Letra2 Revista Digital no. 39

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La Tienda de Juan Energías Alternativas El Museo Klee de Berna ¿Quién va a hacer la Paz? Poesía de Gustavo Tatis No 39 año 3

manizales, junio/2016

edición berna


LA HACEMOS

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Director-Editor Pedro Felipe Hoyos Körbel

Diseño Digital Diana Marcela Castañeda Quintero Pedro Felipe Hoyos Körbel Caratula: Acrilico De Miler Ramirez Neuronas, 2015

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Direcciones hoyoseditores14@hotmail.com www.letradosrevistadigital.jimdo.com tel: 3113153996

Celebramos el ímpetu y pasión de nuestros columnistas y Colaboradores, más sin embargo sus ideas y emociones no Son la opinión de Letra2 Revista Digital, por lo tanto no somos Responsables de cualquier consecuencia.

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contenido 4 presentación 6 ecología Energías alternativas Pedro Felipe Hoyos Körbel 12 edición berna El Túnel más largo del mundo 16 edición berna: personajes Un Embajador 27 edición berna Mueso Paul Klee 40 edición berna: personajes La Tienda de Juan 46 opinión De acuerdos y desacuerdos Por: Hernando Arango Monedero 48 opinión Corrupción y salud mental Por: Pablo Isaza Nieto, M.D. 50 opinión ¿Quién va a hacer la Paz? Por: Pedro Felipe Hoyos Körbel 52 opinión Carta a Néstor Humberto Martínez Por: Gloria Cepeda Vargas 54 caricaturas 64 arte La belleza fémina a través del arte 87 Cuentos cortos “Besos II” Por: León Darío Gil 92 edición berna: clásico Clarice Lispector 98 poesía He venido a ver las nubes Por: Pedro Felipe Hoyos Körbel 104 salud Responsabilidad cuerpo y medicina Por: Jaime Sarmiento M. D.


El concepto de la edición foránea tuvo una buena acogida y como el director de Letra2 continuaba su periplo por el viejo continente, se elaboró una edición Berna. Dentro de esa edición Berna se destacan dos perfiles de colombianos que viven en Suiza: Jairo Arango el cafetero integral y modelo y Miler Ramírez el pintor que conecta y articula la comunidad. Los otros dos artículos crean un antagonismo que en Suiza no desarmonizan: el logro del Mega túnel y el edifico del Museo Klee, vemos como cultura y tecnología forman parte del carácter de una identidad nacional. La ecología, que debería ser un tema mucho más tratado en nuestros medios, la definimos en esta edición No. 39 por medio de “energías alternativas”. Nuestra cara sección de opinión que nos caracteriza como revista y hace la urgente diferencia de no ser una revista cultural orientada a un público de por sí “culto”, la surten en esta edición Hernando Arango, un hombre escéptico de una Paz retorcida al igual que nuestro director Pedro Felipe Hoyos que sufren con lo que se está “cocinado” en la Habana. El médico Isaza hace un aporte importante con el abordaje del problema del deterioro de sociedad en relación con la salud mental y la corrupción y la poeta Gloria Cepeda Vargas igualmente pone el dedo en la llaga abordando el problema de la violencia intrafamiliar criticando las torpes posiciones de nuestros frágiles políticos. Soporta el concepto de no cultural de Letra2 nuestro caricaturista Álvaro Montoya, que al parecer, lo vamos a tener el exclusiva ya que se retiro del diario “Nuevo Siglo” de Bogotá. Sus montajes ponen al descubierto la incoherencia de nuestra política con la ilusión de ver un cambio. No deja de ser un aspecto vital la belleza femenina que tratamos de captar en el arte moderno y en el arte gótico en el artículo de dicado a l arte. Después de la belleza en el arte pasamos de mano de León Dario Gil a la práctica con sus “besos” en forma de cuentos cortos, género que este hombre sabe ensamblar muy bien. El clásico es un rezago de la edición Berna ya que la gran novelista brasilera Clarice Lispector vivió en esta ciudad. Decir que en esta mujer se perdió un Premio Nobel no nos parece exagerado. La presentación de ella nos la prestó amablemente el poeta Harold Alvarado Tenorio. Gustavo Tatis es el poeta de esta edición No 39. La espiritualidad madura de su obra es una luz en la perspectiva, demás palurda, del quehacer de la poesía en el país y cerramos este número con la salud recetada por el médico Jaime Sarmiento con su artículo sobre el Alzheimer. Letra2

PRE


ESENTACIÓN


ecología

Energías a


No hace mucho estaba el país abocado a un racionamiento energético, situación que hubiera significado grandes pérdidas económicas así como la reducción de la calidad de vida de los colombianos. Varios fueron los causantes de esa amenaza: el Niño, el más vociferado por el Gobierno; la falta de previsión de los funcionarios del respectivo ministerio encargados de informar al alto Gobierno y uno poco tratado que consiste en que tenemos un sistema de producción de energía monotemático. En Colombia la mayoría de la energía se produce en las hidroeléctricas, apostándole sólo a una fuente: el agua, agua que periódicamente se hace escaza debido al calentamiento global.

alternativas Pedro Felipe Hoyos Körbel

Colombia categóricamente deja de lado los otros sistemas de producción de energía eléctrica: la eólica con sus hélices, la bioenergía que usa la fermentación de deshechos orgánicos, la geotérmica aprovechando el agua caliente de los volcanes y la solar con sus paneles (hay en el país centrales energéticas que funcionan con el contaminante carbón).


La energía eléctrica es un negocio fabuloso. Un reactor nuclear alemán produce, después de amortizado, un millón de euros diarios de ganancias neta. Por ende este tipo de inversión atrae a los carteles internacionales que rápidamente se ponen de acuerdo con los gobiernos corruptos y le dan prioridad a estos mega proyectos. Hagamos memoria y recordemos lo sucedido en el Guavio. Aduciendo que la energía es desarrollo y que el país la necesita la opinión pública crédulamente se traga los cuentos más inverisímiles y es laxa con su juicio cuando estos proyectos coyunturalmente empiezan a fallar. La energía eléctrica le da poder al que la produce y en Colombia nos gusta todo centralizado. Los municipios no pueden hacer nada,

todo depende de Bogotá y sus benditos planificadores. ¿Cómo sería que a poblaciones apartadas en la Orinoquia, Amazonas o Chocó se les instalasen hélices que con el viento engendrasen la fuerza necesaria para mejorar la calidad de vida de los colombianos radicados en esas fronteras? ¿No es lógico que todas las centrales de abastos en las capitales del país tuviese una planta bioeléctrica que aprovechase los desechos que a diario suman toneladas y los convirtiera en energía beneficiando la canasta familiar ya que el expendedor de frutas y verduras se le bajaría un costo fijo, el de la factura de luz?



¿Cómo sería ese mismo sistema, que requiere de una inversión mucho más baja, se colocase en los municipios de Caldas, creando empresas donde los capitales de inversión de esas mismas poblaciones o sea la gente misma pudiese tener un campo de acción invirtiendo en su propia energía? Descentralizar la energía eléctrica y privatizar verdaderamente esa energía se convertiría en Colombia en un verdadero desarrollo regional. Los parques energéticos pequeños no requieren de grandes redes para distribuir la energía sino produciría la necesaria para poblaciones que tienen de por si una baja demanda ya que en esos pueblos no opera fabrica alguna que consuma mucha energía eléctrica en sus máquinas. La inversión en estos parques es por supuesto mucho más baja que la inversión requerida para los mega proyectos solo viables por medio de la voraz banca internacional quedando al alcance de municipios con 20.000 habitantes.

No entiendo al Gobierno en su tardanza de dotar de energía solar a todas las viviendas de interés social. ¿No les ahorraría un costo fijo a los más pobres del país, haciendo posible que salgan definitivamente de la tan agobiante pobreza? ¿Los manizaleños sabemos cuánto factura la CHEC diariamente en la ciudad? Manizales podría entablar una relación más amistosa con su vecino feroz el Ruiz aprovechando su potencial geotérmico. Hay estudios los cuales han sido postergados en su ejecución debido a que los dueños de las ricas hidroeléctricas lo impiden ya que no quieren competencia, sino quieren ese bello negocio para ellos solos, sin importarles el bienestar de la población. Es urgente que Colombia diversifique su producción energética ya que estaría blindada ante el cambio climático y a las vez podría bajar el costo de la energía eléctrica fuera de crear muchos más polos de desarrollo en el país.



edición berna

El Túnel más largo del mundo


Las grandes obras de ingeniería causan admiración, trátese de las pirámides de Egipto, los acueductos romanos o los grandes aeropuertos de la actualidad. El tamaño y la eficiencia de estos esfuerzos son impactantes. El último éxito de la humanidad, en este caso la humanidad suiza, fue la inauguración del Túnel de San Gotardo el 1 de junio de 2016 que se posesionó con sus 57,1 kilómetros como el túnel más largo del mundo. Esta obra había sido empezada en 1999 y se terminó sin grandes contratiempos. Igualmente su costo de 700 millones de francos no rebosó el presupuesto inicial, como suele suceder con este tipo de obras.


A pesar de existir en Túnel de san Gotardo de 1882, el cual en su época fue un éxito, este túnel más corto hace más ligera la comunicación entre el sur y el norte de Europa acortando el tiempo del recorrido en 1 horas. Las regiones más ricas dentro de la historia de Europa siempre estaban ubicadas en puntos neurálgicos en cuanto al transporte se refiere. Suiza dueña de varios pasaos por los Alpes atrajo muchísimo comercio que con el devenir de los siglos se convirtió en el poder bancario de esta nación laboriosa. Con paredes que oscilan entre 30 cm o 110 de gruesas este túnel de trenes con una boca de 8 metros de grande establece de por si


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nuevos parámetros de seguridad y eficiencia que ayudarán a mover el doble de carga pasando de 40 millones de toneladas año a 80 toneladas. A través de frágiles piritas y solidos granitos las explosiones y los taladros se fueron cavando en la montaña 1.100 metros de bajo de ella. La entrada norte está ubicada a 460 metros sobre el nivel del mar (Erstfeld, cantón Uri) y la salida sur está a 312 metros sobre el nivel del mar (Bodio, Cantón Tesino). El tamaño de esta obra, su impacto y especial el riguroso cumplimento de su costo y del teimpo de construcción hacen de esta obra algo especial, admirable e imitable.


Un Embajador

PERSONAJES

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Miler Ramírez es un artista plástico que desde el año 1985 vive en Berna, capital de Suiza. Está casado y tiene dos hijos adultos. Su oficio ha hecho de él un conocedor del escenario artístico de Suiza, del sur de Alemania y de Italia. Fuera de pintar también posee una galería donde continuamente ayuda a artistas jóvenes, a artistas excluidos o a artistas extranjeros a exponer su trabajos y acopiar una experiencia en el dinámico y a vez cruel mundo del arte. Todo evento es visitado por él, desde el Art Basel, la feria del arte más importante del mundo, a las exposiciones que se llevan a cabo en las diferentes embajadas latinoamericanas acreditadas en la capital suiza. Su conocimiento y experiencia en el mundo del arte europeo son únicas.


Él se considera un artista pop a pesar de ser anacrónico ya que están de moda otras tendencias y técnicas. Usa pintura de carro para sus obras que produce basándose en matrices siguiendo los lineamientos del zar del pop Andy Warhol el cual quería democratizar el arte haciendo posible que toda persona pudiese poseer una obra en su casa por medio de la serigrafía. Su arte traspira esa irreverencia de los años 60 cargados de protesta y de frustración. Su sensibilidad oscila entre Marylin Monroe y el Che Guevara. El choque con lo establecido como las academias de arte y la sociedad de consumo inspiran su obra.




Para Miler Ramírez el artista es otro ser humano embebido en una cotidianidad, para él no existe el artista héroe que sustenta su fama con base a sus ventas. Él sabe que las marcas en el arte se “hacen” y se hacen con dinero, dinero que en Suiza abunda. Según Miler el arte debe estar en todas las esferas de la vida humana y consecuente con este lema él ha organizado exposiciones en los sitios más inverosímiles, como lo puede ser las calles del centro histórico. Cuenta él que todo local desocupado en Berna él lo analiza como posible galería para conquistar nuevos terrenos y nuevos espectadores.


Él es animalista, está en pro de toda apertura sexual y es defensor de los derechos del hombre así como se viven en Europa. Su gusto musical igualmente refleja esa mentalidad de refinamiento urbano. En sus obras se pueden leer frases y mensajes que brillan con luz ultravioleta como la que se usa para verificar la autenticidad de los billetes. Su forma de ser amable y descomplicada lo convierten en un ideal interlocutor para los colombianos que se radican o están de paso por Suiza. Más los suizos, de por si desconfiados, aprecian la irreverencia, la autenticidad y la pasión de las iniciativas de este gestor cultural que ya tiene un puesto asegurado en la historia del arte helvético. Un hombre como Miler sueña con una Colombia mucho más activa en el campo cultural internacional. Dice que en Colombia hay


música, danza, teatro, poesía, literatura, video y arte plástico para exportar. Apunta Ramírez que Colombia no tiene que envidiar a ningún otro país latinoamericano en cuanto a cultura. Se duele de la poca colaboración de parte de las embajadas colombianas en Europa que no captan la importancia que ostentan para Colombia si actúan con coherencia. Dice Miler que Colombia tienen en las embajadas un potencial aterrador para promover al artista nacional. No es dinero el que hace falta, es personal idóneo para entablar las relaciones con el mundo cultural de los países donde están acreditados. Dice Ramírez que los agregados


Art Basel atrae a más de 100.000 visitantes en 6 días a ver alrededor de 4.000 obras expuestas por 286 galerías de 33 países, en Miami Beach y Hong Kong se celebran unas replicas.


culturales son una farsa, un fraude de etiqueta que no solo no hablan el idioma local, sino desconocen la cultura nacional y no entienden que deben hacer. Propone él un dialogo con el Ministerio de Cultura y el de Relaciones exteriores para trazar unas políticas que aprovechen esa altísima inversión que hace el país en su representación exterior. No entiende Miler Ramírez que habiendo tantos gestores culturales graduados en las universidades en Colombia, estos puestos caigan en manos de las personas menos aptas para esta divertida e importante labor.

Este evento se celebra cada año


edición berna

Mueso Paul Klee Berna es una ciudad de 140.000 habitantes y capital de Suiza que se llama a si misma República Helvética. Su posición a orillas del rio Are la convirtieron desde su inicios en el siglo 8 en un centro comercial. Es Suiza un país de valles y agrestes montañas cuyos picachos se pueden observar a lo lejos desde Berna. El reducido tamaño de Berna no la desacreditan ante sus vecinas mucho mayores en extensión como Zúrich, sede bancaria e industrial; Basilea sede comercial o Ginebra sede de las organizaciones mundiales como la FIFA o la

ONU y la Cruz Roja Mundial, porque es sede del gobierno central. Así su arquitectura actual es el reflejo de las riquezas de los comerciantes y no del poder de la nobleza o de la Iglesia. El último gran incendio que sucedió en 1405 trasformó la fachada de su centro histórico en renacentista y neoclásico. Las calles amplias aptas para el manejo de carruajes y de bodegaje en la calle durante el verano, son reflejo de esa importancia comercial.


Es muy probable que la interpretación calvinista del credo cristiano, que denigra del baile, del canto y de los colores alegres, colocó a Suiza en el último lugar de las artes plásti-

cas a nivel europeo por muchos años. Así que todo logro en ese campo es ponderado muy por encima de su verdadera valía, recibiendo toda la atención de la sociedad y del Estado.



Una de esas figuras es el pintor Paul Klee nacido en Berna en 1879, cuya obra abstracta es el reflejo de la evolución de la pintura europea a principios del siglo XX. Este hombre soñó tener la colección de su obra en un lugar muy especial. Un lugar que la naturaleza pudiese cubrir y así albergar su obra en su seno. El arquitecto italiano, experto en construcción de museos, Renzo Piano interpretó la idea de Klee y construyó por orden del mecenas de arte suizo Maurice Edmound Müller en el año 2005 el Museo Klee. La sala de exhibición tienen 1.750 m2 dentro de un espacio total de 25.000 m2 para albergar la colección de 4.000 obras.










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PERSONAJES

La Tienda de Juan


Su propia marca con todos los sellos y aprobaciones

Con ese nombre opera Jairo Arango Giraldo desde el año 2006 un café no lejos de la estación de ferrocarril de Berna, Suiza. Esta tienda es un símbolo y un logro a la vez ya que en ella Jairo Arango expende el café cosechado en su finca Corozal ubicada en la vereda Samaria del municipio de Filadelfia. Esta iniciativa es el sueño de todo cafetero hecho realidad: el de poder vender su producto con un número muy reducido de intermediarios y a la sombra de las fluctuaciones de la bolsa de Nueva York o Londres ya que el producto terminado, puesto en la tasa y en las manos de su consumidor final, poco se afecta.


Son 5 toneladas de café al año que Jairo Arango se vende en porciones de 7 gramos, cantidad de café para hacer un buen expreso, en un local que no tiene 15 metros cuadrados de tamaño. La clientela sabe de la compleja empresa de la cual esta disfrutando el producto. Jairo les habla de sus esfuerzos, de sus luchas y de las derrotadas de las cuales este hombre se repone con asombrosa velocidad. Es difícil de creer, pero exportar en Colombia es algo increíble duro y laborioso debido a las numerosísimas trabas burocráticas y a la inexperiencia de los empleados o funcionarios. Las empresas saben de los pasos básicos, pero ya la letra menuda es desconcordia causando unos sobre costos enormes y muchas veces fatales. A primera vista esta empresa parece ser simple, pero nadie se imagina las lecciones que le ha correspondido a Jairo Arango pagar y a asimilar. Pocos saben acerca de esto y los que podrían saber no suministran la información, así que esta empresa que más se asemeja a una aventura, ha sido el reto más complejo de su vida para este hombre que fue alcalde de La Dorada y un exitoso ingeniero civil en días pasados.

La sencillez es parte de la etiqueta de este local


El interior elemental de la Tienda de Juan

El modelo de Jairo Arango es controversial ya que rebasa los lineamientos de una anacrónica Federación de Cafeteros que no ha sido capaz ni siquiera de felicita a este luchador de lo nuestro. Jairo contagiado del ambiente eficiente suizo diseño un manejo de su finca en Samaria buscando un rendimiento ecológico y humano. Dice Jairo Arango, ingeniero civil de profesión: “Excelso debe ser el café al igual que el caficultor.” Cuenta Arango que la única demanda que ha tenido en este proceso ha sido el de la Federación de Cafeteros reclamando para si el nombre de Juan como residuo de Juan Valdez, demanda que ganó Jairo Arango, después de un dispendioso pleito.


Orgullo y satisfacción de haber acoplado este negocio de un gran impacto en su finca

No es de asombrar de ver a personalidades de la vida pública de Berna disfrutar un capuchino o un ristreto en la Tienda de Juan, hasta altos funcionarios de la Nestlé ha ido a la Tienda de Juan a inspeccionar, a enterarse de este negocio que va a revolucionar el mercado de nuestro café en el mundo. Ha acumulado Arango una invaluable sapiencia teórica y práctica; todo el proceso de exportación se lo conoce hasta el más pequeño detalle. Como manejar las leyes suizas para la introducción del café no son un misterio para este metódico ingeniero. ¿Cuántos cafeteros tienen parientes en las capitales europeas? ¿Porque no montar más tiendas de este estilo y propósito vendiendo el producto de sus tierras al mejor precio haciendo evolucionar la caficultura desde sus cimientos humanos?



opinión

Por: Hernando Arango Monedero El desarrollo de las conversaciones en la Habana ha llevado a tener acuerdos y desacuerdos entre los ciudadanos, y es así como unos se muestran partidarios de las premisas que vienen concediéndose entre FARC y gobierno, en tanto, para otros, las concesiones ya suenan demasiado elevadas, razón por la cual se ha venido promocionando la llamada Resistencia Civil, resistencia que, al saber de los primeros, es una abierta oposición a lo que se viene dando en Cuba y un apoyo a la guerra. Los promotores de la paz y del gobierno, con esa aseveración, crean distancias con quienes, amantes de la paz, difieren en algo de lo que el gobierno sostiene. De entre estos acuerdos y desacuerdos, lo que nos viene quedando en claro es que hasta ahora las FARC sólo se comprometen al cese al fuego, tal como ahora han firmado con el gobierno, en lo que para algunos es la llegada de la anhelada paz. Este acuerdo sólo habla de un cese bilateral de hostilidades. A esto debe seguirle la ubicación de los diferentes frentes de las FARC en lugares diversos del país, bajo la observancia de la ONU y algunos países garantes. Posteriormente vendrá “hacer dejación de armas”, lo que es sólo un eufemismo mediante el cual las armas se entregan a un tercero previamente convenido, armas que no serán usadas nunca más para hacer la guerra. Lastimosamente no oímos aún de compro-

miso alguno a cerca de la indemnización a las víctimas del proceso, ni del perdón. Habrá sí, seguramente, verdad. Esta verdad tiene sus adehalas, como quiera que, en los 50 o más años de rebelión será difícil, por decir lo menos, reconstruir hechos y daños causados a las víctimas, muchas de las cuales han muerto y los que les sucedieron no tienen claras las circunstancias de tiempo, modo, lugar y causas habidas. Ni qué decir sobre quién, y cómo, dio la orden de realizar la acción examinada. Total, la verdad no será más que un formalismo para satisfacer las exigencias de un Tribunal que tendrá a su arbitrio aceptar lo que se le dice, sólo en función de cancelar lo que fue un hecho que impactó a una, varias personas o a una comunidad. De ese perdón quedará una deuda impagada para muchos, como quiera que, el, o los autores o responsables de tropelías, asaltos, masacres, y demás acciones, estarán “recompensados” con el perdón a su accionar, al poder llegar al Congreso de la República y a los cuerpos colegiados en general, y podrán ser elegidos para alcaldías y gobernaciones y, porque no, alguno ser elegido Presidente de la República. Y, para rematar, lo que para otros en el pasado era un delito que se pagaba con cárcel y hasta con extradición, el narcotráfico, ahora no pasara de ser algo que políticamente es justificable para acceder al poder o para subvertir el orden. En resumen,


los delitos ahora no serán inconveniente para elegir y ser elegido. Veremos qué pasará en el futuro cuando otros reclamen igualdad ante la ley, y sus circunstancias se asimilen a lo que ahora se condona y permite. Desde luego que sí queremos paz, debemos hacer concesiones de carácter extraordinario; de eso no puede quedarnos duda alguna. Esperamos que igualmente los guerrilleros hagan también concesiones extraordinarias. Por ello estamos dispuestos a hacer una rebaja de penas considerable para los delitos. Por supuesto, para muchos, parte de la pena para esos delitos debe ser la de no poder ser elegidos, como tampoco pueden ser elegidos quienes han incurrido en conductas punibles consideradas en el Código Penal. En el perdón y asimilación de los delitos atroces y otros de alta gravedad, al delito político, reside una de las grandes diferencias y desacuerdos entre la población colombiana. Aparte, es claro es que a los dirigentes de la guerrilla es necesario brindarles protección, protección efectiva, por lo que sería mejor que sean enviados como adjuntos a delegaciones diplomáticas a países que les briden esa seguridad; seguridad que en el medio nuestro no sería simple asegurarles. Así se hizo con el M19. Claro, esto es necesario dada la posibilidad de que el perdón estatal no alcance a ser el mismo que las víctimas estarían dispuestas a concederles a sus victima-

rios, máxime cuando las reacciones comunes en nuestro medio llevan a realizar conductas bajas y de venganza. Tenemos esperanzas en que la paz siga su curso. Esperamos que las dificultades normales en un proceso de estos sean entendidas por quienes se reintegran a la sociedad. Esperamos de igual manera que el ELN entienda que tiene que cesar en su accionar bélico y que el camino es el de integrase a la sociedad. Hasta tanto este grupo no se allane a dejar las armas, no habrá paz. Finalmente, espero que Colombia no vaya a caer en las ideas esclavistas de quienes, en persecución de la igualdad sacrifican la libertad, tal y como le ha acontecido en Cuba, en Venezuela, en Corea del Norte y a tantos otros que, habiendo caído en tal dislate, debieron sufrir y padecer toda clase de atropellos. En el anhelo de paz, no hay desacuerdo entre los colombianos. En eso tienen que ser cautelosos los que en función de mostrar su querer la paz, endilgan, a quienes por algo difieren de ellos, ser amantes de la guerra. Esas manifestaciones exaltan ánimos y llevan a nuevas confrontaciones. Así es que todos; todos; estamos en el deber de bajar la guardia y cimentar la paz. ¡Dios nos conceda esa paz y nos guarde!


opinión

Corrupción y salud mental Por: Pablo Isaza Nieto, M.D. La Academia Nacional de Medicina de Colombia y el Observatorio de la Salud Mental, son instituciones que monitorean y analizan en el país temas que afectan no solo al individuo sino también a la sociedad como un todo. Aspectos como las consecuencias del conflicto armado; la salud mental en las poblaciones desplazadas y las condiciones mentales de niños testigos de violencia son algunos de los temas que están en la mesa de estudio de las mencionadas instituciones. En la actualidad, una de las preocupaciones es la corrupción que amenaza la estabilidad del país. En el estudio de la corrupción el enfoque se inicia con un abordaje del fenómeno y su relación con la psiquiatría, el psicoanálisis y la salud mental. La corrupción es producto de una profunda crisis psicosocial (Academia Nacional de Medicina) considerada esta como un desequilibrio entre lo físico, lo social y lo económico, y que tiene como consecuencia la descomposición de la organización social. Desde el punto de vista de la medicina se han tratado de buscar las causas de la corrupción pudiendo estas ser múltiples. La psiquiatría interviene analizando la conducta corrupta como una alteración mental en la cual el ser corrupto se siente amenazado por perdidas afectivas que lo llevan a compensar estas carencias con fantasías y conductas corruptas. El corrupto, insatisfecho con lo que tiene, crea en su mente modelos de vida que solo puede satisfacer con la adquisición de dinero y poder; su conflicto interno lo resuelve o satisface afuera. La crisis psicosocial actual lleva a la pérdida de valores que se forman en el primer grupo social del individuo que es la


familia. La personalidad del individuo se sucede en primer lugar en un esquema de instintos propios, el Yo, y en segundo lugar de instancias de autoridad, pautas, leyes, conjunto normas que controla al ser humano en la sociedad que se denominan el Superyó; es la parte ética y moral de nuestra personalidad que se define en el entorno familiar; el Superyó es el encargado de poner límites y restricciones a los impulsos y nos indica lo que debemos hacer; es también la fuerza externa que está por sobre el individuo y lo ordena en su comportamiento; está dado por los padres y la sociedad (normas). Es precisamente la crisis del primer entorno del desarrollo del niño, la familia, la que esta en crisis y por consecuencia el individuo es producto de esta crisis; el niño tiene carencias y alteraciones en la organización mental de base que subconscientemente le dificultan la diferenciación entre lo verdadero y lo falso, lo bueno y lo malo; estas dificultades se manifestaran en su edad adulta. ¿Es el corrupto un enfermo mental o un psicópata? Pregunta todavía no contestada por la psiquiatría aunque si se puede afirmar que un conflicto entre él y su entorno de control no se resolvió en su infancia y por lo tanto, no considera inconveniente apoderarse del bien público. Desde el punto de vista de la epidemiologia la corrupción es una enfermedad de orden mundial, una pandemia, en la que el corrupto no solamente corrompe sino que continua siéndolo, asumiendo y encubriendo la corrupción, tratando de corromper a otros, contribuyendo así a convertir una comunidad o un país, en un estado corrupto.


opinión

¿Quién va a hacer la Paz? Pedro Felipe Hoyos Körbel En Colombia somos un poco tontos porque nos apegamos a ciertos rituales y a ciertos símbolos prestándole poca atención a la realidad. En Colombia creemos que con firmar las Paz, con el hecho que los dos jefes de las contrapartes pongan sus firmas bajo un documento, las ideas se convierten en hechos. Por supuesto que ese documento es ejemplar y no dudo que el estudio jurídico que engendrará una serie de leyes y le darán un marco legal a este proceso es de altísimo nivel. Sé que para la evolución como nación la paz es un paso fundamental. Pero tengo una serie de objeciones que me hacen escéptico ante lo que está haciendo el Gobierno Santos. Ellos firmaran la Paz y ¿quién la hará? Todo el país apoya cualquier incitativa que ayude al país en consolidares como democracia, pero el país no ha sido movilizado de verdad alrededor de este cambio sustancial en nuestras actitudes políticas. El tan promocionado posconflicto tendrá vigencia siempre y cuando el gobierno tenga plata para pagarlo. Los países extranjeros aportaran sus sabios que han adquirido experiencia en todos los conflictos armados de los últimos 50 años a nivel mundial

y esto lo facturaran como aporte. El Proceso de Paz y su posconflicto lo pagaremos los colombianos así como hemos pagado el Plan Colombia a pesar que se dejó creer a un país desinformado que eran los amigos del Norte los que hacían los desembolsos. El petróleo ya no vale y la inflación está aumentando señal que los recursos para ese mega proyecto van a ser mucho menos que lo esperado. ¿Cuál es el papel que le va a designar el Estado a la sociedad colombiana en este proceso? ¿Los gremios hasta donde y en que están comprometidos? Me pregunto: ¿cuál es el aporte, no económico, de una entidad como La Federación Colombiana de Cafeteros? La Iglesia Católica desde el pulpito y la base, no desde la Conferencia Episcopal, ¿qué va a hacer para que este proceso de Paz no se convierta en una acto burocrático y adquiera vigencia y se nutra de la concurrencia de la gente común? ¿Los partidos políticos como están promoviendo en sus bases para brindarle un soportar el posconflicto? Con una Catedra de la Paz no se moviliza un país alrededor de una urgencia como lo es este proceso


de Paz. ¿Todo el trabajo de motivación y de información quedará en manos de los medios de comunicación masivos? Olvidamos nuestra historia reciente: El INCORA fue la entidad creada por el Estado para realizar una de las tantas reformas agrarias. ¿De eso qué quedó en limpio? Demasiado poco porque surgió con más fuerza la guerrilla que se proponía a defender al siervo sin tierra y después surgieron los paramilitares que a su vez se proponían defender a los dueños de la tierra que no los defendía el Estado. ¿Este Estado frágil ya cambió y está en condiciones de ejecutar sin corrupción ese tan invocado y tan bien diseñado posconflicto? ¿O el posconflicto lo manejaran funcionarios de la índole de los del ICBF en la Guajira incapaces de brindarles agua a la población más vulnerable que son los niños? Comete el país un error embarcándose en un proceso de Paz con la aceptación de un presidente que esta por el piso. En el forcejo político de un proceso como el que vivimos, esta institución la Presidencia, no tiene las mejores cartas ya que no cuenta con el respaldo de la gente. Tenemos un presidente débil hipotecando el futuro de

Colombia. Hay otra idea interesante: En la Primera Guerra Mundial, uno de los conflictos armados que marco el siglo XX y en el cual murieron y fueron desplazadas más de 20 millones de personas (o sea casi la mitad de la población del país), la exigencia de los Aliados fue la desaparición de todas las casas reales que habían causado esa guerra. El presidente de los Estados Unidos de América Wilson dijo que él no negociaría una Paz con el emperador Guillermo II. Era imposible sostener una Paz con los promotores del conflicto. ¿No sería oportuno que las FARC igualmente desaparecieran en función de hacer posible la Paz para Colombia? Ellos se dedicarán a hacer política basándose en la lucha sangrienta que han sostenido por 50 años en defensa de unos ideales políticos. Gran parte de la población no estará de acuerdo y no le dará crédito a esa aventura bélica y otra parte, que son las víctimas, les exigirá reparaciones. Muy poca gente se sumará a ese nuevo partido fallando en ser representativo y sólo se le permitirá actuar como resultado de una negociación. El conflicto continuará.


opinión

Carta a Néstor Humberto Martínez

Gloria Cepeda Vargas No es siquiera el coletazo del asombro, ya que los colombianos estamos hechos a los trompicones que a diario nos asestan los dueños del martillo. Lo que sucede es que sus declaraciones, doctor Néstor Humberto Martínez, nos dejan en absoluto estado de perplejidad. ¿Cómo así que se debe “descriminalizar la violencia intrafamiliar para que su manejo no sea penal sino interdisciplinario?” ¿Y es que por ventura puede descriminalizarse el crimen? “Al criminalizarse la violencia intrafamiliar, se está generando una ruptura del núcleo familiar a partir de expresiones de violencia de ocasión”, dice en declaración ante los magistrados de la sala plena ¿Y cuál es el núcleo familiar que se fragmenta en algo que carece de meollo porque no existe como organización? ¿Son acaso “expresiones de violencia de ocasión” los más de 171 casos de mujeres víctimas cada día de violencia doméstica en Colombia o los más de 140.000 episodios anuales del mismo tenor que registra Medicina Legal? ¿Debe dársele un trato civilizado a este zarpazo de fiera hambrienta, a esta lección de mediocridad e infamia inenarrables impartida de manera recurrente por el macho humano a unos niños que mañana repetirán la historia? A pesar del prestigio que exuda, veo que incurre en el error colectivo: anteponer la conclusión retórica al requerimiento humano. Sí doctor Martínez, así como suena aunque cursi o intrascendente sea para su togado cerebro tan repleto de códigos que no reserva ni un milímetro para la existencia del sentimiento o del sentir, como dice Steiner. Por otra parte, asombra su ingenuidad de neonato o lo petrificado de su testa. ¿Podría jurar que cree viable que “El Estado, a través de instituciones como Bienestar Familiar o Casas de Justicia, busque una justicia restaurativa” con la premura que el caso requiere? Por favor doctor, aterrice… o calle para siempre. ¿Cree que “la política severa de aumento de penas y limitación de beneficios para los victimarios causan daños al tejido social en Colombia?” Para empezar, a nuestro tejido social no le cabe un hueco más. ¿En su trasegar por tantas fritangas y banquetes, no aprendió que hay casos y


cosas que no dan tregua? ¿Qué mientras se implementa “la justicia restaurativa” las mujeres, hipertrofiadas en cuerpo y alma por las arremetidas de esta “violencia de ocasión”, no existen ni siquiera como sujetos de derecho? ¿Qué en resumidas cuentas, la innumerable fila de Natalias Ponce de León, de Jineths Bedoya o Rosas Elvira Celis, buscan a tientas sus rostros y su dignidad extraviados en esta niebla carnicera? Lo grave de este asunto es la prioridad que se da a las ejecutorias del cerebro en algo que pertenece a las dimensiones del alma o más sencillo por pragmático: a la ley que equilibra la balanza. Quizá, a través de su aséptico microscopio, lo que propone sea lógico. Pero es que en este aullido de animal herido, en este torneo de fuerza bruta donde la pareja “humana” pierde el derecho a ser juzgada como tal, se juegan el presente y el futuro del país en toda su compleja dimensión. Si criminalizada esta arremetida contra la indefensión física de la mujer y el niño, prolifera ¿Qué sucederá en el hipotético caso de que se elimine el único muro de contención que detiene la fiera? Estas declaraciones que oscilan entre el encanto y la barbarie de la fábula más dañina de lo que parece, denuncian la apatía y la deshumanización endémicas en los Altos Turmequés de nuestra dirigencia. País de letrados solo gráficos, reducto de legisladores solo teóricos, de mesiánicos y narcisos presentados como talentos superbos y redentores irreemplazables, agoniza en el intento de materializar la utopía para ponerla a su servicio. No doctor Martínez, ésta es una selva donde no llega el sol y hay que clarear a machetazo limpio. Eso para empezar, luego vendrá el marco jurídico que pondrá en su lugar las cosas ya en estado de merecer. La violencia doméstica tiene la edad del desgarramiento visceral y anímico de la mujer y el niño y de la perversidad masculina apacentada en público y en privado. Son fieras sueltas, doctor Martínez, ejemplares de alta peligrosidad, criminales que –ellos sí- “ocasionan la ruptura del tejido social” con las consecuencias que están a la vista.


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arte La belleza fémina a través del arte* El arte ha expresado siempre una intención. En él sus creadores han trasmitido o expuesto un propósito. Se podría decir que nada de la vida humana se le escapa ya que es espejo de esa misma vida. A pesar de la intención, especialmente del pintor, se le cuelan manifestaciones de su entorno, sobre las cuales el artista poco influencia tiene y de esa manera, sin querer, amplía el poder de su obra con otra serie de mensajes que le dan al arte esa magnífica dimensión que tiene. Confluyen en el arte argumentos que parecen proceder de otras disciplinas. La armonía de la naturaleza, la estética del cuerpo humano y la belleza de la mujer han tenido un destacado papel en el arte occidental, sin que el artista se haya propuesto destacar ese aspecto. Los talladores del tardío gótico hacen confluir en sus obras en las cuales retratan a reinas, santas y a la Virgen María primordialmente, el ideal de belleza de su época y de su etnia. Que a la vez contrastan con las ideas de belleza del padre de la pintura moderna Eduard Monet (1832-1883). Hay que tener en cuenta que son hombres los que ejecutan estas obras y de esa manera le ofrecen un puesto en el arte a las mujeres excluidas de muchos oficios hasta hace pocas décadas. *Las figuras góticas pertenecen colección del Museo de Historia (Museum für Geschichte) en Basilea y las imágenes de Manet fueron tomadas de la exposición: “Manet, Der Blick der Moderne” Expuesta en la Kunsthalle de Hamburgo en el año 2016.
























Cuentos cortos “Besos II” por León Darío Gil

GITANA Atrás, muy atrás, casi al principio de mis días conocí las gitanas. Llegaron con su alboroto de gitanos, su tropelía de colores, oropeles, pañoletas, tacones y polleras, y se instalaron en la cancha de fútbol del pueblo. En algún lugar del mundo la suerte me las volvió a mostrar sueltas, yendo por ahí pervirtiendo con sus encantos la cotidianidad de las calles y con sus augures la tranquilidad de la gente. Las gitanas no saben que, desde que las vi, ellas son la imagen que busco para darle so-

siego a los reclamos de mi naturaleza. Norma, Claudina y Cristina, mis más remotos avances en el camino del amor, tenían, recuerdo, un halo de gitanas que todavía me estremece cuando titilan en mis recuerdos. En Bogotá para mi deleite las volví a encontrar en el Parque Nacional. Lo frecuentaban los fines de semana para leer las manos o las cartas. Lo caminaban por donde fuera más propicio que alguien se arrimara a ocupar sus servicios: provincianas o provincianos con los


rastros de la dificultad y de la esperanza vivos en sus rostros. Iba al Parque cada vez que las obligaciones me dejaban. O me volaba para darle consuelo a una nostalgia o sombra a una ociosidad. Los sábados y los domingos me gustaba ir a ver vivir la vida vivida de mil formas. La libertad, aquí, tenía la sagrada medida de cada uno. La convivencia, pues, cabía sobradamente en sus bordes. Los que por cuenta de una embestida de la pasión se arriesgaban un poco más allá de la prudencia, sabían dónde esconderse. Por momentos, yéndose la tarde, en virtud de un embrujo amoroso el Parque palpitaba de besos, algo así como si una alcahuetería divina ordenara: bésense, y nadie pudiera desobedecerla. Los poquitos que no tenían con quien besarse besaban las fotos o las cartas. Los enteramente solos, tirados en el pasto, cerraban los ojos y besaban en la ensoñación. Le sacaba tiempo y lugar a los remezones de Rayuela para mirar a las gitanas; las miraba practicando sus adivinaciones y les notaba que las envolvía un dejo de perversidad fascinante. Me alejaba para contemplarlas y darme cuenta de su humanidad. Me acercaba para hundirme en sus modos distintos de ser

mujer y sentía que, en el fragor pecaminoso de sus labios, en el rubor inocente de sus pómulos, en la negrura de sus pestañas encrespadas y sus cejas tupidas, en la cascada de solecitos o lunitas de sus aritos plateados, en las pañoletas de verdes o amarillos temblorosos, y en el lunar al ladito o abajito de la boca que parecía enfatizar la perfidia de sus sonrisas, habitaba un ser que descendía sin intermediación de la pasión. Había que agregarles la cadencia infernal de sus andares de potranca y las volandas de sus faldas florecidas. Y ninguna era distinta de una Pilar que se voló del colegio y me entregó sin reservas todas sus cosas en flor. En esto estaba perdido cuando, desde un hechizo, apareció a mi diestra, tibio, un aliento de albahaca que me dijo con voz gruesa que se llamaba Lelinya. En los anillos y ajorcas de la mano con que me cogió la mía se reventaba el sol en miles de astillas doradas. Cuando el libro que leía me lo puso en el sobaco vi que el pelo, castaño, le remontaba la cintura en cadejos encrespados. Con sus ojos me dijo con toda certeza que estuviera tranquilo, que este día era inevitable. Y fue como si un conjuro me convirtiera en una ilusión: sin peso, sin sustancia, sin voluntad. Volaban cigüeñas


en su pañoleta. Como su pelo eran castaños sus ojos. En su boca llameaba el rojo frenesí de su pintalabios. También castañas eran sus cejas y sus pestañas. La sentí como un ser insólito. Me sentí como un ser absurdo. Sin soltarme la mano, como una ceremonia subió los escalones que dan acceso a la pérgola; oí y vi que los contaba o los cantaba o los rezaba en un secreteo pausado que me colmó de sosiego: seis, siete, ocho, nueve. Sin mirarme me llamó por el primer nombre, y lo dijo como si lo dijera un oráculo y en una voz gruesa, tan amorosa y tan perfecta, que sentí que algo me lastimaba en el pasado. Tres pasos más y quedamos atrapados, solos, en un túnel donde nada se distinguía sino las

tarjas de sol que acuchillaban las sombras y los azules y los púrpuras que por miles doblegaban a las veraneras. En un arrebato le bajé la mano por el pelo hasta donde me alcanzó. Esa mano fue la que volvió a coger y la puso donde mi corazón había que retenerlo para que no se saliera. Después, sobre la mía puso su boca y con su lengua como un pincel me repasó tres veces los labios, tres veces inextinguibles. Me dijo que este día, veinticuatro de mayo, siempre nos iba a servir para aliviarnos cuando la tristeza nos llegara con sus oscuridades o el tedio nos rasguñara con sus zarpas. Que no me iba a mirar y que yo no la mirara cuando nos fuéramos. Yo no la mire.

TUNTÚN No era fin de semana. El bus, grande, con aire acondicionado, de vidrios polarizados, la cabina del chofer separada por una división del área de pasajeros, paró en Chocontá. De los ocho que viajábamos se bajaron siete: cuatro mujeres y tres hombres. Y se subieron cinco, cinco hombres: dos me parecieron hermanos y los dos dedicados a un oficio de oficina. Los

otros tres me parecieron que eran socios y por sus modos, aspecto e indumentaria no me cabía duda de que eran albañiles. Tan desocupado iba el bus que podían a su antojo elegir donde sentarse. Los dos hermanos se sentaron juntos en el cuarto puesto de la fila derecha. Los albañiles se sentaron a la izquierda, pero cada uno en un lugar distinto,


al lado de la ventanilla y en los tres últimos puestos de atrás. Los hermanos iban callados. Puedo decir que los albañiles iban tocados por tres o cuatro copas de licor, se les notaba en el porte festivo de sus palabras y en el dejo de sus risas endiabladas; calmadas cuando el chofer se subió. Primero las oí. Desentonadas cantaban un despecho que, pese a todo, no fastidiaba escucharlas. Después las vi. De bluyines las cinco: dos venían cogidas de la mano, sueltas las otras tres, las mismas que ostentaban las caderas al aire. A la menor le puse 23 y a la mayor 26 años. Dos eran muy bellas, a las otras las desfavorecía unos kilos de más. Como ellos, venían tomadas lo suficiente como para aligerar en algo el peso de la prudencia. Me gustó ver-


las así; era como un pequeño grito de libertad que la vida celebra y la conciencia consiente cuando le atraviesan unos tragos de licor. Estaban en su punto. Más allá estarían del lado del ridículo. Tengo que decirlo, y decirlo con franqueza, que los pocos que cruzaban las miraban sin inquina ni recriminaciones, incluidos los que a su paso salían a las puertas o las que se asomaban a las ventanas. Como los albañiles ellas, por supuesto, no eran de Chocontá, ni siquiera de Boyacá. Pude percibir que en sus acentos pervivía un eco huilense o tolimense que me dejó tranquilo con ellas, con Chocontá y conmigo mismo. El chofer se había vuelto a bajar y al frente del bus con halago, con una mano tapándose la risa en medio de reiteradas afirmaciones con la cabeza, leía un papel que le había entregado, de una prestancia notable en sus modos y en su vestir, un señor de barba, ruana, sombrero y bastón que mientras lo miraba de soslayo y le sonreía como al descuido, con el bastón dibujaba realidades o imaginaciones en el pavimento. Trenzadas las cinco en una sola fiesta abierta y en un solo canto desgonzado le dieron dos vueltas al bus buscando a sus hombres. Se detuvieron donde sebatieron unos manojos de manos y por donde trataban de asomarse tres trozos de rostros tallados contra los bordes de las ventanillas. El chofer y el señor de la prestancia notable miraron la escena con benevolencia y complicidad, como si estuvieran mirando una escena protagonizada por niñas y niños hostigados por un acceso de amor incontrolado. Mientras las dos mujeres desparejadas exagerando los gestos gozaban viéndolas sufrir, las tres mujeres de los tres albañiles sin poder con la altura del bus se empinaban para siquiera tocarlos. Adentro, los hombres que no podían con los topes de las ventanillas, apenas si po-

dían rozar sus yemas de los dedos con las yemas de los dedos de las mujeres de afuera. En ambos bandos el trance de las yemas en vez de aplacarlos les desasosegaba el ánimo, les encabritaba la naturaleza. El hecho alcanzó su esplendor, su más alto grado de inocencia cuando las dos mujeres desparejadas, sin mediar otra cosa que su osadía para vencer el desafío de la altura y la avidez de las yemas, tuvieron la ocurrencia de montar a tuntún a dos de las tres mujeres emparejadas para poder así, ellas y ellos, deleitarse con las gracias mutuas con que a veces nos bendice o nos maldice el amor. Y, ahí sí, se entregaron a mitigar a besos el dolor que siempre nos depara el apremio de una despedida. Pero si se mira con atención, para completar la felicidad al acto le faltaba una escena. La misma que el último albañil y la tercera mujer todavía tenían patinando en el trance de las yemas. Si yo no hubiera estado en el bus no hubiera hecho lo que hizo ese señor. Una sinvergüencería. He visto y me han conmovido muchos actos de solidaridad, pero ninguno me ha colmado de tanta emoción y asombro, de tanta admiración, como cuando el señor de la notable prestancia, refinada por la empuñadura de plata de su bastón, se quitó el sombrero, se quitó la ruana se apuntaló en el bastón y prestó sus hombros para que la tercera mujer y el tercer albañil salieran del suplicio de las yemas y entraran en la gloria de los besos. Para perfeccionar el momento el chofer, después de que casi en silencio prendió el bus buscando realzar el candor del cuadro, lo arrancó tan lentamente que puedo decir que los enredijos de besos no se desgajaron sino que se desvanecieron en el aire, se esfumaron en un sueño.


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Clarice Lispector

1920-1977


Una introducción Por: Harold Alvarado Tenorio Clarice [Chaiuya Pinkhasovna] Lispector [Chechelnik, 1920-1977] es quizás la narradora que mayores cambios, de estilo y asuntos, introdujo en la literatura brasileña de los años sesentas y luego, cuando fue traducida, una década más tarde, en las literaturas latinoamericanas. Cuando apareció Perto do Coração Selvagem (1944), la primera de sus novelas, los regionalismos llegaban a su fin con la publicación de las obras de Borges, Ramos, Onetti y Amado. En su caso puede hablarse de una narrativa antes y después de Clarice Lispector. La ciudad fue el decorado de las vigilias de sus personajes y el lenguaje, la única realidad de su existencia. Los protagonistas van a asumir ahora sus destinos, se hacen personas que cuestionan sus formas de vida y sus relaciones con el poder y las instituciones, pero han de fracasar inexorablemente al encontrar como mayor obstáculo de sus vidas la imposibilidad de comunicación. La existencia irá por un camino y el lenguaje por otro. Nacida en Ucrania, fue la tercera hija de una pareja que terminada la primera guerra mundial emigró a Moldavia y Rumania y más tarde a Maceió en Brasil, donde cambiaron sus nombres. Cuando la niña tuvo cinco años se mudaron a Recife, donde perdió a su madre, que había sido violada por soldados rusos que la contagiaron de sífilis. En Rio de Janeiro leyó en Machado de Assis, Eça de Queiroz o Jorge Amado, donde ingresó a la universidad para estudiar derecho y ganó el premio Graça Aranha por su primera novela. Allí conoció a Maury Gurgel Valente, un diplomático con quien vivió hasta 1959, en los diversos destinos donde fue designado. Pasó largos periodos en Londres, Paris, Berna y Washington, capitales estas dos últimas donde nacieron sus hijos Paulo y Pedro. De espíritu camaleónico, impar belleza y cordura impetuosa, con la separación regresó a Brasil y en Rio, donde malvivía del periodismo dando consejos Sólo para mujeres en una columna firmada con seudónimo, sobre recetas, hermosura, usanza y conducta, un día de 1966 se quedó dormida con un cigarrillo encendido en su mano causando un incendio que destruyó el dormitorio y lesionó gran parte del cuerpo, en especial la mano derecha, que nunca recuperó su movilidad. Laceraciones que le llevaron a hondas depresiones por


el resto de sus días. Murió a los cincuenta y seis años víctima de un cáncer en los ovarios. Fue inhumada en el camposanto israelita del barrio Cajú, envuelta en lino blanco luego que su cuerpo fue vaciado y lavado por dentro y por fuera. Perto do Coração Selvagem fue un arquetipo narrativo que Lispector usó para varias de sus otras novelas y cuentos. Tiene como personaje a Joana, que repasa el pasado y el presente intercalando recuerdos memorables al acaso. El narrador omnisciente resume de manera sucinta esas divagaciones mentales: la vida al lado del padre, los días que pasó junto a su tía, un profesor que le enseña a vivir, los avances y estragos de la pubertad, el internado, el matrimonio con Otávio. La odisea mental de Joana, saturada de desencanto y de esperanzas sin futuro, le lleva al adulterio y a la separación de su marido sin saber por qué lo hace: «Es curioso cómo no sé decir quién soy, piensa Joana. Quiero decir, lo sé bien, pero no lo puedo decir. Sobre todo tengo miedo de decirlo porque en el momento en que intento hablar no sólo expreso lo que siento, sino que lo que siento se transforma lentamente en lo que digo. O, al menos, lo que me hace actuar no es lo que siento, sino lo que digo». Las palabras son ilusorias, no pueden decir o dicen demasiado sobre el ser, apenas dejan una imagen provisional e ilusoria de la vida. Publicada veinticinco años después, Uma Aprendizagem ou O livro dos Prazeres (1969) se ocupa de las dudas y ansiedades de Lóri, una profesora que siente por primera vez placer en una relación amorosa pero al tiempo tiene miedo de perder su identidad o el “respeto” que ha ganado ante los Otros. El desenvolvimiento de esta lucha es un lento y extraño aprendizaje a través del cual logra unir los extremos, antes irreconciliables, de su independencia (su vida personal) y la dependencia que ineludible establece el matrimonio o el amor. Sus otras tres novelas tratan de la condición humana como un todo no escindido en sexos. Ahora la tesis central es la lucha del individuo contra la sociedad, salpicando los argumentos con raciocinios en apariencia contradictorios. A Maçã no Escuro (1961), A Paixão segundo G.H. (1964) y Agua Viva (1973) analizan la historia de seres hondamente preocupados con su relación con el cosmos. Personajes que parecen modelados en las figuras de la novela francesa existencialista, abocados a elegir un destino tras otro en el decurso de su existencia para poder creer que están vivos, encontrando todo lo que les rodea sin sentido, produciendo en ellos una náusea metafísica, intangible y nebulosa. A Paixão segundo G.H., coloca a la protagonista durante un bello día, en el último piso de un lujoso edificio de la Avenida Atlántica


en Río de Janeiro, mientras escudriña en la espartana habitación de la criada que acaba de marcharse. G. H., no descubre la mugre que espera ni desorden alguno, sino un trazo al carbón en la pared, misterioso y primitivo, que le parece una caricatura de sí misma, seguido de la aparición de una cucaracha que precipita su transición, en el tiempo y el espacio, hacia una compresión de su situación en el cosmos, es decir, la situación de la humanidad toda, y al comer las entrañas del animal completa su trascendente desembarazo de los principios que se le habían impuesto. Lispector ofrece de manera oblicua un retrato del universo brasileño a medida que desenrolla el extenso monólogo. G. H., recapitula su vida, recuerda a su sirvienta Janair, a su amante, al hijo abortado, a sí misma y se obliga a engullir ese cuerpo que expele una sustancia blanca y se retuerce con sus patas y antenas. Agua Viva, la última de sus novelas, continúa la búsqueda expresiva de A Paixão segundo G.H., intentando una ruptura total con lo que resta de convenciones narrativas. Tal es el esfuerzo de la anónima narradora y protagonista por hacerse más una pintora que una novelista que uno termina por creer que se trata de una obra de tesis contra la escritura. Lispector quiere ahora captar el instante, el momento en que una cosa se relaciona con otra, el momento intangible de la existencia. Agua Viva es el río continuo de la escritura, la mano que ya no puede detenerse, la acción misma de escribir por escribir, la escritura como ser autónomo en el mundo. Como en sus novelas, los personajes de los cuentos de Laços de familia (1960) se encuentran siempre en el filo de la navaja, en ese punto donde tratan de mantener un equilibrio, entre lo que se cree que es la realidad y sus poderosas fuerzas imaginativas, que los desvían del curso normal de la existencia rutinaria de los Otros, la sociedad, y así son, los arrinconados, los separados, los apartados, los alienados por excelencia. En Amor, mientras ella regresa de hacer la compra ve a un ciego que se transforma en la aparición del mal; en Los desastres de Sofía una muchacha ve en el rostro de su maestro un vientre abierto en un quirófano; en El reparto de los panes una cena familiar se torna en una suerte de opresión, etc. De nuevo, la pesadilla de los protagonistas es la imposibilidad de comunicación: la sociedad (el lenguaje) es una barrera artificial que no debe ni puede vencerse. Estamos condenados a vivir nuestros pequeños mundos, exiliados del resto de la humanidad, incapaces de ser libres, incapacitados para dar y recibir.


Silencio Es tan vasto el silencio de la noche en la montaña. Y tan despoblado. En vano uno intenta trabajar para no oírlo, pensar rápidamente para disimularlo. O inventar un programa, frágil punto que mal nos une al súbitamente improbable día de mañana. Cómo superar esa paz que nos acecha. Silencio tan grande que la desesperación tiene vergüenza. Montañas tan altas que la desesperación tiene vergüenza. Los oídos se afilan, la cabeza se inclina, el cuerpo todo escucha: ningún rumor. Ningún gallo. Cómo estar al alcance de esa profunda meditación del silencio. De ese silencio sin memoria de palabras. Si es muerte, cómo alcanzarla. Es un silencio que no duerme: es insomne; inmóvil, pero insomne; y sin fantasmas. Es terrible: sin ningún fantasma. Inútil querer probarlo con la posibilidad de una puerta que se abra crujiendo, de una cortina que se abra y diga algo. Está vacío y sin promesas. Si por lo menos se escuchara al viento. El viento es ira, la ira es vida. O nieve. La nieve es muda pero deja rastro, lo emblanquece todo, los niños ríen, los pasos resuenan y dejan huella. Hay una continuidad que es la vida. Pero este silencio no deja señales. No se puede hablar del silencio como se habla de la nieve. No se puede decir a nadie como se diría de la nieve: ¿oíste el silencio de esta noche? El que lo escuchó, no lo dice. La noche desciende con las pequeñas alegrías de quien enciende lámparas, con el cansancio que tanto justifica el día. Los niños de Berna se duermen, se cierran las últimas puertas. Las calles brillan en las piedras del suelo y brillan ya vacías. Y al final se apagan las luces más distantes. Pero este primer silencio todavía no es el silencio. Que espere, pues las hojas de los árboles todavía se acomodarán mejor, algún paso tardío tal vez se oiga con esperanza por las escaleras. Pero hay un momento en que del cuerpo descansado se eleva el espíritu atento, y de la tierra, la luna alta. Entonces él, el silencio, aparece. El corazón late al reconocerlo. Se puede pensar rápidamente en el día que pasó. O en los amigos que pasaron y para siempre se perdieron. Pero es inútil huir: el silencio está ahí. Aun el sufrimiento peor, el de la amistad perdida, es solo fuga. Pues si al principio el silencio parece aguardar una


respuesta -cómo ardemos por ser llamados a responder-, pronto se descubre que de ti nada exige, quizás tan solo tu silencio. Cuántas horas se pierden en la oscuridad suponiendo que el silencio te juzga, como esperamos en vano ser juzgados por Dios. Surgen las justificaciones, trágicas justificaciones forzadas, humildes disculpas hasta la indignidad. Tan suave es para el ser humano mostrar al fin su indignidad y ser perdonado con la justificación de que es un ser humano humillado de nacimiento. Hasta que se descubre que él ni siquiera quiere su indignidad. Él es el silencio. Puede intentar engañársele, también. Se deja caer como por casualidad el libro de cabecera en el suelo. Pero, horror, el libro cae dentro del silencio y se pierde en la muda y quieta vorágine de este. ¿Y si un pájaro enloquecido cantara? Esperanza inútil. El canto apenas atravesaría como una leve flauta el silencio. Entonces, si se tiene valor, no se lucha más. Se entra en él, se va con él, nosotros los únicos fantasmas de una noche en Berna. Que entre. Que no espere el resto de la oscuridad delante de él, solo él mismo. Será como si estuviéramos en un navío tan descomunalmente grande que ignoráramos estar en un navío. Y este navegara tan largamente que ignoráramos que nos estamos moviendo. Más de eso, nadie puede. Vivir en la orla de la muerte y de las estrellas es una vibración más tensa de lo que las venas pueden soportar. No hay, siquiera, un hijo de astro y de mujer como intermediario piadoso. El corazón tiene que presentarse frente a la nada sólito y sólito latir alto en las tinieblas. Solo se escucha en los oídos el propio corazón. Cuando este se presenta completamente desnudo, no es comunicación, es sumisión. Además, nosotros no fuimos hechos sino para el pequeño silencio. Si no se tiene valor, que no se entre. Que se espere el resto de la oscuridad frente al silencio, solo los pies mojados por la espuma de algo que se expande dentro de nosotros. Que se espere. Un insoluble por otro. Uno al lado del otro, dos cosas que no se ven en la oscuridad. Que se espere. No el fin del silencio, sino la ayuda bendita de un tercer elemento, la luz de la aurora. Después, nunca más se olvida. Es inútil intentar huir a otra ciudad. Porque cuando menos se lo espera, se puede reconocerlo de repente. Al atravesar la calle en medio de las bocinas de los autos. Entre una carcajada fantasmagórica y otra. Después de una palabra dicha. A veces, en el mismo corazón de la palabra. Los oídos se asombran, la mirada se desvanece: helo ahí. Y desde entonces, él es fantasma.


poesía

He venido a ver las nubes o el evangelio según Gustavo Tatis

Por: Pedro Felipe Hoyos Körbel Si las artes son el la expresión espiritual y vivencial de la humanidad, si es en este lenguaje, todos los días creativo, en que el hombre libera su angustia y concreta su indagar, me pregunto que están cuestionando los poetas colombianos en la actualidad. Me pregunto acerca de la trascendencia de los “poetas urbanos” encantados con una ruta que, a los ojos de una mirada crítica, poco alcance puedan tener. Veo, o mejor leo, que la trivialidad, la carencia de honestidad y los lugares comunes son el común denominador de estos trabajos. Aumenta mi desconfianza acerca de esta tendencia en las letras nacionales cuando leo poemarios tan irreverentes y maduros como el de Gustavo Tatis “He venido a ver las nubes”. En sus escasas 70 páginas describe y define otro mundo posible. Tatis, con intuición de poeta, aborda una temática, que el mismo prologuista del poemario Burgos Cantor, seguramente confundido por el hallazgo tan inaudito, no supo definir con certeza: la religiosidad. En mi concepto es aquí donde radica la originalidad y vigor de Tatis; creo que ya era hora que alguien penetrará aguas profundas y nada triviales. Claro esta qué Tatis no es un poeta religioso teológico el cual a través de la razón y erudición trata de comprender el mundo y la vida ajustándose a los cánones de una concepción ortodoxa de una iglesia o escuela, sino es un poeta místico y libre. La religiosidad de Tatis esta lejos de redactar himnos o de explicar misterios religiosos o tal vez de asumir visos de misión divina como


sucede con otros poetas que se atreven a estas alturas temáticas; él trasciende estas trabas guiado por su actitud genuina. Con certeza aconseja en el verso final del poema “He venido a ver las nubes”, el cual le da nombre al poemario: “…No busques otra luz que no sea la de tu laberinto.”. Ver “…en la penumbra de la piedra…”; en “…la memoria de los caracoles…”; en “… la nube dorada…” y “…en el amor de los tigres…” la presencia de lo intangible es propiamente místico. Justificar la existencia a través de un misterio divino eso es místico. A Tatis le importa poco la definición conceptual de los temas religiosos. Él prefiere sentirlos, asimilarlos con “…la inocencia de las bestias” y “El corazón salvaje de las ballenas…”. Para el poeta nacido en Sahagún, no existe un Dios, sino carente de pena alguna, habla de Dios en plural y le trasfiere a los elementos de la naturaleza facultades divinas. (Creo que Mi Dios, de ninguna forma, se pondrá celoso, antes agradecerá que un humano sienta tanto amor “por el hechizo de estar vivo” y que posea la humildad de recordar “…que también la muerte es bella.”). La naturaleza tratada en la poesía de Tatis preferiblemente se encuentra en el campo (léase ámbito rural), pero a este poeta provinciano no le basta con describir las auroras, jardines, crepúsculos, hojas, bosques, árboles y sabanas y acusar su existencia, sino da un paso mucho más osado (o tal vez debo constatar que posee ese don divino de leer diferente) al ver en ellas toda una compleja alegoría que le sirven para insinuar su estado emocional. En la poesía de Tatis se asoma un “…un dios vegetal por mi ventana” ávido de “….la luz de tus ojos…”. Éste poeta provinciano como todos nosotros conjura y entreteje en su poemario misticismo, naturaleza y poesía creando un universo lírico propio y definido. Aquí es invocada la espiritualidad wayúu igualmente que sabidurías ancestrales africanas para que uniéndolas ofrezcan respuestas a las mismas y misteriosas preguntas que la humanidad, desde sus orígenes, se coloca. Pero se equivocan aquellos que creen que Gustavo Tatis es un soñador iluso y atrapado en un arrebato místico, que de tantos árboles ya no ve el bosque. Su poemario perfectamente refleja a un ser informado, expuesto por los medios mediáticos a una vastedad de información como lo demuestran sus poemas sobre el pianista Ray Charles inspirada en una escena de la película biográfica; igualmente lo conmueve la guerra del Irak y sus secuelas. Todos esos temas tienen cabida y recepción en la poética de Tatis. Gustavo Tatis con su poemario deja en claro que en la poesía no son los caminos trillados los que conducen a la primacía.


El niño ciego busca la luz en las manos de su madre Dame la luz de tus manos que cruzaré el aire del patio detrás de un grillo que canta después te diré en qué patio nacen mis oscuridades sublimes mis noches de agua que tienen sílabas amarillas y alumbran el bosque por donde viajo a través de la música. Dame la lámpara de tus manos que aún no he encontrado la puerta de salida el cielo claro que se derrama sobre mis párpados luego me iré solo y mi alma mirará al infinito. A Ray Charles mientras canta I can´t stop loving you


Honorio Tatis Soy un siervo en una de tus aldeas, señor. Te descubrí temprano en la claridad de marzo y en la mansedumbre del agua. Mi único reino ha sido encontrarme en mis siete sombras. En las migajas de pan que le doy a los pájaros y en los oscuros espejos del fondo del café donde un ángel bebe de un ojo de agua. Aunque me hiciste juez tengo alma de tejedor. En cada uno veo la inocencia perdida o ultrajada. La divinidad resplandece en cada hoja de hierba. No tuve más oro que el brillo de tu mirada.


Una mujer entra al palenque Dentro de mi pelo duro como nido de pájaros guardo estas semillas de árboles que crecieron conmigo en los días y las noches de la esclavitud de todo lo perdido es lo único que pude traer mientras huía de los hombres a caballo y los perros de presa. Ahora sacudiré mi pelo sobre la tierra llovida. Un bosque ha empezado a crecer dentro de mí. A Graciela Salgado “Batata”, a los hermanos del Palenque de San Basilio


He venido a ver las nubes No tengo por qué creer que es temprano. Me he pasado la vida viendo caer las hojas de los árboles mientras espero en la ciudad vieja de Indias el brillo de las aguas. Antes que la sombra dore el silencio escucharé la voz de tus manos: Busca tu lámpara usada en la oscuridad. No busques otra luz que no sea tu laberinto. A Eparkio Vega

Gustavo Tatis Guerra “He venido a ver las nubes” Colección Los Conjurados, Común Presencia Editores Bogotá, 2008


salud RESPONSABILIDAD CUERPO Y MEDICINA Por: Jaime Sarmiento M. D. La enfermedad de PARKINSON es una alteración en la función neurológica a nivel de los GANGLIOS BASALES, en la sustancia nigra con disminución o ausencia en la producción de DOPAMINA. Clínicamente se caracteriza por manifestarse después de los 50 años, con Bradicinesia (lentitud y dificultad para iniciar movimientos, temblor de reposo de miembros superiores, Rigidez muscular, inestabilidad corporal, pérdida de los reflejos posturales, otros signos y síntomas se acompañan de dificultad para deglutir con ahogamiento con alimentos o con saliva, disminución del parpadeo, pérdida del sueño, depresión, facies inexpresiva, secreción de saliva, signo de la rueda dentada, pérdida de la memoria. Una característica clínica en la personalidad de estos pacientes es su tendencia a ser muy responsables, meticulosos, honestos, detallistas, aceptan las normas, es decir de pensamiento conservador y muchos de ellos son dominantes en su núcleo familiar. La causa sigue siendo desconocida para la ciencia, pues se describe esta enfermedad desde la antigüedad, con escritos en el Rig-Veda y en la Biblia, esta enfermedad fue descrita por el Dr. James Parkinson en 1.817 y la llamó “Parálisis agitante”. Se consideran dos grupos de pacientes, los mayores de 50 años y los menores a esta

edad, en ambos casos se desconocen las verdaderas causas de la enfermedad, pero se ven mayores tendencias genéticas en los menores de 50 años y factores tóxicos en los mayores de 50 años que son el 80% de los pacientes. En varios escritos hemos esbozado en forma repetitiva, como manejamos el cuerpo que la vida nos ha prestado para vivir y tener una experiencia agradable o desagradable según lo que vamos viviendo y entendiendo con el transcurso del tiempo y con nuestra capacidad analítica o critica que tengamos. La vida nos permite nacer y al hacerlo vamos a considerar un primer postulado, es el que cuando nacemos, estamos MUY BIEN HECHOS, es decir todas nuestras funciones son las adecuadas a cada necesidad, como el comer y asimilar lo ingerido, el de eliminar por vías digestivas, genito-urinarias, cutáneas o respiratorias muchas de las toxinas con que diariamente intoxicamos o “alimentamos nuestro cuerpo”. Desde que nacemos cada especie se alimenta con la leche materna, así conseguimos madurar todos los sistemas del cuerpo, pues todos nacemos con los sistemas corporales con que vemos la luz del mundo, inicialmente muy inmaduros y vamos madurando en días, meses o años alcanzando el equilibrio


completo funcional de cada órgano, adecuado al propósito de cada vida, si no podemos entender este hecho, vamos a sumergirnos en la inconsciencia de la existencia entrando en el juego manipulador de las masas que es el consumismo irracional que llevará nuestro cuerpo y nuestros sistemas a situaciones críticas con acúmulo de sustancias tóxicas que degeneran los órganos o algunos sistemas, con los cuadros clínicos degenerativos, en forma crónica, que estamos presenciando actualmente con múltiples enfermedades incapacitantes que vemos en los diversos países del mundo. Recordemos que el sistema médico actual no reconoce la sabiduría del cuerpo y la importancia de todos sus sistemas de purificación, que impiden la toxicidad corporal que hace que el cuerpo sienta o procese como enfermedad aguda, utilizando drogas que llamamos “anti” (anti-histamínicos, anti-piréticos, anti-inflamatorios, anti-ácidos, etc.) y al impedir la eliminación de las sustancias tóxicas, las reintegra al organismo y las deposita en órganos o sistemas llevando al cuerpo a realizar enfermedades CRONICAS DE TIPO DEGENERATIVAS como son el Parkinson, esclerosis y muchos otros episodios de demencia, respiratorios, renales, cardíacos, visuales etc. Que son patologías que la sociedad reconoce como la vejez con todas las limitantes y todos los achaques propios de éste período de la existencia. Lo que si es evidente para la ciencia médica es que la enfermedad de Parkinson es más frecuente en pacientes que en el pasado han inhalado gases tóxicos como el CO2 de empleados de los bomberos, los pacientes que han tenido contacto con herbicidas, fungicidas, sustancias pesticidas y diversos venenos con organofosforados, es decir lo que venimos diciendo en escritos anteriores cuando insistimos en ingerir alimentos orgánicos, sin

contaminantes y en tratar biológicamente las enfermedades agudas, sin causar daños al cuerpo, principalmente al sistema nervioso. Cuando hablábamos de la digestión, el cuerpo asimila los nutrientes que necesita para su proceso regenerativo, es decir con la muerte periódica de todas las células del cuerpo (apoptosis) que se realiza cada segundo de la vida, el organismo en su sabiduría vuelve y reconstruye las células que han muerto y las hace con la información genética que trae a partir de la reserva alimenticia que tiene, aprovechando vitaminas, grasas, proteínas y carbohidratos de alta o baja calidad que tiene como reserva energética, por eso puedo envejecer, pero con células nuevas, nada es viejo, en nuestro cuerpo, excepto la formas de pensar y nuestros hábitos de vida, que es lo que la vida quiere que transformemos. Por eso hemos visto muy buenos resultados en pacientes que inician síntomas clínicos de posibles enfermedades degenerativas y en forma temprana hacen planes de desbloqueos y desintoxicaciones con muy buenas evoluciones clinicas, es por ello muchos homeópatas y naturopatas mandan diferentes sustancias de acuerdo a si tienen una visión unicista o pluralista de manejo clínico a cada paciente, pues no hay una fórmula única para el manejo de estas entidades clínicas que asumimos diariamente en la consulta médica. Por eso considero importantísimo que los seres humanos aprendan a comer, o en su defecto a ayunar y a hacer trabajos de desintoxicación orgánica periódica de acuerdo a nuestros malos hábitos del presente o del pasado. Cada ser humano debe sumir la responsabilidad de lidiar con su propio cuerpo, con sus síntomas, su desgaste y el médico solo es aquel ser humano que acompaña la toma de decisiones frente al manejo sabio de si mismo.


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