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ficciones REVISTA DE LITERATURA Número 1 octubre/diciembre 2015

I CENTENARIO DE LA PUBLICIACIÓN DE LA METAMORFOSIS

6 euros España. 9,50 euros Europa


SUMARIO Diciembre 2015 

Un frío final para la especie

 La flor para Lucy 

El valor de una flor

 Una flor para el amor de mi vida 

Recuerdos felices

 La leyenda de Edelweis  La flor escondida  Una hermosa historia para una flor  Un pequeño gran diario  Perdido  El espejo misterioso  El espejo  A vueltas con el espejo  El reflejo del futuro

ficciones REVISTA DE LITERATURA www.biblioalbariza.wordpress.com Número 1/ AÑO 2015 Director: Manuel Nevado Gómez. Consejera editorial: María Ángeles García Lara.

©ficciones Ediciones S.L. Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte sin el permiso previo por escrito de la empresa editora.


UN FRÍO FINAL PARA LA ESPECIE Un frío final para la especie. Mentiría si dijese que esa mañana era una normal cualquiera. Me gustaba asomarme a la ventana y poder ver como los rayos de sol acariciaban mi clara piel. Era una bonita manera de alegrarme por las mañanas. Sin embargo, hace un par de meses que no se ha visto el sol en el Planeta, y no hay lugar que no esté cubierto de metros de nieve. Los desiertos más secos del mundo, han pasado a ser lugares inmensos de color blanco, con la misma probabilidad de mortalidad, pero ahora en vez de morirte deshidratado, te mueres de una hipotermia. Irónico, ¿cierto?. Todavía me acuerdo de cuando mis profesores de biología me decían que el mundo iba a terminar por el calentamiento global. Creo que a día de hoy, esos profesores estarán más preocupados por sobrevivir al frío, que de corregir sus lamentables predicciones sobre “el fin del mundo”. El mundo está en alerta roja y en caos. Gente de todo el planeta está muriendo congelada, y lo peor de todo, es que las especies animales y vegetales están desapareciendo, (168) por lo que últimamente se han dado lugar a muchas muertes debido a la desnutrición que sufren todos los países. No obstante, ayer vi las noticias, donde muchos científicos debatieron sobre si la humanidad está lista para afrontar y superar o no, este posible fin de la especie humana. Cada uno tenía sus opiniones respectivas y el programa me estaba empezando a aburrir. Me levanté de mi silla del salón donde estábamos viendo toda la familia la televisión. Pero de repente, me llamó la atención como de golpe todos los científicos reunidos estaban de acuerdo en una sola cosa. Decían, que únicamente el mundo podría sobrevivir con la ayuda de una planta llamada edelweis. Mostraron una foto de la planta, y a continuación afirmaron que si esa “planta madre” es encontrada, con la ayuda de la tecnología y de invernaderos, el mundo podría volver a ser el mismo que antes. Ya que, si todavía queda alguna planta en el planeta, significa que todavía hay esperanza. Me volví a sentar, con un peso grande en el pecho, al saber que mi vida, la de mi familia, y la del universo entero dependía de una planta. Pasó otro mes, ya eran 3 sin ver el cielo coloreado de naranja por el sol. Salí de casa con Ángela a dar un pequeño paseo. Fue ahí cuando noté que no hacía tanto frío como siempre. Y el cielo no estaba tan gris. Se supone que estaba entrando la primavera. Ángela y yo no dejábamos de hablar del tema del “fin del mundo” y de qué nos iba a pasar. Realmente se la veía preocupada. Inmediatamente después, se paró, casi sin respirar, y noté como miraba un punto fijo a lo lejos. De repente la vio, estaba bajo el último montón de nieve que sobrevivía a los rayos de primavera, era la edelweis deseada. Miré al cielo, y pude ver cómo iban saliendo los primeros rayos, así como notaba que la nieve que pisaba se estaba derritiendo. Era increíble. Al final Ángela mandó la planta a la Asamblea Mundial de la Ciencia en Estados Unidos. El mundo se había salvado. Justo ahí, me acordé de una amiga que hace tiempo me preguntó: “Si pudieras elegir cómo quieres morir, ¿qué elegirías?”. Inocente de mí, le respondí: “Me encantaría morir congelada y rodeada de nieve”.

María Carrillo


LA FLOR PARA LUCY Un día, un chico llamado Natsu fue a visitar a su amiga Lucy. Él sentía algo más que amistad por ella, pero no se lo había dicho debido a su timidez. Cuando llegó a casa de la muchacha, vio que no estaba por ningún lado, y se extrañó, debido a que casi siempre solía estar allí. Extrañado, llamó a Gray, el hermano de Lucy, para preguntarle por su hermana. Le dijo que estaba muy enferma y que fueron con urgencia al hospital. Natsu, muy alarmado, se dirigió hacia allí. Al verla, le dieron ganas de llorar; estaba muy pálida y delgada, con los ojos cerrados y con unos cuantos cables conectados a ella. Sus padres, le explicaron que en su viaje de instituto, vio una especie de ardilla y se la quiso traer a Japón, pero ésta le mordió y se fue. Al pasar unos días, sus profesores notaban que estaba muy extraña, y decidieron que debería irse a su casa. Natsu, al oír la historia decidió hablar con su médico. Éste le dijo que la cura para esta enfermedad, sólo se encontraba en las montañas más altas y era una pequeña flor de color morado, la Edelweis. Sin pensárselo dos veces emprendió el camino hacia la montaña. Sólo quería ver a Lucy sana asique no le importaba nada más. Al llegar a la cima y no haberla encontrado por ningún lugar, se sentó a llorar desconsoladamente, pero de repente la vio, estaba bajo el último montón de nieve que sobrevivía a los rayos de la primavera, era la Edelweis deseada. Contento y muy feliz, decidió volver al hospital, donde el doctor y la familia lo esperaban. Al despertar Lucy, lo primero que vio fueron los ojos de Natsu, y se sorprendió mucho, pero se alegró al verlo. Le explicaron que fue él quien pudo ir a por la flor y poder salvarla. Lucy quedó totalmente sorprendida y enamorada de él. Poco a poco se fueron hiciendo más y más amigos, hasta que un día ocurrió; Natsu le pidió que fuese su pareja, y ella aceptó sin pensárselo dos veces.

María Dolores Álvarez


EL VALOR DE UNA FLOR Lucía tenía dieciséis años y vivía en Barcelona; era una niña muy guapa, alta, delgada, de piel clara, pelo rubio y largo, ojos verdes y labios carnosos. Además, era una jovencita cariñosa y educada, y muy querida por sus amigos y familia. Aquel día empezó siendo normal para ella, pero se complicó más de lo que podía imaginarse. La mañana se desarrolló en el instituto con “normalidad”, aunque sintió que se estaba resfriando, ya que le costaba respirar y hablar. Cuando llegó a su casa se sentía peor, hasta el momento en que tuvo una parada respiratoria; su día “normal” comenzó a dejar de serlo. Sus padres, asustados, la llevaron al hospital rápidamente. Durante toda la noche le hicieron pruebas hasta que afortunada, o desafortunadamente, le diagnosticaron su problema; Lucía tenía neumonía. Pero eso no era lo peor; los médicos le daban, como mucho, una semana de vida. Primero se enteraron sus padres, los cuales, angustiados, no pudieron evitar llorar. Ahora les tocaba darle la noticia a su “princesita”. Intentaron decírselo a Lucía con mucha suavidad y, cuando estaban al borde de que las lágrimas brotaran por sus caras, ella les dijo: “Soy fuerte, y puedo con esto”. A la mañana siguiente fueron a visitarla sus amigos y su novio Pedro al hospital. No sabían nada, y cuando se enteraron, el llanto inundó la habitación. Ellos la querían mucho, y dijeron que harían todo lo posible para que se recuperara. Entonces, entraron los padres y el médico a la habitación. Este dijo que para que Lucía se curara sólo había una forma, y era tomándose la flor edelweis, la cual se encontraba en las zonas montañosas y nevadas. Sin pensarlo, los chicos se prepararon para ir esa misma tarde a los Pirineos, ya que cada minuto era oro. Al día siguiente, buscaron información sobre la flor y se dividieron en grupos para buscarla por los sitios donde se encontraba; una tarea difícil, ya que el invierno terminaba y esa flor sólo florecía en esa época. El primer día acabaron tristes porque no la encontraron, ni el segundo, ni el tercero. Finalmente, se rindieron. A Lucía le quedaban dos días de vida y decidieron volver y estar con ella. Durante la vuelta todos iban agotados y desganados, especialmente Pedro, cuando de repente la vio, estaba bajo el último montón de nieve que sobrevivía a los rayos de la primavera, era la edelweis deseada. Lucía estaba muy mal pero, cuando vio llegar a sus amigos con la flor, sus esperanzas se vinieron arriba. Se tomó la edelweis y en una semana estaba más sana que nunca. Al final, a la salida del hospital, Lucía dijo: “Os dije que podía con esto, y así ha sido”, dándole un ejemplo de superación a sus padres.

Romualdo León


UNA FLOR PARA EL AMOR DE MI VIDA Era una situación crítica, lo más importante de su vida iba a desaparecer. La mujer con la que había pasado su vida, con la que había compartido sus risas,sus llantos, su amor… Su enfermedad era de las más raras del mundo y daba una muerte lenta y muy dolorosa. Arthur preguntó por todos lados, leyó cada libro que le pudiera dar una respuesta, hasta que por fin encontró la solución a la enfermedad. Por supuesto no iba a ser una solución fácil. Una poción cuyo ingrediente era una planta que se encontraba en la montaña más alta del reino. No se lo pensó dos veces y volvió corriendo a casa para hacer los preparativos. Arthur besó a su esposa y le pidió que aguantara solo un poco más, que había encontrado su cura y que se iba a poner bien. Arthur era un hombre humilde, siempre ayudaba a los demás sin esperar nada cambio con la esperanza de crear una sociedad mejor. Mientras salía en busca de aquella flor se topo con algunos vecinos. Unos le prometieron cuidar a su esposa y otros incluso que le acompañarían en su viaje. Agradeció la atención a su amada pero no iba a permitir que alguien le acompañara a aquella peligrosa búsqueda. Así que partió lo más rápido que pudo y tras montar en su caballo marchó hacia su destino. En el fondo tuvo suerte porque aquello solía ser un desierto helado, pero era un precioso mes de abril y brillaba un sol radiante. Estuvo galopando todo el día hasta llegar al pie de la montaña y allí dejo descansar a su caballo. Decidió subir la montaña solo, y aunque era una fría noche no quería perder un solo segundo. Paso la noche, Arthur entre abrió los ojos, y de repente la vio, estaba bajo el último montón de nieve que sobrevivía a los rayos de la primavera, era la edelweis deseada. Arthur llegó a su casa donde encontró a su mujer en la cama, pero ya no parecía estar tan mal porque estaba acompañada por otro hombre. Dejo caer la preciosa flor en el suelo y se marchó roto de dolor. Caminaba sin rumbo; rogando su muerte. Y como un destello apareció una chica que con sus ojos preciosos, su pelo largo brillante y su sonrisa de ensueño hizo dar otra vuelta a la vida de nuestro amigo, Arthur.

Cristián López


RECUERDOS FELICES Hans se dirigió a los Pirineos para la investigación de ciertas especies de la flora asentadas allí, como el cardo panical, la coronilla del rey, la aquilegia de los Pirineos y otra más, la edelweis, que precisamente no iba a ser examinada. Después de tomar notas de casi todas, fue a buscar la más importante para él. De repente la vio, estaba bajo el último montón de nieve que sobrevivía a los rayos de la primavera, era la edelweis deseada. Hans la contemplaba magnificado ante la rareza y belleza exuberante de aquella flor, con un blanco tan puro que le recordaba continuamente a la piel de su fallecida mujer, Silvia. Él, al ser botánico, sabía de sobra que era una especie en peligro de extinción, no obstante, la recogió con temor y velozmente se dirigió hacia el coche. Dentro, pensó en el acto de maldad que había producido a una especie que se consumiría, posiblemente, más rápido gracias a él, pero, un estallido de recuerdos maravillosos con la persona que más quería, le hizo razonar que lo necesitaba a toda costa; con la finalidad de rememorar la presencia de su alma gemela durante todos los días restantes que le quedase de vida. Al llegar a casa, organizó y envió apresuradamente el papeleo que tenía pendiente de la investigación, dejando lo mejor para el final. Tras una larga tarea, Hans colocó la edelweis cuidadosamente en una maceta que puso en la habitación principal, junto a su apreciada mesita de noche. De este modo, cada vez que durmiera, después de sus quehaceres, soñaría todos los momentos alegres y no tan agradables vividos con Silvia, sin embargo, él sabía que ya no iba a ser lo mismo.

Anselmo Moral


LA LEYENDA DE EDELWEIS Un joven llamado Kirito, apuesto, valiente e inteligente, estaba enamorado de Asuna, una chica alegre y bella que era la princesa del reino. Se acercaba el día en el que el Rey buscaría esposo para su hija, a esta cita podrían asistir todos los hombres dispuestos a casarse con ella, ya buscaran el amor, o simplemente el interés. Para asistir al evento cada joven interesado en la princesa, debería traer un presente, para intentar sorprenderla y así ganar puntos. Kirito, solo era un campesino dispuesto a ganar el corazón de Asuna, por lo que tendría que buscar algo para impresionar tanto a ella como a su padre. Él había escuchado muchas relatos populares sobre objetos mágicos, bestias imaginarias… Aunque no estaba seguro de a quién preguntar sobre algunas de estas historias, se decidió por ir a ver a Kira, un sabio monje que vivía en las afueras de la ciudad. Este le contó una pequeña leyenda que decía lo siguiente: “Como en el amor, la flor de Edelweis espera en algún lugar recóndito y prácticamente inaccesible, esperando a que alguien la descubra y se la lleve a casa.” Al escuchar el relato, se preparó para salir dos o tres días, hacia las montañas nevadas, para encontrar esa misteriosa flor. En su viaje, exploró zonas nunca antes encontradas, como un pequeño santuario en el que durmió la primera noche; o animales salvajes que no había visto en su vida. Cuando despertó, el tercer día, avanzó unos metros, y de repente la vio, estaba bajo el último montón de nieve que sobrevivía a los rayos de la primavera, era la Edelweis deseada. Bajó lo más rápido posible de la montaña y llego a casa. Solo quedaban unas horas para que terminara el evento, se aseo y puso sus mejores galas, y se dirigió a todas velocidad hacia el castillo. Allí estaba su amada, con un espectacular vestido blanco, con algunos adornos en rojo. Kirito tuvo la suerte de que ella no escogiera a ninguno de sus pretendientes, ahora lo único que podía hacer era esperar a que llegase su turno. Por fin llegó su turno, Asuna también esperaba este momento, quería conocer a aquel muchacho apuesto que vio por un segundo entre la multitud, se puede decir que fue amor a primera vista. Asuna enseguida quiso irse con él pero por otra parte su padre no dejaría que su hija se casara con un humilde campesino. Kirito todavía tenía que entregarle su regalo; que más que impresionar a la princesa, buscaba impresionar al rey para que viera su valor, y permitiera contraer matrimonio. Ansiosa por saber lo que le había traído, le dio el regalo, al abrirlo, se encontró con aquella flor, todo el mundo que asistió a la celebración quedó asombrado, ya que todos conocían la leyenda de Edelweis. El rey, sin palabras, contempló aquella flor, y pasados unos segundos, dio el visto bueno al joven. Finalmente, Kirito se casó con Asuna y vivieron felices para el resto de sus vidas.

Silvestre Muñoz


LA FLOR ESCONDIDA Lucía se podría considerar una chica normal. Una de muchas que al empezar el instituto se transforma en alguien diferente. Una de las que, cuando estaba en el colegio, sacaba buenas notas, pero empezó a congeniar con malas compañías. Desde que le tocó con una mala clase, no volvió a ser la misma. Las malas compañías la llevaron a un estado de despreocupación absoluta. Ella, desde entonces, recordaba aquellos años felices y educativos, como si hubiese sido una “pringada”. Sus padres estaban preocupados, intentaron hacerla entrar en razón; pero Lucía estaba en la época de importarle más la opinión de sus amigos. Las personas que la conocían desde pequeña observaban cómo tiraba por la borda todo su esfuerzo. Todos contemplaban tristes cómo suspendía sus exámenes y la expulsaban. Nadie se atrevía a intervenir, solo la miraban con curiosidad. Nadie, excepto su antigua mejor amiga, Estrella. Un día, se acercó a Lucía. Empezaron a hablar, Estrella le recordó los buenos momentos: cuando quedaban para estudiar, las “carreras” que hacían con los ejercicios… Lucía, por primera vez desde el principio del curso, lo recordó con añoranza, queriendo volver a estar allí. De repente la vio, estaba bajo el último montón de nieve que sobrevivía a los rayos de la primavera, era la edelweiss deseada. La perfecta metáfora para la situación. La edelweiss, llamada flor de estrella de plata, era su billete para volver a ser la que era. Su amiga Estrella, la nieve, que mantenía viva aquella esperanza y las malas compañías los rayos, que podían parecer buenos, pero que casi acaban con su vida y esperanza.

Irene Trigueros


UNA HERMOSA HISTORIA PARA UNA FLOR Corría el año 1757, una época donde sobresalía la sociedad no igualitaria, donde el haber nacido con sangre azul sería símbolo de autoridad, pero por el contrario, al nacer de familia campesina estaría condenado a la pobreza como cadena perpetua. La historia que os he de contar sucede en esta época, una leyenda, como algunos dicen, o un suceso real, quién sabe… August, un apuesto muchacho de familia trabajadora, se encontraba en una ceremonia real, cuando al ver aquella mirada, sintió la aceleración de los latidos de su corazón, se trataba de la hija pequeña del rey, la princesa Brenda. Pasaron los días, meses e incluso años, hasta que el muchacho enamorado de la princesa hasta las trancas, se armó de valor y coraje para enfrentarse al rey y, aunque fuese campesino, demostrarle que querría a su hija por encima de todas las cosas. Tras oír el discurso de August, la princesa, tan enamorada como él, le confesó a su padre que ella también sentía lo mismo y que se atrevería a hacer lo que fuera necesario con tal de estar juntos. Al escuchar las palabras de su hija, el rey burlándose de ellos se le ocurrió una idea un tanto peligrosa y a la vez imposible: Encontrar una bandera blanca que había clavado su ejército en la montaña más elevada del reino, a unos 2.500 metros de altitud, rescatarla y traerla al castillo. El problema es que debían ir los dos enamorados juntos y hacer el reto en menos de cuarenta y ocho horas. Si lo conseguían, la princesa se podría casar con August y pasar toda una vida juntos. A la mañana siguiente, los jóvenes partieron su viaje en camino de la felicidad y el amor. La travesía se hacía cada vez más complicada, mayor altura, menos aire para sus pulmones. Les pesaban los ojos, no podían caminar por la inmensa colina nevada, sus pieles ya blancas por la nieve y el frío no sentían tacto alguno, el cabello de Brenda no tenía su color oro natural, estaban derrotados. Los dos enamorados, combatieron el frío con todas sus fuerzas hasta que, sus dos corazones llenos de amor se apagaron definitivamente. Como hubieran deseado algún día, murieron juntos y al lado de sus cuerpos, crecieron dos hermosas flores blancas muy peculiares unidas entre sí por el tallo. La historia que os acabo de contar fue escuchada también por un joven alpinista, ya bastantes años más adelante, Roberto Mendoza se hacía llamar, era un aventurero y todas estas historias le apasionaban. Un 20 de abril de 2014, Roberto se disponía a abandonar su misión, cuando, de repente la vio, estaba bajo el último montón de nieve que sobrevivía a los rayos de la primavera, era la edelweis deseada. El alpinista recordó la historieta que le habían contado días atrás, era esa flor, la misma, la misma que creció al lado de los enamorados. Tenía la idea de arrancarla y guardarla para su colección, pero pensó más detenidamente, no podía arrebatarle aquella preciosidad a la naturaleza, pues, no solo era una flor, consistía en un pequeño trozo del amor que se tuvieron en esos día de sufrimiento aquellos jóvenes. Aparentemente tan frágil, pero en realidad increíblemente resistente, ya que había soportado temperaturas extremas y era capaz de sobrevivir a más de 3.000 metros de altura. Aquella flor se convirtió en un símbolo de valor y coraje, como tuvieron los dos enamorados, como el amor eterno que mantendrían para siempre.

Ana Rosa Martos


UN PEQUEÑO GRAN DIARIO “Mi vida en letras” ______________________________________________________________________________ Me llamo Lylacuin Codevié. Todos me llaman Lyla Co. Soy una “persona normal”, dentro de lo que cabe, ya que desde que tengo uso de razón, vivo en el planeta Tierra, sin saber de dónde procedo. Espero averiguarlo algún día, en alguna de las muchas aventuras que quiero vivir. DÍA 29: ········································· Puede parecer raro, pero no lo es. Hoy mismo iré a un lugar desconocido. Emprenderé un gran viaje esperando conocer nuevas aventuras. Vivo en la Tierra (sí, en la Tierra, a todo el mundo le parece raro) pero ya estoy cansada de lo mismo. Hay muchos sitios que descubrir. 7:00 AM. Es hora de despegar ¡Adiós Tierra, hola Universo! 8:00 AM. Esta hora en el espacio me está sirviendo para ver lo bonito que es el Universo. Pero no creáis que solo he estado mirando por la ventanilla de la nave, también sé dónde voy a aterrizar. 10:00 AM. Acabo de bajar de la nave. Este planeta no es igual que el mío. ¡Es rojo! 10:30 AM. Curiosamente, esta gente se parece mucho a mí. Pero… no hablan igual que en la Tierra. Seguiré investigando. 14:15 PM. Es hora de comer y no encuentro ningún restaurante, que raro ¿no? 14:30 PM. Voy a entrar en un “hantun hem” (por el logotipo,espero que sirvan comida). 16:00 PM. Estaba en lo cierto, es un almuerzo muy distinto, pero estaba rico. Primero me han servido una especie de tarta (supongo que aquí tomarán primero el postre). Después me han dado una bandeja con varias cosas, una de ellas parecía un puré de patatas…¡verdes! Me sigue sobresaltando que aquí sean tan parecidos a mí. Buscaré el ayuntamiento por si encuentro algo relacionado con mi nombre. 18:00 PM. Ya he encontrado el “ayuntamiento”, mejor dicho: el “risoa me garr”. Deseadme suerte, puede que cuando vuelva a escribir sepa algo más sobre mi pasado: cómo llegué a la Tierra (por ejemplo) o por qué me llamo Lylacuin Codevié.

Fdo.: LYLA CO.

María Teresa Torres


PERDIDA 8:00-Hoy he amanecido en un extraño planeta al que nombran “Tierra”. Creo que esto forma parte de algún experimento de nuestro planeta, dirigido por alguno de los malvados gobernantes. Me pongo en pie y pienso en comer algo, tengo mucha hambre y no sé cuanto tiempo llevo durmiendo. 9:00-No tengo ni un céntimo, así que tendré que mostrar mi arte en las calles como mucha más gente. Cojo tres palos robustos y hago malabares. Parece que a los niños les gusta, ellos piden dinero a sus padres para que no pare de hacerlos. 10:00-Después de una hora haciendo malabares he conseguido 20€. Desayunaré algo en una “cafetería”, es una tienda en la que te dan comida (si la pagas). Pido una “tostada” y un “café”. ¡Están buenísimos! 10:45-Termino de comer y voy a una cosa llamada “centro comercial”. Compro una “bata”, creo que la “bata” sirve para taparse. 12:55-Salgo del centro, decido ir a un “hotel”. Allí puedes dormir y bañarte en la “piscina”. Hace mucho calor y me dirijo a la “piscina”. Se está muy bien aquí. 14:00- Vuelvo a tener hambre, almorzaré en un restaurante llamado “Burger King”. Me dirijo hacia allí y me preguntan que quiero comer. Yo respondo que quiero lo más barato que haya. 14:30-Estoy en un “parque”. Es bonito, pero no muy limpio. Da un poco de pena verlo tan sucio. Mientras leo el “periódico” un ser peludo de cuatro patas se acerca y me huele. Es muy cariñoso y agradable. Tiene algunas heridas, parece que le han pegado. No sé quien sería capaz de hacer eso, pero es un ser despreciable. 15:00- Averiguo que a la cosa que está conmigo se le dice “perro”, pero ese nombre no me gusta. Desde ahora se llamará Yina, como mi madre. Parece que ese nombre le gusta. Los niños y las niñas se acercan a acariciarlo. Les digo que lo acaricien con cuidado para no hacerle daño. 16:00-Llevo a Yina al “veterinario”. Allí le curarán las heridas. Tardamos poco en entrar. La curan muy rápido y me dicen que la cuide y que no le haga daño. 16:30-Me dejaron entrar con la perrita en el hotel. Ella y yo nos tumbamos en la “cama”, estamos muy cansados. Había sido una mañana intensa.

Lucía Lérida


EL ESPEJO MISTERIOSO Esta mañana, ha venido a recogerme a mi casa mi amiga Sofía, para irnos a Jaén de compras. Al pasar por un escaparate ella se ha fijado en un pantalón y quería entrar a probárselo, mientras estaba en el probador le he comentado que iba a ver algo para mí. He pasado por delante de un expositor de espejos de mano, me ha gustado uno de color azul celeste con perlas brillantes y lo he comprado. Sofía ha salido del probador y ha pagado su compra. A continuación hemos salido de la tienda y le he enseñado el espejo. Al abrir el espejo, he mirado en él y he observado la imagen de una mujer entrevistando a muchos famosos y escribiendo en un periódico. Además, tenía una hija de 1 año. Esa mujer era yo. Sofía también lo ha visto y se ha quedado tan sorprendida como yo. He entendido que no era un espejo normal, sino algo misterioso que predecía mi futuro. Si eso en verdad iba a ocurrir, estaba deseando que llegase el día y acordarme de esta mañana.

Elisa Bruno


EL ESPEJO Anoche tuve un sueño muy raro, pero lo más impactante es que cuando desperté esta mañana, me ocurrió algo muy similar a lo que soñé. Me levanté e hice mi cama como de costumbre, me quité el pijama y me puse la ropa para ir al instituto, a continuación me dirigí hacia el cuarto de baño. Cuando llegué allí me quedé pasmada, todo el baño estaba a oscuras, soló se podía ver en él un enorme espejo. Me quedé contemplándolo bastante rato hasta que de pronto, empezaron a aparecer una especie de secuencias, eran buenos recuerdos míos grabados en mi memoria desde hacía mucho tiempo y ahora, proyectados en el espejo. Gracias a él, pude revivir momentos a los que antes no les prestaba mucha importancia. Pasaron unos minutos y el baño volvió a la normalidad. Sólo podría volver a verlo si soñaba con el espejo como por casualidad, hice anoche, así que… ¡a seguir soñando!

Cluadia Cuevas


A VUELTAS CON EL ESPEJO Una serie de amigas, en el recreo de un instituto empezaron a hablar de como era su cuarto. Todas ellas dijeron que tenían un espejo en él, menos una de ellas. Se llamaba Marta, además ella era muy caprichosa y presumida, todo lo quería. Llego a su casa muy preocupada diciéndoles a sus padres que le compraran rápido un espejo para su cuarto. Sus padres por no tenerla enfada y llorando fueron al mejor sitio de decoración donde le compraron un espejo precioso. Marta muy contenta con su espejo lo colocó al lado del armario. Se miró y aquí fue donde se dio cuenta de que había reflejado en él, ella con sus amigas y dijo un disparate que a sus amigas no le gustó nada y se fueron.. Ella pensó que solo era una imaginación que sus amigas jamás la traicionarían. Se fue al instituto y todo esto pasó. Ella un poco extraña se quedó callada no se lo dijo a nadie, pero, al llegar a su casa se volvió a mirar en el espejo donde reflejó de nuevo varias cosas como que pensando que se sabía el temario no estudiaba casi nada y suspendía el examen. Estuvo razonando un momento para saber que hacer, y así que todo eso no ocurriera. Pensó si yo corrijo todo esto al final todo saldrá bien. Así hizo estudió y le pidió perdón a sus amigas. El espejo seguía reflejando historias con las que Marta aprendió de sus errores durante un año. Al año es espejo era inerte pero Marta seguía siendo como él la enseño.

Cristina Martos


EL REFLEJO DEL FUTURO Y aprendió que no solo importaba que a él le fuera bien, sino que una vez comprobado ese factor, podía mirar por los factores de los demás ya… – Aaaaaaahhhhhhhhh – Pedro te has dormido y mamá me ha mandado a despertarte, vale que es sábado, pero eso no quiere decir que te despiertes a las 11: 00. – Paula,¡ pero que susto!, que te he dicho sobre lo de entrar a mi cuarto sin llamar previamente. – ¡Si, si tú siempre con tus estúpidas reglas! En fin, como no bajes pronto te va a caer una buena bronca, tú decides – (Y cerró de un portazo)-. – Uuuufffff que sueño más raro, pero a la vez entretenido, no puedo parar de pensar en él. Quizás, como no paro de pensar en él si me duermo de nuevo podré volver a soñárlo –(Dijo pensativo)-. No hay más que hablar, solo soñar. ZzZzZzZzZz– (Se quedó dormido)Rinrinrinrinrin……… – ¡Que tarde es, me he quedado dormido, y me he perdido las clases!, espera, no hay clases, es sábado, oooohhhhh tanto escándalo para nada, bueno será mejor que baje a desayunar, no vaya a ser que mamá me regañe – (Se levantó y fue al cuarto de baño a lavarse la cara)-. Vaya que espejo más bonito, debe ser que mi padre se halla cansado del otro y habrá colocado este en su lugar. La verdad es que esta muy limpio y reluciente será de alta gama- (Pensó)Le impresiono tanto este factor que frotó el espejo como si se tratara de una lámpara mágica. Y lo que sucedió a continuación fue impresionante; este mostró una imagen de lo que parecía el futuro, e hipnotizado por la imagen la tocó y se adentró en un asombroso mundo cambiado. – Pero que… ¿dónde estoy?, ¿cómo he llegado hasta aquí? – (Se preguntó el chico)-. Parece el futuro, me pregunto si… Yo, yo, yo….- (Tartamudeo)-¡ Estoy ahí, solo que más mayor! Lo siguió y llego hasta una casa enorme; y era como la de sus sueños. Y de pronto Pedro adulto entró en ella. Pedro niño no se lo podía creer, pensaba que esa casa era de un amigo suyo, pero comprobó que no, cuando observó que abrió con la llave. Quería ir a por él, pero: – No estoy seguro de si será una buena idea, podría ser, que si me viera cambiara el futuro, que provoque una explosión temporal, ¡O que no se reconociera a él mismo!, en fin no me voy a arriesgar. -Bueno me basta con saber que a mí me va bien. Espera – (volvió a pensar) – ¿Y mi hermana, y mi madre y mi padre, y mis compañeros de clase, y mis primos, y mis tíos…? Y tras una larga tarde buscando; Pedro aprendió que no solo importaba que a él le fuera bien, sino que ya comprobado ese factor, podía mirar por los factores de los demás ya… que los demás mirarían por los factores de él. – Y por cierto, tras mirar en todos las casas de los familiares y amigos, he comprobado que a todos les va igual de bien que a mí. – ¡Pedro, la que te va a caer, mamá ahora sí que esta cabreada! ¿ Sabes qué hora es? Y por si fuera poco la hora de antes; fíjate en la de ahora, son las 12:30. – ¡Si, si, ya bajo!, y esta vez de verdad.

Antonio Santos


SABEMOS LO QUE TE CONVIENE: ni los bífidus activos, ni el omega 3, ni la baba de caracol, ni el champú de caballo; déjate de Bahamas, Fidji o Caribe; da igual que vueles con Iberia o Vueling; tanto da que intentes divertirte gastando dinero y energías, que vayas a discotecas lejanas o pubs de pueblo, Shanadoos de cine o auditorios de rock. EN EL IES ALBARIZA lo tenemos todo. ¿Dónde? En nuestra BIBLIOTECA. ¡VISÍTALA! ¡VÍVELA!


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