La Independencia “Los resultados de las revoluciones americanas fueron, hablando en términos generales, que los países quedaran poco más o menos como antes, aunque liberados del dominio político de los ingleses, los españoles o los portugueses”. Eric Hobsbawm
Fundamentando su pensamiento y sus acciones en postulados tales como: “conocerse a sí mismo y al mundo circundante; emular la corriente naturalista y social del pensamiento enciclopédico europeo; usar el método experimental, observación de los hechos; combatir el principio de autoridad y toda idea que suponga esclavitud y retroceso; rechazar la escolástica decadente, la cual siempre termina en sofismas y laberintos de palabras”1; los emancipadores y futuros generales de la revolución buscaron convertir las Colonias Españolas en Naciones Independientes. La decadencia del Imperio Español, era un hecho, aquella época de la reconquista de la península, la expulsión de los moros, el encuentro con el continente desconocido, el incremento de las arcas reales con el oro y la plata indígenas, el siglo de oro de la lengua, eran cuestión del pasado; España no era más que la subsistencia de un recuerdo… Las reformas de administración que pretendieron instaurar los monarcas de la Casa Borbón a partir del “Despotismo Ilustrado”, no fueron suficientes para arrancar a las Colonias y al Reino del estancamiento en el que había caído a través de los siglos. “En la historia del pensamiento de América Latina podemos identificar la configuración de una tradición que por cerca de 300 años dominó a los súbditos del Rey de España. En las instituciones de la Colonia, la Iglesia, las Universidades y en el vida cotidiana de los Vecinos de las Indias se identificaba un ambiente en el cual los hombres y las mujeres eran formados desde una mentalidad ortodoxa, en la cual se sentían seguros de la razón de ser de la monarquía, seguros del valor de la tradición y de su fe religiosa; en ese estadio, los indígenas y los negros comenzaban a perder su cultura originaria y se les dificultaba asimilar la nueva. Fruto del espíritu renovador de la España Borbónica, de la toma de conciencia del lugar que ocupaba las Indias y los habitantes nacidos en las Indias en el Reino Español, surge un cambio a mediados del Siglo XVIII. La antigua mentalidad fundamentada en la filosofía escolástica, la teología y el principio de autoridad empieza a ser criticada y transformada por una mentalidad cimentada en las ciencias naturales, es decir sobre la base de la observación, la experiencia y la razón. Así las cosas, se da un cambio en la forma de concebir el mundo en la elite intelectual criolla y en algunos mestizos que habían mejorado su preparación científica y su educación política por medio de procedimientos autodidactas. Para este momento la población indígena seguía en disminución debido a las bajas tasas de natalidad y el mestizaje; los negros llevaban un proceso paralelo que se compensaba con la compra de esclavos venidos de otras regiones. En medio de la coyuntura revolucionaria – independencia de los Estados Unidos, Revolución Industrial, Revolución Francesa –, la crisis del sistema colonial y del mercantilismo, la invasión napoleónica, el rechazo al sistema feudal y absolutista, la divulgación de las ideas de la ilustración, la restauración de la monarquía, las firmas de las actas de independencia, el proceso de reconquista español, las campañas libertadoras y otros más; los habitantes del pueblo americano, ciudadanos de las nuevas naciones, trataron de empezar una nueva historia negando su pasado colonial y aspirando a un cambio racional y planificado”.2
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ESCOBAR VALENZUELA, Gustavo. La ilustración en la filosofía Latinoamericana. México: Trillas, 1980. JIMENEZ HURTADO, José Luis. Las ideas positivistas en la América Latina del Siglo XIX. En: Revista Via Iuris. Nº Enero – Julio. Bogotá: Fundación Universitaria los Libertadores, 2008. 92 p. 2
Es así que en medio de tales eventos, las antiguas ideas gestadas en las insurrecciones y revueltas hispanoamericanas, vuelven a resurgir y traen como consecuencia el movimiento revolucionario de las Colonias Españolas. Las revoluciones hispanoamericanas y especialmente la de la Nueva Granada se dieron por etapas o estadios dentro de los cuales encontramos LA GESTACIÓN REVOLUCIONARIA
LA CRISIS O LUCHA REVOLUCIONARIA
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La gestación revolucionaria está constituida por la revolución intelectual que se inició en la Nueva Granada con la llegada de Don José Celestino Mutis, 1760. El Sacerdote Español, no es que haya traído la ilustración en sus baúles de viaje; lo que aconteció es que encontró un gran número de discípulos que atentos a las explicaciones del doctor, comenzaron a gestar un grupo de intelectuales que con los años se convertirían en científicos de la Real Expedición Botánica. Francisco José de Caldas, José Félix de Restrepo, Pedro Fermín de Vargas, Jorge Tadeo Lozano, Francisco Antonio Zea, entre otros, fueron discípulos de Mutis y también Próceres de la Independencia. La revuelta Comunera fue otro de los acontecimientos pre – independentistas, que dio a entender la inconformidad del pueblo frente a las políticas fiscales y las desigualdades sociales del Virreinato; “Arriba el Rey, abajo el mal gobierno”, es la expresión clara de la mentalidad pactista de la sociedad, donde se considera que los funcionarios del rey sólo se fijan en los deberes de los súbditos pero no tienen en cuenta el pacto – el acuerdo contractual fijado por el Rey para proteger los derechos de sus siervos. La traducción de la “Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano”, unido a los pasquines subversivos – para la época – que circulaban en la capital del Virreinato, son la muestra del acercamiento, cada vez más radical, del espíritu revolucionario en tierras americanas; el proceso contra Antonio Nariño además de ser una advertencia de la Corona para sus súbditos, también se convierte en un ícono de la Libertad, en el cual un hombre es capaz de hacer uso público de la razón, asumiendo las consecuencias que mencionado acto conlleva.
“En América Latina, los ideólogos de la independencia lucharon por la libertades individuales de los hombres; la libertad de pensamiento, la libertad de expresión, la libertad de imprenta, la libertad de cátedra, la libertad de empresa y comercio; y defendieron los derechos inalienables de los hombres”.3 La segunda etapa es la crisis o lucha revolucionaria, donde fruto del “vacío de poder” que sufría la península con la invasión Napoleónica, los Españoles y los Americanos se preguntaron entorno a la legitimidad de la monarquía ¿Quién es ahora el Rey? ¿La Familia Borbón que estaba secuestrada en Bayona o José Bonaparte, hermano de Napoleón quién ya se había proclamado Emperador? La guerra de sucesión que había padecido España con la muerte de Carlos II, un siglo atrás, había obligado al triunfador – La Francia de Luis XIV – a renunciar a los títulos hereditarios de la Corona Española,
OCAMPO LOPEZ, Javier. Influencia de Francia en la Independencia de América Latina. En: Hojas Universitarias. Bogotá: Universidad Central. Vol. IV Nº 33 (Mayo de 1989), 28 p.
dejando así a España ser España y no ponerla en peligro de ser absorbida por Francia. La conquista de Chepe Botellas implicaba la desaparición de los límites fronterizos, culturales y políticos de los Estados Nacionales. La península Ibérica comienza un proceso de transición que garantizada la entrega de la autoridad a los monarcas al momento de su regreso, de igual manera pero en diferente línea las Colonias Americanas comienzan un proceso de Transición, en principio para jurar fidelidad al Rey, después para exigir la participación de las élites Criollas en la administración y gobierno de los Virreinatos y finalmente estableciendo la independencia Absoluta de la madre patria. Llega así el proceso de la guerra de la independencia, primero entre los Americanos, quienes por facciones políticas y especialmente por intereses económicos y de poder, hicieron entrar a la nación en una guerra civil, entre federalistas y centralistas; guerra que fue sorprendida por la reconquista Española, enviada por el Rey Fernando VII, para rescatar sus antiguo territorios, donados por el Papa Borgia a sus Antecesores. LA CONSOLIDACIÓN DEL PROYECTO DE NACIÓN
La tercera y última etapa del proceso de independencia es la consolidación de la revolución o construcción del proyecto de Nación, es decir la creación de la República de Colombia en 1819.