Unidad III

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PSICOLOGÁ DE LA ANORMALIDAD

PSIC. MAGDA TATAJE VÉLIZ

UNIVERSIDAD INCA GARCILASO DE LA VEGA FACULTAD DE PSICOLOGÍA Y TRABAJO SOCIAL

PSICOLOGÍA DE LA ANORMALIDAD

UNIDAD III

Psic. MAGDA TATAJE VÉLIZ 2015

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TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD

Un trastorno de la personalidad se define como experiencias y comportamientos que difieren de las normas sociales y expectativas. Las personas diagnosticadas como trastorno de la personalidad pueden tener alteraciones en la cognición, emotividad, funcionamiento interpersonal o en el control de los impulsos.

CLASIFICACIÓN

GRUPO A  Tx. de la P° Paranoide  Tx. de la P° Esquizoide  Tx. de la P° Esquizotípica

   

GRUPO B

GRUPO C

Tx. de la P° Antisocial Tx. de la P° Límite Tx. de la P° Histriónica Tx. de la P° Narcisista

 Tx. de la P° por evitación  Tx. de la P° Dependiente  Tx. de la P° Obsesivo-Compulsivo

GRUPOS DE TRASTORNOS DE PERSONALIDAD Se clasifica los trastornos de personalidad en tres grupos o “conjuntos”, La división por grupos se basa en la semejanza entre trastornos dentro del mismo grupo. El grupo A se llama raro o excéntrico e incluye los trastornos de personalidad paranoide esquizoide y esquizotípico. El grupo B es el “dramático”, “emocional” o “errático” y comprende los trastornos de personalidad antisocial, límite de la personalidad, histriónico y narcisista. El grupo C es el de “ansiedad” o “temor” que comprende los trastornos de personalidad por evitación, dependiente y obsesivo-compulsiva. Se considera que los trastornos de personalidad se originan en la infancia y continúan en la edad adulta (Krueger et at 1996) y que están tan arraigados que resulta difícil precisar el comienzo. Las características de personalidad desadaptativas se convierten con el tiempo en los patrones de comportamiento desadaptativos que generan angustia en la persona afectada y llaman la atención de los demás. Un tema recurrente es nuestra falta relativa de información sobre características de los trastornos de personalidad tan importantes como su curso de desarrollo. Una de las razones de escasez de investigación es que muchos individuos no buscan tratamiento en las fases de desarrollo tempranas de su trastorno, sino solo tras años de angustia. .

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TRASTORNOS DEL GRUPO A

Trastorno de personalidad paranoide Descripciones clínicas: La característica definitoria de la gente con el trastorno de personalidad paranoide es una desconfianza omnipresente e injustificada. Desde luego, tal vez haya ocasiones en las que alguien sea embustero y “vaya tras usted”; sin embargo, quienes tienen el trastorno de personalidad paranoide son desconfiados en situaciones en las que la mayoría estaría de acuerdo en que sus sospechas son infundadas. Hasta los sucesos que no tienen nada que ver con ellos los interpretan como ataques personales (Phillips y Gunderson 2000). Estos individuos verían en los ladridos del perro del vecino o en el vuelo demorado de una línea aérea una tentativa deliberada por fastidiarlos. Por desgracia, a menudo tal desconfianza se extiende a las personas que les son próximas y hace que las relaciones significativas resulten muy difíciles.

La sospecha y la desconfianza pueden manifestarse de muchas maneras. La gente con trastorno de personalidad paranoide puede ser muy discutidora, se queje o se quede callada, pero obviamente es hostil hacia los otros. Con frecuencia parece tensa y “está lista para saltar” cuando cree que ha sido desdeñada por alguien. Estos individuos son muy sensibles a la crítica y tienen una necesidad excesiva de autonomía (Bernstein, Useda y Siever, 1993).

Causas.- Las pruebas de contribuciones biológicas al trastorno de personalidad paranoide son limitadas. Ciertas investigaciones sugieren que el trastorno quizá sea ligeramente más común entre los parientes de personas que tienen esquizofrenia, aunque la asociación parece no ser sólida (Bernstein, 1993; Coryell y Zimmerman 1989). En otras palabras, los parientes de individuos con esquizofrenia tal vez tengan más probabilidades de tener el trastorno de personalidad paranoide que la gente que no tienen un pariente en ese estado. Como veremos con otros trastornos de personalidad “raros” o “excéntricos” en el grupo A, parece haber cierta relación con la esquizofrenia si bien aún no está del todo clara su naturaleza exacta (Siever, 1992). Si bien las contribuciones psicológicas a este trastorno son menos conocidas todavía. Se han hecho algunas especulaciones interesantes. Ciertos psicólogos apuntan de manera directa a los pensamientos de esta gente para explicar el comportamiento de quienes tienen el trastorno de personalidad paranoide. Uno de los planteamientos es que quienes sufren esta perturbación hacen las siguientes suposiciones equívocas acerca de los demás: “la gente es malévola y engañosa”, “lo atacarán a usted si tienen la menor oportunidad” y “usted estará bien si se mantiene alerta” (Freeman, Pretzer, Fleming 1990). Ésta es una forma desadaptativa de ver el mundo que domina cualquier aspecto de la vida de estos individuos. Aun cuando no sabemos por qué desarrollan estas percepciones, hay ciertas especulaciones de que las raíces se hallan en su educación temprana. Los padres tal vez les enseñan a tener cuidado de no cometer errores y les inculcan que son diferentes de los demás (Turkat y Maisto 1985). Esta vigilancia UNIVERSIDAD INCA GARCILASO DE LA VEGA

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hace que vean signos de que los otros son engañosos y maliciosos. Es realmente cierto que la gente no siempre es benévola y sincera, y nuestras interacciones son a veces bastantes ambiguas y hacen las intenciones de los demás resulten poco claras. Considerar con demasiada atención lo que dicen y hacen los otros, pueden conducir a veces a malinterpretarlos. Trastorno de personalidad esquizoide Quienes sufren este trastorno manifiestan un patrón de desapego de las relaciones sociales y una gama de emociones muy limitada en situaciones interpersonales (Phllips y Gunderson 2000). Parecen “distantes”, “fríos” e indiferentes con los demás. El término esquizoide es relativamente antiguo, pues lo utilizó Bleuler (1924) para describir a personas que tienen una tendencia a volverse hacia adentro y alejarse del mundo exterior. Se decía que esta gente carecía de expresividad emocional y perseguía intereses oscuros (Barbow, 2007). Descripción clínica.- Al parecer, los individuos con el trastorno de personalidad esquizoide no desean ni disfrutan de la proximidad de los demás, incluidas las relaciones amorosas o sexuales. En consecuencia parecen fríos y desapegados y dan la impresión de no verse influidos por el elogio o la crítica. Según el DSM IV TR, algunos individuos con trastorno de personalidad esquizoide son sensibles a la opinión de los otros, aunque no están dispuestos o son incapaces de expresar esta emoción. Para ellos, el aislamiento social tal vez sumamente doloroso. Las deficiencias sociales de la gente con el trastorno de personalidad esquizoide son similares, aunque más extremas, a las de los individuos con el trastorno de personalidad paranoide. Parecen no tener los procesos de pensamiento tan anómalos que caracterizan a los otros trastornos del grupo A (Kalus et al 1993). Por ejemplo, los individuo con trastornos de personalidad paranoide y esquizotípica a menudo cuentan con ideas de referencia, opiniones equivocadas de sucesos sin sentido que se relacionan con ellos. En comparación, quienes tienen el trastorno de personalidad esquizoide comparten como grupo de aislamiento social, la empatía deficiente y el afecto coartado o inhibido (sin mostrar emociones positivas ni negativas) que se aprecian en las personas con el trastorno de personalidad paranoide. Causas.- Aún hace falta realizar investigaciones sobre las contribuciones genéticas, neurobiológicas y psicosociales al trastorno de personalidad esquizoide (Siever, 1992). Sin embargo, resulta interesante apuntar que la preferencia por el aislamiento social se parece a algunos aspectos del autismo. Aunque las considerables dificultades con el lenguaje no son un problema para las personas con el trastorno de personalidad esquizoide, tienen una indiferencia sorprendentemente similar por las interacciones con los demás.

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Las investigaciones de las últimas décadas han señalado causas biológicas para el autismo, y es posible que se combine una disfunción biológica similar con un aprendizaje temprano o problemas tempranos en las relaciones interpersonales para producir las deficiencias sociales que definen al trastorno de personalidad esquizoide (Wolf 2000). Por ejemplo, las investigaciones sobre la sustancia neuroquímica dopamina sugieren que quienes poseen una menor densidad de receptores de dopamina obtuvieron calificaciones elevadas en una medición de “desapego” (Farde, Guatavsson y Jhonson 1997). Es infrecuente que una persona con este trastorno solicite tratamiento a menos que sea en respuesta a una crisis, como una depresión extrema o la pérdida del trabajo (Kalus et al 1995). Lo terapeutas comienzan con frecuencia el tratamiento destacando el valor de las relaciones sociales. Trastorno de personalidad esquizotípica.La gente con el trastorno de personalidad esquizotípica por lo común se encuentra aislada socialmente como en el caso del trastorno de personalidad esquizoide. Sin embargo, también se comporta de manera que podrían parecer raras para muchos de nosotros (Siever et al 1995). Y suele ser desconfiada y tener creencias extravagantes (Kotsaftis y Neak 1993). Descripción clínica.- quienes reciben el diagnóstico de trastorno de personalidad esquizotípica son considerados a menudo como “extraños” o bizarros por la forma en que se relacionan con otras personas, piensan y se comportan y hasta por el modo de vestirse. Tienen ideas de referencia, lo que significa que piensan que sucesos insignificantes se relacionan de manera directa con ellos. Algunas personas con esquizofrenia también tienen ideas de referencia, pero por lo común no son capaces de “comprobar la realidad” o ver lo ilógico de sus ideas. Los individuos con el trastorno de personalidad esquizotípica también tienen creencias raras o se entregan al “pensamiento mágico” y consideran, por ejemplo, que son clarividentes o telépatas. Además, dan cuenta de experiencias perceptivas inusuales, incluidas ilusiones como sentir la presencia de otra persona cuando se hallan a solas. Tal vez usted advierta la sutil pero importante diferencia entre sentir como si alguien más estuviera en la habitación, y la distorsión perceptual más extrema de la gente con esquizofrenia que podría manifestar que hay alguien más en la sala cuando no es así. Solo una pequeña parte de los individuos con trastorno de personalidad esquizotípica desarrolla esquizofrenia (Wolf, Townshed, Mc Guire 1991). A diferente de la gente que sencillamente tiene intereses u opiniones poco frecuentes, los que sufren el trastorno de personalidad esquizotípica suelen ser desconfiados y tener pensamientos paranoicos, expresan poca emoción y quizá se vistan y comporten de maneras inusuales (por ejemplo, poniéndose encima varias capas de ropa en el verano o hablando entre dientes). En las investigaciones prospectivas recientes sobre niños que posteriormente desarrollaron el trastorno de personalidad esquizotípica se descubrió que suelen ser pasivos y no participativos y que son hipersensibles a la crítica (Olin et al 1997). UNIVERSIDAD INCA GARCILASO DE LA VEGA

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Causas.- A lo largo del tiempo, la palabra esquizotipos se ha empleado para describir a personas predispuestas a desarrollar la esquizofrenia (Meehl 1962, Rado 1962). El trastorno de personalidad esquizotípica es visto por algunos como un fenotipo de un genotipo de la esquizofrenia. Tal vez recuerde que un fenotipo es una forma de expresión de la genética de una persona. Su genotipo es el gen (o los genes) que forma (n) un determinado trastorno. Sin embargo, dependiendo de una gran variedad de otras influencias, el aspecto, su fenotipo, tal vez varíe del de otras personas con una composición genética similar. Se considera que algunos individuos tienen “genes de la esquizofrenia” (el genotipo) y sin embargo, por la falta relativa de influencias biológicas (por ejemplo, enfermedades prenatales) o tensiones ambientales (digamos, pobreza), algunos tendrán el trastorno de personalidad esquizotípica, que es menos grave (fenotipo). La idea de una relación entre el trastorno de personalidad esquizotípica y la esquizofrenia surge en parte de la forma en que se comporta la gente con estos trastornos. Muchas características del trastorno de personalidad esquizotípica, incluidas las ideas de referencia, las ilusiones y el pensamiento paranoide, son formas similares pero más leves del comportamiento observado entre la gente con esquizofrenia. La investigación genética parece sustentar también una relación. Los estudios de familias, de gemelos y de adopción han demostrado una prevalencia cada vez mayor del trastorno de personalidad esquizotípica entre parientes no esquizofrénicos de personas con esquizofrenia (Dahl 1993, Torgersen, Kringlen 1993). No obstante tales estudios nos dicen también que el medio puede influir de forma considerable en el trastorno de personalidad esquizotípica. Por ejemplo, las investigaciones recientes sugieren que la exposición de una mujer a la gripe durante el embarazo puede aumentarlas probabilidades de que se manifieste el trastorno de personalidad esquizotípica en su hijo (Venables, 1996). Puede ser que un subgrupo de personas con el trastorno de personalidad esquizotípica se relacione con personas con esquizofrenia. TRASTORNOS DEL GRUPO B Trastorno de personalidad antisocial El trastorno de personalidad antisocial es uno de los trastornos más dramáticos que los clínicos verán en su vida profesional y se caracteriza por un historial de incumplimiento de las normas sociales. Los afectados llevan a cabo acciones que la mayoría de nosotros hallaría inaceptables, como robar a los amigos o a la familia. Suelen ser también irresponsables, impulsivos y embusteros (Widiger y Corbitt 1995). Los describe como “depredadores sociales que encantan, manipulan y se abren camino sin piedad a lo largo de la vida, dejando un amplio rastro de corazones rotos, expectativas hechas trizas y billeteras vacías. Carentes por completo de conciencia y empatía, toman de forma egoísta lo que desean y hacen lo que les place, violando las normas y expectativas de la sociedad sin el más mínimo sentido de culpa o remordimiento” (Hare 1993). Descripción clínica.- Los individuos con trastorno de personalidad antisocial suelen tener largos historiales de violación de los derechos de demás (Widiger y Corbitt 1995). A menudo son descritos como agresivos porque toman lo que desean y son indiferentes ante las preocupaciones ajenas. Mentir y engañar parecen ser una doble naturaleza en ellos y con frecuencia parecen incapaces de distinguir la diferencia entre la verdad y la mentira que urden para fomentar sus propios objetivos. No muestran remordimiento o preocupación sobre los a veces devastadores efectos de sus actos.

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El abuso de sustanciases común, se calcula presente en el 83% de las personas con el trastorno de personalidad antisocial (Dulit et al 1993; SS Smith y Newman 1990) y parece ser un patrón que dura toda la vida. En un estudio se realizó un seguimiento de 1000 menores delincuentes y no delincuentes durante un periodo de 50 años. Muchos de los niños delincuentes recibirían hoy un diagnóstico de trastorno de conducta, lo que más tarde veremos que puede ser un precursor del trastorno de personalidad antisocial en los adultos. Los delincuentes tenían el doble de probabilidades de morir de forma antinatural(accidente, suicidio, homicidio) que sus compañeros no delincuentes, lo que puede atribuirse a factores como el abuso de alcohol y un pobre cuidado personal (es decir, infecciones, conductas temerarias). El trastorno de personalidad antisocial ha tenido una gran cantidad de nombres a lo largo de los años. Phillipe Pinel (1801) identificó lo que llamaba manía sin delirio para describir a personas con respuestas emocionales inusuales y furias impulsivas, pero sin deficiencias en la capacidad de razonamiento. Otros nombres han comprendido “insania moral”, “egopatía”, “sociopatía” y “psicopatía”. Se ha escrito mucho acerca de estas etiquetas; nos concentraremos en las dos que han figurado de manera más destacada en las investigaciones psicológicas: la psicopatía y el trastorno de personalidad antisocial. Harvey Cleckley (1941/1982), psiquiatra que dedicó buena parte de su carrera a trabajar con la “personalidad psicópata”, identificó una constelación de 16características principales, la mayor parte de las cuales son rasgos de personalidad; a veces se alude a ellos como los “criterios de Cleckley”. Incluyen encanto superficial y buena inteligencia; ausencia de delirios y otros signos de pensamiento irracional; ausencia de “nerviosismo” y otras manifestaciones psiconeuróticas; irrealidad; falsedad y falta de sinceridad; falta de remordimientos o vergüenza; conducta antisocial motivada de forma inadecuada; mal juicio e incapacidad para aprender por experiencia; egocentrismo patológico e incapacidad de amar; pobreza general en reacciones afectivas importantes; pérdida específica de insight; irresponsabilidad en las relaciones interpersonales generales; conducta fantástica y desinhibida, con y sin; el suicidio pocas veces se realiza; la vida sexual es impersonal, trivial y mal integrada; incapacidad de seguir cualquier plan de vida (Cleckley 1982, p. 204). FACTORES CAUSALES Influencias genéticas.- Estudios de familias, de gemelos y de adopción sugieren que hay una influencia genética tanto en el trastorno de personalidad antisocial como en la criminalidad (Bock y Goode 1996). Por ejemplo, Crowe (1974) examinó a niños adoptados que se hallaban lejos de sus madres, pues éstas habían cometido delitos graves, y los comparó con los hijos de mujeres normales. A todos se les separó de su madre al nacer, lo que reduce al mínimo la probabilidad de que factores ambientales propios de su familia biológica fueran responsables de los resultados. Crowe descubrió que los vástagos adoptados lejos de madres delincuentes tenían tasas significativamente más elevadas de arresto, encarcelamiento y personalidad antisocial que los pequeños adoptados lejos de sus madres normales, lo que sugiere que hay alguna influencia genética en la criminalidad y la conducta antisocial. Sin embargo, Crowe también descubrió algo más, muy interesante. Los niños adoptados, hijos de criminales y que más tarde se volvieron delincuentes, habían pasado más tiempo en orfanatos que los hijos de delincuentes adoptados que no se volvieron delincuentes o los hijos adoptados de madres normales. Como señala Crowe, esto sugiere una interacción genético ambiental, en otras UNIVERSIDAD INCA GARCILASO DE LA VEGA

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palabras, los factores genéticos pueden ser importantes solo en presencia de ciertas influencias ambientales (alternativamente, ciertas influencias ambientales son importantes sólo en presencia de ciertas predisposiciones genéticas). Influencias neurobiológicas.- Una gran cantidad de investigaciones se han concentrado en las influencias neurobiológicas que pueden ser específicas del trastorno de personalidad antisocial. Algo parece claro: una lesión cerebral no explicaría por qué las personas se vuelven psicópatas o criminales; parecen puntuar tan bien en las pruebas neuropsicológicas como el resto de nosotros (Hart, Forth y Hare 1990). Sin embargo, tales pruebas están diseñadas para detectar lesiones significativas en el cerebro, y no captarían modificaciones sutiles en la química o estructura que pudieran afectar el comportamiento. Hay dos teorías fundamentales que han atraído mucho la atención: (a) la hipótesis de la subexcitación y (b) la hipótesis de la osadía. De acuerdo con la teoría de la subexcitación los psicópatas tienen niveles anormalmente bajos de excitación cortical (Quay 1965). Es conocida la relación en forma de U invertida entre excitación y rendimiento. La curva de Yerkes - Dodson sugiere que las personas ya sea con niveles elevados o muy bajos de excitación tienden a experimentar afecto negativo y a rendir mal en muchas situaciones, en tanto que los individuos con niveles intermedios de excitación suelen sentirse relativamente contentos y rinden de forma satisfactoria en la mayor parte de las situaciones. Según la hipótesis de la sub excitación, los niveles anormalmente bajos de excitación cortical característicos de los psicópatas son la principal causa de sus conductas antisociales y arriesgadas; buscan la estimulación a fin de incrementar sus niveles de excitación crónicamente bajos. De acuerdo con la hipótesis de la osadía, los psicópatas poseen un umbral más alto para experimentar temor que la mayoría de nosotros. En otras palabras, cosas que aterran casi todos surten poco o ningún efecto en el psicópata. Este estudio de Lykken tiene repercusiones importantes que sugieren que los psicópatas tal vez tengan dificultad para asociar ciertas claves o señales con castigo o peligro de la misma forma que los niños que son socializados para inhibir su conducta. La mayoría de los padres no castiga a sus hijos de modo directo cada vez que éstos tienen un comportamiento peligroso o inapropiado, sino que más bien dependen de claves como “No lo hagas” o incluso de una mirada intimidatorio que inhibe el proceso inadecuado. En buena parte por condicionamiento clásico, tales claves suelen ser sustituto muy eficaces del castigo directo. Pero si tienen poco o ningún impacto en el niño psicópata, tal vez éste no adquiera una capacidad bien desarrollada para el control de impulsos. DIMENSIONES PSICOLÓGICAS Y SOCIAL Como en el caso de los niños con trastorno disocial, los individuos con el trastorno de personalidad antisocial provienen de hogares con una disciplina paterna inconsistente. Con todo, no se sabe con certeza si esta falta de disciplina genera de modo directo el trastorno de personalidad antisocial; cabe la posibilidad, por ejemplo, de que los padres tengan una vulnerabilidad genética a este trastorno que transmiten a sus hijos, pero que también hace que sean padres inadecuados. En un interesante estudio se consideró el ambiente y las actitudes sociales de ciertos barrios y su efecto en la delincuencia violenta. Los investigadores descubrieron que el grado de confianza mutua y solidaridad en un barrio se relacionaba de manera inversa con la delincuencia violenta. Tal estudio señala que factores externos a la familia pueden influir en las conductas asociadas con el trastorno de personalidad antisocial.

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Un último factor que se ha asociado con el trastorno de personalidad antisocial el papel que desempeña el estrés. En un estudio se descubrió que el trauma asociado con el combate puede aumentar la probabilidad de que se presente una conducta antisocial. Influencias del desarrollo.- Las formas que adquieren las conductas antisociales cambian conforme los niños crecen, desde el ausentismo escolar y robar a los amigos, a la extorsión, las agresiones, el robo a mano armada u otros delitos. Por fortuna, el conocimiento clínico, lo mismo que algunos informes empíricos aislados (Robins 1966), sugieren que las tasa de conducta antisocial comienzan a disminuir de manera bastante marcada alrededor de los 40 años de edad. Hare y sus colaboradores (1988) proporcionaron apoyo empírico para entender este fenómeno. Los investigadores hallaron que entre los 16 y los 45 años de edad las tasas de condena de los no psicópatas permanecieron relativamente constantes. En comparación, las de los psicópatas siguieron más o menos constantes hasta cerca de los 40, momento en que disminuyeron de manera marcada. Sin embargo, aún es un misterio el por qué la conducta antisocial declina a menudo alrededor de la edad adulta intermedia. TRASTORNO DE PERSONALIDAD LÍMITE La gente con el trastorno de personalidad límite tiene una vida turbulenta. Su estado de ánimo y sus relaciones son inestables, y por lo común tienen una autoestima muy baja. Estos individuos con frecuencia se sienten vacíos y se hallan en gran riesgo de morir por suicidio. Descripción clínica.- El trastorno de personalidad límite es uno de los trastornos de personalidad más comunes; en entornos psiquiátricos supone cerca del 15% de la población y alrededor del 50% de los pacientes con trastornos de personalidad (Widiger y Weissman 1991). La vida de estos pacientes ilustra la característica de inestabilidad de la gente con este trastorno. Suelen tener relaciones muy turbulentas, temen el abandono pero carecen de control sobre sus emociones. Con frecuencia se entregan a conductas suicidas y/o automutiladoras, como cortarse, quemarse o punzarse. A veces utilizan sus cigarrillos para quemarse la palma o el antebrazo y se grababa iniciales en el brazo. Una proporción significativa –cerca del 6%- llega a suicidarse (M.H. Stone 1989; Widiger y Trull 1993).

Los individuos con este trastorno de personalidad a menudo son muy intensos, pasan de la ira a la depresión profunda en un breve lapso. También los caracteriza la impulsividad y en la automutilación. Aunque no está claro cuál es la razón, las conductas de automutilación tales como cortarse, se describen como de reducción del estrés por parte de las personas que las realizan (Bohus et al 2000).

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TRASTORNO DE PERSONALIDAD HISTRIÓNICA Los individuos con el trastorno de personalidad histriónica suelen ser demasiado dramáticos y casi parecen estar actuando, lo que explica por qué se aplica el nombre del término histriónico, que significa proceder de manera teatral Descripción clínica.- Las personas con trastorno de personalidad histriónicas e inclinan a expresar sus emociones de manera exagerada; por ejemplo, abrazan a alguien a quien acaban de conocer o lloran de manera incontrolada durante una película triste (Pfhol 1995). También suelen ser vanidosas y egocéntricas y se sienten incómodas cuando no son el centro de atención a menudo son seductoras en apariencia y comportamiento, y por lo común les preocupa mucho su apariencia. Además, buscan de continuo que las tranquilicen y aprueben lo que hacen o dicen y tal vez se ofendan o se enojen cuando los demás no los atienden o los halagan. Quienes sufren el trastorno de personalidad histriónica también suelen ser impulsivos y tener grandes dificultades para diferir la gratificación. El estilo cognitivo asociado con el trastorno de personalidad histriónica es impresionista (Shapiro 1965) y se caracteriza por una tendencia a ver las situaciones de manera muy general, en términos de blanco y negro. Su discurso a menudo es vago pues carece de detalles y se caracteriza por la exageración (Pfohl 1991). Por ejemplo, cuando a la paciente se le preguntaba por la cita que había tenido la noche anterior, decía que había sido “bastante agradable”, pero no lograba dar información más detallada. La elevada tasa de este diagnóstico entre las mujeres por oposición a los hombres hace pensar en la naturaleza de este trastorno y/o en los criterios que se emplean para su diagnóstico. Como ya se ha señalado, algunas de las características que lo definen (vanidad, sobredramatización, preocupación por la apariencia física, etc.), son características del estereotipo de mujer en la sociedad occidental y puede llevar a que se sobre diagnostique entre mujeres. Causas.- Los antiguos filósofos griegos creían que muchos problemas inexplicables de las mujeres los generaba el útero (histeria) que “erraba” por el cuerpo (Abse 1987).No obstante, el trastorno de personalidad histriónica se produce también en los varones. Hay una hipótesis que implica una posible relación con el trastorno de personalidad antisocial. Lilienfeld y sus colaboradores 1986, por ejemplo, descubrieron que alrededor de dos terceras partes de la gente con personalidad histriónica satisface también los criterios del trastorno de personalidad antisocial, La personalidad histriónica y la antisocial quizá sean expresiones alternativas de género de la misma condición subyacente no identificada. Las mujeres condicha condición tal vez estén predispuestas a manifestar un patrón predominantemente histriónico, en tanto que los varones con tal condición subyacente quizá estén predispuestos a mostrar un patrón predominantemente antisocial. TRASTORNO DE PERSONALIDAD NARCISISTA Todos conocemos a alguien que tiene un alto aprecio por sí mismo –que tal vez hasta exagere sus capacidades reales. Estos individuos se consideran algo distintos de los demás y merecedores de un tratamiento especial. En el trastorno de personalidad narcisista esta tendencia es llevada al extremo. UNIVERSIDAD INCA GARCILASO DE LA VEGA

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En la mitología griega Narciso era un joven que alentaba el amor de Eco, de manera que se enamoró de su propia belleza. Se pasaba los días admirando su propia imagen reflejada en un estanque. Los psicoanalistas, incluido Sigmud Freud, se valían del término narcisista para describir a personas que mostraban un sentido exagerado de importancia personal y que se preocupaban por recibir atención (Cooper y Ronningstam 1992). Descripción clínica.- Tienen un sentido irrazonable de importancia personal y están tan preocupados por ellos mismos que carecen de sensibilidad y compasión por otras personas (Gunderson, Ronningstam y Smith 1995). No se sienten a gusto a menos que alguien los esté admirando. Sus sentimientos exagerados y sus fantasías de grandeza, llamados “grandiosidad”, generan una gran cantidad de atributos negativos. Necesitan y esperan mucha atención especial: la mejor mesa en un restaurante, el espacio de aparcamiento ilegal frente a la sala de cine. También suelen usar o explotar a los demás para sus propios intereses y manifiestan poca empatía. Cuando se enfrentan con otras personas de éxito, tienden a ser sumamente envidiosos y arrogantes. Y como a menudo no logran vivir al nivel de sus propias expectativas, se deprimen con frecuencia. Causas.- En la infancia empezamos por ser egocéntricos y exigir, lo que forma parte de nuestra lucha por la supervivencia. Sin embargo, parte del proceso de socialización implica enseñar a los niños empatía y altruismo. Algunos autores, incluido Kohut (1971,1977) consideran que el trastorno de personalidad narcisista surge en buena medida de la profunda incapacidad de “reflejar” empatía por parte de los padres por el desarrollo del niño. En consecuencia, el pequeño permanece fijo en el egocentrismo, la etapa de grandiosidad del desarrollo. Además, el niño (y posteriormente el adulto) se involucra en una búsqueda interminable e infructuosa de la persona ideal que llene sus necesidades de empatía insatisfechas. Desde una perspectiva sociológica, Christopher Lasch (1978) escribió en su popular libro “La Cultura del Narcisismo” que este trastorno de personalidad está aumentando su prevalencia en la mayor parte de las sociedades occidentales, principalmente como consecuencia de cambios sociales a gran escala, entre los que se cuentan un mayor énfasis en el hedonismo a corto plazo, el individualismo, la competitividad y el éxito. Según Lasch, la “generación yo” ha producido algo más que una porción de individuos con el trastorno de personalidad narcisista. En realidad, los informes confirman que la prevalencia de este trastorno va en aumento (Cooper y Roningstam, 1992). TRASTORNOS DEL GRUPO C Trastorno de personalidad por evitación Como sugiere el nombre, la gente con el trastorno de personalidad por evitación es sumamente sensible a las opiniones de los demás, y por lo tanto, evita la mayor parte de las relaciones. Su autoestima baja en extremo, unida al temor al rechazo, hacen que límite sus amistades y sea muy dependiente de aquellos con lo que se siente a gusto.

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Causas.- Se han propuesto muchas teorías en las que se integran influencias biológicas y psicosociales como causa del trastorno de personalidad por evitación. Millón (1981), por ejemplo, sugiere que estos individuos tal vez nazcan con un temperamento o con características de personalidad difíciles. En consecuencia, tal vez sus padres los rechacen o, al menos, no les proporcionen el suficiente cariño incondicional desde una edad temprana. Este rechazo, a su vez, quizá tenga por resultado una baja autoestima y una alienación social, condiciones que persisten en la edad adulta. Existe un sustento limitado de las influencias psicosociales. Stravynski, Elie y Franche (1989) evaluaron a un grupo de personas con el trastorno de personalidad por evitación y a un grupo de sujetos de control respecto al trato que recibieron cuando eran pequeños por parte de sus padres. Los que sufrían el trastorno recordaban que sus progenitores los habían rechazado más, que les habían engendrado más culpa y habían sido menos afectivos que los padres de los sujetos del grupo de control. Meyer y Carrer (2000) encontraron que era más probable que las personas con este trastorno mencionaran experiencias de aislamiento, rechazo y conflicto con los otros. Trastorno de personalidad dependiente Todos sabemos lo que significa depender de otra persona. Los individuos con el trastorno de personalidad dependiente, sin embargo, dependen de otros para tomar decisiones ordinarias lo mismo que para las importantes, lo que produce un temor poco razonable de que los abandonen. Los individuos con el trastorno de personalidad dependientes a veces aceptan el parecer de otras personas aun cuando su propia opinión difiera, para que no los rechacen (HirschFeld, Shea y Weise 1995). Su deseo de obtener y mantener relaciones de apoyo y cuidado tal vez los conduzcan a sus otras características conductuales (Bornstein 1997), incluida la sumisión, la timidez y la pasividad. Las personas con este trastorno son similares a las que tienen el trastorno de personalidad por evitación en su sensación de ineptitud, sensibilidad a la crítica y necesidad de confirmación de sus actos. Sin embargo, quienes tienen el trastorno de personalidad por evitación responden a estos sentimientos evitando las relaciones, en tanto que las personas con el trastorno de personalidad dependiente reaccionan aferrándose a las relaciones. Causas.- Todos nacemos dependientes de otras personas en cuanto a alimento, protección física y crianza. Parte del proceso de socialización implica ayudarnos a vivir de manera independiente (Borntein 1992). Se piensa que perturbaciones como la muerte temprana de un padre o la desatención o el rechazo de quienes cuidan de un pueden hacer que la gente crezca con temor al abandono. Este punto de vista proviene del trabajo en el campo del desarrollo infantil sobre el “apego” o la forma en que los niños aprenden a vincularse con los padres y otras personas que son importantes en su vida (Bowlby 1977). Si se interrumpe el vínculo temprano, los individuos tal vez estén ansiosos de forma constante por la posibilidad de perder a la gente que les es próxima. Trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva Se caracteriza por una fijación en realizar las cosas “de manera correcta”. Si bien muchos podrían envidiar su persistencia y dedicación, esta preocupación por los detalles en realidad evita que acaben una buena parte de cualquier cosa que se propongan.

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Como muchos con este trastorno de personalidad, los pacientes que están muy orientados al trabajo, dedica poco tiempo a ir al cine o a las fiestas o hacer cualquier cosa que no se relacione con la psicología. Por su rigidez general, estas personas suelen tener relaciones interpersonales deficientes (Pfohly Blue 1995).

Una interesante teoría sugiere que los perfiles psicológicos de varios asesinos en serie apuntan hacia un trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva. Se considera que estos individuos no suelen encajar con la definición de alguien que padece una enfermedad mental grave, como esquizofrenia, sino que son “maestros del control” en la manipulación de sus víctimas.

Causas.- Parece haber una débil contribución genética a este trastorno (McK con y Murria 1987; M.H. Stone 1993). Algunas personas tal vez estén predispuestas a favorecer la estructuración en su vida.

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TRASTORNOS DE LA AFECTIVIDAD AFECTIVIDAD: El conjunto de experiencias que definen y delimitan la vida emocional del individuo. EMOCIÓN: Reacciones afectivas bruscas y agudas, tienen abundante correlación somática, de duración limitada frente a un estímulo. Tiene componente fisiológico SENTIMIENTO: Estados anímicos difusos experimentados de forma progresiva, más duraderos, no síntomas somáticos. Movilización afectiva, en respuesta a un estímulo, requiere mayor tiempo para producirse, tienen mayor estabilidad en el tiempo. HUMOR: Estados emocional basal del sujeto (estado de ánimo). Tono o color afectivo basal que “tiñe” e influencia el vivenciar y el actuar. Tiene cierta estabilidad en el tiempo y/o se modifica en rangos limitados AFECTO: Es la experiencia emocional expresada por parte del paciente y por los demás TIPOS DE ESTADO DE ÁNIMO MÁS RELEVANTES Expansivo: ausencia de control, desinhibido

Eutímico: ánimo normal

Deprimido: ánimo bajo, tristeza Elevado: sentimiento exagerado de bienestar Disfórico: sensación de malestar

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Irritable: fácilmente enojado

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ALTERACIONES SINTOMÁTICAS DE LA AFECTIVIDAD 1. Tristeza patológica      

Síntoma nuclear de la depresión. Su reacción no es proporcional en intensidad o en duración. Hay síntomas somáticos (cambios en el apetito, en el sueño, dolor de cabeza, cansancio, nauseas. Se acompaña de componentes conductuales (falta de motivación, no realizan actividades). Disminución del rendimiento Nivel cognitivo: pensamientos y creencias negativas sobre los demás y sobre uno mismo.

2. Alegría patológica.     

Síntoma nuclear de la manía. No es adecuada a la realidad, se acompaña de bienestar patológica. No tiene una causa aparente. Reduce la capacidad de juicio. El sujeto se muestra irritable y hostil al ser contrariado

3. Ansiedad y angustia    

Sentimiento displacentero con utilidad defensiva. Reacción de alerta frente a situaciones de amenaza. Cuando es excesivo hay bloqueo Componente sensorial: síntomas localizados (taquicardia, temblor, palpitaciones, etc.)

4. Disforia    

Es un rasgo de muchos trastornos psiquiátricos. Estado de ánimo de desagrado. Se experimenta en oposición depresivos, es un indicador de suicidio. Se presenta en el síndrome de abstinencia.

5. Inadecuación afectiva o paratimia Caracterizado por la inadecuación del impacto afectivo que causa determinada situación. Puede referirse tanto al sentido (ejemplo: expresa alegría cuando debería mostrar tristeza) como a la intensidad (excesiva o inferior a la esperada del componente afectivo). Puede presentarse en trastornos como la esquizofrenia y la psicosis maniaco depresiva. 6. Labilidad emocional Se caracteriza por la relativa facilidad que algunas personas tienen para cambiar rápidamente de sentimientos que persistirán poco tiempo. Nos llama la atención como puede mostrarse triste o quejumbroso y seguidamente irrumpir con llantos. Puede ser manifestación de un síndrome orgánico cerebral. 7. Ambivalencia o ambitimia Coexistencia de dos afectos contrarios en un individuo (“queriendo y odiando al mismo tiempo”) sin que uno desplace al otro. El paciente puede experimentar en el mismo momento sentimientos de atracción y de repulsión por algún objeto o persona, o bien tienen tendencias a realizar actos contrapuestos al mismo tiempo, como querer hablar y no querer hacerlo. UNIVERSIDAD INCA GARCILASO DE LA VEGA

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8. Incontinencia afectiva Las emociones surgen de modo rápido y exagerado, no hay restricción. Se observa la dificultad que tienen algunas personas para inhibir o contener dentro de sí sus propios estados emocionales de tal manera que los expresen espontáneamente (llora con facilidad). 9. Alexitimia Incapacidad para percibir o expresar sentimientos. Es un trastorno desadaptativo psicológico caracterizado por la incapacidad de identificar y describir verbalmente las emociones en uno mismo y en los demás. Se relaciona con toxicomanías, trastornos de la conducta alimentaria, psicopatías y estrés post traumático. 10. Rigidez afectiva Se trata de una modulación emocional sin respuesta a estímulo afectivo. El sujeto es frío indiferente, insensible, con escases de sentimientos ya sea con respecto al mundo externo o a su propia persona. Se aprecia en la esquizofrenia. 11. Anhedonia Es la incapacidad para experimentar placer, la pérdida o interés o satisfacción en casi todas las actividades.

TRASTORNOS DEL HUMOR (AFECTIVOS) F30 - 39  F31 Trastorno bipolar  F32 Episodio depresivo a. b. c. d. e.

F32.0 Episodio depresivo leve F32.1 Episodio Depresivo moderado F32.2 Episodio Depresivo Grave sin síntomas psicóticos F32.3 Episodio Depresivo Grave con síntomas psicóticos F32.8 Otros episodios depresivos.

 F33 Trastorno depresivo recurrente  F34 Trastorno del humor persistente a. b. c. d.

Clotimia Distimia Otros trastornos del humor persistente Trastornos del humor persistente sin especificación.

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A. F31: Trastorno Bipolar: •

Episodio maníaco Se especifican 3 niveles de gravedad: presencia de una exaltación del humor, aumento de la cantidad y velocidad de la actividad física y mental propia del individuo.

Tx. depresivo Caracterizada por humor depresivo y pérdida de la capacidad para disfrutar de las cosas. Es un Tx. del estado de ánimo, transitorio o permanente, caracterizado por sentimientos de abatimiento, infelicidad y culpabilidad, además de provocar una incapacidad total o parcial para disfrutar de las cosas y de los acontecimientos de la vida cotidiana.

B. F32: Episodio Depresivo: Es un trastorno del estado de ánimo, transitorio o permanente, caracterizado por sentimientos de abatimiento, infelicidad y culpabilidad, además de provocar una incapacidad total o parcial para disfrutar de las cosas y de los acontecimientos de la vida cotidiana.

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TIPOS DE DEPRESIÓN: Los diferentes tipos de depresión se clasifican en función a los síntomas que muestra el paciente: GRUPO A

Duración menor de dos semanas.

No atribuible al consumo de drogas ni a T.O.C-

GRUPO B

Humor depresivo no habitual, persiste por 2 semanas.

Ausencia de interés por actividades placenteras.

Aumento de fatiga.

GRUPO C

• • • • • • •

Pérdida de autoestima Autoreproches, culpa Pensamientos de muerte Baja concentración, inseguridad, falta de decisión. Lentitud motora Agitación del sueño Descontrol alimentario

GRUPO D

Alucinaciones, delirios, retardo psicomotor.

Los diferentes tipos de depresión se clasifican en función a los síntomas que muestra el paciente

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a. Episodio Depresivo leve: Dos o tres síntomas del grupo B, capaces de continuar con sus actividades habituales normalmente. b. Episodio Depresivo Moderado: El paciente muestra al menos dos síntomas del grupo B y un cierto número del grupo C hasta conformar un mínimo de seis síntomas. Los pacientes presentan dificultades manifiestas para desarrollar actividades habituales. c. Episodio Depresivo grave sin síntomas psicóticos: Presentan todos los síntomas del grupo B unidos a varios del grupo C, conforman un mínimo de 08 síntomas. Presentan una situación emocionada ligada a la angustia, baja autoestima y sentimientos intensos de culpa e inutilidad. d. Episodio Depresivo Grave con síntomas psicóticos: Satisface las pautas establecidas en F32.2 y en el cual están presentes además las ideas delirantes, alucinaciones, suelen incluir temas de pecado, ruina o de catástrofes inminentes de los que el paciente se siente responsable. e. Episodio Depresivo sin especificación: Episodios que no reúnen características señalados en F32.0 – F32.3 pero indican la naturaleza depresiva además de síntomas como tensión, preocupación, cansancio. C. F33: Trastorno Depresivo Recurrente: Se caracteriza por la aparición de episodios repetidos de depresión, que pueden presentar los rasgos de episodio depresivo leve, moderado o grave, pero sin antecedentes de episodios aislados de exaltación del estado de ánimo o aumento de la vitalidad suficientes para satisfacer las pautas de manía F30.1 y F30.2 D. F34: Trastorno del Humor Persistente: •

Distimia: Depresión crónica del estado de ánimo, la mayor parte del tiempo están cansados, deprimidos, quejumbrosos, duermen mal y se sienten incapaces de todo.

Ciclotimia: Es el subtipo del trastorno bipolar menos agresivo del espectro bipolar. La imagen representan los episodios depresivos e hipomaníacos típicos del trastorno con las clásicas máscaras del teatro.

E. F34.8: Otros Trastornos del Humor Persistentes: Categoría residual para aquellos trastornos del humor persistentes que no son lo suficientemente graves o duraderos como para satisfacer las pautas de ciclotimia o Distimia, pero que sin embargo son clínicamente significativos. UNIVERSIDAD INCA GARCILASO DE LA VEGA

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ANSIEDAD El término ansiedad proviene del latín “anxietas” que es igual a angustia, aflicción. La ansiedad es una respuesta emocional o conjunto de respuestas que engloba: aspectos subjetivos o cognitivos de carácter displacenteros, aspectos fisiológicos caracterizados por un alto grado de activación del sistema periférico observables o motores que suelen implicar comportamientos poco ajustados y escasamente adaptativos. Cognitivos Ansiedad:

Fisiológicos Conductuales

Los síntomas cognitivos pueden exacerbar los síntomas fisiológicos y éstos a su vez disparar los síntomas conductuales

La ansiedad tiene una función muy importante relacionada con la supervivencia, junto con el miedo, la ira, la tristeza o la felicidad. Para preservar su integridad física ante amenazas el ser humano ha tenido que poner en marcha respuestas eficaces y adaptativas durante millones de años: “huida / lucha”. En la actualidad se estima que un 20.5%o más de la población mundial sufre algún trastorno de ansiedad, generalmente sin saberlo. La ansiedad forma parte de la condición humana y sirve para afrontar situaciones de peligro o riesgo. Sin embargo, cuando es demasiado intensa, se convierte en una fuente de sufrimiento que es necesario controlar. ANSIEDAD A NIVELES PATOLÓGICOS En las sociedades avanzadas modernas, esta característica innata del hombre se ha desarrollado de forma patológica y conforma, en algunos casos, cuadros sintomáticos que constituyen los denominados trastornos de ansiedad, que tiene consecuencias negativas desagradables para quienes lo padecen. Entre los trastornos de ansiedad se encuentran la fobias, el trastorno obsesivo – compulsivo, el trastorno de pánico, la agorafobia, el trastorno por estrés postraumático, el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de ansiedad social etc. DIFERENCIA ENTRE ANSIEDAD PATOLÓGICA Y ADAPTATIVA La ansiedad normal se presenta en episodios pocos frecuentes, con intensidad leve o media y de duración limitada, ante estímulo previsible y comunes y con un grado de sufrimiento y limitación en la vida cotidiana acotada. En cambio la ansiedad a niveles patológicos se caracteriza por sucederse en episodios reiterativos, de intensidad alta y duración excesiva, con alta y desproporcionada reactancia a la amenaza, provocando gran sufrimiento y notable interferencia en la vida diaria. SÍNTOMAS: las manifestaciones de la ansiedad se manifiestan a diferentes niveles: 

Físicos: Taquicardia, palpitaciones, opresión en el pecho, falta de aire, temblores, sudoración, molestias digestivas, náuseas, vómitos, “nudo” en el estómago, alteraciones de la alimentación, tensión y rigidez muscular, cansancio, hormigueo, sensación de mareo e inestabilidad. Las alteraciones más graves cursan con insomnio, trastornos de la alimentación y disfunciones sexuales.

 Psicológico: peligro, inseguridad, sensación de vacío, temor a perder el control, recelos, sospechas, incertidumbre, dificultad para tomar decisiones. En casos extremos, temor a la muerte, a la locura. Suicidio. UNIVERSIDAD INCA GARCILASO DE LA VEGA

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 Conducta: Estado de alerta e hipervigilancia, bloqueos, torpeza o dificultad para actuar, impulsividad, inquietud motora, dificultad para estarse quieto y en reposo. Estos síntomas vienen acompañados de cambios en la expresividad corporal y el lenguaje corporal: posturas cerradas, rigidez, movimientos torpes de manos y brazos, tensión en las mandíbulas, cambios de voz, expresión facial de asombro.  Intelectuales o cognitivos: Dificultades de atención, concentración y memoria, aumento de los despistes y descuidos, preocupación excesiva, expectativas negativas, rumiación, pensamientos distorsionados e importunos, incremento de las dudas y la sensación de confusión, tendencia a recordar sobre todo cosas desagradables, sobrevalorar pequeños detalles desfavorables, abuso de la prevención y de la sospecha, interpretaciones inadecuadas, susceptibilidad, etc.  Sociales: Irritabilidad, ensimismamiento, dificultades para iniciar o seguir una conversación, en unos casos, y verborrea en otros, bloquearse o quedarse en blanco a la hora de preguntar o responder, dificultades para expresar las propias opiniones o hacer valer los propios derechos, temor excesivo a posibles conflictos, etc.

ANSIEDAD síntomas

FISIOLÓGICO

Taquicardia, palpitaciones, opresión en el pecho, falta de aire, temblores, sudoración, molestias digestivas, náuseas, vómitos, “nudo” en el estómago, alteraciones de la alimentación, tensión y rigidez muscular, cansancio, hormigueo, sensación de mareo e inestabilidad.

PSICOLÓGICO

CONDUCTUAL PSICOLÓGICO

COGNITIVO

Peligro, inseguridad, sensación de vacío, temor a perder el control, recelos, sospechas, incertidumbre, dificultad para tomar decisiones. En casos extremos, temor a la muerte, a la locura. Suicidio.

Estado de alerta e hipervigilancia, bloqueos, torpeza o dificultad para actuar, impulsividad, inquietud motora, dificultad para estarse quieto y en reposo. Estos síntomas vienen acompañados de cambios en la expresividad corporal y el lenguaje corporal: posturas cerradas, rigidez, movimientos torpes de manos y brazos, tensión en las mandíbulas, cambios de voz, expresión facial de asombro, duda.

Dificultades de atención, concentración y memoria, despistes, descuidos, preocupación excesiva, expectativas negativas, pensamientos distorsionados e importunos, incremento de las dudas y la sensación de confusión, recuerdos desagradables, sobrevaloración pequeños detalles desfavorables, abuso de la prevención y de la sospecha, interpretaciones inadecuadas, susceptibilidad, etc.

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SOCIAL

Irritabilidad, ensimismamiento, dificultades para iniciar o seguir una conversación, en unos casos, y verborrea en otros, bloquearse o quedarse en blanco a la hora de preguntar o responder, dificultades para expresar las propias opiniones o hacer valer los propios derechos, temor excesivo a posibles conflictos, etc.

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TIPOS DE ANSIEDAD La ansiedad no es una enfermedad con un cuadro sintomático único. Existen varios tipos de ansiedad, varias vertientes de esta enfermedad que deben ser conocidas si queremos saber cómo debemos tratar nuestro problema. El trastorno de ansiedad generalizada, suele ser el más común, pero no el único. Los trastornos obsesivos compulsivos, las crisis de angustia, la fobia social o los trastornos postraumáticos son sólo algunos de estos desordenes que pueden afectar la vida del individuo y que pueden interferir en su quehacer diario. Por esta razón es importante conocer cada tipo de trastorno para poder enfrentarnos a él con la mayor eficacia posible. 1. Trastorno de ansiedad generalizada (TAG): Cualquier persona puede sentirse preocupada por algún problema en concreto que puede surgir en su vida familiar o en el plano laboral, es normal preocuparse si surgen problemas en general, pero el trastorno de ansiedad generalizada suele infundir una preocupación constante en el individuo que, en la mayoría de casos suele ser excesivo. 2. Trastorno obsesivo – compulsivo: es un trastorno ansioso caracterizado, principalmente, por pensamientos no deseados y recurrentes. Obsesiones y patrones de conducta que son repetidos constantemente y que finalmente, llevan a la persona a desarrollar un comportamiento compulsivo. Pensamientos, imágenes e ideas que voluntariamente o involuntariamente vuelven una y otra vez a la mente del individuo y pueden llegar a convertirse en un verdadero instrumento de tortura para el mismo. Los actos rituales o compulsivos son formas de conductas estereotipadas que se repiten una y otra vez. Para el enfermo tienen la función de prevenir ese hecho improbable que implica un daño. Existe una íntima relación entre los pensamientos obsesivos y la depresión. Los enfermos con trastornos obsesivos – compulsivos tienen a menudo síntomas depresivos y en enfermos que sufren un trastorno depresivo recurrente, a menudo se presentan pensamientos obsesivos durante sus episodios de depresión. 3. Trastornos de pánico o crisis de angustia: suelen aparecer inesperadamente, sin previo aviso, el individuo comienza a sentir un fuerte sentimiento de angustia creciente que suele venir acompañado de sensación de mareo y malestar general. Las crisis de angustia pueden provocar incluso el desvanecimiento y no tienen porque estar particularmente relacionadas con un proceso de crisis de la persona. Esta puede ser repentina, durante una reunión social, cualquier actividad cotidiana o sin importancia y la principal diferencia existente entre estos y la ansiedad en sí misma es la duración y la intensidad: mientras la ansiedad es un proceso acumulativo y creciente en el tiempo (aunque menos intenso), las crisis de angustia o ataques de pánicos son cortos, repentinos, pero eminentemente intensos y de una gravedad inmediata. En el trastorno de pánico, los episódicos sucesivos de terror aparecen acompañados de cambios significativos en el comportamiento del individuo y de una preocupación continua UNIVERSIDAD INCA GARCILASO DE LA VEGA

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por que se produzcan nuevos ataques de pánico. Se pueden producir cambios en la vida del individuo que pueden conllevar a evitar las situaciones o lugares temidos, o a huir de los estímulos fóbicos, a apoyarse excesivamente en personas o en sustancias y a intentar controlar a toda costa las reacciones temidas Síntomas del trastorno de pánico: Con o sin agorafobia se valora según los criterios diagnósticos de los trastornos mentales de la Asociación Psiquiátrica Estadounidense de la siguiente forma: A. Cumplimiento de los requisitos (1) y (2):  Ataques de pánico periódicos e inesperados.  Al menos uno de los ataques ha sido seguido durante 1 mes o más de al menos uno de los siguientes aspectos:  Persistente preocupación por tener nuevos ataques.  Preocupación por las implicancias del ataque o por sus consecuencias (por ejemplo: perder el control, sufrir un ataque cardiaco, “volverse loco”, etc.)  Cambio significativo en el comportamiento en relación con los ataques. B. La presencia (o ausencia) de agorafobia. C. Los ataques de pánico no se atribuyen a efectos fisiológicos directos producidos por una sustancia (por ejemplo: consumo de drogas o medicamentos) o a un cuadro médico concreto (por ejemplo, hipertiroidismo). D. Los ataques de pánico no se encuadran mejor dentro de los trastornos como la fobia social (exposición a situaciones sociales temidas), fobias específicas (exposición a una determinada situación fóbica), trastornos obsesivos compulsivos (por ejemplo: con la exposición a la suciedad de alguien obsesionado con la limpieza o con la salud), trastornos de estrés postraumático (por ejemplo: en respuesta a estímulos asociados con un grave estrés) o trastornos de ansiedad por separación (por ejemplo: en respuesta a encontrarse fuera del hogar). Alcance del trastorno de pánico: El trastorno de pánico tiene síntomas asociados al terror muy intensos y desagradables que pueden llevar al afectado a la convicción de estar sufriendo un ataque al corazón o un proceso de enloquecimiento. Pero no se presenta peligros inminentes al afectado más que los cambios de vida que se pueden imponer sobre el individuo a veces importantes. Aunque los comportamientos de una crisis fuerte aparezcan como imprevisibles y descontrolados, el afectado se encuentra durante los episodios en estado de máxima alerta, por lo que generalmente no se expone a peligros físicos directos. No obstante, el trastorno de pánico puede ir acompañado de depresión, consumo de drogas o alcoholismo y llevar a patrones de conducta evitativa importantes de lugares o situaciones donde se ha producido anteriores ataques de pánico. Por ejemplo, si se ha producido un ataque de pánico en un ascensor, es posible que se desarrolle un miedo incontrolable a los ascensores; si el afectado empieza a evitarlos, el cambio de comportamiento puede afectar a la elección del empleo o vivienda e imprimir enormes limitaciones de la vida.

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4. Fobias: cabe distinguir los miedos habituales, los cuales todos tenemos de las fobias. Toda persona tiene sus propios pequeños miedos irracionales, desde a ciertos animales a algunas situaciones como subirse a un avión o conducir. Sin embargo, estos miedos pasan a convertirse en fobia desde el mismo momento que, estos son tan intensos que interfieren en el día a día de sujeto. Una fobia se define generalmente con un miedo irracional compulsivo hacia alguien o algo que se presume completamente inofensivo. De los distintos tipos de trastornos de la ansiedad, la fobia es la más común de todos. Generalmente las fobias se clasifican en tres tipos: a. Fobias específicas: miedos irracionales a situaciones u objetos concretos (animales, ambientales / a las alturas, situacionales: a los espacios cerrados, a la sangre). b. Fobia social: implica un miedo desaforado por parte del individuo a verse humillado, repentino o maltratado en público, en caso extremo, esta lleva al individuo al individuo al aislamiento y a evitar el contacto social. c. Agorafobia: implica el miedo a encontrarse en lugares frecuentados por masas y de los que es difícil escapar o en los que sería difícil recibir ayuda en caso de cualquier tipo de complicación. Las personas suelen haber sufrido crisis de ansiedad e incluso ser reincidentes en las mismas, lo que les lleva a querer evitar determinadas situaciones u lugares y, por lo tanto, caer en la agorafobia. 5. Trastorno de ansiedad de separación: Este trastorno de la ansiedad remite específicamente a los niños: se trata del miedo y, por ende, el trastorno ansioso que estos pueden desarrollar al verse separado de su madre, padre o aquel familiar o adulto más cercano emocionalmente al niño. 6. Trastorno mixto de ansiedad – depresión: se trata de un cuadro en el que los síntomas de depresión y ansiedad están presentes pero con una intensidad subsindrómica. Es decir, no alcanzan la intensidad suficiente como para cumplir criterios de trastorno depresivo o de trastorno por ansiedad. 7. Trastorno por estrés postraumático: Es un trastorno discapacitante que puede surgir como respuestas a acontecimientos traumáticos tales como violaciones, abusos sexuales, torturas, secuestros, catástrofes naturales, accidentes o muertes traumáticas de seres cercanos. Este trastorno se caracteriza por episodios reiterados de volver a vivenciar el trauma en forma de reviviscencias o sueños que acaban formando un embotamiento emocional. En algunos casos, pueden pasar años hasta que este trastorno presente sus primeras manifestaciones, en raras ocasiones puede hacerlo a través de estallidos dramáticos y agudos de miedo, pánico agresividad, desencadenados por estímulos que evocan repentinos recuerdo, una actualización del trauma o de la reacción origina frente a él o ambos.

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TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO Es un Tx. De ansiedad caracterizado por pensamientos recurrentes y persistentes que producen inquietud, temor o preocupación y por conductas repetitivas denominadas compulsiones dirigidas a reducir la ansiedad: Tipos de trastornos obsesivos - compulsivos 1. Lavadores y limpiadores: relacionadas con la contaminación o el contagio a través de determinados objetos o situaciones. 2. Verificadores: comprueba objetos como cerraduras, puertas, etc. 3. Ordenadores: exigen que las cosas que le rodean estén dispuestas a pautas 4. Acumuladores: Colección de objetos insignificantes. 5. Ritualizadores mentales: pensamientos o imágenes repetitivos, llamados compulsiones mentales 6. Numerales: buscan sentido a los números que le rodean; sumándolos, restándolos, cambiándolos hasta que den un número significativo para ellos. 7. Filosofales: tendencias inciertas, incompatibles con los números 8. Perfeccionistas: autoexigentes, críticos, se preocupan por menores detalles. 9. Atormentados y obsesivos puros: experimentan pensamientos negativos y reiterados de tipo físico (sin compulsiones). 10. Supersticiosos (pensamiento mágico): disturbio de percepción y pensamiento mágico, creencia de que los pensamientos negativos pueden originar daños. 11. Preguntadores compulsivos: preguntas reiteradas 12. Dubitativos e indecisos): dificultad para tomar decisiones. Obsesiones y compulsiones recurrentes: 1. 2. 3. 4.

Obsesiones de compulsión: Preocupación por gérmenes. Obsesiones sobre la salud y apariencia física. Obsesiones relacionada con la sexualidad. Obsesiones de contenido agresivo.

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Causas del trastorno obsesivo – compulsivo: No se sabe todavía la causa del TOC, aunque sí se sabe que no surge como respuesta a un supuesto conflicto intrapsíquico ni tampoco por un conflicto sexual reprimido, como decían las teorías psicoanalíticas antiguas. Existen algunas teorías sobre las principales causas del trastorno: 1. Biológica. Resultado de cambios en la química o funciones cerebrales del cuerpo o componente genético aunque el gen específico todavía no ha sido identificado 2. Ambiental. Inducido por comportamientos o hábitos adquiridos con el tiempo. 3. Insuficiencia de serotonina. Un nivel bajo de este neurotransmisor en el cerebro puede contribuir. Las personas con el trastorno que toman la adecuada medicación mejoran sus síntomas. DIAGNÓSTICO El TOC en niños comienza entre los 7 a 10 años y tiene una prevalencia de entre 0,3 al 1,9 por ciento en niños y adolescentes. Un 33 por ciento de los adultos con TOC dicen que sus síntomas empezaron en la infancia. CRITERIOS SEGÚN DSM – IV     

Se cumplen para las obsesiones y compulsiones. La persona ha reconocido que estas obsesiones o compulsiones son excesivas o irracionales Las obsesiones o compulsiones manifiestan un malestar clínico significativo. Si hay otros Tx. psiquiátrico asociado, el contenido de las obsesiones o compulsiones no se limita. El Tx. no se debe a factores fisiológicos directos de una sustancia.

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