8 minute read

X-Celebrando la memoria histórica

Celebrando la memoria histórica X

La memoria es esa facultad que todos tenemos de retener y recordar eventos y situaciones del pasado, y las sensaciones, impresiones, sentimientos o ideas producidas. Nuestra memoria puede guardar y conservar recuerdos de prolongados períodos de tiempo o de acontecimientos recientes. La memoria también puede emplearse en sentido colectivo, cuando, por ejemplo, se apela a la historia para comprender el sentido que han tomado decisiones que implicaron a un grupo determinado, a una familia, a una institución.

Advertisement

Hacer memoria agradecida de la historia vivida como comunidad parroquial es ser fieles a nuestra herencia y celebrarla con gratitud: “Hacer memoria, es volver a pasar por la mente y el corazón, nombres, rostros, situaciones y sucesos vividos. La finalidad del hacer memoria es renovar de un modo particular una actitud generosamente agradecida ante la vida”219 . Dirá el Padre Marcelo Pomar, actual provincial de los misioneros redentoristas:

“Al hacer nosotros memoria, lo que realmente experimentamos es la historia como memorial.

Es una experiencia profundamente humana, ya que el tiempo es una dimensión esencial de la persona. Nos descubrimos a nosotros mismo como proyecto, como historia a construir con nuestras decisiones y nuestras vidas. Estamos siempre en camino, con responsabilidad, compromiso y precariedad: somos peregrinos de la esperanza. Nuestro futuro está lleno de posibilidades. Y la historia es referencia ineludible, maestra en sabiduría y escuela con sus errores.

Volver al pasado como memorial, nos ayuda a releer los acontecimientos, las personas y los hechos, como una posibilidad de recrear en nuestro presente aquellos gestos, signos, presencias y valores que animaron la vida de sus protagonistas. Sus luchas continúan en las nuestras, sus logros son nuestro patrimonio y sus vacíos,

219 Cattaneo A, 2020, p. 23. la posibilidad que reconocemos como nuestra oportunidad”220 .

Las crónicas de la comunidad religiosa y otras fuentes documentales dejan registro de una serie de celebraciones conmemorativas, de la presencia de los misioneros redentorista, tanto referidas a su llegada al país como a la llegada a la ciudad de Rosario y al templo parroquial.

El año 1932 fue un año de celebración en toda la Congregación del Ssmo. Redentor, ya que se conmemoraba el bicentenario de su fundación. A la vez, se suma otro acontecimiento significativo: 50 años de la llegada de los misioneros redentoristas a la Argentina. Para conmemorar dichos acontecimientos se organizaron eventos religiosos y culturales de diversa índole. Con el objetivo de dejar un registro gráfico de tales fechas auspiciosas, la viceprovincia editó un libro titulado Los redentoristas en el Segundo Centenario de su Instituto y en las bodas de oro de su establecimiento en los Países de Río de la Plata. Las palabras introductorias estuvieron escritas por Mons. Felipe Cortesi, Nuncio Apostólico. El mismo dirá al final de su presentación escrita: “Finalidad propia dela Congregación del Ssmo. Redentor es la evangelización del reino de Dios a los pobres y humildes, a imitación del divino Maestro. Cual misión más necesaria en nuestros días en que todos tienen en los labios la palabra “pueblo” y muy pocos en el corazón”221 .

El Padre Juan Banken, cronista de la comunidad, deja registro de la memoria de los 60 años de la llegada de los primeros redentoristas al país. “El día 25 de octubre de 1943 celebrose con toda solemnidad el grato aniversario de la llegada de los primeros redentoristas a esta república. Al mirar con un corazón agradecido los años ya fenecidos, vemos las grandes

220 Cattaneo A, 2020, p. 9. 221 Misioneros Redentoristas. “Los Redentoristas en el Segundo Centenario de su Instituto y en las Bodas de oro de su establecimiento en los países del Rio de la Plata”. Parte I. (1932). Bs. As. p. 6.

figuras de aquellos infatigables campeones que nos abrieron brecha en la dura labor apostólica y que nos dejaron junto con su espíritu su prestigio apostólico y las graves responsabilidades de un nombre y una tradición gloriosa que nos toca cuidar y conservar. Mientras nuestros corazones entonan “gracias al Señor Dios nuestro” y se elevan hasta el cielo las notas del humilde “Magnificat”, con que la Santísima Virgen nos enseñó a agradecer, nuestro labios musitan la oración del sufragio por los que nos precedieron en estos sesenta años y descansan en el Señor”222 .

Otro acontecimiento a conmemorar fueron los cincuenta años de la inauguración del templo parroquial. El mismo se celebró en el año 1979, con la organización y predicación de una misión popular, en todo el extenso territorio de la parroquia, que por esa época incluía en su jurisdicción las capillas “Santísimo Redentor”223, y “La Resurrección del Señor”224. El cronista de la comunidad religiosa Padre Luis Trivisono deja por escrito: “Para celebrar dignamente el cincuentenario de la dedicación de nuestra iglesia el párroco Padre Victorino Bisi quiso realizar como preparación a esta conmemoración una renovación espiritual de toda la parroquia”225. Una de las iniciativas propuesta a la Junta Parroquial226, y aceptada fue la de realizar tres misiones populares en zonas distintas en la amplia jurisdicción parroquial. A la vez cada una de las zonas sería subdividida con la idea de llegar a quienes más se pudiera. Agenda el Padre Luis Trivisonno: “Se realizaron tres misiones zonales: del 2 al 16 de septiembre en la zona de la Vicaría de la Resurrección; del 17 al 30 de septiembre en la zona de la vicaría del Ssmo. Redentor y del 1 al 14 de octubre en la zona del hospital Freyre. Cada una de estas tres zonas, fue dividida en varias subzonas, en cada una de las cuales duraba la misión una semana. Las dichas misiones las predicaron los Padres Victorino Bisi y

222 Crónica. Tomo VI, Op. Cit., p. 48. 223 Cattaneo, A. Op. Cit., pp. 200-210. 224 Cattaneo, A. Op. Cit., pp. 200-210. 225 Crónica. Tomo VIII, Op. Cit., p. 53. 226 Cattaneo, A. Op. Cit.,pp. 99-100. Eduardo Bottegal, acompañados por grupos de jóvenes; se predicaba en galpones, garajes, bares, clubes y hasta al aire libre buscando siempre el lugar más adecuado y céntrico de las subzonas. La concurrencia fue generalmente buena y gustaron mucho los audiovisuales y los testimonios presentados”227 .

Los 100 años de la llegada de los misioneros redentoristas a la Argentina se celebraron en el año 1983 en la ciudad de Rosario, también con la predicación de una misión popular, en toda la jurisdicción parroquial. La misma se llevó a cabo del 5 al 20 de noviembre. El lema de la misión popular fue “Abramos el corazón a Cristo Redentor”. Fueron seis los centros misioneros organizados. Las crónicas dejan registro de los lugares de ubicación de los centros misioneros y de los sacerdotes redentoristas referidos a los mimos: “en la sede parroquial estuvieron los misioneros Padre Miguel Zaieg y Padre Silvio Dugas, redentorista canadiense que reside en Uruguay; en la vicaría del Santísimo Redentor los padres Inocencio Iacobellis y Francisco La Ruffa; en la vicaría de la Resurrección del Señor el equipo misionero formado por los padres Pablo del Río y Pablo Moratorio; el centro San Gerardo en calle Juan B. Justo 980, integrado por los padres Miguel Riel y Walter Bellini; en el centro Virgen de Luján en la calle J. F. Flynn 1273 los padres René Falcón y Reynaldo Gómez y en el centro san Alfonso en Carrasco 1870, los padres Juan Suarez y Ricardo Margariti”228 .

Los 100 años de la llegada de los misioneros redentoristas a la ciudad de Rosario se celebraron en el año 2009. La Revista de la Familia Parroquial de diciembre de ese año229 deja constancia de ese acontecimiento significativo para la comunidad parroquial. Será el párroco y superior de la comunidad, Padre Miguel Ángel Pollano, quien escribirá en el prólogo de la revista parroquial:

“Nuestros 100 años hablan de nacimiento, de gestación, de la humildad de los comienzos y del

227 Crónicas. Tomo VIII, Op. Cit., p. 53. 228 Crónicas. Tomo VIII, Op. Cit., p. 67. 229 Revista de la Familia Parroquial. Edición especial.100 años de presencia Redentorista. Diciembre 2009. p.3

desarrollo de la vida de fe; años de caminos recorrido en los senderos de la historia de nuestro barrio, años de siembra del Evangelio de Jesucristo, años de encuentro con Dios y con los demás, que nos han ido configurando como comunidad. Años que son oportunidad de gratitud por tantos misioneros que pasaron por nuestra vida, de tantos matrimonios, de tantos jóvenes, de tantos niños; y oportunidad que Dios nos regala en este tiempo que nos toca vivir para renovar nuestro camino, nuestra siembra de hoy y nuestro encuentro con los demás; oportunidad de construir y construirnos como una comunidad fraterna, orante, solidaria y misionera”.

Compartiendo un aporte sobre la catequesis, en el marco de los 100 años de la llegada de la Congregación del Santísimo Redentor, escribirá entre otros aportes, José Luis Bruno: “cuando decimos hacer memoria, a veces parece que suena a viejo, como amarillento, recuerdos del pasado que no tiene nada que ver con el presente. Pero al hablar de Presencia y Memoria, todo cambia y cobra sentido”.

También en esta Revista Parroquial, y sumándose al acontecimiento celebrado, es Luis Toresani, quien escribe el siguiente aporte:

“Hablar de nuestra querida iglesia del Perpetuo socorro es hablar de los Padres Redentoristas. Y hablar de ellos, es sinónimo de Misión; de amor a la Virgen María del Perpetuo Socorro; de entrega a Jesús y la necesidad de dar a conocer el plan de

Dios. Por eso son misioneros, para llevar la palabra a los más alejados y a los más necesitados, siendo esto su prioridad. Participar de las misiones era, es y será un verdadero regalo. De ese modo se pueden conocer otras realidades, compartir ideas, rezar juntos, y cuando se termina la misión darnos cuenta que fuimos misionados. ¡Cuántas vivencias! ¡Cuánto que aprender! Y todo eso por la gracia de Dios y por el empuje y dedicación de nuestros queridos Padres Misioneros

Redentoristas. ¡Feliz celebración!”.

Sin duda, toda celebración de la memoria histórica invita a ser agradecidos y a renovar miradas esperanzadas, que desafíen a seguir haciendo camino con entusiasmos y responsabilidad creativa.

Bendición de la placa en homenaje al Padre Otón Robrecht (1948)

Novena Misión en Pomán. Catamarca (1999)

Adviento Misionero. Gruta Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro en el parque Alem (2020) Integrantes de Cáritas Parroquial (1996)

Integrantes de la comunidad crecer en el encuentro de verano (2021)

This article is from: