Desmedro de la identidad y diseño nacional A lo largo de la historia de Chile, hemos podido apreciar y vivenciar cambios profundos como sociedad, debido a muchos factores que han influído directamente, ya sea económicos, políticos, sociales, medio ambientales, factores que pueden mezclarse y resonar en diferentes aspectos.
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Al comenzar la década de 1970, se desencadenaron algunas de estas situaciones, que sin importar color político u objetivos económicos, llegaron para cambiar la situación de la Industria Textil Nacional, que se vió desajustada por estos sucesos, perdiendo la fuerza y soberanía que había logrado afianzar, para comenzar de nuevo a fines de la misma década pero que fue truncado nuevamente, esta vez por diversos tratados económicos, los TLC, que la industria chilena de la moda no pudo soportar: quebrando la industria local nacional definitivamente. Esto tuvo consecuencias que podemos percibir incluso hasta el día de hoy: la llegada de productos importados, especialmente asiáticos, y en gran masa, llevó a una perdida masiva de la identidad cultural, llegando a una influenciada por el resto del mundo y que hoy en día tiene sus bases más estables a consecuencia de la globalización y las nuevas tecnologías, algo que es realidad que afecta a muchos países, si no a todo el mundo. Esta situación ha provocado una homogeneización, que se está haciendo evidente hasta en los objetos y servicios
más básicos, sobre todo en lo que nos convoca aquí: el vestuario y la moda. Deberíamos preguntarnos si esta homogeneización responde a una cultura en especifico o es una mezcla de culturas, si pertenecen a potencias económicas o a casi establecidas mentalmente “capitales de la moda”… ¿estamos respondiendo a nuestras raíces? ¿Tenemos conocimiento de lo quienes somos? ¿nos identificamos con lo que compramos o sólo es porque alguien más lo viste o posee? ¿somos auténticos? ¿podemos responder a esa pérdida de identidad que nos rodea? y no menos importante: ¿cómo la recuperamos si no somos fieles a nosotres? Son preguntas que debemos respondernos nosotros mismos mientras el mundo siga avanzando en todos los ámbitos en los que puede cambiar, Lo que debemos tener en cuenta es que si hay costumbres y tradiciones que no hemos perdido como país/sociedad y también como hemos desechado algunas, hemos adoptado otras, que no nos hacen peores ni mejores: el cambio está presente siempre, debemos adecuarnos a el y sentirnos bien con nosotres mismes. Si debemos impulsar nuestro diseño, el diseño chileno, para sentir correr por nosotros alguna identidad perdida y tomar el futuro en nuestras manos… hagámoslo. De lo contrario, dejemos que el mundo siga su curso y que nuestar identidad se moldee a él… ---Danny Henríquez