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FORMULAS 2.0

FORMULAS 2.0

El pintor inglés David Hockney comparte en My Window sus visiones digitales más intimistas. Detrás de la ventana

Por SOPHIE ROSEMONT

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El objeto que lo define es un libro de lujo. Mil ejemplares, 250 páginas, 35.5 por 50 centímetros, 9.5 kilos. El recién nacido de la colección Sumo de Taschen está numerado y firmado por el artista. La obra se llama My Window y es un compendio de su talento prodigioso y de su espíritu renovador. En la primavera de 2009, David Hockney hizo su primer proyecto digital en su casa de Yorkshire, a la que volvió después de muchos años en Los Angeles. “No tenía ganas de salir de la cama. Todo lo que quería era estar con mi iPhone”, escribe en su prólogo. La motivación ya no eran ni piscinas californianas ni pinturas acrílicas. La obra nos sumerge en uno de los ángulos de su visión, una ventana, un florero, las flores que van cambiando… ¿Paisajismo? No. ¿Naturaleza muerta? Tampoco. Hockney con su iPad (evolución de teléfono a tableta) inmortaliza el universo de las mañanas desde lo íntimo. Lo más impactante del libro quizá sea la fuerza de los colores. Desde el malva al amarillo pasando por el azul y el rosa. Las nubes, las gotas de lluvia fresca, la luz cambiante. Ningún detalle es deliberado en lo que se presenta como una falsa simplicidad. Es Hockney y su cuerpo, sus trazos y su contundencia. Las 120 obras fueron realizadas entre 2009 y 2012. El orden cronológico lo establecen las estaciones. La primavera es suave, el verano brillante, el otoño vaporoso y el invierno sorprende. No es algo acerca del paisaje, son las variaciones del artista lo que se hace presente. La melancolía, los recuerdos, la felicidad y sus percepciones compartidas. La sucesión de poemas visuales constituye el punto de partida y lo digital la esencia. La impresión fue crucial como soporte. Una pieza memorable para coleccionar y para atesorar. n My Window, David Hockney, Taschen.

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