, te mando una invitación al Facebook.

Yo: ¡Gracias Dios! ¡¿En serio ahora solo tengo que esperar?

DIOS: Si, así es… Ah, si te dije que el servicio cuesta ¿no cierto? Siempre me olvido…

Yo: ¿Cuesta?

DIOS: Si, por minuto. Tarifa no incluye impuestos ni interconexión.

(Miro por la ventana, el sol esta saliendo. Hago cuentas mentalmente y solo de hacer cuentas se me fue la diarrea) Yo: Eh, Dios, eh, gracias… ya me siento mejor.

Gracias… en serio, cuídese… hasta luego…

DIOS: Muy bien hijo, me alegra que estés mejor.

Voy a cancelar lo del milagro. Cuídate mucho. *Colgamos* Me levanto, me baño muy rápido y salgo como un rayo al aeropuerto. No pierdo mi vuelo, llego a Miami. En verdad un milagro.

Mientras tanto, en algún lugar del mundo: Voz desesperada (suena a turista con churretera): Buen día señorita,¿me puede comunicar con Dios?

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iPad

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"n" Me considero un gran fan de Jorge Drexler, tengo casi todos sus discos y he pirateado la mayoría de sus conciertos. Podría decir que en medio del estrés de conducir dentro de la ciudad en hora pico, es el único que me ayuda a no perder el control. Aunque nunca lo he visto en vivo, lo sigo desde hace mucho tiempo y pensaba que su nivel de innovación no podía ser superada; música electrónica experimental mezclada con ritmos latinos, un disco de canciones inéditas en vivo con presencia del público, instrumentos raros como serruchos dentro de sus canciones… Si, todo eso ya lo hizo, pero el 29 de Noviembre me volvió a sorprender.

En varios blogs de tecnología hablaban de "n", una aplicación para dispositivos móviles creada por el músico uruguayo en colaboración con Wake App, en la que se permitía al usuario involucrarse y jugar con la música. No podía imaginar cómo, entonces la descargué inmediatamente y, una vez probada, se volvió completamente adictiva. "N" tiene 3 canciones nuevas, creadas por Jorge Drexler, cada una de ella es mutante, es decir, el usuario define el orden de su letra, cómo intervienen los instrumentos, entre otras cosas, lo que genera la magnífica sensación de estar haciendo un featuring con Drexler desde la comodidad del hogar.

No podíamos quedarnos con las ganas de saber cómo fue realizada esta aplicación, así que intentamos contactarnos con sus realizadores.

Para nuestra suerte, Ricardo Sánchez, director técnico Wake App, empresa desarrolladora de Apps en Madrid y realizadora de "N", accedió muy amablemente a respondernos unas pocas preguntas. Esperamos que disfruten esta entrevista tanto como nosotros.

ENTREVISTA Presentación Wake App Wake App es una empresa con sede en Madrid y proyección internacional en la que ideamos, diseñamos y desarrollamos aplicaciones para dispositivos móviles. Generalmente esto lo hacemos asociándonos con partners con quienes cocreamos el contenido y la tecnología para hacer la app. Nosotros ponemos por nuestra parte el conocimiento del medio, el diseño y la experiencia de uso. Somos un equipo muy compacto de creativos, diseñadores y programadores. Además colaboramos habitualmente con el evento sobre apps, The App Date, que se celebra en Madrid, La Rioja, Bogotá y Sao Paulo y en el que invitamos a desarrolladores de todo el mundo a contarnos sus experiencias en el mundo de las apps.

Actualmente, ¿Qué tan importante es el uso de la interactividad en los dispositivos móviles? ¿Con sus aplicaciones, qué experiencias tratan de generar en el usuario?

En Wake App siempre tratamos de crear L'escalier // 29

experiencias nativas, es importante para nosotros no trasladar un contenido ya existente a un smartphone o tablet sin más, por eso la interacción es esencial. Por poner un ejemplo, no nos vale con trasladar una canción a un tablet en el que solo haya un botón para reproducirla o que tan solo te permita ver un vídeo que sea más o menos interactivo. Bajo nuestra forma de verlo la propia canción debe componerse teniendo en cuenta desde el origen que ha de ser interactiva, el usuario debe poder modificarla, jugar con ella, dentro de los parámetros que te permita el autor.

Para hacer eso tienes que pensar en la interacción desde el inicio. Y quien dice una canción dice un libro o cualquier otro tipo de contenido, no vale con traducirlo al lenguaje de las tablets y los smartphones, hay que pensar algo nuevo, algún tipo de interacción, que justifique el uso de este tipo de dispositivos, si no a lo mejor no merece la pena trasladarlo a este formato porque ya hace todo lo que debe en su formato original.

Es importante la diferencia que existe entre un oyente o un lector y un usuario, el usuario es activo, quiere hacer algo con lo que le ofreces.

Nosotros hacemos apps para usuarios. ¿Cómo se contactaron y cómo fue la experiencia de trabajar en "n" con Jorge Drexler?

La experiencia fue muy positiva en todos los aspectos. Jorge es un tipo muy inteligente y con una gran curiosidad por todo. Era francamente increíble verle interesarse por el trabajo de los programadores hasta el punto de asomarse a una pantalla y preguntar qué significa esta o aquella línea de código. Es necesario dejar claro que la idea original de cada una de las canciones parte de Jorge, él entiende el proceso y sabe qué se puede hacer y qué no. Por eso en todo momento la comunicación de la parte más técnica con la parte más creativa y musical fue muy fluida y directa. Nos reuníamos durante horas en las que dábamos vueltas a las ideas e íbamos moviéndonos entre la composición y el diseño de interacción hasta dar con soluciones en las que todo encajara: música, interacción y concepto.

Esto no fue fácil debido a las restricciones que teníamos por el mero hecho de tener que hacer 30 // L'escalier

una app, que debía ser fácil de usar, tenía que tener un peso aceptable y ser factible de programar.

Pero fue más sencillo gracias a contar con alguien con la actitud y los conocimientos de Jorge.

Se necesitan artistas capacidad de componer desde el conocimiento de las posibilidades de la tecnología para hacer algo así. ¿Cuál fue la parte más complicada y la más fácil del proceso de creación de esta app?

Posiblemente lo más complicado ha sido coordinar a todo el mundo. El proyecto empezó de una forma muy sencilla, en una fiesta comentándolo como quien no quiere la cosa, pero a medida que íbamos avanzado fuimos necesitando la colaboración de diferentes equipos (creación musical, producción musical, diseño de interacción, diseño gráfico, programación…), coordinarlos a todos teniendo en cuenta que el proceso iba y venia entre las diferentes disciplinas (de producción musical a interacción, de interacción a diseño, luego vuelta a producción musical, etc.) fue el mayor reto.

No habido nada demasiado fácil en el proceso ya que estábamos innovando y en cada paso teníamos que hacer algo que no se había hecho nunca (o al menos que nosotros no habíamos hecho nunca). Quizás lo más fácil fue convencer a toda esta gente que luego hubo que coordinar, para que se metieran en el proyecto. A todo el mundo le ilusionaba la idea nada más oírla y todos quisieron formar parte de ella.

Nos encantaría que compartan alguna anécdota que tuvieron durante el proceso de desarrollo de la app.

A lo largo de todo el proceso de desarrollo, que fue de año y medio, más que anécdotas nos hemos encontrado con muchas casualidades. Cosas que sin pensarlo demasiado de pronto encajaban, yo creo que seguramente gracias a todo el trabajo que hicimos. No solo conseguíamos lo que nos proponíamos si no que, a base de darle muchas vueltas conseguíamos al mismo tiempo otras cosas que no nos proponíamos, pero que nos servían para seguir avanzando.

En una de las reuniones, cuando por fin se decidió que tenía que haber una versión de la aplicación para Android (Jorge siempre insistió mucho en esto ya que gran parte de sus fans tienen teléfonos Android), nos pusimos a plantearnos cómo programarla para ese sistema operativo.

El equipo de programación Android con el que contábamos entonces no lo tenía nada claro, no estaba seguro de si era posible sincronizar las diferentes pistas de audio y al mismo tiempo la gráfica. Entonces Carles "Campi" Campón (el productor musical de la app), buscando apps que hicieran cosas parecidas en Android nos enseñó la app de Reactable (la mesa interactiva que Björk lanzó a la fama). Nos enteramos de que estaban en Barcelona, así que automáticamente decidimos llamarlos, el proyecto les encantó y no dudaron en subirse a bordo.

Cuando fuimos a verles su oficina estaba en la calle Llull, casualmente una de las referencias que tuvimos para "n" fue la máquina de pensar de Ramon Llull. Como digo, todo encajaba.

Otra historia curiosa es cómo empezó todo esto: Jacobo Bergareche, socio fundador de Wake App y productor ejecutivo de la app un día descubrió que era vecino de Jorge Drexler en Madrid. Unos meses después, casualmente, se dio cuenta de que también eran vecinos en su lugar de vacaciones

en Cantabria, así que, pensando que ya eran demasiadas casualidades, se lanzó a hablar con él y le invitó a una fiesta en su casa. Jorge por entonces tenía la pierna inmovilizada por una lesión en un pie y al verlo incapaz de huir de sus fans, Oscar Hormigos, otro de los socios fundadores de Wake App, vio su oportunidad para hablarle de su empresa y proponerle hacer una app. Jorge, que no podía escabullirse, tuvo que tragarse todo el discurso de Óscar y en algún momento de esa conversación, entendió el reto y lo aceptó.

Finalmente, podrían recomendar algo a nuestros lectores de Ecuador y Latinoamérica.

Pues a parte de que se descarguen las tres canciones de n, jueguen con ellas y generen sus propias versiones me gustaría recomendarles otra app que hemos hecho que se llama Poetika.

Es una nueva forma de descubrir y disfrutar la poesía. Es una app que analiza tu entorno, la fecha y la hora del día, el clima y los puntos de interés que tengas al rededor y dependiendo de esos parámetros te ofrece una lista de poemas de una antología compuesta por la mayor selección de poesía en castellano. Además, si se te da bien y te gusta, también te permite colaborar con tus propios poemas para que otros usuarios puedan disfrutarlos.

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Matemática Política Era una tarde de procrastinación en facebook, todo el trabajo permanecía sin tocar y pasaban los minutos sin que consiga dejar de ojear las fotos y estados de los amigos. Justo cuando había decidido cerrar la página, me encontré con Matemática Política, un perfil dedicado al humor gráfico político ecuatoriano. No había opción, las obligaciones tendrían que esperar un largo rato más.

Pertenecemos a una generación que ha sido espectadora de una desastrosa escena política, hemos visto saltar a nuestro país de crisis en crisis, de circo en circo. Aún así, hay quienes se han dado cuenta que ser apolíticos es irreal e irresponsable y, cansados de los mismos modos de denuncia social, prácticas políticas y discursos gastados, han decidido construir el mundo que quieren desde otras perspectivas. Matemática Política es una clara muestra de ello.

Esta divertida iniciativa aprovecha armas enormemente poderosas como la imaginación y el humor, para propiciar un espacio de intercambio de opiniones y risas. Es un juego que utiliza a personajes inscritos en nuestro imaginario, imágenes cotidianas y los junta con matemática, demostrando que esta sí es una ciencia exacta.

ENTREVISTA ¿Quién está detrás de Matemática Política?

Háblanos un poco de ti.

Tras la página están las 4.000 y pico de personas que le han dado "Me Gusta". Yo puedo hablar como administrador de la página pero no como creativo, los creativos son los que a diario nos mandan por mensaje o nos escriben en el muro sus sugerencias. Identificarme como fulano de tal sería apropiarme de la idea y robar méritos a todos los que hacemos posible la página. Yo empecé con este proyecto porque vivo a diario la problemática de la política y veo en el humor una oportunidad de crear conciencia, pero me niego a dar un nombre porque MP debe mantenerse como una propuesta colectiva, como un espacio creativo donde la gente se sienta libre de opinar y dar sus ideas, de indignarse y expresar esa indignación con sumas y restas. Cada vez que L'escalier // 33

los fans postean ideas pienso en MP como en una especie de virus en expansión. Para mí, es reconfortante saber que no estoy solo en esto; ver cómo ciudadanos que no nos conocemos entre nosotros compartimos una actividad tan divertida, pero a la vez importante, es una muestra de que en política no todo está perdido como muchos creen y unos pocos nos quieren hacer creer.

Define para nosotros el concepto de M.P. El concepto en sí fue producto de una conversación entre panas, pero el contenido pretendemos sea propuesto por la ciudadanía.

Las primeras imágenes fueron una manera de hacer explotar la creatividad de las personas y el resto solo fluyó de la gente mismo. Matemática Política se puede definir como un espacio que trata de llevar a la reflexión sobre la política nacional por medio de símbolos reconocibles de la cultura popular, es decir esta es una página de "memes" como tantas que abundan en la red, pero bajo parámetros estéticos propios y una dinámica muy limitada y simple en funcionamiento pero vasta en posibilidades creativas. El tono jocoso sumado a la asociación de las imágenes de personajes fácilmente reconocibles de la cultura popular, con figuras políticas, refuerza en la memoria del espectador

los rasgos característicos del político. Es una manera de mantener viva la memoria.

Cuéntanos ¿cómo se originó el proyecto?

Recuerdo haber visto en la red un par de parodias del poder de fusión que hacen los personajes de Dragon Ball Z, en las que un oso polar y un oso negro hacen la danza de fusión y el resultado es un oso panda, y otra en la que un castor se fusiona con un pato y el resultado es un ornitorrinco...

Luego, en una conversación eso se convirtió en mofa de un pana y eso se trasladó a los políticos en medio de una conversación. El diseño solo fue cuestión de 5 minutos frente al computador y la idea gustó tanto que decidí probar suerte en Facebook. He aquí el resultado.

En la descripción de tu facebook dices, “¿qué hicimos para merecer a estos?”, ¿cuál es tu opinión con respecto al panorama político actual?

Definitivamente el panorama político es más alentador que hace algunos años, caso contrario, esta página sería un cero a la izquierda. Es notorio que el pueblo se está interesando más por los temas políticos y en consecuencia se ha convertido en un actor activo, aún persisten muchos problemas pero el hecho de que los ciudadanos sean conscientes de su poder es

un primer paso. Claro ejemplo son las vastas diferencias entre lo que se hacía antes con la constitución y el proceso de Montecristi.

Cuando en el gobierno de Osvaldo Hurtado cambió la constitución, ésta se redactó en un bunker militarizado bajo la tutela de contados pseudointelectuales, y el pueblo no tuvo más opciones que aceptar el camino que esos políticos trazaron. Una de las terribles consecuencias de esa manera de hacer política fue la Crisis Bancaria del 99. En cambio, hoy el

"Las primeras imágenes fueron una manera de hacer explotar la creatividad de las personas y el resto solo fluyó de la gente"

pueblo es consultado en las urnas y forma parte del proceso, no de manera óptima aún, pero es algo a destacar. Desgraciadamente, aún existen grupos y personas que creen que la política es un negocio en lugar de un servicio, y personas que por ignorancia y falta de formación política aún les dan el voto... Y es precisamente esa ignorancia la que tratamos de combatir desde esta humilde trinchera, con la esperanza de que algún día la corrupción, el oportunismo, los intereses particulares, los negociados, los shows mediáticos y las mafias sean finalmente desterradas de la política nacional.

Cuéntanos algo sobre el proceso creativo, ¿cómo ingenias estas divertidas similitudes y qué te motivó a hacer uso de la matemática como herramienta de comunicación?

Es como hacer una caricatura. Los personajes, o sea los factores de la suma, sirven para resaltar un rasgo del personaje que será el resultado. Lo importante es tener una buena memoria, saber qué personajes son los que se han quedado en la mente de las personas para poder reconocerlos en personajes políticos. Por otra parte, el uso de la matemática está dado por la simpleza de la operación, sumar y restar es una especie de idioma universal, y con ello el mensaje es fácil de descifrar.

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¿Crees que la política ecuatoriana resulta especialmente divertida, o es un fenómeno general?

La política en general es divertida, tiene que serlo. Es algo muy tradicional, la política ha sido fuente de divertimento desde siempre.

Los antiguos griegos celebraban las fiestas de Dionisio o vendimias, en ellas hacían sátira de los dioses y de los políticos de turno. Luego la cuestión fue más allá de lo religioso y Aristófanes convirtió la comedia en un medio de protesta.

En tu opinión, ¿cuál es el personaje más humorístico de la política ecuatoriana?

Esa es una pregunta difícil, cada uno tiene lo suyo y es objeto de comedia en igual medida. Pero hay algunos que dan más papaya que otros y esa es la diferencia. Esos a mi criterio son: Abdalá, Lucio y Alvaro Noboa, el uno es tan corrupto y pintoresco que no queda otra que reírse, el otro tiene un discurso tan inestable y sin vergüenza que da risa y el otro pues creo que estaría demás explicar las razones.

El caso ecuatoriano a mi parecer es emblemático de América Latina, recordemos que el país ha tenido pésimos gobernantes y por ello buenos humoristas políticos. Imposible que a lo largo de la historia el pueblo no haya lanzado alguna ironía o un chiste durante el almuerzo, el viaje en colectivo o en una conversación cualquiera a causa de Garcia Moreno, Velasco Ibarra, los shows en el antiguo Congreso, el populismo de Abdalá, Alvarito Noboa, etc. El caso más emblemático de humorista político en el país es el de Don Evaristo, pero el teatro popular tiene una extensa tradición anónima que sigue viva y espero nos siga sacando sonrisas por largo tiempo todavía.

Hablemos de las sensibilidades heridas, ¿alguna vez has recibido crítica negativa debido a tu humor?

Por supuesto, pero es imposible gustarle a todo el mundo. Hay quienes reclaman que no deberíamos burlarnos de la gente, pero es una forma legítima de hacer uso de nuestro derecho a protestar. Aún así, lo que Matemática Política pretende es brindar un espacio de debate y de creación de conciencia; así que las críticas siempre y cuando no rayen lo incoherente o lo soez están bienvenidas, nunca censuramos comentarios por más que sean en nuestra contra, al final es el público quien debe juzgar y ellos son los que apoyan o no las opiniones en igualdad de condiciones.

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Tienes alrededor de 4.100 seguidores en fb ¿es la respuesta que te habías imaginado?

Crear la página fue como comprar un billete de lotería, lo haces con toda la fe del mundo pero no sabes qué esperar. 4000 seguidores en un mes no sé si sea un gran número pero estoy conforme y agradecido con los fans de la página.

Si el mensaje hubiera llegado a una sola persona ya estaría contento, 4000 me hacen sentir muy orgulloso y con más ganas de seguir aportando. ¿Tienes alguna anécdota que quieras compartir con nuestros lectores?

Cuando creé la página de Matemática Política no me había interesado mucho por Facebook, hasta mi cuenta personal estaba en el abandono.

Pero una semana después ya estaba mandando solicitudes de amistad y stalkeando a mis ex parejas jajaja... Antes criticaba mucho la banalidad de las redes sociales pero pensándolo bien, ahora creo que éstas pueden servir para llevar un mensaje positivo a muchas personas por un bajo costo. Pero como todo en la vida, las redes sociales tiene sus pros y sus contras. ¿Hay algo que no hayamos preguntado y quieras compartir con nuestros lectores?

Hemos recibido comentarios de algunos fans que dicen cosas cómo "esto no es político", "este personaje no hace política", "esto es fútbol, no es cosa de ustedes", etc. Ese tipo de pensamiento es lo que los poderosos nos han impuesto históricamente y es lo que les permite hacer lo que les da la gana. Sin embargo el sentido más amplio de la política abarca muchas más cosas que los entre telones del gobierno y los gobernantes; la política también está en la organización social en las familias, en las escuelas, en los barrios, en los trabajos y en todo lo que implique construcción de ciudadanía. La política en complemento con la cultura son las fuerzas sociales que determinan el destino de una sociedad. Por ello no es de extrañar la difícil relación actual entre medios y gobierno, que no es solo de Ecuador, se da en el mundo entero, porque la cultura se transmite en gran parte a través de los medios, y la cultura determina gran parte del comportamiento político de las 38 // L'escalier

personas.

Por ejemplo, el campeonato del Barcelona se convirtió en algo político cuando Álvaro Noboa ofreció regalar entradas para la final, y ya lo fue aún antes cuando Abdalá Bucaram fue presidente del equipo. Programas como Así Somos de Ecuavisa son también políticos porque crean una cultura política apática, apoyada en información a medias y liviana, tanto por el contenido, como por la manera en la que se desarrolla la información. Todo, absolutamente todo fenómeno cultural tiene una consecuencia política; así que eso de "yo no soy político" o "no me interesa la política" es paradójicamente un perfil político ciudadano muy común que en cierta manera ha colaborado a que la política sea lo que históricamente ha sido en el Ecuador.

Finalmente, recomiéndanos algo que en tu opinión merezca ser conocido por nuestros lectores.

Para mí el humor político es el más gratificante, nunca caduca porque la historia siempre va a estar ahí, uno nunca deja de tener inspiración porque siempre habrá un político que nos dé motivos, y lo más importante, siempre hay una razón de por medio, el humor es un arma de creación de ciudadanía y estamos en todo el derecho de utilizarla.

Les recomiendo que vean a los Monthy Phyton y los primeros filmes de Woody Allen; también lean a Jorge Enrique Adoum, a Huilo Ruales Hualca, a Fontanarrosa, a Quino, busquen en Youtube a Brozo el Payaso tenebroso que es un ícono en México y a Kulonymous, parodia de Anonymous que también habla de la política ecuatoriana. En Twitter también hay perfiles súper interesantes cómo @WilliWonkaDice, @ CholassoGuille parodia de Guillermo Lasso, @ OdioMisTweets, etc. Y nunca dejen de reír.

Mejor sí hablar de cierto cine A los 8 años vi la primera película de factura ecuatoriana que recuerde. Fue en mi escuela, en un viejo recinto de aulas adecuado forzosamente para pasar por una sala de cine. Cerca de quinientas almas, todas en edades que no superaban los 10 años, fuimos reunidos en este sitio incómodo y húmedo para presenciar “La Tigra”, ópera prima de quien probablemente sea el testigo de honor de las transiciones y transformaciones que el cine ecuatoriano ha experimentado en los últimos 25 años: don Camilo Luzuriaga.

Respecto al recuerdo de la proyección quedan pocas imágenes. El bullicio y la desfachatez propias de un montón de niños obligados a ver un producto que no entendían y que, en última instancia, no estaba dirigido a ellos (volví a ver la película 15 años después y comprendí el por qué de la sobreexcitación que causó en aquella caterva de pre-púberes las escenas con desnudos, probablemente el hecho de que fuese una película ecuatoriana hizo que los directivos de la escuela consientan en proyectarla sin haberse tomado el tiempo de revisar el material). Sin embargo, y pese a que yo tampoco escapé de las bromas “coloradas” e ingenuas propias de la edad y del momento, algo se quedó grabado para siempre en mi memoria. No era precisamente algo extraído del film. No era un diálogo, ni una escena. Fueron más bien las palabras que el director de mi escuela usó para presentarla.

“Esto es hecho en Ecuador –dijo clavando sus ojos azules en el infantil auditorio- cine hecho en Ecuador. Siempre valoren lo que hagan su compatriotas, porque cuando algún ecuatoriano hace algo extraordinario, es como si todos lo hubiésemos hecho” Esa fue –palabras más palabras menos– su forma de introducirnos al film y ahora, mirándolo todo en retrospectiva entiendo el porque de tanto chauvinismo. Marzo del 95. Mes y año de guerra.

El nacionalismo transpirado en todos los poros, expresiones y rincones. La Patria como símbolo de unidad y de honor. Lo “ecuatoriano” como paradigma de lo bueno, lo noble, lo patriota. Un año después Jefferson Pérez ganaría la primera medalla olímpica de la historia del deporte ecuatoriano y el civismo encontró un clímax que solamente se vio igualado con la euforia L'escalier // 41

La Tigra futbolística de nuestra primera clasificación a un mundial de fútbol.

Buena parte de mi generación creció en un contexto en que el producto “hecho en Ecuador” despertaba inmediata simpatía en corazones que, mal que bien, habían aprendido la esencia del nacionalismo en la peor de las escuelas: Una guerra fratricida, acompañada de un historial de agravios bélicos en los que siempre pintaron al Ecuador como una isla de paz amenazada por la maldad de los vecinos y empecinada en perder cuantas guerras se nos cruzaran por el camino.

Ese nacionalismo también llegó, desde luego, a los productos culturales que nuestros artistas produjeron y se manifestaba (o manifiesta) en, al menos, dos indicadores: El contenido de dichos productos, frecuentemente vinculados a responder la pregunta ¿Qué mismo significa ser “ecuatoriano”? y la forma de promoción y de difusión que utilizan todavía la etiqueta del “Made in Ecuador” como forma de ganar 42 // L'escalier

Camilo Luzuriaga adeptos o consumidores apelando a sus fibras de sentimentalismo nacionalista, ejemplos sobran.

Desde literatos (toda una escuela creada en torno al realismo social indigenista que no ha sido del todo superada por las nuevas generaciones) pasando por la música (desde ese nostálgico Pueblo Nuevo de “A mi lindo Ecuador” al Juan Fernando Velasco que poperamente nos recuerda que “Yo nací aquí”, no ha habido ningún artista de trascendencia nacional que no haya apelado, por lo menos un poquito, a la patriotería en su música).

Sin embargo, en el séptimo arte nacional están pasando cosas que me animan a pensar que se está superando aquella barrera intelectual del chauvinismo aplicado a las artes y se empiezan a presentar proyectos conceptualmente más ambiciosos, ricos en contenido y sobre todo críticos, aunque todavía incipientes si los comparamos con las producciones de países vecinos.

Sebastián Cordero En los últimos 10 años, la producción local de largometrajes de ficción, documentales, cortos, animaciones y productos audiovisuales en general, han experimentado un impulso y un crecimiento difíciles de imaginar hace apenas un par de décadas y totalmente imposibles de avizorar en 1924, cuando se estrenaba “El tesoro de Atahualpa”, primer largometraje nacional de Augusto San Miguel (un personaje extraordinario, pionero del cine en el Ecuador y de quien, además, se cuenta en una historia que bordea el mito urbano, que pidió ser enterrado con las únicas copias del film).

Ahora, en pleno 2013, el cine ecuatoriano ha aprendido a decir presente fuera de nuestras fronteras. Ya no son solamente ecuatorianos y ecuatorianas quienes consumimos éste cine.

Cada vez más directores apuestan por enviar sus trabajos a festivales, muestras y convocatorias internacionales, obteniendo en algunos casos logros excepcionales que casa adentro son

Ratas, Ratones y Rateros ignorados o poco valorados. Precisamente fue “La Tigra”, esa adaptación libre del cuento de José de la Cuadra, la primera película en obtener galardones internacionales. Mejor Película en el Festival de Cartagena. (Para darnos una idea, la película galardonada dos años después en el mismo festival fue “Tacones Lejanos” de un jovencísimo Pedro Almodovar que ya empezaba a crear escuela). En 1999, se estrenó Ratas, Ratones y Rateros, ópera Prima del quiteño Sebastián Cordero y una película clave para entender el quiebre generacional que supuso el surgimiento de toda una camada de directores y directoras, nacidos en los sesentas, setentas y tempranos ochentas, es decir, en una generación que vivió tanto la transición a la democracia, los conflictos bélicos como el feriado bancario con una perspectiva distinta, más joven o fresca si se quiere. Gente que además, en muchos casos fue “criada” cinematográficamente fuera de las fronteras patrias.

Hermida, Mieles, Mora Manzano, Herrera,

Alvear, Andrade, Honeisen, Arregui y el mismo Cordero son nombres propios que forman parte, entre otras y otros, de esta generación de cineastas hermanados por el impulso que experimenta el cine nacional.

Sus historias son diversas. Algunas más arriesgadas y experimentales, como en el caso de Miguel Alvear con su impresionante “Black Mama”, personalmente mi cinta favorita de las “Made in Ecuador” o su revelador “Más allá del Mall” en donde hace un recorrido impecable sobre el “otro cine” producido en cantones y en zonas rurales de la costa y de la sierra ecuatoriana. Películas de bajísimo presupuesto y producción artesanal que nunca llegan a las salas de cine y cuya distribución es a través de copias piratas en DVD. Producciones del tipo "Sicarios Manabitas", "Cuando los hijos se van" o "Cómo voy a olvidarte", donde nadie tiene preparación ni cinematográfica ni actoral pero que cumplen con el cometido de contar algo, e incluso tienen la virtud de compensar sus falencias técnicas con la sinceridad de sus propuestas y con la originalidad de sus recursos.

Otro director arriesgado es Fernando Mieles, quien en su “Prometeo Deportado” jugó con los conceptos “migración” y “ecuatorianidad” abusando a veces con los simbolismos pero en todo caso evitando dar lecciones de patriotismo.

Tania Hermida con su cine más personalista, impregnado de la suavidad que esta realizadora con estudios en Cuba utiliza para embeber sus recuerdos personales en la pantalla y el mismo Sebastián Cordero, que en “Pescador” regresó al Ecuador luego de sus flirteos con el cine Español y Norteamericano son ejemplos de un cine que se acerca un poco a la visión de autor y que, por otro lado, tal vez paradójicamente han conseguido muy buena respuesta de público y sus películas han llenado salas a nivel nacional (a excepción, tal vez, de Miguel Alvear, documentalista cuya propuesta todavía no ha dado el salto hacia un público más amplio que el de las muestras, festivales o cineclubes).

Nieto, Mora, Andrade o Jara, por otra parte, apuestan a un cine más urbano. Con historias

más cotidianas y con personajes que uno puede reconocer más fácilmente en el aula, la oficina o el espejo. Con matices, estos directores han procurado (con total legitimidad) también un espacio de disputa en el cine más comercial y, hasta ahora, su labor ha sido relativamente exitoso. Relativamente porque aún llenando las salas en la semana de estrenos, vivir exclusivamente del cine sigue siendo una utopía, ya que los costos de producción rara vez son compensados con la taquilla. Aún así, películas como “Sin Otoño Sin Primavera" de Iván Mora o “A tus espaldas” de Tito Jara, han obtenido buenas respuestas del público, aunque opiniones divididas por parte de la crítica (especialmente duras con la segunda). “Mejor no hablar de ciertas cosas” de Javier Andrade abrió, entre aplausos, el Festival de Cine de la Orquídea en Cuenca hace pocas semanas y “La Llamada” de David Nieto, a pesar de su fragilidad argumental, cuenta con la actuación de quien, hoy por hoy, es la mejor actriz del cine nacional, la maravillosa Anahí Honeisen, que ya dejó una muy buena impresión actuando y codirigiendo el Film “Esas no son penas”.

Un poco rezagados pero todavía vigentes se encuentran los representantes de la “vieja guardia”. Gente como Víctor Arregui, que sorprendió con la crudeza visual de “Cuando me toque a mi” una película en la que, además destacaba la excelente actuación de Manuel Calisto, tristemente asesinado en el 2011. Otro de los representantes de esta generación más veterana es Camilo Luzuriaga, quien luego de 30 años en la industria y de producciones como “Entre Marx y una mujer desnuda” o “Mientras llegue el día”, tuvo la lucidez de apoyar la formación técnica de nuevos cineastas y podría, incluso, reclamar parte del éxito mediático que ha obtenido el equipo de Enchufe TV, estudiantes y egresados del Instituto de Cine y Actuación que Luzuriaga fundó y dirige.

Este panorama breve no incluye a todos.

Un capítulo aparte amerita la producción independiente que trabaja con presupuestos casi estudiantiles. Los productores documentales (Imposible dejar de mencionar a Maria Fernanda

Cuando Me Toque a Mi

Tania Hermida En el Nombre de la Hija

Sebastiรกn Cordero - Pescador

Fernanda Restrepo

Mejor No Hablar de Ciertas Cosas

Sin Oto単o Sin Primavera

Restrepo y su magnífica “Con el Corazón en el Yambo”). La gente que realiza animación (un capítulo casi desconocido para la mayor parte del público). Los organizadores de festivales, muestras y proyecciones alternativas al gran cine comercial que nos llega principalmente de Hollywood y en general la enorme cantidad de activistas y gestores culturales que empiezan a reconocerse con fuerza en los nuevos tiempos del cine ecuatoriano.

A la hora de mojarse yo escojo dos argumentos para entender el porqué de este pequeño “boom”: El apoyo estatal a través de la creación y promoción del CNCine, que ha sido determinante pese a su limitación presupuestaria, y por otra parte la misma renovación generacional que ha alimentado una idea, hasta hace poco, inverosímil: Es posible hacer cine de calidad en el Ecuador.

Es posible, pero sigue siendo difícil. Iván Mora, a quien conocí cuando todavía andaba en la etapa de post-producción de su “Sin Otoño Sin Primavera”, comentaba que en este país hacer una película toma una media de 5 años (entre proponer el primer borrador hasta vivir el estreno) y un costo aproximado de un millón de dólares. En otras palabras, la profesión de cineasta sigue siendo una apuesta arriesgada y, en cierta medida, elitista. Son todavía pocos los centros de formación en cine y lenguajes audiovisuales en este país, y algunos de ellos, para sobrevivir, han reorientado su pensum hacia la producción comercial y publicitaria, de lo que se desprende, en cierta forma, la poca calidad actoral que todavía subsiste en la producción ecuatoriana, salvo contadas excepciones como la mencionada Honeisen y el guayaquileño Andrés Crespo, cuya virtud actoral pasa más por la autenticidad que por la formación. Por otro lado está el tema de los presupuestos. Si bien es cierto el CNCine ha significado un punto de partida loable, su presupuesto es insignificante si se lo compara con el apoyo estatal que el cine recibe en países como Argentina y si bien se puede hablar de un boom de cineastas no puede decirse lo mismo para el caso de Productoras o Distribuidoras. Éstas últimas que son las

responsables, en última instancia, de hacer que la película llegue a las salas de cine y que, para el caso ecuatoriano, son pocas y, en ocasiones empresas extranjeras que apoyan puntualmente a tal película y no instituciones locales que garanticen la supervivencia del cine local. Una muestra de la limitación conceptual que aún acompaña a las instituciones responsables de la cultura, que en este país se da con la propuesta de la “Ley de Culturas”, que pretendía derogar la Ley de Impulso al Cine (predecesora del Consejo nacional de Cinematografía CNCine) para reemplazarla con un articulado ambiguo y que encontró observaciones y resistencia en buena parte del sector audiovisual del País. Por otro lado, el programa IBERMEDIA, que también ha financiado la mayoría de estrenos nacionales no sufrirá, de momento, los dramáticos recortes que otros sectores de la cultura han llegado al 70% del presupuesto en el País que lo financia: España. Lo que no deja de ser una buena noticia ya que en este 2013 hasta 6 películas ecuatorianas se estrenarán y otras tantas se encuentran en alguna etapa de producción.

Hay quien dice que es el mejor momento del cine ecuatoriano. Yo opino que no se trata de una cima sino de un punto de partida. Una oportunidad valiosa que, con el apoyo decidido del estado y del sector privado, puede desembocar en la presencia, por fin, de una industria cinematográfica ecuatoriana. La discusión sobre la necesidad de una empresa pública de producción y distribución cinematográfica es más urgente que nunca; la necesidad de salas de cine públicas también. Talento existe, ideas sobran. Plata no hubo nunca y sin embargo hemos llegado a donde estamos. Con un poquito de iniciativa y sobre todo de voluntad política, en pocos años podríamos atestiguar una verdadera edad de oro del cine local. Hace rato que ya dejamos de depender del chauvinismo para crear o criticar. Es tiempo de proponer, por eso, es mejor sí hablar de cierto cine.

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f. Sebastiรกn Benalcazar / Peacock Films

Final de un ciclo y la “nueva ola” de la música ecuatoriana "Los hombres no lloran" para mí, siempre ha sido la frase más falsa. Tengo que aceptarlo, yo si lloré cuando murió Mufasa en El Rey León, también cuando Rocky ganó la batalla final en Rocky 1 y en el mítico capítulo en el que el Chavo del 8 se queda solo en la vecindad mientras todos viajan a Acapulco, ¿quién no? Pero eso si, nunca lloré viendo Titanic. Aunque este no es un artículo para desahogarme, empecé contándoles esto a propósito de uno de los últimos sucesos cuasi-lacrimógenos para mí. Ocurrió en el mes de agosto y fue por la música nacional. No lloré, aunque casi...

Hace un par de años, mis amigos y yo perdimos la costumbre de ir al QuitoFest ya que sus carteles dejaron de estar acorde a nuestros gustos musicales. Para nosotros, una vez que llegaron al clímax, empezaron a caer en picada.

Y es que, el esfuerzo de aguantarse un viaje de 10 horas sentado en bus con el frío de todos los nevados que se cruzan, el compañero de viaje que te babea el hombro, la tortícolis al día siguiente, más la suerte con la que debes contar para que el bus huela de una manera agradable; no tenía frutos cuando el show resultaba poco satisfactorio. Sin embargo, la décima edición llegó y la organización no escatimó esfuerzos para tener un cartel que, para mí, tuvo un puntaje un poco más alto que 9/10. La selección de bandas nacionales fue excelente, y la adición del show de la banda mexicana Kinky, me convenció por completo de aguantarme toda la odisea del viaje.

A decir verdad, la razón más importante por la que fui a esta edición del Festival no fue Kinky, sino una banda nacional que había “descubierto” poco tiempo antes, Biorn Borg. A pesar de la clásica gripe que nos da a los cuencanos al ir a la capital, el frío del Itchimbía y el polvo que se levantaba en el mosh, allí estuve, en primera fila disfrutando con toda la gente de su excelente show, el que, además, incluyó dentro del performance a la persona que se encargaba de escribir varias de las letras de sus canciones, en una bicicleta estática que estuvo pedaleando durante toda la presentación. Con el ambiente todavía eufórico tras el show, anunciaron en una rueda de prensa su separación; nadie podía creer que a solo un mes del lanzamiento de su último álbum, dejarían la escena musical. La pena era generalizada, una gran pérdida para la música nacional. Nuevamente aclaro, no lloré, pero casi. Bueno, no sé, tal vez fue el polvo…

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f. Dayana Valdivieso

f. Mono Carmigniani

f. David Guttierrez V.

No era la primera banda que anunciaba su separación, semanas atrás, Sudakaya, comunicaba a sus seguidores que su tocada en el Quitofest sería una de las últimas; El Retorno de Exxon Valdez, quienes se juntaban luego de 8 años de descanso, aseguraban que el tiempo de silencio se debía a la falta de recursos económicos y que era muy probable que debamos esperar 8 años más para volver a verlos en una tarima.

Caso muy parecido a Tanque, ya separados por un tiempo en el 2003, banda que notificó una nueva pausa indefinida. Eso en el contexto del festival pero, en ese mismo mes, bandas tan grandes como Sal y Mileto y Mamá Vudú comunicaron su alejamiento. The Cassettes y Los Pescados, algo similar.

ser tu segunda profesión.

Es sospechoso que en un país tantas bandas decidan separarse al mismo tiempo, y que todas hayan dado, más o menos, la misma explicación. Vendría bien preguntarse por qué. Es relativamente simple, en Ecuador no es rentable ser músico, cosa paradójca sabiendo que en países como Estados Unidos e Inglaterra la industria del entretenimiento es uno de los ingresos más importantes. Resulta que acá, si quieres sobrevivir como músico, esta tiene que

Como dice el refrán, “para muestra, hace falta un botón”, por eso, les traemos un especial con entrevistas a seis bandas emergentes del país que están dando mucho de qué hablar.

Presentimos buenas críticas pero la última palabra, evidentemente, es la de ustedes. A la final, la escalera es suya.

A pesar de todo, existe aquella “luz al final del túnel”. Como lo predijeron los Mayas, el 2012 era un fin de ciclo para el planeta y tal parece que también para la música en el país. Así como todas estas bandas se están separando, se viene, y con fuerza, una importante “nueva ola”, con un poco de sintetizadores, secuencias, samplers, cajas de ritmo, loop machines, delays y toda clase de efectos, amplificadores e instrumentos vintage; las flamantes bandas nos presentan una etapa inaugural de la música ecuatoriana, trayendo a nuestros oídos estilos como el rock matemático, rock desértico, el trip hop y la electrónica.

Para ir al especial de música, haz click aquí.

f. Tamia Villavicencio

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f. R

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O erto

f. Dayana Valdivieso

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Emilia Lloret Fotógrafa cuencana de 23 años, ha sabido elegir al viaje como búsqueda estética. A través de sus recorridos por el mundo ha logrado capturar aquella realidad que supera con creces a la ficción; todo esto con el lente de la cámara que, mediado por su absoluta sensibilidad, logra convertirse en un ojo atento, conmovedor y con vida propia. Les invitamos a dar un paseo por las fotografías de Emilia.

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El Cuzco

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Rio de Janeiro

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Thaipusam

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Kolkata Market I N D I A

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Sikkim

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Bali

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Angkor Wat CA M B O Y A

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fotos por Katherine Roldรกn

Ojos en Israel y Palestina por Katherine Roldán

En el siglo XIX, en lo que hoy conocemos como Israel y el territorio ocupado palestino, convivían en paz judíos, cristianos y, en mayor porcentaje, musulmanes. A finales de 1800 la inmigración de judíos incrementó, así como los pertenecientes al fuerte movimiento zionista migraron a Palestina, con el fin de crear un estado puramente judío. En 1947, las Naciones Unidas, a razón de los conflictos que surgieron a partir de la intensa migración y los ideales políticos y religiosos descritos, decidieron realizar un plan de partición en el que se dividió a la nación en dos: Palestina e Israel. De 1947 a 1949 inició el conflicto, ya que Israel irrespetó los límites impuestos por las Naciones Unidas, lo que resultó en la conquista del 78% por parte de Israel; alrededor de 500 pueblos demolidos, cientos de miles de palestinos con status de refugiados y un nuevo mapa en el que todo lugar recibía un nombre en hebreo, desconociendo por completo la existencia de Palestina.

En la actualidad, Israel continúa una ocupación militarizada del pueblo palestino, confiscando tierras, dejando a la población sin acceso a servicios básicos como agua y educación, entre muchos otros abusos a los derechos humanos.

Mi interés en el Derecho Internacional y los Derechos Humanos me llevó a estudiar el tema de la ocupación israelí en Palestina y, en junio del 2012, tomé la decisión de ser un EA (Acompañante Ecuménico), viajar hasta el territorio ocupado palestino en Medio Oriente para realizar una veeduría internacional de derechos humanos con EAPPI (Programa de Acompañamiento Ecuménico en Palestina e

Israel) y convivir con la gente afectada por la ocupación.

Tomé un avión a Tel Aviv, Israel, y al llegar al aeropuerto me cuestionaron sobre las actividades que realizaría en el lugar, -“Visitaré Tierra Santa y las iglesias durante tres meses” es lo que indiqué a mi llegada debido a que al Estado de Israel no le hace gracia que activistas internacionales lleguen para documentar los abusos que se dan en el territorio ocupado; pasados cuarenta y cinco minutos de preguntas amenazantes pude salir finalmente con visa de tres meses.

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Me dirigí en taxi a Jerusalén para reunirme con quienes serían mis compañeros de casa y que, como yo, llegaban de diferentes partes del mundo: Suiza, Gales, Canadá y Sudáfrica. En el trayecto por la ciudad vi iglesias, templos y mezquitas “Ahora estamos en la parte árabe de la ciudad” me dijo el chofer. Las kipás, sombreros negros de ala gruesa, ternos, faldas largas de la gente se transformaron en velos, kafiyyehs y sandalias de cuero y los lujosos restaurantes se transformaron en venta de shawarmas y shops llenos de hombres fumando shisha.

Después de pasear por varios minutos como una turista más, no pude advertir nada negativo, todo parecía enigmático y misterioso… todo, hasta que llegó la hora de dirigirme, junto a mis compañeros, al territorio ocupado palestino: nos indicaron que existen dos tipos de transportes, uno para ciudadanos israelís, y otro sólo para palestinos, fue en el segundo en el que yo viajé, acompañando a las personas afectadas por la ocupación, durante la totalidad de mi estancia.

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La travesía para llegar a Yanun, donde viviríamos por tres meses, me mostró el control que ejerce el gobierno de Israel sobre la población palestina, viajando con ellos tuve que pasar por varios “checkpoints” en donde militares israelís revisaban nuestros documentos y equipaje de manera prepotente, aunque mi pasaporte internacional permitía que yo tenga un trato preferencial, totalmente diferente al de los palestinos. Finalmente cuando llegamos a Z’atara, un cruce en el territorio ocupado palestino en donde nos esperaría nuestro chofer Ghassan pudimos observar que existía una parada de bus para los colonos israelíes con bancas, techo y horarios de recorrido, mientras que a cien metros de ahí estábamos palestinos y nosotros los “internacionales” solidarios en medio del sol con una temperatura de 35° esperando al lado de la carretera sin nada que nos proteja del clima y supervisados por un militar.

Mientras esperábamos a nuestro chofer que debería recogernos en este lugar, mis compañeros y yo escuchamos que gritaban “¡Kadima, Kadima !” le dice el soldado a una mujer palestina que

camina cerca de la parada de bus israelí mientras la apunta con un fusil M16 ordenándole que mantenga distancia de los colonos israelís.

Los palestinos nos miran mientras esperamos junto a ellos, me siento una alienígena, en ese que sería el inicio de los tres meses más intensos de toda mi vida, no solo conviviendo con palestinos sino también con israelís, así como ciudadanos que viven en Tel Aviv que no quieren hablar del tema y no participan activamente de la ocupación como colonos israelís agresivos, jóvenes militares, palestinos con ciudadanía israelí viviendo en Israel, hasta activistas por la paz y a afectados por el conflicto quienes no se sienten representados por su gobierno, que únicamente buscan paz.

Yanun, el lugar que sería mi casa, es un pueblo ubicado al norte del territorio ocupado palestino en donde anteriormente habitaban alrededor de trescientos personas, después de la segunda intifada en el año 2000 la mayoría de familias decidieron abandonar el lugar por la violencia que sufrían de parte de colonos y militares israelíes dejando el pueblo desolado.

Solo algunas familias regresaron luego de la oferta de presencia internacional en el lugar por parte de Organizaciones no Gubernamentales de paz siendo en la actualidad aproximadamente sesenta y cinco palestinos y un grupo de internacionales los que habitamos ahí.

Como muchas otras comunidades en el territorio ocupado, este valle se encuentra rodeado por asentamientos israelís, y se pueden ver casas y torres de vigilancia cercadas en los topes de las colinas y durante las noches se enciende una luz proveniente del asentamiento que ilumina todo el valle por “cuestiones de seguridad” como llama Israel a las diferentes maneras de controlar la vida de los palestinos en territorio ocupado.

Y me pregunto ¿cuál es la seguridad que Israel les da a sus ciudadanos poniéndolos a vivir en un territorio en conflicto que ellos consideran peligroso? ¿qué clase de vida pueden llevar tanto palestinos e israelís que viven bajo el miedo y la creencia de que son enemigos y L'escalier // 91

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podrían ser atacados en medio de la noche en cualquier momento especialmente porque han olvidado que sus vecinos son humanos que sufren igualmente de la ocupación?

Los dirigentes políticos de Israel en nombre de la seguridad de su población mantienen a la sociedad militarizada, los jóvenes, hombres y mujeres al terminar el colegio ingresan inmediatamente al servicio militar obligatorio y su sociedad puede ver esta actividad como un hecho de estatus y orgullo.

Y las preguntas surgen una vez más ¿Qué tan ciega puede estar una sociedad para enorgullecerse de lo que hacen sus hijos como soldados en el territorio ocupado? Mis compañeros y yo pudimos observar a soldados jóvenes de aproximadamente 18 o 19 años burlándose de una familia palestina que había sido atacada por colonos israelís agresivos dentro de su propia casa para luego llevarse a los hombres de la familia afectada arrestados mientras que los agresores, colonos israelís, se retiraban tranquilamente del lugar a vista y paciencia de policía, prensa y militares, como si esto fuse lo más normal y simple.

La justicia en este lugar definitivamente no es para todos, la justificación que un soldado nos dio alguna vez cuando accedió a hablar con nosotros en medio de una de estas situaciones de injusticia en las que las víctimas palestinas terminaban arrestadas fue ¡Entiendan que es una guerra, es normal que esto suceda!

El conflicto entre Palestina e Israel ha durado más de 40 años y es por esto que muchos de los involucrados en el conflicto y a pesar de lo dolorosa que es esta situación consideran a la misma algo normal como pude ver tanto en reacciones de muchos palestinos e israelís que conocí durante mi viaje.

Rasheed, el alcalde de Yanun, en donde viví la mayor parte del tiempo, se convirtió en mi amigo, es un palestino que trabaja en su tierra y con sus animales, es el único que posee un tractor en el valle y lo podíamos ver trabajando duro todos los

días. Él se preocupa por su familia y la población del lugar siendo un importante contacto con Organizaciones no Gubernamentales que están comprometidas con distintas causas como lo son el fin de la ocupación, la promoción y monitoreo de derechos humanos, la salud y la asistencia legal, entre otros. Lo que Rasheed quiere como todos los palestinos que conocí es la paz -“Ustedes no tienen armas como los soldados y colonos israelís pero tienen cámaras y una voz para contar lo que nos sucede aquí” nos dijo el 7 de julio luego de un ataque de colonos y militares israelís a algunos pastores que se encontraban con sus ovejas en la parte baja del valle.

Cuando un grupo universitario llegó a visitar Yanun y conocer su historia desde más cerca Rasheed se expresó sobre nosotros, el grupo de internacionales viviendo con ellos en Yanun, de esta manera: “Ellos son como aspirinas para el dolor de cabeza, no resuelven el problema pero gracias a ellos los niños pueden jugar fuera de las casas y sentirse más seguros” Al escuchar esto mis compañeros y yo nos sentimos alagados y a la vez nos invadió una profunda tristeza: el vivir con las personas afectadas por el conflicto nos hizo sentir junto con ellos durante tres meses la desesperación e impotencia que significa vivir bajo la ocupación, ellos han desarrollado una especie de paciencia y calma interna durante más de 40 años de conflict, que para nosotros, como testigos, era mucho más difícil desarrollar en tres meses.

Mucho de lo que vi era tristemente para los ojos tanto de palestinos como israelís normal y cotidiano, y que nosotros, sencillamente no podíamos entenderlo: la casa de Amir, una niña beduina como la de miles de beduinos en el territorio ocupado palestino, que viven el Valle del Jordán ha sido demolida más de 6 veces, Organizaciones no Gubernamentales que publican libros llamados El derecho a la educación de los niños palestinos en la cárcel, la exigencia por parte del gobierno israelí para que beduinos cerca de Jerusalén luego de demoler sus hogares sean “reubicados” al lado de un basurero, un camino en Hebrón en el que L'escalier // 93

los palestinos se ven obligados a transitar por un sendero de tierra apartados por un muro de los judíos colonos que bajan a rezar en la mezquita por el camino asfaltado y bajo el resguardo de militares, Claire una cristiana que vive en su casa completamente rodeada y aislada de todo por el muro que divide a Belén en dos, tanques de agua confiscados sin motivos razonables a palestinos viviendo en medio del desierto, niños golpeados o que han visto a sus padres serlo sin motivo aparente por colonos israelís o militares, no acceso a la justicia o a un debido proceso legal por parte de palestinos, incursiones del ejército en el patio de un colegio de varones en medio de un día escolar, bombas lacrimógenas lanzadas por parte de militares dentro de las escuelas palestinas, puntos de control “checkpoints” ubicados en todo el territorio ocupado en los que palestinos están desesperados por pasar a las 4 de la mañana para poder ir a sus trabajos a tiempo y muchas veces no lo pueden hacer por razones arbitrarias de soldados de 18 años, palestinos atacados dentro de sus propias casas por colonos de asentamientos israelís, palestinos heridos sin atención médica, madres en labor de parto con dificultades para acceder a los hospitales, árboles de olivo arrancados de los 94 // L'escalier

terrenos palestinos.

Lo que pude presenciar no puede ser descrito a breves rasgos, fui testigo de numerosos abusos de los derechos humanos y con esto aprendí del famoso lema palestino “Existir es resistir” que describe la valentía, paciencia y fortaleza de la gente palestina que día a día debe luchar para poder solamente existir en lo que alguna vez fue territorio de paz y que mucha gente llama, “Tierra Santa”, aunque la realidad pruebe la ironía.

En palabras de Nomika Zion, ciudadana israelí que vive en Sderot, uno de los kibutz en la frontera con Gaza, territorio palestino que ejerce resistencia armada que se encuentra aislado de lo que ahora se conoce como el más extenso territorio ocupado palestino en donde viví, expresa lo que sucede con su sociedad: “Nuestra independencia nunca será completa hasta que nuestros vecinos palestinos puedan celebrar su propia libertad (…) después de cuarenta años de conflicto esta sociedad ha perdido la habilidad de ver a los otros como seres humanos (…) nos convertimos en una

sociedad adormecida y ya no nos preocupamos más, creo que porque para la mayoría de israelíes los palestinos son invisibles, están detrás de una pared y es así como pierdes tu empatía (…) nunca me he sentido protegida por mi gobierno, especialmente cuando escucho helicópteros, bombas y ataques a Gaza, solamente me sentí protegida por primera vez cuando se negociaba una tregua a inicios del 2007, que como sabemos no funcionó” Este es un ejemplo claro de que un gobierno no siempre es la representación de sus gobernados y de los efectos de una guerra en los habitantes de las dos partes. Nomika como otros es una de las israelís que no está de acuerdo con los abusos a los derechos humanos que se están dando en el territorio ocupado como en la frontera con Gaza y en el interior.

Cuando preguntamos sobre cuál cree que sería una posible solución ella dice: -“Hemos perdido la esperanza en cuanto a la solución de este conflicto, paz se ha convertido en una palabra vacía pero sí pido ayuda y presión de la comunidad internacional.”

Al regresar de mi viaje recuerdo las palabas de Malak una niña palestina que me enseñó a pronunciar “"yom asal wayom basal” Un día es miel, otro día es cebolla, frase que para quienes experimentan la ocupación día a día y para los acompañantes internacionales que convivimos con ellos se convirtió en un lema y que lleva una carga de resignación y aceptación de algo que aparentemente nosotros no podíamos cambiar.

Tengo la convicción que quien puede detener la ocupación es el estado ocupante de Israel con la presión de la comunidad internacional ya que bajo la ocupación y en una posición claramente desventajada Palestina no puede negociar.

Como acompañante ecuménico lo que puedo hacer después de haber sido testigo es sentirme responsable y contar esta historia en mi país pues es lo que Malak y la gente que conocí durante mi estadía en Israel y Palestina me pidió, es el único grano de arena que puedo aportar.

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La ilusión de la elección por David Larriva

Al entrar en un patio de comidas cualquiera, podemos escoger entre varias decenas de productos y locales distintos; en un supermercado son incontables las clases de snacks, bebidas, dulces, chocolates, aderezos, cereales, alimentos precocidos e incluso comida para bebé. Sin duda el sistema es generoso con nosotros, los consumidores. Somos libres.

Por cada marca nueva en el mercado se nos regala un trocito más de libertad.

Son tan generosos los propietarios de las marcas que nos hacen partícipes de su identidad.

La competencia de productos nos excita y como si se tratara de una maratón de fama, nosotros nos hacemos hinchas de una u otra cosa. Así publicamos en las cuatro direcciones del viento nuestro salvaje amor por Nutella, nuestra abrumadora pasión por Pepsi, nuestra demoledora virilidad al usar Axe y Gillete junto con un fragante aftersahve Ralph Lauren y también la distinción de nuestros bebés que comen Gerber en vez de fruta cocida. Me resulta imposible no emocionarme con los comerciales, los colores y los nuevos empaques, porque si me preguntan quién soy diré que amo comer Nutella con Ritz, uso pantalones Diesel, soy adicto a los Corn Flakes, los viernes pido pizza hut, uso solo Hugo Boss... y creo que me llamaba David.

A propósito, es famosa la pugna entre Coca-cola y Pepsi, y no me refiero al despliegue de magia navideña por televisión, sino a los 20 minutos de sagaz disputa entre amigos, acerca de la diferencia de la textura, el color y el sabor entre las dos marcas. Donde nunca falta el adicto al azúcar que prefiere Fanta.

Está claro que la competencia entre marcas es dura. Por ello supuse que si mis amigos y yo discutíamos casi a diario sobre nuestras elecciones, los empresarios debían pelear con fervor y astucia por su identidad. Me equivoqué. Ellos no hacen ningún esfuerzo. Su trabajo es recibir nuestro dinero. Sin importar lo que compremos terminará en un puñadito de empresas. Pero ¿qué pasó con la libertad de elegir, nuestra abnegada fidelidad y los debates de sobremesa?

Nos engañaron. Sí. Tal vez podamos elegir entre una pizza y un pollo frito; entre Rockstar o Monster; pero no podemos decidir a donde va a parar nuestro dinero. Por ejemplo, el que gastamos en Pizza Hut y KFC terminan en el mismo saco de Pepsico; en una afeitadora Gillete y en Pringles terminará en P&G; en Dasani y Monster termina en manos de Coca-Cola; en Ritz y Trident termina en Kraft; en un Ralph Lauren y Nesquik termina en Nestlé.

Son generosos los empresarios que nos dan esta libertad de hámster. Aunque escojamos nueces o avellanas serán de la misma mano y no me queda sino dar gracias por la ilusión de la elección.

Caridad Carri贸n, 20 Operadora de turismo "Happy Chic"

f. Nicolás León Joshe Ordoñez, 18 Estudiante de Diseño Textil "STUFF" L'escalier // 99

María Augusta Herrera, 18 Estudiante "Espontáneo, casual y cómodo"

f. Nicolás León Sebastián Coronel, 19 Estudiante de Diseño Gráfico "Color"

Tatiana Avenda単o, 18 Estudiante de Dise単o Textil "Delirio ambar"

Estefanía Cisneros, 19 Estudiante de Diseño Textil "Avant Garde"

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R A H C U C S PARA E

Chaos and creation from the backyard (2005) Paul McCartney ¡Al fin! Esperé mucho tiempo este momento. Y ahora que estoy aquí frente al computador, ¿por dónde empezar?

De seguro llevaría este disco en mi kit de supervivencia para el fin del mundo. Eficaz contra todo tipo de males, es solo cuestión de ponerse los audífonos y olvidarse de lo que pasa a tu alrededor. No exagero, puede llover, nevar, puede seguirte un ejército de zombies, hombres lobos o un tsunami y aún así te sentirás corriendo libre en una enorme pradera. Sus exquisitos sonidos acústicos, su melodiosa voz y románticas líricas, mezclados con la meticulosa producción de Nigel Godrich (famoso por producir a Radiohead y Beck) han hecho que este disco se gane un lugar dentro de mis álbumes esenciales.

Se podría definir como la receta perfecta: juntar un artista clásico con un productor actual. El resultado final, un álbum lleno de variados sentimientos con un sonido muy fresco, pero con ese toque que solo alguien con la experiencia de Paul pude dar. Si con esto no se convencieron, les doy 10 segundos escuchando este álbum, sé que difícilmente se arrepentirán.

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III (2012) Crystal Castles Después de dos años de ausencia regresa, el dúo canadiense con su tercer álbum de estudio, el que con la producción íntegra de Ethan Kath, resultó en un trabajo más arriesgado en términos comerciales, pero no por eso menos prometedor; y es que la genialidad de III ha superado la barrera del mercado ganando gran popularidad a pesar de lo intrincado del sonido de CC (eso sin contar su infiltración accidental a los torrents de descarga gratuita 6 días antes de su lanzamiento oficial).

La intensidad de III viene de la mano no solo de los oscuros y feroces beats bailables que han convertido CC en una banda de culto, sino además se destaca la crudeza de las letras de Alice Glass, que en III resultan mucho más comprometidas y agresivas, “estoy a un paso de ser un avizor para proteger a la gente y traer justicia a quienes amo”, sentimiento evidente en tracks como Plague o Sad Eyes, los que le otorgan un significado aún más profundo a la portada del disco.

A pesar ímpetu tenebroso de III (presente sobretodo en Insuline), este álbum contiene temas pegadizos que bien podrían enriquecer el playlist de los oídos más delicados o amenizar cualquier fiesta, Pale Flesh o Affection son prueba de ello; convirtiendo a su vez a III en el álbum más diverso y mejor logrado del dúo, una joya que no puedes dejar de oír antes (o este caso después) del tan publicitado ‘fin’.

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Por la boca muere el Pez (2012) Los Pescados Solo una guitarra y una batería bastan a Juan Andrade y Nelson Coral para concebir un rock melodioso, divertido y energético. Los Pescados, es una propuesta con puro sabor costeño que, a manos del dúo manabita, llega con su tercer trabajo de estudio, Por la boca muere el pez.

Este álbum de tan solo diez canciones, de memorables solos y letras astutas que te harán mover la cabeza en una suerte convulsión rockera que solo los clásicos consiguen, no decepciona en absoluto.

Con tracks potentes y amenos que no por eso evitan la melancolía, como el casi adictivo El amor se va que bien podría convertirse en un clásico post despecho, animoso y vivaz; o la taciturna Balada De "El Colorado" que a pesar de un inicio lento, promete un final que invita a liberar las melenas al compas de un solo genial. Por la boca muere el pez es un antidepresivo singular, que de seguro te ayudaría a sobrevivir con la cabeza en alto cualquier catástrofe apocalíptico.

PD. Y si necesitas otra razón para escucharlos, por qué no empezar viendo el video clip de Reina (2008), dirigido por Iván Mora Manzano, creador de la nueva joyita (odiada y amada) del cine ecuatoriano Sin Otoño, Sin Primavera.

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PARA VER

Gerry (2002), Elephant (2003) y Last Days (2005) Gus Van Sant por Francisco Álvarez

En la tan aclamada ‘Trilogía de la Muerte’, nos enfrentamos a un crudo retrato social visto desde la subjetividad adolescente de los protagonistas de estos tres films, jóvenes vulnerables encaminados hacia una muerte violenta. Son historias inspiradas en hechos reales, como el afamado tiroteo en Columbine, (Elephant de 2003), con la dirección de talentosísimo Van Sant quien, además de evidenciar con gran maestría ese universo de dudas en que están inmersos sus personajes, “tan pronto como explicas una cosa, hay otras cinco posibilidades que echan abajo el argumento [pero sobre todo] está el hecho de querer encontrar una explicación para algo que necesariamente no la tiene”, ha concebido una trilogía que te ayudará a poner en perspectiva un supuesto apocalipsis cósmico al enfrentarnos a estos jóvenes fantasmas que atraviesan un salvaje y lento apocalipsis personal, quienes según Van Sant, al permanecer “inmersos en un caos in incomprensión, un verdadero infierno de manipulación y soledad” buscan en la muerte una suerte de libertad definitiva.

Además del curioso tratamiento cinematográfico que destaca por la singularidad de sus guiones, pues no suelen exceder las 25 páginas. Gus Van Sant hace gala de su genialidad al narrarnos diferentes puntos de vista que deforman el transcurso convencional del tiempo en una discontinuidad que pasa desapercibida para el espectador, propiciando así sorpresas constantes, lo que ha transformando a esta trilogía en verdadero cine de culto.

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Alamar (2010) Pedro González por Jairo Granda

Nathan, un niño de raíces mayas e italianas es el vínculo de dos mundos disímiles: ante la separación conyugal de sus padres, el pequeño viaja desde su hogar materno en Italia, hasta Banco Chinchorro, cerca de las costas de México, para permanecer temporalmente en compañía de su padre Jorge y su abuelo.

Alamar se plantea con una compleja sencillez: la cotidianidad de sus personajes, lejos de la parafernalia de artificios, simplifica la naturalidad de los pequeños acontecimientos que el entorno les ofrece, logrando alcanzar niveles de profunda carga emotiva. A nivel estético, logra deslumbrarnos con el paisaje paradisíaco del lugar, obligándonos por instantes a divagar y sentir el entorno del mar, ya sea en superficie o en sus profundidades, en una sucesión de imágenes de poética fílmica cuidadosamente retratadas, en la bellísima Alamar de Pablo Gonzáles, un film que nace entre la base documental y la ficción, estrenado en el año del 2010, ganando por su agudeza visual y narrativa en los más prestigiosos festivales como de Rótterdam, Bafici, Habana, entre otros.

Alamar es una experiencia cinematográfica única que todo ser humano debería ver ante una amenaza de Apocalipsis que atente con acabar con la vida en el planeta (curiosamente alimentado por mitos y especulaciones televisivas e informáticas para el pasado 2012), porque nos aleja de las ideas y pretensiones del mundo moderno y nos sumerge hacia la simplicidad y fragilidad de entender nuestra propia existencia, dentro del contexto de un mundo sublime, en donde somos testigos del vínculo afectivo más puro que puede existir entre los seres humanos. El film, es un milagro cinematográfico que merece ser visualizada una y otra vez, al lograr el retrato de la humanidad en su forma más humilde, respetuosa y cercana con las otras formas de vida y el entorno natural. Tal como el pequeño Nathan, permaneceremos emocionados con los ojos bien abiertos, unidos ante un divorcio irremediable de dos mundos.

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Mejor no hablar de ciertas cosas (2012) Javier Andrade Dos hermanos. Una familia adinerada, realmente adinerada. Un músico sin aptitud, adicto a la perica y a meter la pata. Un hijito de papá sin más talento en la vida que su capacidad de seducción.

Una ciudad que está en el mapa, pero que es en realidad desconocida. Una generación desencantada y mucho ruido. Con estos (y otros) ingredientes Javier Andrade logra algo inverosímil. Volver atractiva una historia de niños ricos que en otras manos hubiese sido un bodrio telenovelesco poco digerible. Pero Mejor no Hablar no es un bodrio. Es una película interesante de algo que ya comienzan a denominar el “nuevo cine ecuatoriano”. Actuaciones consistentes, excelente fotografía y una dirección sólida, hacen de este film el estreno mas interesante del año en cuanto a la producción nacional se refiere. Ópera prima de un director formado en la Escuela de Arte de la Universidad de Columbia, en Nueva York y que hizo sus pininos en el cine intepretando un minúsculo rol en Ratas, Ratones y Rateros de Sebastián Cordero. La película también marca el estreno actoral de Leovanna Orlandini, nieta de Febres Cordero, arquitecta y una actriz a quien habrá que tomar en cuenta a futuro. Atención especial a las excelentes participaciones de Alejandro Fajardo y Andrés Crespo, que a estas alturas ya es algo así como nuestro Tom Hanks criollo. ¿Mas razones para verla? Que toda la película se desarrolla en Portoviejo y no en Guayaquil o Quito; Que es la primera película comercial con una escena homosexual; Que se estrena justo después del fin del mundo. ¿Coincidencia? Mejor no hablar de ciertas cosas.

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R E E L A R A P hacerse el muerto. El fin del mundo no llegó, pero la literatura nos puede hacer creer que sí. Está para hacernos creer cosas, para convencernos de que eso que vemos con nuestros ojos es solo una versión de lo que nuestros demás sentidos pueden llegar a percibir.

Hacerse el muerto Andrés Neuman

Páginas de espuma – 2011

De acuerdo. Usted logró sobrevivir al Fin del Mundo. Forma parte de esa generación criada en la novelería maya y probablemente, en mayor o menor grado, usted también siguió con expectativa los acontecimientos suscitados en la madrugada del 21 de Diciembre. En el fondo tal vez ya lo sospechaba: Nada iba a ocurrir y nada ocurrió. Absolutamente nada distinto a cualquier otra madrugada de cualquier otro día. Usted sigue vivo y todo lo que le rodea ha cambiado más bien poco. Pero no se engañe, porque finalmente, la vida misma es una percepción. Siempre le quedará la posibilidad de 112 // L'escalier

Eso logra Andrés Neuman, el prolífico y (todavía) joven autor Hispano-Argentino, con su última entrega de cuentos. A estas alturas son pocos los lectores que no han escuchado de este inquieto autor, ganador, entre otros, del Premio Alfaguara de Novela 2010 con su impactante El viajero del siglo, una novela del siglo XIX escrita en un lenguaje del siglo XX y pensada para ser leída en el s. XXI, es decir todo un revuelo geográfico e histórico. Hacerse el muerto es un libro menos complejo y tal vez más personal, lo que, para el caso de Neuman, significa experimental y lúcido. Pocos autores contemporáneos manejan el lenguaje con la delicada maestría y al mismo tiempo con la fuerza con la que este bonaerense, criado en Granada, logra construir sus historias. Artesanía de la palabra y al mismo tiempo concisión en el mensaje. Todo un lujo. No en vano el mismísimo Roberto Bolaño dijo en una ocasión que “…La literatura del s. XXI pertenecerá a Neuman y a unos pocos de sus hermanos de sangre”.

Catarsis, nostalgia, ruido, ingenuidad, coraje, muerte. De éstos y de otros ingredientes se nutren los cuentos de este libro. Historias más o menos fantásticas, más o menos cotidianas, más o menos imprescindibles. Sus personajes no fingen ni aparentan. Son livianos y transparentes o espesos e impenetrables, y en “Hacerse el muerto” están ahí de cuerpo entero, diciendo lo que tienen que decir sin concesiones. Jugando con las palabras y las posibilidades y, por extensión, con sus lectores. ¿Se puede ironizar con la muerte, con la ausencia, con el abandono? ¿Se puede estar en todos los sitios de lo posible con solo imaginarlo? ¿Se puede estar sin estar? ¿Se puede vivir, haciéndose el muerto?

Su estrategia, al menos alrededor del primer libro, es poco menos que novedosa: “Un libro de cuentos progresivo que se amplía con el paso de los años” en palabras del propio autor. En otras palabras, un libro que necesita crecer y trascender, permanentemente.

De eso se trata La Luna Nómada. Un libro que no se parece a nada de lo que se haya escrito en narrativa corta en el Ecuador de los últimos 30 años. Es posible que la condición cosmopolita de su autor contribuya a este detalle. Valencia vive y escribe desde Barcelona y, en ese sentido, su literatura es “ecuatoriana” por origen y por nostalgia, no tanto por temáticas ni desarrollo.

Su universo es más amplio. Sus personajes van desde el inesperado coleccionista de tesoros escondidos por la burguesía cubana en pleno boom de la Revolución, hasta el aprendiz de monje Zen que no logra comunicar su sabiduría con los hijos del rey; desde el frustrado lector que no consigue pasar nunca del sexto capítulo del Quijote, hasta la novia fantástica cuyo vestido de bodas se extiende interminable hasta perderse de la vista.

La luna nómada Leonardo Valencia Punto de Lectura – 2011

Tal vez una palabra sirva para definir la obra del guayaquileño Leonardo Valencia: Trascender.

Desde que en 1995 se publicara, en Lima y en un tiraje reducido, la primera edición de “La luna Nómada” éste ecuatoriano se ha venido consolidando como uno de los autores hispanoamericanos más valorados por la crítica (aunque casa adentro, fuera de los círculos intelectuales o universitarios sea prácticamente un desconocido).

Detrás de la aparente complejidad, del manejo de imágenes a ratos exageradas y de un uso más bien ornamental de cierta erudición cultural que solo se puede obtenerse viajando y conociendo mucho, La Luna Nómada ofrece literatura de calidad, entretenimiento que hace pensar y una cierta dosis de frustración al reconocer, en algunos pasajes, ese Ecuador vivo y contradictorio de donde el autor proviene y del que, al mismo tiempo, se aleja. La última edición contiene 4 cuentos nuevos (de eso se trata un libro progresivo… nunca terminará de acabar). Uno de ellos, La sangre de Kálister, se incluyó en la antología “Bogotá 39” en donde se exponían a los 39 escritores, menores de 39 años más prometedores de habla hispana. Hay quienes dudaban de que la literatura ecuatoriana sobreviviese al post-boom, Leonardo Valencia es una prueba de que puede sobrevivir, incluso, al fin del mundo.

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