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Los primeros días en una residencia

Puesto que se trata del hogar en el que va a residir esa persona a partir de ahora, también tiene que tener consigo algunos documentos, como el DNI, la cartilla del banco, un informe médico, la pauta de medicación que precise, aunque se revisará también por el personal médico del centro, y una lista de las personas de contacto por orden de prioridad.

Es un nuevo hogar y por ello se aconseja decorar la habitación o una parte de ella si se trata de habitación compartida según los gustos personales. Es muy recomendable que las personas mayores no tengan que desprenderse de esas fotografías familiares, recuerdos o de sus objetos preferidos. Según la residencia de la que se trate, incluso permiten llevar algún mueble pequeño, como una mesilla o el sillón favorito para leer, echar la siesta o ver la televisión a solas en su habitación.

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Para las personas mayores, y especialmente para aquellas que su-P fren demencia, los cambios de vivienda y los cambios de horarios y rutinas suponen un estrés difícil de sobrellevar. Es por eso que todas las residencias tienen un protocolo de acogida, en el que se explica a los familiares o al propio residente las pautas a seguir en un futuro. Decimos en un futuro porque las primeras semanas hay más flexibilidad con respecto a horarios, comidas y actividades, hasta que la persona mayor se adapte al centro.

Durante ese periodo de adaptación es recomendable que las visitas y las llamadas telefónicas sean lo más frecuentes posibles. Pero en cualquier caso se utiliza lo que se denomina PAI o Programa de Atención Individual. ¿En qué consiste ese programa? Pues se trata de un documento elaborado por los diferentes profesionales del centro en conjunto con la familia y el propio residente en el que se describen qué capacidades mantiene esa persona y cuáles habría que reforzar, atendiendo no solo a necesidades, sino también a gustos y preferencias.

El periodo de adaptación varía de una persona a otra, pero suele durar varias semanas. Y que no te extrañe si en tu primera visita encuentras a tu familiar triste, decaído o perdido. Se trata de un cambio importante en su día a día; no solo su vivienda habitual ha cambiado, también lo han hecho sus horarios, sus menús, algunas de sus costumbres y rutinas y, especialmente, las personas que le rodean.

En algunas ocasiones también necesitan ese periodo de adaptación los propios familiares. Es habitual preocuparse por si tu familiar está recibiendo los cuidados necesarios, si la residencia está cumplien-

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