Autoras latinoamericanas: Una pluma transgresora

Page 89

Orgia sobre un arabesco

No hay nada que ocupe más lugar que las palabras. (Perdón: enciendo un cigarro.) Vi con mis propios ojos cómo el tipo ponía cosas, paisajes, sensaciones, mujeres, razas, aparatos y qué sé yo cuántas vainas más. No sé si los otros también lo vieron. En los ojos de los otros hay siempre un velo, por eso no se sabe a ciencia cierta qué están viendo o dejando de ver. Desconfío realmente de lo que ven, a veces hasta parece que miran y agarran, porque no están ciegos, sin embargo ese ver de sentir y de crear tengo dudas de que lo compartan. (No andaría el mundo así como anda, si el ser humano viera lo que yo veo. Perdón. Es hora de empezar). El bar estaba oscuro, más bien oscurecido. Ese artificio de pintar los vidrios, cerrar las cortinas y estacionar el humo. (A lo mejor a eso se deben mis dudas o tal vez haya necesidad de anteojos para ver lo que necesito ver). Vi la mesa con los tipos en plena conversación. Para concretar solo uno era el que conversaba, los demás oían. Lo vi todo desde la barra, hasta casi oí unas palabras sobre un viaje. Pensé en lo vital de la sociabilidad. (Confieso: pocas veces tengo oportunidad de conversar, existe algo —más bien muchos— que me roban las palabras, he creído que hay un turno, sin embargo nunca logro que me lo den y eso a pesar de que me acomodo, hago silencio cuando los otros hablan, me deslizo por cualquier mutis para contar alguna cosita y en ese instante me caen todas las voces, desde las bíblicas hasta las de se me olvidaba contarles). Con aplomo, soy un aplomado, busqué una silla y los abordé con ese pasaje gratuito de me lo permiten. (La pretensión de lo gratuito es la soberanía de la irrealidad). Me recibieron bien, puse mi copa en la mesa, me acercaron un cenicero y la única sonrisa de sorpresa interrogadora se congeló instantáneamente ante la naturalidad de los otros. Cuatro en total, conmigo cinco. Había adivinado desde hace rato la naturaleza de cada uno, nunca pude confirmar la certe-

89


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.