Factores de riesgo asociados a la movilización

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Factores de riesgo asociados a la movilización de pacientes Un "riesgo laboral" es la posibilidad de sufrir un determinado daño derivado del trabajo que se realiza. Todo riesgo en el trabajo se relaciona necesariamente con un factor de riesgo que lo origina, y en el caso del riesgo por carga física tendríamos que diferenciar entre los siguientes grupos de factores de riesgo: Factores de riesgo asociados a la tarea. Factores de riesgo asociados a la carga. Factores de riesgo asociados al entorno de trabajo. Factores relacionados con el/a trabajador/a. Factores de riesgo asociados a la tarea Entre este grupo de factores destaca: La cantidad de esfuerzo físico que implica la realización de la tarea, así como la duración y frecuencia de la manipulación. Cuando las exigencias físicas del trabajador o trabajadora sobrepasen sus propias capacidades se produce una fatiga muscular por sobrecarga de trabajo, esto ocurre fundamentalmente cuando los esfuerzos son frecuentes y prolongados, disminuyendo la capacidad para seguir realizando el trabajo. El ritmo impuesto por la tarea. Cuando el trabajador o trabajadora no pueda cambiar el ritmo de la actividad acorde a sus necesidades. La precipitación en realizar una movilización o realizarla con prisa no permite que se activen los mecanismos de compensación (tensión y relajación) de las estructuras del sistema músculo esquelético, lo que aumenta el riesgo de lesión. La movilización de personas en condiciones de alto ritmo de trabajo implica un mayor riesgo de lesión de espalda.


Posturas adoptadas durante la manipulación, desplazamiento del centro de gravedad. El centro de gravedad es el punto donde se considera concentrada la masa del cuerpo y controla el equilibrio.

El equilibrio consiste en la capacidad de controlar las diferentes posiciones del cuerpo, en reposo o en movimiento. Un cuerpo esta en equilibrio cuando la proyección de su centro de gravedad cae dentro del polígono de sustentación, cuando cae fuera, pierde el equilibrio. Movimientos forzados de la espalda, con y sin carga El equilibrio durante una movilización dependerá de la posición de los pies y del centro de gravedad. Lo adecuado es situar los pies ligeramente separados, enmarcando la carga y ligeramente adelantado uno de otro, y el centro de gravedad dentro del polígono de sustentación.

Los movimientos forzados de la espalda aumentan el riesgo de padecer lesiones, debido a que se llevan al límite los mecanismos de protección y compensación. Los movimientos forzados pueden lesionar las articulaciones interapofisarias, provocando el desgaste prematuro del cartílago articular, lesionando los ligamentos, produciendo la inflamación de las articulaciones y provocando contracturas musculares que agravan todo el cuadro.


Superficie de apoyo con poca área de sustentación

Superficie de apoyo con amplia área de sustentación

Factores de riesgo asociados a la carga Entre este grupo de factores destaca: El peso de la carga.

Por tratarse de personas y teniendo en cuenta si el paciente puede o no puede colaborar y en ocasiones moverse durante la movilización, es variable. Los desplazamientos de la carga.

Movimientos inesperados del paciente. Puede producir un desequilibrio con riesgo de lesión por sobreesfuerzo al intentar evitar una caída del paciente ya que se actúa de forma rápida y con posturas inadecuadas. Este es un importante factor de riesgo, debido a que al tratarse de personas generalmente incapacitadas para un movimiento normal, pueden moverse o intentar zafarse del agarre y con ello producir un desequilibrio importante. Al cambiar de postura de forma instintiva tras un movimiento imprevisto del paciente, se altera el centro de gravedad y el cuerpo queda en posición inestable apareciendo el reflejo postural, que son aquellas reacciones reflejas para mantener y recuperar el equilibrio que pueden actuar de forma progresiva o repentina adaptando la proyección del centro de gravedad dentro del polígono de sustentación. Factores de riesgo asociados al entorno de trabajo Pueden constituir un factor de riesgo determinadas condiciones del entorno como: con espacio insuficiente, mobiliario y material de trabajo inadecuados. Impide realizar la actividad correctamente, adoptando posturas inadecuadas y riesgo de sufrir lesión por golpes o tropiezos. Las condiciones termo higrométricas, temperatura e iluminación inadecuadas. Un ambiente caluroso produce fatiga y si la temperatura es demasiado baja se entumecen los músculos y dificulta los movimientos Factores relacionados con el/a trabajador/a


La edad, la constitución, sexo, el nivel de formación, estado físico, presencia de dolencias o enfermedades concretas, trabajadores/as especialmente sensibles por sus características personales o estado biológico son todos ellos factores que pueden influir en la probabilidad de lesiones músculo-esqueléticas asociadas al trabajo.

Las mujeres, por sus características antropométricas y funcionales de menor peso, talla corporal, fuerza, resistencia, son más sensibles a estos factores de riesgo. En particular, las mujeres embarazadas aumentan el riesgo de lesión por su estado biológico por sobrecarga de peso y la posibilidad de parto prematuro al manipular cargas. Los/as trabajadores/as con patología reconocida pueden sufrir recaídas. Otro factor tiene que ver con el propio estado físico y/o constitucional del trabajador/a. Efectos sobre la salud de una movilización de pacientes inadecuada Los riesgos de las personas que movilizan pacientes son principalmente riesgo de sufrir lesión músculo esquelética Como efectos más significativos y sobre los que se debe realizar principalmente la prevención son los siguientes: Fatiga: A medida que se incrementa el esfuerzo muscular disminuye la circulación sanguínea en el músculo por lo que aparece la fatiga muscular. Lesiones músculo esqueléticas: Principalmente lesiones de espalda, dorsalgias, lumbalgias, hernias discales; miembros superiores, tendinitis, periartritis; y zona de cuello y hombro, cervicobraquialgias, periartritis, y contracturas musculares. Alteraciones mecánicas y degenerativas del sistema músculo esquelético, ligamentos, articulaciones, tendones, discos intervertebrales, etc. Existen dos tipos básicos de lesiones: Agudas y dolorosas: Están causadas por un esfuerzo intenso y breve, que ocasiona un fallo estructural y funcional (por ejemplo, el desgarro de un músculo al levantar mucho peso, la fractura de un hueso a consecuencia de una caída, o el bloqueo de una articulación vertebral por efecto de un movimiento brusco).


Cr贸nicas y duraderas: Son consecuencia de un esfuerzo permanente y producen un dolor y una disfunci贸n crecientes (por ejemplo, el desgarro de los ligamentos por esfuerzos repetido, ya que la lesi贸n puede sanar r谩pidamente y no causar un trastorno apreciable).


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