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5è A “El club de lectura” Martí Guàrdia i Calonge
“El club de lectura”
Martí Guàrdia i Calonge / 5è A
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LLENGUA CASTELLANA_PROSA_PRIMER PREMI
A Jorge, David, Laura y Sara les encanta leer, pero sus padres lo odian y por eso mismo los llevan a una escuela donde lo tienen prohibido.
Desde que van a este colegio están súper indignados, ya que no pueden leer a ninguna hora del día. Así que a Laura, la más lista del curso, se le ocurrió una idea… Se trataba de hacer un club de lectura clandestino todas las tardes en el colegio. Así fue como Laura, súper emocionada, les preguntó a los chicos qué les parecía hacer el club. Y a pesar de que estaba prohibido y los padres no lo querían, los niños dijeron que sí.
Naturalmente, al día siguiente todos estaban ansiosos por poder leer después de 2 años. Así que los cuatro les dijeron a sus padres que había un club de deberes de cinco a siete y media. Al finalizar la clase, todos salieron rápidamente y se fueron a esconder a un lugar donde nadie los pudiese localizar. A las cinco y media todos salieron y se fueron a un lugar donde reinaba la tranquilidad (al menos para leer), sacaron los libros y empezaron a leer. Los primeros días todo fue magnífico, pero cuando ya llevaban unos cuantos días empezaron a surgir los problemas. Un día todos oyeron un ruido muy extraño: David puso los ojos como naranjas y exclamó:
-¡Es la mujer de la limpieza!
Cuando oyeron esto, todos cerraron los libros rápidamente y empezaron a correr por toda la habitación.
-¿Y ahora qué hacemos? -gritaban todos.
Pero de repente a Jorge se le ocurrió una idea: si el ruido venía de la puerta delantera, eso significaba que se podían escapar por la puerta trasera, y así lo hicieron. Corrieron por unas galerías y acabaron en un despacho, y resulta que era el de la directora. Era increíble, todas las paredes estaban llenas de estanterías con libros. Los chicos se pararon un momento, no se
76 lo podían creer. Allí no se oía el ruido de las mujeres de la limpieza, así que todos cogieron los libros otra vez.
- Un momento -dijo Sara-. ¿Y si cogemos los libros de la directora?
Todos hicieron que sí con la cabeza, emocionados. Sara abrió un libro y… SPLASH!!! Los chicos entraron dentro del libro por arte de magia. Estaban viviendo un aventura en un mundo mágico. Donde estaban, los árboles hablaban, las casas sonreían, la gente volaba... El grupo estaba maravillado con lo que veían, no se lo podían creer. De repente oyeron una voz:
-¡Ey! ¡Hola!
Los chicos se giraron. Era un árbol.
-¿Como estáis? -les preguntó-. Voy a presentarme, me llamo Ramas y soy un árbol que vive aquí, en el mundo mágico, desde hace más de mil años. Aquí la gente ha vivido un montón de aventuras. ¿Queréis que os explique una?
Los chicos, impresionados, dijeron que sí.
-Mhhhh… a ver, por ejemplo… Una vez, un niño que era muy amigo mío, hizo una cosa mágica. Hizo unos fuegos artificiales por San Pedro alucinantes, en los que salíamos yo y él, o un cohete despegando. A todo el mundo le encantó y estuvieron un año deseando que volviera a ser San Pedro. - ¿Os ha gustado? -dijo Ramas- ¿Queréis que os explique otra?
A los chicos les encantó, pero miraron el reloj y vieron que ya eran las siete y treinta minutos. El grupo quería oír otra aventura, pero se tenían que ir.
- Lo sentimos mucho, Ramas, pero se nos ha hecho tarde y nos tenemos que ir. Otro día volveremos.
Y así lo hicieron, se fueron del cuento, y al salir hicieron una promesa, y fue que a partir de ese día el grupo del club de lectura no leerían libros: vivirían en los libros.