Testimonios. Los pasos redentoristas por la parroquia San Enrique Villa Gobernador Gálvez - Marina Mattern hmr

Testimonios. Testimonio y memoria agradecida - José Luis Bruno

TESTIMONIOS

Los pasos redentoristas por la parroquia San Enrique Villa Gobernador Gálvez

En el año 1987, cuando tenía nueve años, escuché al padre Marcos Sánchez (franciscano capuchino, párroco de San Enrique y muy cercano a mi familia), hablar en casa con mi papá, de que llegarían a la Parroquia unos sacerdotes misioneros para misionar algunos barrios. Recuerdo su alegría y entusiasmo, Marcos fue (porque ya partió a la casa del Padre), un hombre de Dios muy ocupado porque la Iglesia saliera al encuentro de todos, impulso que después seguiría dando el padre Luis Dri (hoy se encuentra viviendo en la Fraternidad de Ntra. Señora de Pompeya, Buenos Aires). Ese espíritu itinerante, que también tienen los capuchinos, creo que fue lo que permitió la comunión evangelizadora entre estos dos carismas, que tanta bendición trajo a la Parroquia y a la ciudad de Villa Gobernador Gálvez.

Muchas misiones se han realizado a lo largo de diez años aproximadamente donde el P. Esteban Cullen se fue convirtiendo en un sacerdote más de nuestra parroquia (tal fue su inserción y compromiso con nuestra vida eclesial), y donde hablar de la Parroquia Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro, era nombrar a una comunidad hermana, familiar. Cada comunidad de la Parroquia fue fortalecida en los veranos misioneros donde hemos recibido a laicos goyanos, rosarinos, bonaerenses, donde hemos conocido a sacerdotes, hermanos estudiantes y allí por primera vez supe que también había Hermanas Misioneras Redentoristas.

La comunidad de San Enrique se hizo fuerte y misionera con el impulso de las acciones misioneras propuestas y acompañadas en diálogo con nuestra comunidad local, fueron años de fortalecer comunidades juveniles, de gustar de la Palabra a través de las pequeñas comunidades que quedaban conformadas después de la misión popular; tiempos de ayudarnos a ahondar en el misterio pascual acompañando las Semanas Santas de la Parroquia. Muchos jóvenes fuimos contagiados por la misión e impulsados a tomar protagonismo en el anuncio y animación de comunidades. Algunos se convirtieron en matrimonios con gran convicción de fe y hoy animadores de sus comunidades, pienso y agradezco por Alicia y Fabián, Silvia y Javier, Ramón y Gustavo con sus esposas.

A mí, especialmente, la misión me impulsó a tomar coraje y dar más de lo que hasta la adolescencia creía que podía dar como cristiana, y me animé a dar un SÍ para siempre al Redentor, consagrando mi vida al Anuncio de la Abundante Redención. Mi experiencia es haber descubierto a un Dios cercano, que se hace Palabra llana y sencilla; me impactó (no solo a mí) la forma de evangelizar de los Redentoristas, sobre todo por la alegría y familiaridad con las que nos invitaban a compartir “esos días de gracia y renovación, que era la misión en el lugar donde estuvieran”. Esa experiencia me llevó a plantearme la pregunta por consagrar mi vida a la misión al estilo de Alfonso y cómo la llevan adelante los continuadores del carisma, o sea los y las Misioneras Redentoristas.

En Jesús, María y Alfonso, pongo esta memoria agradecida y nuestro andar misionero, con cariño fraterno.