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ARTE

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Maristella es panameña, diseñadora gráfica, fue dueña de la boutique La Botica y editora de la revista Blanck. Radicada desde hace dos años en Nueva York, tiene la web aconstellationjournal.com y forma parte de la agencia Ro&Do. “Llegué y elegí vivir en Brooklyn. Primero en el barrio de Bed- ford-Stuyvesant, también conocido como Bed Stuy, y ahora en Crown Heights, frente al Eastern Parkway: un boulevard hermoso, lleno de árboles, que me re- cuerda a las avenidas de París. Aunque es imposible conocer toda la ciudad, incluso viviendo acá, porque todos los días abre algo nuevo, hay ciertos lugares que visito desde mi llegada”, dice y detalla:

• Brooklyn Museum Siempre sorprende con muestras interesantes. Desde una exhibición dedicada al vestuario de Georgia O’Keeffe hasta el histórico show colectivo Radical Women: Latin American Art, 1960-1985 en el que participó la fotógrafa panameña Sandra Eleta. En el cuarto piso está el Centro Elizabeth A. Sackler de Arte Feminista, único en su tipo.

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• Prospect Park Este lugar es el Central Park de Brooklyn pero más salvaje. Y ese es su punto a favor. Al norte se encuentran dos joyas: el Brooklyn Museum y el Botanical Garden.

• LaRina En este local italiano de la chef Silvia Barban toda la pasta es hecha en casa, incluso la libre de gluten. Si ven en el menú un plato llamado “Lemon Gigli”, no dejen de probarlo, ¡lo sirven con un ragú de pato con el que siempre sueño!

• The Finch Este restaurante tiene una estrella Michelin, pero es informal. Les recomiendo comer en la barra y pedir las batatas japonesas fritas con mayonesa de limón.

• The Hoxton Williamsburg Es uno de los pocos hoteles boutique de Brooklyn. La mayoría suele tener un diseño frío pero a mí me gustan más la personalidad y la calidez. The Hoxton cumple con el requisito.

• Elsa Si quieren salir a tomar unos cócteles, no busquen más. Este es el bar. No dejen de sacarse una selfie en el baño, ¡la decoración lo vale!

• Home Union Irónicamente no investigué mucho sobre boutiques de moda en Brooklyn, pero sí encontré tiendas de muebles vintage y objetos de diseño para el hogar. Una de ellas es Home Union, que tiene en venta tesoros de Kartell, Milo Baughman, Vitra, Knoll y otros en perfecto estado.

• Sincerely, Tommy Uno de los pocos locales con los que me topé en Brooklyn, que tiene una mezcla increíble de diseños propios, vintage, joyería, accesorios y muebles. No hay que olvidarse de pasar por el barcito de la entrada. Los cafés son riquísimos.

• Domicile Hablando de café, este lugarcito presenta una decoración curiosa que me encanta. Además tiene un servicio excelente.

• Elwaterfronten Dumbo Es mi punto favorito para disfrutar de un bello atardecer en el East River. Uno de los beneficios de estar en Brooklyn es la vista de la ciudad. Se puede optar por el restaurante Cecconi’s o el waterfront de Williamsburg en el Domino Park. Nada como ver ese horizonte que recuerda a la película Manhattan de Woody Allen. @aconstellationjournal

3. A su aire

Respirar, sí, pero no de cualquier manera. Técnicas para liberar el estrés, conectar con la energía vital y oxigenar las células.

Por KARINA BIANCO Foto GERMAN ROMANI

Respiramos en forma inconsciente porque lo necesitamos para vivir, pero quizá sin saber que ese gesto mecánico puede modificar la manera en que vivimos. “Aprender a respirar es descubrir los secretos de tu propia respiración. Cada emoción tiene su ritmo y está allí presente —explica Beatriz Goyoaga, instructora de técnicas de respiración y meditación, y directora de El arte de vivir—. Una persona estresada jadea, su respiración es superficial y rápida. Una deprimida suspira largo. La exhalación tiene que ver con algo que se contrae, la mala noticia, por ejemplo. En cambio, decís ‘qué bueno’ e inhalás. El Sudarshan Kriya es una técnica de respiración muy profunda que lleva la mente a un descanso de profundidad inigualable”. Cuando se le pregunta qué tener en cuenta para empezar esta práctica, la instructora subraya que lo más importante es entender que solo uno es responsable de los propios sentimientos y emociones. “Dejar de culpar a los demás: la pareja, la familia, el contexto social. Alcanza con dedicarle 15 o 20 minutos diarios a la respiración y otros tantos a la meditación para generar un espacio sanador para los sistemas nervioso e inmunológico”, explica.

UNA TECNICA CON HISTORIA El yoga le da mucha importancia a nuestra relación con el universo. Por eso enseña una forma de respirar diferente a la ordinaria: la técnica Pranayama. La palabra está compuesta por prana, que quiere decir “aire, respiración, vida” y yama o iama, “control”. “El prana es para el yoga nuestra electricidad, nuestra energía y la forma de dirigirla a voluntad a los órganos con un control consciente. Nosotros somos ying y yang, positivo y negativo, con el Pranayama se trabaja con los dos hemisferios del cerebro –explica la licenciada Liliana García Vázquez, instructora de yoga y especialista en psicología positiva–. Cuando la respiración atraviesa la fosa nasal derecha e izquierda con alternancia, revitalizamos el organismo y liberamos las toxinas. De esta manera no solo se favorece el metabolismo sino el estado de la mente”. Entre los beneficios que destaca García Vázquez están el aumento en la capacidad pulmonar y la resistencia para realizar esfuerzos físicos, la posibilidad de generar tranquilidad y dormir bien, y el rejuvenecimiento de la piel, al destinar más oxígeno a las glándulas pituitaria y pineal.

CONCIENCIA PLENA La práctica del mindfulness se puso muy en boga en Argentina. En varios países, las escuelas ya lo incorporaron como herramienta para controlar el estrés y mejorar la atención en los estudiantes. Mindfulness es la traducción al inglés de sati, que en pali (la lengua que hablaba Buda hace 2500 años) significa: prestar atención para ver las cosas como son. Busca aquietar la mente para pensar mejor. Va contra la cultura multitasking, que plantea que para ser exitosos es necesario hacer muchas cosas a la vez. “Una de las prácticas más poderosas de mindfulness es la meditación centrada en la respiración, que se convierte en un anclaje en nuestro presente. Cuando hacemos las actividades con atención, conciencia plena, hablamos de meditación informal, y cuando meditamos durante cinco minutos o más, hablamos de meditación formal –explica Cristina Azar, periodista e instructora de mindfulness–. A veces desayunamos en automático sin saber qué o manejamos y llegamos al lugar sin saber cómo. Esta práctica propone que si vamos a desayunar, desayunemos; que tomemos conciencia del café o jugo que estamos preparando, sintiendo olores y sabores, disfrutando del momento. Una mente calma nos pone en eje, nos vuelve más eficientes y creativos porque vemos las cosas con claridad. Este estado de serenidad nos permite sentirnos mejor con nosotros mismos y con los demás, moderando ansiedades para transitar la vida de otra manera”. n

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