LUCIANO LUTEREAU MARINA ESBORRAZ
Amar a un varón Clínica de la homosexualidad masculina
Lutereau, Luciano; Esborraz, Marina Amar a un varón : Clínica de la homosexualidad masculina 1° ed. – Buenos Aires : Letra Viva, 2019. 112 p. ; 20 x 13 cm. ISBN 978-950-649-858-0 1. Psicoánalisis. I. Título CDD 150.195
Director Editorial: Leandro Salgado © 2019, LETRA VIVA, Librería y Editorial Av. Coronel Díaz 1837, (1425) C. A. de Buenos Aires, Argentina e-mail: letraviva@elsigma. com © 2019, CENTRO DOS Asociación Civil para la Asistencia y Docencia en el Psicoanálisis Directora y fundadora: Patricia Hamra Coordinadora general: Alicia Pérego Av. Corrientes 4524, Ciudad de Buenos Aires, Argentina e-mail: informes@centrodos.com.ar Primera edición: mayo de 2019 Impreso en Argentina - Printed in Argentina Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra bajo cualquier método, incluidos la reprografía, la fotocopia y el tratamiento digital, sin la previa y expresa autorización por escrito de los titulares del copyright.
Índice
Prólogo, Marcelo Barros . . . . . . . . . . 11 Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 Clínica del varón y lo masculino . . . . . . 19 ›› ›› ›› ›› ›› ›› ›› ›› ›› ›› ››
El deseo y lo femenino . . . . . . . . . . . 20 El amor y los varones . . . . . . . . . . . . 21 Paradojas de la sublimación . . . . . . . . 22 De la impotencia a la homofobia . . . . . . 23 Principios de la masculinidad . . . . . . . 25 Un deseo diferente . . . . . . . . . . . . . 26 Todos niñas . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 La bisexualidad constitutiva . . . . . . . . 29 Retorno al Edipo . . . . . . . . . . . . . . 31 El amor no une . . . . . . . . . . . . . . . 32 El deseo y el poder . . . . . . . . . . . . . 32
Clínica de la homosexualidad . . . . . . . 35 ›› ›› ›› ›› ››
Modos del amor . . . . . . . . . . . . . . . 36 Seducción e histeria masculina . . . . . . 39 No hay esencia homosexual . . . . . . . . 40 Es el Edipo, astudado . . . . . . . . . . . . 42 La fijación a la madre . . . . . . . . . . . . 43
›› ›› ›› ››
El deseo del padre . . . . . . . . . . . . . . 44 El ano y la castración . . . . . . . . . . . . 46 Devenir homosexual . . . . . . . . . . . . 50 No hay identidad homosexual . . . . . . . 52
Rayonnement étoilé . . . . . . . . . . . . . 55 ›› ›› ›› ››
Yo soy esa . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56 El anonimato . . . . . . . . . . . . . . . . 58 Divino tesoro . . . . . . . . . . . . . . . . 60 El ambiente (oscuro) . . . . . . . . . . . . 63
Nada más clásico que el amor . . . . . . . 67 ›› ›› ›› ››
El órgano y el padre . . . . . . . . . . . . . 70 Las personas y las cosas . . . . . . . . . . 74 Diversas formas de amar . . . . . . . . . . 78 Amar por la potencia o por el deseo . . . . 79
El misterio de la homosexualidad . . . . . 81 Ken Corbett ›› ›› ››
El binario activo/pasivo . . . . . . . . . . . 87 La censura paterna . . . . . . . . . . . . . 92 La represión del hijo . . . . . . . . . . . . 102
Bibliografía general . . . . . . . . . . . . 111
A Sebastiรกn Galeano y a los amores que tuvo y tendrรก.
“Sí, ya sé que las generalizaciones encierran siempre una cuota de estupidez, pero permíteme que juegue un rato a hablar de los hombres y de las mujeres”. Rosa Montero La ridícula idea de no volver a verte
Prólogo
Hace más de treinta años, en un café de Buenos Aires, quien hasta ese momento era un compañero de trabajo me contaba que “una mujer le dolía en todo el cuerpo”. Al final de aquella larga conversación le dije que a partir de entonces éramos amigos, porque habíamos hablado del amor. Hoy me sorprende un posteo que afirma que los hombres, “recién ahora” –gracias a la Aufklärung feminista– estarían “empezando a preguntarse sobre el amor”. ¿Mi amigo y yo éramos entonces, sin saberlo, dos varones deconstruidos avant la lettre? La verdad es que no. Ni en ese momento, ni ahora. Ya estamos demasiado jóvenes para eso. Somos anacrónicos, lo cual no quiere decir vetustos sino que, como Benjamin Button (Fincher, 2008), marchamos en contra del tiempo. Hallé en el discurrir de este ensayo de Marina y Luciano las marcas de ese mismo tiempo, signado por la inquisición progresista a la que ellos sabiamente no le han dejado ningún tramo 11
Amar a un varón
de soga con los que pueda colgarlos. Pero no por eso hacen concesiones lastimosas como algunos psicoanalistas intimidados hoy por esa inquisición. Acaso en esa renuncia se inscribe el artículo de fe de la ecclesia lacaniana que pone en disyunción el amor y la virilidad. Nuestros autores, por el contrario, postulan aquí una conjunción. Al parecer los entusiastas del progresismo no ponen en cuestión el amor entre hombres, sublimado o no. Tampoco se atreven a dudar del amor del varón hacia la madre, el padre, los hermanos, las hermanas, la patria, los ideales, etc. El amor varonil sólo cae bajo sospecha cuando se trata de una mujer. ¿Qué verdad hay en eso? Tal vez lo que ha de interrogarnos no es tanto la capacidad de amar del hombre, sino más bien el objeto de su amor. Cuando la encíclica Deus caritas est se pregunta si es posible amar a Dios de verdad, es porque el Otro absoluto –ése que una mujer puede encarnar– difícilmente sería amable. Lo que no le impide ser objeto del deseo. Aquí hallamos la atrevida tesis que sostienen los autores: amar, sólo se puede amar a un hombre. Ese enunciado no excluye a las mujeres como objetos de amor, sino que nos recuerda que ahí, en el amor, ellas entran quo ad matrem. Los hombres aman a la madre, y los autores nos dicen que ellos –y ellas– aman al varón que hay en la madre. 12
P rólogo
Platón incursionó en esa idea al decir en el Timeo que las mujeres fueron, en otra vida, muchachos disolutos. Ciertamente no creo que el postulado de este ensayo –amar, sólo se puede amar a un varón– sea ni el reverso ni el complemento de ese conformismo lacaniano que establece que “sólo como una mujer se puede amar”. Más bien desafía los lugares comunes de una corrección política que, por ejemplo, hace del varón homosexual un no-hombre. Los autores no se niegan a ver la complejidad de lo viril y de sus versiones homosexuales. Montaigne sostuvo que la discusión es el ejercicio más elevado del entendimiento. Esa valoración parece ser compartida por los autores cuando afirman con acierto que si no hay al menos uno que piense distinto, entonces no se piensa. Ellos se atreven a pensar, y por eso mismo se autorizan a generalizar. No incurren en la esterilidad enmascarada bajo el culto a lo “singular”. La generalización es en este ensayo proceso de investigación y no obstáculo epistemológico. Lejos de las tristezas de la academia, de manera franca y coloquial, se lanzan al debate. Sostienen su tesis –amar, sólo se puede amar a un varón– con firmeza a lo largo de la argumentación. No puedo decir que adhiera a ella por completo, pero tampoco que la haya refutado. He discutido con estas animadas páginas 13
Amar a un varón
que, allende los acuerdos o las objeciones, no me aburrieron. Y eso, hoy, vale mucho, porque la repetición y la previsibilidad están a la orden del día. Por cierto, la dimensión clínica del texto es su rasgo sobresaliente, y estimo que será un punto de paso afortunado en el abordaje psicoanalítico de la homosexualidad masculina. Cabe también celebrar que los autores se ocupen de la masculinidad como corresponde, es decir, como un misterio. Virtud que contrasta con la negligencia que domina cuando se trata de ocuparse del hombre. Ese descuido no puede atribuirse a la enseñanza de Lacan. Después de todo, su brillante concepción del amor como metáfora tomó como paradigma el amor entre dos hombres. Hombres de guerra, además.
Marcelos Barros Buenos Aires, 21 de enero de 2019
14
Prefacio
“Sin un especular y teorizar meta psicológico –a punto estuve de decir fantasear– no se da aquí ni un solo paso adelante.” Sigmund Freud (1937)
Este libro tiene un método: generalizar. Esta es la tarea del clínico, generalizarlo todo y, si es posible, de manera delirante. Llevar el pensamiento hasta el delirio de las estrellas –el pensamiento estrellado– y si las generalizaciones pueden ser improbables, tanto mejor. ¿Desde cuándo el psicoanálisis se rige por hipótesis falsables? Nuestro ensayo responde, entonces, a un síntoma de época. Los analistas de hoy quieren entender, ya no quieren pensar. Nosotros somos kantianos: preferimos la razón al entendimiento. Por cierto, la razón que no argumenta; la razón que ni siquiera quiere tener razón. ¿Desde cuándo los psicoanalistas están preocupados por la verdad? 15
Amar a un varón
Este libro es un ensayo. Y el sujeto del ensayo es hiperbólico y delirante. Lo preferimos, mucho más que al timorato y receloso impersonal del paper. Por lo tanto, a quien espere definiciones, le decimos que no. Es preciso ensayar, no definir; y si para empezar se requieren algunos postulados, haremos como Spinoza: que nuestros puntos de partida sean axiomas. No hay nada que explicar, no hay nada que justificar. Hoy más que nunca, mejor crear conceptos, hacerlos trabajar. Eso es pensar, correr un riesgo. De este modo, no faltará quien diga: “Eso es una generalización”. Sí, claro, ¿cuál es el problema? ¿Se puede pensar sin generalizar? ¿Y las excepciones? No obstante, ¿qué generalización no las supone? El problema, entonces, no es generalizar, sino ciertas generalizaciones particulares, esas que molestan; pero si incomodan es debido a motivos particulares. El problema no son las generalizaciones, sino quienes se indignan porque asumen una epistemología de almas bellas. Para eso sirven las generalizaciones, para que a las almas bellas se les caiga la careta y expongan su particularidad vigilante. Estamos aburridos del psicoanálisis bien pensante, políticamente correcto, que incluso es capaz de querer distinguir qué es psicoanálisis y qué no. * * * 16
P refacio
Este es un libro situacional. Esta es nuestra máxima aspiración. No decir la verdad, mejor escribir en y para una circunstancia. Si un libro pudiera autodestruirse (como la escalera de Wittgenstein), nos haría felices. Escribimos en un momento en el que no es fácil decir algo sobre homosexualidad masculina sin recibir una mirada torva. Las opciones no parecen convincentes: decir nada o decir qué hay que decir. Un ejemplo de lo primero es el libro de Hervé Castanet Homoanalizantes (2016), que permanece en la empiria: habla de varones que salen con varones. Nada dice de la homosexualidad. Una demostración del segundo caso es el libro de Jorge N. Reitter Edipo gay (2018), que se propone una crítica de la heteronorma, pero cuyas consecuencias clínicas quedan desdibujadas. Un libro puede ser inteligente, pero eso no lo hace interesante. Nosotros somos kantianos: intuiciones clínicas sin conceptos son ciegas, conceptos sin clínica son vacíos. Por lo tanto, no es mucho lo que encontramos en los precedentes del psicoanálisis para iniciar este ensayo. Sin embargo, no dejan de estar citados los que corresponden a su debido tiempo. Valga esta aclaración nuevamente: este es un ensayo, no un trabajo académico. Esto quiere decir que las citas tienen 17
Amar a un varón
libertad de movimiento. No están para verificar lo dicho. Son compañeras de viaje. Por último, al menos en lo que respecta al estado bibliográfico, hay tres libros que resuenan como un trasfondo de nuestra elaboración, tres referencias clásicas: El deseo de homosexual de Guy Hocquenghem (1972) La crisis de la heterosexualidad (2000) de Óscar Guasch y La invención de la cultura heterosexual (2008) de Louis-Georges Tin. Algo similar podría decirse del artículo que se incluye como apéndice: mejor que citarlo, que ahí esté para que el lector lo lea de primera mano. *
*
*
Este libro nace de una interlocución. De ese ejercicio de conversación prolongada que a veces se llama amistad. Lleva la firma de ambos, aunque tenemos en claro que –como alguna vez dijo Freud– “donde dos piensan lo mismo, hay uno que no piensa”. Marina y Luciano Buenos Aires, enero de 2019
18