Cuentos para el estío

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Cuentos para el estío Antología

Edición de Manuel Nevado

EDITORIAL MNG MENGÍBAR

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Título de la edición: Cuentos para el estío

Ilustración: María del Mar Vílchez Moreno

Primera edición: mayo 2016

© Ediciones MNG, S. A., 2016 Depositor legal: M. 4.8.889–2016 ISBN: 54–765–6–657–1231 Printed in Spain Paseo El lector inquieto, nave 7. Albariza (Engibar)

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Gracias a todos los que habĂŠis hecho realidad este libro.

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ÍNDICE …………………………….…...… pág. 11

Un misterioso don Una bonita realidad

……………………………...…...pág. 15

La familia luchadora

……………………….....…....... pág. 19

La decisión de los niños

……………………….......… pág. 23

Los asesinatos de Tokio

………………………….….. pág. 29

La leyenda de Dragon Fire

………………………….. pág. 35

Vacaciones que cambian la vida Aventuras en la playa El anfitrión

………………………………... pág. 43

…………………………………..………. pág. 47

La selva perdida

……………………………………... pág. 51

Los asesinatos de Hawái Galaxias lejanas Sin título

…………………..… pág. 39

…………………...……...… pág. 57

……………………………….…….. pág. 61

………..……………………………………. pág. 65

La vida de un jugador de fútbol Mis vacaciones

…………..…………. pág. 69

……………………………….……… pág. 75

Y la belleza… ¿Dónde se encuentra?

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….……..…..…. pág. 79


….…………………….. pág. 83

Deberías estar aquí conmigo Primer amor

………………………………………..... pág. 87 ………………………………….. pág. 91

La historia de Sofía

……………………………... pág. 95

La palabra NOSOTROS Nueva vida en España El arte de aprender

………………………….……. pág. 99 …………………………...…….. pág.103

El profesor más raro del mundo

……...………....…. pág. 109

Un amor anónimo

……………………………....….. pág. 113

Claramente, Clara

……………..…………………... pág. 117

Skater and me

……………….……………………… pág. 121

Viaje al futuro

……………………………………… pág. 129

Nuevas amistades

…………………………….…….. pág. 133

La fiesta y el duende verde Mi chico verde

……………………………………… pág. 141

El hombre de la capa verde Violetta

………………………..... pág. 137

………………….…….. pág. 143

………………………………...…………… pág. 147

Siniestro alcohol

………………………………...…. pág. 151

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El objetivo ………………………………………...…. pág. 155 Pequeña gran revolución Desaparecidos en el bosque Caso abierto

………………………….……. pág. 171

………………………………………… pág. 175 ……………………………..……. pág. 179

El sueño de Mark Fran

………………………... pág. 163

…………………………………..……. pág. 167

La isla desaparecida El secuestro

………………………...… pág. 159

…………………………………………..…….. pág. 181

Cómo llegué a lo más alto Igualmente, todo

………………...……….. pág. 183

…………………………………… pág. 187

Perdidos en una isla

……………………......………. pág. 193

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Para Cristina, ya que me ha aguantado y ha tenido que soportar que le leyera el texto todos los miércoles. 

UN MISTERIOSO DON —Levantaos, nos están atacando —les dije muy nervioso, pero ya era tarde. Dispararon con fuerza y atravesaron los cuerpos de mis compañeros de equipo. Cuando me di cuenta estaban cerca de mí y me apuntaban directamente a mi cabeza. En ese momento pensé que todo acabaría y vi cómo una luz negra me llevaba hacia el lugar más oscuro. Cerré los ojos creyendo que terminaría antes. Los abrí de nuevo y todo cambió completamente. Me encontraba en un lugar muy extraño sin ninguna herida de guerra. Vestía con ropa militar, negra, verde, marrón… Allí mi mente se giró y fue cuando empecé a investigar. ***** Primero regresé hasta el lugar donde mis compañeros fueron asesinados. Me sentía muy mal, todos los recuerdos me llegaban a la mente. Miré a mi alrededor, pero ya no había nada. Todo estaba tan tranquilo que es así como debería haber estado cuando nosotros llegamos.

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Di un largo paseo intentado buscar alguna pista que me resolviera mi misterio. Pistas no había ninguna, pero animales minúsculos y vegetación verde muchísima. Estaba tan cansado que me quedé dormido en la sombra de un árbol del campo de batalla. Al despertar ya tampoco estaba en el campo de batalla y el ambiente era muy distinto. Las condiciones habían cambiado. En la habitación donde desperté había camas muy grandes. Paredes lujosas recubiertas de oro, incluían baños con una bañera gigante. Me levanté muy sobresaltado y pensé en todas aquellas hipótesis que el día anterior insinué. ¿Y si todo era un sueño en el que no me había despertado porque no podía? ¿Y si tenía un don que era transportarme a lugares en un momento de tensión? Esta era la que mejor podía coincidir. ***** Para comprobar si mi don podía existir o no, fui a un especialista, se llamaba Joaquín. Era un hombre que aparentaba tener un carácter malo, pero en verdad, cuando lo conocías, era encantador. Vivía a las afueras de la ciudad. Su casa era de color azul, era muy llamativa y destacaba bastante. Sin embargo, por dentro las paredes eran blancas y creaban un entorno de paz. —Buenas tardes —le saludé entusiasmado—. Quería encontrar una solución a mi problema. Él me respondió con un saludo bastante corto.

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—Vamos a investigar todo tu pasado. Primero debemos saber si algún antepasado tuyo tenía algo que pudiese llevarnos ante la respuesta a tus preguntas. Mi cara se transformó, era como si la noticia llegase retrasada a mi mente y no entendiese nada. ¿Y si nadie lo tenía? ¿Era yo el único? El doctor y yo revisamos uno a uno todos los expedientes de mi familia. Nos quedaban cinco, pero estábamos cansados. Por ahora ninguno de los que llevábamos nos desvelaba nada. — ¿Por qué no quedamos mañana y miramos los demás? —dijo Joaquín con su ceño fruncido. Yo sin dudarlo le respondí que sí. Quedamos por la mañana a las 7:30. No podíamos perder tiempo. Para mí era muy temprano, pero era necesario hacer un esfuerzo para levantarme a esas horas. ***** Me levanté y al bajar de la cama tuve la sensación de transportarme, pero en verdad eran cosas que mi cabeza creaba. Cuando llegué al laboratorio, Joaquín me esperaba. Mi cara reflejaba haber pasado una noche mala.

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Nos pusimos a leer los otros informes. Para mí los más importantes: mi madre, mi padre, mi abuela y abuelo, y mi hermano. Mis padres no tenían ningún don. Mi hermano tampoco. Llegamos a la carpeta donde ponía el nombre de mi abuelo, yo estaba convencido de que tampoco iba a tener suerte. Pero mi madre decía que “la esperanza es lo último que se pierde”. Lo abrí muy despacio y empecé leyendo las primeras líneas. Después eché una mirada y vi la luz blanca. Una palabra “transporte” me había cambiado la vida y en ese instante el rostro. Pensé que ya todas las respuestas estaban encontradas. Después el doctor me volvió a ayudar y por fin toda la investigación, las noches de angustia, había terminado. Era un don que se heredaba y yo por suerte lo heredé de mi abuelo materno. Me sentí tan orgulloso… Elisa Bruno Torres

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A mi madre por todo lo que me ha ayudado, por los consejos que me da, y los cotilleos que me cuenta.

UNA BONITA REALIDAD Lauren es una chica que tiene veinticinco años. Ella estudia un grado en Derecho. A ella le faltan tres años para terminar la carrera. Su carácter es un poco fuerte, aunque ella es muy simpática, divertida y amable. Ella es rubia con el pelo largo, ojos marrones y no es muy alta. Lauren sale con Jacob y ya llevan tres años. A ella le gusta montar a caballo y manejar los ordenadores. Jacob es un chico de veintiséis años. Él estudia un grado de Magisterio y le quedan dos años. Es tranquilo, aunque a veces, como su novia Lauren, tiene un carácter un poco fuerte. Él es moreno con el pelo largo y los ojos verde oliva. De estatura es muy alto y además le gusta jugar al baloncesto. La rutina de la pareja todos los días es siempre salir de la universidad, comer en algún bar o en el apartamento, después ir al parque a hablar y por último estudiar. Ellos estudiaban en Scotland para aprender a desarrollar su trabajo. El tiempo transcurría hasta que pasaron dos años. Jacob ya terminó la carrera. A él lo mandaron a un colegio privado. A Lauren sólo le faltaba un año. Jacob conoció a mucha gente, sobre todo a niñas porque aquel instituto era privado. El caso es que siempre estaba con una niña - 15 -


llamada Ylenia. Cada día se hacía más eterno para Jacob porque poco a poco se fue enamorando de Ylenia. Todas las tardes quedaban. Un día Jacob decidió pedirse el día para ir a New York para explicarle a Lauren que entre ellos no había ningún tipo de relación. Cuando llegó llamó a Lauren y le preguntó que dónde estaba y ella le respondió que estaba en el parque. Cuando vio a Lauren le entró pena porque en el fondo sentía algo por ella. Jacob le explicó todo, pero ella no lo entendió y se puso a llorar. Jacob le dijo la verdad, que había encontrado a su futura mujer y ella salió corriendo. Jacob por dentro estaba lleno de furia, pero se aguantó. A continuación, se dirigió hacia Scotland donde estaba Ylenia. Cuando llegó le dio un abrazo y sólo le dijo estas palabras: “¿Quieres que nos escapemos?”. Ella no estaba muy convencida porque sus padres le regañarían mucho, pero al final le dijo que sí. Al día siguiente se escaparon. Llegó la noche, entonces vieron una casa abandonada por el campo y allí pernoctaron. Ylenia le dijo a Jacob que tenía miedo y Jacob le dijo que no iba a pasar nada. Al día siguiente se levantaron temprano porque la noche de antes había nevado. Les pilló una tormenta de nieve y la moto se escurría. Los dos por la culpa de la nieve tuvieron un accidente y se cayeron a un barranco. Lauren intentó llamar a Jacob para ver cómo estaba porque ya habían pasado tres meses desde que

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habían cortado, pero no lo cogía. Ella se asustó porque por la tele había visto que había venido una tormenta de nieve. Pasaron dos días y lo llamó de nuevo, pero no lo cogía. Entonces llamó a Scotland Yard, la mejor policía de Reino Unido, para que hiciera una búsqueda en cuanto antes. A los tres días siguientes aparecieron, él se había roto la pierna y un hombro, e Ylenia por desgracia había muerto. De pronto llamaron a una ambulancia y a sus familiares. Poco a poco se fue recuperando y la muerte de Ylenia fue muy dura para él. Lauren le hizo una visita al hospital que por cierto le alegró el día. El médico le dijo a Jacob que dentro de una semana se podía ir a su casa, lo malo es que para siempre iba a estar en silla de ruedas. Lauren siempre estaba apoyándole, pero poco a poco empezaron otra vez a enamorarse y se juntaron. Se casaron y tuvieron tres hijos: uno llamado Callum, otro Ruth y otra Ylenia. Y todos fueron felices. Alba Herrera Liébana

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Se lo dedico a mi hermano Rubén por todo lo que me ha dado en estos 16 años. TE QUIERO.

UNA FAMILIA LUCHADORA Rubén era un niño luchador que luchaba contra una fuerte enfermedad. Desde que nació en el año 2000, Rubén había sido feliz hasta los tres años o algo más. En el 2002, tuvo un hermano al que siempre quiso mucho y se llamaba Rafa. Rubén y sus padres estuvieron muy felices al ver cómo la familia iba creciendo. Rubén siempre cuidaba de su hermano mucho, se reían y dormían juntos. Sus padres, Gregorio y Luisa, sabían que a Rubén le pasaba algo ya que no andaba bien, no comía bien, ni hablaba. Rubén tenía una enfermedad muy rara que desconocíamos. Cuando nació Rubén, esta familia vivía en otro pueblo que se llamaba Vados de Torralba. Allí eran muy conocidos y tenían muchos amigos (Juan, Víctor, Jorge, etc.). Todo el mundo les demostraba su cariño. Al conocer la enfermedad, se mudaron a un nuevo pueblo: Mengíbar. Aquí es donde Rafa y Rubén iban al nuevo colegio y donde pasarían muy buenos momentos. Un día, Rafa estaba en la escuela y sus tíos le llamaron diciéndole que su hermano estaba mucho peor y que si quería verlo, porque a lo mejor se ponía peor y se podía ir pronto con Dios. Rafa aceptó ir a ver a su hermano Rubén al hospital. Nada más llegar, Rubén - 19 -


se rio al ver a Rafa, era la última sonrisa que nos iba a echar. Todos dieron muchos besos a Rafa porque ellos también estaban muy afectados, ya que sabían que estando en el hospital Rubén se iba a marchar muy pronto. Varios días más tarde, Rubén se fue y todo el mundo estaba llorándole porque era un niño muy querido por todos. Luisa y su marido recibieron muchas llamadas para darle el pésame. Ella y su familia estaban muy afectados, especialmente su hermano, que lo recordaba en todo momento como, por ejemplo, cuando se iba a estudiar al cuarto que compartían cuando dormían. Rubén era un niño muy luchador y siempre estaba sonriendo. A pesar de su estado, él hacía todo lo que un niño normal dentro de sus límites. Por ejemplo, él iba a la asociación con otros niños como él para hacer ejercicio y ayudarle en su estado. Además, todos los días iba al colegio hasta que cogió otra enfermedad la pasada Navidad: una varicela grave. Esto unido a su enfermedad hizo que se pusiera peor. Rafa siempre miraba en una conocida página de Internet el vídeo de su hermano donde había imágenes desde que había nacido. Rafa miraba este vídeo por las noches y lloraba al ver a su hermano en sus primeros años: cómo comía, andaba, etc. Lo que más le gustaba del vídeo era cuando veía a su hermano Rubén que lo cuidaba y ayudaba. Algunos compañeros del instituto preguntaron a Rafa que por qué se salió de clase las últimas horas cuando sus tíos fueron a buscarle y éste dijo que era por problemas personales. Su maestro - 20 -


le preguntó que por qué no había asistido esas horas y Rafa se quedó en silencio. Cuando Rubén se fue, Rafa estuvo muy apoyado por sus amigos y especialmente por Francisco. Francisco le invitaba a jugar y a dormir en su casa para que Rafa estuviera más entretenido y no estuviera tan solo en esos momentos tan duros. Todo el mundo mostró su cariño a Rubén y le hicieron dos misas, una en Mengíbar y otra en Vados de Torralba. En una de ella, una de sus primas le leyó una bonita carta que ella le había escrito y hablaba de la vida de Rubén. Rafa lloró mucho al escucharla. Rafa vio un programa de televisión donde salían niños con enfermedades y lo pasó mal recordando a su hermano. Sus padres le dieron una sorpresa cuando trajeron a todos sus amigos del pueblo para animarlo. Con el tiempo, Rafa fue superando lo de Rubén y ya no lloraba tanto pero siempre veía sus fotos y pensaba en él, incluso dormía con el cojín de la foto de su hermano. Rafa tenía algunas dudas y le preguntaba a su madre qué era una persona parapléjica y ella le dijo que era alguien que no podía andar. Rafa y sus padres están muy agradecidos con todas las personas de su alrededor porque les han apoyado mucho en ese difícil momento de despedir a Rubén. Jaime Aranda Martínez

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Se lo dedico a mi madre porque siempre me ha apoyado.

LA DECISIÓN DE LOS NIÑOS En un pequeño pueblo vivía María con sus tres hermanos pequeños y sus padres. El pueblo era tan pequeño que solo vivían ellos y seis familias más, María tenía una bonita amistad con uno de los hijos de una familia del pueblo llamado Sebastián al que ella y solo ella llamaba An. Os preguntaréis el porqué lo llamaba así si su nombre no era ese, la razón es que cuando se conocieron eran muy pequeños y, como no sabían hablar bien, él a ella cuando la llamaba le decía Iay, y ella a él, An. Desde entonces no se llamaron de otra manera. María y Sebastián, o mejor dicho Ia y An, eran muy pero que muy amigos, tan amigos que hasta se habían vuelto inseparables. Un día, mientras las familias, tanto de María como de Sebastián, trabajaban, ellos decidieron dar una vuelta por las afueras del pueblo ya que no lo conocían debido a que sus familias les prohibieron salir de él. María y Sebastián emprendieron el viaje a lo desconocido. —¿An, por qué nuestras familias no quieren que salgamos del pueblo? —pregunto María.

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—Ia, no sé si tendrá algo que ver, pero un día escuché una conversación de mis padres en donde hablaban de algo relacionado con los vecinos del pueblo colindante, donde comentaban algo sobre unos terrenos, pero Ia, no sé si será por eso —contesto Sebastián. —Pues An, tendremos que investigar, porque no me parece bien que no podamos salir y dejar de disfrutar de estos bonitos paisajes que hay por aquí, campos cubiertos de un manto verde con esos pinos y sus piñas en el suelo. Y esas ardillas corriendo en busca de la recompensa que le da la naturaleza. María y Sebastián anduvieron por ese bonito paisaje hasta llegar al pueblo vecino, aunque con un poco de miedo, pero con decisión, fueron en busca de personas que les pudieran ayudar a entender el conflicto. Allí encontraron a un niño de su misma edad con el que tuvieron una larga charla. —Hola, mi nombre es Sebastián y mi amiga María, ¿y el tuyo? Y el niño respondió: “Yo me llamo Jorge”. —Hola Jorge, encantado de conocerte. Nosotros venimos del pueblo vecino y queríamos saber por qué mi pueblo no se lleva bien con el tuyo o eso es lo que pensamos, porque tanto mis padres como los de María nos tienen prohibido salir de él. Por eso hemos decidido investigarlo por nuestra cuenta sin que ellos lo supiesen.

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—Pues Sebastián, María, algo tengo escuchado, y mi deseo es el mismo que el vuestro ya que una vez intenté pasar a vuestro pueblo, pero me quedé en mitad del camino. No sé si a vosotros os habrá pasado lo mismo porque lo que vi me dejó sin palabras. Y los tres a la vez contestaron: “impresionante, bonito y una pena no poder disfrutarlo”. Entonces entre los tres empezaron a investigar el porqué del conflicto. Jorge como era del pueblo preguntó a sus vecinos, pero ninguno quería responderle a esa pregunta. Era como si fuese una pregunta prohibida porque en vez de contestarla se enfadaban. Jorge, como quería respuestas sí o sí, no dudó en hablar con el alcalde del pueblo, llamado Bartolomé Ponce. —Hola, Don Bartolomé, soy hijo del granjero Martínez, y vengo acompañado de Sebastián y María, dos vecinos del pueblo de al lado. Veníamos a hacerle unas preguntas que ninguna persona del pueblo a la que hemos preguntado nos ha querido responder. —¿Pues dime, Jorge y compañía, en qué os puedo ayudar? —Pues mire usted, señor alcalde, queríamos saber el motivo por el cual no tenemos buena relación con el pueblo vecino, por eso Sebastián y María han decidido venir hasta aquí para saber. —Pues mira, Jorge y compañía. Yo no me voy a esconder y sí os voy a contar la historia por la cual los pueblos están enfrentados.

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Jorge, Sebastián y María, al final, iban a saber la verdad que buscaban y sus caras reflejaban la alegría de poder saber y poder hacer algo por la situación. —Mirad, esto sucedió cuando yo apenas era un niño, me acuerdo de que mis padres me negaron que fuese al pueblo de al lado porque se habían enterado de que se habían apropiado de todo el lindero que separaba un pueblo del otro. Por esa razón no se pueden ni ver. —Señor alcalde, disculpe mi interrupción, pero nosotros no nos hemos quedado con nada ya que los linderos nosotros tampoco los tenemos. —Cómo puede ser eso, si todos estábamos en que los linderos se los había quedado el pueblo vecino, y por eso se valló todo lo que rodea el pueblo. —Pues, señor alcalde, en mi pueblo pasa absolutamente igual. Está todo el pueblo vallado como aquí. —Entonces los linderos…, ¿qué hay de ellos…? —Señor alcalde, yo hace un tiempo quise acercarme al pueblo vecino y no lo pude hacer porque me quedé impresionado del paisaje que había. —Señor alcalde, a nosotros nos pasó igual con el único cambio que nosotros sí llegamos hasta aquí.

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—Pues no os preocupéis que yo me voy a encargar de que esto se solucione porque ni vosotros ni nosotros nos estamos apropiando de nada. Todo lo contrario, está abandonado, aunque por vuestras palabras me imagino que debe de estar todo precioso. —Señor alcalde, no se puede hacer una idea de lo bonito que está el campo. El alcalde mandó llamar a todo el pueblo para que se reuniese en la plaza del Ayuntamiento. Una vez allí el pueblo reunido, el alcalde pronunció unas palabras. —Hola, vecinos de este bonito pueblo, os he llamado a todos para arreglar una situación que no está bien desde hace muchos años, y que a raíz del día de hoy ha cambiado mi forma de pensar porque no es como todos nosotros pensábamos. Se sintió murmurar a la gente. —No, vecinos, dejadme hablar. No murmuréis, estábamos confundidos. Nuestro pueblo está como el pueblo vecino, y os preguntaréis cómo puede ser. Fuimos muy egoístas, queríamos que fuese para nosotros ese bonito bosque o campo o como lo queráis llamar, y pensamos en disputarlo al creer que habíamos perdido. Vallamos nuestro pueblo quitando a nuestros ciudadanos la oportunidad de contemplar lo bonito que había a nuestro alrededor; sin embargo, el pueblo vecino pensó lo mismo e hizo lo mismo: valló su pueblo y detrás de estas vallas hay un bonito bosque, y no es que yo lo haya visto, si no tres maravillosos niños que nos han tenido que abrir los ojos. Sí señores, tres niños: Jorge, - 27 -


de aquí de nuestro pueblo, hijo del granjero Martínez, y Sebastián y María, del pueblo vecino. Por eso pido que entre todos destruyamos la valla que rodea el pueblo y yo mismo iré a hablar con los vecinos del pueblo de al lado para contarle todo lo sucedido. Se escucharon muchos aplausos. El alcalde cogió a los niños, tanto a Jorge, Sebastián y María, y se los llevó al pueblo de al lado. Una vez allí habló con el alcalde del pueblo, el cual quiso hacer lo mismo que el alcalde del otro pueblo. Una vez que habló el alcalde, decidieron también quitar todas las vallas que rodeaban el pueblo. Una vez hecho, Jorge, Sebastián y María se pusieron de acuerdo para juntar a los dos pueblos en el lugar más bonito que había y el cual había sido la disputa de ellos. Una vez reunidos los dos pueblos, se firmó la paz, y tanto un pueblo como el otro aprendieron que lo más bonito era compartir, ya que los malos entendidos podrían provocar lo que provocaron ellos. Laura Polaina Moruno

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Le dedico este texto a mi querida madre que es mi más preciada musa.

LOS ASESINATOS DE TOKYO Hace ya un año que ellas se fueron. Todo esto ocurrió el seis de diciembre de 1989, durante las vacaciones de Navidad, a las afueras de Tokio. Era de noche y nevaba levemente. Mientras iba hacia casa de Yukii, vi a Hinami (una compañera de clase que no tenía muchos amigos) en el parque donde jugábamos de pequeños. Se encontraba sentada en un banco, cerca de un árbol lleno de escarcha. Me acerqué torpemente debido a la nieve acumulada en el suelo que había caído de días anteriores. Hinami me miró un momento en silencio con unos ojos sumidos en el vacío. La saludé con la mano, pero ella fijó sus ojos en los solitarios columpios, que se movían ligeramente debido a la fresca brisa que llegaba. Quité la escasa cantidad de nieve del banco y me senté junto a mi callada compañera. Tuvimos una charla de pocos minutos en aquel nostálgico parque. – ¿Qué haces aquí a estas horas? –pregunté mientras quitaba los guantes de mis cálidas manos–. Ya está empezando a anochecer. – Solo veo cómo caen los pequeños copos de nieve –respondió ella mirando al cielo. - 29 -


– Me tengo que ir, Hinami, ¿quieres que vayamos juntos a casa? –me aventuré a decir un poco sonrojado. – No gracias, estoy bien aquí. Además, a tu casa no se va por el mismo camino que a la mía –rechazó ella la invitación con educación. Salí de aquel parque y nos despedimos en la distancia. Me dirigí a casa de Yukiteru y estuve con él hasta las doce de la noche. ¡Estuve dos horas con él! ¡Era demasiado tarde! Mi madre iba a estar muy enfadada, ¡demasiado! Corrí tanto como pude hasta llegar a mi casa. Entré a toda prisa y di un grito pidiendo perdón, pero no pude ver a mi madre. Supuse que estaría en el trabajo todavía y suspiré aliviado. Al entrar en la cocina vi a mi madre, Saeko, tirada en el suelo debajo de un gran charco de sangre. Le di la vuelta al cadáver y observé un cuchillo clavado en el vientre. Busqué alguna prueba del asesinato y solo pude ver que la ventana estaba abierta. Llamé corriendo a la ambulancia entre llantos, mientras abrazaba a mi madre que yacía muerta en el frío suelo de la casa. La policía no era capaz de descubrir la identidad del asesino, pero siguieron con el caso, ya que mi madre era muy amiga del agente superior de la comisaría. Después de eso estuve más de un mes entero encerrado en mi casa. Tenía comida suficiente. Mis amigos venían todos los días y se quedaban esperando a que abriese la puerta. Tras pasar todo enero abrí las puertas de mi casa a Yukii y Shinoa. Los dos insistieron en que tenía que salir e ir a otros sitios. Tenía que - 30 -


olvidar lo que había pasado. Me puse otra ropa y fuimos a un bar donde todos mis amigos y yo solíamos juntarnos. El bar se llamaba Anteiku. Cuando llevábamos aproximadamente una hora en Anteiku, una persona (no pude identificar si era hombre o mujer), un tanto extraña, se levantó para salir del bar. Llevaba una gabardina negra y un sombrero que dejaba ver solo sus ojos. Los pude ver bien cuando pasó cerca de mí. Eran azules muy oscuros, casi negros y transmitían una sensación de frialdad. Los dos nos miramos como si sospechásemos algo. Shinoa me llamó la atención y dejé marchar a aquella extraña persona. Nosotros nos quedamos hasta la una de la mañana. A la semana siguiente de quedar en el bar, culparon a Yukii de matar a mi madre. Eso era imposible para mí y para todos mis demás amigos. El policía me dijo que habían encontrado bajo su cama el arma con el que la había matado. En el juicio, él se declaró inocente y lo repetía una y otra vez. Yo le creía, pero lo que tu creas no importa, solo importa lo que puedes ver. Finalmente lo condenaron a diez años de cárcel. Tras las vacaciones de Navidad, me había mudado a otra casa más cercana a la universidad. El primer día después de las vacaciones, Hinami y yo fuimos juntos a casa, ya que ahora el camino era casi el mismo. Pasó un año en el que Hinami y yo nos hicimos pareja. Los dos éramos muy felices y decidimos vivir juntos. Mis amigos no estaban muy de acuerdo con esa decisión, pero la terminaron aceptando. Un fin de semana Shinoa y yo nos encontramos en el - 31 -


supermercado y la invité a casa. Hinami no estaba allí porque había ido a casa de su amiga para coger una rebeca que olvidó. Nosotros dos estuvimos un rato hablando hasta que llegó mi novia. Cenamos y charlamos un buen rato los tres juntos. Dos semanas después encontraron a Shinoa muerta en su bañera. En la autopsia ponía que había muerto por una sobredosis de calmantes. Se suponía que había sido un suicidio, pero no tenía motivos para hacerlo. Iba a casarse y estaba muy feliz por ello. Cuando al fin pudimos “olvidar” todos estos hechos, encontré un diario de Hinami mientras limpiaba el trastero. En él ponía las siguientes cosas: “Ahora mi vida está completa, me siento muy feliz. Desde que me libré de la madre de Itou y de esa maldita amiga suya”. “Mi plan salió perfecto; hasta me encargué de ese tal Yukii”. “Ahora Itou es solo mío. Nadie podrá separarnos nunca”. En ese momento sentí que mi corazón se rompía en mil pedazos. ¿Cómo podía la persona que más quería haber hecho algo así? No me entraba en la cabeza. Cogí el teléfono para llamar a la policía, mi sorpresa fue cuando me giré y vi a Hinami mirándome con los ojos de la persona que vi en el Anteiku. Me clavó un cuchillo en el vientre gritando que nadie nos separaría jamás. Caí al suelo y quedé semiinconsciente, pero pude ver cómo entraba la policía y se la llevaban arrestada. Más tarde, la ambulancia me atendió y me llevaron al hospital. - 32 -


A ella la condenaron a cadena perpetua y Yukii salió de la cárcel. Ahora estoy casado y tengo dos hermosas hijas. Lucía Lérida Nolasco

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A mi familia y amigos.

LA LEYENDA DE DRAGON FIRE Estaba un día Charlie sacando una pizza del horno. Charlie era el chef y dueño del restaurante que tenía en Florencia, Italia. Era algo regordete, aunque fuerte, tenía el pelo de color negro, pero lo solía tener tapado con un pañuelo de color rojo dentro de la cocina. Era alto y de espalda ancha. Solía enfadarse constantemente y si alguien intentaba irse sin pagar o robar acababa muy mal.  Tony, la pizza vegetal de la mesa cuatro esta lista dijo Charlie. Tony era el camarero jefe del restaurante y el socio de Charlie. Normalmente si falta gente también se mete en la cocina. También era algo regordete, pero menos que Charlie, tenía el pelo castaño y era tan alto como fuerte. Le gustaba hacer bromas y era el mejor amigo de Charlie. Marchando dijo Tony cogiendo la pizza. Ya terminado el jornal de ese día, Charlie decidió quedarse con Tony para tomarse unos vinitos y hablar; Tony aceptó y cogió un vino de la Provenza. Tony, he estado pensando dijo Charlie. Ya decía yo que olía a humo dijo Tony con una risita. - 35 -


Ja, ja, ja, ¿me quieres escuchar ya?  Vale, perdona, era una broma.  ¿Qué te parece si nos fuésemos de vacaciones Selena, tú y yo? Selena era la mujer de Charlie. No es mala idea, pero… ¿a dónde?  A Manhattan, a nuestra tierra. ¿Y quién se ocupa del restaurante?  Óscar y Francesca, están lo bastante cualificados para dirigirlo sin problema alguno en esta época.  Vale, ¿nos vamos este domingo? Es una fantástica idea. ¿Qué te parece si llamo a Víctor para que nos recoja? Víctor era un amigo que conocieron en el instituto; él trabaja ahora como piloto de la policía, sobre todo lleva el helicóptero. Bien, pero si trae a JR, JA y JP. JR es Jhon Richardson y es uno de los grandes youtubers que había en ese momento. En sus ratos libres había realizado grandes animes como por ejemplo One piece, Bleach, Fairy Tail, High School DxD, entre otros cuantos. - 36 -


JA es Jhon Albertoson y trabaja con Víctor en la policía en la sección noreste de Manhattan y es especializado en ciberterrorismo y hackers internacionales, como arma lleva una Magnum 44. Y JP es Jhon Peterson y trabaja en ingeniería aeronáutica espacial y es el hermano mayor de Víctor. Alguna vez que otra le crea juguetitos como drones para sus sobrinos. Antes de irse Charlie se compró un anillo en una joyería china y misteriosa, en el escaparate vio unos anillos con forma de dragón y una piedra preciosa de color rojo en los ojos del dragón. Al verlo, lo atrajo misteriosamente y se vio impulsado a comprarlo, pero él no sabía que esos anillos guardaban un poder inimaginable. Al llegar a Manhattan encuentran a Víctor, Jonh Peterson, Jonh Albertoson y John Richardson, dentro del helicóptero policial con tres asientos libres. Fueron a la casa de campo de Víctor y celebraron una fiesta de bienvenida. Durante la fiesta bebieron, comieron, jugaron a las cartas y se contaron todo lo que habían vivido durante tantos años sin verse. Mientras, las esposas de los cinco hablaban e ideaban una estratagema para presentar a Michelle a Tony. En la misma noche Charlie se acordó de los anillos que había comprado, y los llevó para regalárselos a sus amigos.

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¡Queridos amigos, en esta noche tan especial quiero daros un pequeño detalle! Sacó los cincos anillos metidos en una caja al estilo de la antigua China. ¡WOOOW! exclamaron todos a la vez. No tenías por qué Charlie. Charlie se quedó con el anillo del dragón de los ojos rojos, el que vio y le llamó la atención, a John Peterson le dio uno con los ojos de perla, a John Richardson se lo dio con los ojos zafiro, a John Albertoson uno con los ojos de color marrón y a Tony uno con los ojos negros. En ese momento hubo un estallido de luz, los anillos tomaron vida y se aferraron al dedo índice de cada uno tomando su sangre como tributo. En ese momento se quedaron asombrados; Charlie para relajarse esa quemazón fue al baño a mojarse las manos y al sacarlas del agua se secó las manos sacudiéndolas y vio saltar chispas, gritó de manera alocada y sus amigos fueron corriendo a ver qué ocurría, y todos los amigos vieron cómo sacó una llama de la mano. ¡QUÉ NARICES! Esto no es ni medio normal dijo Charlie. Esto solo iba a ser el principio de unas grandes aventuras con sus amigos. César Colomer Arellano

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Se lo dedico al amigo que hice las vacaciones pasadas en la playa.

VACACIONES QUE CAMBIAN LA VIDA Al día siguiente del cumpleaños de mi madre, estuvimos de vacaciones en aquella magnífica playa de Torrox. Esas vacaciones han sido lo mejor de mi vida: han pasado cosas que no esperaba que me pasaran, he conocido a demasiada gente, no esperaba conocer a un niño que nunca pensaba encontrarme demasiado perfecto para ser cierto… Era moreno, alto, ojos verdes, pelo castaño, y demasiado pijo. Al verlo, sin conocerme de nada, se acercó a mí y me dio dos besos y se presentó, no esperaba que se llamara de esa forma, se llamaba como mi hermano, Iván. Mamá me llamaba, me tenía que ir, era ya tarde. Le pregunté si mañana iría de nuevo, y me dijo que sí. De inmediato salí corriendo en busca de mi familia que ya había desalojado la playa. Llegué al hotel, cogí mi teléfono, miré mis mensajes, y no había nada más sorprendente que ver que Iván me había agregado a Facebook. ¿Cómo hizo para buscarme? Si yo ni si quiera le había comentado mi nombre. Llegó mi hermano, y me dijo: “¿Has visto al nuevo amigo que he hecho? Se llama Iván, me ha dicho que eras muy guapa”. Ahí me di cuenta de que él habría preguntado a mi hermano por mí. Al día siguiente, temprano por la mañana, fuimos toda la familia a la playa. Salí con mi hermano del hotel. De repente mi hermano cogió el teléfono porque estaban llamándole. Al colgar, dijo que nos esperásemos cinco minutos. De pronto yo estaba de espaldas, me taparon los ojos, quitaron las manos, me di media vuelta y no - 39 -


esperaba encontrármelo de nuevo, era Iván. Mi hermano dijo que era su nuevo amigo (y el mío esperaba que también lo fuese, ese niño me tenía loca). Después de ese encuentro, se vino con nosotros a la playa. Cuando estábamos ya en la playa comiendo, decidimos Iván, mi hermano, mi hermana, y mi prima meternos en la playa. Estábamos jugando a la pelota, de pronto se me acerca alguien por detrás abrazándome y era mi hermano, pensaba, o más que todo deseaba, que fuese Iván. Me decepcioné bastante, él ya no se acercaba tanto a mí, no paraba de juguetear con mi prima, y mi prima con él. Decidí salir del agua, e irme a la toalla. Al rato me llamó Iván diciéndome que me fuera a jugar con ellos, no tenía ganas, me sentía enfadada con él. Creo que lo notó, porque de inmediato salió él también del agua y vino a charlar conmigo. Me preguntó que, si estaba molesta con él, le dije que no, porque mi enfado era algo de lo que él no tenía culpa. ¿Me estaba enamorando de Iván? Yo diría que sí, era un chico muy guapo y nunca me habían hecho caso. Estábamos hablando, y llegó mi tito Luis, el padre de mi prima, el “graciosín” de la familia, y no se le ocurrió nada más prudente que decir, nada más que si Iván era mi nuevo novio. Los dos nos pusimos como un tomate de rojos, y estábamos muertos de vergüenza. No esperaba que Iván contestara a eso, y menos con su respuesta: “No, pero ya mismo sí”. Yo me puse más roja aún, no sabía qué decir, me temblaba la voz, no sabía si él me quería, si se estaba riendo de mí, o si, por el contrario, le estaba pasando igual que a mí. Llegó la noche, mi última noche de vacaciones, al día siguiente me iba de nuevo para mi pueblo. Nada más pensarlo me puse muy mal. - 40 -


Estaba cenando en el Burger King con Iván y todos los que habíamos estado en la playa. Nos fuimos Iván y yo solos al paseo marítimo, le comenté que al día siguiente me iba. Bendita reacción. Empezó a llorar, me dijo que me estaba empezando a querer muchísimo en tan poco tiempo, que en todas las vacaciones había estado pendiente de mí, pero no era capaz de acercarse, y ahora que lo había hecho, me tenía que ir. Me despedí y me fui. Llegó el día siguiente, y él estaba esperándome en la puerta del hotel. Se despidió, me dio un abrazo, y me dijo que no perderíamos la relación, y que todos los años nos volveríamos a vernos. Y a día de hoy, veintiuno de julio, estoy a punto de llegar a la playa, a tan solo una hora de volver a vernos. Rocío Fernández Pérez

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Dedicado a mi hermano por nuestros recuerdos vividos.

AVENTURAS EN LA PLAYA Una familia se fue de vacaciones en verano a la playa, se fueron tres personas: el padre, la madre y un niño pequeño. Vivían en un pueblo de Madrid: Pinto. Se habían ido de vacaciones al Caribe. El niño iba vestido con una camiseta naranja, los pantalones verdes y las gafas azules. El padre llevaba gorra naranja, camiseta blanca y pantalones negros. La madre llevaba la camiseta y los pantalones rosas y las zapatillas naranjas. Cuando dejaron las maletas en el apartamento, se fueron a la playa y se pusieron a jugar con el niño en el agua. Pasado un tiempo, los padres salieron y el niño se quedó dentro del agua. Cuando los padres se dieron cuenta el niño se estaba ahogando. Más tarde, el niño consiguió salir con la ayuda de sus padres. Cuando salió estaba un poco asfixiado porque había tragado un poco de agua. Los padres se preocuparon mucho al ver que su hijo no hacía nada más que toser, y, cuando llamaron al médico del hospital de al lado del campamento y le golpearon, el niño echó mucha agua por la boca. Cuando pasó un rato, el niño les preguntó a los padres qué era lo que le había pasado, y los padres le dijeron que lo que le había pasado era que había estado a punto de ahogarse. Pasado un rato, el niño ya estaba bien. Hablaba y jugaba con los padres. - 43 -


La madre muy preocupada le dijo que si se sentía mejor. El niño dijo que sí se sentía mejor y se fueron a comer. Llegaron al restaurante y comieron, luego se fueron a la playa. El niño se puso a jugar con la arena mientras que los padres tomaban el sol. Cuando la madre estaba dormida y el padre a punto, el niño se encontró una botella y un trozo de pan. ¿Papá, mamá, con esta botella si meto dentro el trozo de pan puedo pescar peces? No respondió la mamá con cara de asombro. El niño cogió la botella y la metió en el agua. Pasado un rato cayó un pez dentro de la botella. Cuando el niño lo vio se fue corriendo a su mamá a decírselo ilusionado. La madre cuando vio el pez le preguntó al niño que qué iba hacer ahora con el pez. El niño dijo que se lo quería llevar al apartamento y luego a su casa para enseñárselo a sus amigos. La madre respondió que eso no se podía porque el pez era de agua salada y el agua que había en el grifo era agua dulce. El niño ilusionado dijo que no pasaría nada porque echándole sal al agua de grifo se volvería agua salada. La madre respondió que no era lo mismo y que el pez se podría morir, así que si se lo quería enseñar a sus amigos tendría que echarle una foto con la botella y el pez dentro. El niño, muy enfadado y con cara de pena porque no se podía llevar el pez, hizo caso a la madre y se echó la foto.

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El niño, un poco más tarde, se acercó a otro niño que había allí en otro apartamento. Era de su misma edad, unos siete años aproximadamente. Los dos niños se conocieron, Manuel y Alejandro. Se fueron a jugar a la plaza que había enfrente de los apartamentos. Se tiraron largo tiempo jugando y los críos se hicieron muy amigos. Cuando se dieron cuenta ya era de noche y cada uno, llamado por las voces de sus padres, se fue a su apartamento. Manuel, cuando llegó a su casa, lo único que hizo fue ducharse, cenar y dormir porque estaba muy cansado de haber jugado con Alejandro. Al día siguiente, cuando se levantó Manuel, lo primero que le dijo a su madre fue que le preparase una botella con un trozo de pan para enseñarle a su amigo Alejandro cómo pescar peces con la botella. La madre le respondió que primero tenía que desayunar y que después le prepararía la botella y el cacho de pan. Cuando el niño desayunó se fue corriendo con la botella al apartamento de su amigo, cuando lo vio Alejandro se fueron juntos a la playa a pescar. Cuando Alejandro puso la botella y vio que a las dos horas habían caído dos peces se puso muy contento, y se echó una foto con Manuel para enseñársela a sus amigos de su pueblo. Pasó largo tiempo jugando en la playa con la arena y el agua. Anocheció y se habían divertido mucho, ya que estuvieron jugando juntos durante cuatro días. Cuando tocó despedirse los

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niños quedaron muy tristes, aunque se dieron su número de móvil para mantener el contacto. Juan Robles García

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Se lo dedico a las dos personas más razonables del mundo.

EL ANFITRIÓN Soy Miles Upshur, un periodista que investigaba las historias que ningún otro periodista haría en su vida. Iba de camino hacía Mount Massive Asylum (un manicomio). —Joder, se ha roto la radio. Entré a las puertas del manicomio, no había nadie en la cabina de la entrada. Llevaba conmigo una cámara con visión de infrarrojos para la oscuridad. Al entrar al manicomio vi a una persona en una ventana y apagar la luz, pero no le hice caso. La puerta principal estaba cerrada, así que tuve que ir por una entrada alternativa que estaba en construcción. Tuve que entrar por una ventana que daba a una habitación llena de sangre. Cuando salí me cogió un gordo alto y feo, me tiró contra una ventana y casi me arranca el brazo. Me dejó inconsciente. Al despertarme, un hombre que parecía un cura me dijo: —Tú eres el santo, tú eres el salvador, tú eres el que acabará con esta locura. Y ten cuidado con él. —¡¿Qué dices tío?! —dije. - 47 -


Él se fue y yo me escondí, luego fui a la sala de seguridad para abrir las puertas del manicomio y largarme de esa locura. En las cámaras de seguridad salió él de nuevo apagando la electricidad del manicomio. Tuve que ir al sótano para activar las palancas de bombeo. Entré por un muro que tenía una estructura rota lo suficientemente grande para pasar, porque la puerta principal estaba bloqueada por varios muebles. Al activarlas subí de nuevo a la sala de seguridad y ya tenía acceso al ordenador. Mientras activaba la puerta principal, el cura apareció y me inyectó una jeringuilla en el pecho y me dijo: —Lo siento, pero no puedes irte. Aún no. Todavía tienes que ser testigo. ¿Quieres verlo? Me enseñó una grabación de los SWAT disparando al aire o yo que sé. Continuó: —El señor Walrider imparte justicia. Para salir de aquí tienes que aceptar y leer el evangelio. Unirte al señor Walrider. Cuando averigües la verdad, las puertas del manicomio se abrirán ante ti. Me quedé inconsciente. Al despertarme estaba en una especie de celda de retención con varias cruces pintadas de sangre. También había letras pintadas con sangre en la pared que ponían: “Esta es mi celda, la celda del Padre Martín”. También ponía: “Descanse en paz DR. Wernicke”. Entonces averigüé que el cura ese se llamaba Martín o Padre Martín. - 48 -


Al salir vi un montón de celdas alrededor de la del Padre Martín, abiertas y cerradas. Había como una especie de patio, había un tío mutilado, otro dándose cabezazos, había tripas esparcidas por el suelo… Más adelante vi un documento que ponía: “Estado del paciente William Walker”. El documento hablaba del gordo que intentó arrancarme el brazo, además ponía que fue soldado en Afganistán, además ponía que la piel arrancada de su frente le permitía ver mejor en la oscuridad. Más adelante, vi como una especie de ring para los pacientes. Walker estaba luchando con otro paciente y Walker le arrancó la cabeza. Tuve suerte de poder escaparme por las alcantarillas, me encontré de nuevo con el gordo de Walker. Me escapé por un montacargas, mejor escaparme por ahí a que me arranque la cabeza. Al subir me encontré con un tío mutilado, que me enganchó a una silla de ruedas y me llevó a un baño y allí estuvo pensando qué quitarme. Me cortó el dedo índice y anular de cada mano. Del dolor me desmayé. Al despertarme el tío ya no estaba y me escapé. Más adelante, en un pasillo amplio vi al Padre Martín tras una ventana y me dijo: —Menos mal que has sobrevivido a la mutilación de ese maniaco. Reúnete conmigo fuera. Ya estamos cerca. —¡¿Cerca de qué?! —Lo siento no puedo contártelo —dijo Martín. - 49 -


Y se fue. Al salir me encontré con él y me dijo: —Reúnete conmigo en la capilla. —De acuerdo. Cuando llegué, él estaba atado a una cruz con varios pacientes alrededor. Él me dijo: —Si mueres te convertirás en mí. Graba esto por si vives, y enséñaselo al mundo entero, anuncia tu evangelio. Coge esa llave, ella te dará la libertad. Un paciente lo quemó y cuando terminé de grabarlo me fui hacia el ascensor. Este daba a unas instalaciones secretas. Vi unas compuertas abiertas y me dirigí hacía ellas. Cuando estaba cerca de ellas abrí la puerta y aparecieron los SWAT con el Padre Martín y me fusilaron. Me convertí en un cura fantasma, me convertí en el anfitrión. Luis Martos Gutiérrez

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Para mis amigos y familiares que me han apoyado en todo momento.

LA SELVA PERDIDA Hola, me llamo Clara, Clara Sortelly Williams. Trabajo en el C.S.I. Últimamente he descubierto en el mapa una selva en medio del mar, situada al norte de las islas Fidji (Australia). Iré a descubrirla cuando mi jefe, Antonio Gadget, me dé las vacaciones de verano. Pero para eso todavía quedan ciento veintiún días. Mientras tanto, estamos trabajando en un robo de veinticinco millones de dólares y ciento cincuenta mil dólares en diamantes en un banco. En este caso, también ha habido cinco muertos, entre ellos el director del banco. Tenemos sospechas sobre dos personas: un hombre llamado Federico MC Garrett y una mujer llamada Catherine Williams. Soy alta, rubia y tengo los ojos verdes. Soy amable, amigable, simpática, y muy divertida. Me gusta la aventura, por eso quiero ir a la selva. Todo lo contrario que mi jefe. Él es alto, moreno, tiene los ojos marrones, es poco sociable, antipático, un poco gracioso y no le gustan nada las aventuras. Tengo una pasión aparte del C.S.I, pilotar coches de carreras. Si puede ser verdes y morados. - 51 -


Ya hemos descubierto a los asesinos y ladrones del banco, resulta que la pista estaba en lo cierto, y, una semana después del ataque, encontramos las cintas de las cámaras de seguridad del banco en un contenedor de basura a dos manzanas del banco. Vivo en Londres, aunque soy de Jaén. Tengo un piso con dos escaleras de madera que me llevan a la gran planta de arriba, en la que hay dos escaleras de cristal que conducen a la piscina de la gran terraza. Tengo cuatro perros: un golden retriever, un labrador, un husky siberiano y un pastor alemán. Todos ellos menores de un año. También tengo dos tortugas, un hámster llamado Jerry, un conejo gris llamado Dinsel y cincuenta y cuatro tipos de aves diferentes, por no hablar de las más de cincuenta y ocho parejas de mariposas diferentes. En fin, tengo una selva en mi gran piso de doscientos metros cuadrados por cada planta. Ahora mismo estoy muy nerviosa, porque tan solo quedan dos meses para las vacaciones de verano y podré irme a la selva. Lo malo es que solo me dan una semana de vacaciones. Le diré a mi jefe que si me puedo ir un mes, y luego se lo compenso trabajando más aún. Hoy es mi cumpleaños, es el dieciséis de mayo, y el mes que viene mi jefe me da las vacaciones de verano. Al final, conseguí que fuese un gran mes. Estoy mirando el tiempo en las islas Fidji, supongo que será más o menos el mismo de siempre. Dice que hará calor, más o menos, treinta y cinco grados. - 52 -


Me llevaré camisas y camisetas cortas, pantalones cortos, un sombrero, unas botas de montaña, una brújula y una cantimplora con agua que rellenaré hirviendo el agua. Seguramente me haré una mini casa con ramas y hojas, así que también necesitaré un machete. He alquilado un avión privado verde y de camuflaje, que me llevará a la selva y saltaré en un paracaídas rojo, por si pasa algo que me puedan visualizar y ayudarme. Queda un día para el viaje, y, aparte de todo lo que estaba pensando antes, también me llevaré un equipo completo de pesca, con bollas, anzuelos, plomos, una caña de pescar fija y otra de fondo. Ha llegado el día de despegar, pero primero le he dejado la casa a una amiga para que me cuide las mascotas y la casa. Ya le he dejado las llaves y ahora me dirijo hacia el aeropuerto para tomar mi avión privado verde y camuflado. Estamos viajando, y solo hay nubes y más nubes. Tenemos doce horas de viaje por delante, así que decidí dormirme un rato. Cuando me desperté, íbamos por Lumpur, Indonesia, y solo quedaban cuatro horas de camino. Decidí mirar por la ventana para observar estas zonas. ¡Estaba despejado! Esto en Londres nunca pasa. Estábamos llegando a la isla cuando el piloto me dijo que tendría que ir poniéndome el paracaídas. Cuando me lo puse, miré por la - 53 -


ventana, estaba todo verde, sólo veía árboles y más árboles y un río que atravesaba toda la isla, y una montaña con una parte desierta en la que decidí que iban a recogerme, así que se lo dije al piloto. Estaba mirando los botones que indicaban si podía saltar o no. Rojo, amarillo y verde. Estaba preparada, ¡tenía que conseguirlo! ¡A volaaaaar! Ya estaba abajo. He decidido aterrizar en la colina donde iban a recogerme. Decidí ir a pescar al río, y después a preparar un fuego en el que cocinar todo lo pescado. Monté la caña con el hilo, la boya, los plomos y el anzuelo. A continuación, cogí el engodo (comida para peces de agua dulce) y el agua, y lo mezclé. Cuando quedó pastoso, lo puse en el anzuelo y arrojé maíz alrededor de la boya para que los peces acudieran y picaran. La boya se ha hundido diez veces, pero se han escapado dos peces. He cogido ocho: siete truchas arco iris y una carpa. Pero era muy pequeña y la solté. Una pena. A continuación, me dispuse a hacer el fuego frotando dos palos. Y a elaborar una cabaña al lado del fuego, porque así no me picarían los mosquitos. La cabaña…, ¡ha quedado genial!, y en el fuego, los peces ya se han cocinado. Estaba lista para comer y para dormir cuando me di cuenta de que no tenía almohada. Me fabriqué una con las hojas - 54 -


que había apartado con un palo del suelo de la cabaña para que ninguna serpiente u otro animal me pudiera atacar. Ahora sí estaba lista para comer. ¡DELICIOSO!, este sabor de la trucha en mi boca era fantástico. Me dispuse a dormir, mañana será otro día en el que inspeccionaré la selva para ver cómo es por dentro. Buenos días, voy a inspeccionar un poco la zona de la isla. Estoy viendo un montón de aves que nunca había visto en mi vida, monos, serpientes, arañas… He llegado a una zona en la que hay mucha vegetación, más todavía que antes, he ido apartándola con mi machete cuando, de pronto, encontré una gran puerta de oro que conducía a un grandísimo templo. No hacía falta una llave ni nada para abrirla, solo empujar la puerta con una gran fuerza. Dentro todo estaba repleto de escaleras, hasta llegar a una habitación en la que había numerosas joyas, diamantes, monedas… También había una cosa que me llamó mucho la atención, un gran rubí verde y morado con manchas azules, no me resistía a cogerlo y llevármelo, cuando todo el templo y toda la isla empezaron a temblar. Me asusté demasiado, así que llamé al piloto del avión con un walkie–talkie que él me había dado. Me dijo que se dirigiría hasta mí enseguida, y me fui corriendo a buscar todas mis pertenencias, que se situaban más o menos al norte de la isla. Encontré el refugio entre tanta vibración, pero a base de dos o tres largas horas. El piloto me dijo que le faltaban dos horas para llegar y que me recogería en la montaña desierta que habíamos hablado. Eso significaba que tenía dos horas para - 55 -


llegar a la montaña. Tardé unos cincuenta minutos o así, y tardé diez minutos en encenderlo. Ya solo me quedaba buscar hojas secas en los cincuenta y cinco minutos o así que me quedaban, lo malo es que tenía que bajar y subir la montaña con muchas hojas o ramas que estuvieran secas. Tardé cincuenta y cinco minutos en encenderlo y que humeara. Ahora me subiré al avión por una escalerilla de madera. Cuando estaba más arriba, descubrí que la isla se estaba descomponiendo, y ahora solo quedaba la montaña desierta, la suerte era que me pude llevar muchos recuerdos en monedas y el gran rubí. Lo llevé a un museo de la ciudad, y en conmemoración mía, le pusieron mi nombre a la isla y un nombre que yo me inventé para el museo: LA SELVA PERDIDA. María Suárez Martos

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Dedicado a mi madre, por inspirarme.

LOS ASESINATOS DE HAWÁI Hola, me llamo Steve y soy el jefe de un equipo de policías, “5.0”. Somos un equipo que investiga e intenta solucionar problemas como asesinatos, secuestros… Hoy nos ha llegado una llamada comunicándonos que ha habido un asesinato en el descampado de Ateneos, en el norte de la isla. Mi equipo y yo vamos para allá. Cuando llegamos, un equipo de criminólogos estaba intentando encontrar huellas y al parecer han encontrado una. Esa huella era de la mano de Sker, el autor de este asesinato. Al ver su identidad, vimos dónde vivía y fuimos a hacerle una visita. Cogimos el equipo de asalto y entramos en su casa. —¡Alto, policía! —grité. No vimos a nadie, pero de repente alguien saltó por la ventana. Era Sker. Comenzamos a perseguirle. Fue una persecución interminable, pero tras mucho correr y saltar obstáculos conseguimos atraparlo y lo llevamos al cuartel para interrogarle. —Quién te ha mandado?, ¿por qué lo has hecho? —No pienso decir nada.

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— Pues entonces irás a la cárcel y estarás encerrado por muchos años. ¡Vamos, habla! Después de muchos reproches y preguntas, Sker comenzó hablar. Nos dijo que le mandó Rodríguez, el jefe de una banda de criminales. Estuvimos informándonos sobre Rodríguez. Es un hombre muy poderoso y rico que reside en Arabia, pero había venido a Hawái para cerrar un trato. Lo único que nos falta es saber en qué parte de la isla se encontrarían e iríamos a por él. Investigando, descubrimos que Sker también se dedicaba al tráfico de drogas, era algo más que se sumaba a su gran expediente policial. Al parecer, de eso se trataba el trato que estaba por cerrar. El comprador de drogas se llama Cepor, y han quedado dentro de una hora en el almacén abandonado que hay junto al muelle. De camino al encuentro nos surgió otro problema, un hombre estaba a punto de suicidarse. Despistándolo entre palabras y gestos, subí a la azotea y sin que me viera lo bajé y lo llevé abajo para que le llevaran un psicólogo. —¡Vamos, vamos que no llegamos! —grité. Solo quedaban diez minutos para que empezara la reunión. - 58 -


Una vez llegamos, nos colocamos en nuestro sitio y empezaron a mi orden. Vimos llegar a Rodríguez con su equipo. Uno de ellos se dio cuenta de que estábamos ahí y se lo dijo a Rodríguez, y como es lógico comenzaron los disparos. Intentaban distraernos con disparos mientras que el conductor de su equipo iba a por el coche para poder marchase. Al fin lograron escapar, pero nosotros le seguimos con el coche. Tras una larga persecución, vimos un tren pasar por la vía y ahí comenzaron nuestras dudas. —¡Si no nos da tiempo a cruzar, Rodríguez escapará! Pisamos a fondo el acelerador y con mucha suerte conseguimos pasar sanos y salvos y pudimos continuar la persecución. Seguimos y seguimos y Rodríguez no paraba. De repente Rodríguez desapareció. Ya no sabíamos qué hacer. De refilón vimos a un coche, ese tenía que ser el de Rodríguez. Me puse tras él a toda velocidad. De repente, comenzó a salir humo de la rueda del coche de Rodríguez y ese era nuestro momento. Pudimos detener a Rodríguez y lo llevamos al cuartel. —¿Sabes qué es lo que has conseguido, no? Has dejado a una familia sin padre, pero yo me encargaré de que cumplas una gran condena en la cárcel.

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Ya estando Rodríguez entre rejas, resultó ser el cumpleaños de la hija de Dano, mi compañero, y fuimos a celebrarlo. Había llegado la hora de soplar las velas cuando un imprevisto se nos vino encima. Estábamos rodeados de los hombres de Rodríguez, con gran rapidez nos lanzamos sobre las armas que las habíamos dejado encima de la mesa. Shani, la hija da Dano, se fue a su habitación con Kina, mi compañera. Dano y yo defendíamos la casa. Pedimos refuerzos y a los pocos minutos la policía llego y los detuvieron. Shani no había tenido su mejor cumpleaños, pero al menos conseguimos acabar con Rodríguez y con su equipo. Óscar Robles Gámez

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A nadie.

GALAXIAS LEJANAS En una galaxia muy, muy lejana, Luke se encuentra con Rey, decidiendo ambos ir en busca de la Princesa Leia, la cual se encuentra con todo el ejercito de la rebelión y chewvaca en un remoto planeta helado, el cual le sonaba mucho a Leia. Rey no sabe cómo reaccionar y lo único que se atreve a hacer es acercarle su espada láser para que volviese a estar armado y poder defenderse de los soldados imperiales; pero, de los nervios de tener al único jedi de la galaxia frente a ella, se le cae. Luke, al percatarse de su nerviosismo, le dice: —¿Cómo te llamas? La joven mirando al suelo susurra: —Re…, Rey. Pasaron los minutos y Luke recibe una perturbación en la fuerza, una perturbación bastante dudosa, una fuerza muy poderosa que estaba con la rebelión. Se dio cuenta al poco tiempo de que esa chica era la perturbación en la fuerza, ella y sus ganas de acabar con el lado oscuro de una vez, así que sin pensarlo dos veces le pregunta: —¿Quieres ser jedi? ¿Quieres ayudarme a acabar con el lado oscuro? ¿Quieres que se disipen las tinieblas del lado oscuro de una vez por todas de toda la galaxia? En ese momento a la chica se le quedó el rostro paralizado y, después de unos segundos, su única expresión fue un grito en el que dejó bastante claro que quería ser su aprendiz y acabar con el lado oscuro. Mientras tanto, el nieto de Dark Vader estaba planeando cómo acabar con la rebelión de una vez por todas. Solo se le pudo ocurrir una cosa, buscar a Luke Skywalker, su tío, el último jedi de todos los universos para eliminarlo; y, - 61 -


posteriormente, al resto de toda la rebelión. Pero para ello tenía que encontrar a las unidades droides R2–D2, J3–PO y BB–8, las cuales tenían el mapa que revelaba la ubicación de Luke, claro que, si Kiro Ren no lo hace a su manera, para él no tenía sentido explorar un planeta y dejarlo en paz. Así que lo que él decidió en un momento lleno de odio y dolor hacía polvo espacial a todos los planetas por los que pasaba. En el escondite de la rebelión todos los rebeldes querían atacar las naves del imperio lo más pronto posible, pero Leia se encontraba sin ganas de atacar a las naves de su hijo. Aunque fuese el nuevo líder del lado oscuro, aunque fuese la persona que le arrebatase al amor de su vida clavándole la espada láser en el pecho y posteriormente tirándolo al vacío de su crucero espacial. Ya no tenía ganas para contraatacar, porque ese último golpe fue demasiado fuerte, y lo mismo pensaba Chewvaca, que hacía semanas que no cogía su ballesta y mataba a algún que otro soldado imperial, pero después de la muerte de su gran amigo y compañero de ultrajes, Han Solo, él no era el mismo. Por suerte para la rebelión, Luke notó una perturbación en la fuerza descomunal, en la que se oían a millones de voces exhalar un último grito desgarrador. Solo duraría dos segundos. Luke sabía que se trataba de que su antiguo aprendiz, actual sucesor de Lord Dark Vader, había acabado con todo un planeta, y también sabía que el siguiente era donde se ubicaban su hermana y las tropas de la rebelión con las naves, así que no tardó en coger a Rey, meterse los dos en la pequeña, pero rápida nave espacial que tenía allí Luke, y fueron a la velocidad de la luz a enfrentarse a sus enemigos. Luke en su interior sabía con toda certeza que no quería volver a la situación que tuvo cuando tuvo que acabar con su padre en una reñida batalla, pero él sabía que, si era lo mejor para la galaxia, lo debía hacer, y entonces tendría que acabar con su sobrino: el hijo - 62 -


de su hermana. Pero entonces se dio cuenta de que tenía la oportunidad de observar si su entrenamiento como jedi a Rey había funcionado, y así darle paso a una nueva jedi, y que ella siguiese implantando la paz por todo el universo. Después de un par de días viajando lo más rápido posible, Luke y Rey llegaron y, después de un emotivo reencuentro de Luke con su hermana, y de Rey con Fin, le contaron la catástrofe que se avecinaba en aquel tranquilo lugar. De modo que Leia mandó a todos a coger las naves e ir a por el crucero, y mandó a Fin a coger él una nave con Luke y Rey, y asegurarse de que llegasen a Kiro, y que ambos luchasen hasta el final. Pero Luke cortó el discurso de Leia: —Yo no voy a enfrentarme de nuevo contra el líder del lado oscuro, para ello ya hay una nueva jedi, con la que creo firmemente que con el entrenamiento que ha recibido, va a poder vender a Kiro Ren sin ningún tipo de problema. De modo que llegan al crucero, se deshacen de cualquier soldado y continúan su camino hasta encontrar al culpable de todo, al que siempre va de negro recordando a su antepasado, Lord Dark Vader, con el que a veces habla como si estuviese al lado suyo para que le devuelva las ganas de aniquilar y de acabar con gente sin culpa. Así que Rey y Anakin, o como él dice que se llama, Kiro, se enzarzan en una batalla de sables de lo más épica, en la que por muy poco se apaga la luz que mantiene a unos pocos con esperanza de que se acaben las tinieblas, pero Rey recuerda su entrenamiento jedi con Luke y puede derrotar a Kiro, que acaba cayendo por un abismo enorme con una espada láser de color azul clavada en la espalda. Cuando Fin se da cuenta de que su amiga se ha convertido en una de las personas más poderosas de la galaxia junto al que hacía unos meses el único jedi, la abraza con una fuerza desgarradora, con miedo, pero con mucha fuerza. Juan García del Moral - 63 -


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A mis amigas de las carreras que siempre me apoyan.

DÉCIMAS Y entonces paras el cronómetro y ves que todo el esfuerzo ha tenido su recompensa… Hoy, veintidós de septiembre, unas amigas geniales de Martos te informan de que han salido las bases para el campeonato de Andalucía. Este día te entra alegría, pero también miedo, miedo a no pasar a la primera, a quedarte también a una o dos milésimas de entrar. Todo este tiempo entrenas a tope hasta que hay días que caes de cansancio. Y llega ese día que vas de camino a la pista de La Salobreja (Jaén), ahí disputaré la prueba de sesenta metros lisos. Todas mis compañeras se inscriben a pruebas diferentes a las mías, ellas están preparadas en la salida: las del Club Unicaja van con la equipación color verde, las del Club Correcaminos de Martos van con la equipación de color rojo y azul marino, la del Club de Nerja llevan la equipación color azul cielo y las del Club La Liebre de Mengíbar van de color azul y amarillo, y todas las participantes llevan unas zapatillas especiales con clavos para correr en la pista que son del color de su equitación. Todas cogen sus tacos y los ponen a su medida, y van los jueces y todas se sienten muy nerviosas: —Preparados, a sus puestos…, listos…, ¡¡ya!! —grita Gaspar, el speaker. Todas salen disparadas hacia la meta. Ahí cumplirán sus quinientos metros lisos en el menor tiempo posible. Mis compañeras llegan a la meta donde allí corro yo hacia ellas para preguntarles el tiempo que han realizado y si han logrado entrar - 65 -


al campeonato de Andalucía o no, y ellas me dicen que su reloj les ha marcado un buen tiempo, pero tienen que esperar al cronómetro de Diputación. Empiezan a saltar de alegría porque acaban de decirles los jueces que han logrado entrar cinco de ocho participantes: dos de ellas son del Club de Martos, otras dos son del Club Unicaja y una de Nerja. Llega mi turno, aquí es donde sientes el miedo porque piensas que no has entrenado lo suficiente y los nervios te pueden fallar, pero lo único que tienes que hacer es confiar en ti y no mirar atrás. Ensayas unas cuantas veces más para asegurarte de que tienes bien posicionados los clavos y bien atadas las zapatillas. Gaspar vuelve a acercarse y nombra a las participantes: —Paula Lérida Fernández, dorsal 544, calle tres; Isabel María López Jiménez, dorsal 540, calle uno; Eva María Illana Bueno, dorsal 543, calle cinco; Sonia López Huertas, dorsal 632, calle dos; Adriana Fuentes Ruíz, dorsal 223, calle cuatro; Andrea Beltrán Sánchez, dorsal 740, calle ocho; Marta Martínez Gutiérrez, dorsal 823, calle siete; Sara Chica Vílchez, dorsal 140, calle seis. Estas infantiles femeninas disputarán sesenta metros lisos en la serie tres. Pónganse en sus respectivas calles y a sus puestos. Preparadas…, listas… ¡¡ya!!!! Empiezo a correr y ya sé lo único que tengo que hacer, y es que, si he entrado o no, por lo menos lo he intentado, y estoy a punto de llegar a meta, y miro mi cronómetro, y veo que voy muy bien de tiempo. La marca mínima para entrar al campeonato es de 8.95 y justo yo acabo de hacer 8.94. Estoy que no me lo creo y justamente veo a todas mis amigas que se acercan hacia a mí a abrazarme y me preguntan el tiempo que he hecho. Cuando les digo mi tiempo todas se ponen muy contentas porque saben que iremos todas juntas al campeonato que se celebrará en la pista cubierta de Antequera (Málaga). Ese día será uno de los más

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felices para mí porque solo con llegar a correr en esa pista con las mejores de Andalucía te sientes ganadora y es un sueño para mí. Hasta que llegue el día estamos todas haciendo planes de cómo vamos a llevar a cabo nuestros entrenamientos para poder hacer el menor tiempo posible y hacer una buena marca. Tenemos mucha ilusión de ir juntas a correr porque, aunque seamos rivales en la pista, luego somos hermanas fuera de ella. Paula Lérida Fernández

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Para Mario que es un gran jugador.

LA VIDA DE UN JUGADOR DE FÚTBOL Estoy solo en mi casa tomando un vaso de leche caliente y acabo de dejar una relación de dos años. Perdón, no me he presentado. Me llamo Mario, de apellido Rivillos y me dedico a jugar al fútbol sala en la liga española. Mañana juego contra Barcelona Lassa. Pero estoy un poco desanimado por lo que me pasó con esa chica. Ya estoy en la mañana del gran día. Hemos quedado a las 11:00 de la mañana en el hotel Los Vips en Barcelona. Mis compañeros y yo ya estamos en el Pabellón Multiusos de Barcelona. Calentando empiezo a tener molestias en el tobillo derecho El entrenador Jesús Velasco me dice: —Mario, no fuerces el tobillo, te harás daño. —Vale, pero si me mejoro en la segunda parte, salgo —dije yo. —Vale. Antes de comenzar, el partido el comentarista coge el micrófono y empieza a decir el nombre de todos los jugadores. Comienza el partido. Empezamos sacando nosotros, y el rival comienza presionando. A los cinco minutos el rival ha tenido diez oportunidades de gol y nosotros tan solo tres. Jesús Velasco pide tiempo y ahí es cuando nuestro primer portero, Jesús Herrero, le dice al entrenador: —Jesús, tengo molestias en la muñeca derecha. - 69 -


Y en ese momento dice el entrenador: —Herrerín, chaval, te toca salir. Herrerín es nuestro segundo portero, es joven y nunca ha jugado. Así que está nervioso. Todos sabemos que es bueno, pero los nervios le pueden jugar una mala pasada. Se termina el tiempo muerto. El rival tira y la primera es gol. Pero el entrenador dice: “¡Vamos!¡Vamos arriba! No pasa nada”. Y desde ese momento dominamos el partido, pero sin goles. Termina el primer tiempo y vamos perdiendo de uno. Ya en el vestuario, Jesús nos da una charla: —Chicos, lo estamos haciendo bien, pero nos falta esa puntita del gol. Seguidamente yo digo: —¿Qué vamos a hacer? Y los demás responden: —¡GANAR, ¡GANAR, GANAR! Salimos al terreno de juego con todas las ganas del mundo. Comienza la segunda parte y jugamos de titulares: Herrerín en portería; Ortiz de cierre; en el ala izquierda Ricardinho; yo de ala derecha; y Cardinal de pivote.

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Comenzamos presionando y el ala de del rival “Batería” comete un error y yo tengo la oportunidad de empatar el partido y... ¡Goooolllllll! Con este gol vamos empate y el partido se pone interesante. De veinte minutos que dura un partido, quince fuimos muy empatados, pero los últimos cinco minutos fue cuando los dos equipos tuvimos muchas oportunidades y sacamos al portero jugador. Seguidamente el árbitro pita un penalti a favor del rival a falta de diez segundos. Todos confiamos en Herrerín y el árbitro le da paso a Batería para que chute. Todo el mundo está nervioso y... ¡Paradónnnnn de Herrerín!, y nada más coger el balón chuta…, y ¡Goooollll! A falta de tres segundos, pasamos a la final contra El Pozo Murcia. Va a ser un partidazo. Al fin llego a casa, la verdad es que estoy un poco cansado y sigo pensando en esa chica, mi antigua novia. Se llamaba Clara Preysler Kett, es alta, morena y con ojos azules. Sus padres son australianos. Los dos son veterinarios y tienen una casa de campo de dos mil metros cuadrados. El año pasado fuimos a visitarlos y la verdad es que son una gente maravillosa. Y ella el año que viene se casa con un tal Adam Mc Ghregor, tiene la mayor fábrica de ganado de Europa. Yo sinceramente ahora mismo no estoy pensando en eso, lo que quiero es mirar hacia adelante e ir conociendo a más gente. La final se disputará el veintitrés de junio, y tenemos una semana de descanso. Yo me voy de viaje a Copa Cabana, es una isla. Bueno, mejor dicho, es el paraíso. Hoy es lunes, me voy mañana y tengo que preparar la maleta. Llevaré: ropa y dinero, y nada más. - 71 -


Bueno, ahora toca descansar, mañana me levantaré a las seis y cuarto porque mi vuelo sale a las ocho. Buenos días, son las seis y veinte, me he dormido un poco pero no pasa nada, desayunaré y me vestiré. Una hora después ya estoy montado en mi coche camino al aeropuerto de Madrid, pero antes iré a hacerle una visita a mis padres: —Hola, mama, ¿qué tal? —Bien, ¿y tú? —Perfecto, mamá, me voy de viaje a Copa Cabana, una semana. —Pues que lo pases muy bien. —Venga, adiós. Por fin estoy en el aeropuerto, mi vuelo sale a las ocho y son las ocho menos cuarto, así que voy a ir embarcando. Ocho horas después ya estoy en la isla, ahora iré al hotel para dejar las maletas y luego a la playa para relajarme un poco. Al día siguiente suena el teléfono. Es Jesús, mi entrenador, dice: —Mario, hay un problema, el partido ha sido adelantado y es la semana que viene. —Puf, vale iré para allá. Dos días después estoy en Madrid para ir a entrenar, pero antes tendré que ir un poco al gimnasio. - 72 -


Hoy seis de junio es el gran día, el partido se jugará en el Pabellón Multiusos de Guadalajara, a las nueve de la noche. Una hora antes del partido, Jesús dice: —Hemos llegado hasta aquí para ganar, pero ante todo el respeto hacia nuestros compañeros y sobre todo hacia el rival. —Sí. Respondemos todos. —Así que vamos a… ¡ganarrrr! Salimos al campo súper motivados, todo el público aplaudiéndonos, pero había que centrarse en el partido. El árbitro da comienzo al partido y al parecer nuestra ala izquierda Ricardinho está hoy de lujo. Al cabo de un rato Ricardinho se va por la banda, le hace una finta a uno y dribla a otro y... ¡Golllllll! Qué crack, qué golazo. Seguidamente yo cojo el balo y la defensa del rival se lía, yo aprovecho y.…, otro golazo. Al marcar el gol me fijo en la grada y estaba allí Clara. En ese momento fue cuando me motivé más de lo que estaba. Ya entrada la segunda parte vamos ganando de dos y metemos otro y es de Ortiz nuestro capitán. Termina el partido: resultado final tres a cero. Justo antes de que nos entregasen la copa, Clara baja a la pista y me dice: - 73 -


—Mario, te sigo queriendo. —Y yo. Seguidamente le digo: —Clara Preysler Kett ¿Quieres casarte conmigo? —Sí, quiero. Jesús Martínez Polaina

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Se lo dedico a toda mi familia por los grandes viajes que hacemos y lo bien que nos lo pasamos, todo lo que visitamos y las rutas que hacemos.

MIS VACACIONES Comenzaré mi relato presentándome. Soy un niño bajito, un poco inquieto y me encanta el deporte y viajar con mi familia en nuestra auto caravana. El año pasado, mis padres planearon un viaje a París y a Disney Land. Yo por mi parte estuve encantado, porque París es muy grande, muy bonito y puedo salir todas las mañanas a entrenar un poco para no perder mi forma física. Mis hermanos también se ilusionaron por el viaje, mi hermano para ver importantes campos de fútbol y la bella ciudad, y mi hermana, sobre todo, para ir a Disney Land, ya que tiene seis años. Mis padres finalmente decidieron ir a París y estuvimos todos encantados. Durante el viaje, pasamos por muchas ciudades con distintos estilos y encantos particulares de cada uno de esos lugares. Los niños íbamos sentadas en el salón de la auto caravana y mis padres de piloto y copiloto de la auto caravana. De repente le pregunté a mi padre: —¿Papá, podemos parar en alguna ciudad para verla antes de llegar a París? —Sí, hijo, antes de llegar a París dormiremos dos noches en ciudades que nos pillen de camino y aprovecharemos para visitar esas ciudades. Pasada la tarde, llegamos a Burgos, donde dormiríamos esa primera noche. Cuando llegamos me di una vuelta por la ciudad con mi patinete, cuando de repente vi una pista de atletismo; en - 75 -


ese momento, solo pensé en entrar allí, volví a la auto caravana y le pregunté a mis padres: —¿Mamá, mañana me puedo levantar temprano e ir a entrenar a la pista de atletismo que hay detrás de aquel parque? —Sí, por supuesto. Al recibir ese sí, lo primero que hice fue coger el móvil y poner el despertador a las siete y media de la mañana. A la mañana siguiente me fui con mi patinete a la pista, lo dejé apoyado en uno de los árboles y me puse a entrenar. Ya una vez había terminado, me volví a mi “casa”, me duché y nos fuimos a conocer la ciudad un poco. Llegó el mediodía, comimos algo rápido para poder continuar el viaje y esa noche dormimos en Orador Sur Glane (Francia), un pueblo “fantasma” que en su zona original se encuentra el pueblo que fue arrasado totalmente durante la Segunda Guerra Mundial. Por la tarde lo visitamos, y la verdad, daba miedo pasear por sus calles y ver todo el pueblo destruido, es un “pueblo museo”. Al día siguiente, ya sí, emprendimos camino con destino a París. Solo nos faltaba media hora para llegar cuando se nos presentó un atasco, lo que hizo que nos retrasáramos una hora sobre la prevista de llegada. Una vez que llegamos nos instalamos en el camping y decidimos ir al centro de París en trasportes públicos, para ver la Torre Eiffel iluminada, “la maravillosa”. Cogimos el metro y llegamos justo en frente de la Torre Eiffel, en la parada de Trocadero, ¡qué vistas más espectaculares de la bella dama de París iluminada! Al pasar por un McDonald’s, mi hermana quiso cenar hamburguesa. Cómo no, por lo que decidimos comprar comida para todos y cenar en los jardines que hay delante de La Torre Eiffel: Camps du Mars. Sobre las diez y media regresamos de nuevo al camping, cuyo último viaje era a las once y media. Llegamos al camping - 76 -


perfectamente, y ya en la auto caravana, pijamas para todos y a dormir, estábamos destrozados; había sido un día intensísimo. Al día siguiente no tenía ganas de levantarme para irme a entrenar, así que pensé que ya al día siguiente me iría a entrenar. Cuando nos levantamos todos desayunamos y me dijeron mis padres que la mañana la pasaríamos en el camping, así que pensé que cuando pasaran un par de horas iría a entrenar. Cuando pasaron dos horas me cogí mi camiseta amarilla y mi pantalón azul y me fui a entrenar. Cuando comimos cogimos el metro y nos fuimos al centro, ese día nos tocaba visitar el Museo del Louvre. Una vez estábamos allí nos pusimos a visitarlo, era enorme y muy pero que muy bonito (por algo es el más grande del mundo). Cuando empezamos a visitarlo nos perdimos de lo grande que era, aunque llevábamos una Nintendo cada uno que nos marcaba el recorrido. Pasadas tres horas salimos y nos fuimos a buscar un McDonald’s para comer, había uno al lado. Nos vinimos otra vez al Museo del Louvre y comimos en unos jardines que teníamos al lado. Nos fuimos hacia el metro para ir a la Torre Eiffel porque habíamos quedado con unos amigos para subir. Cuando llegamos no los encontrábamos de la gente que había, pero de repente nos dan un susto tres personas y eran ellos. Empezamos a hacer cola y pasada una hora y media empezamos a subir por el ascensor ya que por la escalera eran muchos peldaños para las niñas. Cuando llegamos a la primera planta ya era alucinante, pero en la última esas vistas eran impresionantes. Cuando empezamos a bajar decidimos bajar por las escaleras ya que bajar no costaba nada, aunque las mujeres se bajaron todas por el ascensor. Estaban construyendo unas cristaleras en las que se veían todas las personas de la parte de abajo, era alucinante la cantidad de personas que había.

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Cuando nos bajamos y llegamos a la planta de abajo decidimos ir a cenar todos juntos ya que era nuestro último día. Fuimos a un McDonald’s, cómo no; y cuando llegamos nos pedimos nuestras hamburguesas y esa noche hacía mucho frío, por lo que nos las comimos dentro del restaurante. Cuando terminamos nos fuimos, y en el Trocadero nos despedimos de ellos hasta que volvieran a venir otra vez aquí (Mengíbar). Nos volvimos al camping y después de una ducha nos pusimos todos los pijamas y nos quedamos un poquito sentados en el salón y nos quedamos hablando de lo que íbamos a hacer al siguiente día. Después nos dormimos. Jesús Barahona Herrera

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Quiero dedicarle esta novela a mi amiga Elisa por ayudarme siempre y por resolverme dudas que me han surgido durante este tiempo, GRACIAS POR TODO.

Y LA BELLEZA… ¿DÓNDE SE ENCUENTRA? I En un instituto de Madrid, una chica de tercero de la ESO, llamada Marta, ha venido de una ciudad de Barcelona. Solo lleva un trimestre, pero se ha adaptado muy bien. Las chicas de su clase la quieren mucho porque, aunque no es muy guapa, tiene un corazón repleto de amor. Esta chica se ha dado cuenta de que hay un chico que le gusta, pero no lo sabe muy bien. Marta no sabe si contárselo a alguna de sus amigas porque, aunque haya cogido mucha confianza durante estos meses, todavía no las conoce realmente.

II Ha estado dos meses pensando y todavía no está convencida, pero, al pasar tanto tiempo con él durante las clases, cada vez le gusta más. Ha estado durante un rato mirándolo, hasta que la maestra le ha amonestado y le ha dicho: ― Marta, quítale la mirada a Hugo, que vas a borrarlo de tanto mirarlo. Toda la clase se empezó a reír se quedó roja y avergonzada. El niño en vez de acercarse a ella y decirle que no pasaba nada, empezó a ser creído, y esto a las chicas le gustaba más. Ella sentía nervios porque ahora iban a correr la voz de lo que había pasado.

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Sin embargo, se dio cuenta de que sus amigos eran de verdad, no de esos que eres la mejor cuando estás con ellos y luego por las espaldas eres la peor. Por eso no se lo dijeron a nadie.

III Pasaron varios meses, todo seguía como antes. Marta con sus amigas, Hugo con sus amigos sin novia, lo que se dice una vida normal. Un día Marta iba a hacerle la compra a su madre. De camino se encuentra a Hugo con una chica morena, de ojos verdes, alta y delgada, vestía con un vestido rojo y unas sandalias blancas. Marta no le dio demasiada importancia ya que estaban en vacaciones y podía ser un familiar. Ella siguió su camino feliz, pensando en que iba hacer estas vacaciones. Llegó al supermercado, donde se encontró a una vieja amiga que también se había mudado a Madrid. Estuvieron hablando durante un gran rato sobre cómo iba el curso y cosas así. Terminó de comprar y se fue de camino a su casa. Durante el camino se le quitó la sonrisa al ver a Hugo con la chica que había visto antes besándose. Además de mala impresión se le quitaron las ganas de todo ya que el chico que le gustaba estaba con otra chica.

IV Llegó a su casa llorando, estaba sola ya que sus padres estaban trabajando. Llamó a su amiga Juani, con la que más confianza tenía. Esta al sentirla así, no se lo pensó y fue a casa de Marta. Se la encontró fatal. Esta, al verla así, cogió y se la llevó al salón muy bien decorado con las paredes en rojo y los muebles blancos. Empezó a consolarla y darle grandes consejos. Ella por un rato se tranquilizó, ya que sabía que era muy difícil conseguir su amor y su simpatía. - 80 -


Llegó a su madre, todavía tenía los ojos un poco rojos de llorar. Su madre se lo preguntó. Ella para que no sospechara, le dijo que había visto una película llamada Bajo la misma estrella. Su madre no se fue muy convencida.

V Empezó el instituto de nuevo, tocó la campana para el recreo y salieron todos corriendo ya que era el primer día del segundo trimestre. De repente, Hugo estaba jugando a la pelota, esta se le fue y, al cogerla… ¡BUM!, le pilló un coche. Llegó la ambulancia corriendo, lo que peor parecía tener era la cara, con lo guapo que era. Al día siguiente, Hugo no fue, por lo que Marta preguntó y la maestra le dijo: ― A Hugo le ha atropellado un coche, ahora mismo está grave. Marta se contuvo las ganas de llorar. Al salir al patio la noticia de todo el mundo era esa ya que se había corrido la voz.

VI Estuvo toda la mañana pensando en él. La mañana se le hizo eterna, pero menos mal que el timbre tocó. Salió corriendo para el hospital, allí estaba la tal Diana, su novia. Pero Marta, siguió con su sonrisa y entró a la habitación. Estaba fatal, la cara la tenía toda tapada. No hablaba, por lo que ella empezó a hablarle. Mantuvieron una conversación de amigos, aunque ella hubiera querido que fuera una conversación de novios. Llamaron a la puerta, era el doctor Gutiérrez. Venía a dar una serie de noticias, por lo que llamaron a sus padres. Su novia se había ido. El doctor empezó a decir:

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― Hay dos noticias, voy a empezar por la que a vosotros no os va a gustar. ― ¿Puedes empezar ya? Necesito irme a trabajar ― dijo el padre. ― Hemos estado mirando las pruebas que le hemos hecho, en la cara se le dieron veintidós puntos, por lo que las cicatrices no se le van a ir, pero va a poder andar y mover los brazos como antes. Solo necesita rehabilitación. Sus padres y Marta se pusieron contentos al saber que se iban a poner bien, pero a él no le hizo tanta gracia sabiendo que en la cara iba a tener cicatrices. Al irse el doctor entró Diana. Al darle la noticia, empezó a reír, cogió y se fue. Hugo se dio cuenta de que solo lo quería por interés y la que de verdad estaba a su lado era Marta. Marta le ayudaba. Poco a poco se recuperó y estos fueron novios. Hugo aprendió que la belleza se encuentra en el interior. Cristina Martos Martínez

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A todos los amores complicados, por enseñarme a ser fuerte

DEBERÍAS ESTAR AQUÍ, CONMIGO “Las casualidades son aliadas del destino” *20 de julio de 2009– DIARIO DE AMY Este verano parece que no va a ser como los demás. Mañana nos vamos toda la familia a Mojácar, como cada año. Parece ya hasta una tradición. Estas vacaciones presiento que serán agobiantes: no podré ver ni estar mucho tiempo con mis amigos porque tendré que estudiar toda la mañana y gran parte de la tarde para aprobar las asignaturas que me quedaron pendientes en junio. Puf… Mejor voy a hacer la maleta ya. ¡No quiero olvidarme de nada! *21 de julio de 2009– DIARIO DE JORGE Mañana empieza la feria del pueblo. Y como cada año, nos iremos al piso del primo Juan en Mojácar. ¡Qué ganas! Podré volver a ver a toda mi pandilla de nuevo y hacer lo que realmente me encanta de las vacaciones: surfear. Con el surf también conocí al que es hoy mi mejor amigo, Hugo. ¡Estoy deseando que llegue mañana! *22 de julio–DIARIO DE AMY Ayer se me acumuló todo y no pude escribir. Ahora mismo estoy estudiando en mi habitación. Esta noche me había planteado ir a la discoteca con unos amigos para celebrar que por fin volvíamos a estar juntos. Para la ocasión creo que me pondré una camisa ancha azul, ya que para mí ese color me transmite confianza y seguridad en mi misma. *22 de julio de 2009–DIARIO DE JORGE Acabamos de llegar al piso del primo Juan. Estaba hablando con Hugo sobre una sesión de surf hoy, pero prefiero ir esta noche a - 83 -


la discoteca. Me regalaron hace poco una preciosa camisa azul celeste, que me recordaba al color del mar, lo que más adoraba. Creo que voy a ponérmela. *23 de julio de 2009–DIARIO DE AMY ¡Son las tres de la mañana y no puedo dormir sin contarte todo lo que me ha pasado! Acababa de entrar a la discoteca con mi amiga María cuando de repente un chico un poco desorientado, y con el mismo color de camisa que yo, se acerca a mí y sin ningún titubeo me pide mi número de teléfono. Yo, que soy muy desconfiada, preferí charlar un rato con él y conocerle antes de dárselo. Cuando pasaron varias horas, ya ambos nos conocíamos a la perfección. Teníamos más cosas en común de las que creía… Creo que es el ideal. El chico que andaba buscando. Un tal Jorge, mi pequeño amor de verano. *23 de julio de 2009–DIARIO DE JORGE Me ha atrapado. Esa chica me ha atrapado. Tengo que volver a verla cuanto antes. Esta noche no voy a poder dormir. Mañana intentaré contactar con ella y pedirle una cita. *24 de julio de 2009–DIARIO DE AMY Estoy nerviosa. Jorge me ha dicho de quedar esta tarde para dar un paseo por la playa. Creo que le diré que sí, no puedo desaprovechar una ocasión así. Se me acaban los días aquí sin que me esté dando cuenta… Desde ahora creo que el tiempo es oro. *24 de julio de 2009–DIARIO DE AMY … Sin palabras. Así es como estoy. Ha sido todo perfecto. Mientras estábamos viendo el atardecer en la playa, Jorge me dejó sola un momento y fue a buscar una tabla de surf. Cuando volvió, se adentró en el mar y se puso a surfear. Casi estaba anocheciendo. Así que, volvió a la orilla, y me dio un beso fantástico, salado. El mar había hecho ya su parte.

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*24 de julio de 2009–DIARIO DE JORGE Hoy le he pedido a Amy quedar de nuevo. Si. La echaré mucho de menos y qué mejor forma de recordarla que pasando el tiempo juntos. Esta tarde la llamaré. *25 de julio de 2009–DIARIO DE AMY Mi verano ya se ha estropeado por completo. ¡Todo por culpa de mis padres! Ayer, al volver al piso, me dijeron que habían estado observándome y viendo todo lo que hice con Jorge. No se puede tener ni un poco de intimidad. Me han prohibido volver a verlo, como si tal cosa. Su excusa es que lo conozco apenas de cuatro días, y que quiera o no, es un desconocido. Pero no saben que el cariño y la confianza que le tomas a una persona no depende del tiempo que hayas estado con ella. Mis padres no influirán sobre mi relación con él. Si es el indicado, lo es, y eso ya no se puede cambiar. 23:02 de ese mismo día. Amy y Jorge estaban despidiéndose a escondidas hasta el próximo verano. No iban a poder soportar a la única que los separa: la maldita distancia. Así que se proponen cumplir una promesa: que bajo aquel centelleo brillante de la luna, se adentrarían en el mar, y no volverían a salir de allí. Al adentrarse, cuando apenas quedaban unos centímetros para sumergirse completamente, él le susurra: Siempre vas a estar aquí, conmigo (señalando a su corazón). Amy razona por segundos y no se imagina sin poder volver a verle, así que prefieren enfrentarse a la realidad y hacerle cara juntos. Porque la vida les da las batallas más difíciles a sus mejores soldados. Claudia Cuevas Sánchez

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Al amigo en que se basa esta historia.

PRIMER AMOR Hola, me llamo Mike, vivo en una aldea. Hay muchas familias, aunque la aldea no es muy grande. Tengo un problema muy gordo, me enamoré de una niña que se llama Layra, vino a esta aldea con su familia. Todavía no le he hablado porque no me atrevo, me da mucha vergüenza. La verdad es que no sé cómo empezar a hablarle. Voy a acercarme a ella para decirle algo, vamos a probar. ―Hola, ¿sabes quién soy? ―Hola, sí sé quién eres, te he visto jugando con los otros chicos. ―me dijo ella. ―Mmm…, no sé cómo decírtelo, ¿quieres que seamos amigos? ―Me encantaría, podemos quedar para hacer algo juntos. ― ¡Vale! –le dije con una sonrisa. De repente oigo la voz de mi madre para irme a comer. ―Bueno, hasta ahora, Layra, luego nos vemos después de comer. ―Vale, adiós Mike.

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Llegó la tarde y salí a jugar con los otros chicos. Pasó un rato y me empecé a aburrir. Fui en busca de Layra, estaba allí junto a la figura del rey. Me acerqué y le dije: ―Hola de nuevo ―saludé. ―Hola ― ¿Quieres que juguemos a algo, o que vayamos a algún sitio? ―le pregunté. ―Vale. Fuimos al río donde todos van a pescar. Nos encontramos una mochila roja, aunque no llevaba nada dentro. Ella y yo nos sentamos a la orilla del río cuando de repente vi cómo Layra se escurría, antes de que se cayera la agarré del brazo y no pensaba soltarla. Ella decía: ―Mike, ¡ayúdame a subir! ―dijo con sofoco. ― ¡Eso intento! Me llené de valor y empecé a subirla con todas mis fuerzas. Cuando quise acordar ella ya estaba a salvo. Ella se levantó, me abrazó y me dijo: ― ¡Muchas gracias Mike!, ¡ya verás como vamos a ser muy buenos amigos!

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Yo respondí con una sonrisa y con una mirada intentando transmitirle todo lo que sentía por ella. En unos minutos empezó a reinar el silencio entre nosotros dos, rompí el silencio diciendo. ―Bueno, ya es tarde, deberíamos irnos ―le dije preocupado. ―Vale. Mientras nos dirigíamos a la aldea le eché el brazo por encima, ella no me lo echó, supongo que sería por vergüenza. Al día siguiente por la mañana, quedamos para ir a cazar conejos con dos arcos que tenía mi padre. Cuando íbamos por el campo le di a un conejo en la pata, salió a correr. Layra se tiró a por el conejo y yo caí detrás de ella; a continuación, mató al conejo con el cuchillo que llevaba. Nos quedamos los dos tumbados en el suelo agotados por el esfuerzo, cruzamos nuestras miradas. En ese momento tenía mucha vergüenza, no pude evitar su mirada, así que me lancé hacia sus labios y la besé. Cuando me separé me señaló con una sonrisa y se lanzó hacia mí. Al fin llegó el momento que esperaba tanto tiempo desde el momento en que nos besamos, de ahí nació una relación. Cuando pasaron unos meses conocí a su madre, era alta, rubia y la cara muy fina, también era delgada y llevaba una camiseta roja y unos pantalones marrones. Cuando entré a su casa me sorprendió porque era toda de color rojo, le pregunté por qué la pintaron y me dijo que era su color favorito. Bueno, ahora hay que pensar en el futuro, en la relación que nos espera y que deseaba tanto. Juan Carlos Millán Cazalilla - 89 -


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Dedicado a todos los niños que están en centros de acogida.

LA HISTORIA DE SOFÍA Sofía era una chica de catorce años. Estudiaba en un instituto llamado Santo Rey. Estaba en tercero de la ESO, era muy buena estudiante y tenía muchos amigos y amigas. Ella era alta, de pelo largo castaño, de piel morena, y sus ojos eran grisáceos. Su vida le iba genial. Hasta que un día normal sucedió algo espantoso. Sus padres fallecieron en un accidente de coche, ella cayó en una depresión al verse completamente sola con su hermano pequeño, Iván. Sus familiares decidieron llevarles a un centro de acogida, porque tenían demasiados gastos para tener la carga de dos niños más dándoles de comer, comprarles todo lo que necesitaban... Los niños Iván y Sofía no querían ir con otra familia que no fuese la suya, pero los familiares se las averiguaron para convencerlos y les dijeron que iban a estar muchísimo mejor con otra familia, que les irían a ver muy a menudo y que jamás se olvidarían de ellos, pero sabían que eso nunca iba a ocurrir. Al final los llevaron a un centro de acogida para niños. Iván y Sofía se fueron adaptando poco a poco al lugar. Al principio les costó bastante, se veían raros allí. La niña terminó haciendo muchas amistades, incluso se enamoró de un chico llamado Marcos.

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Marcos era un chico muy atrevido, descarado, ingenioso, gracioso..., no tenía nada de timidez, al contrario que Sofía. Era muy simpático, también era alto, de cabello castaño, de ojos marrones y mirada profunda. Ella estaba muy enamorada de él, así que quería saber todo sobre él: su llegada al centro de acogida, si tendría hermanos o hermanas, cómo llegó hasta allí...; pero era demasiado tímida como para preguntarle todo eso porque eran cosas muy personales y a todo el mundo no le gustaba hablar sobre su pasado. Desde el primer día que lo vio quería hablarle y llevarse bien con él, pero pasaban los días y Sofía no se atrevía a entablar conversación con Marcos. Ella se sentía observada por él y notaba que también quería hablarle, no entendía por qué no daba el paso él ya que sabía que era muy atrevido y no se cortaba por nada. Un día, Iván, el hermano pequeño de Sofía, le dijo a Marcos que le gustaba a su hermana y que quería hablarle; pero no se atrevía por lo tímida que ella era. Marcos sonrió al escuchar aquello. Al rato, Marcos se acercó a ella y empezaron a hablar un poco tímidamente al principio; pero enseguida parecía como si se conocieran de toda la vida. ― Hola, soy Marcos..., ¿me conoces? ―¡¡¡Sí!!!! Yo soy Sofía, ya sabía tu nombre, tú también me conocerás, ¿no?

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―Sí claro, te vi el primer día que llegaste. Me ha dicho tu hermano que te gusto bastante y que por eso no me hablabas, ¿es verdad? ― ¿Que? No, no.…, qué estúpido es, siempre se mete donde no le llaman. ―Ah bueno..., si te digo la verdad yo no soy nada tímido y lo digo todo en la cara, pero eso sí..., a las chicas guapas como tú sí que me da un poco de corte; pero me he decidido a hablarte por que me da la sensación de que vamos a ser muy buenos amigos, ¿qué te parece? ―Pues si te digo la verdad, sí que me gustas y coincido contigo en que vamos a ser muy buenos amigos. ―Bueno, tengo que irme que tengo que estudiar, más tarde nos vemos y seguimos hablando, ¿vale? ―Vale, hasta dentro de un rato. Aquellos chicos siguieron hablando día tras día y cada vez se gustaban más. Su amistad dejó de ser amistad y se volvió amor, tal llegó a ser su complicidad que Marcos le abrió totalmente su corazón y le contó cómo llegó hasta el centro de acogida. Según le contó a él la directora del centro, era un día lluvioso y gris, casi tan gris como los ojos de Sofía. Eran las ocho de la tarde del mes de diciembre. Alguien había llamado a la puerta, pero cuando fueron a abrirla no encontraron a nadie delante, lo único..., - 93 -


un pequeño bebé casi recién nacido en una caja de cartón, liado en una manta vieja color azul con algunos agujeros. Dentro de aquella caja también había una carta en la que su madre había escrito que lo dejaba allí porque ella era muy joven y no tenía cómo mantener a aquel bebé, era pobre y con poca experiencia. Sofía se quedó impactada al escuchar todo aquello, se le escaparon unas lágrimas de tristeza. Le prometió a Marcos que cuando salieran de allí juntos irían a buscar a su madre, cosa que él deseaba hacer. Después de diez años, los niños salieron de aquel centro ya hechos unos jóvenes con estudios terminados. Junto a ellos, Iván les acompañaba, deseando ver mundo. Los tres chicos estuvieron investigando durante meses y meses dónde se encontraba la madre de Marcos, hasta que la pudieron encontrar. Un día paseando, llegaron hasta la casa donde vivía la madre. Era una casa vieja y pequeña, casi derrumbada. Llamaron a la puerta y una mujer salió, no hizo falta que nadie dijera nada, aquella mujer se tiró a abrazar corriendo a Marcos llorando. Era la misma imagen de su padre. Con los años su madre lo puso al día de toda su vida y nunca más se volvió a separar de ella. Andrea Criado López

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Para mi madre, por su apoyo y por su corazón tan grande.

LA PALABRA NOSOTROS Fue todo bastante rápido. Recuerdo perfectamente cada uno de sus lunares, cada cabello que le rodeaba, todo. Él, él me recordaba al naranja. Con su rostro feliz, su contorno pálido. Me gustaba el naranja porque reflejaba su felicidad, su alegría. Aquella mañana de verano me recordaba ese calor. Tal vez porque estuviera él, porque me transmitía esa sensación o porque era verano y hacía calor. No me quería levantar de su pecho fuerte que me protegía ni de aquella mirada que me daba comodidad. Esos momentos no los cambiaría por nada. Al levantarme de ese naranja intenso, observé unos tickets de viaje: destino Australia. Oh, Australia, ese lugar tan relajante, tan calmado. Ese sitio también me recuerda al naranja por su situación tropical. Cuando me incorporé, realicé las maletas con él para llegar lo antes posible al aeropuerto, quería ser puntual. Salimos, cogimos las cosas y nos metimos en su BMW y nos dirigimos hacía allí. Una vez allí fuimos a la puerta del avión. Era mi primer viaje en avión. Nunca había viajado en él. Mis amigos habían viajado muchísimo y tenía ganas de ver cómo se sentía. Al sobrevolar nuestro Estado, Canadá, se observaban las casas, se hacían más diminutas. La azafata rubia y baja muy alegre nos sirvió un zumo de naranja (fresco y cálido). Nosotros le dimos las gracias y seguimos contemplando el paisaje. Solamente faltaban unas horas. Eran las cuatro de la madrugada. Había más personas despiertas como yo. Y él, él estaba durmiendo como un tronco debajo de su manta de Batman - 95 -


que le compré por su cumpleaños el año anterior. Me puse a mirar mis redes tanto Instagram como Snapchat. También mis padres y yo hacíamos video llamadas frecuentemente, para ver cómo estábamos. Tenía un poco de hambre, así que llamé a la azafata para que trajera algo de comer. Al cabo de un rato me trajeron unos donuts con un zumo de naranja. Ya estaba amaneciendo y la clara luz del sol se situaba debajo nuestra. El copiloto nos avisó de que aterrizaríamos en unos minutos. Entonces empecé a despertar a mi chico y a darle los buenos días de cada mañana. Al salir de ese avión, pude respirar el inmenso aroma de aquel lugar. Recogimos las maletas y nos dirigimos a pillar un taxi antes de las doce. A esa hora había que ir a firmar los papeles del hotel. Habíamos reservado en un hotel de cinco estrellas llamado Naranja coral con vistas al mar. En cuanto dejamos las maletas fuimos a contemplar la playa, la cálida y ardiente playa. Le dije a él que teníamos que ir a ver la ópera de Sydney y ver los animales de este ecosistema, tanto koalas como canguros. Eran las tres y nuestras tripas rugían pidiendo algo de comer, así que fuimos a un Burger que estaba cerca de donde nos encontramos. Mientras que hacíamos la digestión aprovechamos para investigar Australia y sus encantos. Hacía bastante calor y nos fuimos al hotel, nos cambiamos la ropa por el bikini y el bañador y marcharnos a la playa. Mi bikini era naranja con flores tropicales blancas. Me lo compre en las rebajas. Una vez allí nos sumergimos en el transparente y refrescante mar. Con las gafas de bucear pudimos observar todos los tipos de peces y corales que se encontraban a nuestro alrededor. Al salir, nos arreglamos para ir por ahí a cenar y después ir a la habitación a descansar. Había sido un día muy largo y agotador. Me encontraba mareada, era por la mañana, y él casi no podía respirar. Intenté despertarlo, pero no pude. Por más que saliera mi - 96 -


voz no podía. Grité. Él se sobresaltó y sorprendido llamó a urgencias. Cuando me desperté estaba un poco mejor que antes. Quería levantarme. Al despertarme pude ver cómo miles de cables llenaban mi cuerpo. Estaba asustada. Me giré y vi que mi almohada tenía un poco de mi pelo. ¿Qué es lo que sucedía? ¿Qué es lo que me ocurría? También vi por la ventana cómo él lloraba en la sala de espera. Entonces entró un médico que habló conmigo. Me dijo lo que me ocurría. Ahora sé porque lloraba. Hola, me llamo Madeleine y tengo dieciocho años. Y él es Daniel, mi novio. Ah, y padezco leucemia, es decir, cáncer de sangre. Sonia Torres Torres

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Este texto va dedicado a mis amigos de Mengíbar porque me alegro mucho de haberlos conocido.

NUEVA VIDA EN ESPAÑA Me llamo María, soy una niña alta, tengo el pelo rubio y los ojos marrones. Tengo doce años y mi color favorito es el amarillo. Me gusta escuchar música y quedar con mis amigos. Hace unos dos años vivía en París, una ciudad a la que todo el mundo llama “la ciudad del amor”. Allí iba mucha gente de visita. Lo que más me gusta de París es la Torre Eiffel porque es muy grande y bonita. También me gusta mucho el parque de atracciones Disney Land porque es grandísimo y tiene muchísimas atracciones. Bueno…, hace unos dos años estaba en mi casa cuando de repente mi madre nos dijo a mi hermano y a mí: ―Chicos, preparad las maletas que, en una semana, cuando acabe el colegio, nos vamos a ir a vivir a Mengíbar (un pueblo de la provincia de Jaén en España). ―Vale, vamos a preparar las cosas ―dijimos mi hermano y yo. A la semana siguiente era veintidós de junio y ya estaba todo preparado, así que a las cuatro de la tarde ya estábamos en el aeropuerto para irnos a Madrid. Cuando ya estábamos en Madrid, fuimos a la estación de autobuses y en cuatro horas y algo ya estábamos en Mengíbar. Cuando llegamos era tarde, así que fuimos a casa para acostarnos. A la mañana siguiente fuimos al colegio Santa María Magdalena y echamos la matrícula para yo poder entrar a sexto en - 99 -


septiembre. Luego fuimos al colegio Manuel de la Chica a echar la matrícula de mi hermano para poder entrar a segundo. Cuando llegó el diez de septiembre me levanté temprano para llegar pronto a clase. Ese día iba con una camiseta amarilla ya que es mi color favorito, es un color alegre, llamativo, caluroso y da mucha energía. Aquel día conocí a mucha gente, con ellos siempre me lo paso bien. Pero cuando más nos divertíamos era en las excursiones y sobre todo en la excursión de fin de curso de Madrid. Esa fue la mejor excursión de nuestra vida. Os cuento…, ese día era veinte de mayo de 2015. A las seis de la mañana ya teníamos que estar en el autobús, así que me levante a las cinco para que me diese tiempo. Ese día apenas dormí porque estaba muy nerviosa. Llegué al autobús y en unas cuatro horas o así ya estábamos en Madrid. Fuimos al Santiago Bernabéu (esa fue la peor parte del viaje porque a mí me habría gustado más haber ido al Vicente Calderón). Estuvimos toda la mañana allí. Al mediodía fuimos a comer a un parque cercano. Cuando acabamos estuvimos jugando y luego fuimos al hotel. Cuando llegamos al hotel, dejamos las maletas, nos duchamos y luego nos arreglamos para ir al Rey León, un musical bastante conocido, muy bonito. El musical duró unas tres horas y cuando acabó fuimos al McDonald’s. Cuando acabamos de comer fuimos al hotel para acostarnos porque al día siguiente teníamos que madrugar para ir a la Warner Bross. Al día siguiente nos levantamos a las siete de la mañana, nos vestimos y cuando terminamos de vestirnos fuimos abajo a desayunar, era un buffet libre. Al acabar de desayunar fuimos al autobús y en media hora ya estábamos en la Warner Bross. Allí fue donde mejor lo pasamos.

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Era un sitio muy grande con muchísimas atracciones como, por ejemplo: la casa del terror, hotel embrujado, las sillas voladoras, la caída libre, los coches locos, la montaña rusa… Al mediodía fuimos a un bar para comer, comimos rápido para que nos diera tiempo a montarnos en más atracciones. A las cinco de la tarde o así nos fuimos de allí y nos montamos en el autobús para llegar a Mengíbar. A las dos horas fuimos a un bar para merendar. Cuando acabamos de merendar volvimos otra vez al autobús y tardamos unas dos horas en llegar a Mengíbar. Cuando llegamos, el autobús nos dejó enfrente del colegio Santa María Magdalena. Luego fui a mi casa, cené y me acosté para que al día siguiente no estuviera cansada y pudiera ir al colegio. Al día siguiente me levanté alegre y con mucha energía así que pude ir al colegio. Ese día fuimos muy pocos al colegio así que estuvimos escuchando música y jugando. María Lloris García

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A todos aquellos que persiguen sus sueños, que no se rinden. Para que no decaigan, porque nunca llegamos a aprenderlo todo.

EL ARTE DE APRENDER Lo normal sería presentarme en plan: hola, me llamo tal, vivo en cual y demás. Pero, si estás leyendo sabrás de sobra que mi nombre es Nicole Toussaint, dónde vivo, cuántos años tengo y todos esos datos que para lo que quiero contaros son irrelevantes. Empezaré desde el principio: Mis bisabuelos eran franceses. Procedentes de un pueblo repleto de verdes parques, pero tuvieron que mudarse a mi actual ciudad por motivos laborales. Por eso, en honor a ellos, me llamo Nicole. Desde pequeña, siempre me ha gustado el teatro, pintar, dibujar…. Esas actividades, para mí eran hobbies. Junto con la lectura, me encantaba, y me encanta leer. Mi teoría es que cada libro es un mundo nuevo, y que sus autores crean algo distinto. Aunque nunca pensé que sería escritora. ¿Qué raro, no? Porque, si me gusta tanto leer, lo normal también sería que me gustara escribir. Sin embargo, de todas las asignaturas que teníamos en secundaria, las matemáticas me encantaban. Sí, matemáticas. Esa asignatura que para otros podían ser un infierno…, para mí eran algo apasionante. Como un misterio sin resolver. Hasta que encontré varios libros que me inspiraron. Con ellos aprendí que el hecho de escribir abarca infinitos temas. Se puede escribir sobre muchísimas cosas. Y encima, redactar te da libertad. Como si estuvieras tumbado en un prado verde, repleto de césped y lleno de armonía. No hay reglas o fórmulas para determinar si hay que escribir sobre una cosa u otra. Puedes crear todo lo que se te pase por la cabeza. - 103 -


Los libros también enseñan modales, formas de pensar: te enseñan a vivir de manera distinta. Como el famoso Quijote (aparentemente loco), solamente para criticar las historias de caballería de su época. Aunque, puede que el hidalgo no estuviera loco, sino nosotros. Por resignarnos a vivir en este mundo de imperfecciones y no llenarlo de alegría y fantasía, como él hizo. Iré al grano: estudié matemáticas. Y cuando acabé la carrera pensé que podía escribir un libro en el que narrar las anécdotas e historias que me habían ocurrido a lo largo de mi vida. Lo titulé: Persigue tus sueños. Lo publiqué, y a los dos meses se convirtió en un best seller. Mi libro era un best seller. Se dice pronto. Esa noticia, seguramente, sea una de las mejores que me han dado en mucho tiempo. Gracias a esta novela, me hice bastante famosa y una conocida editorial me propuso que escribiera una nueva novela; con el fin de escribir una trilogía. ¡Estaban dándome la oportunidad de convertirme en una conocida autora! Por eso, llamé por teléfono a la editorial y le pregunté las condiciones de este proyecto al director: – Quisiera saber cuáles son las instrucciones para crear mi nueva novela –dije queriendo parecer lo más formal posible. – Puede reunirse conmigo hoy mismo para exponerle con lujo de detalles el plan y que pueda firmar el contrato, si le parece bien– me contestó el director. Y yo le pregunté: – Está bien. ¿A qué hora sería dicha reunión? – A las cinco horas de esta tarde. En la sede nacional de Anaya, avenida América número cincuenta y nueve. Me sobresalté. ¿Avenida América? No podía hablar. Si no me estaba equivocando… ¡Eso era en Madrid! Tardaría más de lo que recuerdo en contestar, porque el señor director dijo a través del teléfono: – ¿Sí? ¿Hay alguien ahí? - 104 -


– Por supuesto. Estaba hablando sobre la reunión en… –¡Claro! Hoy, en la avenida América de Madrid. ¿Algún problema? –Mire, yo vivo en Mengíbar, Jaén. Y no creo que me dé tiempo. Ya son casi las dos de la tarde… –Vale. No se preocupe por nada. Mandaré un taxi a su puerta, dentro de media hora. La llevará al aeropuerto de Granada. Desde allí, mi avión privado la llevará directa a Madrid, justo a tiempo. –Está bien. Muchas gracias. ¡Tenía que prepararme en media hora para ir a Madrid! ¡Ni siquiera sabía cuánto tiempo iba a pasar allí! Intenté salir de mi repentino estado de shock en el menor tiempo posible y reaccionar. Preparé mi maleta. Mientras mis padres me advirtieron de todo lo que les dio tiempo antes de que llegara el taxi (aparentemente nuevo, con una preciosa pintura verde), a la media hora exacta. Fue muy puntual, demasiado. En el resto del viaje, no pasó nada interesante. Me dediqué a pensar sobre qué podía escribir y a leer. Cuando llegué, eran las cinco menos diez. Decidí pasear por los alrededores: con verdes parques. Cuando la reunión empezó, el director de la editorial me puso el contrato delante de mí. Y sin que pudiera explicarle mis recientes ideas, me dijo que si aceptaba, debía volar en cinco días a la isla Horsburgh. Una isla australiana, no demasiado conocida. Allí no había cosas como la televisión. O eso o nada. No había un plan B. Por lo tanto, acepté. Con una condición: me iba a llevar de vuelta a casa, para despedirme como Dios manda. Mi viaje iba a suponer unos cinco meses. Cinco días después, de nuevo el taxi verde en mi puerta. Esta vez, estaba incluso más nerviosa. No estaba sola, toda mi familia diciéndome adiós. ¿Valdría la pena volar hasta allí? ¿Sería famosa mi nueva novela? Eran muchas dudas, y ninguna - 105 -


respuesta. Estuve a punto de salir corriendo hacia mi cuarto y recapacitar mejor allí. Pero, justo en el momento en que me iba a ir, me acordé de mi primera novela: Persigue tus sueños. Y más decidida y segura que nunca, me monté en el taxi. Destino: isla Horsburgh. El viaje duró unas diez horas. Cuando llegué, me encontré con una bonita isla, con altísimas palmeras y frondosa vegetación. Había plantas que no había visto en mi vida. Cerca de la orilla, una bonita y acogedora casita. Había suficiente comida para un mes, una cama, una cocina pequeña, un baño y un escritorio con una lámpara. Como disponía de un enchufe y una antena telefónica, podría llamar a mis padres y a Henry si necesitaba algo. No estaba nada mal. Henry, era el copiloto del avión. Me explicó que estaría conmigo una semana. Para ayudarme a conocer a las tribus con las que conviviría y demás. Todos los meses vendría para reponer las provisiones. Era como un sueño. Un sueño que escondía un inmenso trabajo por delante. Así que me puse manos a la obra. Fui a conocer la isla con Henry. Nos presentamos a las tribus vecinas, les expliqué que venía en son de paz y que era inofensiva. Nos entendieron mejor de lo que yo pensaba, o eso creo. El primer mes me dediqué a conocer la isla a fondo; para definir bien el espacio de la novela y la época en cual se basaría. Todo iba bien hasta que, en el segundo mes (cuando fui a conversar con una de las tribus), me malentendieron y me llevaron a una especie de palacio subterráneo para sacrificarme a los dioses. Así es, me iban a matar. Me llevaban atada con hojas a un tronco de palmera. Ellos iban con lanzas y antorchas: lanzando al aire gritos y cantos en un idioma bastante raro. No te preocupes, estimado lector. No me mataron – por eso estoy contándolo –. Mirando el lado positivo, descubrí algunas costumbres, y unas ruinas totalmente desconocidas. Cosas que - 106 -


por supuesto mencionaría en el libro. No todos los días se descubre algo así. Por eso, he escrito esto. ¿Quieres saber cómo se titulará la novela? Verde. Y se llamará así porque en esta aventura he encontrado armonía, libertad… Para leerla, me parece que debes esperar unos cuantos meses más. Mayte Torres Aguilar

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Este relato está dedicado a un profesor imaginario y a nuestro protagonista.

EL PROFESOR MÁS RARO DEL MUNDO Esta historia sucede en un instituto de un pueblo de Madrid. Todo empezó al terminar las vacaciones de verano, al principio todo era normal, nadie nuevo había reformado nada, o eso es lo que yo creía. había llegado un nuevo profesor, se llamaba Facundo. Qué risa, ¿verdad? Pues no. Era un profesor de Ciencias Sociales, pero eso no era lo peor. Iba a ser mi tutor y mi profesor de sociales, claro estaba. En resumen, lo iba a ver más que a ningún otro profesor. El primer día de tutoría, llevaba un maletín rojo y estaba perfectamente vestido y peinado, era un “tío” elegante. Por muy elegante que fuese no dejaba de ser siniestro porque tenía un rostro serio, daba miedo solo al mirarlo, siempre estaba con una expresión enfadada. Y por si eso no fuera poco no dudaba un segundo en poner partes que es lo que más odiamos del instituto y de los profesores. Además, explicaba mal, solo leía, como si creyese que se explica así. También mandaba un montón de ejercicios, todos los que salen en las páginas que damos. Pero…, no solo cambiaron cosas en el instituto si no que en el pueblo también pasaban cosas raras. Había robos en tiendas, pero no tiendas grandes sino en las tiendas típicas de pueblo donde no hay alarmas, ni cámaras de seguridad, ni tampoco cámaras en las calles. El ladrón era listo, no dejaba ni una pista, ni siquiera un pelo ni una huella nada. La gente estaba asustada, sobre todo la gente que dirige algún negocio como en los que habían robado. También estaban - 109 -


asustados los trabajadores y trabajadoras que trabajaban en ellas, los únicos que sacaban algo de esto eran los de las alarmas, los del pueblo habían empezado a contratarlas por miedo al ladrón. Bueno, sigo con el profesor don Facundo. Seguía siendo el mismo; una vez le preguntamos a un profesor qué opinaba o que pensaba de don Facundo. Nos dijo que no se relacionaba con nadie, que siempre estaba en su escritorio con su ordenador mirando el Google mapas del pueblo. No sabemos por qué, pero eso sí, sin molestar a nadie y sin relacionarse con nadie. El curso iba avanzando, ya casi se había acabado el primer trimestre, el maestro seguía como siempre sin relacionarse y sin molestar a nadie. Pero en el pueblo, los robos habían pasado de tiendas pequeñas a tiendas más grandes, pero con el mismo patrón, es decir, seguían siendo del mismo tipo de robos, pero como siempre, el ladrón no dejaba pistas, era un ladrón en serie; pero todo cambiaría en un día. El maestro estaba feliz. Yo creo que se había echado novia, tendría algún amigo o…, él era el ladrón y había hecho un súper robo con éxito. Parecía que era por eso. En el pueblo había desaparecido un cuadro de una exposición de una galería muy importante con un valor de cien mil euros. Además, el maestro se había comprado un traje nuevo: chaqueta de color azul con una pinta de ser muy cara y un pantalón también azul con una pinta de ser el triple de caro, camisa blanca muy elegante y una corbata roja. El tío seguía siendo “elegante”, parecía que iba a irse de boda de algún amigo. Pero esta vez el ladrón había dejado una pista, era simple pero muy importante. Tenían las supuestas huellas del ladrón en un paquete de pañuelos. Al siguiente día, el maestro llegó más cabreado. Había puesto hasta veinte partes, tantos que los conserjes no dejaban que - 110 -


pusiese más. Seguramente habría visto lo de la pista en la tele y se había cabreado. Estaba dándole patadas a todo, a mi mochila le pegó una patada impresionante y regañando a todos los que pillaba. Los análisis habían dado positivo, es decir, era una huella de verdad, lo que faltaba era que la huella estuviese en la base de datos de la policía; pero para eso creo yo que tiene que tener antecedentes, y yo creo que ese no ha matado a una mosca, ni siquiera creo que tenga multas de tráfico, ni una pelea. Al día siguiente tuve el valor suficiente para decirle al maestro –Don Facundo, ha oído lo de los robos. –Claro, quién no lo iba a saber. –Pero…, quién cree usted que es el ladrón. –Anda, cállate ya y atiende a la clase de una vez si no quieres que te eche un parte, so pesado. Después, al siguiente día estaba contento, igual la policía no había tenido éxito. Un niño de mi clase que siempre se lleva el móvil a clase descubrió que sí habían conseguido la huella y que efectivamente era la huella de nuestro profesor. En la siguiente clase, cuando nos tocaba con él, la policía abrió la puerta de un portazo a punta de pistola y se llevaron al profesor. Por fin nos librábamos de él. Antonio Barahona Santos

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Dedicado a mi madre.

UN AMOR ANÓNIMO Una simple adolescente llamada Mónica, de dieciséis años, era una chica que tenía muchos problemas en su vida: sus padres estaban divorciados, no tenía mucha vida social en el instituto y además vivía con su abuela anciana y enferma. Al no tener mucha ropa, la mayoría de los días iba con un vestido rojo, acompañado de una chaqueta vaquera. Dos semanas después se acercaba el Día de San Valentín, había mucho ambiente en el centro escolar, todo el mundo observaba cada mañana la urna donde se encontraban las cartas, serenatas y claveles que la gente enviaba. Mónica no estaba nada ilusionada, ya que no esperaba recibir nada de nadie. Llegó aquel día, la tensión se sentía en el ambiente, todo el mundo estaba impaciente, excepto Mónica. Pero algo le sorprendió, había recibido un clavel rojo del cual desconocía el remitente. Por ello, y para desconectar de sus problemas, decidió investigar quién le podía haber regalado aquel obsequio. Para empezar su investigación, habló con su única amiga, Alicia. –¡Alicia, Alicia, Alicia! –dijo entusiasmada–. No te lo vas a creer. –¿Qué pasa? ¿Qué ha ocurrido? –dijo Alicia impaciente. –¡He recibido un clavel rojo! –gritó saltando–. Pero…, el problema es que no sé quién me lo ha podido enviar. Tanto Alicia como Mónica se quedaron en silencio, intentando buscar en su cabeza alguna pista o solución para averiguar o investigar el caso. En la bolsa del clavel encontraron manchas de pintura roja, y cayeron en lo siguiente:

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–Oye, ahora que lo pienso –dijo Alicia–. Esta mañana han estado pintando las paredes de la cafetería de la misma pintura que había en la bolsa del clavel. –Llevas razón –dijo Mónica animada–. Tal vez si preguntamos allí podemos saber quién las ha pintado, o tal vez quién pasó por allí. Al día siguiente las dos fueron a la cafetería, al entrar escucharon unos ruidos muy extraños, se asomaron para ver qué o quién había detrás de la barra y de repente apareció él, aquel chico tan atractivo llamado Marcos que volvía loca a Mónica. Estaba cogiendo unas cajas de pintura, lo que le sorprendió mucho a Mónica ya que soñaba con que Marcos, ese chico tan guapo, le regalara aquel clavel. Se acercaron a él y le dijeron: –Hola –dijo Alicia. Mónica no tenía palabras para hablar –. Nos preguntábamos si sabes quién ha pintado esas paredes o tal vez quién se ha manchado de pintura. –En primer lugar, hola –dijo el chico–, y, en segundo lugar, no sé quién lo ha pintado porque estaba en clases, pero recuerdo que ayer en el recreo pasaron un grupo de chicos que venían de la biblioteca y se dejaron caer sin darse cuenta. Yo les habría avisado, pero me apetecía reírme un poco –dijo riéndose. Al oír estas palabras, Mónica y Alicia se quedaron muy serias, ya que a ellas no les gustaba que se rieran de los demás. Cada vez a Mónica le gustaba menos Marcos, le parecía un engreído y una persona indolente. A pesar de la forma de ser de este chico, Mónica y Alicia tenían otra pista: el grupo de chicos de la biblioteca. Se dirigieron hacia allí, abrieron la puerta y Alicia dijo al chico que había en el escritorio: –Hola…, no recuerdo tu nombre –dijo Alicia–. ¿Vicente? –dijo intentando acertar. - 114 -


–Víctor, me llamo Víctor –dijo este un poco enfadado–. Decidme, ¿vais a devolver o a tomar prestado un libro? Las dos chicas comenzaron a reírse a carcajadas al oír las palabras de Víctor. –Bueno, dejémonos de bromas y vallamos al grano –dijo Mónica conteniéndose la risa–. Hemos venido aquí para saber si tú o alguno de tus amigos me ha enviado para el Día de San Valentín un clavel rojo. Quedó un silencio rotundo en aquella biblioteca, pero de repente se rompió cuando Víctor dijo: –Por mi parte no –dijo Víctor mirando había abajo–, y creo que ninguno de mis amigos tendría un detalle con una chica como tú. Mónica se sonrojó cuando escuchó decir eso a Víctor, le parecía un chico sencillo, pero con buen corazón. Al salir de la biblioteca, Alicia y Mónica lo comentaron, pero ya no tenían más candidatos. A continuación, Mónica le dijo a Alicia que necesitaban reconstruir los hechos ocurridos, y al revisarlos sacaron la conclusión siguiente: –Ahora que lo recuerdo, cuando le hemos preguntado a Víctor, se ha rascado la cabeza, y en su muñeca había una mancha de la pintura –dijo Mónica. –¡Es cierto! –dijo Alicia–, y además no sé si te has fijado, pero Víctor ha mirado hacia abajo cuando le has hecho la pregunta, y también le sudaban mucho las manos. –¡Todas las pistas encajan como las piezas de un rompecabezas! –dijo Mónica feliz–, y también me ha lanzado ese piropo que ha hecho que me sonroje. Al fin habían encontrado al chico desconocido. Se dirigieron de nuevo a la biblioteca, y Mónica le dijo al chico: –Hola Víctor –dijo Mónica con un poco de timidez–. Sé que tú eres el chico que me ha enviado el clavel, y quiero decirte que - 115 -


estoy muy feliz de que haya sido un chico como tú, sencillo y encantador. Víctor se quedó sin palabras y dijo: –Mónica, siento no habértelo dicho antes –dijo el chico disculpándose–. Tenía miedo de que se lo dijeses a los demás y se rieran de mí. Me gustaste desde el primer momento en que te vi, y no tuve el valor para decírtelo. Por ello esperé a este día, para que me sintiese orgulloso de mí mismo por haber tenido las fuerzas de entregarte algún regalo, aunque fuese de manera anónima. Los dos se miraron y sonrieron, y decidieron que serían la pareja perfecta. Eran dos personas sencillas que no les importaba lo que pensaran de ellos. Para ellos, lo más importante era el amor que se tenían el uno por el otro. María Carretero Caballero

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A mi madre por estar siempre ahí.

CLARAMENTE, CLARA Era sábado por la mañana, y como de costumbre, fui a desayunar a casa de mi vecina Mari Sol. Ella es una mujer mayor, de unos setenta años, es bajita y delgada y tiene el pelo blanco y muy rizado. Sus ojos son precisos y bastante grandes y suele llevar unas gafas rojas y ropa muy colorida. Mari Sol y yo nos habíamos hecho muy buenas amigas, ya que como ella no tenía hijas me había considerado como una de ellas. Tenía llaves, así que abrí la puerta, y me encontré a mi vecina sentada en su sillón hojeando un álbum de fotos. Me miró y me dijo: –Pasa, Ana, siéntate aquí conmigo. Me senté junto a ella y empezamos a ver las fotos. Me llamó la atención una en la que aparecía una niña. –¿Quién es? –le pregunté. Pero de pronto Mari Sol cerró el álbum y cambio de tema. –Bueno, ¿has desayunado ya? –No –le contesté. –Pues ve a la cocina a por los churros con chocolate que tanto te gustan –me sugirió. Después de un rato volví a mi casa. No podía olvidar a esa niña. Era extraño, la cara me resultaba familiar, y ¿por qué mi amiga no quería hablar de ella? Al llegar, decidí preguntarle a mi madre para ver si sabía algo al respecto. Le describí a la niña con todo detalle, y me desveló que era la hija de Mari Sol. ***

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La niña se llamaba Clara y murió a los nueve años. Había sido su primera y única hija. Mi madre me dijo que había tenido una muerte muy trágica y por eso no le gustaba hablar del tema. Si hacía ya muchos años que Clara había muerto cómo es que me sonaba su cara. *** Llegué el lunes al instituto y me encontré con mi amiga Silvia. Empezamos a hablar y me dijo que esa tarde iba a revisión. Hacía ya un mes del accidente en el que Silvia sufrió diversas contusiones y un corte en la mano que le había dejado una pequeña cicatriz. Aquel día soleado y caluroso en el que ocurrió el accidente, me dirigía a coger el autobús del instituto. Pero de repente una niña me paró y me dijo: –Me he perdido, no sé llegar a casa. ¿Puedes ayudarme? –Por supuesto –le contesté. No tuve ningún problema en ayudarla y juntas recorrimos el camino hacia su casa. Cuando llegué a la parada del autobús, ya se había ido y tuve que volver andando. Poco después me enteré de que dio un gran frenazo y chocó con un coche que se había saltado un stop, no ocurrió nada grave: algunos heridos y un gran susto. Yo me libré gracias a aquella niña tan extraña y tan familiar a la vez. Esa misma tarde regresé a su casa para darle las gracias, pero me llevé una gran sorpresa, allí nadie la conocía. ¿Quién era esa niña? ¿Por qué apareció en el momento y en el lugar adecuado? ¿Por qué me era familiar? Recordaba que tenía un lunar en la frente, y me parecía que Clara también lo tenía. Necesitaba volver a ver esa foto, tenía que comprobar que la niña misteriosa era la hija de mi vecina. Aprovechando que estaba en su clase de manualidades, entré, cogí mi móvil y le eché una foto al retrato de Clara. - 118 -


*** Ahora todo encajaba. Esa niña siempre había formado parte de mi vida. De pequeña jugaba y le hablaba, era mi amiga imaginaria, yo la llamaba Marlén. Solo la veía yo, mis padres creían que era solo eso, una amiga imaginaria, pero para mí era real, y ahora sé que siempre fue real. Clara es mi gran secreto, no siento miedo, no sé por qué me eligió y por qué sigue a mi lado. Solo espero que algún día me diga lo que quiere o necesita de mí… Lucía de Urda Torres

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Dedicado a mi hermano.

SKATER AND ME Nada más; al intentarse liberar de sus sueños que no le dejaban despertar. Sentía alegría, sentía la alegría que le transmitía el día. El sol, el sol más amarillo y brillante que ningún día le tentaba a que se levantase, iiiiiiiiiiiiiiiiiiiihhhh… –¡Sí! –dijo aún con los ojos cerrados y sin ser consciente de dónde se encontraba–. ¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! –repetía sin cesar. Sus sueños eran tan profundos que los decía en voz alta. Además, es un sueño muy importante para él; incluso se podría decir que ese sueño reflejaba su gran sueño, el sueño de toda su vida. –¡Estoy aquí, por fin, por fin estoy! Y…, sigo aquí encerrado entre los tablones de mi casa –dijo desilusionado cuando se dio cuenta de que todo había sido un sueño. *** Era otra mañana, otra mañana cualquiera, excepto porque es mi cumpleaños, bueno, y el de mi hermano también. Sabéis, somos gemelos. Pero no sé dónde está, solo sé que hace dos meses que nos separamos, o un poco más, no llevo muy bien la noción del tiempo. Éramos niños de orfanato, y digamos que éramos los típicos rebeldes y los únicos gemelos del lugar. Todas nuestras travesuras

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nos daban ciertas recompensas, aunque nos lleváramos cualquier que otro castigo. Finalmente, hicimos nuestra última jugada. Nos escapamos en la cesta de la colada del orfanato; ya que era el día de la limpieza y se llevaban un gran carro con la ropa de todos los niños a la lavandería. Nos salimos del carro casi cuando iban a cerrar la puerta de la furgoneta porque no apartaban la vista, y si nos llegan a pillar nos quitan la comida del día; algo que nadie quería. Sabéis, soy el típico niño al que le encanta la naturaleza, los animales, las plantas… Este fue el motivo de nuestra huida; bueno, y sin olvidar la obsesión de mi hermano con el monopatín, que curiosamente surgió fuera del orfanato, pero “sin escaparnos, eh”. Sucedió en una excursión… (“bueno excursión”), en la que se encontró con uno de esos chismes, y como es muy curioso se lo llevó. Era de color negro, algo triste para mi gusto, pero él lo trataba como si fuera otro hermano suyo. Seguidamente vimos a unos chicos en una piscina vacía, utilizando los monopatines y desde entonces no ha parado de practicar. Bueno, en fin, mi idea era ir al zoo por el que alguna que otra vez pasé por al lado, es enoooooorme. Solo en la puerta ya se podían observar cientos de animales. Mientras que la de mi hermano era ir a la piscina, que es el lugar al que pienso ir a buscarlo cuando reúna una cierta información y me prepare. La verdad es que pienso que fue una tontería pensar que a un niño solo, sin dinero, mal vestido, y sin ningún adulto lo dejaran entrar en el zoo; bueno, eso ya es agua pasada, porque no lo llegué a encontrar.

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*** Me había ilusionado mucho. Estaba en un escenario de skate y estaba actuando, todo el mundo aplaudía y sentía su cariño; bueno, ahora saldré a disfrutar el ambiente y a practicar en la piscina. Se encontraba en su casa que fue construida por él cuando se perdió al escaparse del orfanato. Constaba de múltiples tablones de madera estratégicamente colocados en vertical y en la parte superior; otros varios en horizontal, que se cruzan actuando de tejado. Era todo un manitas, la verdad. En el interior había objetos como imitando un candelabro que le iluminaba, y tenía un colchón que se había encontrado en la basura, cubierto por una sábana o manta que trajo el viento, y un edredón que robó de un tendedero. La verdad es que es un poco desorganizado y desordenado, pero sí que suele hacer la cama y sacudirla para que no se le acumule tanto polvo. Por último, también tiene dos ventanas en distintas paredes, también colocadas estratégicamente para ver mejor a la gente; tapadas con unas pequeñas cortinas. –¿Sabéis? Vivo al lado de una piscina en la que hago skate, y pensareis, ¿cómo voy a hacer skate en una piscina? Pues porque está vacía y bastante bien para practicar, ya que es curva, con unos bordes adecuados para tirarse fácilmente. Vine aquí en una escapada con mi hermano gemelo del orfanato, vine para practicar y él se fue al zoológico, los dos somos unos - 123 -


obsesionados. Él de la naturaleza y yo del skate. Él se fue al zoológico y sé que vendrá, lo conozco muy bien, es muy listo e inteligente, no tiene muy buena orientación y, aunque a veces se viene abajo, siempre lo supera pensando en positivo y con madurez. *** No tengo mucha suerte en cuanto a mi vivienda. Estoy debajo de una chapa de metal sujeta por palos. La verdad es que mi hermano siempre ha sido más manitas y tiene mucha más imaginación, pero la mía llega para imaginar su genial casa de madera con ventanas, camas y un candelabro. Uf, qué ganas tengo de estar con él. Mi chapa tiene como marcas o manchas azules de pintura. Lo echo de menos. He preguntado a varias personas y he juntado las indicaciones que más o menos coincidían. La mayoría de ellas se asemejaban, excepto algunas que la verdad es que me sorprende que ciertas personas no conozcan para nada su propia ciudad, y lo peor es que si les preguntabas si podía ser de otra manera o si les exponías otra posibilidad se negaban rotundamente; y eso los convertía en unos cabezones y creídos. No quiero tener margen de error, y por si fuera poco os comento que tengo muy mala orientación. Uf, lo que me faltaba. *** He oído a mucha gente hablando del Skater Pro 5, que por lo visto es un concurso de skate. El otro día me llegó un folleto que arrastró el viento y que parecía tratar del mismo tema. En el informaban de que podían participar personas desde los doce - 124 -


hasta los dieciocho años de edad y que se dividirán en dos grupos para evaluarlos. El primero de doce a catorce años y el segundo de quince a dieciocho. Y ya sabéis que hace poco cumplí los quince, así que lo voy a tener difícil si quiero ganar, porque soy el más pequeño de la categoría. También ponía que se realizaría el día uno de mayo y, aunque no sea consciente del día de hoy, escuché a un grupo decir que quedaban cinco días, y eso fue ayer, lo que quiere decir que quedan solo cuatro días. Ayer ya estuve todo el día practicando y creo que conseguí realizar un truco nuevo muy bueno que me dará puntos. Mañana empezaré con la coreografía, aunque mi mayor problema es que no sé si cuadrara con la pista del concurso. *** Me estoy preparando para partir; si se considera prepararse a: coger el papel donde apunto las direcciones que debo seguir, y una pequeña mochila donde llevo algunas posesiones “privadas” que guardaba en ‘Miércoles’, que es como me gusta llamar a mi casa porque fue el día en que llegue aquí. La verdad es que me sorprende que ‘Mi Destino’ (que se refiera a la casa de mi hermano) esté solo a una distancia aproximada de 20 min. ***

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Hoy es el torneo ¡Madre mía!¡Estoy súper emocionado! Es la primera vez que voy, o que tengo tal oportunidad de conocer a gente a la que también le guste el skate. Me estoy preparando. El estadio está a la vuelta de la esquina, creo que es como un polideportivo, lo que no sabía es que tenía una pista para hacer skate. ¡Veréis como gano! *** Ya estoy llegando, solo tengo que girar a la vuelta de la esquina. –Perdone, señor, se celebra algo aquí, es que escucho mucho barullo. –Sí. Es un concurso de skate súper emocionante, nunca había habido aquí algo igual, y perdona que te deje, pero es que tengo que hacer un encargo urgente –dijo el señor con aparente prisa. –¡Hasta luego! –me despedí del amable hombre–. Con que un concurso de skate… –dijo pensativo–. No estaría mal verlo y recordar un poco. Eso siempre viene bien. *** Tres concursantes y me toca, aunque eso supondría una media hora ya que cada uno son al menos diez minutos. ***

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Esto va a reventar, he pillado un hueco de milagro porque se ha marchado un matrimonio. Todos estos chicos son muy buenos, hasta ha salido una chica. No creo que mi hermano pudiera realizar tales acrobacias. *** Ya me toca, qué nervios, hay mucha gente. *** Creo que ya es hora de irme, ya llevo aquí mucho rato y debo proseguir con mi búsqueda. Y… ¡Bum! Ocurrió lo inesperado; el siguiente es: –Max Santos –dijo el presentador. –¿Qué? – exclamé y todos se me quedaron mirando–. ¡Ese es mi hermano! *** –Todo va a ir genial, todo va a ir genial –me repetía una y otra vez. La gente aplaudía en cada salto. Me estaba saliendo genial cuando… ***

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Era una pasada, y estaba allí, era alucinante. Fue entonces cuando me miró un segundo y… *** … Vi a mi hermano y me caí. Eso me quitó bastantes puntos y fue el final de mi actuación. Pero no me importó; ahora lo que quería era comprobar que era mi hermano. Salí a la entrada. *** Salí a la entrada para ver si era mi hermano. *** Los dos empezaron a llorar al encontrarse, y ese fue el reencuentro de los dos hermanos, Max y Javier. *** La verdad es que no llegue a ganar ningún premio, pero encontrar a mi hermano perdido supuso el mejor premio que me hubiesen podido dar. Antonio Santos Medina

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“A mi familia, por intentar siempre fomentar mi imaginación”

VIAJE AL FUTURO Todo empieza un día de verano muy caluroso en la playa de Huelva, mientras estábamos de vacaciones con mis primos. Era una noche muy oscura, casi negra porque estaba nublado, pero aun así le pregunté a mi primo: “¿quieres que vayamos a pescar?” Él me contestó: “no me parece buena idea, el tiempo no está bien”. Así que decidí ir yo solo. Me puse a pescar, saqué las cañas y lancé los sedales al mar. Una de las cañas empezó a moverse y yo fui a cogerla rápidamente y a recoger el carrete, pero la fuerza que tenía era enorme y no podía con él; tiraba tan fuerte que me arrastró hacia el mar. Cuando quise darme cuenta estaba muy lejos de la orilla, intenté nadar todo lo que pude, pero del cansancio me desmayé. Al despertarme me encontré en la orilla y tenía a mi alrededor gente con una ropa muy rara. Estas personas vestían trajes metálicos y con bombillas, eran como armaduras y todos ellos tenían gafas de sol para protegerse de los rayos naranjas tan fuertes que lanzaba el sol. Cuando abrí los ojos me preguntaron: “¡pero niño! ¿Qué haces tú aquí así vestido?” Y yo contesté: “no tengo ni idea, estaba pescando y un pez me arrastró al mar, y he aparecido aquí”. Una mujer muy simpática se ofreció a ayudarme, me llevó a su casa y me dio ropa limpia. Mientras íbamos de camino, me di cuenta de que esa ciudad no ere donde yo estaba porque era todo muy moderno, todo muy extraño para mí y lo más fuerte era que los coches no iban por la carretera, sino por el cielo. En ese momento pensé que seguía en un sueño. Por ese motivo empecé a pellizcarme la cara para poder así despertar. “Pues - 129 -


resulta que no es un sueño”, exclamé. La mujer que estaba a mi lado, gritó diciendo: “¡pero niño! ¿Por qué te pellizcas?” Y yo respondí: “creo que esto es un sueño, del lugar donde provengo los coches no vuelan y la gente no va así vestida”. Resulta ser que, según la mujer, estábamos en el año 2500 y yo no me lo podía creer. En fin, decidí tomármelo como una broma. Llegué a su casa y me duché, y ahí vino otro problema. No era agua con lo que me duchaba, era una especie de babosa azul blanquecino. Al terminar de ducharme, fui a hablar con la mujer, llamada Rosario, para que me diera una explicación sobre con qué me había duchado. Rosario, tan encantadora como siempre, me explicó que el agua se estaba agotando y que tenían que ahorrar lo máximo posible y que aquello con lo que me había duchado era un gel que habían inventado, que no necesitaba agua y además protegía contra los fuertes rayos rojos del sol. En ese momento entró su hijo Iván, que tenía la misma edad que yo, que volvía del colegio. Desde el primer minuto llegamos a ser muy buenos amigos, y fue el único que me creía cuando le conté mi historia. La familia Benjamín fue muy agradable conmigo, permitieron que me quedara en su casa hasta resolver mi situación. Yo se lo agradecí, pero me sentía mal porque ellos pensaban que yo estaba trastornado. De todas formas, mi gran apoyo allí, Iván, me entendía y me apoyaba de tal manera que todos los días íbamos a buscar pistas de cómo regresar. Habían pasado ya dos meses, echaba de menos a mi familia y a mis amigos y lo peor de todo, es que me encontraba en el año 2500, un año en el que no se veían zonas verdes, ni agua dulce. ¡Es un lugar tan triste…! Un lugar caluroso, rojo como el fuego, no se encontraba ni el azul del cielo, ni el blanco color de las nubes; todo lo que se veía alrededor eran nubes grises y humo negro. - 130 -


Una noche, cuando paseaba con mi nuevo amigo Iván y su mascota Ralf, un cachorro de dóberman, estuvimos hablando de cómo me sucedió aquello tan extraño. Tras horas hablando, llegué a la conclusión de que el día que me teletransporté era una noche muy oscura de tormenta y luna llena. En ese momento, a los dos se nos encendió la bombilla. El plan sería intentarlo un día como ese para ver si funcionaba. Afortunadamente, esa noche empezó a ponerse fea y además había luna llena. Iván me dijo que sería buena idea volver a intentarlo. Nos dirigimos a la playa para pescar y no pasaba nada, pero al rato, el sedal empezó a tirar y me arrastró con él. Fue entonces cuando desperté y todos mis familiares estaban a mi lado. Mi aventura de dos meses había transcurrido en horas, aunque para mí fue una eternidad. Pero por fin había vuelto. Carlos Ceacero Contreras

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A mi hermana.

NUEVAS AMISTADES Un día fui a la nieve con mi familia. Allí había mucha gente. Esa mañana fuimos a pasar una semana en la nieve, conocimos a una familia pobre, traían ropa vieja. eran muy alegres. Eran tres hermanas y dos hermanos: La mayor tenía ocho años, se llamaba Lola, es alegre, graciosa y muy cariñosa; la siguiente tenía tres años, se llamaba Sofía, es dulce, juguetona y cariñosa le gusta mucho jugar con todo el mundo; la última tenía un año, se llamaba Ángela, es muy alegre ,muy inteligente, y muy sincera con la gente. Sus hermanos: Pedro es rubio, con el pelo rizado, tiene pecas, es alegre, cariñoso con todas las personas , y siempre saluda a todo el mundo. Tiene quince años, le gusta jugar al baloncesto, al fútbol, al tenis, etc. José Luis es moreno, tiene el pelo liso, también pecas, no es cariñoso, se enfada muy pronto y nunca ayuda a nadie. Tiene diecisiete años. Casi a toda la familia le gusta al baloncesto. Todos los días se ponían una equipación roja y blanca, casi siempre perdían y un día vino una persona nueva. Se llamaba Sergio. Sergio es alto, delgado, pelirrojo con el pelo liso, es alegre, inteligente, educado, y cariñoso. Le gustan mucho los animales y le encanta jugar al baloncesto. Todo ocurrió cuando estaban todos sentados y es cuando llegó el hombre, todos pegaron un salto de emoción. Se emocionaron mucho. Cuando acabaron las vacaciones se mudaron de esa casa porque la suya era demasiado chica para siete personas: había una cocina, un cuarto de baño, dos cuartos, etc. Y entonces decidieron cambiarse de casa. Estuvieron viendo cosas muy baratas: Una casa con jardín. Otra casa con piscina. Otra casa con patio. Se decidieron muy rápido. Eligieron la casa que tenía una piscina climatizada. - 133 -


Eran demasiado chicos para bañarse solos en la piscina, sus padres se lo prohibieron. Sofía estaba jugando con Ángela. Ángela se cansó de jugar y la dejó sola. Al rato no sabían dónde estaba Sofía, buscaron por todo el patio, por toda la casa, y no la encontraban. Fuimos a buscarla al bosque, no la encontraban, al rato sentimos una voz diciendo ¡Ayudadme! fuimos andando hasta que al final la encontramos. Allí hacía una temperatura de menos cinco grados bajo cero, no tenía comida ni nada para beber, hacía frío, nevaba y casi allí no había nadie. Cuando escuchó Sofía una voz, pensaba que le iban a hacer algo, pero no fue así, sino que eran sus padres y sus hermanos. Cuando la vieron se alegraron mucho, le dieron un abrazo, un beso y se fueron para su casa. Sofía estuvo perdida durante cuatro horas, sin saber nada de su familia. Ya estaban todos tan contentes y decidieron hacer una fiesta, invitaciones a los amigos de Sofía. Sofía quería invitar a todos sus amigos que conoció en la nieve. Paco tenía dos años, rubio y ojos verdes. Francisco también tenía dos años, moreno y pelo liso, tenía los ojos azules. Alfonso tenía tres años como Sofía y era moreno pelo rizado y ojos marrones. Silvia tenía tres años, era castaña y ojos marrones. Paula tenía dos años,era rubia y ojos verdes. Los niños y los mayores tenían hambre. Primero, picaron gusanitos, patatas, pajitas, quicos,aros de maíz etc. Segundo, comieron sándwiches, pizzas, panninis, etc. Tercero, se comieron la tarta, era de chocolate, vainilla y nata. Cuando terminaron de comer se pusieron a jugar. Fueron payasos y estuvimos jugando con ellos a la comba. Se trata de que dos personas que estén dando a la comba y las demás tienen que meterse para saltar. - 134 -


Esconder cosas para los niños. Se trata de que los payasos esconden cosas como, por ejemplo: llaves, huesos, monedas, etc. Cuando terminen de esconder las cosas cuentan tres, dos, uno y ya van los niños a encontrar las cosas y el primero que lo encuentre gana. Cuando terminaron de jugar se fueron a darle los regalos a Sofía. Paco le regalo una bicicleta; Francisco le regalo unos patines; Alfonso le regalo un casco; Silvia le regaló un reloj; Paula le regalo un chándal; sus padres le regalaron unos deportes. A Sofía le gustan mucho todos los regalos, se lo pasaron genial. Laura González Martínez

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Para mi familia, porque siempre está cuando la necesitas, apoyándote en las buenas y en las malas.

LA FIESTA Y EL DUENDE VERDE Era una noche oscura de viento y tormenta en un gran campo verde porque estábamos haciendo una fiesta para celebrar el cumpleaños de Elena, una amiga que era vegetariana. En esa noche ella vestía de verde. Dirigiéndonos hacia el coche, para que se cambiara de calzado, íbamos andando sobre un verde musgo que parecía bastante fresco. Un hombre, que iba vestido de verde oscuro para camuflarse entre los árboles, se abalanzó sobre mi amiga dejándola inconsciente sobre unas tres horas, en las cuales yo estaba súper nervioso por saber cómo estaba. Cuando se despertó, la llevé junto al brasero para que se calentara. Llamé a la policía para denunciar lo sucedido con aquel hombre. La policía me preguntó cómo iba vestido, y me dijeron que podía haber sido Antonio Jesús Castro, que era un delincuente francés que mataba a todo el que iba vestido de verde porque no le gustaba la naturaleza. También me dijeron que iban a intentar atraparlo en el verde bosque para encarcelarlo y castigarle por todos sus crímenes. Yo les dije que les ayudaría a encontrar a ese rufián. Al rato, conseguimos atraparle con una red para que no escapara. Los policías lo montaron en el coche y le colocaron las esposas para trasladarlo a la celda más protegida de la prisión para que no escapara. Cuando el jefe de policía le preguntó el porqué lo hacía, él dijo que era inocente, pero todos sabíamos que lo que decía era mentira. Tras largas horas, conseguimos que nos dijera para quién trabajaba, aunque en verdad no nos impactó que dijera para el Duende Verde, un asesino que salió de la cárcel hace dos años, y, por lo que parecía, había vuelto a las andadas. El Duende Verde - 137 -


era un hombre bajito, regordete y con la cara redondeada. También nos dijo que el nombre de su agrupación era Los señores de la noche, ya que los crímenes los realizaban por la noche para que no los vieran. Nos dijo dónde se hallaba, y fuimos a detenerlos para que no sucedieran más crímenes. Cuando llegamos, encontramos una puerta abierta, y al entrar encontramos una red de personas a las que querían asesinar. Entre ellas, se encontraba mi amiga Elena. Seguimos adentrándonos en la casa y encontramos a las otros dos participantes del grupo, que intentaron matarnos, pero no lo consiguieron y los detuvimos. Cuando los encarcelamos, les pedimos datos de su jefe, pero lo único que nos dijeron fue Rioja Grande, que era el nombre de una de las mejores bodegas de vinos que existe. Nos dirigimos a la bodega y encontramos un sistema de túneles justo detrás de un barril, los cuales llevaban a todas sus guaridas donde elaboraban los asesinatos. En una de las guaridas vimos una sombra que se desplazaba rápidamente y nos decía que nos largáramos de allí o terminaríamos en la tumba. Mientras que intentaba escapar, uno de los policías se escondió, y, cuando pasó por donde estaba, le dio con la porra en la cabeza y se abalanzó sobre él para así dejarlo inmovilizado. Conseguimos ponerle las esposas con fuerza, y lo montaron en un jeep 4x4 para conducirle hasta la celda. Tras unos días, le mandaron al juzgado y le pusieron una pena de cinco años con trabajos forzados. Tras largos días, conseguimos saber por qué realizaba estás acciones, y era porque cuando él apenas tenía diez años, asesinaron a sus padres. Tras unos meses, Elena se puso bien y fue mejorando favorablemente sin haberle dejado marca el empujón. Para alegrarle el día, la regalé una manta de color verde con un girasol - 138 -


en el centro. Al cabo de seis días, Elena ya estaba perfecta como una paloma blanca revoloteando de un lado a otro con un vestido azul cielo, y muy feliz por haberse mejorado. Menos mal que la policía hizo justicia, porque como dice el dicho: “El mal nunca vence”. Miguel Ángel Pastor Párraga

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Se lo dedico a Mónica, porque es la mejor persona que conozco.

MI CHICO VERDE Me dormí y al despertar estaba en el campo verde naturaleza con Oliver. Con mi Oliver, mi chico verde, mi amor. Oliver bajó de su silla de ruedas y se tumbó junto a mí; con su camiseta de Ecoembes que siempre se pone cuando estoy con él. Me sujetó de la mano y me dijo que era la más bonita casualidad de su fracasada vida. Cuando lo conocí todo fue un sueño. Todo empezó un trece de abril del 2000 cuando empezó el instituto y yo pasaba a cuarto de ESO. Por cierto, este año venían tres chicos nuevos a mi clase. El primero fue Conan, un chico gótico pintado hasta las cejas con un peinado un poco raro, por su carácter parecía un chico ofensivo y saltaba a la vista que su infancia no fue muy buena. El segundo era uno que se llama Gustavo, tenía brackets, pelo castaño y le gustaban mucho muchísimo los videojuegos, su favorito era el Minecraft. Por último, Oliver, un chico paralítico, socio y jefe del club de Ecoembes. Le encanta el color verde porque, según él, el creer en la naturaleza y la madre tierra le ayudó al salir del día a día. Lo que más me enamora de él era la energía y el entusiasmo que tenía por ver la vida de otro color. Él tiene un brillo y una alegría en la cara que nadie sería capaz de creer que es un chico. Me dijo que él de pequeño, al tener ese terrible accidente, dice que eso fue algo del destino que le dieron otra oportunidad de vivir. Mucha gente se le queda mirándolo pensando que qué lástima el chaval. Pues no da lástima, es una persona normal que, aunque tenga ese problema no tiene por qué ser especial. Un día de feria en nuestro pueblo me levanté y me propuse decirle lo que sentía, fui al parque que siempre a estas horas esta él. Cuando llegué lo vi con una - 141 -


muchacha guapa con un problema de vista. Oliver me habló sobre ella diciéndome que era ciega y que se conocieron en un museo sobre la naturaleza pero que ella lo amaba profundamente. También Oliver me dijo que le gustaba un poco, que sería capaz de tener con Luciana, la chica ciega, una relación estable. Llegué al parque propuesta a contarle todo lo que sentía desde que lo vi entrar por la puerta de mi clase, pero cuando lo vi dándose un beso profundo con la chica ciega, me paralicé y me fui corriendo llorando para mi casa. Cuando llegué a mi casa cogí todo lo que me recordaba a él, lo rompí y lo eché en la basura. A los diez minutos me relajé y pensé lo que hice. Él no tiene culpa, no sabe que lo amo hasta las trancas, no debería de haberlo hecho. Al día siguiente hubo feria en nuestro pueblo, todos acudieron a los cohetes artificiales. Yo fui con mis amigas y él fue con Luciana enganchado de la mano. Mis amigas y yo nos fuimos a los cacharricos y a tomarnos algo. Allí, en los cacharricos, me lo encontré solo porque al parecer Luciana había ido al baño, esta sería mi oportunidad. Fui caminando hasta llegar a él, él me vio y sonrió. Nos saludamos y nos dimos dos besos y al oído le dije: Oliver desde que te vi en mi clase como el chico nuevo me enamoraste, no puedo ocultarlo más. Ayer te lo quería contar, pero estabas con tu nueva pareja dándote un beso. Tuve mucha envidia porque es que te amo muchísimo. Él me miró, sonrió y me dijo: Clara, ayer me di un beso con ella no por mi parte si no porque ella me lo dio y que sepas que yo también te amo desde que entré en tu clase y me senté contigo. Me agaché y él acercó sus labios a los míos y nos derretimos en un profundo beso. Desde ese momento ese no iba a ser el primer beso que nos damos. Al cabo de unos años nos casamos, somos muy jóvenes todavía, pero la edad no importa. Con él pasare el resto de mi vida. Virginia Arenas Gálvez

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Esto va dedicado a mi maestro de lengua que es el que hace que yo comprenda la literatura.

EL HOMBRE DE LA CAPA VERDE Cruyff City es una bonita y llamativa ciudad que fue fundada en el año 1985 por el gran jugador de fútbol; Johan Cruyff. Pero..., en los barrios más oscuros acechan las personas más crueles y oscuras que en ningúna otra ciudad de este mundo puedas encontrar. Una noche un héroe salvó a un pequeño niño que andaba solo por la calle comiéndose un rico helado de color rojo. Unos horribles ladronzuelos, que vestían de negro, intentaron quitarle un monedero y varias pulseras de oro que llevaba esta pequeña criatura. Fernando (que es el hombre de la capa naranja) con mucho sigilo y rapidez, consiguió darles una buena paliza a estos dos sin vergüenzas, que, sin pensárselo Fernando, los llevó a comisaría que fue donde los arrestaron y llevados a la cárcel. De nuevo, Fernando volvió a su vida normal como un repartidor de pizzas, pero no oculta su identidad, él era diferente, él era muy especial, él era FERNANDO. De nuevo otro día normal en Cruyff City, nuestro superhéroe apreció desde su balcón a una mujer siendo acosada por un hombre con muy malas pintas, entonces la mujer sacó una pistola de color negro, disparó y... Mató a aquel delincuente. Dos días después en las noticias salió que metieron a una mujer en la cárcel por “posesión de armas”. Fernando al ver en las noticias la cara de aquella mujer le resultó muy familiar, entonces se acordó de que aquella mujer fue la que sacó una pistola mientras era acosada. Fernando muy dolorido por no poder haber acudido más antes para pararla, decide vestirse su capa naranja junto a su traje - 143 -


de seda y sacar a aquella mujer de la cárcel a las buenas o a las malas. Al llegar a la penitenciaria entró vestido de policía para no llamar mucho la atención, y directo a la celda trescientos once. Vio a una mujer llorando y desesperada, entonces Fernando se dio cuenta de que era ella por esos ojos tan grandes y azules que tenía Sofía (que es la mujer que metieron en la cárcel). Sin pensárselo sacó a Sofía de la celda y en cuestión de segundos ya estaban en la otra punta de la ciudad, Fernando había conseguido desarrollar la teletransportación, la mujer miró a aquel hombre con extrañeza porque no sabía quién era. Entonces se sentaron sobre un banco con vistas al mar y fueron conociéndose poco a poco. Al día siguiente salió en las noticias que la mujer se había escapado. Sofía de nuevo desesperada acudió a Fernando para que puediera buscar una solución, y él sin pensárselo se puso a practicar una técnica llama “clon” de un antiguo superhéroe que él apreciaba con toda su alma. Tres días después se había iniciado una búsqueda para llevar de nuevo a Sofía a la cárcel y sentenciarla a nueve años más. A Fernando no le salía muy bien la técnica, le faltaban tres semanas para dominarla y que el plan saliese a la perfección, pero... Sólo tenían dos días. Entonces Fernando decidió dejar a Sofía en un lugar seguro y apartado y el poder entrenar en el espacio ya que los días pasan más rápido. Pasó una semana y, por fin, Fernando había vuelto; en cambio, Sofía estaba muerta del miedo porque casi la descubren. Entonces nuestro superhéroe lanzó una luz bastante rara sobre el cuerpo de Sofía y creo un “clon” de ella. Más tarde Fernando la entregó a comisaría y ese clon fue llevado a la cárcel. Otro día cualquiera en Cruyff City, Sofía se había presentado de nuevo en la casa de Fernando para poder agradecerle todo lo que - 144 -


había hecho por ella. Muchísimo más tarde Sofía le preguntó al superhéroe que por qué se había tomado tantas molestias con ella en vez de ayudar a otras personas, y él le respondió que le pareció muy injusto su caso y que se sentía muy culpable por no poder haber llegado a tiempo para poder rescatarla. Al final Sofía se convirtió en “La superheroína de la capa rosa” y también acabó casándose con Fernando y formaron el “Dúo de Superhéroes”. Zinedin Taiebi Boumohcine

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Para mi mejor compañera de aventuras, Aina.

VIOLETTA Me llamo Violetta, vivo en New York (U.S.A.) Tengo veintitrés años, y los más parecido a un compañero de piso que tengo es mi perro, un Dálmata. En estos momento puede que estés pensando que te cuento mi vida porque es super interesante. Pero no. Mi vida es de lo más normal. Me levanto a las siete de la mañana, me visto, voy al gimnasio, vuelvo a mi casa, desayuno, doy comida a mi pequeño salvaje de cuatro patas y bigotes, y ya estoy haciendo cualquier tarea doméstica en casa, o voy a hacer algun mandado… Esta mañana he ido a hecharle ese mal oliente paté de hígado a mi perro. Pero en el armario en el que lo guardo, habia una nota escrita en un pequeño folio de color azul. Pense que me la había puesto ahí mi novio, pero al cabo de unos segundos supe que no. Es decir, sabía más que de sobra que la había puesto ahí el “Servicio de Inteligencia” . Pero no hace falta que te diga lo que ponía para que lo puedas saber, mírame tecleando en este ordenador, explicandole a alguien, que no se quien es, mi vida. Me dirijo a hacer mi "ritual de belleza mañanero" que vulgarmente explicado es echarse potinges en la cara para no parecer un muerto con rapa bonita y pelo brillante. De nuevo me escuentro otro poss–it, esta vez color rosa. En este me daban una hora, una dirección y un nombre de una chica. Esta chica sería la que me daría la informacíon. Así que terminé de maquillarme, me vestí y peiné, cogí un sandwich de pollo, a mi perro y me dirigí al lugar. Me encuentro en Central Park, junto con Dani. Tengo que buscar a la chica, y lo único que se de ella es que se llama Melissa y que lleva un sombrero color burdeos. Ya he acabado de hablar con ella. No lo puedo creer, me ha contado que todo lo que he - 147 -


estado inestigando es cierto. Creo que para que este texto tenga un mínimo de sentido debería explicarte qué pasa en este texto. Bueno mi investigación se llama “operación objetivo” y consiste en que yo pienso y creo realmente en que nos está grabando alguna cadena de television, para poder hacer su programa con personas inocentes, a las que sabes que cuando acaben trastornadas sabiendo la verdad, las dejarán tiradas al majer de todo, y sin un programa teelvisivo en el que aparecer. Pero sí, en serio, hay cámaras en los lugares en los que menos te los esperas. Por ejemplo: Un agujero en la pared en el que antes habia colgado un cuadro, en la cámara delantera de tu smartphone, en la pantalla de tu televisor, en cualquier lugar que te puedas imaginar, pues ahí. Esto es horrible, porque sabes que tu vida esta siendo retramisida por un canal de televisión, y que te está viendo vivir tu día a día un público ya cansado de las tertulias en la siesta. Dejas de hacer cosas que tú antes hacías sin ningún problema, porque no te molestaban. Ahora ya no eres tú. Ahora duermes con un pijama rosa aterciopelado, que no te gusta ni un pelo, porque es de lo más incómodo y pomposo. Porque a quién quieres engañar. Sabes que prefieres tu moño bien alto y desarmado, tus pantalones cortos de pijama que parecen los calzoncillos de tu abuelo, esa camiseta de la XXL que hace propaganda a las fiestas de tu pueblo del año 2008 y esos calcetines desparejos con un tomate para el dedo gordo del pie. Pero, ¿sabes qué? Melissa me ha dado la solución para poder acabar con esto. He de viajar hasta mi ciudad natal, Madrid (España). Allí se encuentra la sede de esta organización. En ese lugar me dirán cómo acabar con ese reality show. Madrid: 8/ 4/ 2016. He terminado hace una hora de hablar con el director de la organización, y no sabéis todos los sentimientos que puedo llegar a tener ahora mismo. Siento felicidad y tristeza, fortaleza y debilidad, siento que no soy nada y que a la vez lo soy todo. Tengo todos estos sentimientos - 148 -


contradictorios, porque sé cómo solucionar el problema, pero estoy aterrada por completo. Tengo miedo de no poder solucionar esto, y que esa cadena siga privándome de mi intimidad. Bueno, os voy a contar el plan que hemos elaborado, que es de lo más ingenioso y simple. Tengo que ser yo misma. Tengo que hacer mis locuras de cantar con el palo de la fregona, el peine o el bote de Kétchup como si no hubiera un mañana. Tengo que volver a dormir con mi ropa de vieja y ese moño que tantisimo echo de menos. Tengo que dejar de comer cosas “fitness” y volver con mis hambuerguesas de queso, y demás comidas que no son muy sanas, pero que de ricas no les falta ni la guarnición. Y te preguntarás tú, lector de mi peculiar historia, ¿por qué ahora tengo que ser yo misma? A lo que yo muy simplemente te respondo. Porque sí. Porque aparte de que es terrible no ser uno mismo, con nuestros defectos y virtudes. También lo estoy haciendo para espantarlos, es decir, como la cadena ahora mismo está perdiendo audencia, porque si no te has dado cuenta llevo tres horas escribiendo en el mismo portátil. En cuestión de horas la cadena televisiva le dirá al programa que cierra la transmisión porque se acaba. Y justo en este momento este relato acaba. Porque ahora que he conseguido librarme de que cuenten mi vida por la tele, ¿por qué la voy a contar yo por internet?. Julia Martínez Sánchez

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A mi abuelo, por hacerme ver día a día los prejuicios de ceder mi voluntad.

SINIESTRO ALCOHOL Había una vez un chico llamado Lucas, tenía veinte años y le encantaba el fútbol, era un chico alto, delgado, moreno. Tenía los ojos grandes y verdes, su mirada transmitía confianza y alegría. Vivía con su novia Patricia, ella es una chica de diecinueva años, alta rubia, con el pelo ondulado y largo sus ojos eran grandes y azules, le gustaba mucho leer y pasar tiempo con sus amigas y su novio. Un día Lucas, se levantó temprano para arreglarse y poder ir a una librería a comprarle el regalo de cumpleaños a Patricia. Él pensó en regalarle un libro, pero no sabía cuál, entonces decidió llamar a una de sus amigas, Fátima, ella le sugirió regalarle “Nunca Seré Tu Héroe”, él le dio las gracias y fue de librería en librería, hasta poder encontrarlo. Después de entrar en dos o tres librerías, decidió entrar a una que le llamo mucho la atención, se llamaba “El paraíso de los sueños”. Al entrar, le preguntó al señor por el libro, le dirigió hacia la estantería, cuando lo encontró, miró el precio, costaba 12´95. Lo cogió y lo llevo hacia el mostrador, lo pagó y se fue otra vez hacia su casa. En el camino a su casa se encontró a su mejor amigo Fran, era un chico de mediana altura, rubio, tenía el pelo negro y corto, sus ojos eran azules y grandes, su mirada transmitía mucha seguridad y confianza. – ¿A dónde vas tan temprano? –preguntó Fran asombrado. –A comprarle el regalo de cumpleaños a Patricia, ¿y tú a dónde vas? - 151 -


–Voy a comprarme ropa y a recoger a Nerea (la novia de Fran) ¿Cuándo es su cumple? –preguntó Fran entusiasmado. –Mañana, pasaros por allí y estamos un rato juntos, también vienen José, Raúl, Rafa… –Vale, allí estaremos. –Bueno hasta mañana, adiós –dijo Lucas con un poco de prisa. –Adiós. Lucas aprovechó para darles las llaves de la casa, para cuando fueran las 6:00 pm ir a prepararlo todo, mientras él se llevaba a Patricia a dar un paseo y conseguir distraerla. Al llegar a la casa, Patricia seguía durmiendo, y él aprovechó para esconder el regalo, lo escondió bajo el armario, al esconderlo fue a la cocina para prepararle el desayuno a Patricia. Cuando terminó se lo llevó a las camas y la despertó, empezaron a hablar y cuando Patricia se levantó, se arregló y salieron a pasear y a comprar cosas para el cumple. Al llegar la noche Patricia fue a acostarse, y Lucas le propuso ver una película, ella aceptó, y decidieron ver Lucy, era fin de semana, al llegar las 2:00 am se acostaron. Al día siguiente, Lucas se levantó sobre las 12:00 pm, el espero a que se levantara Patricia, para hacer planes por la tarde, al llegar las 17:00 pm, se fueron a dar un paseo por el centro. Fran y Nerea fueron a la casa de Lucas, para prepararlo todo y para darle la sorpresa. Ellos se fueron, y al cabo del rato, empezaron a llegar los invitados, cuando ya estaban todos, Lucas aprovechó para darle su regalo. Lucas y Fran, bebieron más de la - 152 -


cuenta. Decidieron irse al patio y bañarse en la piscina, al salir de ella Lucas subió a la habitación. Al bajar Lucas se cayó por las escaleras. En ese instante Fran fue a llamar a una ambulancia, mientras todos lo ponía hielo en los golpes, no se atrevían a cogerlo y llevarlo al sofá, ya que si le movían la cabeza podía ser peor. Cuando volvió Fran con la ambulancia, se fue hacia la cocina porque no podía ver así a su amiga al pensar que él era el culpable por haber hecho que bebiera tanto. Cuando se llevaron a Lucas al hospital le dijeron que lo tenían que operar a vida o muerte, ya que al estar tan borracho y haberse dado un golpe tan fuerte en la cabeza, era demasiado grave, cuando Fran se enteró, estuvo hablando con Patricia, porque ella decía que su vida sin Lucas no tenía sentido, y que se quería suicidar, Fran intento calmarla, pero no podía ya que él también estaba tan afectado y con los mismos pensamientos. Cuando terminó la operación le dijeron que la intervención, no había salido bien y que no duraría más de un día, entonces su familia y amigos decidieron acompañarle decirle todos lo que sentían por él. Los médicos no se equivocaron, Lucas duro un día, al día siguiente Lucas apareció muerto en la camilla del hospital sobre la 10:00 am. Cuando Patricia se despertó y se dio cuenta de que Lucas estaba muerto, fue corriendo a llamar a un médico, los médicos le dieron la noticia menos deseada, Lucas había muerto, Patricia se echó a llorar y decidió llamar a los familiares de Lucas, cuando se lo comunicó, llamo a Fran para darle la mala noticia, este no se lo creía y fue corriendo hacia el hotel con Nerea, cuando Fran y Patricia lo vieron en la caja, solo pensaron en suicidarse, Nerea intento calmarles, pero no lo consiguió. Cuando se terminó el entierro, Fran y Patricia decidieron emborracharse, para poder olvidarlo, durante un tiempo y así poder desahogarse. Nerea no sabía nada de eso, pero no paraba de controlarlos. Se fueron a una discoteca, después de estar allí unas tres o cuatro horas sin parar - 153 -


de beber, Fran cogió el coche y se fueron los tres a su casa para poder descansar. En el camino se salieron de la carretera y se volcó un camión encima, lo que hizo que Fran y Patricia consiguieran lo que querían después de la muerte de Lucas, MORIRSE. Mª Carmen González Lérida

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EL OBJETIVO Capítulo 1 Mi nombre es Johnny, Johnny Blake, participo en la banda más famosa de ladrones de toda Miami y tenemos por búsqueda más de 1000 dólares. El señor Smith es el que dirige toda la tropa, yo solo soy el que trafica con las armas a cambio de un poco de pasta. Y con poco me refiero a más de un millón de dólares estadunidenses en una “pequeña” maleta a prueba de balas y explosiones. No te creas que somos esos dos, no, tenemos también a un hacker dotado en poder piratear cualquier ordenador. Da igual que sea el monitor más potente del mundo, que nuestro querido y fiel amigo Strike lo consigue piratear en menos de 5 minutos. Junto con nosotros tres está Snake. La verdad es que no me quiero entretener mucho presentando a este tío, porque con el término que os he mencionado, ya os planteareis la habilidad que él tiene. Capítulo 2 Parece que nuestro plan de atracar la joyería cerca de un casino de las Vegas, puede ser un éxito, ya que muchos de los guardas de allí, no están muy atentos y puede ser trabajo fácil para nosotros. Pero lo único que nos preocupa es la alarma de seguridad de la caja fuerte, digamos que no va a ser muy fácil entrar allí, eso es un punto menos a favor que puede jodernos la misión y que todo se vaya al garete. En propósito con mi grupo, creo que vamos a poder hacer bien la tarea.

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Capítulo 3 Hoy sábado, 10 de mayo de 2017, preparamos todas las cosas para viajar a las Vegas, Texas, donde la noche antes del atraco, nos iremos un poco a divertirnos, ya que tenemos la oportunidad de salir porque, allí no es que seamos muy famosos por el tema de los atracos y toda eso. 5 horas para llegar allí, en avión. El piso franco que alquilamos no es que fuese muy acogedor, pero para dos días que estuviésemos allí nos aguantaríamos. Capítulo 4 Llegó la noche, y a Snake no se le ocurrió otra cosa que ponerse un tanga por si le surgía unas de esas aventuras eróticas. Así es mi amigo, soñador. Quién sabe, a lo mejor tiene suerte. Yo me puse una gabardina y un sombrero tipo mafioso, que parecía el poli corrupto de toda esta película. Strike se probó un traje de smoking y corbata, y la verdad es que no parecía él, era el Jones de antes, el que, por primera vez, conocimos en un supuesto accidente de coche, el cual él nos ayudó. El comandante Smith se vistió con una sudadera que ponía atrás: “Nadie me para”, digamos que él va a lo clásico. Capítulo 5 Si te digo la verdad, con 23 años que tengo, no me lo había pasado tan bien. Puf, pero con el resacón que nos hemos levantado... Mejor ni decirlo. Estábamos para que nos metiesen en una lavadora y nos dejaran allí, porque que mal olíamos por Dios. Era una mezcla de alcohol con sudor y muchas más cosas que no quiero decir. - 156 -


Capítulo 6 Pasamos a la acción, y nos equipamos. Estábamos a un paso de convertirnos en multimillonarios. La joyería no estaba muy lejos de nuestro piso franco, así que no tardamos tanto. Nos colamos por la vidriera que había en el tejado pusimos la corta cristales, y abrimos el cristal por un hueco. Snake tuvo que lanzar una bomba de humo para detectar los rayos láser y pasarlos sin que ninguna alarma estallase. Y ahí estaba, la caja fuerte. Más de 35 toneladas de lingotes de oro y dólares, pero entonces ¡Bang! La sangre, salpicó nuestra ropa, y fue entonces cuando en ese instante me arrodillé ante su cadáver y miré a mí alrededor. Smith, el coronel, todos habían muerto, en ese momento me levanté y me puse a matar a agentes del FBI y policías. Las balas penetraban en mi cuerpo, cada vez me sentía más y más cansado hasta que de repente caí al suelo rendido. Lentamente vi cómo me desangraba en el suelo, una bala me había atravesado la arteria aorta ascendente y de repente me desmallé. Te habrás preguntado si estoy muerto, cómo estoy contando esto, la verdad es que no se sabe si hay una segunda vida en otro cuerpo o que he sobrevivido después del balazo. A lo mejor ha sido un sueño, no se sabe, pero la verdad es mejor dejarlo estar así, no querremos cambiar el paso del tiempo. Agustín Delgado Chica

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A mi madre y a mi hermana por enseñarme a luchar por lo que quiero. PEQUEÑA GRAN REVOLUCIÓN Ya se habían acabado las vacaciones de verano, en unos días comenzaban las clases y la idea no me emocionaba demasiado. Todos iban a ir a sus colegios o institutos de siempre, pero yo iré a uno nuevo. Eso de tener que adaptarme a un nuevo lugar me aterraba: nueva casa, nueva gente, nuevas costumbres, en fin, todo terriblemente nuevo. Entré de nuevo en la habitación para terminar de recoger mis cosas. Llegó el momento de guardar los cuadros y los recuerdos en unas cajas, me senté en la cama y me paré a verlo todo. Las fotos con mis amigas, los regalos que me habían dado hace unos días en la fiesta sorpresa que me hicieron de despedida… todo estaba ahí, todo quedaba en el recuerdo. Sé que en algún momento los volvería a ver ya fuese en navidad, semana santa o en verano, pero todo sería diferente. Me encontraba en el patio cuando escuché las llaves en la cerradura de la puerta. Eran mis padres, los cuales venían con prisa ya que se habían tardado unos minutos más de lo que tenían pensado. Pronto, nos pusimos rápidamente en marcha hacia el nuevo destino. Iba mirando por la ventanilla cuando vi que nos parábamos en un bar de carretera y lo agradecí interiormente porque me empezaba a dar hambre, aunque sólo lleváramos un par de horas de camino. En cuanto terminamos, nos montamos en el coche y retomamos el viaje. No llevábamos ni tres cuartos de hora cuando sentí que me quedaba completamente dormida. Noté que alguien me estaba dando suaves golpes en el hombro, abrí los ojos y vi a mi madre con una gran sonrisa y me dijo con ilusión: “Carolina ya hemos llegado, coge tus cosas y llévalas a - 159 -


tu habitación cariño”. Obedecí a mi madre y subí todo a mi nuevo dormitorio. Estaba situado al final del pasillo, justo al lado de un cuarto de baño. Era muy amplio, con las paredes pintadas de azul y blanco y una ventana apegada a la esquina. Deshice las maletas y bajé a cenar. – Por fin vienes, creíamos que te habías quedado dormida –dijo mi padre con una leve sonrisa. – No creas que tardaré mucho, estoy muy cansada –le respondí mirando mi plato. – No olvides que pasado mañana es tu primer día de clases, si quieres te puedo acompañar mañana a ver los alrededores del instituto. – Vale –asentí levemente. Esa noche me fui a la cama con una sensación en el estómago más desagradable de la que últimamente estaba acostumbrada. Estaba convencida de que algo iba a pasar y no estaba equivocada. Los primeros rayos de la mañana pasaban por las nuevas cortinas que mi abuela había tejido durante días para recordarme lo que ella siempre me dice: “mi niña, tú no te preocupes, recuerda que después de la tormenta siempre llega la calma y saldrá un resplandeciente sol”. Mi madre interrumpió mis pensamientos con su enérgica voz llamándome para bajar. Después de desayunar, mis padres se acercaron juntos a mi habitación para darme una bolsa que contenía lo que llevaba pidiendo durante varios meses: un libro electrónico con una funda incluida de los Rolling Stones, que lo convertía en un plan mucho mejor que ir a clase. Les di las gracias y lo dejé enchufado cuidadosamente para no tener que esperar al llegar a casa. No estábamos muy lejos del instituto, pero el camino se hizo demasiado corto. Mi madre me dio suerte y salí del coche con la esperanza de que así fuese. Las dos primeras horas se hicieron eternas, no hablaba con nadie y notaba como todas las miradas se - 160 -


centraban en mí y no con caras agradables precisamente. A la tercera hora nuestra tutora nos hizo levantarnos uno por uno para presentarnos ante toda la clase. Cuando escuché mi nombre notaba como me temblaban las piernas y me sudaban las manos. Me alcé con todo el valor que pude y un hilo de voz salió de mi boca. Todos se rieron porque no era capaz de decir tres palabras seguidas sin tartamudear. La profesora me tranquilizó y me dejó sentarme. Me sentí indefensa y estúpida. Cuando salía de clase una chica se me acercó con tono tranquilo y me dijo “yo también he pasado por esto y he tenido que oír demasiadas cosas sobre mi raza, no les hagas caso y pronto se les pasará”. Seguidamente, me dio un papel con un número de teléfono y me sonrió. No me podría imaginar todo lo que iba a ocurrir a partir de ese momento. Lucía Criado Mijarra

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A mis amigos y a mi hermano, por escuchar la historia. DESAPARECIDOS EN EL BOSQUE Era fin de curso y los profesores habían preparado una excursión a un campamento cerca de la costa. Todos iban muy preparados: llevaban mochilas con comida, agua, crema solar, linternas, tiendas de campaña y ropa. El viaje comenzó por la mañana, cuando todavía no había amanecido. Un niño llamado Iván iba a esta excursión con sus amigos. Su mejor amigo, Pedro, era muy miedica y no le parecía buena idea la excursión al campamento, pero quería ir de viaje con sus amigos. Ellos lo sabían e intentaron asustarlo aún más. – Mis padres me han dicho que hay dos caminos para llegar al campamento: el más largo esquiva un gran bosque y el corto lo atraviesa – dijo Iván. – Sí, nosotros vamos por el corto. Pasamos por el interior del bosque. Pocas personas se atreven a ir por ese camino porque nunca sabes qué te puedes encontrar allí y, además, la carretera está destrozada y es muy difícil pasar por ahí, y más aún con un autobús – contestó Rubén. Era un chico de un curso superior que también iba a la excursión. – Dicen que ha habido personas que se han atrevido a entrar solos allí y han desaparecido. Hay gente que dice que el bosque es muy grande, que se habrían perdido y no encontraban la salida. Otros dicen que hay especies raras de animales esperando a que alguien se adentre en el bosque para alimentarse, pero en realidad nadie sabe lo que pasa allí dentro – dijo Sergio. – No le hagas caso, Pedro, solo son leyendas – le dijo Iván. – Supongo que serán leyendas, pero a mí no me importaría ir por el largo, aunque tardásemos mas no correríamos peligro – admitió Pedro alzando la voz para que le escuchasen los profesores. - 163 -


Todos se rieron. Pedro sabía que querían asustarlo y decidió ignorarlos y disfrutar del viaje. Se puso unos cascos y empezó a escuchar música. Empezaba a amanecer después de una hora de viaje y el autobús se adentró en el bosque. Los árboles eran muy altos y las copas eran densas, por lo que no dejaban entrar mucha luz. Había muchísimas plantas que solo dejaban espacio para una pequeña carretera. La verdad es que aquel lugar impresionaba mucho y daba un poco de miedo. Pedro, como siempre, se empezó a asustar. Entonces sacó una pulsera de su madre que siempre llevaba guardada. Su madre se fue a trabajar fuera del país cuando él era muy pequeño. Pedro vivía con sus abuelos. Hacía mucho tiempo que no veía a su madre, pero se acordaba mucho de ella con aquella pulsera. Más tarde decidieron parar en un claro del bosque para comer algo. Bajaron del autobús y sacaron alguno de los bocadillos que llevaban. Todos se alejaron un poco del claro y fueron a dar un paseo junto a los profesores. Cuando volvieron al autobús para seguir el viaje, el conductor intentó arrancarlo, pero el autobús no se movía. Los profesores intentaron no darle importancia al asunto. El conductor revisó el autobús y se dio cuenta de que faltaba una pieza del motor. Pensó que se habría caído por el camino. Llamó a varios mecánicos, pero todos tardarían unos días en llegar. Pasaron el día allí y, cuando empezó a anochecer, montaron las tiendas de campaña debajo de unos árboles porque iba a llover. Antes de dormir dejaron todas las mochilas en el autobús. Por la mañana todo estaba lleno de barro. Los profesores despertaron a todos los alumnos porque habían preparado unos juegos. Subieron al autobús a por las cosas, pero muchos alumnos no encontraron nada de lo que llevaban y se dieron cuenta de que - 164 -


había huellas alrededor del autobús. Desayunaron con la comida que quedaba y empezaron a jugar. Cuando se alejaron del claro, a Iván se le ocurrió una idea y se lo dijo a los demás: quería investigar para averiguar quién les había quitado las cosas. Todos estaban de acuerdo menos Pedro, que estaba asustado. Después se dio cuenta de que le habían quitado la pulsera de su madre. Eso le molestó mucho y decidió ir con ellos a buscar las cosas. Siguieron las huellas en el barro, pero llegaron a un lugar donde había hierba y no se veían huellas. Decidieron seguir hacia delante y estuvieron un rato caminando. Pensaron en volver al autobús, pero no lo encontraron. Se empezaron a agobiar mucho y caminaron sin mirar hacia donde iban. Entonces encontraron una cabaña y decidieron llamar. Les abrió un hombre, que les dejó entrar y les dio comida. Los niños le contaron lo que había pasado y el hombre confesó que había sido él. – Lo siento mucho, espero que me perdonéis. Llevo aquí desde hace unos meses y me he dado cuenta de que se vive mucho mejor y más tranquilo, pero cuando alguien pasa por aquí no puedo resistirme a acercarme y coger comida y algunos objetos – les dijo mientras les devolvía todo lo que les había quitado. Después les llevó al autobús, les pidió disculpas a los demás y le devolvió la pieza al conductor. Decidieron volver a la ciudad y dejar la excursión al campamento para otra ocasión, pero Pedro se quedó con un buen recuerdo de una gran aventura en aquel gran bosque. Miriam Chica Lerma

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A Claudia, por apoyarme en todo. CASO ABIERTO Se levantó la mañana y Clara ya llevaba horas despierta. Pablo apenas había dormido pensando en cómo poder sacar un tema de conversación con su vecino. Ellos vivían en un bloque de pisos. Eran los únicos adolescentes ya que su vecina de abajo era mayor. Clara cogió la correa y fue a dar un paseo a su perro, Max. Max era un pastor alemán, de un intenso pelaje mestizo. Pablo aprovechó la ocasión y esperó en el portal hasta que Clara saliera. Después de media esperando Clara apareció, él pensó ahora o nunca. –Hola – dijo Pablo. –Hola, Pablo ¿cómo estás? –Bien, ¿quieres que vayamos a la cafetería? –Dejaré a Max en casa, bajo en diez minutos. Pablo se sentía orgulloso de haber dado el paso, pero se dio cuenta de que no tenía dinero suficiente, pensó que tardaría poco; por lo que subió a casa. Clara bajó rapidísimo, pero se decepcionó al no ver a Pablo, pensó que le estaba gastando una broma, decidió marcharse. Pablo bajó y esperó a Clara. Al ver que no bajaba llamó a su casa, pero ella no respondía. Él decidió dar un paseo para que le diera el aire, pero no fue buena idea ya que se adentró en el bosque y anocheció. Imposible salir. Clara reaccionó y se dio cuenta de que había sido un poco brusca con su vecino, fue a pedirle disculpas, pero la madre de Pablo dijo que no estaba en casa, que llevaba varias horas sin aparecer.

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Él estaba solo, aterrorizado, se tropezó con una piedra y se dio un golpe en la nuca, se desmayó, pasó veinticuatro horas tumbado, sin ayuda. Héctor era un hombre muy conocido por la zona, siempre iba con malas intenciones, había secuestrado ya a dos niños más y estaba en busca y captura. Al ver a Pablo desmayado no dudó en llevárselo a la cabaña. La cabaña estaba abandonada en mitad del bosque, le dejó un vaso de agua y varios pedazos de pan, al lado había muchos trozos de color verde. Pablo despertó asustado y desorientado, ¿qué estaba pasando? Al cabo de unas horas, Héctor llegó a la cabaña, Pablo se acurrucó en una esquina, asustado por lo que le podría pasar. Héctor llevaba una camiseta naranja, se la ponía por que le transmitía éxito, aunque luego le pasara todo lo contrario. Lo único que le transmitía en verdad, era temor por lo que le podría pasar. Clara estaba asustada, ese mismo día ella también llevaba una camiseta naranja, ¿dónde estaría Pablo? Sin dudarlo llamó a la policía y le explicó todo lo que sucedió. Los agentes llegaron al bloque donde vivían ellos, uno era alto y llevaba un chaleco reflectante naranja y el otro era más bajo, también con el mismo chaleco. Todos los habitantes del bloque bajaron, los agentes repartieron el mismo chaleco que ellos llevaban, escogieron ese color porque al dividirse por el bosque podrían verse fácilmente, porque era un color muy llamativo y además le transmitían éxito. Cinco horas más tarde todos estaban buscando por el bosque. Clara sabía que la culpa había sido suya, que si no hubiese abandonado el portal Pablo habría llegado, quizá él habría ido a casa o quizá en ese momento sucedió el secuestro. Clara cayó ¡las cámaras de vigilancia! Ellas sabrían toda la verdad y podrían servir de ayuda. Rápidamente buscó al presidente y le dijo lo que

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había pensado, el presidente le dijo a Clara que se montara en el coche mientras él avisaba a los agentes. Al llegar al bloque fueron a la sala donde se disponían las cámaras y vieron como Pablo subía a casa y unos minutos más tarde Clara aparecía. Ya lo tenían, Pablo estaba seguro en el bosque. Clara se sentía un poco culpable, realmente ella sentía algo por Pablo, por muy mínimo que fuese. Lo quería. Pablo sentía algo más fuerte por ella, pero ninguno de los dos se atrevía a expresar sus sentimientos. El presidente y Clara volvieron al bosque con al menos algo de información. Se pusieron de nuevo el chaleco naranja y salieron del coche. Pronto, divisaron a lo lejos una masa de gente con chalecos naranjas, claramente eran sus compañeros. Más tarde le explicaron todo lo que sabían. El policía ya sabía dónde se encontraba Pablo, pero no podía decir nada porque aún no sabía si era cierto o no. El policía llamó a su compañero y le dijo: –Oye, puede ser que Héctor se lo haya llevado a la cabaña. –Sí, puede ser, vamos allí y salimos de dudas. Llegaron con la pistola en la mano, tratando de mantener la paciencia por sí, por error, alguno de ellos disparara y no fuese Héctor el herido. Llamaron a la puerta. Nadie abría. Los dos se miraron a la vez, sabían que la única opción era tirar la puerta. Lo hicieron. A la izquierda estaba Pablo, corriendo fueron a ver qué tal estaba, él le dijo que bien y lo sacaron de allí. Héctor estaba detrás de una maquina rota, lo esposaron y lo llevaron a comisaría. Pablo estaba asustado, pero a la vez alegre. Al ver a Clara corrió entre sus brazos y se fundieron en un largo abrazo. Raquel Lerma Trillo

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Dedicado a nadie, porque nadie me ha inspirado en esta historia.

LA ISLA DESAPARECIDA Iba a cruzar el Océano Atlántico desde España hasta América, me monté en el barco que tenía un bonito color negro, el cielo estaba nublado y se acercaba una tormenta que no me gustaba nada, pero me subí igualmente, entré y no veía mucha gente, había poca luz, los pasillos eran deprimentes y también estaban pintados de negro, me fui a mi habitación pensando en lo que haría en América, pero me desconcentré con los ruidos y truenos de la tormenta. Como estaba anocheciendo decidí ponerme a dormir. Pasaron las horas y me dormí, pero no por mucho tiempo, porque me despertó el agua que había en el suelo, salí de la habitación asustado y el pasillo estaba lleno de agua, nadé hasta la salida y salté al mar. Me fui nadando hasta una playa mientras veía como el barco se hundía en la oscura y negra noche, cuando llegué a la isla, me tiré al suelo y me dormí de una vez por todas. Cuando me desperté, me di cuenta de que no era un sueño, sino la realidad y me puse muy triste porque no me gusta vivir en una isla tropical solo, lo acepté y me fui a explorar un poco la isla. En mi camino por la isla me encontré un negro que dijo: –Hola blanco ¿de dónde has venido? –De España, ¿y tú?

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–Yo vivo en esta isla, aunque yo nací en África porque se ve que soy negro. – ¿Cómo has llegado a esta isla si eres de África? –Como tú, en un accidente de barco, quería vivir en América, pero se ve que no. Me quedé hablando con mi amigo el negro un rato y me enseñó una cueva en la que él vivía y me dijo que podía vivir con él. Pero de repente se escuchó el mismo ruido que escuché yo cuando se rompió mi barco. Era otro barco negro como el que me llevo a mí y al otro. Fuimos hacía el barco y cuando llegamos ya se había hundido. Después de un rato llegamos a la conclusión de que esta isla atraía barcos y cuando se acercaban los barcos se chocaban y se hundían. Entonces le pregunté: – ¿Podremos salir de aquí? –Sí, ven conmigo. Él me llevo a la otra parte de la isla y cuando llegamos vi una barca de madera hecha con madera y cuerdas. Él me dijo que podríamos viajar a América en esa cosa porque supuestamente esta isla está cerca de América.

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Cuando yo y el negro nos montamos en la barca nos encontramos con un barco negro bastante grande. Se chocó con nosotros y se partió la barca y el barco en dos trozos. Volvimos nadando hasta la playa y cuando llegamos decidimos pensar en qué podíamos hacer: –Tendremos que construir otro barco. –No podemos, no hay nada con que hacerlo. – ¡Creo que ya tengo la idea! Vamos a robar uno de esos barcos que vienen a chocarse con esta isla y nos vamos a ir a América. Le hice caso y nos turnábamos para vigilar la costa para ver si venían barcos. Se acercaban nubes negras, iba a llover y para mí eso significaba que se acercaba un barco, como en el que yo estaba viajando. Me tocaba vigilar a mí y yo sabía que el barco estaba cerca, pero no sabía que el barco estaba íbamos a hacer cuando viésemos el barco. Tenía curiosidad y miedo a la vez. Nunca pensé que iba a estar con un negro en una isla esperando a que venga un barco para robarlo. Se acercaba un barco de color negro, avise al negro y nos fuimos nadando para saltar encima del barco. Al subir nos encontramos unos ocho marineros que nos querían echar del barco. Les dimos unas cuantas ostias a cada uno y los tiramos al mar. Entonces fue cuando nos encontramos al que conducía el barco y justo cuando nos vio se sacó una pistola del bolsillo y nos apuntó. No sabíamos como acercarnos a él para quitarle el arma de las manos, asique nos quedamos quietos. El hombre se puso nervioso y le pego un tiro al negro, aproveche para pegarle una colleja y tirarlo fuera

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del barco. Así entonces yo y el negro nos fuimos a América en barco. Juan Carlos López Rivera

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Dedicado a Juan Carlos.

EL SECUESTRO Manolo era un hombre de piel clara y delgada tienda de coches deportivos se compró el ultimo del mercado. Manolo fue a probarlo por el campo el coche parecía que iba explotar de rojo que se puso, cuando paro el coche un hombre que se llamaba Matías se le acercó y le dijo: –Bonito coche. –Gracias. – ¿Mañana tienes que hace algo? –No. –A las seis aquí en este sitio. –Vale. –Adiós Manolo. –Adiós Matías Manolo se fue a dormir y cuando se despertó el coche ya no estaba. Manolo llamó a Matías diciendo que no fuera al sitio quedado, Manolo fue a la Guardia Civil. Manolo le dijo: –Me han robado mi coche –Dime la matricula. –9861KSI. –Vale. Al cabo de un día lo llamaron diciéndole: –¿Quieres ver tu coche? Dijo una voz ronca. – Sí. – A las diez de la noche en el parque de la muralla rota. Manolo fue a la Guardia Civil y le dijo lo que le contó la voz ronca, la Guardia Civil le dijo que estaba muy negro de - 175 -


conseguirlo y que lo iba a acompañar al sitio acordado con el ladrón. Llegó la diez de la noche Manolo iba muy nervioso a que hubiera disparos vieron a los seis hombres encapuchados la guardia civil empezó a disparar contra los hombres murieron todos solo quedó el que tenía el coche. El hombre que quedó le devolvió el coche y el policía lo detuvo y lo interrogó diciéndole: – ¿Con quién actúas? –Con el dueño del coche. Dijo el hombre. –Vale. Dijo el policía. La guardia civil fue a la casa del dueño del coche cuando llegó la guardia civil no había ningún coche y estaba todo cerrado, por eso entraron y vieron que había una nota que decía: Me he ido con el coche a Francia porque no quiero estar implicado en el robo del coche, pero volveré para contar toda la verdad. Manolo llamó a Matías le dijo que estaba en Francia y le dijo que fuese a ver el coche y para ser un piloto de carreras, cuando llegó Matías le preguntó: – ¿Por qué has venido a Francia? Le dijo Manolo: –Para que no me robaran más el coche y ser un piloto de carreras. Matías habló con el jefe de Renault diciéndole que tenía allí en Francia un amigo y que si Manolo aceptaría entrar en la escudería. Luego Matías se lo comunicó a Manolo que si acepta el puesto de la escudería Renault allí en Francia. Y cuando se lo dijo Matías a Manolo le dijo las siguientes palabras: –Me encantaría entrar a esa escudería y más en la escudería de Renault que está tu amigo Fernando Alonso que aprendería mucho de él y poder competir como él y ganar todas las carreras y más si esas carreras fuesen en este país. - 176 -


Manolo fue a la mañana siguiente con Matías a ver el contrato de la escudería de Renault y cuando fueron y firmaron el contrato Matías le presentó a Fernando Alonso y estuvieron hablaron y le dijo que empezaría mañana mismo si él quisiera. A la mañana siguiente Manolo estuvo allí a la hora que le dijo Fernando Alonso y estuvieron dando vueltas a la pista con el coche y le fue la mañana muy bien a Manolo. Pasaron los años y Manolo seguía allí en Francia y todavía estaba en la escudería de Renault y el pobre Manolo y se acordó de que estuvo implicado en el robo del coche. Y entonces Manolo le dijo a Fernando Alonso que si le daba unos días de vacaciones para volver a España para resolver todo el caso que pasó en España antes de ir a Francia y le dijo Fernando Alonso: –Por supuesto te dejo una semana de vacaciones para que puedas resolver todo lo que tú quieras y cuando vengas espero que no estés implicado en ninguna cosa más o si no te hecho. Entonces le dijo Manolo: –Solo tengo ese caso y lo voy a decir todo a la policía y vengo en una semana. Al día siguiente cogió el avión y se vino para España y fue en busca de la guardia civil y se lo contó todo y la guardia civil se reunieron y estuvieron hablando de lo que le había dicho Manolo. Y la guardia civil le dijo a Manolo que volviera mañana que ya se lo diría lo que había pensado. Y al final a la mañana siguiente Manolo estuvo en el cuartel de la guardia y le dijo la guardia civil: –Coge tus cosas que te hayas traído a España que estas detenido por secuestro de un coche. Y Manolo le dijo: –Es que estoy trabajando en Francia y tengo que volver. Y la guardia civil le dijo:

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–A nosotros nos da igual de que estés trabajando, pero estas detenido ocho años y siete meses y así coge tus cosas y entra a la celda. Y al final se resolvió todo el caso y estuvo Manolo ocho años y siete meses metido en la cárcel. Francisco Jesús Martínez Espinosa

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Para mi familia.

EL SUEÑO DE MARK Era un niño llamado Mark que le gustaba mucho el futbol. Él era del Barcelona (FCB) y su sueño era ver el estadio del Barcelona (Camp Nou) y también quería ver a los jugadores. Mark era un niño que tenía nueve años, llevaba casi dos o tres años intentando ir y convenciendo a sus padres, pero nunca lo conseguía, un día Mark fue a ver a sus abuelos y le dio veinticinco euros, más tarde fue a ver a sus tíos y les dio también treinta euros. Y pensó que con el dinero que les daban y con el que tenía podría ahorra para comprarse la entrada. Él estaba muy triste porque quería ir, era una familia que no tenía mucho dinero, todos los años compraban la lotería para ver si les tocaba, pero no tenían suerte, y Mark se puso muy triste a punto de llorar, pasaron los días, los días, y no hubo remedio; una mañana les llamaron sus amigos para que se despejara porque ya sus amigos sabían los que le pasaba. Erik un amigo de Mark se le ocurrió ir al campo de fútbol a echar un partido contra el barrio de al lado, en la primera parte iban cuatro a dos perdiendo el equipo de Mark, a los cinco minutos empezó la segunda parte e Iván otro amigo de Mark metió otro gol a los diez minutos de marcar Iván, Erik marcó otro gol. ¡En el descuento cuando se va a acabar el partido Iván le hace un centre perfecto a Mark y remato con la cabeza y Gol!!! Lo celebró como Neymar porque era su jugador favorito. Sus amigos y su entrenador estaban muy orgullosos de él. Él insistía mucho porque tenía muchísimas ganas de ver todo aquello, y a la semana de su cumpleaños el padre de Mark dijo: –nos vamos de vacaciones, y Mark le preguntó: – ¿Dónde? Y su padre le dijo que no se lo podía decir porque

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entonces no sería una sorpresa, Mark estaba muy nervioso porque no sabía donde le iba a llevar su padre. Pasaron las horas los minutos los segundos y no llegaban, Mark le pregunto a su padre que cuanto le quedaba y padre le respondió que ya mismo llegarían que no se preocupara. Mark estaba nada más que viendo por la ventana colores verdes como los arboles plantas, la naturaleza etc., y se aburría mucho. Hasta que al final llegaron a Barcelona, y fueron a descansar a un hotel de allí que lo habían reservado hasta que llegara el cumpleaños de Mark, el hotel se llamaba Barça. Mark ya estaba sospechando de todo aquello, porque lo veía muy raro ya que estaba en la ciudad y el hotel con el nombre del Barcelona. Al día siguiente por la mañana, su padre lo llevo a visitar el estadio de futbol de su equipo, pasaron allí todo el día, por la mañana estuvo visitando el estadio por dentro y por la tarde estuvo viendo el partido que jugaban, cuando terminó pudo conocer al jugador y estuvo hablando con ellos, pero con el que más ilusión le hizo fue con Neymar que le dijo: –Hola soy Mark un fan de este equipo, pero sobre todo de ti, me gustas desde que llegaste al Fútbol Club Barcelona y eres mi jugador favorito, me gustaría que me regalaras tu camiseta firmada, ¿Podría ser? –Hola Mark encantado de conocerte, eres un chico muy majo, claro que me gustaría darte mi camiseta firmada. –Muchas gracias por ser tan amable conmigo. Mark estaba muy contento de haber cumplido su sueño, cuando se iban a ir se encontró con la sorpresa de que Neymar le estaba esperando en la puerta para regalarle sus botas y Mark salió muy contento de allí diciendo que había sido su mejor cumpleaños. Mark estaba deseando de llegar a su casa para contarles todo lo ocurrido a sus amigos y a su familia. Rafael Fernández Barahona - 180 -


Me lo dedico a mí mismo por haber malgastado el tiempo pensando una historia.

FRAN Hola me llamo Fran y os voy a contar mi historia… Mi historia es un poco triste se podría decir especial, pero sobre todo única. Esta historia comienza un día nada especial un simple siete de octubre con un mensaje supuestamente bueno para mi familia ese mensaje era mudarnos a santa fe México por motivos de trabajo para mi padre le habían ascendido en la fábrica a inspector general por si no lo sabéis el que supervisa a los demás inspectores. Al día siguiente del ascenso ya estábamos de camino para México en el yeti privado de la empresa cuando llegamos en el aeropuerto nos separaba una limusina negra muy lujosa. Va montados en la limusina nos pusimos en camino hacia santa fe a 10 km del aeropuerto por el camino paramos en una estación de servicio nada fuera de lo normal. lo que si estaba fuera de lo normal es lo que paso a continuación… a la salida de la estación de servicio recién entrado a la carretera nos adelantó un todoterreno negro con los cristales tintados cuando ya nos había adelantado freno y se colocó en mitad de la carretera obligando al chofer de la limusina a parar cuando habíamos parado se bajaron del todoterreno dos personas con fusiles de asalto y a punta de pistola me sacaron del vehículo y me dijeron que me metiese en el todoterreno mientras pinchaban las ruedas y mataban al chofer . ya dentro me taparon la cara con una bolsa de plástico con los nervios y la confusión del momento me desmayé a la hora o así desperté en una sala blanca con grandes manchas de sangre había una puerta gris y una cámara encima de ella. Me dolía todo el cuerpo, tenía arañazos y contusiones por todas partes, y yo, seguía allí tumbado en el frio suelo, después de aquel trágico y terrible momento. Me calme intente entrar en razón y vi - 181 -


que lo mejor que podía hacer era intentar salir de aquella sala y averiguar lo que estaba y había pasado. Por debajo de aquella puerta gris apareció un plato de comida no demasiado grande aquello parecía sopa, pero estaba insípida. si me daban comida era porque me querían vivo así que cogí un hierro oxidado que había tirado en el suelo y empecé a golpear la puerta una y otra vez de repente se abrió apareció mi padre, pero con un hombre robusto y raza latina apuntado a mi padre a la cabeza y amenazando con que apretaría el gatillo contra mi padre si no me estaba quieto. Sin nada que hacer en aquella sala empecé a dar vueltas me di cuenta que en los últimos días mi padre había estado muy raro conmigo, empecé a marearme me sentía fatal empecé a vomitar me tire al suelo de dolor se empecé a verlo todo blanco como si me estuvieran apuntando a los ojos con una linterna empecé a escuchar voces por todas partes pero no entendía bien lo que decían cada vez las escuchaba más , más fuertes , con más claridad me empezó a arder el pecho y de repente desperté en una cama de hospital rodeado de médicos aplaudiendo no entendía nada de repente me dijeron que acababa de despertar de un coma que había durado 5 meses no reconocía a nadie . Entre todos los enfermeros y medicas había una persona que no llevaba la típica bata de medico era una chica joven de unos 25 años aproximadamente camisa rosa y pantalón vaquero me explicaron que era mi único familiar mi padre y mi madre habían fallecido en un accidente de coche en el cual yo había entrado en el coma. Ya recuperado fui por toda España contando mi experiencia y al cabo de unos años compartiendo mi experiencia y escuchando la de otras personas que habían pasado por situaciones parecidas decidí escribir mi libro “sueños”. Alberto Mesa Guijarro

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A mi madre, por su gran apoyo.

CÓMO LLEGUÉ A LO MÁS ALTO Yo, Teresa, una chica de trece años, solo me queda una hermana de quince años, Macarena. Nuestros padres murieron en un accidente de coche cuando éramos muy pequeñas, por lo que ahora vivimos con unos tíos nuestros. Un día me acerqué al supermercado, ya que se habían acabado las reservas. Cuando entré, me quedé boquiabierta al ver que no había comida y la gente estaba tirada por el suelo, le pregunté a la dependienta que, si quedaba algún alimento, me dijo: – Sí, toma, sal de aquí, ¡corre! Le hice caso y rápidamente salí de allí, me vi en un caos, había zombis por todas partes, no sabía cómo actuar. De pronto vi a mi hermana Macarena y me sacó de allí. Volvimos a casa de mis tíos y les conté lo sucedido, ellos me dijeron que no podía ser, porque hacia un rato que se habían llegado ellos a comprar. Ellos seguían sin creerme, así que no volví hablar más del tema. Estábamos en verano, fuimos a pasar las vacaciones a Cádiz, la tierra de mi padre, ya que hacía mucho que no iba a visitar a mis abuelos. Nos dijeron que nos podíamos quedar todo el tiempo que quisiéramos. Ese mismo día fuimos a la playa a pasar el día allí, nos bebimos unos refrescos, comimos, nos bañamos en el agua, jugamos a las cartas... De pronto me pareció ver a lo lejos a algunos de los zombis que me encontré en el supermercado, me volví a dar la vuelta para que - 183 -


no me reconociese y para no pensar más en lo que vi en la tienda de mi tierra, Córdoba. Así que le dije a mi hermana que se viniera al agua un rato a bucear, para que así no me viese aquel zombi. Saqué un poco la cabeza del agua para ver si estaba allí, efectivamente, allí estaba. – Macarena– le dije. – ¿Qué? – me preguntó mi hermana. – ¡Vamos a echar una carrera –exclamé. – De acuerdo– afirmó Macarena. Empezamos a nadar cuando me quedé enganchada a un alga. Le grité a Macarena: – ¡Ayúdame Macarena, me he quedado enganchada a un alga! Rápidamente me escuchó y me desenganchó el pie de allí. – Será mejor que salgamos ya del agua– me dijo Mis abuelos, mis tíos, mi hermana y yo, volvimos a casa de mis abuelos, a arreglarnos para salir a cenar y dar una vuelta. Salimos de casa y nos llama la atención un pequeño restaurante, llamado ``El Pulpo´´, entramos y empezamos a pedir comida, una ensalada, patatas con queso, pulpo, gambas... Me resultó un poco raro que el camarero fuese vestido de zombi, pero bueno a lo que iba. Salimos del restaurante y fuimos a ver el mar. Mi familia y yo nos acostamos en la arena, a disfrutar de aquel momento en el que te puedes relajar bastante escuchando las olas del mar. Cuando nos cansamos de estar allí decidimos ir a tomar un helado, yo me lo pedí rojo, de fresa y nos sentamos en unos bancos rojos, cuando terminamos con los helados volvimos a casa de mis abuelos, ya era tarde y teníamos sueño.

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Cuando me desperté al día siguiente no encontré a nadie en casa, me resultó un poco raro. Desayuné y esperé a que volviesen, como vi que no venían decidí asomarme a la ventana roja, ya que al lado había una piscina pública. Allí estaban, tomando el sol. ̣ Les dije que anda que me avisaban de que estaban allí o algo, decían que no me querían despertar porque se habían bajado muy temprano. Volvimos Macarena y yo a casa de mis abuelos a por algo de comer y de pronto volví a ver un zombi, justo en la puerta de mis abuelos, cuando el zombi me vio empecé a correr y él empezó a correr detrás mía, yo le llevaba ventaja, anqué tampoco sabía por qué corría. Decidí pararme en aquel momento y le pregunté: – ¿Por qué corres detrás mía? – Solo te estaba buscando porque es lo que me han encargado – dijo él. – ¿Y quién te lo ha encargado? –volví a preguntarle. – ¡Información privada, lo siento! –exclamó. – ¿Por qué me estabas buscando? –pregunté otra vez. – Para preguntarte si querías ser la protagonista de una película, tenemos pensado rodarla mañana mismo –respondió. – Tengo que preguntárselo a mis padres –le dije. Volví a la piscina y le dije al zombi que me acompañase para que se lo creyeran. Cuando me vieron me preguntaron que quien era, se lo expliqué y ya empezaron a entender lo del supermercado y todo lo ocurrido. Ellos me dijeron que hoy mismo volvíamos a nuestra tierra, para mañana poder rodar la película. Al llegar a Córdoba mi hermana Macarena me dijo: – ¿Sabes por qué te han escogido? - 185 -


No –dije yo. Porque yo te inscribí en ese concurso para ser la protagonista de una película, se llama ``El pulpo´´ igual que el pequeño restaurante que nos llamó tanto la atención –dijo. Mis padres también lo sabían, pero no querían decir nada para que fuera una sorpresa. Al rodar la película cada vez que me veía la gente por la calle me pedían autógrafos en fotos, posters y demás. Cuando me fui haciendo mayor ya rodaba mis propias películas y así fue como me hice famosa. Nuria Martínez Gálvez

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Para mi amiga Sonia por cómo es conmigo.

IGUALMENTE, TODO Una familia humilde constituida por una madre llamada Alba, un padre llamado Germán y dos mellizos llamados Julen y Olaia. Alba es alta, delgada, rubia y de pelo rizado, Germán, sin embargo, es gordito y lleva un bigote bastante poblado. Los mellizos, son bajitos y delgados, morenos, de ojos azules, como su madre. Viven en Madrid, y por motivos de trabajo de Germán, se tienen que mudar a NewYork, específicamente a Manhattan. Como necesitan el dinero, tienen que mudarse obligatoriamente. A Julen no le pareció, en absoluto, buena idea, por sus amigos y porque tenía que terminar los estudios. Llorando se fue a su cuarto, se tumbó en la cama y se durmió. En ese momento, empezó a soñar con lo que pasaría allí: *** Son las ocho y media de la mañana y Alba está preparando tostadas y batidos para los niños, ya que les encanta, mientras que Germán sube a despertarlos. La primera, es Olaia, ya que se despierta rápido y de buen humor. – ¡Vamos Olaia a despertarse, que ya es muy tarde, y tenemos que irnos! –decía el padre mientras le subía la persiana de su dormitorio.

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– ¡Buenos días papá, que ganas tengo! Mientras que Olaia iba dirección a la cocina para encontrarse con su madre y desayunar, Germán, fue hacia Julen. – ¡Papá!¡No!¡Baja la persiana, por favor! –decía Julen mientras que se cubría completamente con la manta de su cama. – ¡Vamos hijo arriba, que nos tenemos que ir! Al fin de mucha insistencia por parte del padre, Julen no le quedó más remedio que despertarse e ir a la cocina. Allí, todos desayunaron juntos y conversaron sobre los planes de futuro y sobre lo que quedaba por equipar. Al rato, Germán se quedó recogiendo las vajillas del desayuno y los gemelos junto a su madre, subieron a vestirse y demás cosas. – ¡Olaia! ¿As visto mi jersey de color rosa, con la huella del perro esa rara en negra? ¡Esquer no la encuentro! – decía el gemelo mientras rebuscaba en los cajones de la cómoda de su dormitorio. – ¡Sí! Esta aquí en mi dormitorio, que mamá no se ha dado cuenta y me la ha dejado aquí en mi cama, ¿te la llevo para allá? – ¡Si, es que me la voy a poner ahora! –decía Julen dirigiéndose a la habitación suya. Después de preparar todo, se dirigen al garaje para a por el coche para ir al aeropuerto y coger el avión que salía dentro de - 188 -


1hora y media. El viaje se les hizo muy ameno y tranquilo. Era la primera de vez de Alba y los mellizos, Germán emigró cuando tenía 4 años de Brasil a Madrid, donde conoció a Alba. Más tarde, tuvieron que coger un autobús para ir de New York centro a Manhattan. En el momento en el que bajaron de él, Olaia se quedó boquiabierto albur su nueva casa, que más bien era una mansión, era enorme y muy elegante, decorada exteriormente con hiedras y columnas blancas. –Hija, ¿es que no te gusta? –dijo Alba con sarcasmo. –Mamá, ¿bromeas?¡Me encanta! –dijo entonces ella. – ¡La verdad es que es bonita, me gusta, me gusta...! –dijo el mellizo riéndose. Germán abrió la puerta para ir dejando las maletas y demás, mientras que Julen y Olaia subieron las escaleras en busca de un cuarto perfecto. Olaia fue lista y se fue a la primera puerta que vio, tuvo suerte, porque era una de las más grandes. Tenía un tocador, un gran espejo, luces, un armario enorme, una cama para, por lo menos, para cuatro personas... para ella, era perfecta. Sin embargo, la de Julen era más pequeña, pero le valía porque tenía una tele de plasma, y un sofá. Hay podía poner sus videojuegos y tirarse así las tardes enteras. Y claro, como no, lo primero que hizo fue instalar una de las tres que tenía, su favorita. Estuvieron hasta tarde deshaciendo la maleta y desempacando - 189 -


los muebles que llevaban dos semanas allí. Cenaron y se acostaron, estaban cansados. Al día siguiente, se despertaron los padres temprano para terminar algunos muebles que faltaban y para preparar el desayuno. Sobre las doce de la mañana, llamaron a la puerta. A Alba le extraño porque no conocían a nadie. Abrió: – ¡Hola! Permítame señora que me presente, me llamo Germán y vivo, junto a mi familia en esa casa–dijo señalando la de alado de ellos–y déjame permitirle que tiene este un cierto parecido a mi mujer. –Emmy…–Alba estaba tan alucinada con el parecido de ese tal Germán a su marido que no podía ni hablar. – ¿Señora? ¿Se encuentra bien? –dijo él tocándole el hombro –Ay, perdone, es que usted también se parece a mi marido machismo, espere que lo llamo, ¡Germán!¡Ven!¡Es nuestro vecino nuevo Germán! Aparece Germán que se quedó inmutado al ver su parecido. –Es increíble–dijeron los Germines a dúo. Alba, alucinando, decidió dejarlos y continuar limpiando y ordenando la cocina. Ellos estuvieron una hora por lo menos, hablando en la salita, el padre de los mellizos, lo invitó a entrar. Germán, no se podía - 190 -


creer todo lo que le estaba contando su parecido, y aquí coincidía todo con su vida, todo, todo. Como ya era la hora de comer, el otro Germán, se fue a su casa. Al irse, Alba, comida por la intriga, le preguntó a su marido, que que tal era ese tipo. Ella tampoco se lo podía creer. Un día, los mellizos fueron a casa de sus vecinos, para conocer a los hijos de ese hombre. – ¡Hola chicos! ¿Qué tal estáis? Pasad, pasad, mis niños están allí en el salón preparando los juegos y tal...–decía la mujer de la familia vecina señalando la puerta del salón. A Julen, personalmente, le encantó esa familia, y todos los días iban a jugar con ellos y los padres se hicieron íntimos amigos, iban a todos los lados juntos. Julen, esa noche no podía dormir, ya que no tenía sueño, y se paró a pensar en lo bien que le hizo irse a New York a vivir. Para él fue lo mejor *** Cuando el mellizo se despertó del sueño, fue corriendo a donde se hallaban su padre para decirles que no había pensado mejor, que si quería irse ya allí a vivir. Andrea Medina Morales

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A ti, lector.

PERDIDOS EN UNA ISLA Érase una vez, unos niños que estaban en una isla. Vieron un camino rocoso, y se guiaron por ese camino. Cuando llegaron al final se encontraron un gran lago, en el que había peces de colores y un agua cristalina. En el fondo del lago, había una sombra y; Pablo, Inma, Laura y Jorge la observaron durante tres minutos. De repente pasó algo impresionante una mujer salió del fondo del lago, los niños se quedaron impresionados. Veían los niños que aquella mujer se acercaba lentamente hacia ellos. Los niños de pronto echaron a correr, Pablo que iba el primero vio unos árboles muy grandes, y les dijo a los demás: ¡mirad que árboles, corred que nos persigue! Mientras que se escondían todos, la mujer los buscaba entre los árboles más pequeños de toda la isla. Cuando se acercaba más y más la mujer a los árboles más grandes, los chicos encontraron una casa abandonada y dijeron de esconderse allí. En seguida echaron a correr hacía la casa, cuando se metieron dentro y cerraron la puerta los chicos, vieron a otra mujer. Parecida a la que le estaba persiguiendo, se sintieron acorralados y se dieron cuenta de que la mujer se guiaba detrás de ellos por el ruido que ellos hacían, porque las dos mujeres solo escuchaban los pasos de los chicos, no veían nada solo tenían bien desarrollado ese sentido. Esa noche, Inma sintió un ruido extraño entonces decidió averiguar lo que era, se asomo por una reja que había junto a la ventana, pero miro y no había nada, y decidió seguir durmiendo. Al día siguiente Jorge que fue el primero en despertarse llamo a los demás chicos, y al poco de despertarse escucharon pasos. Pablo se dio la vuelta y apareció la mujer y todos huyeron.

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Al rato volvió la mujer a aparecer en los arbustos la mujer era; alta, con el pelo negro, rizado, largo, tenía los ojos grandes y negros. Por último los niños decidieron hacer como que estaban jugando al escondite; Laura se escondió en la casa, Inma detrás de un arbusto, Jorge detrás de un árbol gigante y Pablo al final de un camino, la mujer se le apareció a Laura y ella salió huyendo, corriendo llamó a sus amigos y los chicos salieron de sus escondites, e intentaron de atraparla, Jorge se tiró hacia ella y resultaba de que la mujer que tanto se le aparecía a los chicos era una mujer muy bella disfrazada de muerta, los chicos le preguntaron que de donde salía y la mujer no quiso responderles, pero Laura como llevaba un móvil le amenazó que si no decía nada iba a llamar a la policía y ella les contó porque corría detrás de ellos y ella le respondió: os persigo porque unos niños quisieron robarle su querida familia y los chicos se quedaron sorprendidos y al fin los chicos le preguntaron que si ella quería hacerse amiga de ellos y ella les dijo que si y al final se quedó en el grupo de esos niños y le pusieron de nombre al grupo el grupo de los perdidos. Gema Beltrán Fernández

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