FEBRERO 2017
HABLEMOS DE SUICIDIO
GUÍA PARA LA PREVENCIÓN DE SUICIDIO EN ADOLESCENTES
Presentación El Suicidio es una tema que genera mucho temor a la hora de hablar de o él o abordarlo, esto se debe a la estigmatización en torno a los trastornos mentales y el suicidio que ha dificultado la posibilidad de buscar ayuda o auxiliar a las personas que piensan en quitarse la vida o han tratado de hacerlo. Cuando se trata de niños, niñas y adolescentes, una parte de las causas y resoluciones de las problemáticas recae en los cuidadores, por su responsabilidad frente a su desarrollo. Aunque la investigación respecto al rol de los padres en la conducta suicida en adolescentes es limitada, varios estudios sugieren que los padres, y otros informantes, suelen desconocer las tasas reales de pensamientos e intentos suicidas de sus hijos (Klaus, Mobilio & King, 2009). Debido a la falta de sensibilización del suicidio como una problemática de salud pública se ha dificultado la prevención del problema generando concepciones erradas alrededor del tema. Es por esto que se hace necesario aumentar la sensibilidad de padres, colegios y comunidad para superar el estigma con el fin de generar avances en la prevención y abordaje de la problemática, por medio de un seguimiento preventivo, en donde se presente la restricción de los medios de autolesión; y en general para un adecuado tratamiento del comportamiento suicida (Organización mundial de la salud, 2014). Por las razones anteriores, esta guía está dirigida a los padres y otros cuidadores que pudieran estar interesados en tener una mejor comprensión de la conducta suicida en niños, niñas y adolescentes. También para aquellos que tengan sospechas, o hayan identificado ya, indicios, pensamientos o comportamientos suicidas por parte de los adolescentes que están a su cargo; para lo cual se incluyen ciertas pautas de manejo de este tipo de problemáticas. La prevención del suicidio es tarea de todos, pero la prevención del suicidio en niños, niñas y adolescentes corresponde en mayor parte a sus cuidadores. Por tanto le damos la bienvenida a esta guía para que nos acompañe en éste propósito. 1
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DISEÑO E INVESTIGACIÓN Luisa Fernanda Parra Nicolás Rodriguez
TABLA DE
HABLEMOS DE SUICIDIO
CONTENIDOS
01 Presentación 02 Tabla de contenidos 04 ¿Por qué hablar de suicidio 07 Todo sobre el suicidio
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08 Factores de riesgo y protección 10
Tratamiento psicológico
11 Mito VS Realidad 13 ¿Qué debo tener en cuenta? 14 ¿Cómo actuar? 15 ¿Qué hacer y no hacer?
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16 Directorio de ayuda psicológica 17 Caso Juanita 18 Actividad: Apliquemos lo aprendido
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SEGÚN SE SABE, ESTA MUDABLE VIDA PUEDE ENTRE TANTAS COSAS, SER MUY BELLA
JORGE LUIS BORGES
¿POR QUÉ HABLAR DE
SUICIDIO La ideación suicida y los intentos de suicidio son más prevalentes en la adolescencia que en cualquier otro momento del ciclo vital (Miranda, Ortin, Scott & Shaffer, 2014). Además la adolescencia se ha descrito como un periodo de vulnerabilidad y riesgo durante el desarrollo, ya que implica una serie de cambios psicológicos y madurativos que se traducen en una susceptibilidad a las influencias del entorno (Pavicevic, 2015).
Esta vulnerabilidad incluye trastornos asociados a la conducta suicida como la depresión y el consumo de sustancias psicoactivas, entre otras variaciones del estado de ánimo y de conductas de riesgo (Kim, Moon & Kim, 2011). Por lo anterior, algunos programas de prevención buscan incentivar factores protectores que, aunque no eliminan directamente el riesgo de las problemáticas como la conducta suicida, sí reducen la probabilidad de que estas se presenten (Carvajal, 2016).
El fenómeno del suicidio .como una ruta de síntomas que puede ser interrumpida a través de la detección y acción oportuna. Muchos autores reconocen que el suicidio, lejos de presentarse espontáneamente, obedece a una serie de conductas que se presentan jerárquicamente y hacen que el suicidio consumado sea predecible, y por tanto se pueda interrumpir (Fernández & Merino, 2001).
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Dicho esto, y frente al aparente aumento de las conductas suicidas en los últimos años (Córdova, Cubillas & Román, 2011; Fernández & Merino, 2001) surge la necesidad de desarrollar programas para la prevención de la conducta suicida en la población adolescente que se enfoquen en la detección e intervención de conductas que alerten sobre un riesgo suicida.
¿QUÉ DICEN LAS ESTADISTICAS?
El suicidio es la tercera causa de muerte en adolescentes en muchos países alrededor del mundo (Christiansen, Larsen, Agerbo, Bilenberg & Stenager, 2014). En Colombia, la Encuesta Nacional de Salud Mental (2015) ubica la prevalencia de los intentos de suicidio en adolescentes en 2.5 en el año; mientras que un reporte epidemiológico de medicina legal señala que la tasa de suicidios de personas entre los 5 y 18 años se encontraba en 1,75 en 2012; pese a ser relativamente baja, esta prevalencia aumentó desde 2008 (Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, 2013). De igual manera según lo referido por la Secretaria distrital de salud (2015) se presentan mayor número de intentos de suicidio entre los 14 a 26 años, siendo la segunda causa de muerte en esta población en Bogotá. . OBJETIVOS
Esta guía tiene como objetivo general prevenir la conducta suicida en adolescentes por medio de la sensibilización e involucramiento de padres cuidadores.
OBJETIVOS ESPECIFICOS
Promover la desestigmatigmatización de las conductas suicidas en adolescentes a fin de que se les brinde la atención pertinente Brindar conocimientos sobre la incidencia de los factores protectores y de riesgo. Proporcionar información sobre signos de alerta con el fin de aumentar la detección temprana. Suministrar rutas de acción según los signos de alerta identificados. Proveer información acerca de los comportamientos a evitar frente a una alerta de conducta suicida HABLEMOS DE SUICIDIO I 5
LA PREVENCIÓN DEL SUICIDIO DEPENDE
DE TODOS
ESTEMOS ATENTOS A LAS SEÑALES DE ALERTA
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TODO SOBRE EL SUICIDIO
¿QUÉ ES EL SUICIDIO? El comportamiento suicida se divide en según su grado de letalidad en ideación suicida, intento de suicidio y suicidio consumado. Por eso se describe como un espectro o continuum que inicia con la ideación suicida, pasando por la amenaza, gesto o intento; y termina con el suicidio consumado (Carvajal, 2016)
IDEACIÓN SUICIDA
La ideación suicida se define como “cualquier pensamiento reportado por la misma persona de involucrarse con un comportamiento suicida relacionado al suicidio” (Brown, Henriques & Beck, 2008, p. 53). Este comportamiento a su vez se ha dividido conceptualmente en dos tipos: estructurada y no estructurada. La ideación suicida no estructurada consiste en pensamientos asociados al deseo de no existir (e.g. “qué sucedería si yo no existiera”, “sería mejor que no hubiera nacido”, “sería mejor para todos si yo no estuviera”); mientras que la estructurada corresponde a pensamientos sobre la consecución de los medios para llevar a cabo un suicidio, el método a emplear.
INTENTO SUICIDA
El intento de suicidio se define como “un comportamiento potencialmete autohiriente con un resultado no fatal, para el cual hay evidencia de que la persona intentó en algún nivel matarse a sí mismo” (Brown, Henriques & Beck, 2008, p. 53). Este tipo de conductas se diferencian en este último punto de las conductas autolesivas sin intención suicida. No obstante, Brausch y Guirresch (2012) señalan que la presencia de conductas autolesivas sin intención suicida en adolescentes aumenta el riesgo de conducta suicida por disminuir el miedo natural al dolor y a la muerte.
SUICIDIO CONSUMADO AMENAZA SUICIDA
La amenaza suicida se refiere a las acciones de intimidación, en donde la persona amenaza con atentar contra su vida. Estas amenazas pueden incluir intentos “leves” que pueden ser tomados por autolesiones. No obstante, se diferencian de las autolesiones sin intención suicida, precisamente en que estas últimas tienen otras funciones e intenciones diferentes a la de atentar contra la propia vida (Choate, 2012).
El suicidio consumado corresponde al resultado de actos letales, directos o indirectos, realizados por la víctima con el fin de acabar con su vida (Carvajal, 2016).
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FACTORES DE RIESGO
FACTORES DE RIESGO
Y DE PROTECIÓN Los factores de riesgo y de protección hacen referencia a aquellos variables que aumentan o disminuyen el nivel de riesgo y por ende tienen una estrecha relación con la conducta suicida. Se debe
FACTORESINDIVIDUALES
Se encuentran los trastornos mentales como la depresión, ansiedad, uso o abuso de
tener en cuenta que el nivel de riesgo aumenta
sustancias psicoactivas, entre
según el número de factores de riesgo presentes,
otros (Ministerio de sanidad,
teniendo en cuenta que cada uno representa un valor diferente frente al riesgo (Ministerio de sanidad, 2011 ). Por su parte los factores de protección no eliminan el riesgo del todo, sin embargo ayudan a contrarrestrar las respuestas emocionales extremas e impulsivas ante las
2011). De igual manera dentro de los factores individuales se encuentra la edad, sexo, aspectos genéticos y biológicos, factores psicológicos y presencia de una enfermedad física o discapacidad (Carvajal, 2016).
situaciones de alto impacto en la vida de las personas (Carvajal, 2016). Los factores de riesgo y de protección se pueden clasificar según distintas áreas como el área biológica, social, psicológica, familiar y contextual y cada una de estas áreas juega un papel primordial a la hora de proteger, prevenir o aumentar el riesgo (Ministerio de sanidad, 2011). H A B L E M O S
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FACTORES
DE
RIESGO
FACTORESCONTEXTUALESYFAMILIARES
Eventos vitales estresantes, suicidios en la
Carvajal (2016) describe como factores de
historia familiar, exposición a otros suicidios
riesgo en niñez y adolescencia la
(“efecto contagio”). También influyen el
irresponsabilidad de los padres en la
apoyo social o familiar, etnia, religión, nivel
crianza, enfermedades psiquiátricas,
socioeconómico y educativo, y la situación
maltrato infantil, acontecimientos dolorosos,
laboral (Ministerio de sanidad, 2011).
problemas escolares, falta de afecto, abandono temprano del núcleo familiar
En la población adolescentes suele
(antes de los 15), identificación con
presentarse el acoso o maltrato por parte
familiares o personajes, dificultades
de pares, la historia de maltrato físico o
socioeconómicas, falta de apoyo social, y
abuso sexual, y en la población en general,
nuevamente el acceso a los medios.
la accesibilidad de los medios para consumar el suicidio (armas, sustancias, etc.) (Carvajal, 2016).
FACTORES DE PROTECCIÓN
En general, están asociados a la habilidad para desenvolverse ante la dificultad. Estos incluyen la confianza en uno mismo, la habilidad de resolución de problemas, las habilidades sociales, la integración en grupos sociales, la espiritualidad o los valores positivos, los valores culturales y tradicionales, y los apoyos terapéuticos para condiciones físicas o mentales. Otros factores protectores incluyen la calidad del apoyo familiar y social, las creencias y prácticas religiosas, y los valores culturales (Ministerio de sanidad, 2011).
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TRATAMIENTO PSICOLÓGICO Existen diferentes tratamientos psicológicos, sin embargo la terapia dialéctica conductual es una de las terapias que ha demostrado resultados positivos.La DBT es un tratamiento con soporte empírico para conductas suicidas y autodestructivas en Trastorno Límite de Personalidad. Este trastorno incluye la conducta suicida en muchos casos, explicada como un comportamiento que responde a diversos factores contextuales. Por lo anterior, la problemática se evalúa en términos de los sucesos en el ambiente que causan y mantienen la conducta suicida, y se interviene desde diferentes frentes a través de una perspectiva dialógica que implica la validación de las conductas, emociones y pensamientos disfuncionales; reconociendo que podrían haber otros más adaptativos. Esta terapia ha sido adaptada por Miller y sus colaboradores, en diferentes publicaciones, para población adolescente; con los objetivos de entrenar habilidades interpersonales, autorregulación y tolerancia a la angustia; proveer la estructura necesaria para motivar, reforzar, individualizar y generalizar estas habilidades; e identificar e interrumpir secuencias conductuales aprendidas que llevan a la autolesión y conducta suicida (Choate, 2012). Además sugiere grupos de entrenamiento multifamiliares, terapia familiar, consulta telefónica y un equipo de consulta para consejeros (terapeutas).
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MITO VS REALIDAD Los mitos son criterios que son aceptados culturalmente, sin embargo estos se basan en juicios de valor erróneos respecto a un tema en particular, que justifican determinadas acciones y actitudes de quienes los sustentan. En el caso de la conducta suicida los mitos en torno a esta, entorpecen un abordaje adecuado así como su prevención (Pérez, 2005). A continuación se presentarán algunos de los mitos más comunes
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Mito: Hablar de suicidio o preguntar es arriesgado porque podría incitar a que lo realice o darle la idea. Realidad: Se ha demostrado que hablar sobre el suicidio con una persona que puede estar en riesgo en vez de incitar o introducir una idea de suicidio, reduce el peligro de cometerlo, ya que se le brinda una oportunidad de hablar y ser escuchado.
Mito: Las personas que hablan de suicidio no suelen intentar suicidarse Realidad: Casi todas la personas que mueren por suicidio han dado alguna pista o advertencia, ya sea por medio de amenazas, gestos o cambios de conducta, de lo que ocurría. Por ende no se debe ignorar declaraciones, gestos o bromas que puedan indicar serios sentimientos suicidas.
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Mito: Si alguien tiene la determinación de suicidarse, no hay mucho que se pueda hacer para detenerlo. Realidad: Incluso la persona más gravemente deprimida tiene sentimientos encontrados sobre la muerte, en donde vacila hasta el último momento, entre querer vivir y querer morir. Usualmente las personas que se suicidan no quieren la muerte, sino detener el dolor que sienten.
(Pérez, 2005). H A B L E M O S
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Mito: Los que intentan suicidarse no desean morir sino llamar la atención Realidad: Es un error pensar que solo desean llamar la atención, pues son personas a las que les han fallado su mecanismos útiles de adaptación y solución de problemas y es por esto que no encuentran alternativas diferentes a intentar atentar contra su vida
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Mito: El suicidio no se puede prevenir, porque ocurre de forma imprevista o impulsiva Realidad: Toda persona antes de cometer un suicidio, muestra una serie de síntomas que son definidos como síndrome presuicidal, que puede ser detectado a tiempo con el fin de evitar actos que pongan en peligro la vida.
Mito: El que intenta suicidarse es un cobarde o valiente Realidad: Las personas que intentan suicidarse no son ni cobardes ni valientes, sino personas que se encuentran sufriendo.
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Mito: Si se reta a un suicida, este no lo intentará Realidad: Retar a un persona que piensa suicidarse es un acto irresponsable, debido a que se está frente a una persona vulnerable, que se encuentra en crisis y cuyos mecanismos de adaptación han fracasado, predominando deseos e ideas de causarse la muerte.
Mito: Los niños no se suicidan Realidad: Cuando un niño adquiere el concepto de muerte puede tomar decisiones relacionadas con el suicidio a edades muy tempranas..
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(Perez, 2005)
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¿QUÉDEBOTENERENCUENTA? No existe un causa única que lleve al suicidio. Este ocurre con más frecuencia cuando los factores estresantes superan las habilidades de afrontamiento actuales de la persona. Se debe tener en cuenta que este no ocurre repentinamente sino se trata de un proceso que va desde una ideación hasta el acto, que se puede dar de manera repentina por un evento que pueda precipitar dicha decisión (Cortes, 2014). SIGNOS DE ALARMA O SEÑALES DE ADVERTENCIA
Usualmente la personas que consideran el suicidio como una opción exhiben uno o más signos de alarma, ya sea por medio de lo que dicen o lo que hacen. Es por esto que se debe realizar una lectura adecuada de cambios importantes en comportamiento a la hora de prevenir la conducta suicida (Carvajal, 2016). LO QUE DICE
Ser una carga para los demás Sentirse atrapado Experimentar un dolor insoportable No tener una razón para vivir.
(Ministerio de sanidad, 2011).
LO QUE HACE
Uso o incremento en el uso de drogas y/o alcohol. Regalar objetos preciados o de valor sentimental. Notas suicidas, de despedidas o testamentos. Descuido de su apariencia personal Demuestra desinterés o disminución en la socialización.
LO QUE SIENTE
Pérdida de interés. Irritabilidad. Cambios abruptos en su estado de ánimo. Persistente sensación de aburrimiento. Preocupación constante por temas relacionados con la muerte. Tristeza
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¿ Q U É
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H A C E R ? A C T
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( A C T U A )
naliza
Si nota que alguien que conoce muestra varios o todos los signos de alerta de la conducta suicida, debe tomarlo en serio. Escuche atentamente y muestre interés genuino. Su ser querido o amigo estará más dispuesto a buscar ayuda si se siente comprendido y escuchado.
c uidado
T ratamiento
Busque ayuda y apoyo profesional Si la persona está en riesgo inmediato comuníquese a la línea 123 o alguna linea de atención de emergencias.
Exprese su preocupación Deje que la persona se exprese abiertamente, sin juzgarlo, y denle a entender que usted lo cuida y lo entiende. Esté disponible y muestre interés y apoyo. Mantenga la calma Pregunte si la persona tiene un plan específico
Tomado de www.stopasuicide.org/
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¿QUÉ HACER Y QUÉ NO HACER?
SI Tenga en cuenta la señales de alerta como tal, y no como formas de llamar la atención o buscar aprobación. . Si la persona habla de un plan detallado eso indica mayor riesgo, por ende busque ayuda. Mantener una comunicación directa, abierta y honesta con la persona. Permita que la persona exprese su preocupación sin juzgarlo. Utilice frases como “Aquí estoy para ayudarte”, “hablemos”, entre otras, Adopte medidas de seguridad, si usted nota que la persona está en peligro, no la deje sola, retire cualquier medio disponible para el suicidio y busque ayuda profesional. Anime a la persona a tener apoyo profesional. Haga un compromiso, pídale a la persona que se comprometa a no callar su malestar y preocupación y a hablar con alguien si la ideas de suicidio vuelven. Esto permitirá y facilitará que busque ayuda. Cuide de usted mismo, es agotador emocionalmente apoyar a alguien que piensa en suicidarse, por ende no lo haga solo.
NO No se comprometa a guardar el secreto, denle a entender a la persona que su principal preocupación el el bienestar de ella y su seguridad. No deje a la persona sola si cree que su vida está en riego No banalizar, ni desafiar, no trate con ligereza cualquier amenaza. No minimice la situación o la intensidad de las emociones y del malestar. No tema preguntar No juzgue, no señale, ni compare No de juicios de valor como relacionarlo a la cobardía o valentía No de soluciones simplistas, esto puede incrementar los sentimientos de incapacidad, vergüenza o soledad en la persona.
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DIRECTORIO DE LÍNEAS DE
ATENCIÓN PSICOLÓGICA
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APLIQUEMOS LO APRENDIDO CASO DE JUANITA Juanita es una niña de 15 años. En la navidad pasada, hace tres meses, su novio le terminó sin una razón aparente y sin mayores explicaciones. Los padres de Juanita han visto que desde que entró al colegio de vacaciones, hace un mes, se ha tornado irascible y reacciona agresivamente con frecuencia, gritando en ocasiones o golpeando paredes o puertas. Sus padres han visto que desde hace un par de meses evita salir con sus amigos y realizar actividades que antes disfrutaba como leer, pintar y escuchar música mientras baila en su cuarto. Cuando le preguntan, ella dice estar aburrida la mayor parte del tiempo; indicando que le da pereza asistir a las actividades que proponen los padres. Ante estos eventos, los padres le han manifestado un agotamiento; le dicen que ya no saben qué hacer para que ella se sienta feliz y a gusto.
Ante la reiteración de estas manifestaciones de los padres frente a su irritabilidad y aburrimiento constantes, Juanita comenta, en un momento de susceptibilidad y tristeza, que lo lamenta y que no quiere ser una carga para sus padres ni para nadie. Ellos invalidan estos comentarios, diciéndole que es ridículo que piense eso y que ella nunca representaría una carga. En su colegio, Juanita ha tenido un decremento en su rendimiento académico desde el inicio del año escolar, que se ha evidenciado en la primera entrega de notas del año. Ante el reclamo de sus padres y profesores, ella reporta que no tiene sentido estudiar porque, según dice: “igual nada de esto lo voy a aplicar”. Actualmente se encuentra cursando décimo grado, tiene pocos amigos y en los descansos y almuerzos suele retraerse en lugares alejados o aislados para escribir o leer.
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Hace alrededor de una semana, uno de los profesores del colegio descubrió que existe una “moda” entre las estudiantes del colegio que consiste en hacerse cortes en las piernas. Ante la alarma generalizada que se difundió en el colegio por este suceso, Juanita ha encontrado una manera de controlar su estado de ánimo irritable y triste; con lo que ha iniciado a realizarse cortes leves en los brazos, procurando que los cubra la camiseta de su uniforme. En un evento más reciente, los tíos de Juanita han invitado a la familia a viajar un fin de semana por una festividad, viaje al que ella asiste renuentemente. En este viaje, casi por descuido de Juanita, una de sus tías logró percibir un corte en el brazo de su sobrina y le preguntó la causa de la herida. Aprovechando la confianza que le tenía a su tía, Juanita le contó la procedencia del corte, junto al reciente pensamiento de que sería mejor que ella no estuviera. Frente a esto la tía ha respondido que no debe sentirse así, y que no es tan grave lo que está atravesando.
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ACTIVIDAD 1
¿Qué señales de alarma se identifican en el caso de Juanita?
¿Qué comportamientos por parte de otros pueden estar aumentando el riesgo?
¿Qué podrían hacer los padres en este caso?
Dentro del espectro del suicidio, ¿dónde podría ubicarse Juanita?
¿Conoce algún caso similar? ¿En qué se asemeja o diferencia?
ACTIVIDAD 2
Si la respuesta para la última pregunta de la actividad anterior fue afirmativa, o si existen dudas sobre la presencia de factores de riesgo pruebe a llevar a cabo el siguiente ejercicio Busque un espacio de diálogo con el niño, niña o adolescente que esté libre de prejuicios, rótulos o mitos. Reconozca en ese espacio la validez de las emociones manifiestas e indague por sus posibles causas. Evite dar signos de excesiva preocupación o molestia, ya que ello podría agravar la baja percepción de control que ya tiene el niño, niña o adolescente sobre el (los) problema(s) que causan su estado de ánimo actual. Brinde una sensación de apoyo y seguridad, haciéndole saber que cuenta con usted y que no va a ser juzgado cuando comparta sus pensamientos y emociones. Indague otros factores de riesgo que pudieran permanecer encubiertos o fuera de su conocimiento (autolesión, consumo de sustancias) Movilice los recursos de que dispone según la gravedad de los síntomas o indicios: atención profesional, líneas telefónicas, urgencias psiquiátricas, etc. Procure que el niño, niña o adolescente reconozca su propia problemática y acepte voluntariamente las acciones a emprender frente a ella. HABLEMOS DE SUICIDIO I 18
REFERENCIAS
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