FIRMA (O)
La Universidad Central ha hecho un justo
bilidades. El plan estuvo ahí, durmiendo el
homenaje a Jaime Andrade Moscoso, el es-
sueño de los justos en los últimos cincuenta
cultor ecuatoriano más importante del siglo
años. Y ahora, las nuevas autoridades de la
XX. Ha puesto en vitrina lo mejor de su obra,
facultad han decidido retomarlo.
ha editado un libro y ha sacado de los archi-
Cuando niña no había mejor regalo que
vos del olvido el plan que él tenía cuando se
el papel periódico y los crayones que el tío
creaba la facultad de Artes de ese centro de
Jaime nos regalaba y con los que descubría-
estudio.
mos la magia de los colores y de las texturas.
OJO DE AGUA Por MILAGROS AGUIRRE Ilustración ADN MONTALVO E.
EL PLAN OLVIDADO
Jaime Andrade Moscoso era, además de
No había nada más cálido que su sonrisa. Y
gran escultor, un soñador. Soñaba con una
nada mejor que verlo picar la piedra y hacer
y mostrar a los amigos que esos murales de
facultad en la que se enseñen técnicas —pin-
de ella añicos para luego juntar los pedaci-
piedra diminuta había hecho el tío abuelo
tura, grabado, escultura— pero en la que se
tos y hacer enormes murales, que a mí me
escultor y que tenía un ayudante que se lla-
enseñe también historia del arte, pedago-
parecían rompecabezas gigantes. No había
maba Gonzalo.
gía del arte, música, danza… veía un gran
orgullo más grande que pasar por el aero-
Un poco más tarde, los primos jugába-
centro para el fomento de las artes, para la
puerto, o por el salón de actos del municipio
mos en el jardín de su casa en Puembo, don-
formación no solo de artistas sino de sensi-
en donde premiaban a los mejores oradores
de olía a limón, y donde piedras y metales bailaban al ritmo del viento. Al tío Jaime le empezaban a doler las manos y los dedos como que no querían moverse, así que ya no moldeaba la piedra, pero tenía fundas de canicas que no podíamos tocar porque eran para sus esculturas, para sus móviles, para esos juguetes de colores que construía y con los que crecimos, pues los vimos siempre en las casas de sus hijos. No dejó de hacer cosas cuando estaba ya con su salud afectada: recuerdo móviles en papel, pequeñas esculturas que ponía en la palma de la mano. Y recuerdo también que decía que había probado todo material… y que le gustaría hacer esculturas con el humo. El tío Jaime era un estupendo ser humano y hacía magia: moldeaba la piedra y la madera y el metal como si trabajara con plastilina. Iba a las canteras a buscar piedras de colores. Él era un soñador y también nos hacía soñar. ¡Que ahora su plan, ese plan que fue guardado por aquellos que no creen en los sueños, empiece a ser realidad! Si se cumple, seguro ayudará a formar mejores personas.
ABRIL 2020
revistamundodiners.com / MundoDiners
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