4 minute read

Consejos para elegir una residencia

do sus servicios o si el personal le está atendiendo correctamente. Puede incluso que en las conversaciones con el propio residente encuentres algunas quejas que conviene poner sobre la mesa educadamente con el personal del centro.

Tienes derecho a asegurarte de que están tratando bien a tu padre o a tu madre, por eso es preferible solucionar cada duda que surja lo antes posible. Y es en esas situaciones donde también podrás comprobar cómo funciona el centro a nivel humano y emocional.

Advertisement

Llegamos casi al final de este periplo para encontrar una resi-L dencia adecuada. Un final que será el principio de una nueva etapa para toda la familia, no solo para la persona que va a entrar en la residencia. Así pues, ha llegado el momento de elegir. Pero seguro que antes de hacerlo te vienen bien algunos consejos. - El primer paso a la hora de elegir residencias de mayores es tener ya la valoración de dependencia de tu familiar para saber con qué tipo de ayuda podéis contar. Además, hay que valorar cualquier otra forma de financiación. Es mejor tener el tema económico resuelto para saber de antemano si hay alguna residencia que no va a entrar en vuestra propia valoración. - Después de tener estos datos prácticos, comienza la búsqueda. La búsqueda inicial se puede hacer a través de Internet para comprobar cuántas residencias hay en tu zona. Muchas de ellas tendrán página web para que puedas echar un vistazo a sus instalaciones, precios y servicios. Pero, en cualquier caso, siempre puedes llamar por teléfono. - Pregunta a conocidos, amigos y vecinos que tengan personas mayores en una residencia por las condiciones y si están contentos con los servicios que prestan. - Con tu propio listado de residencias cercanas ha llegado la hora de ir a visitarlas. Es preferible hacer esta primera visita sin avisar, y lo mejor es que tanto en esta como en las siguientes visitas vayas con otros familiares para que no se os escape ningún detalle. - En esta ocasión hay que fijarse en esa primera capa exterior. La ubicación de la residencia, si es fácil llegar hasta ella, si dispone de

zonas verdes propias o cercanas… La proximidad del centro respecto al hogar familiar es uno de los puntos más importantes, aunque a veces hay que renunciar a él por otros aspectos prioritarios. Pero tener cerca la residencia os va a garantizar que el vínculo familiar no se resienta y que la persona mayor se siga sintiendo parte de la familia, querida y en su entorno. - ¿Es bueno el trato que recibís al llegar? Desde recepción y administración os dejarán ver algunas zonas de la residencia y seguro que podéis haceros una idea de si los abuelos se sienten cómodos. - Esta primera visita es el momento de preguntar (o volver a preguntar si ya lo has hecho por teléfono) lo más importante: el precio, los servicios, las actividades, los menús, los horarios, el personal y, sobre todo, la disponibilidad de plazas. - Es importante la disposición del personal a mostraros las diferentes áreas del centro, así como a proporcionaros toda la información que estáis pidiendo o incluso más. A menudo es en esta visita donde surgen nuevas dudas y preguntas. - A partir de esta visita, ya se puede concertar otra nueva visita para conocer más a fondo la residencia, hablar con la dirección del cen-

tro, visitar las habitaciones, comprobar las acreditaciones y licencias y conocer todas esas zonas que no están a la vista, como la cocina o la lavandería. - Esta segunda visita puedes hacerla con algún familiar más y también con la persona mayor para la que estáis buscando la residencia. Al fin y al cabo, es la persona que más tiene que decir con respecto a su nuevo hogar y así podrá ir haciéndose a la idea con la suficiente anticipación. - Presta mucha atención a esa persona mayor: ¿se identifica con el lugar?, ¿se ve viviendo allí en unos meses?, ¿le gusta el centro?, ¿le interesan las actividades?, ¿se adaptará bien a los horarios? Si tu familiar presenta cierto deterioro cognitivo, no pienses que no puede participar de la búsqueda. El lenguaje no verbal también es una herramienta muy eficaz para saber si a esa persona le está gustando lo que ve en el centro o no.

- Este proceso de primera visita por sorpresa y segunda visita con cita puedes hacerlo con todas las residencias de tu zona. Y lo que es más importante, puedes concertar una tercera visita y las que hagan falta antes de decidirte.

- El contrato también tienes que leerlo despacio y las veces que sea necesario antes de decidirte. Como ya sabrás, las residencias hacen un contrato entre centro y usuario, o familiar del usuario en su caso. Y junto con el contrato tienes que tener también el Reglamento de Régimen Interior del centro. - Con toda la información específica de cada residencia, llega la hora de valorar en familia lo que ofrece cada centro y qué os compensa más. A continuación os dejamos algunos de los detalles más importantes a tener en cuenta: u Precio. u Habitación individual o doble. u Facilidad para las visitas y posibilidad de compartir actividades con la familia en el propio centro. u Personal médico, servicios terapéuticos y de rehabilitación. u Plantilla de trabajadores: ¿cuántos hay, qué funciones tienen y de qué titulaciones disponen? u Actividades para el mantenimiento de la autonomía. u Actividades de ocio. u Medidas de seguridad dentro del centro. u Limpieza de las instalaciones. u Atención psicológica. u Actividades en grupo. u Programa de atención individual. u Amabilidad y profesionalidad de la plantilla. u Horarios de comidas y calidad de los menús.

This article is from: