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linda citlalli callejas mondragón

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alfred monroy

alfred monroy

Linda Citlalli Callejas MondragÓn

Voces silenciadas

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Un grito se escucha en lo oscuro. Nadie oye, nadie grita.

La voz y el cuerpo putrefacto, desmembrando las costillas de justicia.

Nadie ve, nadie clama. La silueta tatuada en la piedra. Su voz silenciada en el aire. Nadie oye: un grito enmudece a lo lejos. Una marea grita. Las piedras expulsan sangre. La ciudad en des – hecho. Calles panteoneras; Resurgen ríos de cadáveres.

La ciudad se cubre de voces silenciadas.

La culpa de ¿quién?

Te culpan por llevar la falda corta, Por tomar una copa. Te culpan por la hora de llegada, Por andar sola. “Cupido es responsable”; se dice y se oye. El amor es culpable. ¿Matar es amor? Te culpan por enamorarte, Por entregarte y dejarte. “Él no es culpable”;

¿Dónde están?

Con gritos de “¿Dónde están?” las voces se escuchan. Ríos negros corren por las calles citadinas: Evocan cuerpos, membranas desgarradas.

¿Dónde están? Las paredes buscan caras, Limpian los cuerpos.

Ciudad, dime, ¿dónde buscar?

Finge darme esperanza, mientras yace el cuerpo embolsado. La cera de mi cirio se desborda en mis dedos, Igual que las ganas de abrazarte de vuelta.

Hoyos profundos, tan hondos como las fosas, Tan taciturnos, tan térreos.

Huesos clamando su forma,

Bocas amordazadas, que buscan penetrar los oídos.

Ni tu agresor, ni el opresor. El juez te culpa, Te señala y te apuñala. Nadie es culpable, Ni el violador, ni el mutilador. El Estado protege, Lo encubre y lo deja libre. No es tu culpa, ni la hora ni el día, No fue tu cuerpo, ni tu ideología, Es violencia que se silencia.

Charles M CadÁver

Piel de reptil

Tengo un poco de lagarto escama seca que no puede calentarse al sol incandescente, ni siquiera un poco, el fuego del averno ya no me quema. Soy sierpe que en su pecho rastra un corazón de roca y en los pies cargando los grilletes, pero sigo soñando nubes aunque la luz a mi Cadáver ya no incendia , y en mi bífida lengua, como todo buen reptil salivo una diatriba infestada de moscas y alacranes que escupirte al rostro me gustaría… Mi pensamiento es una camada de constelaciones imposibles, no hay redención retroactiva porque he sido del fruto aborrecible un mercader impertinente. Tengo un poco de lagarto me arrastro como serpiente y una noche dormí con el sabor amargo en los labios de todas las bestias del ayer y de siempre.... Silvia Favaretto

Canto de la quemada

He tenido muchos amores –dijepero el más hermoso fue mi amor por los espejos. Alejandra Pizarnik

He tenido muchos años volcados en esquinas sin nombre o de nombre innombrable. He multiplicado minutos y razones para morir viviendo hasta que encontré el reloj que es la otra cara del espejo en el que me miro sin reconocerme.

La voz obstinada

explicar con palabras de este mundo que partió de mí un barco llevándome Alejandra Pizarnik

Hoy no acepto estar adentro de mí, quiero simplemente estar afuera de aquí, estar en otra. Quiero habitar una mujer sin alma ni pretensiones, quiero morar en una piel vacía sin carnes sangrando. Hoy no acepto este destino de infelicidad y hojas manchadas escrito en los nudillos de mi mano que se mueven sin importancia alguna sobre un papel blanco.

Deseo de no ver nada

Pero a ti quiero mirarte hasta que tu rostro se aleje de mi miedo Alejandra Pizarnik

Pero a ti quiero mirarte hasta los huesos, ayudarte a sobrellevar la carga de la carne, a reanudar y desatar los ríos y sus cauces polvorientos a entender que donde los sueños se ahogan el agua también siente dolor. Soy una niña hecha de pan y agua demasiado blanca con demasiadas manchas.

Hablo porque tengo miedo de olvidar las palabras. Hablo tan sólo para no perder la voz y sé que tú estarás esperándome en algún lugar que todavía desconozco, hombre de carne que desatas los ríos y los mares.

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