Hostales Hostels BOLETÍN NO. 3 • PRIMAVERA 2012
Norirúachi, la celebración rarámuri de Semana Santa ¡Kuira! La festividad más importante para nosotros es la Semana Santa o Norirúachi –significa Lugar para dar vueltas–. Esta fecha es además nuestro año nuevo, es la época en que luchan los Morokos –representantes de Riosi (Dios)– que buscan la paz y el orden contra los Juríosi que quieren el desorden, pues simbolizan al riablo (diablo). Durante la celebración acompañamos nuestras danzas con el sonido de tambores, violínes y flautas; danzamos porque sentimos que es nuestra obligación evitar que suban del inframundo las cosas malas. En esta edición presentamos un reportaje realizado por Frida Salcido Hernández, ilustrado con fotos de David Herrera Piña, durante la celebración de Semana Santa del 2011 en Cusárare, muy cerca del Hostal Rapichique.
Una de las culturas indígenas que ha conservado sus tradiciones durante las celebraciones de Semana Santa es sin duda la tarahumara. En época de Semana Santa, los rarámuris o tarahumaras danzan para orar y mantener su espiritualidad, bailan para agradecer bendiciones o alejar los maleficios y evitar las enfermedades. En estas fiestas colocan ramas de pino que marcarán el camino de las procesiones; aquí participan
dos grupos: el de los Morokos y el de los Juríosi, cada uno tiene capitanes que los dirigen, tenaches que cargan con las imágenes de los santos y pascoleros que participan con la alegre danza del pascol, usando cascabeles alrededor de los tobillos, bailando al son de los violines y las flautas.
En estas danzas los rarámuris simbolizan a los mestizos o chabochis como el grupo de los malos (Juríosi), los cuales se pintan de blanco y representan a los partidarios de Judas, que andan en todas partes y dominan la situación, pero al final son vencidos y triunfa el bien, representado por los Morokos.
Desde el miércoles empiezan los preparativos para la gran fiesta, llegando desde varias rancherías aledañas.Los hombres se pintan unos a otros el rostro con arcilla blanca y practican con sus instrumentos los sonidos que les acompañarán sin cesar durante tres días.Ya pintados danzan alrededor del templo y pasan bajo los arcos de ramas de pino con flores de yuca que simbolizan los cuatro puntos cardinales.
La celebración Desde una semana antes del jueves santo, vuelcan toda su energía y trabajo conjunto para celebrar Semana Santa durante tres días. Los jóvenes recolectan del cercano bosque ramas de pino con los que se construirán arcos de hasta cuatro metros de altura para colocarse frente y alrededor de la iglesia. Los arcos, coronados con grandes flores de yuca, sirven en el ritual de Semana Santa como estaciones, en donde se detiene a rezar el grupo de hombres que baila incesan-
de esta bebida. El chamán sostiene sobre su cabeza olotes ardiendo y un cuchillo, los cuales utiliza para señalar, frente a la cruz de madera, los cuatro puntos cardinales. Los tres hombres que lo acompañan rocían el piso con el líquido de sus vasijas, el rito se repite tres veces. El jueves santo, a media noche, la muchedumbre se dispersa, y cerca de la una de la mañana sólo el misterioso sonido de los tambores se escucha en la oscuridad. La mañana del viernes santo, los Morokos y Juríosi danzan durante 36 horas. Los danzantes llevan dos figuras de paja –una femenina y otra masculina– representando a Judas. Este día es el único en que participan las mujeres durante la procesión, cantando y echando incienso alrededor de la iglesia. Para entonces, el atrio se encuentra atestado de bailarines y músicos tocando sus tambores, violines y flautas.
temente. Estos arcos también se instalan frente a la casa donde se prepara y se sirve el tesgüino (bebida fermentada de maíz, espesa y nutritiva de contenido alcohólico, similar a la cerveza). Desde el miércoles no dejan de sonar tambores, flautas y violines, hay mucha actividad en el pueblo y los ancianos van y vienen, mientras que los niños juegan entre las mujeres que muelen el maíz para el tesgüino. Justo antes del anochecer, uno de los chamanes entra al atrio de la iglesia seguido por tres hombres que portan pequeñas vasijas llenas
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⬆ Los juríosi –representantes del riablo (diablo)– se pintan el cuerpo de diferentes maneras según la región: con puntos blancos, rojos y negros; con la cara de negro y el cuerpo con arcilla blanca; también se pintan de blanco agregando arcilla negra alrededor de los ojos para simular unos lentes oscuros. Este grupo conserva los elementos originales de su vestimenta.
⬆ Todos son partícipes de la celebración, sin importar la edad.
La cultura tarahumara
⬆ El Moroko representa al bien (a Dios o «Riosi») y se identifica por su sombrero adornado con plumas de guajolote. Cada región aporta su estilo a la indumentaria.
Esa noche, es cuando los tarahumaras realmente gozan de la fiesta: beben, bailan y ríen acompañados siempre del sonido de los tambores. El sábado en la mañana, los grupos de soldados y fariseos danzan en los cerros. Al mediodía los grupos
de danzantes llevan a cabo su representación en el atrio del templo. En la tarde, el maestro de ceremonias destruye todos los arcos que están al frente de la iglesia, mientras todos se retiran lentamente hacia el campo. Allí son quemados los Judas.
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El tarahumara ha conservado su cultura con gran tenacidad, a sus muertos continúan dejándoles comida para el viaje sin retorno, ayudándoles a subir al cielo mediante la celebración de tres o cuatro fiestas, dependiendo si el difunto es hombre o mujer. Aunque en muchas culturas el significado del ritual ha desaparecido, en éste caso ha demostrado gran vitalidad para subsistir. El humo –que es el incienso del tarahumara–, el rocío de los cuatro puntos cardinales y los cánticos ininteligibles se practican religiosamente. Las danzas que realizan son ceremonias llenas de significado, a través de ellas expresan sus esperanzas y temores. Para ellos, la danza es una oración; para pedir la lluvia, dan las gracias por ella y por la cosecha; danzando ayudan a Repá betéame (El que vive arriba), para que no pueda ser vencido por Reré betéame (El que vive abajo), es decir, el diablo. Foto: Carl Lumholtz, México Dexconocido, 1904.
⬆ Las celebraciones de Semana Santa o Norirúachi se llevan a cabo en el poblado de Cusárare, a dos km. del Hostal Rapichique; en Norogachi, a 55 km. del Hostal Agua Caliente; y en San Alonso, a 10 accidentados km. del Hostal Guityavo. “Tan increíble como parezca, los indios tarahumaras viven como si ya estuvieran muertos... No ven la realidad y sacan fuerzas mágicas del menosprecio que tienen por la civilización. Ellos vienen algunas veces a las aldeas, empujados por un ansia de viajar, de ver, dicen ellos, cómo son los hombres que han errado. Para ellos, vivir en las aldeas es errar”. Viaje al país de los Tarahumaras, 1937
La misión de Cusárare se adorna con un arco de ramas de pino y flores de yuca para celebrar el yorirúame o Semana Santa Rarámuri.
Hostales Hostels Materiales elaborados con el apoyo de Kwira es una publicación electrónica para promover los Hostales Tarahumaras. Fotos cortesía de la Sectetaría de Turismo del Gobierno del Estado de Chihuahua. Visita nuestra página www.hostalestarahumaras.com o escribe a frida@hostalestarahumaras.com
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Antonoin Artaud
Somos indígenas Rarámuri, también conocidos como tarahumaras (pies ligeros). Hace algunos años nos decidimos a construir hostales y cabañas para dar albergue a turistas mexicanos y del extranjero que gustan de la naturaleza y quieren algo diferente, lejos del bullicio. Queremos que la gente que nos visita disfrute con nosotros del fabuloso paisaje y la naturaleza que tratamos de conservar. Nuestros huéspedes son parte importante para lograr que estas barrancas y bosques perduren y que muchos “pies ligeros” puedan andar por estas tierras en compañía de nuestros amigos turistas. Nuestro propósito es compartir nuestra casa, cultura, fiestas y ceremonias, e invitar al mundo a descubrir nuestras maravillas. En las actividades de turismo participamos como familia, algo muy importante para nosotros. Los hostales son un patrimonio que nos ayuda a mejorar nuestras condiciones de vida y a defender nuestro territorio. Ofrecemos la convivencia con una forma de vida que ya es difícil de encontrar. Para organizarnos mejor hemos formado la Red de Turismo Rarámuri del Estado de Chihuahua, con nuevas y diversas oportunidades.
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