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XII-Misión compartida
Misión compartida XII
Hablar de “Misión Compartida” es antes que nada, un nuevo lenguaje, relativamente reciente, que nace de la comprensión de la misión carismática en la vida de la iglesia de las diversas congregaciones religiosas y del deseo de actualizar hoy dicho carisma. En la base de la misión compartida se encuentra el redescubrimiento de la eclesiología de comunión, tal como se ha desarrollado en el tiempo posterior al Vaticano II. La Iglesia no es primariamente un conjunto de grupos de cristianos que se encuentran claramente delimitados y clasificados en estados de vida distintos, como ha ocurrido durante muchos siglos, sino que la Iglesia es, ante todo, una comunidad sostenida y animada, desde la comunión y la pertenencia. Cuando en la congregación fundada por san Alfonso hablamos de “Misión Compartida”, dicha expresión nos indica que el carisma redentorista no pertenece exclusivamente sólo a los consagrados sino que puede ser compartido por laicos por igual. El carisma y la misión redentorista no son propiedad de los consagrados, sino que le pertenecen a Dios, y el Espíritu Santo, lo entrega a quien quiere, cuando quiere y como quiere. Esta Misión Compartida nace y se consolida en el marco de una experiencia vocacional, por lo tanto entraña un compromiso explícito con la misión de la congregación, supone un conocimiento de la misión, comporta una corresponsabilidad y disponibilidad para asumir responsabilidades y permite desplegar una mayor vinculación con el carisma de la congregación. En la introducción del Directorio para la Misión Compartida, escribe el Padre Michael Brehl, actual Superior General de los misioneros redentoristas.
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“Desde los comienzos de su ministerio apostólico, san Alfonso María de Ligorio trabajó en colaboración con hombres y mujeres laicos para llevar la Buena Noticia a los pobres. Comenzando con las capillas del atardecer y continuando con su labor en las cofradías, misiones y retiros, así como con sus publicaciones, san Alfonso preparó a los laicos para la misión de la evangelización. San Clemente Hofbauer y generaciones sucesivas de misioneros redentoristas, religiosas redentoristas y Asociados laicos han dado continuidad a la Misión Compartida hasta el día de hoy”230 .
Los Redentoristas argentinos de la provincia bonaerense, en la década de los años ‘70, movidos por el espíritu que animó el Concilio Vaticano II y comprometidos con las urgencias y desafíos eclesiales de ese momento histórico, convocaron a los laicos y más concretamente a los jóvenes para sumarse al anuncio de Jesucristo Redentor y al trabajo por el reino y su justicia: a mediados de 1979, EDIFICAR (Espiritualidad De Integración Fraterna Inspirada en el Carisma Apostólico Redentorista) comienza a tomar forma en las parroquias y comunidades animadas pastoralmente por misioneros redentoristas, como una respuesta a quienes adherían al carisma de la congregación, convocando especialmente a los jóvenes y jóvenes mayores. “En 1994, Edificar abre las puertas de sus encuentros anuales y sus comunidades de referencia a todos los laicos que se sienten identificados con el carisma misionero y desean colaborar y vincularse de un modo más explícito buscando favorece la comunión, integración y pertenencia”231 .
El XXI Capítulo General (1991) ha instituido la figura del Misionero Laico del Santísimo Redentor, como un “colaborador activo que toma parte de la vida apostólica de la Congregación redentorista” (Documento Final, N° 60 a). Ellos “constituyen la expresión más plena de colaboración y participación (es decir, asociación) de los laicos en la vida apostólica de la Congregación” (1995 Comunicanda Nº 4, Nº 39).
Durante el segundo período de sesiones del XX Capítulo Provincial celebrado en diciembre de 2018 en Villa Allende, Córdoba, se toma la decisión de instituir
230 Curia General C.Ss.R (2020). Directorio para la Misión Compartida, p. 1. 231 Provincia Bonaerense, (2004). La vocación del laico redentorista. Documento orientador, p.4
la figura del Misionero Laico del Santísimo Redentor (MLSR) quedando registrada como Decisión N° 13 en los Estatutos Provinciales. “En nuestra Provincia se instituye la figura del MLSR. El Gobierno Provincial busque los modos de concretar esta institucionalización, en dialogo con el SAL y con otros laicos cercanos, de acuerdo a las realidades de nuestras comunidades, cuando sea oportuno”.
El propósito fundamental del Misionero Laico del Santísimo Redentor es la participación en la misión redentorista para “seguir el ejemplo de Jesucristo Salvador en la predicación de la Palabra de Dios a los pobres” (Constitución N° 1). El Misionero Laico del Santísimo Redentor es un cristiano consciente de su vocación que nace de la gracia bautismal, y que lo lleva a vincularse a la Congregación para participar de su mismo espíritu, sistema de valores, carisma y vida apostólica redentorista:
“La vocación del Misionero Laico del Santísimo Redentor va más allá de una simple afinidad con la Congregación. Es un don del Espíritu por el cual la persona participa más plenamente en la vida apostólica redentorista, asumiendo su compromiso no solo con ciertas actividades, sino con su vida en general, principalmente dentro de sus obligaciones familiares y profesionales. Los Misioneros Laicos del Santísimo Redentor eligen a la comunidad redentorista como la fuente de inspiración para su vida espiritual y apostólica. Junto con los Redentoristas profesos comparten la herencia alfonsiana y la promueven al interior de la Iglesia232 .
En función de darle continuidad y de resignificar la Misión Compartida, a partir de una renovada colaboración y corresponsabilidad entre la Congregación del Santísimo Redentor, los laicos con su forma diversa de adhesión al carisma, los otros grupos de laicos, de religiosos y religiosas que comparten de diferentes maneras la misión y el carisma de la congregación, la Familia Redentorista en su conjunto está invitada a dar formas creativas a esta búsqueda del Espíritu por compartir Vida y Misión.
232 Curia General C.Ss.R, 2020, Op. Cit., pp.43-44