MIGUEL DE CERVANTES 1547-1616
“Pobre Cervantes. No consiguió en su vida nada más que eternidad”.
Wislawa Szymborska, escritora polaca, Premio Nobel de Literatura 1996.
Miguel de Cervantes nació en Alcalá de Henares en 1547, en el seno de una familia de origen burgués en la que abundaban los problemas y los cambios de lugar de residencia. De su infancia y juventud sabemos poco. Quizá son ciertas las noticias que relacionan su formación en Madrid con el escritor erasmista López de Hoyos.
En 1569/1570, el joven Miguel se marcha a Italia, donde conocerá el arte, la cultura y la vida italianas. En 1541 participa como soldado en la batalla de Lepanto, con la que se intentaba frenar la expansión del Imperio Turco por el Mediterráneo. Fue herido en un brazo y perdió la movilidad del mismo.
El comportamiento militar del joven Miguel fue heroico, lo que le permitió recibir cartas de recomendación del mismísimo don Juan de Austria para facilitarle la consecución de algún buen puesto en la Corte a su vuelta a España.
No fue así. En 1575, en su viaje de vuelta, su barco fue apresado por piratas berberiscos, y Cervantes, junto con su hermano Rodrigo, fue hecho prisionero y permaneció cautivo cinco años en Argel. Durante ese tiempo intentó fugarse en varias ocasiones. Las cartas de recomendación que llevaba hicieron pensar a sus captores que se trataba de un personaje importante, por lo que el precio de su rescate fue muy alto. Su madre (Leonor de Cortinas) intentó por todos los medios conseguir el dinero para rescatar a sus hijos; pero sólo pudo pagar el rescate de Rodrigo. Finalmente, Miguel fue rescatado por los frailes trinitarios. El recuerdo de esa época se reflejará en muchas de sus obras y en su propia personalidad: allí estuvo en contacto con otra civilización y, probablemente, allí se fraguó su espíritu tolerante.
En 1580 vuelve a España. Su familia estaba endeudada y se hacía necesario su trabajo. Su vida está llena de claroscuros. Su vocación literaria es fuerte, pero lo son más las dificultades económicas de su familia (padres ancianos, hermanas solteras y algo casquivanas). Tuvo una hija, Isabel de Saavedra, de una relación adúltera. Se casó en 1584 con Catalina de Salazar y se marchó a vivir a Esquivias (Toledo) En 1587 inició su largo periodo de estancias en Andalucía como comisario de provisiones de la Armada Invencible y como recaudador de impuestos. Fue una época llena de problemas y sinsabores: fue encarcelado dos veces por irregularidades contables. En 1604 se instala en Valladolid, donde Felipe III había trasladado la Corte, y lo hace en compañía de su hija, su mujer, sus dos hermanas y la hija natural de una de ellas. Allí vuelve a ser encarcelado –junto con toda su familia- por un oscuro asunto relacionado con la muerte de un hombre. Parece ser que la acusación era infundada, y fueron puestos pronto en libertad.
Sus años finales los pasará en Madrid, y también estuvieron llenos de problemas: la muerte de varios de sus hermanos, las desavenencias con su supuesta hija, la muerte de una nieta, los cambios de domicilio, las dificultades económicas, los problemas de salud y los años. Sin embargo, finalmente había conseguido la tan ansiada fortuna como escritor. Su primera parte de El Quijote, publicada en 1605 había sido un éxito fulgurante; tanto es así, que todos esperaban la segunda parte de la obra, que aparecerá en 1615. En estos últimos años de su vida es cuando publica también la mayor parte de su obra.
Murió en Madrid el 23 de abril de 1916.
CERVANTES: UN HOMBRE ENTRE DOS SIGLOS
Miguel de Cervantes es un hombre que vive entre dos siglos y entre dos movimientos: el Renacimiento y el Barroco. Tuvo una sólida formación literaria: admiró la poesía de Garcilaso de la Vega, Leyó a Fray Luis de León y a San Juan de la Cruz, conoció el mundo fantástico de los libros de caballería, las novelas pastoriles y las sentimentales; leyó las novelas picarescas y conoció la literatura italiana. Su formación es, por lo tanto, renacentista; y renacentista es el Cervantes anterior al cautiverio: un joven soldado de formación erasmista y aficionado a la literatura.
Sin embargo, cuando vuelve a España es testigo del progresivo hundimiento de todos los ideales renacentistas, tanto políticos como estéticos: el desastre de la Armada Invencible (1588), las consecuencias ideológicas del Concilio de Trento (1545-1563) y el triunfo de las ideas estéticas barrocas.
AL TÚMULO DEL REY FELIPE II EN SEVILLA CERVANTES POETA Cervantes debió de escribir bastantes poemas, pero muchos se han perdido. Aparte de algunos que se han conservado manuscritos y de otros que se encuentran insertos en sus dramas y novelas, sólo publicó una obra en verso, El viaje al Parnaso (1614). En ella presenta en conflicto a los buenos y malos escritores. Es interesante por los juicios literarios que vierte y por las referencias biográficas que contiene.
Como poeta, Cervantes es deudor de la tradición clásica y de la italiana. Es, por lo tanto, más un poeta del siglo XVI que del Barroco.
Voto a Dios que me espanta esta grandeza y que diera un doblón por describilla, porque ¿a quién no sorprende y maravilla esta máquina insigne, esta riqueza? Por Jesucristo vivo, cada pieza vale más de un millón, y que es mancilla que esto no dure un siglo, ¡oh gran Sevilla, Roma triunfante en ánimo y nobleza! Apostaré que el ánima del muerto por gozar este sitio hoy ha dejado la gloria donde vive eternamente. Esto oyó un valentón y dijo: "Es cierto cuanto dice voacé, señor soldado, Y el que dijere lo contrario, miente." Y luego, incontinente, caló el chapeo, requirió la espada miró al soslayo, fuese y no hubo nada.
CERVANTES DRAMATURGO
Se conservan más de una decena de obras teatrales y ocho entremeses. Sus comedias, de muy diversos temas, siguen, en general las normas clásicas de verosimilitud y respeto de las reglas, pero progresivamente van incorporando (a veces para parodiarlos) elementos propios de la fórmula teatral que tenía éxito en la época, la de Lope de Vega. En general, no supo adaptarse a los nuevos gustos del público, y no consiguió el éxito que tanto ansiaba.
Títulos de sus comedias son: Los baños de Argel, El rufián dichoso, Pedro de Urdemalas, La casa de los celos, etc. Notable es también su única tragedia conocida: La Numancia. Sus entremeses son muy interesantes, ya que dotó a los personajes típicos del entremés de mayor complejidad psicológica. Se convierten así en un certero retrato de los personajes populares de su época. Entre los más famosos están El retablo de las maravillas, La elección de los alcaldes de Daganzo, El viejo celoso, El rufián viudo…
CERVANTES NOVELISTA En el campo de la narrativa es donde Cervantes escribió sus mejores obras. Experimentó con todas las fórmulas narrativas del XVI: La Galatea es una novela pastoril; el Quijote es, a su modo, un libro de caballerías; las Novelas ejemplares parten del modelo de las novelas cortas italianas, pero también se utilizan en ellas elementos de las novelas pastoriles, picarescas, bizantinas…; Los trabajos de Persiles y Sigismunda es una novela bizantina; en fin, en el Quijote vamos a encontrar relatos en los que están presentes los modelos de los diálogos renacentistas, la novela morisca, la novela pastoril, la novela sentimental, la novella italiana…
Su primera novela fue La Galatea (1585), obra que pertenece al subgénero narrativo de la novela pastoril, en la que se desarrolla el tema de los amores entre pastores. Contiene todos los ingredientes propios del género: la idealización de la vida en el campo, pastores que no son más que poetas disfrazados y marco narrativo constituido por una relación amorosa; pero entre esos amores, Cervantes introduce digresiones de crítica literaria, juicios teóricos sobre diferentes asuntos, etc.
Las Novelas ejemplares Es una colección de doce relatos cortos que fue publicada en 1613. En su prólogo dice Cervantes que es «el primero que ha novelado en lengua castellana». Y es cierto que es el primero que compone estos relatos al modo italiano con argumentos originales.
El adjetivo “ejemplares” del título expresa su conexión con el género de los exempla medievales: se trata de presentar un ejemplo del que extraer una lección o moraleja. No obstante, no en todas estas novelitas es evidente esta ejemplaridad moral. Probablemente, Cervantes no separa en su idea de ejemplaridad lo ético y lo estético: los relatos no sólo podrían ser ejemplares moralmente, sino que serían también ejemplos o modelos de creación literaria. La variedad es un rasgo de este conjunto de narraciones. Pese a ello, suele agrupárselas en dos conjuntos: en unas domina el tratamiento realista de personajes y ambientes; mientras que otras se caracterizan por un tono más idealista.
Rinconete y Cortadillo
El licenciado Vidriera El celoso extreme単o El casamiento enga単oso
Realistas
El coloquio de los perros
El amante liberal La espa単ola inglesa
La fuerza de la sangre
Idealistas
Las dos doncellas La se単ora Cornelia
La gitanilla
La ilustre fregona
Rasgos de ambas
Su última obra, Los trabajos de Persiles y Sigismunda, fue publicada de póstumamente en 1617, y sigue los modelos de la novela bizantina. Estas novelas de aventuras, en las que los enamorados protagonistas, tras peregrinar por los lugares más diversos y pasar las más variopintas peripecias, terminan felizmente su periplo. Cervantes se mantiene muy fiel al modelo de este género, pero intenta mantener el principio de la verosimilitud procurando que los hechos narrados resulten creíbles. Nos cuenta la historia de un príncipe y una princesa –Persiles y Sigismunda-, bellísimos y virtuosos, que viajan infatigablemente aparentando ser hermanos. La complicada trama se detiene cada vez que aparece un personaje y cuenta su historia, por lo general maravillosa.
Su última carta:
A don Pedro Fernández de Castro, conde de Lemos, de Andrade, de Villalba; marqués de Sarriá, gentilhombre de la Cámara de su Majestad, presidente del Consejo Supremo de Italia, comendador de la Encomienda de la Zarza, de la Orden de Alcántara Aquellas coplas antiguas, que fueron en su tiempo celebradas, que comienzan:
Puesto ya el pie en el estribo, quisiera yo no vinieran tan a pelo en esta mi epístola, porque casi con las mismas palabras la puedo comenzar, diciendo: Puesto ya el pie en el estribo, con las ansias de la muerte, gran señor, ésta te escribo.
Ayer me dieron la Estremaunción y hoy escribo ésta. El tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan, y, con todo esto, llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir, y quisiera yo ponerle coto hasta besar los pies a Vuesa Excelencia; que podría ser fuese tanto el contento de ver a Vuesa Excelencia bueno en España, que me volviese a dar la vida. Pero si está decretado que la haya de perder, cúmplase la voluntad de los cielos, y por lo menos sepa Vuesa Excelencia este mi deseo, y sepa que tuvo en mí un tan aficionado criado de servirle que quiso pasar aun más allá de la muerte, mostrando su intención. Con todo esto, como en profecía me alegro de la llegada de Vuesa Excelencia, regocíjome de verle señalar con el dedo, y realégrome de que salieron verdaderas mis esperanzas, dilatadas en la fama de las bondades de Vuesa Excelencia. Todavía me quedan en el alma ciertas reliquias y asomos de Las semanas del jardín, y del famoso Bernardo. Si a dicha, por buena ventura mía, que ya no sería ventura, sino milagro, me diese el cielo vida, las verá, y con ellas fin de La Galatea, de quien sé está aficionado Vuesa Excelencia. Y, con estas obras, continuando mi deseo, guarde Dios a Vuesa Excelencia como puede.
De Madrid, a diez y nueve de abril de mil y seiscientos y diez y seis años. Criado de Vuesa Excelencia, Miguel de Cervantes.
EL QUIJOTE
El Quijote es la obra maestra de Cervantes. Consta de dos partes: Primera Parte: se publicó en 1605 con el título El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Se compone de cincuenta y dos capítulos. En ella se narran las dos primeras salidas de don Quijote. En la primera salida, que hace en solitario, es armado caballero en una venta y regresa a casa tras ser apaleado. En la segunda salida, don Quijote se ha buscado un escudero, Sancho Panza, y juntos recorren La Mancha hasta Sierra Morena. Se suceden varios episodios, como el de los galeotes, el de los cabreros…, y se intercalan narraciones breves que no tienen relación con la trama principal, como El curioso impertinente. Segunda Parte: se publica en 1615 con el título El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha. Consta de setenta y cuatro capítulos y narra la tercera salida de su protagonista. Los protagonistas se dirigen hacia Aragón y Cataluña. Buena parte transcurre en el palacio de unos duques aragoneses que recrean el mundo caballeresco para gastar una broma a don Quijote. Tras ser derrotado por el caballero de la Blanca Luna (Sansón Carrasco). Don Quijote vuelve a su casa, donde recupera la razón y muere. Las historias intercaladas han desaparecido o están relacionadas con la trama principal
Diferencias entre las dos partes La primera es más espontánea, parece escrita de forma menos planificada y contiene una gran diversidad de elementos; la segunda, sin embargo, está mucho más pensada y responde a un plan previo bien trazado.
En la segunda parte hay una serie de capítulos en los que don Quijote responde a la publicación del Quijote de Avellaneda. Esta continuación apócrifa de la obra se publicó en 1614, firmada por un tal Alonso Fernández de Avellaneda, seudónimo quizá de Gerónimo de Pasamonte, autor en la época de una autobiografía, y a quien Cervantes habría tomado como modelo para el personaje Ginés de Pasamonte, el galeote liberado por don Quijote.
En la segunda parte se establece un juego entre la realidad y la literatura, ya que muchos de los personajes secundarios han le铆do la primera parte. Los propios protagonistas conocen por boca de otros la segunda parte ap贸crifa y la critican y la enmiendan. Ese juego de realidad / ficci贸n es totalmente nuevo y constituye uno de los mayores logros de Cervantes.
LOS PERSONAJES
Está concebido como una parodia de los héroes de los libros de caballería.
Don Quijote es un modesto hidalgo de un pueblo manchego, Alonso Quijano, al que su desmedida afición por la lectura de los libros de caballerías vuelve loco, hasta el punto de confundir la literatura con la realidad. Don Quijote decide convertirse él mismo en caballero andante. Su extraña y anacrónica figura en la España de principios del siglo XVII hace de él un personaje fundamentalmente cómico. Sin embargo, el diseño de su figura es muy complejo: en muchas ocasiones, a pesar de su locura, muestra buen juicio y expone acertadas opiniones sobre muy diversos asuntos, incluidos los literarios.
Un rasgo fundamental de su carácter es la defensa a ultranza de sus ideas, lo que hace que continuamente sea vapuleado por la realidad.
Sancho Panza es, sin duda una parodia del joven y valiente escudero que acompañaba a los héroes de las historias de caballerías; pero en él sintetiza también Cervantes a una serie de tipos folclóricos y literarios: el loco, el simple, el bufón, el rústico, el bobo, el enano, el gracioso, el pícaro o el criado. Pero también Sancho es un personaje más complejo, pues, a partir de un modelo literario folclórico previo, crece y sobrepasa su función cómica y se convierte en un personaje diseñado y lleno de matices; incluso, es portavoz de críticas varias y emite opiniones llenas de sabiduría.
Una de las características más destacadas de ambos protagonistas es la transferencia de rasgos del uno al otro: lo que se ha denominado la «sanchificación» de don Quijote y la «quijotización» de Sancho. No obstante, ambos mantienen a lo largo de la obra sus rasgos iniciales. Además, todos los personajes se ven, en buena medida, influidos por los rasgos de los demás: la locura de don Quijote contagia a los duques, que se comportan de modo insensato, o a Sansón Carrasco, bachiller del pueblo de Alonso Quijano, que también se disfraza de caballero andante; las ilusiones de Sancho se desplazan a su mujer, Teresa; etc. Los personajes son diseñados, evolucionan a lo largo de la narración y se dejan influir por los acontecimientos.
LA INTENCIÓN Y EL SENTIDO DE LA OBRA El propósito primero y explícito de la obra es, sin duda, la parodia burlesca de los libros de caballerías. De hecho, fue leído exclusivamente como libro cómico durante los siglos XVII y XVIII.
Sin embargo, desde el siglo XIX hasta hoy, la obra se ha ido “enriqueciendo” con las aportaciones interpretativas de los diferentes lectores y movimientos culturales. Desde el Romanticismo se vio en don Quijote a un valiente defensor de la libertad, de la justicia, etc. La novela se convirtió en una defensa del ideal en un mundo donde los ideales han perdido su sentido. Se trata, sin duda, de interpretaciones anacrónicas, puesto que Cervantes es hijo de su tiempo y no puede proponer una interpretación romántica del mundo. Pero sí se puede interpretar la obra como una defensa de los ideales del mundo renacentista que se han ido perdiendo.
Sólo la parodia no puede explicar la obra. Los libros de caballerías ya estaban muy desprestigiados a fines del XVI; y la locura de don Quijote termina convirtiéndolo en un personaje patético.
Estamos, pues, ante un libro cómico cuya comicidad deriva hacia lo patético y termina por cambiar la risa por compasión; un libro que, además de su carácter paródico, es una fuente de ideas profundas de carácter universal sobre la libertad, la naturaleza del hombre, etc.
Y a esto habría que añadir todavía su riqueza como libro de crítica y teoría literaria, y su valor como fresco de la vida española de su tiempo.
Aún más, la misma obra es un ejercicio de experimentación literaria: en el Quijote se encuentran relatos pastoriles, moriscos, cortesanos, novelas italianas, poemas, diálogos, etc.
La novela es también un retrato social: por sus páginas desfilan encumbrados nobles poseedores de títulos, hidalgos o escuderos que anhelan recuperar una posición social digna, labradores ricos o míseros labriegos, unidos en su afán de medro y ascenso social, moriscos perseguidos, etc. Una sociedad en la que los deseos de grandeza y las ganas de medrar habían llegado a ser una obsesión generalizada. La idealización propia del Renacimiento y la utopía humanística se dan de bruces con los problemas de la España del momento. A lo largo de la obra, los dos protagonistas van conociendo esa realidad: el desengaño se adueña de la novela en los episodios culminantes de la historia (el final del gobierno de Sancho y la curación de don Quijote)
RESUMIENDO
Parodia de los libros de caballerías
Reflexión de carácter universal sobre diversos temas Intención y sentido de la obra Valores añadidos a lo largo del tiempo Crítica literaria
Retrato social
Experimentación literaria
LA TÉCNICA NARRATIVA La complejidad de la novela se basa en el narrador y en el juego de perspectivas del que se sirve el autor para contar la historia. Existen al menos tres narradores diferentes de la historia:
Al comienzo de la obra, Cervantes dice basar la historia de don Quijote en datos que el propio autor ha recogido en los archivos de La Mancha. El documento que le servía de base termina con los acontecimientos del capítulo octavo de la novela. Cervantes explica que por casualidad se ha encontrado un manuscrito en árabe que contiene la continuación de la historia. Su autor arábigo es Cide Hamete Benengueli. Aparece así un segundo narrador.
Cervantes dice contratar a un morisco para que traduzca el manuscrito árabe y, por tanto, el texto que leemos sería una traducción del original. De esta forma interviene un tercer narrador, que es el traductor.
Se aprecian diferencias en las técnicas narrativas de cada una de las partes de la obra: En la primera parte se suceden episodios como el de los molinos, el de los galeotes, el de los cabreros… y se intercalan narraciones breves, independientes, novelas cortas que no tienen relación con la trama principal. En esta parte se complica aún más la superposición de voces narrativas.
En la segunda parte hay una construcción lineal de la trama. Las historias intercaladas no desaparecen del todo, pero sí se relacionan con la trama principal.
También hay que destacar el inteligente juego entre ficción y realidad que se produce, especialmente en la segunda parte.
LENGUAJE Y ESTILO El lenguaje del Quijote es un completo resumen de los diferentes estilos del Renacimiento. En él se combinan el estilo elevado con el propio de la parodia burlesca; el habla culta con la popular, según sea la condición social de los personajes; las disquisiciones eruditas con los refranes y dichos de profundo saber popular; etc.
Es especialmente significativa la presencia de recursos propios de la tradición oral. El discurso cervantino se encuentre profundamente marcado por las estrategias narrativas y las técnicas de dinamización de los narradores orales. En definitiva, Cervantes establece entre el narrador y el lector una relación similar a la que une al narrador de cuentos con su auditorio. Cervantes está creando un nuevo lector entendido y cómplice, a quien dirige prólogos y preliminares que reclaman su connivencia. Estamos ante la creación del lector moderno.