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The Funeral por Gilda María Mayorchi

The Funeral

Por Gilda María Mayorchi

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La mafia italiana, esos rituales propios de la familia, y la muerte de uno de los integrantes del clan, generan varios de los escenarios donde The Funeral transcurre.

Esta vez, Ferrara nos lleva a los años 30, cuando la depresión devastaba a Nueva York. En el velorio de Johnny (Vincent Gallo), el menor de los tres hermanos Temple, Ray (Christopher Walken) y Chez (Chris Penn) sienten la necesidad de vengar su muerte.

Entre el tormento, la furia y el dolor de la pérdida, ni más ni menos, de un vínculo fraterno, la historia se va sucediendo entre distintos matices

oscuros.

Mentiras, venganza, recuerdos, engaños, y promesas que nunca se cumplirán. The Funeral nos sumerge en lo más profundo de los vínculos interpersonales y, si queremos ahondar aún más, en esa herencia familiar que llevamos en la sangre por pertenecer a un clan; esas lealtades inherentes que rigen nuestro constante devenir con voz propia, pero totalmente ajenas a nosotros y, sin embargo, tan presentes y fuertes, que sin ser conscientes, cargamos incuestionablemente en ese esfuerzo por pertenecer y ser fiel a aquello que alguna vez nos constituyó.

Entonces, vivimos de esta manera un destino familiar y no uno personal, al que llamaremos como “propio”. Como no podía ser de otro modo, en The Funeral es la muerte de Johnny la que determina el anhelo de expiación por parte de sus hermanos Chez y Ray, una reacción que precipita la consumación de una tragedia.

Ray, el hermano mayor, se sumerge en una trama de “deber ser”, culpa y castigo. Las obligaciones siempre pesan más en el primogénito del

grupo.

Su conflicto es esencialmente interno, con su propio rol de cabeza de clan, sin cuestionar su convicción acerca de la enorme dificultad de

sacarse de encima un pesado mandato socio-familiar.

La autodestrucción, la aniquilación se convierten en el medio para poner fin a la inercia vital y a la angustiosa condición humana, la de ser uno mismo.

No se traicionan las creencias del clan. Pagas por haber irrumpido contra lo que se supone el orden familiar e institucional.

“La sangre se pagará con sangre” . The Funeral presenta a la familia partiendo de sus orígenes míticos, como institución en crisis, con sus manías, leyes, su manera de ver el mundo y ese orden sistémico que genera en cada una de sus partes.

Asimismo, pone en jaque al personaje del mafioso idealizado del cine, mostrando los rincones más oscuros y vulnerables de su alma; bajándolo de ese lugar casi divino y llevándolo al terreno de un cruel mortal, envuelto en el acontecer de la vida y el gran peso que ésta supone, inmerso en sentimientos efímeros, naturales y bestiales.

Si algo quiero destacar de Abel Ferrara es la constante provocación, ese desafío permanente, casi amenazante para algunos y excitante para otros, que nos invita en cada uno de sus filmes, pero que voy a remitir a éste en particular, a deconstruirnos, a resignificarnos, llevándonos al límite con cada personaje, confrontándonos con nuestro “estar siendo” dentro un marco eco-

sistémico.

The Funeral, de manera recurrente, nos convoca a la crítica intrapersonal, acercándonos a la reflexión y por qué no, a ese enfrentamiento con nuestros propios valores y miradas internas universales que consideramos incuestionables.

A lo largo del proceso creativo, nos induce a repensarnos o recrearnos con respecto a eso que nos determinaba como tales individuos, hasta hoy.

The Funeral (Estados Unidos, 1996).

Director: Abel Ferrara. Guion: Nicholas St. John. Música: Joe Delia. Reparto: Christopher Walken, Benicio del Toro, Vincent Gallo, Chris Penn, Isabella Rossellini, Annabella Sciorra, Amber Smith, Gretchen Mol, John Ventimiglia, Victor Argo, Edie Falco, David Patrick Kelly, Chuck Zito. Género: Drama, thriller, mafia.

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